Disclaimer: Creo que es más que evidente que Hora de Aventura no me pertenece, porque si fuera así ya habría hecho que Bubbline fuera real… pero en fin: Ni Hora de Aventura, ni sus personajes me pertenecen, solo los he tomado con fines de entretenimiento.

Capitulo II: Problemas alimenticios.

Me desperté cansada, con poca gana y con unas ojeras casi tan exageradas como las de Elle Lawliet. Mi estado de animo no mejoró cuando miré mi reloj. Aparentemente me había atrasado 15 minutos de mi horario habitual, todo gracias a la mala noche que había pasado por culpa de Marceline.

Sucede que después de haber recogido todo el desorden la noche anterior, termine por dormirme dos horas después de mi horario normal, perdiendo así dos preciadas horas de sueño. Pero eso no fue todo: a media noche (24:43, para ser exacta) me desperté al escuchar el escandaloso ruido del celular de Marceline, que había olvidado devolverle. Pensé en pararme y responder, o dejarlo pasar y entregarle el celular a Marceline mañana por la mañana, pues probablemente ella estaría en un profundo sueño. Opte por lo segundo, pero después de que sonara nuevamente decidí que por el bien de mi sueño, lo mejor seria responderlo. Retiré las sabanas para abrirme paso, pero antes de ponerme de pie, la puerta de mi habitación se abrió dejando ver a una cautelosa Marceline quien revisaba con sus mirada la habitación. Para su suerte, el brillo de la pantalla lograba atravesarse por entre la tela de mi falda, iluminando así parte del tocador al que Marceline se acerco intentando hacer el menor ruido posible, supongo que no se había dado cuenta que estaba despierta, decidí guardar silencio. Después de que tomase su celular, se quedo observando la pantalla por un rato para después alzar su vista al espejo donde se encontró con mi reflejo.

— Lo lamento, no tenia la intención de despertarte —se disculpó dandose la vuelta y parándose frente a mi.

— Descuida —respondí mirándola fijamente. Ahora que me daba cuenta, no se había cambiado de ropa y se le veía muy enérgica… o bueno, enérgica en comparación a una persona que se habría acabado de despertar después de haber estado durmiendo desde las seis de la tarde. Podría jurar que realmente no había dormido nada—. Fue culpa mía.

— Bien —sonrío levemente y se alejo hacia la puerta.

— Marceline —la llamé antes de que saliera por la puerta. Me dirigió una relajada mirada por encima de su hombro—. L-lamento lo de antes, no debí llamarte ''muerta de hambre'' —musité apenada. Marceline relajo el rostro y me dedico una sonrisa, se acerco hacia mi, yo diría que demasiado, motivo por el cual empecé a retroceder, pero eso no detuvo a Marceline tanto así que ella había empezado a gatear por la cama con la intención de acorralarme y al momento de sentir la fría pared hacer contacto con mi espalda, sabia que mi apresora había logrado su objetivo—. M-marceline ¿qué estas… —me detuve al sentir su cálida respiración chocar con mi cuello cosa que me había hecho erizar la piel.

Ese simple gesto me había puesto demasiado nerviosa, podía sentir el sonrojo en mis mejillas. No sabía que era lo que Marceline tenia en mente pero me estaba confundiendo de sobremanera sus extraños cambios de actitud.

— Descuida, fue culpa mía —susurró a mi oído. Al principio no lo comprendí pero caí en cuenta de que era su respuesta a mis disculpas*. Después de esto se separo de mi. Diría que nos quedamos en silencio pero eran nuestras miradas las que hablaban. Unos segundos después el celular de Marceline sonó nuevamente, rompiendo con aquel ''silencio'', ella miro su teléfono, yo la seguía con la mirada—. Debo contestar —dijo guardando el celular en su bolsillo, pero antes de irse, se acerco una ultima vez, beso mi frente y revolvió mi cabello para luego desearme ''Buenas noches'' a pesar de que técnicamente ya era de mañana. Finalmente salió de mi habitación y pude escuchar el como contestaba enojada aquella llamada.

Me puse de pie para cerrar la puerta, pero antes de eso, asomé mi cabeza por el pasillo para encontrarme con Marceline tomando su chaqueta y saliendo del apartamento mientras hablaba por teléfono. En ese momento me arrepentí de no haberle sacado una replica a las llaves, aunque recordé que ella sabia abrir cerraduras sin la necesidad de utilizar las llaves, sin embargo eso no me dejo del todo tranquila, pero en fin: no sacrificaría mis horas de sueño esperando a que regrese, en especial después de ver la hora. Regrese a la cama e intente dormir, pero estuve literalmente diez minutos dando vueltas en la cama antes de quedar completamente profunda.

