Capítulo 45: Cumpleaños en Nueva York.
Cuando llegaron a la oficina de los trasladores internacionales en Nueva York, tuvieron suerte y no tuvieron náuseas. Fueron a la aduana, mientras esperaban a que comprobaran sus documentos, Severus se aseguró de que los viales con su poción para el jet lag estuvieran a salvo en su bolsillo tras el viaje en traslador. Cuando por fin pudieron irse, Severus sacó los viales y se los dio a su mujer y su hija. Los tres la bebieron cuando iban llegando al vestíbulo, no tendrían ninguna molestia y podrían pasar sus primeras horas allí sin notar para nada el desfase horario. Ya iban vestidos con ropa muggle, pero antes de salir desencogieron sus maletas, iban a un barrio muggle y si los ven llegar sin equipaje hubieran llamado demasiado la atención.
En cuanto salieron del vestíbulo de las oficinas del ministerio se encontraron con Caliope y Thomas, se abrazaron y se saludaron entusiasmados. Caliope dijo al ver a su nieta:
-Cariño, cada vez que te veo estás más bonita. Debes tener locos a todos los chicos de tu clase.
Desde la última vez que se vieron, Morgana había crecido, ya era prácticamente igual de alta que Elvira y Caliope, a pesar de que ellas llevaban tacones y a sus 13 años ya le estaba cambiando el cuerpo y sus formas eran más femeninas. Morgana se sonrojó.
-Abuela, yo no pienso ahora en eso. - Caliope se reía.
-Pronto lo harás, querida, sólo hazme un favor, huye de los memos y busca un buen chico que te merezca, no desperdicies tu vida con un cabeza hueca que sólo tenga una bonita sonrisa y las manos un poco largas… ¿Qué hay de Anthony? Me pareció un gran chico cuando lo conocí en Hogwarts. - Morgana se avergonzó un poco más y su sonrojo se intensificó. Severus dijo:
-Caliope, aún es joven para pensar en eso. Además ese chico sólo es su amigo.
-Lo sé, hijo, yo empecé a hablar de ello con Elvira cuando tenía unos 11 años y mira, cuando volvió a Hogwarts no paró hasta atraparte porque desde que te conoció supo que eras uno de los buenos y no debía dejarte escapar. - Fue el turno de Severus de sonrojarse.
Salieron de la oficina y se dirigieron a buscar el coche de Thomas, metieron sus maletas en el maletero y se dirigieron a casa. Cuando llegaron, les preguntaron si estaban bien para almorzar en el jardín. Severus les dijo que estaban bien, se habían tomado la poción y no notaban el desfase horario. Thomas sugirió que deshicieran las maletas mientras él calentaba la barbacoa para almorzar en el jardín, hacía un día precioso. Caliope sugirió darse un chapuzón en la piscina antes del almuerzo, a Elvira y Morgana les entusiasmó la idea, a Severus no tanto… pero le ofreció a Thomas su ayuda como pinche, Thomas aceptó encantado. Subieron a sus habitaciones y en pocos minutos deshicieron las maletas… con cuidado de bajar las persianas para que nadie los viera usar magia, para lo cual Elvira fue a ayudar a Morgana, en 10 minutos estaban las tres bañándose en la piscina. Elvira se puso uno de sus bikinis estilo pin-up de color negro, Caliope se puso un elegante bañador negro con adornos discretos en blanco y Morgana el bikini estampado que se compró el año anterior, Elvira lo adaptó a su talla y estaba muy mona, las tres usaban las cremas bronceadoras de Elvira. Estuvieron chapoteando y jugando mientras Severus y Thomas preparaban una barbacoa con hamburguesas y verduras a la plancha. Severus había puesto la mesa mientras Thomas vigilaba la barbacoa. Cuando todo estuvo listo sirvieron el almuerzo, recibiendo besos y abrazos y quedando empapados…aunque después de estar preparando las hamburguesas se agradecía el agua fresca. Morgana, Elvira y Caliope se cubrieron con sus pareos para comer más cómodamente.
