Bueno, oficialmente hemos llegado al final de esta historia. Nuevamente tengo una mezcla de emociones y, a la vez, estoy tranquila de saber que no soy la única que no esta preparada para dejarla ir.
¿Qué significo Desconocida para mi? Uf, es complejo de explicar, pero creo que la mejor palabra que la define es "aire", si, fue el aire que necesitaba para sentirme completamente enamorada de una historia, ¿por qué? porque el Inukag que se desarrolló aquí, a mi parecer, es el mejor que he logrado.
Desde el comienzo esta historia fue diferente para mi. El primer acercamiento de nuestro shipp, la manera lenta, pero segura, con la que avanzaba, la intensidad de sus emociones, la química, confianza y amor, en fin, todo... todo eso fue mágico para mi. Siento que logré mucho y estoy enteramente satisfecha con ellos.
Pero, ¿saben que fue lo mejor de lo mejor? el recibimiento que ustedes le dieron, la manera en la que se compenetraron en la historia y la vivieron con la misma intensidad que yo la vivía. Cada comentario, cada duda, cada intriga, cada "quiero saber más", fue, sin lugar a dudas, el gran motor que me impulsó a continuarla y actualizarla regularmente.
No tengo ni tendré palabras para explicarles lo especiales que fueron sus reviews, tanto aquí como en mi página, lo mucho que me llenaba el corazón leerlos. No los nombro a cada uno porque son muchos y no quiero dejar a nadie afuera, pero, tengan por seguro que los tengo muuuy presentes :)
Gracias... gracias infinitas por haberme acompañado en este camino y no soltar mi mano en ningún momento
¿Estamos listos para despedirnos? Bueno... no sé, al final les tengo una sorpresa.
Epílogo
8 años después
Kagome
- ¡Inuyasha! - gemí, aplastando mi torso y rostro contra la fría pared de la habitación.
- ¿Te gusta? - el sugestivo tono de su voz, entremezclado con sus duras embestidas, provocaba que mis piernas estuvieran al borde de flaquear en cualquier momento.
- Ya no...
- Shhh. - sentí sus dientes sobre mi hombro y sus dedos apretando mi cadera con fuerza. - Sólo un poco más, mi amor... esto está... dios, jodidamente delicioso.
Compartía completamente su opinión y es que era nuestro primer encuentro esa semana, debido a que los dos habíamos estado arduamente comprometidos en nuestros trabajos y sólo nos habíamos visto un par de horas en esos siete días.
Un leve grito se escapó, al sentir su pubis rozando mi zona erógena y fue el detonante para que él me volteara.
- No importa cuantas veces lo hayamos hecho... nunca es suficiente contigo.
Me elevó y enredé mis piernas alrededor de su cintura, provocando el placentero roce de nuestros sexos. Nuevos suspiros abandonaron nuestros labios ante aquel movimiento, antes de comenzar a devorarse salvajemente, consumidos por el deseo de volver a ser uno nuevamente.
Estábamos cerca de nuestro octavo aniversario como pareja y, si he de ser cien por ciento honesta, se sentía como cuando éramos novios. La química, la confianza, el amor, todo se mantenía intacto entre los dos, al igual que los planes de casamiento y, ¿por qué no? formar una familia.
Muchas cosas cambiaron en el transcurso de los años y me alegra mucho el haber sobrevivido para poder disfrutar de todo esto. Inuyasha se graduó mientras yo estaba en el hospital y, aunque me entristecía mucho el no haber podido acompañarlo, amaba profundamente que lo hubiese logrado. Actualmente tomó el lugar de su padre en la primaria de Sota, mientras yo, luego de mucho esfuerzo, logré titularme y comencé a trabajar en el hospital como enfermera de obstetricia y neonatología. Si, los niños siempre fueron y serán mi debilidad.
Sesshomaru y Rin se casaron hace poco y ella me confesó que están en la búsqueda de un hijo. Ella aún sigue trabajando para Kagura y, hasta donde sé, se volvieron cercanas, lo cuál fue una sorpresa para mi. Sango y Miroku están próximos a ser padres de unas hermosas gemelas. Naraku y Kikyo se marcharon hacia España, al parecer, el estrés post traumático fue demasiado para ella, llegó hasta el punto en el que todo en este lugar le recordaba a lo vivido con su padre, aún cuando ella y Naraku arrendaron un departamento, aquellos recuerdos la perseguían con demasiada frecuencia.
Nuestro tiempo compartido fue mejor de lo que hubiese imaginado y es que, en poco tiempo, se convirtió en un miembro más de la familia. Amada por todos, pero sobre todo por mi, ya que al igual que Rin y Sango, se convirtió en mi confidente y la extraño demasiado, aunque le prometimos que iríamos a verla este verano, asique estoy ansiosa porque llegue el momento.
En cuanto a Koga y Ayame, también se marcharon de la ciudad y, aunque no he tenido contacto con ninguno de ellos, siempre les desearé lo mejor.
Kirinmaru desapareció sin más, sin embargo, sigue siendo una sombra silenciosa en nuestras vidas, aunque no sepamos de él, el simple hecho de saber que existe ha sido un problema, pero... no es algo de lo que deseo hablar ahora... no ahora.
- Inuyasha... - suspiré al sentir sus labios sobre mi cuello en el mismo momento en que nos lanzábamos a la cama.
