Disclaimer: Harry Potter no me pertenece, esta historia tampoco me pertenece, es una traducción, pertenece al ususario "megamatt09"
Inquisidores
Quinto año era un momento crucial en la vida de todos los jóvenes magos y brujas, el año de los TIMO estaba sobre ellos. Era casi como si cada parte de su educación estuviera orientada para este momento, esos exámenes que se llevaban a cabo al final de su quinto año. Los exámenes que determinarían qué clases iban a tomar una vez que pasaran a sexto año y luego qué carreras tomarían después de salir de Hogwarts.
Era el momento más estresante del año.
Sin embargo, Harry Potter estaba más bien aburrido por todo el asunto. Ginny, Luna, Neville y él habían estudiando material más avanzado que el nivel de TIMO, e incluso algunos temas eran un poco más complicados que los estándares de EXTASIS. Harry no tenía ninguna duda en su mente de que ellos no tendrían problema alguno en pasarlos con E, por lo menos, a pesar de que tanto Luna como Ginny estaban apenas en cuarto año.
–Un precioso día de clases, Snape, Binns, Trelawney, y Umbridge todos en horas seguidas, no creo que hubiera podido siquiera imaginar un día mejor, – dijo Harry suavemente mientras miraba rápidamente su horario, Neville se estremeció a su lado cuando lo escuchó. –No te preocupes Neville, eso sólo significa que la semana sólo puede mejorar.
–Sin embargo, ellos cuatro un lunes, – respondió Neville mientras negaba con la cabeza y Harry y Ginny le dieron miradas de simpatía. –Aun así, supongo que tienes razón Harry.
–¿Qué tienes hoy, Ginny? – preguntó Harry mientras se volvía hacia Ginny.
–Supongo que tengo suerte, Encantos y Herbología esta mañana, pero Historia en la tarde, será agradable una siesta antes de la cena, – contestó Ginny con una sonrisa, Neville y Harry terminaron de vaciar sus platos. –Yo no me preocuparía, los dos pueden hacerlo bien.
–Sé que podemos, simplemente no queremos escuchar a todo el mundo quejarse sobre cuánta tarea van a tener, terminará por darme dolor de cabeza, – dijo Harry mientras Neville asentía a su lado. –Por no hablar de que tendré que escuchar a Granger acerca de cómo ella nunca tiene suficiente tiempo para estudiar. Me alegro de tener mis obligaciones de prefecto para distraerme, entre otras cosas."
–Bueno, ya sabes que estoy aquí para ayudar si necesitas una distracción extra,– dijo Ginny con una sonrisa y Harry rió, se acercó y la abrazó, para después besarla.
–Será mejor que nos vayamos, te veré en el almuerzo, – dijo Harry y Ginny asintió.
–Está bien, adiós a los dos, disfruten de su divertida mañana, – dijo Ginny mientras observaba a Neville y a Harry irse. Escuchó que las personas murmuraban sobre el artículo del Profeta en el que decía que seis Aurores habían sido enviados a Azkaban por presunta traición. Estaba interesada en ver lo que Harry y los otros tenían que decir acerca de esto, pero no iba a ser la mejor idea hablar del tema allí. Sin embargo, ella tenía una buena idea de quién había hecho la denuncia anónima, aunque tenía curiosidad de cuál era el motivo exactamente.
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Pociones era la diversión habitual. Snape les había dado un largo discurso, acerca de cómo sólo tomaba lo mejor para sus clases de nivel EXTASIS y cómo algunos de ellos podían irse despidiendo. Miró a Neville ante esas palabras, él no se dejó intimidar como lo había hecho en el pasado. Harry no podía esperar para darle a Snape un aneurisma cerebral cuando tanto él como Neville pasaran sus TIMOs de pociones con la puntuación de extraordinario. Ellos habían elaborado quizás una de las pociones más avanzadas durante su cuarto año en Hogwarts.
Historia de la Magia fue el aburrimiento habitual. Harry se tomó el tiempo para repasar una lista de hechizos que había escrito en sus libros, podrían utilizarlos durante su sesión de práctica en el Sala de los Menesteres esa misma noche, después de hacer sus deberes. Él fue capaz de sacar una gran cantidad en la hora que pasó en su asiento al fondo del salón, mientras todos los demás, excepto Hermione, quien estaba tomando notas, dormitaban a su alrededor.
Adivinación, Harry estaba muy contento de poder alejarse de esa materia después de ese año. Independientemente de su pequeño truco para conseguir su entrada a la Sección Prohibida de la biblioteca, esa clase había sido inútil. De hecho, mirar a la profesora Trelawney era un recordatorio constante de todo lo que había enfrentado por Voldemort. Si ella no hubiera dado esa profecía, Voldemort no habría tenido un motivo para atacar a sus padres. Y aunque ella jugó un papel de menor importancia en comparación con Snape, Dumbledore, Pettigrew, y el mismo Voldemort, aun así era quien dijo la profecía. Sin embargo, Harry no podía culpar demasiado a Trelawney, incluso si se le hacía difícil retratarla como una parte inocente cuando ella constantemente predecía su muerte.
La cadena de eventos que conducían al actual conflicto que tenía con Voldemort había sido provocada por esa maldita profecía.
Harry y el resto de sus compañeros Gryffindor de año quinto estaban sentados en el salón de Defensa Contra las Artes Oscuras. En ese momento, Umbridge entró con una brillante sonrisa tan dulce como el azúcar, vestida con brillantes túnicas de color rosa con un lazo en la cabeza. Harry sintió ganas de vomitar.
–¡Buenos días clase! – dijo Umbridge feliz y Harry se preguntó brevemente si había algo en el agua en el Ministerio de Magia. Explicaría mucho después de todo. La mitad de la clase contestó "buenos días", el resto fue tomado por sorpresa por la actitud excesivamente alegre de Umbridge.
Umbridge miró a su alrededor con el ceño fruncido. –Bueno, eso no sirve de nada, de nada en absoluto.
Neville y Harry intercambiaron una breve mirada de diversión mientras ella desviaba su atención hacia otra parte. A pesar de lo disgustado que estaba, Harry no podía estar más contento. La mera presencia de Umbridge provocaba el odio absoluto del cuerpo estudiantil.