Se sentaron en la mesa del jardín a comer y charlar, les preguntaron qué tal iba la tienda, la habían visto cuando fueron a dar una vuelta con Minerva y Sean. La tienda iba muy bien, los cosméticos creados por Elvira eran un éxito y los productos infantiles se vendían muy bien, también estaban haciendo algunas pociones difíciles por encargo, pero estos trabajos no eran muy frecuentes y, aunque Elvira pensó en un principio poner una tienda de pociones, era bastante más lucrativa la perfumería, además le permitía investigar otras cosas, como mejoras para ciertas pociones que habían patentado. El trabajo de profesores no les ocupaba demasiado tiempo, sólo cuando tenían que corregir trabajos o exámenes teóricos, los trabajos prácticos se corregían rápido, además siendo dos se los repartían.
Cuando terminaron de comer y estaban descansando, una lechuza de color canela aterrizó en la mesa junto a Caliope.
-¡Vaya! Tenemos carta de Narcissa y Hans. - Severus casi se atraganta con el té helado que bebía en ese momento.
-¿De Narcissa y Hans?
-Sí, nos carteamos con ellos desde hace semanas. - Caliope abrió la carta y le dio un pequeño trozo de pan de hamburguesa, leyó la carta. - ¡Es un encanto! En nuestra última carta le dijimos que veníais hoy, dice que no sabía si esta carta llegaría antes o después de que vuestra llegada y os manda saludos a los tres. - Elvira asintió sonriendo:
-Sí, Narcissa es un encanto, estoy tan feliz por ella. ¿Qué más dice? ¿Está bien?
-Sí, dice que el bebé ya se ha movido un poco y que el médico dice que está muy bien. Y que Hans está entusiasmado con la niña. Ya están instalados en su nueva casa y Draco va a visitarlos cada día por floo con su suegra. - Severus preguntó:
-¿Cómo es que no nos habéis contado que os carteáis con ellos? Me parece estupendo, sé bien que les caísteis muy bien y me alegra que sea recíproco. - Thomas sonrió:
-Lo cierto es que queríamos daros una sorpresa. Vamos a ir a Florencia para asistir a la boda. - Elvira, Severus y Morgana los miraron con la boca abierta y a Caliope le dio un ataque de risa viendo su reacción, Thomas siguió hablando: - Como podéis deducir nos hemos hecho muy buenos amigos, estando en Hogwarts charlamos mucho juntos e intercambiamos direcciones, como sabéis, nos invitaron a su boda antes de despedirnos, aún no tenían pensada la fecha para la boda. Cuando nos contasteis vuestros planes para viajar desde aquí a Italia y que ya teníais el traslador, pensamos en ir nosotros en avión con Morgana al día siguiente y daros la sorpresa, pero mejor os lo contamos antes, porque ninguno de los dos puede guardar el secreto hasta entonces. ¿Qué os parece?
