Capítulo 26: Regreso a Hogwarts.

El día siguiente era el que estaba planeado para la vuelta del personal de Hogwarts, para ultimar los preparativos del programa del próximo curso escolar. Este año fue el primero desde la caída de Voldemort que Severus no volvía a Hogwarts antes de tiempo. Este año disfrutó del verano por primera vez desde que era adolescente. Severus y Elvira se despertaron ilusionados, se acabaron las vacaciones, pero tenían ganas de volver a ver a sus compañeros de trabajo, especialmente Elvira, que estaba deseando pasar una noche de chicas con sus amigas, a Severus no le entusiasmaba salir con sus compañeros, porque básicamente insistían en que fueran con ellos sólo para que llevara sus pociones de sobriedad y no tener resaca al día siguiente, estaba considerando dárselas a Albus y quedarse en su habitación leyendo o viendo una película.

Se levantaron sobre las 7 y media, desayunaron y, como la señora Russell les dijo el día anterior que seguiría mandando a su elfo. Quedaron en eso, pero antes de irse sobre las 9 de la mañana se llegaron a su casa y le llevaron la comida que se podría estropear pronto, para que la aprovechara y un pastel de chocolate, que prepararon la tarde anterior, como agradecimiento, fue una manera de terminar con la harina, los huevos y el chocolate que compraron y tener un detalle con una buena vecina. La señora Russell se mostró encantada y su marido miraba el pastel como un crío, el chocolate era uno de sus vicios, según su mujer. Se despidieron hasta la próxima vez.

Fueron a casa, encogieron sus equipajes, incluyendo los baúles, los gatos ya estaban en Hogwarts con Polly, lo que les quitaba un problema. Usaron el floo y llegaron al despacho de Dumbledore, allí estaba charlando con Minerva, los dos estaban hablando de ciertos papeles que Albus debería haber revisado y firmado y no lo había hecho, Minerva lo regañaba por ello en el momento en que llegaron Severus, Elvira y Morgana, la niña los miró y soltó una risita viendo al admirado Albus Dumbledore siendo regañado como un niño que no ha hecho sus deberes. Entonces se dieron cuenta de su llegada, los gritos de Minerva no les permitieron oír la chimenea.

-Hola queridos. Me alegro mucho de veros.

Dijo Albus, intentando, y consiguiendo, distraer a Minerva y que saludando a los recién llegados, dejara de regañarlo por un tiempo. Minerva se volvió a mirarlos y fue a abrazar y besar a los recién llegados, Elvira y Morgana recibieron sus besos y abrazos con cariño y paciencia, Severus, como siempre, como si lo estuviera matando.

-Eres demasiado arisco, no sé cómo lo aguantas, Elvira.

-Porque cuando quiere puede ser encantador.

-Ya…y porque tiene "encantos ocultos", ¿Verdad?

Dijo Minerva, todos se rieron, incluida Morgana, pero Severus se sintió incómodo. Minerva les preguntó por sus vacaciones, pero antes de que ninguna de las dos pudieran decir nada Severus las interrumpió.

-Si no te importa Minerva, podrán contártelo todo más tarde, tenemos que instalarnos y hay mucho que desempacar. - La mujer asintió comprensiva.

-Lo sé, disculpad, además yo tengo mucho que hacer aquí, cuando termine de, por lo menos, organizar algo de lo que debería haber hecho Albus, podríamos ir a tomar el té a mi habitación, vendrán también Pomona y Poppy, las demás vienen mañana, quizás entonces podremos tener una noche de chicas.

Elvira y Morgana estuvieron de acuerdo. Severus le dijo a Albus y Minerva que había pensado que Morgana se instalaría esos días con ellos, no quería dejarla sola en el dormitorio de los alumnos. Todos lo miraron un tanto sorprendidos.

-¿De verdad habíais pensado que dejaría a una niña durmiendo completamente sola en uno de esos dormitorios? Cuando están llenos son agradables, pero completamente vacíos y en silencio deben ser muy siniestros para una niña.

Se fueron a la habitación y fueron recibidos por Poe y Lestat, que estaban encantados de volver a verlos.