En resumen: gracias a Marceline había perdido 3 horas de sueño, a consecuencia me había atrasado 15 minutos a mi rutina habitual, y me atrasaría muchos más si seguía alegando conmigo misma. Lo mejor seria intentar recuperar esos minutos, saltándome (a mi pesar) mi habitual lectura de las mañanas, igual podría leer en el metro, así que sin más rodeos, tome mis cosas y me metí a la regadera, me vestí, y fui a la cocina para preparar la comida. Mientras revisaba las alacenas recordé que no tenia cereal, aunque no era relente importante… ya que tampoco tenia leche, prácticamente solo tenia pan, jamón y queso, lo justo para un sandwich ''gracias Marceline'' susurré a lo bajo, para después meterme en las profundidades del refrigerador en busca del queso, me aleje del refrigerador con el queso en la mano.

— ¿Qué haces? —preguntó Marceline sususrrandome al oído y abrazandome por la espalda, cosa que me asusto de sobremanera, haciendo que el queso volara por los aires para finalmente caer en el piso.

— ¡GLOB, CASI ME MATAS DE UN SUSTO! —grité con la respiración agitada—. La verdadera pregunta es ¿qué es lo que haces tu?

— ¿a qué te refieres? —me interrogó, levantando su cabeza.

— ¡ME REFIERO A ESTO! —contesté alterada, señalando con mis manos su agarre.

— Solo quería saludarte —confesó, abrazandome más fuete.

— Con un simple ''Buenos días Bonnibel, ¿qué tal tu mañana?'' hubiese sido suficiente—intenté imitar lo más posible su madura voz, pero sonaba mas bien como el molesto tono de voz de Lumpy.

— Lo siento —se ''disculpo'' entre risas—. Buenos días Bonnibel, ¿qué me vas a preparar de desayuno? —dijo Marceline antes de darme un beso en la mejilla y finalmente soltarme. Ese beso me puso un tanto nerviosa, aunque debería acostumbrare nuevamente, digo: cuando éramos pequeñas, Marceline era muy ''melosa'' conmigo, siempre que se despedía de mi me daba o un beso en la frente o me revolvía el cabello, a veces ambos… tal y como lo hizo anoche.

— Bueno, teniendo en cuenta que ya eres bastante grande como para que tu misma te prepares tu desayuno, no debería responder a esa pregunta, sin embargo me veo en la obligación de decirte que solo hay pan, queso y jamón.

— Entonces… ¿me prepararas un sandwich de queso y jamón? —preguntó sentándose en uno de los taburetes de la cocina. Seguía con la misma ropa.

— No es eso lo que quiero decir —respondí juntando los tres ingredientes, aparentemente no había entendido la indirecta—. Te estoy haciendo caer en cuenta que solo tenemos eso para comer, gracias a que ayer acabaste con la cocina —le di un mordisco al sandwich—. En pocas palabras te estoy pidiendo que le regreses la vida a mi cocina.

— ¿te comerás eso frío? —preguntó con tono preocupante, claramente intentaba cambiar de tema.

— Así es, no tengo sandwichera o algo parecido —respondí corta, dirigí mi vista al reloj de mano. Se supone que hace dos minutos debería haber terminado. Me afane en terminar—. Mira Marceline, no quiero sonar cruel o algo parecido, pero preferiría que cuando regrese de clases, por lo menos tenga mi helado de caramelo en casa ¿de acuerdo? —pregunte dejando el plato en el fregadero y saliendo rápidamente al baño. No escuche su respuesta.

Una vez en el baño tome mi cepillo de dientes, lo llene de crema y empece a cepillarme, al rato entro Marceline.

— ¿No comerás nada más? —preguntó apoyandose en el lavabo, yo la mire con cara de obvio, para después negar con la cabeza—. Si, ya se que no hay nada más, pero igual podrías comprar algo más de camino ¿no? —negué nuevamente apuntando mi reloj con el dedo indice varias veces—. Ya veo… — fue lo único que dijo antes de separare del lavabo y pararse al lado de la regadera, dandome la espalda y empezando a quitarse su camisa esqueleto, la observe por el su reflejo en el espejo. Escupí la crema en el lavabo y me di vuelta.

— ¿Qué crees que haces? —pregunté un tanto confundida. Aún tenia un poco de crema en la comisara de mis labios.

— ¿No crees que es bastante obvio? —esta vez empezó a desabrochar su pantalón.

— I-igual pudiste haber esperado a que me fuera —aconsejé metiendo mi cabeza en el lavabo par beber un poco de agua, levante mi cabeza y para entonces estaba a punto de desabrochar su sostén. Abrí mis ojos como platos y salí rápidamente del baño, cerrando torpemente la puerta.