Morgana no podía hablar de la emoción. Elvira dijo:
-Nos parece estupendo, papá, de verdad, pero, ¿os lo podéis permitir? Sé que ambos tenéis una buena pensión y esta casa está pagada hace años, pero esos billetes de avión para los tres no pueden ser baratos. - Caliope dijo:
-Por el dinero no te preocupes, como dices, tenemos una buena pensión, tampoco somos personas de gustos caros ni derrochadores, como sabes tenemos ahorros y siempre solemos guardar algo cada mes para viajar en verano, hemos seguido guardando ese dinero aunque no hemos viajado en dos años, así que entre eso, que por fin mis hermanos me han dado la parte que me corresponde de la venta de la casa de los abuelos en Florida y el descuento de la aerolínea para los mayores de 65 años y el de menores de 14 años para Morgana, no será muy caro, vamos en turista, además Narcissa nos invita a que nos alojemos los 3 en su casa para daros intimidad a vosotros en el hotel. Así que, queridos, vamos todos. - Severus dijo:
-Y yo me alegro de ello, me hubiera resultado difícil irme de aquí sin vosotros, sé que ese será nuestro viaje de novios, pero os echaríamos de menos, nos vemos poco, sólo en vacaciones y sé que a Elvira le gustaría veros más a menudo. - Entonces Thomas dijo:
-No os hemos contado el resto de la sorpresa, hemos pensado que si queréis después de vuestra semana en Florencia, os podréis ir a Venecia una semana a solas, será nuestro regalo de bodas, sé que no queríais ningún regalo de bodas, pero durante esa semana habíamos pensado llevar a nuestra nieta a Orlando a ver los parques temáticos de por allí, otro año iremos todos, cada año ponen cosas nuevas. Y de nuevo no os preocupéis por el dinero, si no pudiéramos permitírnoslo no os lo propondríamos, Elvira, hija, sabes que no te engaño. - Elvira abrazó a su padre.
-Lo sé, papá, muchas gracias, a los dos.
-Gracias, Caliope, Thomas.
-¡Gracias abuelos!
Pasaron el resto del día en la piscina haciendo planes para los próximos días y para su estancia en Italia. Como hacía calor, Severus y Thomas también se animaron a bañarse en la piscina. Estaban bromeando y echándose agua cuando los nuevos vecinos de Caliope y Thomas llegaron de hacer la compra y al escuchar voces desconocidas una mujer de unos 50 años con gafas y pelo largo oscuro se asomó por la valla.
-Perdona Caliope, había escuchado la voz de alguien desconocido y creía que se había colado alguien a bañarse en la piscina, a los Jones les pasó el otro día.
-No, querida, son mi hija, mi yerno y mi nieta, están pasando unos días aquí.
-¡Oh! No sabía que teníais visita. No os molesto más. - Entonces dijo Thomas:
-No es molestia, Mildred, gracias por preocuparte, los Jones me contaron que cuando llegaron de trabajar se encontraron con un grupo de adolescentes que no eran del barrio bañándose en su piscina, es normal que los vecinos desconfíen cuando escuchan ruidos.
Entonces Caliope dijo:
-Elvira, Severus, Morgana acercaros, ésta es Mildred Perkins nuestra nueva vecina, se mudó aquí con su marido Peter y sus hijos Mary y Peter hace unos meses. Mildred, ellos son mi hija Elvira, Severus, mi yerno y mi nieta Morgana.
-Encantada de conoceros a los tres, ya nos veremos por aquí estos días. - Se escuchó la voz de un hombre llamar a Mildred.
-Disculpad, mi marido está guardando la compra y sólo sabe dónde hay que guardar la cerveza, los helados, el café y los cereales…el resto de cosas debe pensar que se guardan solas mágicamente, si queréis podéis venir a tomar algo mañana por la noche.
-Gracias Mildred, te avisaremos si no tenemos otros planes.
-Claro, hasta pronto. - Cuando la mujer se fue Elvira dijo:
-Al final ha habido suerte con la familia que se ha mudado aquí al lado. - Thomas asintió.
-Sí, son bastante agradables y atentos, una vez a la semana nos invitan a cenar, se han mudado desde Texas por trabajo y aún conocen a poca gente, sólo a algunos vecinos, sus hijos son mellizos y este año han empezado a estudiar en la universidad, así que se sienten un poco solos, por eso siempre vamos a su casa cuando nos invitan. - Severus dijo:
-Parece buena persona, pero cuando la he visto y has dicho que se llama Mildred he tenido que aguantarme la risa. - Caliope y Thomas lo miraron extrañados, pero su mujer y su hija se echaron a reír.