–Ahora clase, cuando digo buenos días, quiero que todos al unísono digan buenos días profesora Umbridge, – dijo Umbridge con una dulce sonrisa azucarada. –Ahora todos juntos una vez más. ¡Buenos días clase!
–¡Buenos días profesora Umbridge! – cantó la clase al unísono. Si Umbridge se dio cuenta que había sido un poco forzado, no dejó verlo en absoluto.
–Bien, esta clase ha sido una de las que más ha estado fragmentada en los últimos años, me temo, han tenido cuatro maestros diferentes, cada uno de ellos con sus propios estilos únicos y ninguno cumplió los estándares del Ministerio con esa enseñanza, con una posible excepción, – dijo Umbridge mientras miraba alrededor, la clase sentada frente a ella. Era obvio quién era el que todos pensaban era la excepción, y estaba en conflicto con lo que pensaba Umbridge. –Este año, espero poder corregir los errores que se han cometido en su educación, que está tan fragmentada y en tan mal estado. A fin de año, espero que no sólo seré una influencia proactiva en sus futuros, sino que también seremos buenos amigos.
Harry pensó que Umbridge no podría haber hecho un mejor trabajo al poner a la gente contra ella si él mismo hubiera escrito ese discurso.
–Ahora, confío en que todos hayan comprado una copia de Teoría Mágica Defensiva de Wilbert Silkhard, – comentó Umbridge y algunos miembros de la clase murmuraron, por lo que Umbridge negó con la cabeza. –No vamos a poder hacer nada así, no, no podemos. Un simple "sí, profesora Umbridge" o "no, profesora Umbridge" es todo lo que necesitan decir para responder a mi pregunta. Ahora, una vez más, ¿compraron un copia de Teoría Mágica Defensiva de Wilbert Silkhard?
–Sí, profesora Umbridge, – coreó la clase.
–Muy bien ahora, ahora por favor, guarden sus varitas, no habrá necesidad de ellas en mi clase, – dijo Umbridge y Harry le permitió ver que guardaba su varita falsa, mientras mantenía la real en una funda de su manga. Vio a Neville hacer lo mismo con el rabillo del ojo, pero los otros guardaron sus varitas reales con una cierta cantidad de quejas. Umbridge se movió rápidamente y escribió una lista de objetivos del curso en el pizarrón. A sus espaldas y oculto por sus cosas, la sonrisa de Harry se amplió con cada palabra que ella escribía. Umbridge se volvió hacia la clase. –Ahora lean el capítulo uno de la teoría mágica defensiva, no habrá necesidad de hablar.
Harry colocó el libro en su escritorio, con el pretexto de estar leyendo. La verdad era que se las había arreglado para leerlo en la noche antes de irse a Hogwarts. Tuvo que obligarse a leerlo, pero se las arregló para hacerlo. Era casi como si alguien tomara la visión de magia de la mente más cerrada y la amplifican cien veces. Era por mucho, el libro menos innovador que Harry había visto en su vida. Le hacía preguntarse a Harry si la persona que escribió ese libro siquiera había visto la magia trabajar, sobre todo en la parte en que el autor sugirió que un mago debía tratar de negociar la paz, incluso si un señor oscuro estaba lanzando hechizos mortales hacia él. Eso divertía Harry, se pregunta qué tipo de idiota podría siquiera pensar remotamente que era una buena idea.
En otras palabras, era el libro perfecto. Era toda teoría, sin énfasis alguno en la práctica. Umbridge se había sentado detrás de su escritorio y Harry vio a Hermione levantar la mano por el rabillo del ojo. Ella tenía su brazo estirado hasta el techo y Harry negó con la cabeza, mientras fingía leer su libro. Casi podía ver que ella le lanzaba una mirada de desagrado por no ser el que protestara.
Si tan sólo supiera.
Umbridge pasó la mayor parte de los próximos diez minutos haciendo todo lo posible por ignorar a Hermione, pero finalmente levantó la vista.
–Sí, ¿qué pasa?, señorita... – incitó Umbridge.
–Granger, Profesora, – dijo Hermione mientras miraba a Umbridge.
–Señorita Granger, ¿tiene alguna pregunta sobre el capítulo asignado que tenga que hacerme? – preguntó Umbridge con los ojos entrecerrados. Así que esa era la sangre sucia que trató de drogar a Harry Potter con una poción de amor. Eso había sido un escándalo en el Ministerio y la estúpida chica casi los había hecho perder a Harry Potter debido a sus sentimientos tontos. Si el muchacho hubiera sido un poco más consciente de sus derechos, podría haberla hecho abandonar el país y reanudar su educación mágica en otro lugar.
Eso habría dejado al Ministerio como el hazmerreír de todos.
–No, no es sobre el capítulo asignado, sino sobre los objetivos del curso, me dejaron algunas preguntas, – dijo Hermione rápidamente mientras Harry fingía estar muy interesado en su libro, aunque realmente escuchaba con atención. Se dio cuenta de que Umbridge iba a hacer un ejemplo con Hermione y que iba a ser grande.
–¿Exactamente cuáles son sus preguntas señorita Granger?, pensé que fui perfectamente clara, – dijo Umbridge dulcemente.
–Bueno en realidad allí prácticamente no hay nada sobre aprender magia defensiva, – dijo Hermione lentamente.
–El uso práctico de la magia defensiva, ¿por qué querría eso en esta clase? – preguntó Umbridge.
–¿No hay una parte práctica en el examen TIMO? – respondió Hermione.
–Es correcto, pero siempre y cuando usted estudie la teoría lo suficiente, no debería haber ninguna razón por la que no pueda aprobar el examen, – dijo Umbridge.
–¡Sin practicarlos primero! – gritó Ron de repente, mientras los otros miembros de la clase sólo miraban a Hermione. Ellos no querían estar de su lado después de lo ocurrido el año pasado con la poción de amor. Ella era una paria en su propia casa, más que nunca. Antes, habían sido cordiales con ella porque era amiga de Harry Potter. Ahora, sobre todo después de lo que trató de hacer, ellos la consideraban como algo que raspaban de la suela de su zapato.
–Usted no hablará sin levantar la mano, señor ... – dijo Umbridge, a pesar de que tenía una buena idea de quien era por el pelo rojo y las pecas.
–Weasley, – dijo Ron enojado, y levantó su mano mientras miraba a Umbridge, quien fríamente le devolvió la mirada hacia abajo.