— Vamos Bonnibel, no seas tan infantil —gritó Marceline entre risas al otro lado de la puerta. No le quise prestar atención, solo quería salir rápidamente de allí.

— No olvides mi helado de caramelo, hablo enserio Marceline —le recordé intentando cambiar de tema—. Nos vemos más tarde —dicho esto tenia la intención de ir al sofá donde había dejado mi mochila, pero la mano de Marceline me detuvo dándome la vuelta, donde alcanzó a tomar mi cabeza con su mano libre y besar mi frente.

— Nos vemos después, Bonnie

oOoOoOoOoOoOo

— ¡POR FAVOR! —rogaron Finn y Fionna.

— Ya les dije que no, tal vez otro día.

— ¿Por qué?, seremos buenos —prometió Finn.

Hace un rato he estado discutiendo con los dos. Ellos quieren ir a mi casa a conocer a Marceline, pero he pensado que podríamos dejarlo para otro día. Hoy me he visto muy estresada, prácticamente solo he sobrevivido con ese sandwich de la mañana y mi estomago grita por algo de comida, sin mencionar que me he dormido en cada clase intentando recuperar mis preciadas horas de sueño, que perdí gracias a Marceline. No tenia ganas de tenerlos hoy en casa.

— ¡HOLA, CHICAS! —gritó mi escandalosa amiga Lumpy al sentarse en medio de Jake y Lady, para mi suerte, los rubios se distrajeron con la llegada de Lumpy.

— No todos aquí son chicas, Lumpy —aclaró Finn dandole un mordisco a la pizza de Jake.

— Es verdad Fionna, ¡HOLA, JAKE! —saludó eufóricamente a Jake, a pesar de tenerlo al lado.

— Me llamo Finn —volvió a aclarar.

— Da igual, Finn o Fionna, son prácticamente la misma persona.

— Solo somos gemelos —explicó, esta vez Fionna pero al recordad que era la misma discusión de todos los días, decidió dejarlo pasar. A veces dudábamos si era una broma de Lumpy, o realmente pensaba que eran los mismos.

— Bonnibel, no has comido nada —anunció Jake, cosa que hizo girar la vista de todos, hacia mi.

— No tengo nada que comer —respondí un tanto apenada. No quería que se dieran cuenta, pero la verdad era más que evidente.

— Falso es aquello que dices —preguntó Lady con su típica gramática nivel Yoda, queque era entendible, ya que era de procedencia extranjera—. ¿podrías decirnos la verdadera razón?

— No es falso.

— ¿Quieres que te a compare a comprar algo? —se ofreció Finn

— Gracias, pero no tengo dinero —respondí.

— ¡OH NO TE PREOCUPES! —dijó Fionna poniendose de pie— Finn y yo te invitamos.

— No tienen que hacer eso, estoy bien así.

— No te puedes negar, es importante que comas algo, no te preocupes por el gasto —continuó Finn poniendose de pie y estirando su mano para ayudarme a parar, yo sonreí y camine junto a ellos hacia la maquina expendedora, una vez en frente de la maquina me quede decidiendo en que coger, ''barato, pero que logre saciar mi hambre'' no me quería aprovechar de la amabilidad de los gemelos, unas barras de cereales estarían bien—. ¿tienes problemas alimenticios, Bonnibel? —preguntó Finn muy imprudentemente.

— ¡FINN! —gritó Fionna pegándole a Finn en la cabeza.

— Glob, Fionna, deja de maltratarme —dijo Finn sobando su cabeza—. ¿este golpe por qué fue?

— No puedes ir preguntando eso tan directamente, hermanito, Bonnibel no tiene esa clase de problemas… ¿o si?

— ¡NO!, ¿qué les hace pensar eso?

— Pues es que hoy no has comido nada y te ves muy pálida, ademas tienes unas ojeras enormes y te has dormido en todas las clases, lo cual es algo que juraste nunca en tu vida hacer—explicó Fionna, caminando de regreso a donde estaban los demás.

— Es la primera vez que pasa, no puedo creer que hayan pensado eso.

— Lo sentimos, es solo que no es muy común en ti —se disculparon ambos.

Cuando nos sentamos nuevamente todos dirigieron su vista hacia mi, exceptuando a los dos gemelos quienes se veían apenados.

— ¿Qué sucede? —pregunte.

— ¿Qué paso? —me cuestiono Lumpy

— ¿Qué paso con que?

— ¿Cual es la razón por la cual no te estabas alimentando junto a nosotros antes? —preguntó Lady a lo que no sabia que responder, no entendía que me estaba preguntando por lo que puse un gesto de confusión.

— ¿Cual es la razón por la que no trajiste tu comida? —me aclaró Jake. Algunas veces era el único que podía entender a su novia.