-Creo que debo explicarme, creo que no la conocisteis cuando estuvisteis en Hogwarts porque no entrasteis en ese baño, pero en uno de los baños de chicas de Hogwarts hay un fantasma de una niña, murió allí cuando Minerva era estudiante, la chica tenía unos 13 años, se pasaba el día llorando allí y la atacó un basilisco, lo mataron hace años, bueno, voy al grano, tiene el pelo largo, oscuro, lleva gafas y físicamente podría ser la hija de vuestra vecina… y en Hogwarts se la conoce como "Myrtle la Llorona" por eso estas dos se están riendo como locas, su físico es parecido y los nombres suenan casi igual. . - Caliope entonces reía con ellas y Severus, que ya no podía aguantar más.
-¿De verdad se parece tanto? - Preguntó Thomas.
-Se parece bastante, mirándola bien, seguro que hay diferencias, pero se dan un aire, en vuestra próxima visita quizás os podríamos llevar a conocerla y juzgáis vosotros mismos. - Ahora todos reían y siguieron charlando.
Los días pasaron plácidamente, en más de una ocasión fueron a visitar a los Perkins con Caliope y Thomas, eran muy amables y simpáticos, Thomas tenía razón, se notaba que se sentían solos, sus hijos en ese momento no estaban allí aún, Mary había ido a conocer a la familia de su nuevo novio a Los Ángeles y Peter estaba pasando un mes con sus amigos del instituto recorriendo parques nacionales, él estaba estudiando biología y su hermana quería ser psicóloga infantil. Así que hasta un par de semanas después no llegarían a casa.
Hasta que por fin llegó el día del cumpleaños de Morgana. Como el año anterior, Elvira, Severus, Caliope y Thomas la despertaron con su desayuno favorito, gofres y leche con cacao. Morgana volvió a llorar y Elvira volvió a consolarla.
-Mamá, papá, abuelos, estoy contenta, de verdad, es que no puedo evitar acordarme de la abuela, os quiero mucho a todos, pero aún la echo de menos. - Severus dijo:
-Lo entendemos, pequeña, es normal, pasasteis por muchas cosas juntas y estabais muy unidas. Sabes que domino la legeremancia y la oclumancia, ¿verdad? - Morgana asintió y Severus siguió hablando: - Cuando perdí a mi madre decidí aprender a ocluir porque no quería que me viera nadie llorar en Hogwarts, ya se metían lo suficiente conmigo, pero pasaba las noches llorando…y sabes no era sano reprimirme tanto, no te digo que pases el día llorando o que no lo hagas si sientes que lo necesitas, esa necesidad será cada vez menos frecuente y seguro que dentro de un tiempo te acordarás de ella y no sentirás ganas de llorar. - Caliope dijo:
-Tu padre tiene razón, cariño, seguro que pronto sonreirás al acordarte de tu abuela, yo recuerdo cuando perdí a la mía hace muchos años, también estábamos muy unidas, sólo sé que pasados unos años en lugar de llorar al recordarla me reía al pensar en las cosas que diría o pensaría si estuviera allí. Por ejemplo, cuando conocí a Thomas y se lo presenté a mis padres, un día hablando con mi madre, le pregunté qué creía que opinaría la abuela de él y mi madre dijo: "Con lo guapo que es seguramente diría que si tú no lo quieres que se lo dejes a ella" las dos nos echamos a reír, porque tenía razón, de quién crees que sacamos nuestro descaro y sentido del humor tu madre y yo… así que tranquila, algún día te acordarás de ella y sonreirás. - Morgana dijo:
-Abuela es que a veces pienso que debería estar más triste, la he perdido, me siento culpable por ser feliz con vosotros. - Entonces Severus la abrazó.
-No debes sentirte culpable por eso, ¿o es que crees que tu abuela no quería que fueras feliz? Por eso dejó tu tutela a cargo de Elvira, ella sabía que te habías encariñado mucho con ella y que era la mejor opción. Seguro que si supiera que eres feliz con nosotros estaría muy contenta, además sabe que nunca te olvidarás de ella y nosotros tampoco, nos dio el gran regalo de tenerte. Y ahora, ¿Qué te parece si desayunamos?
