REVENGE
~Capítulo 14 Parte II~
—No puedo creer lo que sucedió.— Comentó Koushiro mientras caminaban con Mimi por las calles del centro de Tokyo—¿Cómo una persona puede estar tan cegada para subir un video de esa índole a internet?— Cuestionó—Acaso ¿no piensa en que Yamato tiene hijas a las que puede afectar?
—Es obvio que eso buscaba...—Musitó la castaña— Y su ira, no la dejó ver más allá.
—No estuvo bien.
—Lo sé, y la detesto por hacer sufrir a mis niñas...—Murmuró la castaña— Pero entiendo que es sentir esa ira y ganas de acabar con Yamato...—Apretó su puño— Ese hombre y su familia no tienen perdón. Las únicas que se salvan son mis hijas, Nene e Izumi.
—Y Rika también.—Agregó el pelirrojo— Ella también debe estar sufriendo por esto.
La castaña hizo una mueca— A mi solo me importan mis hijas.
—Mimi, lo sé, son tus hijas, pero no puedes actuar sin pensar, esa chica también es inocente.— Comentó Koushiro— Aunque sea hija de Sora y Yamato. No tiene la culpa de todo lo que ocurrió. Hiciste muy mal en enviarle ese video por interno.
Mimi apretó los dientes, no esperaba que Koushiro lo supiera, pero aquel micrófono en la oficina de Yamato la delató.
—No me recrimines por eso, ya pasó.—Declaró Mimi— Y aunque no lo hubiese hecho, de igual forma se hubiera enterado hoy, finalmente todos lo saben ahora.— Habló—Como te dije, yo no tengo algo que ver con esto, pero si está ocurriendo es porque ¡al fin! existe algún tipo de justicia divina.— Comentó—Y si podemos sacar provecho de esto ¡debemos hacerlo!
—¿Sacar provecho?
—Sí, con esto puede entrar en confianza con Yamato.—Respondió la castaña—Esta situación me puede permitir estar más cerca de él.
—Mimi entiendo que estés enojada.—Musitó Koushiro—¿No has pensado en tus hijas? Sí destruyes a Yamato de algún modo la afectarás a ellas. Hoy fue la muestra de eso.
—Claro que sí.— Respondió Mimi— Y es por ellas que estoy haciendo esto, ellas creen que su padre es perfecto, cuando no lo es ¡Necesito que ellas sepan qué clase de tipo es!
—Mimi, estás cegada por la ira.— Declaró Koushiro— Sí, está bien que quieras que Izumi y Nene sepan qué clase de persona es Yamato, pero debes ser más inteligente. Recuerda que a través de Yamato llegaremos a Hiroaki y Toshiko.
—Lo sé...—Musitó Mimi y suspiró— Dime ¿has encontrado alguna pista de eso?
—Pues...—Koushiro tuvo intenciones de responder, sin embargo, la presencia inesperada de una persona con la cual tropezaron lo interrumpió.
Debido al impactó del choque con ese sujeto Koushiro y Mimi detuvieron su marcha, la castaña se sostuvo rápidamente del pelirrojo, ya que sin querer perdió el equilibrio y estuvo apunto de caer.
—¡Ups! Lo siento...—Una voz masculina se hizo presente.
Mimi hizo una mueca y dirigió su mirada hacia el individuo, sin embargo, se quedó congelada al ver de quien trataba.
—¿Ryo?— Koushiro pronunció el nombre de aquel joven.
—Koushiro...—El oji-azul pronunció su nombre y luego dirigió su mirada hacia la mujer— Señora Anderson.
Mimi literalmente sintió su cuerpo congelarse al estar frente a frente a su hermano, otra vez. Ryo también se sorprendió al ver a aquella mujer, literalmente quedó estático.
La castaña mordió su labio inferior.
Lo mejor sería actuar
—Otra vez tú, joven...—Musitó.
Ryo asintió en silencio, mientras observaba a la mujer, era muy difícil para él observarla sin decirle "hermana" después de todo se parecía ¡bastante! Sí, tenía el cabello castaño medio anaranjado y la última vez que vio a Mimi lo tenía castaño-rosa y tenía su rostro con facciones juveniles, en cambio, esta mujer tenía facciones más maduras y un tanto diferentes, lo que provocaba que se viera como "Satoe" La madre de ambos, quien tenía los ojos de aquella forma y el cabello anaranjado.
Sí, era algo de loco decir "esta mujer es mi hermana porque se parece a mi madre" pero era literalmente ver a Satoe con los ojos de Mimi. Pero, nadie jamás le creería eso, después de todo, pocas personas conocían a su madre. Además, esta mujer era muy diferente a Mimi, tenía un carácter diferente.
—Lo siento, no quería tropezar con ustedes.
—No te preocupes.— Respondió Koushiro— Íbamos hablando sin mirar.
—El que iba sin mirar fui yo.—Comentó—Estaba más centrado en mi busqueda.
—¿Busqueda?— Preguntó Haruna/Mimi.
Ryo asintió—Estaba buscando a una chica...—Musitó— ¿por casualidad no han visto a una joven pelirroja, de mechones rebeldes y ojos extraños?
—¿Ojos extraños?— Cuestionó Mimi.
—S-sí, ojos color lila, muy peculiares.— Respondió Ryo.
La castaña alzó una ceja al escuchar aquellas descripciones.
Pelirroja...mechones rebeldes...ojos lilas...Esas descripciones por alguna razón le resultaban familiares.
—Siento interrumpir...—Koushiro habló— Pero, Haruna ¿esa chica que está ahí no es la hija de Yamato? —preguntó.
¿Qué?
Haruna al escuchar esto rápidamente volteo hacia el lugar que señalaba Koushiro, donde se encontraba la hija menor de Yamato, totalmente desarreglada, tambaleaba de un lugar a otro y tenía ¿una botella de fernet en la mano?
La castaña se sorprendió al ver a la joven en aquel lugar, a esas horas de la noche, con ese aspecto y esa botella, sin embargo, su sorpresa fue máxima por lo que vino a continuación:
—¡Rika!— Ryo exclamó y rápidamente se acercó a ella.
Mimi y Koushiro dirigieron su mirada hacia el castaño, sorprendidos de que fuera directo hacia la hija de Yamato. Entre ellos mismo intercambiaron, y sin decir palabra se acercaron al Akiyama.
Ryo se arrodilló junto a la pelirroja—Rika ¡Por fin te encuentro!
La pelirroja alzó la mirada hacia el oji-azul e hizo una mueca— Ryo...—Musitó— Viniste.
—¡Pues claro que vine! ¿Creíste que no iba a prestar atención a tu llamada?— Preguntó el Akiyama y se cruzó de brazos— Dime ¿Qué está haciendo aquí sola y a esta hora?
La hija de Sora simplemente hizo una mueca y apoyó su cabeza en el hombro de Ryo— Salí a tomar aire.
—¿Tomar aire?— Cuestionó Ryo— ¿Es una broma?
—Rika, ¿qué estás haciendo aquí sola? ¿Estás bien? —preguntó Mimi con preocupación, poniendo una mano en su hombro para intentar estabilizarla.
Rika levantó la mirada hacia ellos, sus ojos enrojecidos y vidriosos por el efecto del alcohol. Su rostro estaba contorsionado en una mezcla de tristeza y rabia mientras hablaba.
—Haruna Anderson.—Pronunció su nombre— ¿Qué hace aquí?
—Eso iba a preguntarte yo a ti.— Respondió la castaña.
Rika hizo una mueca, cerró sus ojos y apoyó su espalda en el poste de luz que se encontraban a su lado.
Haruna observó sorprendida a la hija de Yamato y luego a su hermano.
—¿Se conocen?
El Akiyama dirigió su mirada a la mujer y asintió— Sí.
Haruna intercambió una mirada con Koushiro.
No esperaba esto
—Ya, responde ¿por qué, rayos, estás aquí?— Musitó Ryo.
—Acaso ¿no es obvio?— Preguntó— Estoy intentando olvidar las asquerosidades que mi padre hizo frente todo el mundo.
—¿Estás loca?— Cuestionó Ryo— ¿Cómo, rayos, se te ocurre estar bebiendo a esta hora de la noche, aquí afuera? ¡Más encima, tomando!
—¿Qué tiene eso de malo?— Rika murmuró mientras movía con su cabeza.
—¡Eres menor de edad!—Exclamó el oji-azul.
—Eres muy pequeña para tomar alcohol.— Haruna completó.
Rika simplemente observó al chico— ¿Y, qué tiene de malo ser menor de edad?
—¿Qué tiene de malo?— Musitó el oji-azul— ¡Tú bien sabes que eso es ilegal!
Haruna asintió, preocupación reflejada en sus ojos.
—Exactamente. No solo estás violando la ley, sino que también estás poniendo en riesgo tu salud.
Rika se encogió de hombros con indiferencia, aunque su mirada revelaba un rastro de vulnerabilidad bajo su actitud desafiante.
—Solo tomé un poco —insistió, aunque su voz temblaba ligeramente.
—¿Un poco?—replicó Ryo, preocupación marcando su rostro— Estás claramente afectada, Rika. No puedes negarlo.
Haruna se arrodilló a su lado, colocando una mano reconfortante en su hombro.
—Estás borracha, Rika. Negarlo no cambia la realidad.
Rika lanzó una mirada desafiante a Ryo y Haruna, pero sus ojos brillaban con una mezcla de confusión y fragilidad.
—No lo estoy —protestó débilmente, aunque su voz estaba cargada de duda.
—Sí lo estás, Rika. Y necesitas ayuda —insistió Ryo con firmeza, tratando de penetrar la muralla de bravuconería de la joven.
—¡Que molesto eres, Akiyama! —exclamó Rika con frustración, su voz mezcla de resentimiento y confusión.
Ryo suspiró, sintiendo la tensión entre ellos, pero su preocupación por la seguridad de Rika superaba cualquier conflicto personal.
—Solo queremos ayudarte, Rika. Por favor, déjanos hacerlo.—rogó con sinceridad en su voz.
Rika bajó la mirada, luchando consigo misma.
—No necesito ayuda.—Respondió— Necesito lidiar con mis propias penas.
—Eso lo entendemos.—Comentó Mimi—Pero nada justifica que estés en este estado.
—¡Claro que sí!— Gritó Rika— ¡Ese video! —exclamó, con un tono de voz que denotaba su estado de embriaguez— El maldito video de mi padre... engañando a mi madre. Que todo el mundo está viendo en internet.— Dirigió su mirada hacia la castaña—Supongo que sabe de eso, señora Anderson ¿no?— Comentó— Ahora, sabe con que clase de persona está haciendo negocios.
Sabían que Rika estaba pasando por un momento difícil debido al escándalo familiar, pero no esperaban encontrarla en ese estado.
—Rika, ven, vamos a llevarte a casa. No deberías estar aquí sola.—dijo Ryo, tratando de tranquilizarla mientras tomaba suavemente su brazo.
Pero Rika se resistió, aferrándose a sus palabras con desesperación.
—¡No! —gritó Rika, sacudiendo la cabeza con vehemencia— ¡Necesito... necesito entender! ¿Por qué mi padre haría algo así? ¿Cómo puede ser tan... tan egoísta?
Mimi suspiró, sintiendo cómo el corazón se le encogía ante la angustia de aquella joven. Jamás esperó verla así, era evidente que estaba sufriendo. Era una pena, después de todo, el que actúo sin pensar, como siempre, fue Yamato.
Al parecer, con el paso de los años no cambiaba, hacia lo imposible por hacer sentir mal a su familia, en especial a su esposa e hijas, antes fue ella con su bebé, y ahora las víctimas eran Sora con Rika, Izumi y Nene.
—Lo sé, Rika. Es difícil de entender, pero ahora no es el momento para pensar en eso. Necesitas descansar y estas con tu madre.—dijo Haruna con voz suave, tratando de tranquilizar a la joven.
Pero Rika se negaba a escuchar, obsesionada con el dolor y la traición que sentía.
—¡No puedo! —exclamó Rika, con voz quebrada— No quiero hablar con ella. No después de... de lo que vi. No puedo soportarlo. Ella debe estar igual de avergonzada que yo. No quiero verla triste.
Mimi y Koushiro intercambiaron miradas preocupados, sabiendo que no podrían convencer a Rika en su estado actual. Pero estaban decididos a ayudarla de alguna manera, incluso si eso significaba simplemente estar allí para ella en su momento de necesidad.
—Rika, entiendo que te sientas mal, pero a tu madre se sentirá peor si no llegas, ya es tarde, y si te dejamos aquí puede ocurrirte algo...—Comentó la castaña— Sora sufrirá más si algo te ocurre.
—Por favor, señorita, reacciona.— Rogó Koushiro.
Rika simplemente negó con la cabeza.
Ryo se mordió el labio inferior.
¡Estaba harto!
—Bueno, te guste o no, vendrás con nosotros.—Rápidamente se colocó en pie y con toda su fuerza tomó a la pelirroja entre sus brazos.
—Pero ¿qué haces?— Preguntó Rika—¡Suéltame!
—No te soltaré.— Respondió Ryo— Koushiro, Haruna ¿pueden llamar a un taxi?
—¿Un taxi?— Haruna se colocó en pie— ¡Olvídalo, nosotros te ayudaremos a ir a dejar a Rika a su casa!
Koushiro asintió— Iré a buscar el auto. Está en el estacionamiento del centro comercial.
—Bienvenida a mi pequeño hogar, pero acogedor hogar.—Musitó Takuya al abrir la puerta de su departamento y hacerle una seña a Izumi para que entrara.
La rubia dio unos pasos ingresando al lugar mientras observaba a su alrededor el departamento de los primos Kanbara. Era un lugar bastante bonito, como dijo Takuya pequeño, pero acogedor. Con una decoración sencilla pero elegante, el espacio estaba hábilmente diseñado para maximizar la comodidad y la funcionalidad.
Las paredes estaban pintadas en tonos suaves, como un suave color beige que daba una sensación de calma y serenidad. Grandes ventanales permitían la entrada de abundante luz natural, iluminando el espacio y haciéndolo sentir aún más acogedor.
En el área de estar, un cómodo sofá de color negro se ubicaba frente a una televisión de pantalla plana, invitando a relajarse y disfrutar de una tarde viendo películas o simplemente charlando. Cojines decorativos en tonos tierra añadían un toque de color y calidez al ambiente.
La cocina, abierta hacia el área de estar, estaba equipada con electrodomésticos modernos y elegantes encimeras de granito. Un comedor pequeño pero acogedor se encontraba junto a la cocina, perfecto para disfrutar de comidas caseras o conversaciones informales.
—Espero que te guste estar aquí, quizás, no es tan genial como tu mansión. Pero se puede sobrevivir.
—¿Bromeas?— Preguntó Izumi— Este lugar es mucho mejor que mi hogar. Es cálido, bello, nada que ver con la mansión gigante y fría en la cual apenas se escucha lo que sucede al rededor.
—Bueno, en este departamento se escucha hasta lo que hace el vecino.—Comentó mientras cerraba la puerta y depositaba las llaves en la mesa— Ve, toma asiento.— Señaló el sofá.
—Gracias.— La rubia se acercó al sofá y, como dijo Takuya, tomó asiento.
Takuya se acercó a ella y también tomó asiento a su lado. Tuvo intenciones de iniciar un tema de conversación, sin embargo, justo en ese minuto, los móviles de ambos sonaron.
¡Bip, bip!
Ambos se observaron sorprendido ante esto.
El moreno sacó su móvil, sin embargo, Izumi no lo hizo.
—¿No vas a contestar?