Aterrice sobre mi espalda y abrí mis piernas, gustosa de recibirlo en mi interior, una y otra vez. Sus manos acariciaban mis muslos, mientras su boca devoraba mis pechos, provocando que aquel cosquilleo en mi vientre bajo se intensificara. Tomó mis brazos y los elevó, ascendiendo hasta mi boca, en donde nuestros labios se unieron en aquella danza llena de frenesí. Mis piernas se abrieron más, profundizando sus entradas, al mismo tiempo en que sus gruñidos y mis gemidos daban paso a la sabrosa liberación que nos invadió.
Gritamos el nombre del otro al unísono y él se desplomó sobre mi, acomodando su mejilla entre mis pechos, mientras nuestras respiraciones agitabas nos brindaban un concierto de placer y yo comenzaba a acariciar su cabello.
- ¿Estas bien?
Estaba preparada para responder afirmativamente cuando sentí que mi estomago comenzaba a revolverse de la nada.
- Lo siento. - me erguí de golpe y corrí al baño, cerrando la puerta con el seguro.
- ¡Kagome! - su voz se intercalaba con el sonido de su puño golpeando la puerta.
Devolví toda la cena de esa noche, mientras aquella duda regresaba a mi mente.
- Dame un momento, por favor...
- Déjame pasar.
- Estoy bien, Inuyasha, sólo necesito un momento. - me senté en la taza del excusado.
- De acuerdo, pero no me iré de aquí.
Sonreí, porque sabía que no mentía, de hecho, estaba segura de que se sentaría al lado de la puerta, esperando mi orden para entrar. Cerré mis ojos, masajeando mis cienes mientras esperaba que todo dejara de darme vueltas.
¿Puede ser posible?
La realidad era que, desde hacía unas dos semanas, la idea de un posible embarazo estaba dando vuelvas en mi cabeza, sobre todo cuando mi período no llegó y algunos mareos matutinos se volvieron más constantes. Fue por ello que, a escondidas de Inuyasha, compré y guardé meticulosamente un test, uno que debía usar ahora mismo.
¿Por qué no lo hice antes? Supongo que me daba miedo el resultado, sin embargo... el momento había llegado. Deje el test sobre el lavamanos y me coloqué mi bata, sentándome nuevamente.
Mis piernas temblaban y mis manos habían comenzado a sudar, ¿estábamos preparados para esto? Inuyasha y yo llevábamos mucho tiempo de relación, sin embargo el tema hijos era algo que posponíamos todos los años, tal vez buscando nuevas excusas para evitarlo.
- ¿Ya me dejarás entrar?
Su voz me tranquilizo un poco y me hizo saber que el tiempo de espera ya había terminado. Me puse de pie y lo tomé, tapando mi boca ante el resultado que era obvio.
¿Qué debía hacer? ¿abrir la puerta y lanzarme a sus brazos diciéndole que iba a ser padre o mantenerlo en secreto un poco más?. Antes de que pudiese si quiera pensar la respuesta, el seguro se deslizó como por arte de magia y me encontré con sus ojos dorados, observándome con preocupación.
- ¿Cómo hiciste eso? - miré su mano, notando una especie de imán en ella.
- ¿Qué es eso? - omitió mi pregunta, concentrándose en el artefacto entre mis manos. - Kag, ¿es lo que creo que es?
- ¿Y que es lo que crees?
Se posicionó a mi lado, tomándolo y observando el resultado positivo. Mi respiración se detuvo, ansiosa de esperar su reacción. Me miró, su rostro estaba inmutable y noté que estaba esperando que dijera algo.
- Es... bueno... al parecer, estoy embarazada.
No respondió, me abrazó fuertemente y besó mis labios mientras sus manos se unían con las mías, manteniendo el test en el medio.
- Kagome... - murmuró, pegando su frente con la mía. - Seremos padres... al fin... tendremos nuestra familia.
Unas lágrimas rebeldes escaparon de mis ojos al escucharlo pronunciarse de esa manera.
- Entonces, ¿estas feliz?
- ¿Qué cosas dices? - sonrió, colocando su mano sobre mi vientre. - ¿Cómo puedes preguntarme eso? - se puso en cuclillas, besando mi estómago. - Mi bebé. - sus movimientos circulares hicieron que soltara una pequeña risa, aunque su reacción seguía arrancándome lágrimas de felicidad.
- Te amo. - pronuncié cuando él volvió a aquedar a mi altura.
- Y yo te amo a ti... amor de mi vida. - volvimos a unir nuestros labios, mientras él se negaba a abandonar su mano de la zona en donde nuestro pequeño retoño crecería.
En el aire fluía la felicidad, el deseo y las ilusiones por todo lo hermoso que nos deparaba el futuro... nadie nos preparó para lo que vendría... nadie nos avisó que, en un par de meses, todo se iría a la mierda.
¡No me odien! jajajaj esta última línea me da pie a decirles que... tan tan tan tan, ¡tenemos secuela! ¡Siiii! Ya la he comenzado a escribir y, cuando tenga un par de capítulos avanzados, la estaré subiendo a esta plataforma.
Daré más información en mi página de Facebook (Cin-Fanfics) pero si... nuestro amado Inukag se reencontrará con nosotros en "Desconocidos" y... bueno, veremos otra faceta de esta hermosa pareja.
¿Estarán tan ansiosos como yo? ¡Porque yo no puedo más! jajaj.
Reitero mi agradecimiento por al amor y apoyo que le dieron a Desconocida y... espero verlos en la secuela ;)
Un abrazo enorme a cada personita que se encuentre leyendo esto :D