Morgana abrazó más fuerte y besó la mejilla de Severus, ya más tranquila, saltó de la cama y fue al baño y después bajaron todos a la cocina. Por el camino Severus le dijo a Elvira y sus suegros:
-Por favor, no le contéis a nadie que me puedo poner tan sensiblero, tengo una fama de cabrón insensible que debo mantener. - Todos rieron. Elvira le dijo:
-Tranquilo, mi amor, de todas formas, nadie nos creería… - Caliope dijo:
-Sí, nadie nos creería, pero la verdad es que eres un buen hombre y un gran padre. -Severus se sintió entonces un poco incómodo.
Cuando terminaron de desayunar le dieron sus regalos a Morgana, sus padres le regalaron un perfume exclusivo que hizo Elvira sólo para ella, era afrutado y suave con un toque de azahar, le encantó, también le regalaron unos libros de pociones avanzadas que quería leer y Severus le regaló un libro de texto y un diccionario que él tenía de su adolescencia con los que aprendió leer el latín, le dijo que aprendió para traducir y trabajar con antiguos tratados de pociones, a ella le encantó porque quería ser tan buena maestra de pociones como él. Elvira también le regaló un diario, no para las pociones, un cuaderno encuadernado en piel verde oscura para que hiciera lo que quisiera con él, escribir lo que quisiera y a ella le encantó. Los abuelos, aunque ella les dijo que no era necesario, le regalaron una mochila nueva para sus viajes en avión, Caliope la había alterado para expandirla mágicamente y que engañara los escáneres y balanzas del aeropuerto. Morgana estaba encantada y emocionada, sólo había viajado en avión con su abuela cuando huyeron a España, pero no fue un viaje muy largo, en esta ocasión sería un viaje mucho más largo. Entonces Caliope y Thomas dijeron que habían pensado en algo más.
-Querida, sé que has traído el vestido estampado para ir esta noche al teatro, pero creo que ese vestido no será adecuado para la boda de Narcissa y Hans, me han dicho que hace mucho calor estos días, así que iremos a la tienda de Pietro cuando terminemos de vestirnos. Hablé con él ayer para decirle lo que había pensado para ti y me ha dicho que tiene varias opciones, así que vístete que vamos todos a Manhattan. - Morgana abrazó a sus abuelos y corrió a vestirse. Elvira dijo:
-Mamá, no era necesario que gastéis más dinero en nosotros.
-Tonterías, querida, os dijimos que por fin se ha vendido la casa de los abuelos y a repartir entre tus tíos y nosotros ha sido un buen dinero, además, Pietro nos hace descuento, sólo la vemos en vacaciones, déjanos mimar a nuestra nieta.
-Está bien, pero si la convertís en una caprichosa será culpa vuestra. - Caliope y Thomas se rieron.
Cuando estuvieron todos preparados salieron a buscar un taxi, con el tráfico de Manhattan era una locura ir allí en coche. Cuando llegaron a la tienda de Pietro los recibió y saludó efusivamente:
-¡Hola queridos! ¡Qué alegría veros! Estáis fabulosos, ya vi las fotos de la boda, estabais guapísimos, Caliope me dijo que necesitáis un vestido para una boda en la Toscana para esta preciosa señorita. Venid conmigo.