— La razón… —me quedé pensando en una respuesta que sonara creíble. ''Alguien acabo con toda la comida de mi casa'' … No, aunque fuese la verdad, dudo que lo crean, yo tampoco le creí a Marceline en un principio. ''No tuve tiempo de preparar algo de comer, o de tomar algo de dinero, salí de afán de casa'' … No, ellos saben bien que administro bien todas mis mañanas, tardes y noches, y aunque también sea la verdad dudo que crean que es culpa de que no dormí bien anoche y me desperté tarde. ''Olvide la comida sobre la mesa de la cocina'' … La verdad era lo más razonable, eso le pasa a cualquiera, ¿no?.

— ¿Y bien?

— La olvide, emm pensé que la había empacado, pero no fue así, ya saben: tenia la cabeza en otro lado, le puede pasar a cualquiera ¿no? JA-JA-JA —reí fingidamente intentando relajar el ambiente de las sorprendidas miradas de mis amigos.

— Si, a cualquiera le puede pasar, pero tu no eres cualquiera: siempre preocupandote de los pequeños detalles, es imposible que olvidaras algo tan simple como eso —aseguró Jake un tanto incrédulo.

— Oh vamos, no es gran cosa, ella también puede olvidar algo tan simple como su comida —dijó Fionna intentando ''calmar'' a los demás.

— Es verdad, no es como si hubiese olvidado su ensayo de Economía Romana ¿no? —todos rieron ante el comentario de Finn. Yo me quede petrificada, ¿de que ensayo estaba hablando exactamente?… ¡DEMONIOS!, había olvidado el ensayo junto a la impresora—. ¿te encuentras bien, Bonnibel? —pregunto Finn angustiado, tal vez después de darse cuenta de lo pálida que estaba. Fue eso lo ultimo que recuerdo antes de caer hacia atrás y verlo todo más borroso.

oOoOoOoOoOoOo

— ¡JA!, en tu cara zoquete —escuche a lo lejos. Parecía ser Marceline.

— Eso es injusto, Marceline —esa era la voz de Finn—. Ma atacaste por la espalda.

— ¿Injusto?, aprende a perder Finn, ¿acaso piensas que en una guerra de verdad los soldados se detendrán solo porque su contrincante esta de espaldas?. Te hemos ganado, ya esta.

— Je je je, acéptalo hermano, Marceline y yo les pateamos el trasero a ti y a Fionna —Jake.

— No she vale… exijo una revancha, pero esta vez quiero a Jake en mi equipo

— ¿Me piensas remplazar? —Fionna

— Es solo un cambio de estrategia, hermanita. Hombres Vs Mujeres.

Después de aquello, los gemelos empezaron a discutir sobre lo típico que era separar a los equipos por su sexo y lo machista que era eso, típico de ellos. Por mi parte me encontraba un poco confundida y desubicada, claramente esta era mi habitación, pero ¿qué hago aquí?. Mire mi reloj.

— 13:50 —me dije a mi misma, refregué mis ojos y me puse de pie, me dio un poco de mareo, pero nada para alterase. Pude notar que mi uniforme estaba tirado en la silla, ahora mismo tenia puesta mi pijama.

— Bien, entonces juega tu con Jake ¿de acuerdo?

— Me parece bien —empezaron a jugar con una consola que apareció de no se donde, aparentemente no se habían dado cuenta de mi presencia, tampoco es que me haya hecho notar mucho.

Tosí exageradamente parándome al lado del sofá, ellos apenas se inmutaron, todos tenían su mirada puesta en la pantalla.

— Oh, veo que despertaste ¿qué tal dormiste, Bonnie? —pregunto Marceline mientras recuperaba el maletín de su equipo… en el videojuego.

— Bien, supongo —mi respuesta fue tan poco irrelevante para todos que incluso pude no haber dicho nada y todo seguiría igual.

— ¿Bonnie?… me gusta ese apodo, ¿te puedo llamar así? —preguntaron los dos gemelos. A veces asustaba lo sincronizados que podrían estar.

— Si, no tengo probl-

— No, no pueden —me interrumpió Marceline con un tono serio y cortante.

— ¿Eh?, ¿por qué? —pregunto Fionna arrojando una granada… en el videojuego.

— Claro que pue-

— Por que no me agrada que ustedes también la llamen así —me interrumpió nuevamente con el mismo tono, esta vez estaba cortando el cuello de Jake… en el videojuego, el simplemente se quejo en susurros.

— ¿Por qué? —pregunto Finn acercandose cautelosamente al jugador de Fionna.

— Ustedes hacen muchas preguntas ¿lo saben? —dijo Marceline matando a más jugadores en linea.