–Sí, señor Weasley, ¿qué pasa? – preguntó Umbridge en su voz azucarada.
–Bueno, es como dije, necesitamos más que un poco de práctica, – respondió Ron.
–No hay porqué preocuparse en absoluto, señor Weasley, – se burló Umbridge casualmente, mientras miraba a Ron, quien la miró con rabia antes de apuntar con su mano hacia Harry. –¿y ahora, me pregunto por qué está señalando al señor Potter así?
–¡Pregúntele! Él lo vio! – exclamó Ron Weasley mientras frenéticamente señalaba a Harry. –Ya-sabe-quien está de vuelta, no trate de negarlo tampoco.
–Ah, sí, pero si no me equivoco, el señor Potter nunca ha estado de acuerdo con esta creencia, fue sólo una declaración lanzada por Albus Dumbledore, una mentira descarada para incitar el pánico y ponerse en una mejor luz al pintar al Ministerio de Magia como incompetente. Seguro ha oído de los seis Aurores que fueron arrestados, gente que le ha creído por sobre nuestro propio Ministerio, – dijo Umbridge con disgusto. –Por mi parte, no voy a pararme aquí y permitir estas mentiras.
–¡No son mentiras, profesora Umbridge! – dijo Hermione mientras miraba a Harry con ira quien se sentó allí con calma mirando el texto anodino del libro, mientras escuchaba a Hermione ahorcarse (en sentido figurado). –Harry, tienes que decir algo ahora, ¡dile que estuviste en ese cementerio, cuando Tú-sabes-quien volvió!
–Basta ya, señorita Granger, serán veinte puntos de Gryffindor para estas interrupciones en el aula, – dijo Umbridge.
–¡Es la verdad! – gritó Hermione perdiendo la cabeza. La falta de magia práctica ya era doloroso para ella. Desde que comenzó la práctica de los hechizos escritos en los libros de magia oscura que ella tomó prestados de la biblioteca Black, constantemente tenía que estar haciendo magia, al menos cada dos horas, de lo contrario tenía dolores de cabeza severos. El libro advertía que si alguien que no tiene una mente lo suficientemente poderosa comenzaba a aprender esa magia, ellos finalmente se volverían locos, pero Hermione se negó a creer que ella fuera demasiado débil mentalmente como para no aprender esa magia. Ella fue incapaz de detenerse de decir lo siguiente a Umbridge. –Ya-sabe-quien está de vuelta, y si el Ministerio es lo bastante idiota para no querer creerlo...
–Detención señorita Granger, durante toda una semana conmigo, empezando mañana por la noche, y otros veinte puntos menos para Gryffindor, – dijo Umbridge con los ojos entrecerrados y ella miró a los miembros de la clase. –Todos ustedes vuelvan a leer sus libros y ni una palabra más. ¿Ha quedado claro?
–¡Sí, profesora Umbridge! – coreó la clase, antes de ser regañada por tercera vez. Umbridge sólo sonrió y volvió a su escritorio mientras Hermione miró a Harry con el ceño fruncido, pero él se negó a reconocer su presencia.
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–Parecía que a Granger le iba a estallar la cabeza, – dijo Harry mientras se sentaba en la Sala de los Menesteres con Neville, Ginny y Luna. Estaban a punto de comenzar, pero él decidió decirles a Ginny y a Luna al día sobre lo que pasó en la clase de Umbridge, después de haber completado su tarea.
–Ella estaba mirándote como si de alguna manera fuera tu culpa que su gran boca la pusiera en detención, – comentó Neville.
–Durante una semana entera con Umbridge, no sé si se lo desearía ni a Hermione, – dijo Ginny sacudiendo la cabeza antes de que ella sonriera. –En realidad se lo merece, es el castigo apropiado.
–Bueno Harry, Ginny y yo hemos estado preguntando algo todo el día, los seis Aurores que encerraron en Azkaban, – dijo Luna casualmente trayéndolo a colación como si hablara del clima. –¿No sabes algo de eso?
–Sí, es interesante, causará un poco de caos en ambos bandos, – dijo Harry y los demás asintieron.
–Sí, la Orden va a estar preocupada por las personas que vendieron a sus miembros a Fudge y Fudge va estar paranoico sobre que el Ministerio está conspirando con Dumbledore contra él, – dijo Ginny. –Ese tipo hace que te preocupes por Voldemort, ¿no es así?
–Sí, a pesar de que él ha estado tranquilo últimamente y que en realidad es un poco preocupante, ya que significa que está tramando algo, – respondió Harry. –Esos Aurores, es una pena que fueran capturados y enviados a Azkaban. Dudo que Dumbledore haga algo para tratar de averiguar lo que pasó, y liberarlos.
–Sin embargo, si alguien logra desenterrar pruebas a su favor, estarían agradecidos con esa persona, – dijo Luna con una sonrisa.
–Exactamente, eso es lo que estaba pensando, – respondió Ginny.
–Por supuesto, especialmente si se quedan en Azkaban durante un par de meses, cuando se den cuenta de que Dumbledore no sacrificará su cuello por ellos y los dejará en Azkaban, pero tendremos que esperar y ver, ¿no es cierto? – preguntó Harry para después cambiar bruscamente de tema. –Angelina me dijo que las pruebas de Quidditch son el viernes, por lo que puede que no venga, voy a estar en la cancha hasta altas horas de la noche.
–Entonces, ¿vas a continuar en el equipo de Quidditch este año? – preguntó Neville y Harry simplemente se encogió de hombros.
–Puede ser, Dumbledore sospecharía que algo está mal si dejo de hacer una de las pocas cosas en las que él piensa que soy bueno y que me gustan – dijo Harry. –No puedo decir que esté muy contento con el tiempo que va a absorber de mi horario, pero tengo que mantener las apariencias.
Ellos asintieron, comenzaron a trabajar en algunos de los hechizos que Harry y Ginny habían encontrado durante el verano. Los objetivos que aparecieron en la Sala de los Menesteres ofrecían efectos realistas. Trabajaron lentamente en los hechizos, los libros decían que si uno trataba de aprender demasiado a la vez, sin prepararse lentamente para los hechizos más poderosos, podría llevar a consecuencias desastrosas.