Sacaron las maletas y los baúles encogidos, Elvira y Severus pusieron toda la ropa en sus armarios y ordenaron todo lo demás. Morgana dejó los uniformes en su baúl y la ropa de invierno que usaría a lo largo del curso, también dejó allí las fotos de ese verano y sus álbumes familiares. Sacó sólo lo que necesitaría esos días antes del inicio del curso escolar. Cuando salió del dormitorio, Severus estaba en la sala de estar, ordenando unos libros que había comprado en su última visita al callejón Diagon. Severus la miró y le preguntó:

-Morgana, creo que te puede resultar un poco desconcertante volver tan pronto aquí y no hacerlo con tus amigos en el expreso de Hogwarts, me gustaría saber si te gusta o no esta situación, porque mientras Elvira y yo seamos parte del personal, no podrás venir como cualquier otro alumno. - Morgana se acercó a ayudarle con los libros.

-No me molesta, Severus. Además el año pasado Lestat lo pasó fatal en el tren, con todo el ruido, los chicos gritando… creo que es mejor así. Además sería absurdo que viniera aquí más adelante. Yo no quiero separarme de vosotros, Severus. - Entonces la niña abrazó su cintura y puso la cabeza en su pecho, él la abrazó y le acarició el pelo, le dio un beso en la coronilla.

-Está bien, pequeña, vamos a terminar de organizar todo esto, Elvira todavía está ordenando sus potingues… no sé para qué quiere tantos… - En ese momento salió Elvira de la habitación.

-¿Qué estás diciendo de para qué quiero tantos qué? - Dijo mirándolo con una ceja levantada.

-Para qué quieres tantos potingues para la cara y el pelo…yo creo que al natural ya estás preciosa. - Elvira le dio un beso en la mejilla.

-Los necesito para estar lo más guapa posible para ti, no quiero que te fijes en otra. - Severus la agarró por la cintura.

-Eso es imposible y lo sabes. No hay nadie más hermosa que tú. - Se besaron y Morgana los dejó un momento a solas y fue a ponerle comida a los gatos.

Fueron al comedor a almorzar, ya había llegado casi todo el personal, sólo faltaban Hagrid que aún no había vuelto de Francia y Sybill Trelawney que según dijo se perdió en Perú y, sin conocer el idioma, perdió el traslador y hasta el día siguiente no consiguió otro. A nadie le extrañó. Ambos volverían al día siguiente. El almuerzo se desarrolló con normalidad, se estuvieron poniendo al día y comentando las vacaciones de verano. Morgana se rió mucho cuando la profesora McGonagall les contó que gracias a Elvira y sus cremas solares, ese año por fin pudo ponerse morena, y que como tenía la particularidad de que se conseguía un bronceado uniforme y sin marcas no fue necesario hacer topless cuando fueron a la playa en España. Las mujeres se echaron a reír, los hombres se ruborizaron al imaginar que la estricta subdirectora se planteara usar bikini y quitarse la parte superior…y Severus estaba bebiendo en ese momento y por poco escupe su bebida. Elvira le preguntó en qué zona de España estuvieron y si era recomendable.

-Sí, estuvimos en el Sur, los amigos de Sean tienen una casa muy bonita cerca de la playa de Málaga, es una ciudad muy bonita, tanto la zona muggle como la mágica, tienen un clima increíble y se come maravillosamente bien. En la zona donde viven sobretodo hay muggles, pero hay algunos magos, es agradable, quizás volvamos y alquilemos un apartamento para nosotros solos la próxima vez, así podremos tener más intimidad… ya me entendéis, hubo un par de días de calor intenso, que hasta la ropa molestaba, si llegamos a estar a solas seguramente ni siquiera nos hubiéramos vestido.

Albus en esta ocasión fue el que se atragantó con su bebida. Cuando se recuperó le dijo señalando a Morgana:

-Minerva por favor, que hay niños delante.

La niña estaba aguantándose la risa por el apuro que vio en las expresiones de Minerva y Albus. Después siguieron hablando los que habían probado las cremas solares, nadie tuvo reacciones alérgicas y funcionaban muy bien. Elvira les dijo que esa misma tarde rellenaría la solicitud de la patente, Severus siempre tenía impresos para ello en su despacho, como buen maestro de pociones, y cuando desarrollara algunas ideas más para pociones cosméticas empezaría a venderlas por correo, ya que Severus estaba curado, podía disponer de tiempo para empezar su negocio. Morgana dijo que ella quería ayudarla a elaborarlas.