— Tu eres muy misteriosa ¿lo sabes? —dijeron sincronizadamente los gemelos—. Venga, dinos ¿por qué? —esta ves pregunto solo Fionna.

— Es solo algo que tenemos las dos, yo le digo Bonnie y ella me dice Marcy.

— Yo nunca te digo Marcy.

— O bueno, lo hacías cuando éramos pequeñas —objetó Marceline matando a Fionna, la rubia arrojó el control enojada—. Yo sigo manteniendo la tradición —no recordaba eso.

— ¡JA!, allí tienes Fionna, en tu cara —gritó eufóricamente Finn, ahogando en un susurro lo ultimo que dijo Marceline. A continuación alguien mató al personaje de Finn—. ¡EH! ¿pero por qué? —Finn miro enojado a Marceline— ¡ME HAS MATADO TU!, ¿por qué lo has hecho? ¡SOMOS DEL MISMO EQUIPO!

— En esta vida no te puedes confiar de nadie, amigo mío —dijo Marceline arrojando su control en el sofá y poniendose de pie—. Menos de mi —le dedico una falsa sonrisa para luego caminar hacia mi— ¿quieres algo? —me pregunto casi en susurro por culpa de las risas de Fionna y Jake.

— Agua estaría bien —respondí sentandome junto a Fionna. Marceline se alejo hacia la cocina, y aproveche para preguntarles sobre mi recaída, el trabajo, la pijama y lo demás, por suerte ahora tenia su atención. Empezó Fionna.

— Después de que cayeras en la ensalada de Lady, te llevamos a enfermería pero en vista de que no despertase, nos recomendaron que lo mejor seria llevarte a casa, por lo cual logramos salir más temprano… bueno, tu, Finn y yo, Jake llego hace poco, pero ¿no es eso genial?, hemos pensado que deberías desmayarte más seguido… ya sabes: para salir más temprano.

— ¿Pero de que hablas, mujer?, ustedes se fueron 10 minutos antes de que se acabaran las clases, no es una gran diferencia.

— No es mucho, pero tu te tuviste que aguantar 10 minutos más al agrio profesor Lemon —atacó Fionna chocando las palmas con Finn.

— ¿Y que paso con el ensayo?, ¿me suspendieron para toda la vida? —pregunté un tanto asustada por su respuesta.

— Oh, casi lo olvidaba: mientras estabas en enfermería, Jake husmeo en tu mochila y encontró el ensayo, y se lo entrego al profesor Lemon, junto con los nuestros. Pensamos que te habías desmayado por que lo habías olvidado, como aquella vez que entraste en pánico por olvidar tus guantes el día de laboratorio —ellos rieron. Yo no podría estar más confundida, según yo había olvidado el ensayo junto a la impresora.

— Entonces… ¿es verdad lo de tus problemas… emm, alimenticios? —preguntó Jake seriamente. No puedo creer que sigan con eso.

— ¡QUE NO!, Glob, que pesados son —grité euforicamente. En esas, Marceline entró con el vaso de agua, lo pone frente a mi y se sienta en el descansadero* que esta junto a mi.

— Bonnibel: te desmayaste, dormiste como por 2 horas, no comiste hoy, tienes unas ojeras de la muerte, y no mencionemos tu humor —dijo Marceline, enumerando cada una de las acciones con sus dedos—. Es normal que piensen eso de ti.

— ¿Qué?, pero si tu sabes las razones por las que no comí nada, sabes que anoche no dormí bien: razón suficiente para explicar lo de las ojeras y mi estado de humor —aclaré a la defensiva. ¿Cómo podría ser ella tan pesada?—. Tu lo sabes perfectamente.

— No tengo la menor idea de lo que me estas hablando —mintió relajada. Glob, Marceline me podría llegar a estresar tan rápido.

— En todo caso, eso no explica el porque te desmayaste, entiendo que no habías ni comido ni dormido bien, pero tu eres demasiado saludare como para que eso te pueda abatir —reconoció Finn.

— Es solo que pensé que había olvidado el ensayo, eso es todo.

— ¿Lo juras? —preguntó Fionna.

— Si —respondí entre un suspiro—. No hay nada de que preocuparse.

— Bien, eso es suficiente para mi, ya decía yo que estábamos exagerando —confesó Jake poniendose de pie—. Ya con esto claro, creo que me voy, ¿se vienes ustedes dos?

— ¿Eh?, pero si acabamos de llegar —dijo Finn con un puchero—. Apenas hemos tenido tiempo de conocer a Marceline.

— Pero se supone que hoy íbamos a ver ''¡El Enchiridion!'' en mi casa… ya había comprado las palomitas —dijo decepcionado.