–Eso es suficiente por hoy, – dijo Harry, después de haber practicado tres hechizos que eran de gran alcance para los estándares de lo que el Ministerio consideraba aceptable, pero bastante bajos teniendo en cuenta lo que el Mortífago promedio utilizaba. –Ginny y yo tenemos ir a patrullar.
–Está bien, Harry, Ginny, que tengan una buena noche,– dijo Luna.
–Sí, buenas noches, Harry, Ginny, – respondió Neville mientras ambos se movían a través de la Sala de los Menesteres mediante las aberturas que ofrecía a sus respectivas salas comunes. Harry sacó el Mapa del Merodeador de su bolsa y lo revisó.
–¿Hay alguien, Harry? – preguntó Ginny.
–Snape, Dumbledore, Filch, y Umbridge están moviéndose, todo el mundo parece estar en sus salas comunes o en la cama ya, – respondió Harry mientras miraba el mapa. –Oh sí, Peeves no parece estar haciendo nada bueno, como de costumbre, pero he comprobado las directrices de los prefectos. Los poltergeists no son nuestro problema, es el trabajo de Filch.
–Parece ser una noche tranquila, oh ¡¿cómo vamos a pasar el tiempo?! – preguntó Ginny con una sonrisa y un cómodo sofá apareció justo detrás de ellos. Harry puso un encanto que Sirius le enseñó al Mapa del Merodeador que le informaría si alguien se había movido de cualquiera de las cuatro salas comunes y fuera de límites.
–Creo que puedo pensar en un par de cosas para matar un par de horas, hasta que nuestro turno termine, – respondió Harry, mientras la tomaba por la cintura, él se sentó en el sofá. Ginny se sentó a horcajadas sobre el regazo de Harry y los dos comenzaron a asaltar con locura los labios del otro con besos apasionados.
La mano de Harry se deslizó por la pierna hacia la falda de Ginny, mientras ella gemía en su boca, frotándose contra él, sintiendo a Harry mientras le frotaba la pierna, pasó lentamente la mano por su otra pierna. Ginny le animó a seguir adelante, su cuerpo presionado firmemente contra el suyo. Sus manos exploraron su cuerpo, mientras dejaba un rastro de besos por su cuello, Ginny respiró pesadamente, deslizó su mano derecha en la parte delantera de los pantalones de Harry y le agarró con firmeza.
–Si alguien se atreve a salir de sus habitaciones comunes en este momento, los mandaremos a detención, – dijo Ginny, mientras se ocupaba de dar a Harry el mismo placer que él le había dado. Era casi como un poco de magia los incitara, no necesitaban mas.
–Sí, lo pagarán, – dijo Harry, se uniría a Filch a solicitar que los infractores fueran colgados por sus pulgares si alguien interrumpía su diversión, sería difícil alejarse de las garras de Ginny. Poco a poco, fue avanzando y empezó a quitarle la camisa a Ginny. El hecho de que no llevaba nada debajo no había ayudado a la falta de flujo de sangre al cerebro de Harry. Harry lentamente continuó moviendo sus besos hacia abajo.
–¡Oh, Harry, no te detengas, por favor, sigue así! – gimió Ginny, al sentir su lengua vagar sobre sus pezones endurecidos lentamente, Harry sabía exactamente cómo excitarla. Sus dedos se movieron por su vientre y más abajo, mientras buscaba quitarle la falda, mientras ella le quitaba la camisa con una mano y seguía acariciándolo con la otra mano.
–Lo mismo para ti, Ginny, no sé cuánto tiempo más podré controlarme, durante la celebración que tuvimos estuvimos lo suficientemente cerca, pero esto... – dijo Harry, mientras cerraba los ojos, Ginny dejó de tocarlo y tomó su varita para convocar su bolso. –No sé cuánto podré controlarme a tu alrededor, esto se está poniendo peligroso, me estás llevando al límite...
–Entonces demos el salto juntos, – dijo Ginny con una mirada determinada en su rostro, mientras se buscaba algo en su bolsa. –La poción de la que hablamos, me las arreglé para terminarla el otro día ...
–En realidad, ¡eso es genial! – exclamó Harry, que parecía satisfecho y era evidente que una cierta parte de su cuerpo estaba de acuerdo con él.
–Me imagino que estás feliz, – respondió Ginny mientras miraba a Harry, casi sin poder contenerse, antes de que ella sacara dos frascos de su bolso. –Ahora, por lo general me han dicho que solo una persona tiene que tomarlo, pero sólo para asegurarnos, sería una buena idea si ambos la tomamos. Nos servirá por un máximo de seis meses, puede no tener un sabor agradable, pero creo que lo podemos compensar.
–Bueno, excelente, – dijo Harry mientras tomaba un vial y Ginny tomó el otro vial. –Ahora, ¿estás segura...
–Sí, Harry, estoy segura y sí, sé lo que piensas, también quiero que la primera vez sea especial, pero el hecho es que estoy aquí contigo, podríamos hacer esto en un armario de escobas, y aún así sería especial sólo porque eres tú y estamos juntos, es algo que queremos, ¿por qué molestarse en espera?, – dijo Ginny mientras miraba firmemente los ojos de Harry, luchando por no saltar sobre él en este momento, antes de tomar las pociones. –Deprisa, toma la poción, no podré controlarme por más tiempo.
Harry la miró, la pasión absoluta, intensidad y determinación estaba grabada en los ojos de Ginny, ella era eso. Sin estas características, todavía sería para él la chica más bella del mundo, pero con esas características… Harry se inspiró para tomar toda la poción con un trago, no importaba cuán amarga sabía. Aunque normalmente, bajaban a la cámara secreta en una habitación preparada, Harry tenía la sensación de que sería demasiado cansado moverse de lugar. Era una suerte que la Sala de los Menesteres supliera sus necesidades.
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–Buenas noches, señorita Granger, – dijo Umbridge con una sonrisa dulce cuando Hermione entró en su oficina.
–Buenas noches, – contestó Hermione mientras colocaba su bolso en la silla, cuando vio un trozo de pergamino sobre el escritorio.
–El día de hoy y toda la semana, escribirás líneas, – dijo Umbridge. –Quiero que escribas "No voy a cuestionar a mis superiores"
–¿Cuántas veces? – preguntó Hermione entre dientes mientras se rebuscaba en su bolso.