-Claro que sí, me encantará que lo hagas.

Cuando terminó el almuerzo, todos se fueron a seguir revisando la programación escolar del próximo curso, Neville y Pomona fueron a ver qué tal estaban los jardines y el invernadero, Hermione y Minerva fueron al despacho de Albus a ayudarlo con un montón de burocracia que tenía pendiente, Hermione decidió ayudarlos porque de lo contrario Minerva se pasaría la noche en vela, ya que algunos trámites tenían que hacerse antes de 3 días. Severus y Elvira volvieron a su aula, tenían que ir a hacer el inventario de principios de curso, Morgana fue con ellos porque quería ayudar. Pasaron un rato haciendo inventario, mientras Severus y Elvira revisaban los almacenes Morgana iba apuntando lo que le decían que había. Después de eso elaboraron la lista de los ingredientes que necesitaban para el curso que comprarían en Hogsmade y la que le tenían que dar a Pomona. Severus le dijo a Morgana que llevara la lista a Pomona, mientras ellos iban a revisar el laboratorio privado, ella dijo que la esperaran que quería ayudarlos y no tardaría. Le dijeron que de acuerdo, Morgana salió corriendo y no tardó en volver, se encontró con Pomona en uno de los pasillos, volvía del despacho de Dumbledore, le dio la lista y la profesora Sprout se lo agradeció, le dijo que se la daría a Neville cuando volviera al invernadero. Cuando volvió estuvieron en el laboratorio, Severus revisaba que todo estuviera en orden y limpio, los ingredientes los tenían en los almacenes de la escuela, de todas formas, la mayoría de las pociones que elaboraban allí eran para la enfermería del colegio.

Cuando terminaron, fueron a descansar un rato a la sala de estar, ampliaron el sofá se echaron un rato y estuvieron viendo Superman II, Morgana miraba ensimismada a Christopher Reeve. Cuando terminó la película dijo que le había gustado mucho, Elvira le dijo que antes de que empezara el curso verían las otras tres. Pero en ese momento tenían que ir a cenar con los demás. Estuvieron cenando, comentando con los demás cómo llevaban el trabajo durante ese día, Severus le dijo a Albus que necesitaba que le abriera el floo para la mañana siguiente, para unas gestiones que debía hacer, no le dijo nada de donde ni qué tenía que hacer, pero Elvira y Morgana sabían que era a la inmobiliaria que se encargaría de la venta de su casa.

Cuando terminó la cena, todos se fueron a sus habitaciones, al día siguiente tendrían su reuniones informales del personal. Hagrid llegó esa tarde y decía que estaba deseando ir a Las Tres Escobas a tomar unas copas, Severus estaba cavilando en qué excusa dar para no ir, cuando el semigigante se mostraba tan entusiasmado con ir allí se pillaba unas cogorzas más grandes que él mismo… y ya es decir. Cuando volvieron a su habitación y se quedaron a solas, Elvira le dijo a Severus que quizás Morgana no debería ir con ella a la noche de chicas.

-¿De verdad estabas pensando en llevártela a uno de esos aquelarres?

-¿Qué tiene de malo?

-No confío en lo que pueda decir o hacer Minerva con un par de copas de más, no quiero que traumatice a la niña. - Elvira se reía.

-Creía que no podría ser posible, pero eres más protector con ella que mi padre conmigo.

-Un santo tu padre, pero no es eso, ya tendrá tiempo para ese tipo de reuniones en su dormitorio cuando tenga un par de años más…y con chicas de su edad, no me gustaría que Minerva, Poppy y Pomona la avergüencen pillándose una borrachera o haciendo tonterías…o peor hablando de su vida sexual. - Elvira reía a carcajadas.

-Sí, tienes razón, mejor que se quede aquí, además, no estaría bien que me escuche a mí contando mi vida sexual. Ya sabes que me preguntan por ello.

-Lo sé y deberías ser más discreta…

-Cómo voy a ser discreta cuando eres tan bueno y además los mojitos que prepara Pomona me desinhiben aún más de lo que ya estoy…

Ella empezó a acercarse hacia él moviendo las caderas. Empezó a abrirle su levita y su camisa, Elvira empezó a morderle el cuello, como sabía que le volvía loco.