—No tengo ánimos.— Respondió la oji-verde.
Takuya observó su móvil—Tu madre acabó de enviar un mensaje al grupo de la compañía.
—¿A sí?
El moreno asintió— Dice que debido a todo lo ocurrido en estos días, mañana no debemos presentarnos en la compañía.
—Menos mal.—Musitó la rubia.
No quería que la gente de la compañía murmurase cosas en los pasillos o que armara más lío del que ya habían armado luego de la desaparición de las modelos.
—Al menos, mañana no tendrás que ir a trabajar.— Comentó el castaño.
...
—No puedo más con esta tristeza, Takuya, siento que voy a morir.
¿Morir?
—No digas eso Izumi.— El moreno intentó consolarla.
—Mi padre me traicionó de la peor manera.— Declaró la oji-verde— No le importo destruir su familia engañando a mi madre. Jamás lo hubiese esperado de él.
—¿Sabes? A mí me traicionó la persona más importante en mi vida.—Comentó Takuya.
Izumi alzó la mirada— ¿La persona más importante en tu vida?
El castaño asintió.
—¿Quién?
—Mi madre.— Respondió el Kanbara.
Izumi lo observó exactamente sin entender.
—Ella se fue cuando yo era apenas un bebé, decidió formar otra familia, y se olvidó de mi.— Relató el moreno.
—¿Qué?— Preguntó la oji-verde— ¿Tu madre te abandonó?
El moreno asintió.
—Quizás, no es lo mismo, pero sé lo que se siente ser traicionado por la persona que, por leyes de la vida, debería buscar lo mejor para ti.
Izumi tragó saliva ante esto— ¿Y-y lograste superarlo?
—Me costó, porque para un niño es difícil crecer sin su madre.—Comentó Takuya—Pero, aunque se ve difícil la situación, siempre se puede salir hacia adelante, sobre todo cuando tienes una red de apoyo que está contigo.—Musitó— En mi caso, yo tuve a mi padre, quien a pesar de sufrir por la ida de mi madre, nunca me dejó. Tuve a mi tía, a mi prima Hikari y eso me ayudó a salir hacia adelante.—Dirigió su mirada hacia Izumi— Sé que tú situación es peor, porque quedaste en ridículo frente a todos con ese video, pero tienes la suerte de tener a tu madre, hermanas y tu tío. Estoy seguro que ellos te apoyarán.
—No dudo de eso.—Comentó la chica— Pe-pero se me hace difícil creer que podremos superar esto, mis hermanas y mi madre también están afectadas, lo cual no es para menos. Mi padre se comportó como un patán.
—Los padres cometen errores y lamentablemente los hijos sufren por ellos.—Comentó Takuya— Pero eso no significa que no podamos seguir hacia adelante.— Tomó suavemente su mano— Estoy seguro de que podrás seguir.
—Todo se ve oscuro, como una negra noche, tragedia tras tragedia.
—Sí, pero eso no significa que no puedas cambiar esa noche oscura por un amanecer, las tragedias ocurren, pero la alegría viene cuando logras superarlas.— Comentó Takuya— ¡Vamos! Yo estoy seguro de que podrás hacerlo.
Izumi bajó su mirada y suspiró— Eso espero.—Musitó— Aunque dudo que sea así.
¡Cuanto pesimismo!
—¡Oh vamos!— Exclamó el moreno— ¡Anímate!
Rápidamente se levantó de su lugar y sacó su móvil.
—Dime ¿tienes hambre? Pediré algo para comer.— Cuestionó— ¿Quieres pizza o sushi?
Izumi negó— Takuya no es necesario.
—¿Cómo no?— Preguntó el castaño— Tú me dijiste que eres insaciable cuando trata de comida ¿no?
—S-sí, pero...
—¡Pero nada!— Exclamó el Kanbara— Dime ¿quieres sushi o pizza?
—Takuya...
—¿O papas fritas?
—Oye...
—¿Cuál de las tres?— Cuestionó Takuya.
Izumi intentó hablar nuevamente—N-no...
—¿O quieres dos de esas cosas? Dime ¿no te gustan?
—¿E? S-sí...—Respondió la rubia— Si me gustan, las tres, pero...
El moreno negó— Entonces, dime ¿cuál de las tres?
—Takuya no es...
—Bueno ¡ya! Pediré las tres.—Exclamó el Kanbara.
—¿Qué?— Esto sorprendió a la rubia— ¿Las tres?
Takuya asintió— Junpei dice, con el estómago lleno es difícil tener tristeza. Y creo que tiene razón.— Sonrió— Dime ¿no se te antoja una buena pizza con unas piezas de sushi y unas papas a la francesa con una deliciosa salsa de queso?
Izumi abrió la boca dispuesta a negar aquello, sin embargo, el sonido de su estómago evitó que respondiera. Rápidamente llevó sus manos a su estómago, aunque comió una barra de cereal aun moría de hambre. Y, Takuya logró hacerla antojar por todas esas cosas.
Pizza...Sushi...papas...
Agua en su boca se hizo presente al pensar en estas delicias y...
—Que sean papas a la francesa con salsa de queso y ajo, por favor.— Respondió Izumi— Y, que la pizza sea margarita.
Takuya sonrió ante esto— A su orden.— Fue así como tecleo en su celular el número del delivery.
—¿Ustedes vieron el video de mi papá?— Preguntó la pelirroja.
Ryo y Haruna intercambiaron miradas ante esto.
—No me digan que no, porque fue todo un hit ¡grande Yamato Ishida!— Exclamó Rika— Yamato se lució.
—Ya, Rika...—El Akiyama depositó su mano en su mejilla— Tranquila.
—Yo estoy tranquila.—Habló Rika— Aunque...—Se dejó caer en el hombro de Ryo— No debería estarlo, después de todo, estos días han sido una agonía desde que me enviaron las fotos y el video de mi padre siendo infiel, antes de que filtraba en las redes sociales.
Haruna se mordió el labio inferior al escuchar esto, después de todo, ella sabía de eso, ya que ella fue quien lo envió.
—¡Desde ahí comenzó mi dolor!—Exclamó la pelirroja— Primero, tuve problemas con ellos porque estaba deshonrando a mi familia por tener gustos barriobajeros, fui acusada de drogadicta, mala chica y rebelde frente a todo internet, luego me entero de esta infidelidad, ahora sale en internet.— Musitó— ¡Qué horror! ¿no? Es como si el destino quisiera destruirme.
Por alguna razón, esas palabras resonaron en la mente de Mimi, ya que lamentablemente ella creo esa noticia falsa.
—Lo peor es que desde esa noticia todos mis compañeros se comenzaron a burlar de mi.— Declaró Rika— Todos en mi preparatoria me comenzaron a decir que soy una vergüenza por arruinar el nombre de mi familia.—Bueno, no solo ellos, también mis abuelos y mis hermanas...—Suspiró— Pero ahora es peor ¿e? Mis compañeros no pararon de burlarse por el video de mi padre con esa mujer.
—No escuches a los ineptos de tus compañeros.— Ryo le habló a Rika— Te lo he dicho un millón de veces, esos hijitos de papá solo piensan en ellos, no les hagas caso.
—Bueno, según ese artículo que salió la otra vez de mi internet decía que, solo me preocupo de mí y por eso dejé en ridículo a mi familia.
¿Qué?
Koushiro miró a Mimi.
La castaña negó, ella no había escrito eso, al contrario, pero la publicación permitió que muchos comentarios salieran sobre ella, ese fue uno de ellos. Indirectamente ella permitió que eso se diera.
—Me gustaría saber ¿qué opinan del video de mi padre?— Preguntó la pelirroja— Con esa inmunda.
Hubo un silencio en el auto.
Rika rió— ¿No van a opinar nada? —Preguntó— Yo sé que vieron ese video.— Se acercó a la ventana del auto— ¡Papá gracias!
—Rika, por favor, tranquila...—Ryo la tomó por los hombros— Sé que estás dolida, pero no actúes de esta manera, mucho menos en este estado de borrachera. No te hará bien.
—¿Bien?— La pelirroja cuestionó— ¿Cómo estaré bien si ocurrió esto?
Kiriha había estado trabajando hasta tarde en la oficina, absorto en su tarea y ajeno al paso del tiempo. Cuando finalmente decidió que era hora de irse a casa, se levantó de su escritorio y se estiró, sintiendo el cansancio acumulado en sus huesos.
Mientras se dirigía hacia la salida, pasó frente a la sala de reuniones y notó una luz encendida en su interior. Curiosa, decidió asomarse para ver quién estaba allí a esas horas de la noche.
Al entrar en la sala, se detuvo en seco al ver a Nene de pie junto a la ventana, observando la vista nocturna del edificio con una expresión seria y triste en el rostro. Su silueta estaba iluminada por la luz de la luna que se filtraba por la ventana, destacando su figura solitaria en la habitación.
—Nene...—La llamó.
Nene se sobresaltó al escuchar su voz y se giró hacia él—Kiriha...—Pronunció su nombre—No sabía que estabas aquí.
Ambos intercambiaron miradas.
—¿Qué haces aquí?— Preguntó el rubio.
—¿E?— Balbuceo la castaña— Na-nada.
Kiriha, preocupado por la castaña, se acercó a ella con delicadeza y se sentó a su lado. Con un gesto de ternura, colocó una mano en su hombro, ofreciéndole su apoyo silencioso.
—Nene, ¿estás bien? —preguntó Kiriha con voz suave, preocupado por el visible dolor de la joven.
Sí, pregunta absurda, era obvio que no estaba bien.
La castaña dirigió su mirada hacia él.
—¿Por qué preguntas?—Cuestionó—¡Oh! Espera, ya sé porque me preguntas como estoy...—Comentó—Supongo que al igual que todos en esta maldita ciudad viste aquel video.— Declaró la castaña.
Kiriha asintió—Sí, lo vi.
Nene apretó su puño.
—Pero no te preguntaba por eso.—Se apresuró a decir— Te vi aquí, a estas horas de la noche, triste, y me preocupé.
Nene se mordió el labio inferior ante esto, no esperaba que fuera tan predecible con sus expresiones, a pesar de que, no lloraba, sentía una pesadez terrible en su corazón.
Kiriha pasó su vista por los ojos de Nene, su mirada estaba apagada, fría, sin emociones, algo inusual en ella.
—Mi familia es el hazme reír de todos ¿e?—Nene decidió romper el silencio.
El hizo una mueca—Lamento mucho lo que les está ocurriendo.
—No lo lamentes.— Se apresuró a responder Nene— Me ¡carga! dar lastima.
—No me das lastima, simplemente me lamento por la situación.
—¡Es lo mismo!— Exclamó la castaña— Esta situación me involucra, así que yo también te doy pena ¡Y no me gusta eso!— Fue así como caminó en dirección a la puerta, dispuesta a retirarse del lugar, sin embargo el rubio se lo impidió.
—Nene.— Kiriha la tomó suavemente del brazo y la hizo voltear— Sé que no te gusta ser vulnerable, o demostrar debilidad ante los demás, pero no es necesario que te escapes de mí.
Era irónico que lo dijera, después de todo, él se escapaba de ella todo el tiempo.
—No quiero que me mires con lastima.
—No buscó mirarte con lastima, Nene, simplemente me preocupa que estés triste por esto.—Respondió el rubio. (1)
—No necesito que te preocupes por mí.—Nene intentó soltarse de su agarre, pero no fue posible.
—No necesitas fingir que no estás triste, entiendo cómo te sientes, después de todo, viví una situación similar.
—¿Qué?— Preguntó la castaña— ¿Similar?
El rubio asintió— Mi padre le fue infiel a mi madre.— Comentó— Y, de la peor forma, porque fue cuando estaba enferma.
—¿Qué?
—Lo que escuchaste.— Respondió el oji-azul— Mi padre le fue infiel a mi madre.
Nene observó sorprendida al rubio, verdaderamente no esperaba esta declaración.
—Y-yo no sabía eso.
—Pues sí.— Contestó Kiriha— Eso pasó, así que entiendo lo que sientes.
Una brisa fría se levantó en ese momento, provocando un sigiloso sonido en el lugar que llenó el silencio que había entre ambos.
—Al menos, no salió en redes.
—No, pero eso no quita que haya sido menos doloroso.
Sí, eso era verdad.
—¿Cuántos años tenías?
—Nueve años.— Respondió Kiriha— Y, aunque era pequeño, me tocó afrentarlo, porque mi madre estaba mal.
—¿Y-y...—Intentó preguntar— ¿Cómo te sentiste?
—Así como tú, totalmente débil y desvalido.— Contestó el rubio— Sin embargo, odiaba esa sensación. No quería que los demás sintieran pena por mi.
Un silencio se hizo presente mientras la castaña analizaba las palabras que efectivamente describía como se sentía.
Nene levantó la mirada hacia Kiriha, sus ojos llenos de dolor y confusión—¿Cómo hiciste para superarlo, Kiriha?
Kiriha le sonrió con tristeza. —Fue difícil, Nene. Pero encontré consuelo en el amor y el apoyo de mi madre, y en el hecho de que podía ser fuerte y valiente a pesar de la situación. Aprendí a concentrarme en ella me haría más fuerte.
Nuevamente el silencio se hizo presente mientras Nene procesaba estas palabras.
—Ojalá eso fuera tan simple.—Comentó la castaña— Pero me es inevitable creer que apoyarme en mi madre me hará salir adelante, después de todo, ella también está sufriendo.—Unas lágrimas cayeron de sus ojos.
Kiriha suspiró, sintiendo empatía por el dolor de Nene. Recordaba demasiado bien la sensación de traición y confusión que había experimentado cuando descubrió que su propio padre había sido infiel a su madre. Con delicadeza, envolvió a Nene en un abrazo reconfortante.
—Y la comprendo.— Nene sollozó, incapaz de contener la tristeza que la abrumaba—Porque nunca nos hubiéramos imaginado que mi papá le iba a ser algo así a ella.
—Bueno, lamentablemente, uno nunca termina de conocer a las personas.— Contestó Kiriha— Y ese dicho incluye a nuestra familia.—Sacó un pañuelo de su chaqueta y se lo extendió a la castaña.
Nene recibió el pañuelo e intentó limpiar sus lágrimas—Odio a mi padre, lo odio por hacer esto.— Declaró— Desearía no ser su hija. O mejor, desearía que él no existiera, que desapareciera.
—No digas eso, Nene.— Kiriha la tomó por los hombros obligándola a voltear hacia él— Sé que estás enojada, pero no puedes englobar todo lo que tu padre ha hecho por ti en esto.
—Me es imposible no hacerlo.— Contestó la castaña arrugando el pañuelo que Kiriha le dio y dirigió su mirada hacia la ventana— ¡Él no pensó en su familia cuando hizo lo que hizo!
—Puede que no, pero eso no lo hace un mal padre.—Comentó el rubio— Después de todo, siempre ha estado al pendiente de ti ¿no?
—Sí, pero engañó a mi madre, sabiendo que nuestra familia es importante para nosotras.
—Algunas veces, los padres hacen cosas que no entendemos.— Comentó Kiriha— A mí me costó mucho perdonarlo, estaba muy enojado, tanto así que desee que no existiera...—Musitó con melancolía.
Nene escuchó sorprendida esto— ¿Deseaste que muriera?
El rubio asintió— Estaba muy enojado y no pude ver con claridad la realidad.— Habló—Lo cual fue un error, ya que luego del accidente que mi madre y él tuvieron, me di cuenta que nada gané enojándome con él y deseando que desapareciera de mi vida.
—¿Por qué?