Severus estaba pensando en qué excusa poner para ir a tomar un café o algo así…pero cuando vio alguno de los vestidos que había por allí, pensó que mejor se quedaba para asegurarse de que no compraban un vestido demasiado de adulta. Llegaron a una pequeña sala donde había varios vestidos con bonitos estampados florales y otros lisos de colores pastel, sobretodo rosa, azul, amarillo, morado y verde. Pietro y las tres mujeres estuvieron mirando y eligiendo y decidieron que Morgana empezara a probarse cinco de ellos para empezar, uno estampado con margaritas sobre un fondo amarillo vainilla, dos verdes pastel liso, uno amarillo vainilla liso y otro violeta claro. Se probó el estampado, pero aunque no sería una boda muy formal, pero era un poco más adecuado para ir de paseo o para ir a la playa, después de probó los lisos, no le sentaban del todo bien, pero uno de los vestidos verdes le quedaba muy bien, tenía una pequeña manga casquillo, no era excesivamente escotado tenía el escote justo para que Severus no hiciera un drama, también tenía un poco de escote en la espalda, le quedaba un poco ajustado hasta la cintura y la falda tenía vuelo hasta un poco por debajo de las rodillas, el tejido era sedoso y veraniego, bastante fresco, estaba encantadora, por la crema solar de Elvira estaba consiguiendo un bonito bronceado y ese color le favorecía muchísimo. Todos la miraban encantados.
-¿Qué tal éste? A mí me gusta mucho. - Caliope le dijo:
-Cariño estás preciosa.
-¿Sí? - Severus asintió.
-Sí, pequeña, estás guapísima. - Entonces Morgana corrió a abrazar a su padre.
-Gracias, papá. - Entonces Pietro dijo:
-Bueno, entonces supongo que será este vestido. - Caliope y Elvira dijeron que sí y Pietro contestó:
-¿Necesitas zapatos? Tengo unas sandalias de tacón en blanco que seguro que le pegan muy bien. - Entonces Severus se apresuró a decir:
-Tacones no, Narcissa dice que por allí hay muchas calles adoquinadas con piedras, no quiero que se parta una pierna por presumir. - Pietro dijo:
-Está bien, papi, ¿Qué tal si miramos las sandalias planas? creo que hay unas con unas cuentas verdosas que combinarían muy bien con este vestido.
Las miraron y eran perfectas para el vestido…y bastante cómodas, después de la boda estaba segura de que las usaría bastante, porque no sólo eran bonitas. Caliope pagó las compras y prometió que a su vuelta le enseñaría las fotos del viaje a Italia. Pietro dijo:
-Me encanta Italia, hace tanto que no viajo allí, cuando pueda cogerme unas vacaciones seguro que volveré allí… - Le dijeron que el ahijado de Severus tenía un hotel para magos maravilloso cerca de Florencia.
-Pues quizás para la próxima primavera le haga una reserva.
Se despidieron de Pietro, almorzaron y volvieron a casa para descansar, esa noche tenían planeado ir a cenar al restaurante italiano que le gustaba a Morgana y a ver El Fantasma de la Ópera a Broadway.
Se vistieron bastante elegantes, de todas formas estaban celebrando el cumpleaños de Morgana. Elvira se puso un vestido negro con un escote vertiginoso, muy de su estilo, con una falda ajustada hasta las rodillas y una abertura detrás, se puso sus habituales tacones de aguja negros con su bolso de fiesta a juego, se peinó y maquilló como solía hacer cuando no daba clases, muy llamativa, decidió llevar sólo el collar que le regaló Severus y que nunca se quitaba y los pendientes que le regaló Morgana con las lunas. Severus se puso el traje que le regaló Elvira por Navidad con una camisa blanca y la corbata verde…algún día compraría otra parecida, pero por el momento esa estaba bien, se puso sus gemelos favoritos, se recogió el pelo en una cola baja como sabía que le gustaba a Elvira. Morgana se puso el vestido estampado que compraron durante las navidades y sus sandalias nuevas para acostumbrarse a ellas, aunque no le dolían nada, y sus pendientes a juego con su collar del gatito, Elvira la peinó igual que para la boda y le permitió usar el maquillaje que le regalaron, era una ocasión especial. Caliope y Thomas también estaban muy elegantes, él se puso un traje elegante negro con una camisa blanca y una corbata gris oscuro con un ligero brillo plateado. Se puso los gemelos y el alfiler de corbata a juego que le regalaron Severus y Elvira por Navidad. Caliope se puso un vestido negro muy elegante, con falda amplia por debajo de las rodillas y la cintura estrecha, con un escote algo grande, pero más discreto que el que llevaba su hija, decidió ponerse unos tacones altos negros y un bolso de fiesta también negro. También usó las joyas que su hija y su yerno le regalaron para Navidad. Caliope decidió que quería una foto de todos en el jardín trasero, instaló su cámara en un trípode para hacerla, ya que si la hiciera volar a la altura adecuada podría verla algún vecino.