-Echaba de menos nuestra cama, me ha gustado probar otras camas, pero ésta es la mejor. Además aquí tenemos tu corbata favorita…

Él entonces se separó un momento de ella los dejó completamente desnudos con magia la cogió en brazos y la subió a la cama.

-Yo también he echado de menos esta cama, otro día te ataré con la corbata, ahora no quiero perder el tiempo.

En ese momento, activó las protecciones como la última vez que Morgana se quedó a dormir allí e insonorizó la habitación. Sin perder tiempo, empezó a besarla profundamente y a acariciarla entera, descendió por su cuerpo, besando su cuello y su clavícula, apretó uno de sus pechos mientras besaba el otro y mordía ligeramente su pezón después cambió de pecho y luego cogió ambos pechos, pellizcó ligeramente sus pezones erectos y sensibles. Empezó a bajar por su vientre, él cogió sus manos y le dijo: -Tócatelas…

Elvira empezó a tocar sus pechos, sabía que a él le encantaba hacerle sexo oral y verla tocándose los pechos. Empezó a chupar sus labios vaginales y ella ya estaba muy mojada, empezó a abrir sus labios y a introducir su lengua dentro de ella, la nariz de Severus rozaba su clítoris con la presión justa, después dio un lametón en su clítoris mientras metía dos dedos dentro de ella y chupaba con intensidad su clítoris mientras metía y sacaba sus dedos rítmicamente, dio una fuerte succión en su clítoris y ella se corrió con intensidad. Ella apretó fuerte sus pechos mientras se corría y Severus levantó la vista le excitó muchísimo verla así, se deslizó sobre ella y apartó las manos de sus pechos, entrelazó sus dedos con los de ella y puso sus manos unidas por encima de la cabeza de ella, la besó intensamente, le dijo:

-Te quiero, bruja sexy.

Entonces sin soltar sus manos se posicionó entre sus piernas abiertas y la penetró lentamente hasta el fondo. Ella gimió con placer, él empezó a embestir con fuerza, ella soltó sus manos, rodeó su cuello con sus brazos y empezó a acariciar su espalda y su pecho, luego lo apretó fuerte contra ella agarrando sus nalgas y lo besó con pasión, cuando recuperó el aliento dijo:

-Te quiero muchísimo…pero ahora quiero montarme encima de tu maravillosa polla.

Ella lo empujó hasta que estuvo tumbado sobre su espalda, ella se sentó sobre sus caderas, se restregó sobre él y se la metió hasta el fondo, ambos gimieron, ella se sujetó al cabecero de la cama y empezó a cabalgar sobre él, Severus tenía libertad para tocarla y besarla por todas partes y así lo hizo, puso su cara entre sus pechos y empezó a lamer todo lo que podía, agarraba sus caderas y cuando no podía aguantar más intentó mantener su polla lo más dentro que pudiera, ella cada vez se movía más rápido y profundamente, ella estaba a punto de correrse de nuevo, a él le gustaba tocar su clítoris cuando estaba a punto, no sólo porque ella lo disfrutaba, a él le gustaba pensar que así aumentaba su placer. Se corrieron casi al mismo tiempo. Él se sentó, la abrazó, besándola con ternura, luego hizo que se tumbara sobre su espalda, él recostó la cabeza en sus pechos, hundiendo la cara entre ellos.

-¿Te molesto, cariño?

-Por ahora no. - Hablaban casi sin aliento.

-Me encantan tus pechos…

-Lo he notado…me halaga viniendo de ti, tú ves de mí algo más que mi cuerpo.

Severus se levantó de ella, hizo un pequeño hechizo de limpieza, la abrazó como les gustaba a ambos y le dijo que tenía toda la razón, la besó profundamente y se acurrucaron, Severus tenía que dormir pronto, a la mañana siguiente debía ir temprano a Spinner Ends. Pronto ambos estaban dormidos.

Al día siguiente se despertaron sobre las 8, Severus se arregló rápido, antes de que ella se levantara, quería ir allí lo más pronto posible para volver cuanto antes mejor. Elvira fue a ver a Morgana, la niña estaba en la ducha y le dijo que en seguida salía y se vestiría. Minutos después fueron a desayunar, tras dejar su comida a los gatos. Severus le dijo a Elvira que irían a Hogsmade a encargar el pedido anual de ingredientes al día siguiente, Morgana podía ir con ellos si quería o podría quedarse allí leyendo o haciendo lo que quisiera. Ella decía que ya vería mañana lo que haría.