—Porque me di cuenta que...—Kiriha suspiró—Muy infiel pudo ser, el peor esposo, pero antes que todo era mi papá.— Declaró— Y, aunque, no le fue fiel a mi mamá. Siempre se preocupó por mí.
—¿Cómo pudo ser buen padre, si no le importó su familia al traicionar a tu madre?
—Porque es humano, todos se pueden equivocar, lamentablemente, pero eso no quitó que estuviera para mí cuando lo necesité y que me guiara por el camino correcto.— Musitó el rubio— Sin embargo, mi odio era mayor, y mis palabras tuvieron poder...—Suspiró— Y él murió. Dime ¿enserio quieres que algo así ocurra?
Nene lo observó confundida.
—Piensa en todo lo que ha hecho por ti y dime ¿enserio quieres que desaparezca?
Nene se mordió el labio inferior ante esto, la verdad era que, Kiriha tocó un buen punto. Odiaba a su padre por esto, pero él siempre estuvo a su lado, era atento y muy cuidadoso con ella. Desearle la muerte no era lo correcto.
Sin embargo, no era capaz de decir esto en voz alta, no quería traicionar a su madre.
Lo mejor era callar.
—Sé que te sientes triste, pero no dejes que esto empañe la imagen de tu padre frente a ti.— Declaró Kiriha— Después de todo, él te adora.
Y él más que nadie lo sabía, porque Yamato se encargó de hacerle saber que Nene era su vida, junto a sus hermanas.
—Pero ¿qué más puedo hacer?— Preguntó Nene— Siento mucha rabia en mi corazón.
—Siéntela, pero no dejes que ella arruine tu juicio...—Kiriha se acercó—Llora si es necesario, estoy aquí.— Casi en un acto inconsciente abrazó a la castaña— Vota todo lo que sientes.
Nene se sorprendió ante esto, sin embargo, no dudó en que las lágrimas comenzaran a caer sin parar.
—¿Qué rayos estás haciendo aquí Yamato?— Preguntó Sora mientras caminaba en dirección a la sala principal de su mansión.
Yamato la siguió a paso lento— Vine a hablar con mis hijas.
—Ellas no están aquí.— Respondió la pelirroja.
—¿Qué?— Cuestionó el Ishida— Es tarde, deberían estar aquí.
—¡No vengas a reclamarme por el comportamiento de nuestras hijas!— Sora lo regañó— Nene e Izumi son adultas, pueden hacer lo que quieran.
—Rika no.— Contestó Yamato— Al menos ¿las has llamado?
—¡Claro que sí!— Exclamó Sora— Pero ninguna me contestó.— Musitó— Es lo mínimo, después de todo, no saben como mirarme a la cara luego de saber que su padre me fue infiel. Y destruyó la familia que formamos.
Yamato frunció el ceño— Yo...sé que actúe mal...pero quiero arreglar las cosas con ellas.— Respondió— Por eso estoy aquí. Ninguna respondió a mis llamadas. Estoy preocupado por ellas.
—Ahora te preocupadas.— Sora lanzó una carcajada irónica—Sí tú no me hubieras engañado o no hubieses olvidado nuestro trato ¡Esto no estaría pasando!— Exclamó mientras vertía el wisky en la copa con hielo.
—Lo sé, Sora, lo sé.— Declaró el rubio— Pero no quiero que por un error mis hijas me odien, al contrario, ellas son mi vida y tú sabes que eso sí es verdad.
La pelirroja suspiró— Bueno, si tanto las quieres, no puedes obligarlas a que te perdonen.—Respondió— Tú bien sabes que las tres te tenían en un altar, y con esto, ahora caíste de ese altar.
Yamato apretó su puño completamente furioso.
Yamato respiró profundamente, intentando contener su ira. Sabía que no podía cambiar el pasado, pero estaba decidido a reparar el daño que había causado, especialmente con sus hijas.
—Lo sé, Sora, pero necesito intentarlo. Haré lo que sea necesario para recuperar su confianza y su amor. No puedo dejar que esto nos separe para siempre —declaró, con determinación en su voz.
Sora lo miró con escepticismo, pero también con un destello de comprensión en sus ojos. A pesar del dolor que sentía, no podía ignorar el hecho de que Yamato realmente amaba a sus hijas.
—Está bien, Yamato —susurró finalmente, con resignación—. Pero no será fácil. Ellas están heridas, y va a llevar tiempo reconstruir lo que has roto.
Yamato asintió, agradecido de que Sora estuviera dispuesta a escucharlo y apoyarlo, incluso después de todo lo sucedido.
—Lo sé, Sora. Pero no me rendiré. Haré todo lo posible para recuperar su amor y su confianza, aunque me tome el resto de mi vida —prometió solemnemente.
Con eso, los dos se quedaron en silencio por un momento, cada uno perdido en sus propios pensamientos y emociones.
—Has lo que quieras, solo te diré una cosa, puede ser que ninguna de ellas sea mi hija biológica.— Comentó.
Nene e Izumi eran hijas de Mimi, mientras que Rika era hija de...esa persona que no valía la pena mencionar.
Sora volteo hacia Yamato—Pero, me encargaré de su felicidad, las protegeré de quien sea.—Advirtió— ¡Incluso de ti! ¿me escuchaste? No permitiré que las continues lastimando.
No era necesario esas advertencia, él jamás volvería a lastimarlas, ellas eran su todo.
¡Bip, bip!
Justo en ese momento el móvil de Sora sonó.
La pelirroja alzó su smatphone, tenía una llamada de "Haruna Anderson"
Decidió ignorarla, no tenía ganas de hablar.
¡Bip, bip!
Nuevamente el móvil sonó, Sora no le prestó atención.
¡Bip, bip!
Sora hizo una mueca.
¿Por qué tanta insistencia?
Fue así como contestó a la llamada.
—¿Hola? Haruna.
—Sora ¡que bueno que respondes!— Contestó la mujer castaña— Disculpa que te llame a esta hora, pero, dime ¿estás en tu casa?
—Sí ¿por?
—Porque estoy afuera, junto a tu hija, Rika.— Contestó Haruna.
—¿Rika?
—Sí.—Afirmó la castaña— Verás la encontré en la calle a medianoche, y a pesar de tanta insistencia la traje para acá.
Sora se sorprendió ante esto— ¿E? S-sí, sí. Le diré al portero que te deje entrar.
—Bueno.—Respondió Haruna antes de cortar la llamada.
Haruna aclaró su garganta y dirigió su mirada hacia Koushiro— Sora me dejará entrar.— Declaró antes de bajar del auto, abrir la puerta de atrás— Ven, Rika.
La pelirroja hizo una mueca y obedeció.
Haruna dirigió su mirada hacia los hombres dentro del auto.
—¿Alguien más viene?
Ryo hizo una mueca— Creo que lo mejor será que entre usted con Rika.
No creía que fuera buena idea que Yamato y Sora lo vieran, mucho menos que supieran que Rika lo conocía.
Koushiro asintió entendiendo la situación.
—Está bien.—Contestó— Haruna entrará.
La castaña dirigió su mirada hacia el Akiyama— Disculpa muchacho, pero ¿sus padres saben que ella y tú son amigos?
Ryo negó—Pu-pues...—Aclaró su garganta— N-no.—Respondió— Y preferiría que no lo supieran.
Haruna observó un tanto curiosa a Ryo sin saber exactamente que pensar con respecto a esta situación, no esperaba que su hermano se involucrase con la hija de aquellas personas que tanto odiaba. También, lo mantenía en secreto. Acaso ¿esta era una forma para involucrarse discretamente en la familia Ishida y acercarse a Nene e Izumi?
Suspiró.
—Bueno, entonces, llevaré a Rika y evitaré mencionar que tú la conoces.— Comentó Haruna antes de cerrar la puerta del auto.
—Mi niña.— Yamato se acercó a la joven y suavemente la abrazó.
—Mi niña...—Sora se acercó— Dinos ¿dónde estabas a estas horas?
—¡Suéltame, Yamato!— Exclamó Rika intentando soltarse de su padre.
El rubio se alejó unos centímetros, sin embargo, al hacer esto, su hija tambaleo. Rápidamente la sujeto, sin embargo, al hacer esto notó cierto aroma de ella— Rika ¿qué es ese olor?— La tomó por las mejillas— Mi niña ¿estás tomada?
—¿Tomada?— Preguntó Sora sorprendida y preocupada ante esto—¿Bebiste alcohol?
—¡Suéltame!— Rika intentó alejarse de Yamato.
—¡Responde!— Exclamó el rubio—¿Estás borracha?
—Sí ¿y qué?— Preguntó la adolescente desafiantemente—¿Qué esperabas que hiciera luego de quedar en ridículo frente a todos por tu video con esa estúpida?— Lo observó con desprecio— Pasaste de empresario a playboy. Yamato infiel...
—¡No me hables así!— Yamato exigió.
—¿Por qué no? ¡Es lo que te mereces!— Exclamó la adolescente.
—¡Soy tu padre antes que todo!— Exclamó el rubio— Tu enojo no debe quitar tu respeto hacia mí...
—Yamato, no regañes a la niña.— Sora se adelantó a decir y suavemente depositó sus manos en los hombros de Rika— Ven, hija, vamos a tu habitación a descansar.
Fue así como Sora se llevó a su hija en dirección a la escalera para que fuese a su habitación.
—Haruna, muchas gracias por traer a mi hija.— Musitó Yamato.
—No me lo agradezcas Yamato, es lo mínimo que podía hacer luego de encontrarla votada en la calle...—Comentó Haruna— En ese estado.
—Sí, pero muchos hubiesen aprovechado esta situación para sacar beneficio.— Comentó el rubio— O, quizás, no les hubiese importado y solo la hubiesen dejado ahí.
La castaña hizo una mueca, la verdad es que, Haruna hubiese querido dejarla ahí, pero luego de escuchar aquellas palabras de Rika, el corazón bondadoso de Mimi Tachikawa había vuelto a latir. Sentía un nudo en su garganta debido a la pena que le dio ver a esa chica en ese estado.
—Yo no soy cualquier persona.—Musitó.
—Sí...—Murmuró Yamato— De eso me di cuenta.— Se acercó a ella— De verdad, no sé cómo te pagaré esto Haruna, muchas gracias...—En un acto casi inconsciente tomó su mano.
La mujer se sorprendió de esto, y no fue la única, Yamato también se sorprendió ante este gesto, ya que por lo general no hacia esto con las personas, o con mujeres, por lo general, intentaba mantener el espacio personal con las personas, incluso con su amante.
—¿E? D-de nada, señor Ishida...—Respondió Haruna rápidamente alejó su mano del rubio.
—¿E?—Balbuceo Yamato— Dis-disculpe...—Aclaró su garganta— Y, nuevamente gracias, enserio, muchas gracias.
La castaña sonrió de lado— De nada.— En realidad, fue una sonrisa forzada, la verdad era que no se sentía a gusto con esta situación.
—Así que...—Musitó Koushiro mientras esperaba en el auto a Mimi— ¿Conoces a la hija de Yamato y Sora?
Ryo asintió.
—No me lo hubiese esperado.—Comentó el pelirrojo.
—Nadie se lo hubiese esperado.— Musitó el oji-azul.
—¿Cómo se conocieron?
El Akiyama hizo una mueca— Es una larga historia.
Koushiro alzó una ceja y volteo hacia él— ¿Puedo saberla?
Ryo suspiró— Rika era amiga con el hijo de Tomoko, Kouji.—Declaró— Él, una vez, la llevó a conocer a su madre y ahí nos conocimos.
—No parece ser una historia muy larga.—Comentó Koushiro.
—Bueno, quizás, "larga" no es la historia...—Musitó el Akiyama.
—¿A no?— Preguntó el pelirrojo— Entonces ¿cuál sería?
Ryo dirigió su mirada hacia la ventana—Complicada.—Comentó— Muy complicada.
—¿Por ser la hija de Yamato?
El Akiyama asintió.
—De algún modo quise acercarme a ella creyendo que así podría acercarme a Izumi y Nene.—Comentó— Pero...
—¿Pero?
Ryo se mordió el labio inferior, no sabía como explicar esto. Era algo difícil de creer, incluso de describir.
—Sentí una química diferente con ella...
¿Cómo decir que, se enamoró de ella, sin decir que estaba enamorado de ella?
El pelirrojo lo observó sorprendido sin entender a que se refería.
—¿Química diferente?— Cuestionó Koushiro.
Ryo asintió.
—¿No será que es similar a tus sobrinas por ser hermanas de ellas?
—No exactamente.—Comentó Ryo.
A Rika nunca podría verla como una sobrina, al contrario, siempre fue consciente que ellos no eran familia. Incluso, llegó a odiarla en un minuto por reemplazar a "Demiyah" la hija de Mimi que murió.
—Aunque son hermanas por parte de Yamato son muy diferentes.—Musitó Ryo— Rika es muy diferente a sus hermanas. Tiene un fanatismo por la música, el rap, muchas cosas diferentes. Tiene una voz singular. Si fuera por ella viviría de la música. A diferencia de Nene e Izumi que prefieren centrarse en negocios o en moda.
¿Fanatismo por la música?
¿Vivir de la música?
Esas características sonaban a la enseñanza de vida de Mimi. Aunque, ella siempre amaba la moda, su música fue lo principal y su sueño era vivir de ella. Y, básicamente, esa era la filosofía de Ryo también.
Uniendo esas cosas, tenía razones para entender porque, Ryo se llevaba bien Rika. Aún así, le sorprendía, después de todo, podría esperar que Ryo sintiera la misma ira de Mimi, al creer que Rika fue el reemplazo de su sobrina.
Evidentemente, había madurado, tanto así que era capaz de ver la verdad de las cosas.
Fue así como luego de haber dejado a Rika en su gran mansión, Haruna y Koushiro se ofrecieron a llevar a Ryo a su casa.
Ryo asintió con gratitud cuando Haruna y Koushiro se ofrecieron a llevarlo a casa. Aunque su mente estaba llena de pensamientos sobre lo que había descubierto en la mansión de Rika, apreciaba el gesto de y emprendieron el camino hacia la casa de Ryo. Durante el viaje, el ambiente en el auto estaba tenso. Ryo estaba absorto en sus pensamientos, repasando una y otra vez lo que había visto en la mansión. Haruna y Koushiro, por su parte, estaban en silencio, respetando el espacio de su amigo pero preocupados por su bienestar.
Finalmente, llegaron a la casa de Ryo.
—Muy bien, Ryo...—Musitó el pelirrojo— Hemos llegado.
El Akiyama dirigió su mirada hacia su hogar— ¡Que bien! Espero que mi madrina, Tomoko, no esté preocupada.— Abrió la puerta.
Justo en ese minuto como si la hubiese invocado la puerta de la casa se abrió y de la casa salió aquella mujer de cabello negro-azabache y ojos azules.
¡Rayos, rayos, rayos!
Pensó Mimi al ver a la mujer y rápidamente intentó ocultar su rostro.
—Ryo ¡Finalmente llegas!— Exclamó Tomoko— ¿dónde estabas?
—Disculpa, madrina, pero estaba ocupado.— Respondió el Akiyama.
—¿Ocupado?
Ryo asintió.
—¿En qué?
—Luego te contaré.— Respondió.
Tomoko se cruzó de brazos— Espero que no te hayas involucrado en problemas.
—No, claro que no...—Contestó Ryo— Si quieres puedes preguntarle a Koushiro.— Señaló el auto— Él y la señorita Haruna me vinieron a dejar. Son testigos de que nada malo hice.
Tomoko pasó su mirada por el auto y reconoció al instante al hombre pelirrojo que se encontraba junto a una mujer que...