–Las que sean necesarias para que el mensaje se grabe correctamente, – respondió Umbridge con una sonrisa mientras miraba a Hermione sacar una pluma y un poco de tinta de su bolso. –No, me temo que no, señorita Granger, deseo para que usted utilice una pluma muy especial.
Umbridge deslizó una pluma hacia Hermione, quien la reconoció de inmediato.
–No, profesora Umbridge, ¡esas plumas son ilegales! – gritó Hermione como retrocediendo.
–Sólo sin el permiso escrito del Ministro de la Magia y el Ministro no tendrá motivos para prohibirme castigar a cualquier persona que extienda el terror con su boca inmunda, – dijo Umbridge con alegría, como si ella estuviera emocionada por la idea de utilizar tal dispositivo de tortura en un estudiante. –Y eso será otra noche de detención y otros diez puntos menos para Gryffindor por cuestionar a sus superiores.
–El profesor Dumbledore no permitirá esto, – susurró Hermione enfadada.
–Dumbledore no será nada en poco tiempo, – respondió Umbridge mientras miraba a Hermione. –Ahora escriba, señorita Granger, o serán dos semanas de detención y otros veinte puntos.
Hermione tomó la pluma, cerrando sus ojos, ella sabía lo que iba a ocurrir. Se imaginó usando en Umbridge algunas de las maldiciones más mortales que leía, hizo una mueca cuando la pluma de sangre mostró su habilidad. Su sangre apareció en el pergamino, formando las palabras que Umbridge indicó. Su piel sanó rápidamente, pero la sensación de picor se mantenía.
–Duele, ¿no, señorita Granger? – preguntó Umbridge con dulzura. –Nada menos se merece una pequeña sangre sucia como usted, tratando de manipular al miembro restante de una respetada familia sangre pura para sus necesidades. Continúe escribiendo, derrame esa sangre sucia en el pergamino. Si fuera por mí, la habrían arrojado a los Dementores por lo que trató de hacer, podría haberle causado un escándalo terrible al Ministerio de la Magia.
Hermione siguió escribiendo mientras la pluma la cortaba, extrayendo más sangre. Umbridge murmuró comentarios despectivos en su oído acerca de cómo ella era una sangre sucia inútil que nunca sería nada. Su mano se movió, mientras más escribía, la sangre goteaba sobre el papel, formando las palabras.
–Creo que será suficiente por esta noche, señorita Granger, – dijo Umbridge con una sonrisa mientras sostenía su varita, un hechizo oscuro golpeó a Hermione. –Sólo un pequeño hechizo para asegurarme de que no le va a decir a nadie sobre lo que pasó en la detención, por supuesto, usted puede intentarlo, pero no se lo recomiendo.
Hermione miró a Umbridge, su mano derecha estaba en carne viva. Esa mujer era horrible y ella sentía coraje hacia Harry. Él tendría que haber hablado acerca de Voldemort, él debería haber sido quien tuviera la mano en carne viva y no ella. No era propio de Harry quedarse callado, algo estaba pasando y Hermione sabía que Ginny lo estaba corrompiendo de alguna manera, había vuelto a Harry contra sus verdaderos amigos. De hecho, Hermione se preguntaba si Ginny había sido totalmente inocente con lo del diario.
Hermione sabía una cosa, tendría que eliminar a Ginny antes de que fuera demasiado tarde. Harry la necesitaba. Él sería miserable y se caería en pedazos sin ella.
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En lo que se refiere a Harry, su vida no podría haber sido mejor y más plena. De hecho, había pasado casi un año desde que Hermione y Ron le habían dado la espalda y Harry sentía que su vida había tomado un repunte espectacular. Ginny obviamente era lo mejor que le había pasado, pero había otras grandes cosas sucediendo en su vida. Como prefecto, él tenía un mayor grado de libertad para explorar Hogwarts de lo que deseara y tenía la sensación de que iba a descubrir secretos que incluso los Merodeadores no conocían. También había empezado a tener una buena idea de lo que él podía utilizar para implementar los cambios necesarios que su madre había mencionado en la carta. Trataría de conocer a sus compañeros prefectos de quinto año, y saber quién tenía potencial.
Lo que pasaba con Slytherin era que no todos ellos eran desagradables, viciosas, bastardos odiadores de muggles sin cualidades rescatables. Sin duda, una buena setenta y cinco u ochenta por ciento de ellos lo eran, pero en realidad eso era sólo un bucle vicioso.
La gente había alentado la creencia, en su mayoría en la casa de Gryffindor, que los Slytherin que eran malo. Los Slytherin eran rechazados por la mayoría de la escuela, y eran dirigidos a abusar de las artes oscuras, y luego los Gryffindor se sentían justificados en sus creencias cuando los Slytherin se convertían en magos oscuros que mataban a la gente, por lo que continuaban su odio hacia la Casa Slytherin.
Como Daphne había señalado con razón, la mayor parte de la casa Gryffindor era tan culpable de Voldemort subiera al poder como cualquier persona, ya que hicieron que muchos Slytherin saltaran directamente en sus brazos por su actitud, eso era comparable a cómo los sangre pura veían a los hijos de muggles. Harry se sentía algo culpable ya que él había contribuido a algunos de los sentimientos anti-Slytherin en los últimos años, pero francamente no conocía nada mejor, y no servía de nada llorar sobre la poción derramada.
La casa Ravenclaw estaba lleno de gente brillante, pero algunos de ellos eran presuntuosos y se sentían superiores por sus conocimientos y se guiaban demasiado por lo que decían los libros de texto, incluso más que Hermione. Harry veía cómo algunos de ellos habían rechazado Luna y con toda franqueza lo enfermaba. Él le había enseñado un hechizo de seguridad para colocar en su baúl para evitar que robaran sus cosas.
Había hablado con Anthony y Padma, que habían acordado silenciar algunos de los comentarios más despectivos dirigidos a Luna. Así, aunque había algunas mentes revolucionarias en esa casa, había algunos tontos de mente cerrada que eran parte del problema.
En cuanto a Hufflepuff, era una casa a la que Harry encontraba más interesante que Ravenclaw o Slytherin. De hecho, mientras continuaba ordenando a través de los recuerdos de Voldemort, descubrió que un gran número de sus mortífagos eran de Hufflepuff. Supuso que tenía sentido. Uno tenía ser muy leal para apoyar un psicópata megalómano hambriento de poder como Voldemort. Aún así, si podía conseguir algunos de los Hufflepuff a su lado, tenía la sensación de que se quede con él más.