Severus fue al despacho de Dumbledore con ropa muggle, tenía que ir a una zona muggle y no debía llamar la atención, llegó a la chimenea de su casa en unos segundos. Se aseguró de que no pasaba nadie por la calle y salió. Fue directamente a la inmobiliaria, al llegar se dio cuenta de que la fachada estaba más limpia y el jardín tenía mejor aspecto, tendría que ajustar cuentas con el agente inmobiliario. Cuando llegó lo recibió bastante amablemente y le dijo que después de arreglar un poco el exterior y como por dentro estaba en buenas condiciones, después de ponerla a la venta hace un par de días, tal como quedaron, ya hubo un par de personas interesadas, aunque no tenía ninguna oferta en firme. Severus le dijo que le pagaría los arreglos que hicieron en el exterior, le dijo lo que costó y Severus le dio un cheque de su cuenta muggle, allí tenía la mitad de sus ahorros en dinero muggle, lo hizo así desde antes de la primera caída de Voldemort, por lo que pudiera pasar. Severus había vaciado la casa de todos los objetos personales que dejó allí, tirando lo que perteneció a su padre y guardó los pocos objetos que a su madre le gustaban, incluso encontró la varita de su madre, el bruto de su padre la partió en un ataque de ira, su madre intentó pegarla y la escondió cerca del escondite de sus joyas, decidió guardarla, quizás algún día podría preguntarle a Olivander si tenía arreglo… así que en esa casa sólo quedaban los muebles, utensilios de cocina, ropa de cama y algunos electrodomésticos, algunos llevaban allí más de 30 años…y le dijo al agente que quería vender la casa con todo lo que había dentro. Entonces llegó una secretaria al despacho diciendo que había alguien afuera preguntando por la casa del señor Snape y le dijo que estaba el dueño en ese momento allí, en el despacho entró una pareja joven, ella visiblemente embarazada, y él con aspecto tímido, a Severus le recordó a Longbottom. Les leyó la mente mientras el agente les explicaba el precio y características de la casa, quería comprobar que eran buenas personas, no quería que la señora Wilson tuviera vecinos problemáticos. Ambos eran profesores, ella trabaja en preescolar y él en un instituto, les dieron plaza fija en un colegio y un instituto de la zona, llevaban un par de años allí, pero vivían en un apartamento que se les quedó pequeño con la llegada del bebé, Severus los escuchaba atentamente y comprobó que no mentían. Él les dijo que decidió vender la casa porque trabajaba de profesor en un internado, así que apenas iba allí y había decidido comprar una casa en la zona donde estaba su trabajo, que le sería más útil. Les ofreció si querían ir allí podrían ir los cuatro en ese momento, se tenía que ir pronto al colegio. Se mostraron entusiasmadas, esa zona, por precio y cercanía a sus trabajos, era perfecta para ellos. La pareja cogió su coche y Severus fue con el agente en el suyo, dijo que no tenía coche y había ido allí en taxi. Llegaron pronto y Severus entendió por qué estaban interesados en esa casa en concreto, el instituto donde trabajaba el hombre estaba a unas 3 calles de allí y el colegio donde trabajaba ella era el mismo al que él mismo fue de niño antes de ir a Hogwarts, que estaba a pocos metros de allí. Decían que les vendría muy bien, así ahorrarían gasolina, podrían caminar para ir al trabajo. Cuando vieron la casa por dentro, les gustó, era lo que necesitaban para ellos y el niño, Severus les dijo que necesitaba una nueva decoración, pero que la instalación eléctrica y la fontanería estaba bien, aunque no le vendría mal una revisión. Todo les parecía perfecto. El sitio, la distribución, todo parecía lo que buscaban. Les dijeron que se la quedaban. Llevaban meses buscando casa por esa zona y era la única que vieron en la que no tendrían que gastar una fortuna en reformas, sólo tenían que modernizarla un poco, tenía 3 dormitorios y estaba cerca del trabajo. Quedaron en un par de días para ir al notario y formalizar la venta, fue una gran suerte. Por lo menos deshacerse de esa casa no sería difícil.