Ocultaba su rostro
Alzó una ceja.
—¡Koushiro!— Exclamó el nombre— ¡Eres tú!
El pelirrojo alzó su mano.
—¡Ey! ¿No bajarás a saludar a mi madrina?— Preguntó Ryo.
Koushiro sonrió— Pues claro...—Llevó sus manos al cinturón.
Haruna rápidamente le tomó la mano— No, Koushiro...—Susurró— ¡Vamonos de aquí!
—¿Qué tontería?— Preguntó el pelirrojo— Simplemente quiero saludar.
—¡Ey! Koushiro ¿quién es esa joven que está junto a ti?— Cuestionó Tomoko acercándose a la puerta del auto por donde había descendido Ryo.
Mimi se tensionó a más no poder ante esta pregunta.
—Es una amiga.— Respondió Koushiro— Y mi jefa.
—¿Jefa?—Preguntó Tomoko— ¿Te refieres a esa joven mujer con dinero que apareció en las revistas?
Inevitablemente la pelinegra hizo mención de lo que hace unos días encontró en la carpeta de Ryo.
—¿E? S-sí...—Balbuceo el padre de Akari.
—¡Ey! ¿Por qué no bajan?—Preguntó Tomoko.
—¿Bajar?
La oji-azul asintió— Quiero conocerla.
—¿E?— Balbuceo Koushiro— N-no creo que sea necesario.
—¡Claro que sí!— Exclamó la mujer Kimura— Debo agradecerles por traer a Ryo hasta casa.
—¿E? N-no es necesario.— Respondió el pelirrojo.
—¡Vamos!— Animó la mujer Kimura— ¿O, te avergüenza pasar a tomar un té con nosotros? Después de todo lo que hemos vivido.
—N-no, claro que no.— Respondió Koushiro— Para mi es un honor que Haruna conozca a quien me dio unan oportunidad en el mundo empresarial cuando apenas era un adolescente.
—Entonces...—Tomoko sonrió— ¿Por qué no bajan?
Koushiro y Haruna intercambiaron miradas.
—Está bien, aceptamos.— Contestó el pelirrojo.
La castaña lo tomó del brazo ante esto, pero el padre de Akari simplemente le hizo una seña, lo mejor sería actuar "como si nada" después de todo, si Mimi quería mantener este secreto no solo debía actuar frente aquellos que odiaba, sino frente a aquellos que la conocían bien, entre ellos su madrina.
Además, sería extraño para él rechazar una invitación de Tomoko, después de todo, ella fue su mentora cuando recién comenzó a trabajar.
Fue así como Koushiro bajó del auto y Haruna aclaró su garganta, de su bolso sacó unas gafas de sol, la cual acomodó rápidamente en sus ojos para luego descender.
Tomoko observó de pies a cabeza a aquella joven mujer que utilizaba una elegante ropa, bastante costosa y llamativa. Además, lucía unas joyas carísimas. Su cabello lucía igual que en las fotos.
—Haruna, como bien escuchaste, ella es Tomoko...—Koushiro le habló a la castaña— Ella fue la primera persona que me dio la oportunidad en su empresa.
—¿La mujer de la que tanto me has hablado?— Haruna intentó sonar "normal" al decir eso.
Koushiro asintió—Sí.— Luego dirigió su mirada a la Kimura—Tomoko...—pronunció su nombre— Le presento a mi jefa, Haruna Anderson. Ella es actualmente a quien le trabajo.
—Ho-hola...—Mimi verdaderamente se sintió nerviosa al saludar— Mucho gusto.
—El gusto es mío.—Tomoko alzó su mano.
La castaña observó esto y dudó unos segundos antes de corresponder al gesto.
—Me alegra finalmente conocer a la famosa Haruna Anderson...—Comentó Tomoko con una sonrisa.
—I-igualmente...—Aclaró su garganta— Como dije, Koushiro me ha hablado mucho de usted.
—Espero que cosas buenas.
—Pues claro.—Respondió Haruna— Me ha hablado maravillas de usted, y de sus años de servicio.
—Que bien...—Tomoko sonrió—Me alegra escuchar eso, y como dije, finalmente conocerla...—Comentó— Aunque me sorprende ¿Por qué utiliza gafas de sol? Es de noche.
—¿E?—Balbuceo la castaña.
—Disculpe, pero a mi me gusta conocer a la gente de frente ¿puede quitar sus gafas?
Mimi se mordió el labio inferior, pasaban los años y su madrina seguía siendo igual de firme en sus palabras. Lo más lamentable era que, no era primera vez que decía algo como esto, desde siempre su tía Tomoko fue de saludar a la gente a la cara para saber con quién trataba. Luego de su problema con Kousei se convirtió en un tipo de "bruja" bastaba con mirar a la gente a los ojos y sabía si valía la pena confiar en esa persona.
Fue así como suspiró y retiró las gafas de sol de sus ojos, y observó de frente a Tomoko.
Bastó con eso para confirmar la sospecha de la mujer Kimura, quien sonrió—Ahora sí.—Musitó— Señorita es un gusto conocerla.
Haruna intentó sonreír ante esto.
—¿Sabe? Me recuerda a alguien.— Comentó Tomoko.
—¿A-así?— Preguntó.
La oji-azul asintió— Tiene unos ojos muy lindos.— Musitó.
Mimi se mordió el labio inferior ante esto.
Ryo observó atentamente la escena esperando una reacción de su madrina. Sin embargo, ella se mantuvo en silencio.
—¿Y bien?— preguntó— ¿Nos acompañaran a tomar té?
—¿E?— Balbuceo Koushiro.
—N-no creo que sea necesario.
—¿Por qué no?— Cuestionó Ryo— A nosotros nos gusta recibir a nuestro amigo Koushiro siempre que viene ¿por qué no lo haríamos esta vez?
—Por-porque...— Haruna intentó responder.
Sin embargo, justo en ese momento el móvil de Koushiro sonó.
—¡Ups! Disculpen...—Musitó el pelirrojo— Es mi hija Akari.
—¿Qué dice?— Preguntó Haruna.
Koushiro hizo una mueca y observó el móvil— Lo siento, no podremos quedarnos, mi hija está sola en casa y necesita de nuestra ayuda.
—¿De verdad?— Cuestionó Tomoko.
El pelirrojo asintió— Tenemos que irnos.
—Pe-pero el tesito...—Musitó Ryo.
—Quedará para otra ocasión.—Respondió Koushiro— Muchas gracias por la invitación.
Haruna asintió—Sí, muchas gracias.
Tomoko hizo una mueca— Bueno, espero que algún día vengan...—Comentó antes de dirigir su mirada hacia la castaña— Sobre todo, usted. Ya que me gustaría conocerla.
Después de todo, le recordaba mucho a su ahijada Mimi. Aunque, luego de ver esa mirada sus sospechas aumentaron al mil por ciento.
Izumi abrió sus ojos al sentir como se encontraba completamente babeada. Sí, babeada. Era como si se hubiese relajado bastante en aquel sueño...Espera ¿sueño?
Sintió levemente como sus ojos temblaban mientras intentaba abrirlos. Izumi parpadeó lentamente, sintiendo una extraña sensación de pesadez en sus párpados. Las imágenes del sueño se desvanecieron gradualmente mientras su mente luchaba por separar la realidad de la ensoñación.
¿Dónde estaba?
Este lugar no era su habitación. Volteo levemente la cabeza y al hacer esto se encontró con...¿Takuya?
¡Rayos!
Observó a su alrededor, aun continuaba en su departamento ¡Claro! Ayer pidieron comida, hablaron y vieron una película. Todo iba bien, sin embargo, no fue consciente cuando sus ojos comenzaron a cerrarse y perdió completamente la consciencia. Minutos antes había ocurrido lo mismo con Takuya, no quiso molestarlo creyendo que iba a despertar cuando la película terminase, pero ¡jamás se hubiera imaginado que ella también caería en los brazos de Morfeo!
Hizo una mueca y suavemente se acercó al castaño para jalar suavemente de su chaqueta.
—¡Ey! Takuya...—Lo llamó con un susurro.
El castaño no se movió.
—Takuya...—Alzó un poco la voz y movió con más fuerza su chaqueta— ¡Takuya!
¡Vaya! Tenía el sueño pesado
—Mmm...—Balbuceo el moreno— No quiero ir al Instituto.
¿Al Instituto?
—Takuya, no es el instituto.—Respondió Izumi— ¡Despierta!
—Hikari no...—
—¡No soy Hikari!— Exclamó la oji-verde— ¡Soy Izumi!
—¿Izu...—Balbuceo Takuya— ¿Izumi?
Espera ¿qué?
El moreno abrió los ojos y al distinguir a la rubia rápidamente se incorporó sobre el sofá.
—¡Izumi!
—¡Hasta que al fin!— Exclamó la chica cruzándose de brazos— Que bueno que despiertas.
—¿Q-qué haces aquí?— Preguntó Takuya.
—¿Que pregunta es esa? Acaso ¿no lo recuerdas?— Cuestionó Izumi— Estábamos viendo una película.
—¿Una película?
Zoe asintió— Y nos quedamos dormidos.
¿Dormidos?
—¿Dormidos?— Takuya se sobresaltó ante esto al recordar todo—¡Rayos! Nos quedamos dormidos.
Izumi asintió.
—Pero ¿cómo es posible?— Takuya hizo una mueca y observó su móvil— Disculpa, mi alarma no sonó como todos los días, verás, apenas tu madre avisó que no tendríamos trabajo. Apagué la alarma.
La rubia suspiró— No te disculpes, no estuvo mal dormir. —Comentó— Después de todo, me sirvió para relajarme.— Suavemente se recostó en el borde del sofá.
—¿Te sientes mejor?
Izumi asintió.
—Fue una buena noche.— Comentó— Entre pizza, sushi, papas y una buena película.
—Sí, lo fue...—Musitó Takuya. Aunque la verdad le preocupaba, comieron ¡demasiado! aun sentía su estómago pesado, tendría que hacer bastante ejercicio para bajar estos kilos que seguramente subió. Pasó su mirada por Izumi, ella se veía bien, o eso aparentaba, ojalá no le doliese el estómago.
Justo en ese momento la puerta de la habitación de Hikari se abrió y la prima de Takuya apareció frente a ellos.
—Takuya ¿sabes dónde...—Hikari le habló a su primo, sin embargo, se detuvo al ver a la rubia— ¿Izumi?
La rubia movió su mano— Buenos días Kari.
—Buenos...—Hikari se sintió desconcertada— ¿Días?— Movió su cabeza— Dis-disculpa, no sabía que estabas aquí. Dime ¿llegaste recién?
—¿E?— Takuya se levantó de su lugar—N-no.— Respondió— Izumi se quedó a dormir aquí.
—¿Qué?— Cuestionó la castaña—¿A dormir?
—Verás, sin querer nos quedamos dormidos en el sofá, viendo la película.
—¿De verdad?— Musitó Hikari sorprendida.
Takuya asintió.
—¡Rayos!— Comentó Hikari— Anoche los vi tan concentrados en la película, no pensé que se quedarían dormidos, o al menos eso pensé, tal vez debí verificar, pero la verdad es que, estaba tan cansada que me dormí y no supe más de la vida.
—No te preocupes.— Respondió el moreno.
Izumi asintió— Se entiende que estuvieras cansada.
La verdad es que le alegraba en cierto modo que no los hubiese despertado, no quería tener que regresar a su casa, al contrario.
—Disculpa Zoe, pero ¿has hablado con tu tío?
La rubia hizo una mueca—No, no le he hablado.
—No quiero ser entrometida, pero deberías hacerlo.— Comentó Hikari— Acabé de hablar por mensaje con él y la verdad es que está muy preocupado por ti.—Habló— Tu familia está preocupada porque no apareces.
Izumi ante esto decidió revisar su móvil, el cual dejó de lado la noche anterior, en silencio. Efectivamente, tenía muchas llamadas pérdidas y mensajes de: Su padre, su madre, su tío, incluso su novio.
¡Rayos!
Pensó.
Takuya pasó sigilosamente su mirada por el móvil de Izumi.
—Rubia...—Le habló— Sé que necesitabas tiempo para pensar, pero creo que deberías hablar con tu tío, al menos, porque no creo que sea justo para él que lo preocupes así.
Izumi se mordió el labio inferior ante esto, en cierto punto, Takuya tenía razón. No podía ser tan injusta con su tío por un error de su padre. Tampoco con su madre, quien de seguro estaba sufriendo, y necesitaba apoyo de sus hijas.
Mientras tanto en la mansión de Haruna Anderson.
Mimi se encontraba recostada en su cama observando el techo, como si estuviera esperando que una respuesta bajara del cielo. La verdad era que, estaba cansada. Apenas logró dormir en la noche. Estaba muy preocupada por sus hijas, Nene e Izumi, debido a todo lo que ocurrió.
Además, a parte de la preocupación por sus hijas, siempre que cerraba sus ojos venía a su mente el recuerdo de Rika.
Sí, Rika, la hija de Yamato y Sora.
Cada vez que intentaba dormir recordaba como la encontraron ayer, todas las palabras que dijo y todo lo que gritó, evidentemente estaba sufriendo por la situación de su padre.
También mencionó el tema de la noticia. No se sentía arrepentida de haberlo hecho, sin embargo, no esperaba que todavía la estuviese afectando.
Pero...¿por qué pensaba en ella?...¡Ella era la hija de Yamato y Sora! No merecía ocupar parte en sus pensamientos...¡Claro que no! Después de todo, ella fue quien Yamato utilizó en reemplazo de la hija que esperaban.
Aunque, no hizo nada, con el hecho de solo nacer hizo todo.
En pocas palabras, merecía lo que le estaba ocurriendo ¡Y más!
Si Yamato no tuvo piedad por la hija pequeña que ambos esperaban. Ella no debía porqué demostrar misericordia o empatía por esa hija suya.
Rika fue una víctima de uno de sus movimientos, y aunque, no planeo que alguien subiera aquel video de Yamato. Estaba complacida de ver como poco a poco los Ishida caían, ya que ese era su objetivo, no se detendría hasta conseguirlo.
Un día nuevo comenzó y Rika despertó con un horrible dolor de cabeza al levantarse de su cama, todo le daba vueltas, además, sentía náuseas y si fuera poco ¡Tenía un olor horrible! Su uniforme de la preparatoria estaba completamente arrugado y con un olor ¡atroz!
Fue así como apenas despertó corrió hacia el baño para ducharse y luego colocarse una ropa más cómoda.
Cuando estuvo lista decidió bajar a desayunar, moría de hambre, su estómago le pedía comer. Fue así como bajó las escaleras y llegó al comedor, sin embargo, en vez de encontrarse con su madre, Nene o Izumi, se encontró con la última persona que quería ver en ese momento.
Sí, su padre.
Tuvo intenciones de preguntar "¿Qué haces aquí?" en los últimos días había dormido fuera de casa, era extraño que estuviese ahí. Sin embargo, prefirió simplemente ignorarlo y caminar hacia la cocina.
—Acaso ¿no vas a saludar?— Preguntó Yamato.
No respondió.
—¡Ey! Rika...—El rubio se acercó a ella y la tomó del brazo— Saluda, al menos, soy tu padre.
Rika frunció el ceño— ¿Por qué debería?— Cuestionó—¡Tú no deberías estar aquí!
El rubio también frunció el ceño ante el comentario de su hija y se levantó de su lugar— ¡No me hables así jovencita!— Regañó.
La pelirroja rodó los ojos.
¿Quién se creía que era para regañarla?