Harry y Ginny salieron al campo de Quidditch de Gryffindor para las pruebas. Harry vio al resto del equipo allí, incluyendo varios otros aspirantes, que incluían a Ron Weasley. La mayoría de ellos estaban aquí para probar para el puesto vacante de guardián que había quedado abierta cuando Oliver Wood había dejado Hogwarts después del tercer año de Harry, se había ido a cosas mejores. Sin embargo, algunos de ellos, como Ginny, estaban allí para hacer una prueba para una posición de reserva. Al recordar lo que sucedió durante su primer año, Harry pensó que tener a algunas personas de reserva a la mano sería una buena idea.
–Ginny, ¿qué estás haciendo aquí?– Exclamó Ron acercándose y mirando a Ginny.
–Estoy aquí para probar para las posiciones para candidatos de reserva para cazador, Ronald,– respondió Ginny con calma.
–¿Cómo podrás hacerlo, cuando mamá ni siquiera te permitió tener tu propia de escoba? – exigió Ron.
–Bueno, obviamente porque Harry me compró una escoba por mi cumpleaños, creo que soy más que capaz de hacer una prueba para cualquier posición, – contestó Ginny, mientras sostenía la Saeta de Fuego que Harry le había comprado para su cumpleaños, los ojos de Ron se abrieron, se veía celoso, al ver escoba en sus manos. Su escoba se veía como una ramita mohosa junto a la escoba de su hermana.
–¡No mereces una escoba tan buena Ginny! – Ron gritó con enojo.
–¿Por qué no? – preguntó Ginny entrecerrando los ojos hacia Ron.
–Bueno, tú eres una chica y las chicas no son lo suficientemente buenas como para que tengan mejores escobas ... – declaró Ron, sin ver que Alicia, Katie y Angelina lo estaban mirando, junto con un par de aspirantes.
–Esa es una buena observación Ron, teniendo en cuenta que la capitana que estás tratando de impresionar es de hecho una chica, – dijo Harry rápidamente.
–¿No te metas Potter! – gritó Ron. –Tú estás tratando de comprar a mi hermana como si fuera una vulgar puta...
–Ron, si tienes una sola neurona en esa cabeza, amablemente te callarán, antes de que te arranque la boca, – respondió Harry en voz baja y entrecerró sus ojos, incluso Ron sabía que era hora de que se callara cuando Harry tenía esa mirada en su rostro. No podía creer que Ron haría tal observación y sobre su propia hermana. Harry estaba avergonzado de alguna vez haber llamado su amigo a ese idiota.
–¡Aspirantes encargado por aquí, llenaremos esa posición primero! – ordenó Angelina mientras veía a Harry con la rabilla del ojo.
–¿Sabes?, tal vez debería probar para la posición de guardián también, sólo para fastidiar a Ron, – dijo Ginny.
–Creo que sería genial, Ginny, no importa en qué posición juegues, – Dijo Harry, ella se alejó y Fred y George se unieron al grupo, el trío estaba atento al comienzo de la prueba de las habilidades de los esperanzados aspirantes Gryffindor uno por uno. De varios de ellos, Harry se preguntaba si alguna vez había estado en una escoba en su vida. Hubo varios que eran jugadores capaces. Después los aspirantes bajaron del cielo, enfrente de los miembros del equipo de Quidditch.
–Parece que Vicky Frobisher y Geoffrey Hooper son los dos mejores candidatos para guardián, y por mucho que odie admitirlo, Ron Weasley como candidato a guardián, – concluyó Angelina con la voz llena de resignación.
–Depende de lo necesitados que estamos para domar un caballo salvaje si consideramos a Ron, – murmuró Harry.
–Eso debería ser obvio Harry, – respondió George.
–De hecho, – coincidió Fred y Angelina suspiró.
–Mira, no importa lo que pienso de su actitud, él tiene potencial si lo entrenamos y mantenemos su temperamento bajo control, – respondió Angelina. –Vamos a centrarnos en los otros dos mejores jugadores antes de volver a él.
–Yo no sé nada de Hopper, es un buen jugador, pero parece ser un quejica crónico, causará más problemas de lo que vale en realidad, – opinó Alicia.
–Pienso lo mismo, – dijo Angelina mientras Fred y George asentían con la cabeza. Dado que Hopper estaba en su último año, Katie y Harry siguieron lo que los demás decían. Era obvio que ellos lo conocían mejor.
–Vicky sería una buena jugadora, por no mencionar que ella estaría encantada de entrar, – ofreció Katie. –Y ella apoyaría si hubiera un conflicto.
–Teniendo en cuenta lo buena que es, sería una ventaja, – dijo Angelina con el ceño fruncido. –Por lo tanto, será Ron supongo... a menos que haya alguien mejor que quiera intentarlo.
–Hay alguien, ¡Ginny! – exclamó Harry y Ginny se acercó. –¿Estabas pensando en serio sobre querer intentar también para la posición de guardián?
–Sí, puedo hacerlo. – respondió Ginny, tenía la sensación de que si no lo hacía, Ron terminaría en el equipo y habría una víctima mortal, si no era por la mano de Harry, sería por otra persona en el equipo. Los cazadores volaron por los aires en sus escobas y Ginny se colocó entre los postes de meta.
Ron alzó la vista, seguro de que su lugar en el equipo estaba en la bolsa. Después de todo, Ginny era mucho más pequeña de lo que un guardián debería ser y era su derecho como hombre Weasley jugar Quidditch. Observó, esperando con impaciencia el momento en que Ginny haría el ridículo.
La expresión ansiosa de Ron se desvaneció cuando vio a su hermana a bloquear todos los tiros los cazadores lanzaron. Cada maldito tiro, y algunos de ellos eran del estándar de la liga profesional.
Harry miró a Ginny con una sonrisa. Era una voladora natural, como poesía en movimiento en el aire.
–Yo no sabía que Ginny fuera tan buena, – murmuró Fred a su lado.
–Exacto, ¿Cómo consiguió ser tan buena? – preguntó George.
–Robó sus escobas desde que tenía seis años, salía a volar por la noche cuando todos dormían, – dijo Harry sin pestañear.
–Parece que hemos sido una buena influencia en Ginny, después de todo, – respondió Fred.