Cuando se marchaba, cayó en la cuenta de que si no iba a contarle a la señora Wilson que había vendido la casa, lo mataría. El agente inmobiliario y la pareja se marcharon de vuelta a la inmobiliaria para empezar el papeleo. Cuando llamó a la puerta, la señora Wilson lo abrazó y le dio un enorme beso en la mejilla. Le hizo entrar y sentarse con ella en su sofá, preguntó qué hacía allí y donde estaban "su encantadora novia y su niña" palabras textuales.

-Están en el colegio donde doy clases, he venido a hablar con el de la inmobiliaria de la venta de la casa, en dos días vamos a formalizar la venta, hoy he conocido a la familia que vendrá, un matrimonio joven, ella está embarazada, son profesores, él trabaja en el instituto de aquí cerca y ella en el colegio donde trabajaba usted.

-Vaya, ¡qué bien!

-Sabe que soy muy intuitivo y me han dado muy buena impresión, creo que no le darán problemas. Por cierto, sé que usted es la única de por aquí que aún sabe lo que hizo mi padre, por favor, no se lo cuente, no quiero que piensen que viven en una casa donde pasaron cosas horribles.

-No te preocupes, cariño, sabes que soy discreta.

-Lo sé, pero me he asegurado de borrar toda la presencia de mi padre de esa casa y no quisiera que el recuerdo de su maldad le amargue la existencia a nadie más.

-Eres tan bueno. Espero que no te olvides de mí y alguna vez vengas a visitarme. O que me escribas. Te echaré de menos.

-Yo también, le escribiré y la visitaré en cuanto pueda, por cierto, he probado a preparar algunas de sus recetas y han sido un éxito.

Ella lo celebró encantada, lo besó y él le dijo que se tenía que ir, que tenía trabajo que hacer. Se despidieron y ella le hizo prometer de nuevo que no la olvidaría.

Fue andando a la parada de un autobús, cuando no había nadie mirando se coló en un callejón y se apareció de vuelta a su casa y usó de nuevo la chimenea antes de apagar el floo, la próxima vez que volviera, lo haría a través de un floo que había en un pub mágico en una pequeña aldea mágica cercana, haría que se desactivara el floo en cuanto pasara por allí. Cuando volvió a Hogwarts Albus lo saludó y preguntó qué tal le había ido. Él le dijo que bien y simplemente se fue a su habitación.

Cuando llegó a su habitación Elvira y Morgana no estaban, de pronto recordó que seguramente estarían ordenando el almacén con los ingredientes que le pidieron a Pomona. Las encontró allí ocupadas, Morgana le pasaba los ingredientes y Elvira los ponía en su lugar. Neville les llevó la caja con los ingredientes como el año anterior, en esta ocasión les dejó la caja y se marchó a seguir ayudando a Pomona en el invernadero. Cuando llegó les contó la casualidad que pasó en la inmobiliaria, como esa pareja se interesó en la casa, que usando legeremancia se metió en sus mentes sin ningún esfuerzo y sin que notaran nada, ventajas de ser un mago habilidoso y un espía, nadie podía ocultarle nada. Les contó que pasó a saludar a la señora Wilson y que les mandaba saludos. Las dos dijeron que cuando volviera ellas querrían ir con él. Dos días después tenía cita para ir a la notaría y ellas podrían acompañarlo, ese día irían a visitar a la señora Wilson. Terminaron de ordenar entre los tres y Morgana fue a ayudar a Pomona y Neville en el invernadero, además de pociones le gustaba la herbología y Pomona le dijo que mientras no empezaran las clases podía ir a ayudarla de vez en cuando. Neville le dijo que iban a trasplantar unas plantas y si quería podía ir a ayudarlos. Cuando Severus y Elvira se quedaron a solas él le dijo:

-Sabes, me he acordado de cuando el año pasado estuviste ordenando mi almacén… estaba celoso de que Longbottom te estuviera mirando más de la cuenta mientras estabas subida al taburete…y cuando casi te caíste y te sujeté me tuve que contener para no abrazarte, besarte y hacerte el amor contra una de las estanterías…pero no quería que pensaras que soy un cerdo. - Elvira sonrió y le dijo:

-Pues no me hubiera resistido, también tuve que contenerme para no empujarte contra una estantería y besarte hasta dejarte sin respiración… - Él entonces la abrazó por la cintura y la besó apasionadamente.