—Luego del video que salió ayer no creo que tengas derecho de regañarme.
—¡Soy tu padre!— Exclamó Yamato— Tengo todo el derecho.— Comentó—Además, lo mío no justifica lo que hiciste ayer.
—¿Ayer?
El rubio asintió— Acaso ¿no lo recuerdas?— Cuestionó—Llegaste borracha ayer.
Rika hizo una mueca ante esto, algo recordaba, casi nada.
—Explícame ¿quién te dio la autorización para hacer eso?— Yamato se cruzó de brazos.
—No necesito permiso.— Respondió la pelirroja.
—¡Claro que sí! Eres menor de edad, sabes muy bien que, hacer eso no está bien.
—¿Tú me vas a dar un sermón de buena conducta?— Preguntó la pelirroja— ¿Qué no se te olvida que ahora eres un playboy frente a todo el mundo?— Musitó.
—¡Rika!— Yamato alzó la voz— Ya te dije que, antes que todo, soy tu padre. Y mi mal acción no justifica la tuya.
La pelirroja hizo una mueca— ¿Qué más esperabas? Necesitaba de alguna forma olvidarme que le fuiste infiel a mi madre y que todos estaban riéndose de mi por eso.—Comentó—Porque sí, así como oyes, todos en la preparatoria se estaban burlando de mi por ese video de tu infidelidad.
Yamato se quedó sin palabras al escuchar aquellas palabras. Jamás quiso que algo así ocurriera, no quería que por un error suyo, sus hijas fueran en punto de críticas.
—Tu padre pudo haber actuado de muy mala forma...—Sora apareció en el lugar— Tienes todo el derecho de enojarte, pero debes ser consciente que él no quiso que este video se publicara en redes sociales.
Rika observó a su madre sorprendida ante estas palabras.
—Bueno, si él no te hubiese sido infiel, nunca hubiese existido ese video.
—Tienes razón en decir eso.— Respondió la mayor— Pero eso no significa, mejor dicho, no justifica el estado en el cual llegaste a noche.
Sora observó a su hija desafiantemente, quizás, estaba enojada con Yamato y lo único que deseaba era estar lejos de él. Sin embargo, antes que todo, era madre y debía preocuparse que el comportamiento de Rika fuera el adecuada en la situación que fuese.
—Solo fueron unos tragos.
—No fueron pocos, fueron varios, llegaste completamente tomada.—Respondió Sora.
—¿Y, qué?— Cuestionó la pelirroja con desinterés.
—¿Y, qué?— La mujer Ishida repitió esa pregunta incrédula.
—¿Se te olvida que hasta hace tres meses tuviste problemas de hepatitis?— Preguntó Yamato.
Debido a una ingesta errónea de alimentos la pelirroja sufrió de hepatitis, lo cual la llevó a estar alrededor de tres meses consumiendo pastillas, actualmente la tenía controlada, sin embargo, Rika continuaba consumiendo los medicamentos.
—El alcohol solo provocará que retrocedas todo lo que has avanzado al tomar tus medicamentos.— Comentó el rubio.
Rika rodó los ojos— ¡Me da lo mismo!— Exclamó— Es mejor si me muero, después de todo, morir es más interesante que ser el hazme reír de todo el mundo al ser hija tuya.
Yamato frunció el ceño— ¡Cállate!
—Rika, por favor...—Sora acarició su cabello— No digas tonterías.
Para ella era una verdadera pesadilla pensar en que una de sus hijas muriese, no quería pasar ese dolor otra vez. Quizás, no eran sus hijas biológicas, pero eran parte de su familia.
—Madre, por favor, no lo defiendas.
—No lo defiendo.— Respondió la hija de Toshiko— Simplemente me preocupo por ti. Entiendo que estés enojada, pero, por favor, no digas tonterías, estoy segura que saldremos adelante.
—¡Lo dudo mucho!— Rika observó a su padre sintiendo mucha ira dentro de ella— Ese video fue vistos por todos y dudo que fácilmente la gente se olvide de él.
Fue así como se colocó en pie y caminó en dirección hacia la salida.
—¿Dónde vas?
—Me voy de aquí.— Respondió la adolescente.
—¡No te irás, hasta que terminemos de conversar!— Gritó Yamato dispuesto a seguirla, pero Sora lo detuvo interponiéndose en el camino y agarrando de su brazo.
—Déjala Yamato.— Contestó Sora.
—Pero no podemos dejar que actúe así.
—No, pero tu presencia evidentemente la coloca peor.
Kiriha parpadeó lentamente, sintiendo como si estuviera emergiendo de un sueño profundo. Los sonidos suaves de la oficina se filtraban en su conciencia, y poco a poco empezó a reconocer su entorno. Abrió los ojos lentamente, y al hacerlo, se sorprendió al encontrarse en su propia oficina.
La confusión se apoderó de él por un momento mientras trataba de recordar cómo había llegado allí. Recordaba haber estado trabajando hasta tarde, pero después... todo se volvía borroso. Una sensación de desconcierto se apoderó de él mientras trataba de entender lo que había sucedido.
Entonces, notó a Nene, dormida a su lado en el sofá. La sorpresa lo dejó sin aliento por un momento. No recordaba haberla invitado a quedarse, y mucho menos recordaba haberse quedado dormido en la oficina.
Kiriha observó a Nene con atención mientras dormía pacíficamente, su cabello cayendo delicadamente sobre su rostro. Una suave sonrisa se formó en los labios de Kiriha al darse cuenta de lo serena y tranquila que se veía.
Ojalá despierte fuese así de tranquila
Con cuidado, se levantó del sofá, tratando de no despertar a Nene. Se movió con cautela por la oficina, intentando recordar los eventos de la noche anterior. A medida que las piezas comenzaban a encajar lentamente en su mente, una mezcla de asombro y gratitud lo invadió.
Se detuvo frente a la ventana, observando el amanecer que pintaba el cielo con tonos dorados y rosados. La belleza del momento lo dejó sin aliento, y por primera vez en mucho tiempo, sintió una sensación de paz y calma.
Con un suspiro, se volvió hacia Nene una vez más. Era bueno verla tranquila luego de doloroso y ajetreado día que tuvo ayer, en el cual salió ese video de su padre y...¡Un minuto!...
¡Su padre!
Kiriha recién fue consciente de esto.
¡Rayos! ¡Habían pasado la noche juntos!
El corazón de Kiriha empezó a latir con fuerza, una mezcla de ansiedad y pánico comenzó a crecer dentro de él al darse cuenta del potencial desastre que se avecinaba. Si su padre se enteraba de que había pasado la noche junto a Nene en la oficina, sin duda alguna, su furia sería descomunal. No solo podría dañar su carrera en la empresa, sino que su vida también. Sí, Yamato se enteraba de esto ¡Lo mataría! ¡Sí, lo mataría!
Con pasos rápidos y cautelosos, Kiriha se acercó al sofá donde Nene dormía plácidamente. Respiró profundamente, tratando de calmar sus nervios antes de tocarla suavemente en el hombro.
—Nene, despierta —susurró con voz suave, esperando no asustarla— Necesito que te despiertes.
Nene se removió ligeramente, parpadeando somnolienta mientras abría los ojos lentamente. Al ver a Kiriha de pie frente a ella, parpadeó confundida por un momento antes de que la realidad de la situación pareciera golpearla.
—Kiriha... ¿qué sucede? —preguntó, frotándose los ojos con torpeza mientras intentaba incorporarse— ¿Por qué estamos en la oficina?
Kiriha sintió un nudo en el estómago al recordar la delicada situación en la que se encontraban. Necesitaba ser honesto con Nene, pero al mismo tiempo, sabía que no podía permitir que su padre se enterara de lo sucedido.
—Nene, lo siento mucho, pero anoche luego de hablar...—Se detuvo unos segundos—... bueno, pasamos la noche aquí en la oficina —admitió, su voz llena de preocupación— Fue un accidente, pero necesitamos ser cuidadosos. Tu padre no debe enterarse de esto, de lo contrario...
—¿De lo contrario qué?— Cuestionó—¿Va a regañarnos!— Rió— Luego de lo que hizo dudo que tenga derecho a criticarme por mis acciones...—Se cruzó de brazos— Además, no hicimos la gran cosa, solo hablar y dormir.
—S-sí, pero...— Esto era más complicado de lo que ella se imaginaba y dirigió su mirada hacia la puerta— Mira ¿qué ocurriría si algún empleado cualquiera nos ve así? Pensará cualquier cosa y comenzará un rumor absurdo de nosotros.
Nene hizo una mueca.
—Supongo que no quieres ser el centro de críticas.
—¿Sabes? A esta altura ya nada me importa.— Comentó la castaña— Mi padre se encargó de arruinar todo.
—No digas eso, él simplemente cometió un error...—Habló Kiriha— Pero no significa que tú enviarás todo a la basura, tú eres una persona respetada en esta empresa ¡Hazte valer por eso! No por tu padre.
Nene analizó estas palabras. En cierto punto tenía razón.
La castaña suspiró— Tienes razón.—Admitió.
No valía la pena dejarse humillar por las acciones de su padre. Debía sacar la cara por su familia y demostrar ser una mujer fuerte frente a la sociedad.
—No me dejaré pisotear tan fácilmente.
El rubio sonrió orgulloso ante esto—Así se habla.
Nene sonrió— Kiriha, quiero agradecerte.— Musitó.
—¿Agradecerme?
—Por estar conmigo esta noche y ayudarme en todo esto...—Comentó— Ya sabes.
—No me agradezcas.—Respondió Kiriha— Simplemente hice lo que cualquiera haría.
Aunque, si lo pensaba bien, él jamás había hecho eso por otra persona.
—Lo digo en verdad, Kiriha...—Nene tomó su mano— Muchas gracias, verdaderamente no sé como podré pagarte.
—No es necesario que me pagues.
—Yo creo que sí...—La castaña respondió y pasó su mirada por la corbata de Kiriha— Aunque, ahora que lo pienso, sé muy bien como hacerlo.
Kiriha alzó una ceja y sin previo aviso Nene se acercó a él para depositar un rápido beso en sus labios.
El rubio se sonrojó ante esto.
Nene sonrió al ver el rubor del joven y se levantó de su lugar— Bueno, creo que es hora de empezar este día.
Izumi observó a lo lejos como un auto color verde se acercaba al lugar donde ella estaba parada. El auto al llegar frente a ella se estacionó y de él descendió su tío Takeru.
—¡Izumi!— El oji-azul pronunció su nombre y se acercó apresurado a ella— ¿Dónde estabas? ¡Me tenías preocupado!—Suavemente la rodeo en sus brazos dándole un cálido abrazo.
La rubia sonrió y se sintió aliviada al sentir el abrazo de su tía.
—¡Me alegra verte!— Exclamó el oji-azul—Como no respondías pensé que te había ocurrido algo.
—Disculpa tío Takeru.— Respondió Izumi— No quería preocuparte.
El mayor depositó sus manos en sus hombros y la observó de frente— ¿Por qué no contestabas mis llamadas? ¿dónde pasaste la noche? Tus padres y yo estábamos muy preocupados por ti.
"Tus padres y yo"
Dudaba mucho que Yamato verdaderamente estuviese preocupado, después de todo, no se preocupó de ellas al romper su familia. Sin embargo, le daba cargo de consciencia saber que, su madre y su tío estaban preocupados.
—Lo siento tío...—Musitó— Supuse que estarías preocupado.—Suspiró— Pero necesitaba tiempo para pensar.
En lo posible, lo más lejos posible de su familia, incluido Takeru, ya que estaba segura de que intentaría defender a Yamato, quien era su hermano, lo cual no criticaba (ella por Nene o Rika haría lo mismo) pero no quería recordar más ese tema.
—¿Dónde estabas?
—En el departamento de Takuya e Hikari.
El rubio se sorprendió ante esto— Kari no me dijo nada...
—No.— Respondió la oji-verde— Yo le pedí que no te dijera.— Comentó.
—¿Por qué?
—Porque necesitaba tiempo para pensar.— Contestó la oji-verde.
Takeru observó a Izumi, notando la tristeza y la confusión en su rostro. Sabía que algo estaba mal, pero no tenía idea de qué podría ser. Decidió acercarse y hablar con ella.
—¿Estás bien? —preguntó Takeru con preocupación mientras se sentaba a su lado en el sofá de la sala.
Izumi soltó un suspiro pesado y dejó caer su cabeza en sus manos —No, Takeru. No estoy bien.—respondió, su voz temblorosa con emoción contenida.
Takeru frunció el ceño, preocupado por la angustia de su sobrina—Supongo que, es por el tema de tu padre ¿no?
Izumi inhaló profundamente, tratando de contener sus emociones antes de hablar y asintió—S-sí...—confesó, su voz quebrada por la tristeza—Es por eso.
Unos segundos de silencio se hicieron presente.
—No puedo creer que haya hecho algo así. Destrozó nuestra familia.
Takeru asintió comprensivamente, sintiendo el peso de la revelación de Izumi. Sabía que no había palabras que pudieran mitigar su dolor, pero estaba decidido a estar allí para ella en este momento difícil.
—No, Izumi, no se destruyó.— Declaró—Tu padre simplemente se equivocó, pero no está destruida.
—Me encantaría pensar que no. Pero yo sé que sí.— Contestó la rubia.
—Izumi, sé que es devastador descubrir algo así sobre tu padre.—dijo Takeru con sinceridad— Pero quiero que sepas que no estás sola. Estoy aquí para ti, siempre.
La chica miró a su tío con gratitud en sus ojos, agradecida por su apoyo en medio de su dolor. Se acurrucó contra él, buscando consuelo en su abrazo reconfortante.
—Gracias, Takeru. Significa mucho para mí que me apoyes en estos momentos.—murmuró la oji-verde, sintiendo un poco de alivio al compartir su carga con su tío.
Takeru apretó suavemente a Izumi en un abrazo afectuoso, prometiéndole silenciosamente que estaría allí para ella en cada paso del camino. Sabía que no podía borrar el dolor que sentía, pero esperaba poder ayudarla a encontrar la fuerza para sanar y seguir adelante.
Mientras tanto en el departamento de Takuya.
El moreno se arreglaba para salir. Sí, hoy era su día libre, pero aprovecharía para ir al lugar donde generalmente ensayaba con la banda, necesitaba verificar que los instrumentos estuvieran bien. Sí, parecía adicto a la banda, pero era inevitable.
Verdaderamente tenía muchos planes para eso.
Su vida era la música, quería triunfar en ella, pero para eso. Debía colocar toda su atención. Además, luego de eso, Junpei, Daisuke y él irían al centro dejar unas tarjetas a unos lugares donde generalmente buscaban diversión musical. Algo así como antros, after, restaurantes, actos de beneficencia, básicamente ¡Lo que fuera! Necesitaban hacerse conocidos.
Estaba abrochando sus zapatillas cuando...
¡Bip, bip!
Su móvil sonó.
Dirigió su mirada hacia pantalla.
Tenía una llamada de Ryo.
Fue así como respondió.
—¡Ey! Bro...—Lo saludó.
—Hola Takuya.
—¿Cómo estás bien?
—Bien ¿y tú?
—Bien...—Respondió Takuya— Aquí arreglandome para salir.
—¿Salir?— Preguntó Ryo— ¿No estás en el trabajo?
—No.— Contestó el Kanbara levantándose de su lugar y tomando la chaqueta que estaba colgada—Tuve libre hoy.
—Genial...—Musitó el Akiyama— Oye, sé que no esperabas mi llamado, pero ayer me quedé preocupado por Izumi luego de todo lo que ocurrió.