–A pesar de que ella consiguió ser prefecto un año antes y nos avergonzó, – dijo George con pesar.
–Compórtense ustedes dos, o podría sugerirle a McGonagall que los ponga en detención con Filch borracho por la broma que hicieron el miércoles, – respondió Harry y Fred y George lo miraron como un par de ciervos deslumbrados por la luz. –Sí, yo sabía de eso. Recuerden, ustedes pueden ser buenos en su trabajo, pero yo soy el heredero del legado Merodeador y puedo enseñarles a los bribones en el momento que quiera.
–Bien, señor, – dijo Fred.
–Lo siento, señor, usted es verdaderamente el mejor, – añadió George.
–Bueno, es hora de poner este asunto a votación, – dijo Angelina cuando el resto de los cazadores llegaron al suelo.
–Ginny, – dijo Alicia, sin inmutarse.
–Ginny, – dijo Katie.
–Ginny, – corearon Fred y George al unísono.
–Yo soy parcial, así creo que pueden adivinar mi voto, – respondió Harry mientras los demás asentían.
–Y yo lo haré unánime. Ginny, felicitaciones ¡Eres la nueva guardiana de Gryffindor! – dijo Angelina, Ginny dio un paso adelante, y Harry la felicitó a su manera. Estuvo perdida en sus brazos por un muy corto periodo de tiempo cuando un Ron enojado tiró su escoba al suelo.
–Asnos, Ginny no pudo haber sido mejor que yo, ¡Potter le puso un encanto para hacerla volar mejor! – gritó Ron, su rostro estaba rojo de ira.
–No hay tal encanto, – dijo Angelina. –De lo contrario, ¿no crees Flint lo habría utilizado en su equipo cuando lo derrotamos cuando Harry se unió al equipo.
–Sí, Ginny entró al equipo por sus propios méritos, – dijo Harry mientras miraba a Ron, antes de decidirse a usar sus poderes para eliminar puntos de su propia casa por primera vez. –Veinte puntos de Gryffindor por interrumpir los nombramientos y agradece que no sean más, Ronald.
–¡No puedes hacer eso, Potter! – gritó Ron.
–En realidad puede y si no te callas podría tomar más, aunque ya que Gryffindor está en un agujero profundo no importaría, – dijo Angelina que parecía harta de la actitud de Ron y los otros miembros del equipo veía con furia a Ron.
–Ahora vete o voy a escribir una solicitud a la profesora McGonagall para que te pongan en detención, – dijo Harry y Ron se fue, y salió corriendo como un niño de tres años al que se le había negado dulces.
–Genial Harry, – dijo George.
–Y no lo olvides, – dijo Ginny con firmeza al recordar que ella y Harry ya había hecho planes para escaparse para celebrar el entrar en el equipo, después de que las audiciones de las reservas concluyeran. Aún así, ella pensó que sería como reserva y no como un miembro real del equipo, como un guardián de todas las cosas. La forma en que Harry había afirmado su poder le añadía cierto encanto y Ginny contaba los minutos hasta que pudieran estar a solas.
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Hermione sentía dolor tanto en la mano como en la cabeza, la manga de su bata estaba ligeramente manchada de sangre. Sin embargo, ella sentía que su cuerpo se movía con ligereza, ella realmente necesita practicar algo de magia de esos tomos oscuros, estaba empezando a sentirse desnuda sin ella.
–Potter siempre me quiere humillar, él me hizo esto, ¡siempre consigue lo que quiere! –gritó Ron avanzaba por las escaleras y Hermione se congeló. Ella esperaba que Ron pasara a su lado y no viera, pero ella no podía tener tanta suerte. –Hermione, eres tú, nunca vas a creer lo que Potter hizo.
–¿Qué hizo Harry? – preguntó Hermione con voz dolorida, mientras trataba de ignorar el dolor de cabeza.
–Él vio que yo iba ser el guardián, por lo que hizo Ginny participara en las pruebas, para sacarme del equipo, sólo para fastidiarme, – dijo Ron con la cara roja. –Ahora es la guardiana, no está bien, yo tenía que estar en el equipo.
–¿Realmente Ginny está en el equipo? – preguntó Hermione, quien no relacionaba el hecho con que Harry hiciera algo, a pesar Ron, más bien le preocupaba que Ginny se había metido en el equipo y podría pasar más tiempo con Harry que nunca. Eso disminuía las posibilidades de que Hermione pudiera ponerla en su lugar.
–Sí, y como si no fuera suficiente, luego se atrevió a bajarme puntos por interrumpir las pruebas cuando traté de decir la verdad – dijo Ron enojado. –Sospecho que pudo haber puesto un encanto a Ginny para hacerla volar mejor...
–Bueno, es posible, Ron, pero tendría que ser magia arcana muy avanzada y no creo que Harry ... – dijo Hermione pero Ron la cortó.
–Oh, vamos Hermione, no de nuevo, Harry podrá ser arrogante, pero él no va a usar magia oscura, él no se arriesgaría a arruinar su imagen pública, le encanta tener una reputación impecable, viste cómo utilizó el pequeño acto de huérfano torturado para hacer que mamá le permitiera dormir a Ginny con él, – dijo Ron enojado.
–Ginny podría haberlo incitado, – respondió Hermione, pero ella hizo una mueca y se agarró la mano.
–¿Qué te pasó en la mano? – exclamó Ron.
–Nada, Ron, no es nada, –Hermione hizo una mueca y Ron le levantó la manga de la bata, revelando las palabras talladas en la carne de Hermione.
–¡Esa maldita perra! – gritó Ron. Podría ser un poco denso pero supo inmediatamente lo que Umbridge le había hecho a Hermione.
–Ronald, ese lenguaje, – respondió Hermione instintivamente.
–¿Cómo permitiste una cosa así? – preguntó Ron. –Hay que decirle a Dumbledore o a McGonagall ...
–No puedo, – respondió Hermione y no lo haría incluso si Umbridge no le hubiera puesto esa maldición, sabía que Dumbledore no haría nada. Se había quedado sentado como un viejo tonto senil y permitió que Ginny hundiera sus garras en Harry, a pesar de que no era bueno para él en absoluto.
–Hermione, podría dejarte cicatrices graves, me preocupas ... – dijo Ron.