— Oh, es verdad. Casi lo olvidaba, supongo que tendremos tiempo para conocernos después —dijo Fionna. Ya se me había hecho raro que los gemelos declinara ante tal invitación por parte de Jake. Finn, Fionna y Jake, eran fanáticos de esa serie, y habían estado planeando esa quedada en la casa de Jake hace un par de días, según tenia entendido hoy terminaba una de las temporadas de la serie, y sortearían unos boletos para recibir una replica exacta del libro—. Nos vemos después, Marceline —dijo Fionna poniendose de pie junto con Finn.

— Chao, Marceline —se despidieron los otros dos chicos caminando hacia la puerta. Aparentemente habían olvidado que yo también estaba en la habitación. Intente disimular mi ''molestia'' bebiendo el vaso de agua.

— Chao, Bonnibel —dijó Fionna, por poco pensé que realmente se había olvidado de mi—. No olvides comer —me recordó con un tono de broma eso ultimo.

— No te preocupes, queda en buenas manos —espetó Marceline parándose tras ellos y cerrando finalmente la puerta—. Conque problemas alimenticios ¿eh? —bromeó girandose hacia mi.

— No empieces tu también —sugerí dirigiendome a la cocina un tanto molesta.

— Te dije que deberías comer algo más —camino junto a mi con el vaso de agua ya vacío.

— Si, lo se, pero te recuerdo que esta mañana mi cocina estaba muerta, pero eso ya no es un problema. Glob, me muero de hambre —abrí una de las alacenas encontrándome con lo mismo de la mañana: Nada—. Marceline… ¿qué significa esto? —pregunte señalando las alacenas.

— ¿Qué cosa?

— ¿Cómo que ''qué cosa''? —me estaba tomando del pelo. Abrí el refrigerador con la esperanza de siquiera encontrar mi helado de caramelo, pero nuevamente estaba vacío. No puedo creer que lo haya olvidado—. ¡¿Y LA COMIDA?!

— Oh, es verdad. Lo había olvidado —respondió entre risas. Esto es imposible.

— ¿Cómo puedes olvidar algo como eso? —pregunte cruzando mis brazos.

— No lo se, iba a comprar la comida, pero me puse a jugar un rato, y luego llegaron tus amigos —confesó sobando su cabeza con tranquilidad—. Y entre una cosa y lo otra lo olvide… Si quieres vamos y compramos lo que quieras ¿qué dices?.

— ¿Tengo otra opción? —dije enojada caminando hacia mi habitación para poder cambiarme la pijama, empece desabrochando la camisa.

— Igual te puedes quedar aquí si quieres —sugirió entrando como si nada a la habitación.

— ¡MADRE MIA!, deja de asustarme así, ¿me quieres matar de un susto? —se sentó en mi cama—. ¿Qué crees que haces?

— Te estoy mirando.

— Veté, me voy debo cambiar —dije dandole la espalda.

— No es como si no te hubiese visto así antes.

— ¿A que te refieres?

— ¿Quién crees que te puso esa pijama? —su comentario me hizo sonrojar a lo que ella se burlo—. Por favor Bonnibel, no seas tan infantil —dijo entre risas.

— Sal de aquí, por favor. No me demorare mucho.

— Me niego —a partir de aquí empezamos un juego de miradas desafiantes que aparentemente, ella gano.

— Bien, entonces… tan solo cierra los ojos ¿si? —ella asintió. No puedo creer que este haciendo esto. Continúe desabrochando la camisa para posteriormente quitármela. Me atreví a echarle una cautelosa mirada Marceline a través del espejo y me encontré con sus rojos orbes mirándome fijamente—. ¡MARCELINE!, te dije que no miraras —le grite arrojándole la camisa de mi pijama en su rostro.

— Lo siento, me es imposible hacerlo —confesó entre risas.

— Entonces vete —demandé tomándola del brazo y halandola fuera de la habitación, no puso resistencia.

Bien, hagamos esto rápido; un vestido y par de zapatos serian más que suficientes. Tome un par de ahorros, pensando en sacarle una copia a la llave, no me sentía segura con Marceline forzando las cerraduras. Una vez fuera me encontré con Marceline pendiente de su celular, aparentemente esta escribiendo un mensaje. La llame para irnos, pero estaba un pocos metida en su mundo. La llame nuevamente y tampoco respondió, así que opte por acercarme a ella y sacudir su hombro, ella pego un brinco.

— ¿Estas lista? —me preguntó, a lo que yo asentí—. Bien —se puso de pie, tomo su chaqueta de cuero, y salimos.