No esperaba una llamada de él en ese momento, y la pregunta por Izumi lo tomó completamente por sorpresa.
—Ella está bien.
—¿De verdad?— Preguntó Ryo— ¿Qué sucedió luego de que me fui? ¿La llevaste a su casa?
—No, la verdad es que, prefirió estar lejos. Así que la traje a mi departamento. Y durmió aquí.
—¿Qué?— La sorpresa del Akiyama fue evidente— ¿Durmió en tu casa?
—Sí.
—¡Takuya Kanbara! Pero ¡que demonios!—Exclamó Ryo— Eso no está bien.
—¡Ey!— Exclamó el primo de Hikari— ¿Qué tiene de malo?
—¿Qué no es obvio?— Cuestionó el oji-azul— Una chica en tu departamento a solas.
—Primero, no estábamos a solas, estaba Hikari.— Respondió Takuya— Segundo ¿qué estás insinuando? Acaso ¿crees que hicimos algo más?
—N-no, no digo eso, simplemente que me sorprendió.— Se apresuró a responder Ryo— A cualquier le resultaría extraño saber que invitaste a una chica a dormir a tu casa.
—Bueno, no la invite a dormir...—Contestó el Kanbara— Sin querer, se quedó dormido y yo también. Así que pasó la noche aquí. No fue planeado. Fue de improviso.
Omitiría la parte de que durmieron juntos en el sofá.
—No fue con una doble intención. Izumi estaba triste. Necesitaba estar lejos de su familia un tiempo...—Explicó— Además ¿qué más hubiésemos hecho? Ella tiene novio.
Sí, Ryo lo sabía.
—Acaso ¿crees que soy tan desgraciado para aprovecharme de una chica cuando está vulnerable?
—¡Ey! No dije eso...—Se apresuró a responder— Lamento si sonó así. Es simplemente que me sorprendió escuchar que durmió en tu departamento. Después de todo, estoy preocupado por ella, debido a lo que ocurrió.
—Preocupado por tu cuñada ¿e?
—¡Ey!— Exclamó Ryo— No es mi cuñada.
—No, pero quieres que sea, después de todo, vives pendiente de su hermana ¿no?
—Prefiero omitir comentarios.—Comentó el Akiyama.
—Hazte el idiota, nomás.—Musitó Takuya— ¡Por cierto! Ya que mencionamos a esa chica, tengo una pregunta
—¿Cuál?
—¿Por qué ya no participa en las batallas musicales de la comuna?
—Mmm...verás, Rika ha tenido unos problemas familiares, por eso no puede participar.— Respondió el oji-azul.
—Es una pena. La verdad es que esa chica es bastante talentosa.—Comentó el moreno— Oye ¿por casualidad no sabes si ella está buscando oportunidades en algún grupo o algo así?
—Lo dudo, Rika es bastante solitaria en ese sentido, le gusta, por lo general, hacer todo sola.
—Bueno, te comento esto, por si algún día quiere innovar y dejar su carrera de solista. Con los chicos hemos pensado seriamente en buscar una voz femenina.
—Lo tendré en cuenta.—Musitó Ryo— Bien, creo que es hora de colgar, debo salir.
—Bueno. Ten buena tarde.
—Tú igual bro.— Comentó el Akiyama— Y, recuerda, si algo ocurre con Izumi. No dudes en llamarme.
Esto sorprendió al Kanbara nuevamente.
—Bueno.
—Adiós.
—Adiós.
Mientras tanto en la mansión de Haruna Anderson.
Koushiro, su fiel asistente, se encontraba revisando su laptop, para ser más preciso algunos correos de la empresa de Yamato Ishida, a su lado tenía su tablet con alguna información.
Efectivamente, como lo supuso, Hiroaki llevaba muchos negocios con Toshiko y muchos empresarios que hacía pasar por "accionistas" de la empresa, sin embargo, no se decía exactamente quien era la cabeza de todo esto. Era como si todos los correos importantes se hubiesen desvanecido en el aire, como si intentaran ocultar algo, pero ¿cómo hacían eso? Se suponía que todos los correos quedaban en la bandeja de entrada y si había algo extraño el gobierno que estaba a cargo de esa red podría revisar sus correos, salvo que, estos correos estuviesen en la papelera y...
¡Un minuto!
¿Cómo no lo pensó antes?
Fue así como rápidamente se metió en la papelera donde estaban todos aquellos correos eliminados y...
¡Bingo!
Había un correo gigante, bastante largo, con muchos archivos adjuntos.
Rápidamente ingresó en él y descargó un de los PDF que decía "autorización"
Koushiro esperó unos segundos a que el archivo se descargara, no esperaba que fuera tan pesado, pero se demoró varios segundos.
Estaba en eso cuando su móvil sonó.
¡Bip, bip!
Alzó una ceja ante esto y revisó la pantalla.
"Tomoko Kimura"
Se sorprendió al ver este nombre.
Desde que le dio su número a Tomoko y Ryo (por causas de emergencias), la mujer Kimura no lo había llamado. Acaso ¿algo había ocurrido? Ojalá no hablase de la noche anterior e insistiera en estar con Haruna, por alguna razón, el comportamiento de Tomoko le llamó bastante la atención. Sí, ella era una persona amigable y amable, siempre le agradaba conocer a personas del mundo empresarial. Pero de la forma en que observó a Haruna fue extraño.
Fue así como deslizó su dedo y respondió.
—¿Hola?
—Koushiro...—Escuchó su voz del otro lado— Hola, buenos días.
—Buenos días Tomoko.
—¿Cómo estás?
—Bien ¿y usted?
—Bien...—Respondió la mujer— Disculpa que te llame a esta hora. Espero no estar molestando tu trabajo.
—No.—Contestó Koushiro— Estaba haciendo unas cosas, pero, dígame ¿por qué me llama?
Hubieron unos segundos de silencio.
—Lo siento Koushiro, sé que estás ocupado, pero como ayer conocí a Haruna Anderson me quedé pensando mucho.
—¿Pensando?— Cuestionó— ¿En qué?
—En ella y en su empresa.— Comentó Tomoko— Como dije ayer, he leído algunos artículos de ellas, noticias, como bien sabes, a pesar de que, ya no tengo dinero sigo interesada en el mundo empresarial.
—Sí, lo sé...—Musitó el pelirrojo.
—Disculpa el atrevimiento, pero, verás, para mí ha sido muy importante poder enmendar todo lo que ha sucedido en mi vida.— Declaró la Kimura— De vez en cuando he intentado hacer algunas auditorías a empresas pequeñas, lo cual me ha permitido estar un poco más activa, trabajando desde casa por mi tema de salud. Aunque nunca he perdido la esperanza de volver a trabajar en una empresa.
—Es bueno que no la pierda, usted es excelente profesional.
—Bueno, me gustaría pensarlo, sin embargo, mientras no tenga un puesto donde ejercer, no estaré segura de eso...—Comentó Tomoko.
—Estoy seguro que, con su experiencia y curriculum, la aceptaran.
—Es por eso mismo que te llamo, Koushiro.— Respondió la mujer— Verás, como dije he leído muchos artículos de los negocios de Haruna. Es interesante como ella ha trabajado y he seguido su trabajo desde muy cerca leyendo en las revistas empresariales acerca de ella...—Comentó— Es por eso que me gustaría pedirte a ti, como su asistente, si es posible que me brinden una oportunidad de trabajo para ella.
¿Qué?
—¿Quiere trabajar para Haruna Anderson?
—Sí.— Respondió—Verás, me encantaría trabajar como asesora financiera, aunque también puedo empezar desde abajo.— Comentó Tomoko— Me encantaría tener la posibilidad de trabajar con tu jefa. Se ve que es una mujer con muchos logros y me encantaría poder compartir mi experiencia en el mundo de los negocios con ella.
—¡Wow! Estoy impresionado...—Musitó Koushiro—Pe-pero ¿por qué con Haruna? Usted tiene muchas otras empresas que seguramente le pueden ofrecer un puesto mejor.
—Lamentablemente no.—Contestó la oji-azul— Kousei me privó de trabajar en las empresas de Japón, arruinó mi nombre, todos me miran como basura. Me ha sido imposible trabajar, sin embargo, tú eres una persona de confianza de Haruna, puedes recomendarme...—Comentó— Además, Haruna es nueva en el país, fácilmente podría comenzar desde cero con ella.
¡Rayos! Pensó Koushiro.
—¿E?—Balbuceo— Tendría que pensarlo.
—Si quieres pudiera ir yo misma a hablar con Haruna y presentarle personalmente mi curriculum.
El pelirrojo se mordió el labio inferior—¿E? N-no creo que pueda, verá, mi jefa está super ocupada.
—Bueno, pero, tú podrías ayudarme a conseguir una cita ¿no crees?
—¿E?...—Nuevamente balbuceo sin saber que hacer o decir— Pu-pues...yo creo que sí...intentaré. Pero no prometo nada.
—No te preocupes, esperaré pacientemente. Como dije, si no puedes hablar con ella. Yo misma soy capaz de ir y presentarme con ella.
—E-está bien.—Respondió Koushiro— Veré lo que puedo hacer.
—Muchas gracias, Koushiro Izumi...—Musitó la mujer— Bueno, creo que es momento de que cuelgue. Espero que tu próxima llamada sea con buenas noticias.
—S-sí.—Contestó el pelirrojo no muy convencido.
—Que tengas buen día.
—Igualmente.
Fue así como la llamada se cortó.
¡Rayos, rayos, rayos!
Pensó sus manos por sus cabellos. Jamás esperó esto. Acaso ¿Tomoko sospechaba algo? ¿por qué de un momento a otro le pedía trabajo? Sí, entendía que quisiera trabajar, pero jamás esperó esto.
Koushiro suspiró.
¿Qué le diría a Mimi?
Esto no era bueno
Justo en ese minuto, el archivo que estaba descargando en su laptop terminó de cargar.
El pelirrojo hizo una mueca y sin ningún interés presionó el archivo para continuar con su trabajo, mientras en su mente repasaba una y otra vez aquella situación de Tomoko. Sin embargo, quedó en shock al ver que el archivo se abrió y había un carnet de identidad escaneado.
Koushiro alzó una ceja y bajó en el documento.
Al parecer si, era una autorización de los negocios y, todos estaban a nombre de...
Yamato Ishida
—¿Por qué me llamaste?— Preguntó Rika, quien luego de au acalorada discusión con su padre de su casa, no rumbo a la preparatoria, como todos los días, ya que no tenía ganas de ir.
Literal, comenzó una caminata sin rumbo, lejos de su "hogar" estaba en eso cuando recibió un mensaje de Ryo, al principio dudó en ir, sin embargo, finalmente accedió, ya que sabía que con Ryo podría desahogarse un poco. No obstante, este apenas la recibió la observó con cara de pocos amigos, le dijo un frío "tenemos que hablar" y la sentó en el sofá.
Ryo hizo una mueca— ¿Por qué?— Repitió esa pregunta— ¡Por qué!—Resaltó— ¿Enserio eres capaz de preguntarme eso?—Con su dedo índice tocó la frente de la Ishida— Acaso ¿no recuerdas lo que sucedió ayer?
—¿Ayer? —cuestionó Rika, con una expresión de desconcierto.
—Sí, ayer —respondió Ryo seriamente, cruzándose de brazos. —¿O acaso te olvidaste?
La adolescente alzó una ceja, aún sin entender del todo.
—¿Te olvidaste de que me llamaste borracha, anoche?
¿Qué?
Rika pensó sorprendida y el recuerdo vino como flash a su mente, primero la llamada con las tonterías que dijo, luego el show frente a Ryo y Haruna, finalmente la discusión con su padre al llegar a casa.
¡Oh no!
—¿Borracha?
—¡Sí!— Exclamó el Akiyama— Te pasaste n de copas de fernet.
Sí, lo sabía, pero ¡Rayos! no quería que Ryo la viera así. Ahora se venía el interminable discurso.
Ryo la miraba con una mezcla de preocupación y reproche en sus ojos avellana. Ishida se sentía incómoda bajo su mirada penetrante. No quería escuchar sus sermoneos, ni tampoco enfrentar la decepción en su voz.
—Lo siento —murmuró ella, desviando la mirada— No fue mi intención...
—¿Tu intención? —intervino Ryo con un tono más suave, pero aún cargado de desaprobación— No se trata de tus acciones, Rika. Se trata de las consecuencias de ellas ¿entiendes?
Rika asintió en silencio, sintiendo el peso de su error. Sabía que no podía cambiar lo que había sucedido, pero esperaba que pudiera reparar el daño causado.
—¡Eres menor de edad! ¿Cómo, rayos, te vas a emborrachar a esa edad?— Cuestionó el oji-azul.
—¡Sí, lo sé, lo sé! No está bien.
—¡Con solo decirlo no es suficiente!—Exclamó el Akiyama.
Rika rodó los ojos— Sí, pero ¿qué quieres que más haga?— Preguntó—Ya me emborraché. No puedes volver el tiempo atrás.
—Lamentablemente...—Comentó el castaño— Aunque, estoy seguro de que, si pudieras, lo volverías hacer. Con lo cabeza dura que eres.
—¡Ya, ya, ya!— Exclamó la pelirroja— Deja de sermonearme.
Ryo suspiró profundamente, luchando contra la frustración que sentía. Quería sacudir a Rika y hacerle entender la gravedad de su situación, pero también sabía que no ganaría nada con seguir discutiendo.
—Solo espero que hayas aprendido la lección.—dijo finalmente, resignado— Y que no vuelvas a repetir esta clase de comportamiento imprudente.
—Lo intentaré.
—¿Intentar?— Preguntó Ryo—¡Intentar!
—Bueno ¿qué más quieres que haga?— Cuestionó Rika— Nadie sabe cuando mi padre nuevamente me va a decepcionar.
—El error de tu padre, no justifica el error tuyo, Rika ¡por favor! entiende.
—Entiendo.—Respondió la pelirroja— Y prometo que tendré más cuidado para la próxima.
—¿Lo prometes de verdad?
—Sí.— Contestó la pelirroja— Lo prometo.
Ryo la observó seriamente con los brazos cruzados— ¡Más te vale!— Alzó su mano y nuevamente tocó con su dedo índice derecho al frente de Rika— Porque si no lo haces tendrás serios problemas conmigo.
Rika suspiró— Lo sé.— Nuevamente rodó los ojos.
Este chico se preocupaba mucho por ella, no sabía exactamente como se dio esta situación, cuando se conocían ambos se odiaban, pero con el paso del tiempo, Ryo terminó prestándole más atención de que la que debería.
—Y bien...—Habló la pelirroja—¿Eso nomás me querías decir?
—Sí.—Respondió Ryo.
Rika hizo una mueca.
—Bueno, en realidad sí, pero ahora que estamos hablando me acordé de algo bastante curioso que dijiste ayer en tu estúpida borrachera.—Comentó el Akiyama.
—¿Algo curioso?— Cuestionó Rika malhumorada.
Ryo asintió—A pesar de que odié verte en ese estado, dijiste algo muy cierto...
La pelirroja alzó una ceja ante esto.
—¿Qué dije?
—Mmmm...—Ryo alzó la mirada "intentando recordar"—¡Oh, Ryo, mi fiel enamorado!— Exclamó.
¿Qué?
¿Mi fiel enamorado?
—Acaso ¿no lo recuerdas?
La pelirroja lo observó sorprendida— No es posible que haya dicho eso.
—Sí lo es.— Respondió el oji-azul.
—¡Claro que no!
—Puedo demostrarlo.— Comentó Ryo— ¿Se te olvida que tengo grabador de llamadas?