Tras hacerse demasiadas fotos, según Severus, fueron al restaurante. Decidieron que como el restaurante estaba cerca de la zona mágica de Central Park, se aparecerían allí cerca, lo hicieron desde un punto de aparición que había tras un callejón cerca de la casa de Caliope y Thomas, cuando llegaron no tuvieron que esperar demasiado para que los acompañaran a su mesa, aunque irían a Italia en pocos días, eligieron de todas formas un restaurante italiano porque Morgana adoraba la comida italiana y era la cumpleañera. Cenaron maravillosamente, se divirtieron mucho, especialmente cuando llegaron los camareros con un tiramisú con unas velas de cumpleaños para Morgana y empezaron a cantar cumpleaños feliz muy alto atrayendo la atención de todo el restaurante, lo organizaron Caliope y Thomas como sorpresa, cuando terminó la canción y la niña sopló las velas todos los clientes del restaurante aplaudían. A Morgana le gustó el detalle, aunque como no estaba acostumbrada a ser el centro de atención y mucho menos en un sitio lleno de extraños que le aplaudían y felicitaban a voces, no pudo evitar sonrojarse.
Severus pagó la cuenta y salieron del restaurante rumbo al teatro que no estaba muy lejos. Era un teatro bastante más bonito que al que fueron el año anterior, como llegaron con tiempo lo estuvieron viendo y Caliope y Elvira insistieron en hacerse fotos, Thomas y Severus protestaron un poco y Caliope dijo:
-¡Oh, vamos! No seáis aguafiestas, además estáis los dos muy guapos y quiero fotos para que todo el mundo os vea. - Morgana les dijo:
-La abuela tiene razón, estáis muy guapos los dos.
Finalmente los convenció y se hicieron algunas fotos delante del cartel anunciador y en el vestíbulo en una escalera alfombrada de rojo y en un arco muy bonito. Cuando terminaron decidieron entrar y un acomodador los acompañó a sus asientos en la tercera fila, Morgana estaba encantada y sus padres y abuelos estaban felices sólo por verla tan contenta y emocionada.
Fue una experiencia fascinante para todos, Morgana porque el único musical que había visto en el teatro fue Mamma Mía! Y ninguno de los adultos habían ido nunca a un teatro tan bonito ni habían visto una puesta en escena parecida. Cuando terminó la obra aplaudieron de pie como prácticamente todo el teatro. Cuando salieron del teatro, Morgana estaba feliz, ese fue un cumpleaños inolvidable.
Volvieron a casa del mismo modo, pero se aparecieron directamente en la sala de estar de la casa, a esa hora era difícil que hubiera nadie merodeando por allí. Tampoco temían que los niñatos que pululaban por el barrio se colaran en el jardín para refrescarse en la piscina, las protecciones de Caliope eran más poderosas de lo que podría parecer y en cuanto la familia salía de la casa se activaban. En cuanto llegaron se activaron para la noche. Lo cierto es que había sido un día de muchas emociones y estaban agotados. Se desearon buenas noches y se retiraron a sus habitaciones.
Cuando Severus y Elvira se quedaron a solas él se quitó la chaqueta y la abrazó y la besó apasionadamente. Elvira le dijo:
-No me quejo, para nada, ¿A qué viene ese beso? - Severus sonrió y le dio un piquito:
-Por ningún motivo en especial, simplemente llevo toda la noche deseando besarte, ¿Te he dicho ya que esta noche estás preciosa? - Elvira lo miró pensativa mientras acariciaba su pecho por encima de su camisa.