–¡Ahórrate tu preocupación, idiota! – gritó Hermione, dejando a Ron sorprendido. –No necesito tu compasión o tu preocupación. Yo sólo soy un animal para ti, ¿no? Una pequeña sangre sucia que no es una bruja completa y necesita ser constantemente cuidada por niños sangre pura para asegurarse de que me mantenga en mi lugar.
–Yo no he dicho eso Hermione, – Ron respondió a la defensiva. –Yo solo...
–¡JÓDETE! – espetó Hermione. –No eres Harry, no te agrado, y nunca me has agradado, por lo que deja de tratar de jugar al amigo preocupado conmigo, cuando todo lo que quieres hacer es meterte debajo de mi falda. No eres más que un pequeño troll celoso que siempre será el séptimo mejor de todos sus hermanos.
–Mira Hermione, no tengo que aguantar esto en absoluto, – dijo Ron mientras su temperamento se elevaba. –Me doy por vencido contigo, estuve a tu lado cuando todo el mundo te rechazó cuando trataste de poner una poción de amor en la bebida de Harry. Incluso yo podría haberte dicho que no iba a funcionar y no leo la misma cantidad libros que tú. ¡El hecho de que leas muchos libros no significa que siempre tengas la razón, Hermione! Sin embargo, como seguí siendo tu amigo, todo el mundo me pone en el mismo saco.
–¿Sabes qué?, bien, no voy a hacerte sufrir más, ve a arrastarte de nuevo con Harry, nunca te conocerán como algo más que el lacayo de Harry Potter de todos modos, – respondió Hermione. –Será mejor que salgas de mi vista antes de que yo te enseñe de primera mano algunas de esas maldiciones que he leído en los libros.
–Algo te ha pasado Hermione, necesitas ayuda, – dijo Ron mientras miraba a Hermione con una mezcla de rabia y preocupación, antes de marcharse, dejando a Hermione llena de furia. Claro que sufría síntomas de abstinencia cuando no realizaba artes oscuras durante un gran periodo de tiempo, pero ella estaba trabajando controlarlo. ¿Cómo se atrevía Ron a decirle que necesitaba ayuda?
–Muévete Granger, que lista, insultar a la única persona que puede soportarte, – dijo arrastrando las palabras Draco Malfoy mientras caminaba con Crabbe y Goyle detrás de él. Él había estado disfrutando del espectáculo en los últimos minutos y decidió que era el momento adecuado para echar sal en las heridas.
–Malfoy, ¡sal de mi vista! – gritó Hermione sacando su varita.
–Granger, no es una buena idea alzar tu varita a un prefecto, – dijo Malfoy mientras miraba a Hermione, Crabbe y Goyle la empujaron con sus hombros. –Mejor sal de los corredores ahora que puedes, de lo contrario yo te acompañaré directamente con la profesora Umbridge.
Hermione se marchó enfadado mientras Crabbe y Goyle reían tontamente, Malfoy sólo sonrió.
En el otro extremo del pasillo, Daphne Greengrass estaba de pie, escondida detrás de un tapiz. Ella fue testigo de una gran cantidad síntomas en Granger mientras observaba a la Gryffindor hija de muggles los últimos veinte minutos. Síntomas que indicaban que había comenzado a abusar de las artes oscuras y estaba lejos de poder ser lo suficientemente fuerte de voluntad para poder manejarlo. La locura atraparía a Hermione Granger si ella no recibía ayuda. Daphne hizo una nota mental para advertirle a Harry y Ginny, ella sospechaba que este reciente descenso de Granger era motivado por celos y lanzaría sus habilidades recién encontradas a Ginny una vez que tuviera la oportunidad.
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–Buenas noches, Dolores, – dijo Fudge cuando su subsecretaria se sentó frente a él en el escritorio, para dar su informe semanal sobre los avances en Hogwarts.
–Hola Ministro, – dijo Umbridge. –¿Cómo van las cosas el Ministerio?
–Terribles, teniendo en cuenta a los Aurores que encontramos, estamos trabajando para erradicar a los demás partidarios de Dumbledore. – respondió Fudge y Umbridge asintió. –Ahora, ¿Tienes algo que comunicar de Hogwarts?
–Unos pocos casos de estudiantes extendiendo mentiras maliciosas, pero aparte de eso, la mayor parte de la resistencia a los cambios del ministerio viene de los maestros, – respondió Umbridge. –Siento que sería bueno que se me conceda más poder, establecer la posición que hablamos el día antes de saliera a Hogwarts.
–¡Ah, la posición de Sumo Inquisidor!, es una buena idea, pero tiene sus defectos, – dijo Fudge y Umbridge levantó una ceja. –Siento que mejor debemos tener a alguien para representar a los estudiantes, un Inquisidor Junior si así quieres llamarlo. Después de todo no puedes hacer todo, Dolores, y este Inquisidor Junior sería capaz de vigilar a los estudiantes mientras tú mantienes un ojo en los maestros.
–Intrigante, – dijo Umbridge, dándose cuenta de que esto la dejaría más tiempo para mantener un ojo tanto Dumbledore como en Snape, las dos personas que pensaba serían más perjudiciales para el Ministerio.
–Por supuesto, en aras de la equidad, el Inquisidor Junior tendrá la capacidad de anular las resoluciones del Sumo Inquisidor, pero sólo si cuenta con el consentimiento de las tres cuartas partes de los prefectos de Hogwarts junto con los Premios Anuales – respondido Fudge.
–Tengo la persona perfecta para el trabajo, un joven muchacho encantador que ayudará a cumplir la política del Ministerio, Draco Malfoy, – dijo Umbridge, sabía que Malfoy iba a ser fácil de manipular.
–Draco, interesante, pero he tenido conversaciones acerca de él con Lucius, él dice que, aunque su hijo tiene potencial, es propenso a ataques de arrogancia y siento que sería contraproducente para lo que queremos hacer, – dijo Fudge mientras miraba a Dolores. –Sin embargo, tengo a la persona perfecta para este trabajo y la Junta de Gobernadores ya me ha dado el consentimiento para nombrarlo en esta importante posición.
–¿En verdad?, ¿quién? – preguntó Umbridge mientras tomaba un sorbo de té.
–Harry Potter, – respondió Fudge en tono jovial, causando que Umbridge se ahogara con su té.
He vuelto :3 ojalá les guste la traducción.