¡Oh no! Por favor no, era una pesadilla para ella pensar en que esas palabras eran reales.
—Estaba borracha, dije tonterías. No debes prestarle atención.
—Por ahí dicen que los borrachos y los niños dicen siempre la verdad.
—Yo no entro en esa regla.
Ryo movió la cabeza— Bueno, no deberías sentirte avergonzada, después de todo no dijiste ninguna mentira al decir eso.— Musitó y acercó su rostro al de la pelirroja— Yo siempre he sido, soy y seré, tu eterno y fiel enamorado.
Rika se quedó estática ante la cercanía que había entre ellos dos, un rubor se hizo presente en sus mejillas, su corazón comenzó a latir muy acelerado.
Ryo sabía cómo colocarla nerviosa ¡Pero! Ella no debía demostrarlo.
—Si quieres puedes seguir siendo mi fiel enamorado.— Comentó la pelirroja colocando su mano en el pecho del Akiyama— Pero eso no significa nada mientras yo no te dé una oportunidad.— Suavemente empujó al chico, alejándolo de ella.
—No necesito que digas que me la das, porque yo sé que sientes lo mismo por mi.—Musitó Ryo.
Rika rodó los ojos— Deja de hablar estupideces ¿sí? No estoy de ánimos para esto. Mucho menos para recibir una declaración de amor. Luego de esto, dudo que algún día confiaré en el amor de un hombre, después de todo, mi padre fue la clara muestre de lo falso que es eso.
—¡Ey! No nos englobes a todos por causa de él.— El Akiyama suavemente tomó su mano— Yo puedo demostrarte que el amor si existe, no todos los hombres somos como tu padre.
Rika retiró su mano de la de Ryo, mirándolo con un gesto entre incredulidad y frustración.
—¿Y qué esperas lograr con eso? ¿Hacerme creer en cuentos de hadas? Lo siento, pero no soy una niña para creer en ilusiones vacías. Además, ¿qué te hace pensar que eres diferente?
Ryo mantuvo su mirada fija en ella, con determinación en sus ojos lila.
—No te estoy pidiendo que creas en cuentos de hadas, Rika. Te estoy ofreciendo sinceridad y compromiso. No puedo cambiar lo que pasó en tu pasado, pero puedo prometerte que estaré aquí para ti, para demostrarte que el amor verdadero existe y que no todos los hombres son como tu padre.
Rika frunció el ceño, sintiendo una mezcla de emociones tumultuosas en su interior. Por un lado, la tentación de creer en las palabras reconfortantes de Ryo, y por el otro, el temor arraigado por las experiencias dolorosas que había vivido.
—¿Y cómo pretendes hacer eso? —inquirió, desafiante.
Ryo sonrió ligeramente, como si estuviera seguro de su respuesta.
—Demostrándote día a día con mis acciones. Así como lo he hecho hasta hoy.—Comentó— Porque no creo que no haya hecho méritos ¿no?
Rika se mordió el labio inferior ante esto, después de todo, Ryo sabía que tenía razón. Jamás un chico logró hacerla sonrojar o que su corazón latiera con tanta fuerza, y esto no se debía a su físico, si no a sus acciones. Ryo siempre estaba atento a ella, la aconsejaba, la soportaba y más.
Ryo era un buen partido
¡Pero! Ella no caería fácilmente a sus encantos.
—Por favor, dejemos de hablar de esto, y mejor ayúdame en esto.
—¿En esto qué?— Preguntó Ryo.
—Luego de lo que ocurrió no tengo ganas de obedecer a mis padres.—Habló Rika y sacó de su mochila una agenda— Quiero hacer lo que a mí me gusta y tú muy bien sabes a que me refiero.
Izumi observó la gran mansión frente a ella. Por primera vez en toda su vida se sintió fuera de lugar en aquel lugar. Sí, fuera de lugar. Todo ese castillo de cristal que sus padres habían construido a su alrededor con una familia "feliz y perfecta" dejó de serlo de un momento para otro…
Por culpa de su padre
Apretó su puño.
Rogaba al cielo que Yamato Ishida no estuviese ahí. No quería verlo, no quería hablar con él, no se sentía capaz de enfrentarlo luego de todo lo que hizo.
Respiró profundo y dio unos pasos en dirección a la puerta, sacó sus llaves del bolsillo de su chaqueta, la introdujo en la cerradura y la giró. La puerta al instante se abrió y ella ingresó al lugar.
Cerró la puerta tras ella y, como toda persona japonesa, cambió sus zapatos por sus pantuflas para luego caminar por el largo pasillo que la llevaba hasta la escalera, sin embargo, apenas llegó a ella.
—Izumi.
Sí, la voz de aquel sujeto que no quería ver, la llamó.
Apretó los dientes y con mucho temor volteo hacia el lugar de donde venía la voz, encontrándose frente a frente con él, su padre.
—Izumi.—Nuevamente pronunció su nombre.
—Pa...—Dudó en decirlo— Padre.
La tensión se sintió en el aire mientras ambos intercambiaban miradas. Finalmente, Yamato decidió dar el paso.
—Hija ¡Que bueno que llegaste!— Se acercó a ella— ¿Por qué no llegaste a dormir?— Preguntó el oji-azul.
La joven observó a su padre, sorprendida—¿Qué haces aquí?— No quería verlo, guardaba la esperanza de que no estuviera.
—Es mi casa.—Respondió Yamato.
—Sé que es tu casa, pero ya sabes a que me refiero, luego de todo lo que ocurrió.— Musitó Izumi.
Yamato hizo una mueca— Hija, vine porque, estoy preocupado por ustedes y quiero hablar con mis hijas sobre lo que pasó.
Izumi negó— ¿Tus hijas?— Repitió— Creo que te refieres mal a nosotras al decir que somos "tus hijas" porque un padre jamás haría lo que tú hiciste.
—Izumi, no confundas las cosas.—Comentó Yamato— Soy tu padre antes que todo, y sé que lo que hice está mal, pero no quiero que eso ensucie mi imagen de padre.
—¡Claro que lo hará!— Respondió la rubia—¡Eres un mal hombre!
—No pienses eso de mí.—Rogó Yamato.
—¿Qué más quiere que piense de ti?— Preguntó Izumi—Nos has decepcionado de la peor manera.—Declaró— Mis hermanas y yo ¡Jamás te perdonaremos esto! Has arruinado nuestra familia.— Las lágrimas brotaron de sus ojos y comenzaron a caer.
Yamato se acercó a ella y tomó su hombro— Hija, yo no quise que esto pasará.
—¡Pero pasó!— Respondió la oji-verde— Y lo peor es que lo hiciste con una persona que tú sabías muy bien que yo consideraba mi amiga.— Declaró— ¡Te involucraste con mi amiga, y lastimaste a mi madre! ¿Qué quieres que piense?
—Lo siento, Izumi, lo siento mucho. Sé que tú considerabas a Nanami tu amiga, estuve ¡muy mal! en mi actuar, pero, de verdad, jamás quise lastimarte...—Tomó su mentón—Ni a ti, ni a tus hermanas, ustedes son lo más importante para mí.
—Me cuesta mucho creer eso.
—¡Pues créelo! Fui mal esposo, pero, jamás quise que esto afectara mi imagen de padre.— Respondió Yamato— Lamentablemente, soy humano, puedo equivocarme y eso pasó.
—¿Cómo puedes equivocarte tanto?
—Lo sé, no estuvo bien, jamás debí hacerlo.—Declaró— Pero no puedo cambiar lo que pasó, sin embargo, puedo prometerte que haré todo lo posible para reparar el daño que he causado —dijo Yamato con sinceridad, sintiendo el peso de su error sobre sus hombros.
Izumi apartó bruscamente su hombro de la mano de su padre y retrocedió unos pasos, mirándolo con ojos llenos de dolor y decepción. Su corazón estaba destrozado por la traición de alguien en quien había confiado tanto.
—¿Sabes? Para mí, siempre fuiste mi héroe.— Musitó la oji-verde— El mejor hombre del mundo, pero luego de esto...—Tragó saliva— Solo te considero el héroe de una historia mal contada. Ya que si pensarás en nosotros ¡jamás hubieras hecho esto!
Al igual que el día anterior, el corazón de Yamato que ya estaba trizado se rompió más, ver la mirada de decepción de su hija era un golpe muy duro. Y, peor, saber que ahora ya no era su héroe lo hacía sentir que falló en su labor como padre.
Haruna entró en la sala de reuniones con una expresión seria, llevando consigo una carpeta de documentos importante. Miró a su alrededor, encontrando a Nene Ishida sentada en la mesa, aparentemente concentrada en su trabajo.
—Buenos días señorita Ishida.
Nene levantó la vista de sus papeles, ligeramente sorprendida por la presencia repentina de aquella mujer.
—Señora Anderson.—Pronunció su nombre.
¡Oh no! ¡Genial! Nuevamente esa mujer venía a "brindarle ayuda"
—¿Qué hace aquí?
—Necesito hablar contigo.— Respondió Haruna con voz calmada pero firme—¿Tienes un momento?
—Si viene a preguntarme por la situación de mi familia, dejeme decirle que, no...
—No vine a eso.— La adulta rápidamente interrumpió a la joven.
—¿A no?— Nene alzó una ceja, tratando de ocultar cualquier atisbo de sorpresa o preocupación.
—Necesito discutir contigo algunos detalles sobre el proyecto en el que estás trabajando—Haruna se acercó a la mesa y dejó la carpeta frente a Nene— ¿Puedo sentarme?
Nene asintió—¿Qué sucede con eso?
—He estado revisando los informes preliminares y tengo algunas preguntas y sugerencias que hacer —continuó Haruna, tomando asiento frente a Nene— ¿Puedes explicarme más detalladamente el enfoque que estás tomando en este proyecto?
Nene se ajustó en su silla, preparándose para una discusión técnica sobre el trabajo en cuestión. Comenzó a explicar los detalles del proyecto y los pasos que había tomado hasta el momento.
Haruna escuchó atentamente, haciendo preguntas ocasionales para aclarar puntos específicos. A medida que la discusión avanzaba, Haruna comenzó a señalar áreas donde sentía que el enfoque de Nene podría mejorarse o ajustarse para lograr mejores resultados.
—Entiendo sus preocupaciones, Haruna, pero creo que mi enfoque es sólido.—respondió Nene, defendiendo su trabajo con determinación— He trabajado duro en este proyecto y estoy segura de que puedo hacerlo funcionar.
Haruna asintió, reconociendo el esfuerzo de Nene, pero aun expresando sus reservas sobre ciertos aspectos del proyecto.
—Confío en tu capacidad, Nene, pero también quiero asegurarme de que estemos considerando todas las posibilidades y maximizando nuestras oportunidades de éxito.—dijo Haruna con calma— ¿Estarías dispuesta a revisar algunas de mis sugerencias y discutirlas juntas?
Nene negó— No creo que sea necesario.— Declaró— Mi trabajo es prolijo, bueno, no necesita modificaciones.
—Disculpa que te lo diga, pero, tiene varias fallas.— Comentó Haruna— Y, creo que, deberías modificarlas.
—Tiene unas fallas, porque todavía no está terminado.— Respondió Nene—Pero Kiriha y yo nos estamos encargando de esto.
—Yo puedo ayudar en esto.
—No gracias, Kiriha y yo tenemos todo bajo control. — Respondió Nene.
Haruna hizo una mueca, no llevaba mucho tiempo en aquel lugar trabajando, pero desde el primer minuto en el que comenzó a trabajar con ella, notó su duro carácter y su interés (mejor dicho, ambición) por tomar ella la jefatura de la situación, básicamente ella quería mandar en todo.
—Nene, yo también soy parte del proyecto. —Musitó la mujer empresaria— Sé de negocios, llevó bastante tiempo en esto, puedo terminar el trabajo como corresponde.
—No gracias, yo puedo hacerlo, deme solo unos minutos. — Comentó la joven tomando la carpeta.
La mujer Anderson rodó los ojos.
—Disculpa, Nene, pero ¿verdaderamente estás en condiciones para trabajar?
—¿Por qué no lo estaría?
—Por la situación…—Comentó Haruna— Di-digo, no digo que no puedas, pero entendería que estás un poco colapsada por eso, y debido a eso, no puedes rendir bien…
—¡No diga estupideces señora Anderson! — Exclamó Nene.
Este comentario enojó a Haruna, Nene estaba muy enojada y se estaba comportando muy groseramente, eso no le gustaba.
Paciencia Mimi
Pensó para sí misma.
—Nene, no digo que no puedas, pero comprendería que no estás en condiciones…—Musitó— No te enojes conmigo, simplemente quiero ayudarte.
—Lo siento, pero no lo necesito. — Comentó Nene— Tengo todo bajo control, tengo personas que me apoyan, no necesito de usted.
Mimi rodó los ojos un tanto molesta, la actitud de su hija era insoportable.
—¿Sabes? Sé que estás pasando un mal momento, pero no te cuesta nada agradecer las buenas intenciones de otros. —Musitó— Aunque, no quieras recibir mi apoyo un simple "gracias" podría ser una respuesta más adecuada ¿no crees?
Nene frunció el ceño ante esto y dirigió una mirada cero agradable a la mujer.
—¿Perdón? —Preguntó— ¿Quién se cree que es usted para hablarme así? —Se cruzó de brazos.
—Una persona con modales.
—¿Modales? — Cuestionó Nene— ¿O entrometida? — Se cruzó de brazos— Y no me refiero solo a este trabajo que está bajo ¡mi guía! — Exclamó— Usted simplemente ha sido una entrometida al intentar estar junto a mi familia, se supone que quiere negocios, pero está interviniendo en asuntos personales que no deberían importarle.
—No soy entrometida, simplemente soy educada al brindarte apoyo. — Respondió Mimi, mejor dicho, Haruna. Esta vez estaba sacando a relucir el carácter y personalidad de aquella fría y directa mujer empresaria—Algo que evidentemente, tú no eres.
—¿Cómo se atreve hablarme así? —Preguntó— ¿Sabe quién soy?
—Sí, sé quién eres, pero eso no te da lugar a hablarme así. — Respondió Haruna.
Nene observó furiosa a aquella mujer. Sí, tal vez era empresaria y toda la cosa, pero ella era Nene Ishida ¡Ishida! Su familia gobernaba con su poder económico Japón. Esa mujer recién había aparecido en la zona. No era nadie.
Haruna simplemente observó a su hija seriamente, no estaba dispuesta a continuar soportando el comportamiento de aquella niña que, para variar, tenía su sangre, pero terminó siendo igual de insolente que su abuela adoptiva y su abuelo paterno.
Dirigió su mirada a la carpeta y, sin miedo, la quitó de las manos de Nene.
—Ahora, deja tu carácter de niña pequeña, y déjame terminar con el trabajo. Recuerda que yo soy la principal inversionista y si falla toda la responsabilidad caerá en ti, porque, como bien dijiste, tú estás a cargo, y con los fondos de mi empresa ¡no se juega!
Nene observó completamente molesta a esa mujer, mejor dicho, furiosa, no soportaba que las personas la enfrentaran de esa manera.
Hikari caminaba por una calle poco iluminada, con la sensación de que alguien la seguía. Se detuvo un momento y miró hacia atrás, pero no vio a nadie. Trató de sacudirse la incomodidad y apresuró el paso, pero el presentimiento de peligro persistía.
De repente, un hombre emergió de la oscuridad y se abalanzó sobre ella, agarrándola del brazo con fuerza.
—¡Ey! Nena ¿dónde vas a esta hora? ¿y tan solita?—intentó coquetear el sujeto.