-Porque nos puede pillar Morgana, pero quizás una de estas noches antes de las clases podríamos escabullirnos aquí y hacerlo donde nos apetezca…

-Esa es una idea un poco pervertida, profesor Snape…me encanta. Podría ponerme un uniforme de colegiala para ti aquí.

-¿Estás loca? Si te pones un uniforme de colegiala, cada vez que vea a esas niñas no podré evitar acordarme de ti aquí, así vestida y me pasaré el día empalmado… no creo que sea decente.

-Está bien pero si quieres me pondré un uniforme de Slytherin para ti como regalo de Navidad… cerraremos bien la puerta de la habitación de invitados de casa de mis padres… ¿Te parece mejor?

-Esa sí me parece una buena idea. Pero lo haremos aquí también, aunque no lleves uniforme de Slytherin… - Se besaron de nuevo.

Volvieron a sus habitaciones, llegaron a tiempo para darles de comer a los gatos y Morgana llegó unos minutos más tarde para ir a lavarse antes de almorzar. Cuando llegaron al comedor, Pomona pasó un rato alabando las cualidades de Morgana y agradeciéndole su ayuda esa mañana, Neville y ella estaban agradecidos por la ayuda, Pomona decía que ella era una de sus mejores alumnas ese año y que creía que podría ser una gran herbóloga, la niña se apresuró a decir que quería ser maestra de pociones como Severus y Elvira. Pomona reía y decía que se lo imaginaba, pero que si quería profundizar en el tema, ella y Neville estarían encantados en ayudarla, Neville asintió de acuerdo y la niña lo agradeció. Después de almorzar, Severus y Elvira fueron al despacho para trabajar en la programación escolar del próximo curso. Morgana fue a leer al jardín, hacía una tarde muy agradable.

La tarde pasó plácidamente y llegó la hora de la cena, Minerva dijo que dejarían la noche de chicas para el próximo sábado, entre la programación del curso siguiente y el papeleo que se le acumulaba a Albus y que ella tendría que ayudarle a ordenar y despachar, como siempre decía era un gran director pero era un desordenado y un desastre para lidiar con la burocracia. Todas estuvieron de acuerdo, además, Elvira tenía que ir con Severus a Hogsmade a hacer el encargo de principios de curso al día siguiente, las demás también tenían cosas que hacer y además todas querían poder relajarse y eso incluía tener el menor número de tareas pendientes posibles.

Pasados dos días, Elvira, Severus y Morgana fueron a la cita que tenía Severus para terminar por fin con la venta de su casa, mientras él fue a la notaría las dejó en casa de la señora Wilson, que se alegró muchísimo de verlas. Tomaron un té con ella y charlaron tranquilamente con ella. Severus estuvo en la oficina del notario con el agente inmobiliario y la joven pareja que desde ese día serían los nuevos dueños de su casa. Cuando terminaron los trámites y las firmas fueron a la casa, los nuevos dueños para enseñarle la casa a sus padres. Severus fue para recoger a Elvira y Morgana, cuando llegó las tres estaban admirando los rosales del pequeño jardín de la señora Wilson y le saludaron cuando llegó. Los nuevos dueños de la casa se acercaron allí para agradecerle de nuevo a Severus que aceptara venderles su casa a ese precio, él les volvió a repetir que no tenía importancia, que no la necesitaba y le urgía venderla, entonces les presentó a la señora Wilson, a la que enseguida les cayó muy bien, cuando la joven supo que fue profesora en el colegio donde ella daba clase durante muchos años, le dijo que cuando estuviera la casa lista, la invitaría a comer para que le cuente más cosas sobre su experiencia allí, la señora Wilson se lo agradeció y aceptó encantada.

Severus, Elvira y Morgana se despidieron de la señora Wilson, le prometieron volver a visitarla antes de marcharse a Nueva York a pasar la Navidad con los padres de Elvira. Ella les prometió que esperaría con impaciencia su próxima visita. Cuando se marcharon, Severus fue al banco y dio la orden de que la mitad del dinero de la venta lo transfirieran a su cuenta de Gringotts.

Cuando terminaron los trámites, volvieron a Hogwarts, pasaron el día descansando, al día siguiente era la noche de chicas de antes de principios de curso de las empleadas de Hogwarts, Severus estaba buscando una excusa para no ir a la salida de los hombres o para volver temprano a Hogwarts. Ya vería cómo se las apañaba, pero intentaría estar allí el menor tiempo posible.