Una vez fuera, empezamos a caminar, ella no tenia idea a donde iríamos así que simplemente me siguió. En el camino no entablamos conversación alguna, mas que una breve pregunta mía sobre de donde había salido la consola que ahora teníamos en casa, a lo que me explico que la había comprado ayer antes de llegar a casa; quería indagar más al respecto, quería hablar con ella, pero se veía tan ensimismada desde que salimos, que preferí dejarla en su mundo. Minutos después llegamos al Minimercado más cercano, tomamos un carrito y después de darle indicaciones a Marceline de que solo compraremos lo más fundamental, entramos.

Decidimos separarnos para ahorrar tiempo, nos encontraríamos en la caja dentro de 10 minutos, tiempo que aproveche para tomar nuestras pequeñas provisiones. ''Solo lo necesario'' me repetía a mi misma cada ves que me antojaba de una que otra niñería, fue difícil desistir, en especial después de recordar que me estaba muriendo de hambre, ahora más que nunca añoraba mi helado de caramelo. Ya con un par de paquetes y congelados, me dirigí a la caja, en donde ya se encontraba Marceline con una montaña exagerada de comida.

— ¿Qué es todo esto? —le pregunté.

— Es la comida de la que tanto te estabas quejando.

— Pero esto es mucho, es más de lo que llego a comprar en un mes —el chico de la caja se encontraba un poco alterado entre toda la comida que debía facturar, me dedico una asesina y bien merecida mirada—. ¿Cómo piensas pagar todo esto?

— Con dinero —respondió a secas habiendo uno de los paquetes de galletas para empezar a comer.

— No, no me refiero a eso, quiero decir; es demasiada comida —replique

— Glob Bonnibel, no te alteres. Anda, toma una galleta —estiró su mano con el paquete de galletas ya abierto, me negué, ella levanto sus hombros en señal de que le daba igual y le ofreció una galleta al chico de la caja, el acepto—. ¿Qué tal un poco de helado? —me sugirió con mi aclamado tarro de helado de caramelo en sus manos. Casi me pude sentir volando cuando probé la deliciosa mezcla una vez por todas, verdaderamente necesitaba esto.

— ¿Qué?, ¡ESTABA MURIENDO DEL HAMBRE! —le grité alterada a una señora que me miraba con desprecio desde la sección de congelados.

— Bonnibel, ¿podrías ir a cambiar estos atunes?, están vencidos —tome los helados y fui a cambiarlos. Maldición, este helado era para dioses. Cuando regrese a la caja Marceline ya estaba lista con las bolsas a un lado de la puerta esperándome.

— ¿Y los atunes?

— No eran necesarios —dijo tomando tres de las bolsas, yo tome otras dos y salimos de allí.

— ¿Cuanto pagaste al final?

— No es necesario que lo sepas ¿o si?

— Supongo que no —reconocí a secas. Es verdad que no era necesario, pero quería saberlo, sin embargo decidí dejar la conversación hasta allí.

— Bien, entonces vamos a casa.

— De hecho, tomaremos un pequeño atajo —le informé adelantándome un par de pasos, ella siguió mi ritmo.

— ¿Eh?, ¿a donde iremos?.

— A sacarle una copia a las llaves.

— ¿Y eso?

— No quiero volverte ha ver forzar una cerradura —ella sonrío—. Por cierto, Marceline… —me detuve en seco esperando a que ella hiciera lo mismo—. ¿A que horas llegaste esta mañana? —solté mirándola fijamente, su expresión cambio un poco.

— ¿A que te refieres?

— No te hagas Marceline, te vi salir de casa después de que te fueras de mi habitación —retomé la caminata.

— Llegue un par de minutos después.

— ¿A si? —cuestione nuevamente—. Entonces porque tenias la misma ropa esta mañana, lo justo hubiera sido cambiarse ¿no?

— Me has atrapado, Bonnibel —confesó con una falsa sonrisa.

— Eso no responde mi pregunta.

— Llegue esta mañana, cuando estabas preparando el desayuno ¿feliz?.

— Demasiado —si bien ahora sabia eso, aún tenia la duda de donde había ido, pero supongo que son detalles menores, sin embargo aún me quedaba por saber quien era la que la llamaba tan tarde.

— Es un amigo de Londres.

— ¿Eh?

— Quien me llamó esta mañana, era un amigo de Londres. Se que tienes la duda, aunque no era necesario que lo supieras.

— ¿Y por qué te llama tan tarde?

— Ha tenido una confusión con los horarios entre Londres y aquí.

— ¿Segura? —esta explicación de Marceline me dejaba a medias.

— No tengo necesidad de mentirte, Bonnie —afirmó con una sonrisa en su cara, que me hizo sonreír a mi también. No ganaba nada con mentirme, realmente.

— Bien, te creo, pero tengo una ultima pregunta —ella alzó una ceja en señal de duda—. ¿Tu has metido el ensayo en mi mochila?