—¿E?— Hikari balbuceo—Vo-voy a juntarme con un amigo.
—¿Dónde?— Preguntó el hombre— Si quieres puedo acompañarte.
—N-no es necesario.— Comentó la castaña intentando zafarse del agarre del sujeto.
—¿Por qué?— Cuestionó el tipo sonriendo— No es bueno que una jovencita como tú ande sola por la calle a esta hora.
—N-no, no estaré sola, mi amigo pronto llegará.
—¡Ey!— El sujeto la agarró de la cintura— Si quieres yo puedo ser tu amigo.
—Por favor, suélteme.—Rogó la castaña.
—¿Por qué?— Cuestionó— Solamente quiero acompañarte y que nos divirtamos.
Hikari se sentía atrapada, su corazón latía con fuerza mientras buscaba desesperadamente una salida de esa situación incómoda. El agarre del hombre en su cintura se sentía cada vez más opresivo, y su mirada lasciva le enviaba escalofríos por la espalda.
—Lo siento, pero realmente tengo prisa. Mi amigo ya debe estar llegando, así que debo irme —insistió Hikari, intentando mantener la calma a pesar de su creciente ansiedad.
El hombre no parecía dispuesto a soltarla, sus ojos brillaban con una intensidad que enviaba alarmas a través de la mente de Hikari.
—¿Por qué tan apurada, nena? Podemos divertirnos mucho juntos —dijo con una sonrisa que le pareció más amenazante que amigable.
Hikari tragó saliva, buscando una manera de escapar de esa situación sin provocar una reacción violenta por parte del hombre. Sabía que debía actuar con cautela para no empeorar las cosas.
—N-no, y-yo voy...—Intentó alejarse.
—¡Ey! Tranquila...—El sujeto la agarró por ambos brazos— ¡Vamos! Juntos podemos hacer muchas cosas.—El sujeto la rodeo por la cintura y acercó su rostro a su cuello.
—N-no, por favor, no...—Rogó la castaña sintiendo los asquerosos besos de aquel sujeto en su cuello— ¡Por favor! ¡Suéltame!
Hikari intentó luchar contra aquel sujeto, sintiendo el miedo recorrer cada fibra de su ser. Sin embargo, sus esfuerzos por soltarse eran inútiles.
—¡Ey!— Un grito se escuchó—¡Déjala en paz!
Ambos al alzar la mirada se encontraron con un chico rubio de ojos azules. Era Takeru, quien había estado a unos metros esperando a Hikari. Al ver la situación, corrió hacia ellos con determinación.
El asaltante se volvió hacia Takeru, con una mezcla de rabia y desafío en los ojos.
—Tú quédate fuera de esto.—gruñó el hombre.
—No voy a permitir que la lastimes.—declaró Takeru con determinación— ¡Vete de aquí ahora mismo!
El asaltante soltó una carcajada burlona—Solo nos estábamos divirtiendo ¡no te metas!
—No se estaban divirtiendo. Tú la estabas atacando.— Respondió el rubio— ¿Cómo te crees capaz de esto?
—¡Cállate mocoso! Metete en tus asuntos.
—¡No!— Takeru se interpuso entre el asaltante y Hikari, adoptando una postura defensiva.
El bandido frunció el ceño y de su chaqueta sacó un cuchillo.
—¡Deja a la chica y vete!— Amenazó.
—No.— Respondió el rubio.
—¡Te meterás en un grave problema si no me obedeces!— Gritó el hombre.
Sin embargo, Takeru no retrocedió, manteniendo su posición firme.
Fue así como el sujeto se acercó a ellos y tomó a Hikari del brazo para jalarla hacia él, Takeru lo impidió y sin piedad, lanzó un golpe hacia el sujeto, este le respondió de la misma forma, Tk nuevamente lanzó otro golpe. La pelea se colocó intensa, hasta que, en un momento de descuido, el hombre lanzó un rápido movimiento con su cuchillo, apuñalando a Takeru en el costado. Takeru soltó un grito de dolor mientras caía al suelo, sosteniéndose la herida.
El sujeto observó la escena y se dispuso a acercarse a la castaña para continuar con su idea, sin embargo, justo en ese momento una patrulla de policía se detuvo junto a ellos y dos hombres bajaron.
—Señorita ¿está bien?
El bandido al ver esto, prefirió irse, no quería tener más problemas.
—Y-yo...—La chica intentó hablar, pero observó horrorizada la escena, sintiendo una oleada de pánico y desesperación. Corrió hacia Takeru, arrodillándose a su lado y tratando de detener la hemorragia.
El asaltante aprovechó la confusión para escapar, dejando a Hikari y a Takeru heridos y traumatizados en medio de la oscuridad de la noche.
—¡Oh no!— Exclamó la castaña— ¡Takeru!
Fue así como las horas transcurrieron rápidamente en aquel día llegando al medio día, luego a la tarde y finalmente, a la noche. Ni cuenta se dieron algunos cuando la jornada de trabajo y estudio ya estaban terminando entre ellas, Mimi, quien luego de la discusión con Nene se dispuso a terminar cuanto antes con el trabajo.
Haruna se recostó sobre la silla de su escritorio, verdaderamente estaba agotada, efectivamente el trabajo de Nene estaba incompleto ¡Muy incompleto! Al parecer, Nene no quiso involucrar a Kiriha en él, lo que provocó que tuviera varios errores. Luego de hablar con el rubio logró modificar aquellos errores que cometió y arreglar el proyecto inicial.
Sin embargo, le tomó bastante tiempo, la noche cayó, la mayoría de las personas ya se habían ido a sus casas, mientras ella aun continuaba en su oficina finalizando algunas comercializaciones con personas que ella conocía y que aseguraban un negocio bueno, pero por sobre todas las cosas ¡limpio! Si, limpio. Que no estaban involucrados con la trata de Hiroaki o Toshiko.
Respiró profundo cuando la pantalla de computador finalmente se apagó.
Este día verdaderamente fue ajetreado para ella, necesitaba descansar su vista, la cual estaba bastante afectada por la luz del computador.
Se levantó de su silla, tomó su bolso, salió de su oficina y caminó en dirección a la oficina de Yamato para dejar la carpeta con la información. No había nadie ahí, pero dejaría la carpeta para que, apenas Yamato llegara al día siguiente la revisara.
Grande fue su sorpresa al llegar a oficina y ver que la puerta estaba abierta dejando ver que adentro se encontraba Yamato Ishida con la mirada baja y unas lágrimas cayendo de sus ojos.
—Yamato…—Pronunció su nombre.
El rubio alzó la mirada ante esto y se encontró con la castaña—Haruna ¿Qué hace aquí? — Se sorprendió al verla.
—Disculpe, no sabía que estaba aquí…—Comentó la oji-miel y alzó la carpeta— Venía a dejar a su despacho el informe final del proyecto en el cual decidí hacer inversión.
Yamato hizo una mueca, por unos momentos pensó que estaría solo en la empresa ¡Claro! Las oficinas de los demás se encontraban en los laterales, si alguien se quedaba ahí era difícil saberlo, porque la suya se encontraba en el área principal.
—¿Interrumpo algo? — Preguntó la castaña.
—¿E? — Balbuceo él antes de voltear la mirada— No…—Respondió— No está interrumpiendo nada.
Haruna pasó su mirada por el rubio— ¿Está seguro?
Yamato suspiró, la verdad es que quería con todas sus fuerzas decir "¡Sí! Todo bien" Pero no era posible.
—¿Cómo más quiere que esté luego de lo que ocurrió?
La castaña hizo una mueca ante esto— Ya me imaginaba que estaba así por lo que ocurrió ayer.
Yamato alzó la mirada dejando ver como sus ojos estaban enrojecidos.
—¿Cómo está Rika?
—Me gustaría decir que mejor. —Respondió Yamato— Pero no es verdad. La borrachera simplemente fue una muestra de todo el odio y rencor que siento hacia mí. Luego de que ese maldito video saliera en Internet.
Sí, eso era verdad.
—Lamento esto que le está ocurriendo. —Musitó Haruna.
—No lo lamente, odio dar lastima por algo que sé que fue mi culpa. — Musitó el rubio evidentemente reprochándose así mismo.
—No diré que no, porque sí es cierto que no estuvo bien la infidelidad…—Comentó la castaña— Pero no fue su culpa que eso saliera en redes. — Depositó su mano en su hombro— ¿O me equivoco?
Yamato hizo una mueca— En cierto modo lo fue.
—¿Por qué?
—Porque no fui claro con Nanami y por eso ella se enojó. —Respondió— Si yo hubiese sido más claro, si no hubiese engañado a Sora, este video jamás hubiera salido. Pero Nanami quiso afectarme con algo que me doliese y lo consiguió, porque lastimó a las personas que más amo, con ese video.
"Las personas que más amo en el mundo"
Esas palabras resonaron en su mente.
Algunas veces se preguntaba ¿qué tan ciertas eran esas palabras? ¿En verdad amaba a Nene e Izumi? Él decía que sí, pero no dudó en alejarlas de sus orígenes y ocultarle a su verdadera madre ¿eso se podía considerar un muestra especial de amor?
No lo sabía, sin embargo, la tristeza en el rostro de Yamato era de otro nivel, no recordaba haberlo visto así antes, salvo por aquel día que fue a la tumba a visitar a "Demiyah" y luego sin querer le contó la historia cuando el desfile se estaba desarrollando.
—Señor Ishida, todo estará bien.— Haruna posó su mano en su hombro— Todo, debe estar tranquilo, todo estará bien.
—Dudo que lo esté.— Contestó el rubio— Simplemente arruiné todo.
—Cometió un error, pero en esta vida, todo tiene solución.
Yamato negó—Esto no lo tiene.
—Claro que sí.— Respondió la castaña— Luego de lluvia siempre viene el sol.
El rubio se sorprendió al escuchar estas palabras, ya que recordó a Mimi.
—Algunas veces las tormentas son muy grises, algunas veces pareciera que la lluvia nunca va a parar, pero todo siempre termina bien. Porque el sol aparece en lo alto y un arcoiris demuestra que la tormenta ha cesado.—Declaró Haruna.
Las palabras de Haruna resonaron en la mente de Yamato mientras repasaba cada una de ellas en silencio. Recordó cómo Mimi siempre había sido una fuente de luz y esperanza en su vida, incluso en los momentos más oscuros y difíciles.
"Después de la lluvia siempre viene el sol... un arcoíris demuestra que la tormenta ha cesado", repitió en su mente, dejando que las palabras de Haruna y los recuerdos de Mimi lo envolvieran.
El recuerdo de Mimi surgió en su mente: su sonrisa radiante y su actitud optimista incluso en medio de la adversidad. Recordó cómo ella siempre había sido capaz de encontrar belleza en las cosas simples y cómo había sido un faro de esperanza para él en más de una ocasión.
La castaña se sorprendió al ver que la mirada de Yamato cambiaba de decepción a nostalgia, una luz diferente se hizo presente a sus hijos, un rayo de esperanza los atravesó.
—¿Por qué me mira así?
—P-porque...—Yamato tragó saliva— Esas palabras las decía una persona a la cual amé...—Declaró.
¿Qué?
El rubio tragó saliva y se acercó a la castaña. La observó de frente, era extraña esta sensación, si muy extraña. Observó sus ojos, por alguna razón esa mirada le recordaba a Mimi y esas palabras...
Lo hicieron sentir cerca de ella
—¿U-una persona que amo?
Yamato asintió.
—¿Q-qué...—Haruna intentó preguntar— ¿Qué persona?
—Una persona que...— El hombre suspiró—Que ya no está conmigo, que fue la persona más importante para mí, pero que decepcioné...—Comentó—Lo más triste es que yo me encargué de ser su lluvia y jamás logré que el sol saliera para ella.
Mimi sintió como si el pecho se le apretara por esas palabras.
—¿Sabe? Haruna.—Yamato la observó de frente— Usted, me recuerda a ella...—Acarició su rostro— Por alguna razón, que no entiendo.
En un movimiento inconsciente Yamato se acercó a ella para apreciar atentamente el rostro de la castaña, aquellos ojos le recordaban demasiado a Mimi. Esa mirada era color miel, esos labios, esa nariz ¡Todo le recordaba a Mimi! ¿por qué? No tenía sentido.
Haruna, mejor dicho, Mimi, se congeló ante la cercanía y palabras de Yamato sin poder reaccionar exactamente a lo que estaba pasando. Simplemente se perdió en el azul de sus ojos, como si buscara verdad en ellos. Como siempre hacia cuando le mencionaba a "Mimi Tachikawa" No tenía sentido ¿por qué a estas alturas de su vida la mencionaba?
La distancia entre ellos era corta, los corazones de ambos latían a mil.
+En Instagram hice una encuesta de si subía el capítulo hoy o no, si lo subía hoy no iba a ser de tan buena calidad, sin embargo, luego de dormir una larga siesta y recuperar fuerzas. Toda la inspiración me llegó de una jajaja así que creo que no quedó tan mal.
+(1) Recordemos que Kiriha, en el anime original de Digimon Xros Wars, demostró siempre estar preocupado por Nene, nunca se explicó esto, se notaba un interés en ella, que se confirmó en el manga de Digimon Xros Wars. Así que, tomaré esa personalidad de Kiriha preocupado por ella.
BethANDCourt: ¡Hola! Si jsjsjs disculpa, pero necesitaba dejar contenido para este capítulo. Sin embargo, aquí está. Te entiendo, todos odiamos a Hiroaki, pero el odio mayor lo siento por Toshiko. Esa mujer es horrible jajaja también quiero enviarla para abajo jaja Sí, el cinismo de Hiroaki es horrible, juega con los sentimientos de su nieta (ya veremos si algún día encuentran a las muchachas) Yamato también ha sido víctima por su ambición de poder jajaja creo que muchos pensaron lo mismo que Koushiro jajaja pero ¡tranqui! Mimi está airada, pero siempre pensará en sus hijas antes, sabe que esto les iba a doler y pensó en ellas. Sí, es triste como Nene trató a su madre, lamentablemente tiene un carácter muy fuerte, ya veremos si es verdad o, simplemente es una máscara. Todo es posible en esta historia y conocer a Nene será una aventura. Concuerdo contigo, Izumi y Nene son MUY diferentes, son mellizas, pero cada una ve la vida diferente, sin embargo, yo considero que ninguna la ve como Mimi, Izumi se parece mucho a Sora en ese sentido. Mientras que Nene se convirtió un poco en Yamato debido a dura que es. Aquí tuvimos un poco de Takari ¡Se vienen más escenas de ellos luego! jsjsjs Te gustarán. Creo que muchos se emocionaro por Henry, pero sí, es malo en esta historia. Será una pésima influencia, ya que, esto es una pincelada de todo lo que se viene. Aquí tuvimos a nuestro Ryo (Todo un superhéroe salvando a su reina jajaja) ¡Sí! Izumi y Takuya cada vez más juntos jsjsjs y sí, Takuya sabe cómo tratarla, ya que logra conectar más con sus sentimientos, todo lo contrario, a Kouji, quien tiene un serio problema, ya que no logra pensar en los demás, tiene sus propios problemas y eso es su prioridad. Ya veremos cómo se va desarrollando la historia. Te agradezco mucho por seguir esta historia, de verdad, saber que tengo una lectora fiel me da ganas de continuar escribiendo, muchas gracias por leer (De verdad lo agradezco ToT en un tiempo casi me di por vencida con esta historia) Espero que te esté gustando la historia, si es así espero que sigas leyendo y comentando. Te mando un abrazo.