-Creo que sí… pero me gusta oír que te gusta lo que ves.
-Te hartarás de oírlo… por cierto, también me gusta lo que ahora mismo está tapado.
Movió las cejas sugestivamente. Entonces empezó a volar la ropa, cuando estaban en ropa interior, Severus miró con una sonrisa a su mujer.
-Vaya, braguitas nuevas, éstas no las había visto antes, me gustan, pero no las tendrás puestas mucho tiempo. - Elvira reía.
-Sólo te pido que no me las rompas…
-Está bien, pero no prometo nada la próxima vez que las vea. - Se besaron y abrazaron con fuerza, se acariciaban y se besaban por todas partes, en un momento dado Elvira cogió la corbata y ató las manos de Severus al cabecero.
-Esta noche quiero que seas todo mío para hacer lo que quiera contigo.
-Cariño, soy tuyo, siempre, puedes hacer lo que quieras conmigo.
Entonces ella lo besó en los labios, mientras acariciaba su pecho, pasó sus manos suavemente por el vello de su pecho y llegó a sus pezones, entonces los pellizcó y retorció ligeramente provocando que diera un fuerte gemido. En ese momento empezó a mordisquear su cuello y bajó hasta su clavícula. Luego mordió uno de sus pezones, él no paraba de gemir siguió besando su abdomen hasta llegar a su ombligo. Empezó a acariciar su polla suavemente, después empezó a chupar su glande y lo introdujo en su boca.
-Bueno, Severus, parece que estás listo para mí, ¿Quieres comprobar si yo también estoy preparada?
-¿Me vas a soltar para que pueda tocarte, amor?
-No, no necesitas las manos para comprobarlo. - Elvira entonces subió por su cuerpo y puso su húmeda entrepierna a la altura de su boca.
-Dime, ¿no lo puedes comprobar mejor así? - Él entonces sonrió y dijo:
-Por supuesto.
Entonces sacó su lengua y la pasó por su vagina en un primer y largo lametón, luego empezó a chupar, besar y lamer con fuerza, ella estaba chorreando. Antes de correrse en su boca, Elvira se apartó, él parecía decepcionado, pero entonces ella lo besó profundamente en la boca y sujetó su polla empalándose en ella, se la metió hasta el fondo y prácticamente se corrió en ese instante, ella empezó a subir y bajar, cabalgándolo apasionadamente. Pasó así unos minutos, echada sobre él besándolo y moviendo sus caderas. Entonces se apartó un poco y dejó que él besara y mordiera sus pechos que en esa posición rebotaban delante de su cara. Ella ya no podía más, él tampoco, con una fuerte y última embestida ambos se corrieron casi simultáneamente. Ella se cayó sobre él con la respiración agitada y satisfecha. Pasaron unos minutos recuperándose, tras lo cual, ella lo desató y limpió la cama y a ellos mismos, poco después ambos se durmieron abrazados a pesar del calor.
A la mañana siguiente se despertaron y Elvira, tras darle un beso y desearle buenos días le dijo:
-Sabes, ayer no pude decirte que creo que eres un padre maravilloso, sabía que Morgana te admiraba y que quería ser como tú, ahora creo que te quiere casi más que a mí…
-¿Qué dices? Tú eres una gran madre y estoy seguro de que te adora desde que te conoció, a ti su abuela te eligió, mi presencia en su vida es circunstancial. Aún así, creo que no lo estamos haciendo mal del todo, cuando la conocimos ya era una niña bastante especial, yo no lo noté, pero tú sí. Estoy seguro de que si sigue así será una mujer maravillosa, sólo quiero hacerla feliz. Me pasa lo mismo contigo, sólo vivo para hacerte feliz.
Se besaron con ternura y volvieron a hacer el amor antes de bajar a desayunar.