— Pero claro que fui yo, ¿pensaste que había sido suerte o algo parecido? —bromeo con lo ultimo. Se me había llegado a ocurrir que fue ella quien salvo mi pellejo y estaba en lo correcto. Sonreí para mis adentros, tal ves Marceline no era tan mala como había pensado ayer, tal ves solo había actuado así conmigo porque estaba estresada por el viaje, tal vez simplemente… —. Me gustó tu ropa interior.

— ¿Perdona?

— Son un poco femeninos, pero en ti se ven sexis.

— ¿De qué me estas hablando? —la volteé a mirar un tanto sonrojada, a lo que ella me respondió con una pervertida sonrisa—. No puedo creer que hayas dicho eso. Sabes que no había necesidad de que me pusieras una pijama ¿no?, eso no haría que me despertara o algo parecido.

— Si, lo se, pero no podía desaprovechar una oportunidad así.

— ¡GLOB!, eres detestable, torpe y arrogante, sin mencionar que eres una olvidadiza por completo —la detesto.

Después de mi ataque de nervios, sacamos la bendita copia de la llave y regresamos a casa. Durante todo el camino lo único que hizo fue burlarse de lo inmadura que era, lo cual era inmaduro de su parte, pero no tenia antojos de discutir con ella, solo quería comer algo presentable y terminar haciendo mi rutina de todos los días, que fue interrumpida en algunas ovaciones por culpa de Marceline.

Ha llegado la hora de poner orden en esta casa. Supongo que será mi nueva misión.

*1) Osea: Esa era la repuesta de Marceline a las disculpas que le había ofrecido Bonnibel (Siento que no lo describí bien xD).

*2) Yo reconozco el descansadero como aquella parte que tienen los muebles en ambos extremos ._.

Bien, después de dejar caro eso ultimo creo que podemos continuar.

Hola gente ^-^, ¿qué tal esos ánimos para aquellos a los que se les acabaron las vacaciones :D? yo estoy matándome gracias a eso; pero en fin u.u no es gran cosa si te pones a pensar en retrospectiva.

Entiendo que me demore casi tres semanas en actualizar, pero no pensé que alguien lo leyera realmente, así que pensé en dejarlo así y hacer como si este fic nunca se hubiera escrito xD pero me alegra que al menos unos pocos inviertan su tiempo leyéndome :'D, así que en pocas palabras, prometo actualizar muy pronto.

Tres cosas antes de contestar sus Reviews:

He escrito ''casa'' varias veces, en lugar de ''apartamento'' pues pienso que se veía más coherente, pero espero que no se confundan por eso.

Olvide dejar el disclaimer en el primer capitulo, lo se, solo espero que no me demanden, o manden a alguien ara acabar con mi vida (?).

Estos puntos '' '' que se encuentran al comienzo y al final de la historia que cuenta Bonnibel, los utilizare como ''Flashback'' de ahora en adelante.

anny: Me alegra que te haya gustado el capitulo, no tienes idea de cuanto :'D, y respecto a que queden juntas, supongo que allí se va el primer voto para que así sea … igual cambias de idea más adelante, o igual no o.o

Paradox Etern: ._. no te angusties, solo son estúpidas ideas que salen de mi cabeza, no es como para ponerse así xD.

No se si contar eso como otro voto para que queden juntas ._. supongo que si. Y respecto a lo de que una de ellas fuera una psicópata, lo llegue a pensar, pero no soy muy buena describiendo sentimientos y sensaciones, cosa que para hablar sobre una persona psicópata, considero importante; pero quien sabe, igual hago que Bonnibel maté a todos, no lo se. Sin embargo esos finales en los que alguno de los protagonistas mueren son como:

Autor: Dios, no se que final ponerle a la historia… ¡YA LO SE!, matare a uno de lo protagonistas para que mis lectores me amen y me odien por ser tan ''innovador''

¿No es así Jhon Green?, ¿no es así Veronica Roth? ¡¿NO ES ASÍ GABRIEL GARCIA MARQUEZ?! TT^TT

Pero en fin, gracias por tu idea que no es tan terrible como dices que es ^-^

Rylai: Me alegra que te hubiese entretenido :D aunque la verdad me parece que hasta ahora el fic ha estado muy seco, no lo se, le falta ''la chispa'', igual se la pongo en el tercer capitulo (e.e). Y gracias por el halago (que realmente no es un alabo, pero lo tomare como tal) sobre que no pareciese mi primer fic (ºwº). Y ese supongo que seria el tercer voto para que terminen juntas.

Jayus: Aquí esta la aclamada actualización c(ºwºc), lamento la demora, intentare actualizar más seguido.

Ya sin nada más que decir me despido. Nos vemos en la siguiente transmisión de datos desde mi ordenador a los suyos, fue un placer que me leyeran ^-^.