Antes de empezar quiero dejar claro que Phoebe es la Princesa Flama :v ahora si, disfruten del capitulo más largo que he hecho hasta ahora.
Disclaimer: Ni Hora de Aventura, ni sus personajes me pertenecen, solo los he tomado por simple entretención, y para dejar que todos saciemos las ganas de ver un Bubbline en acción e.e
Capitulo VI: Solo son besos.
— Oh Bonnibel, eres tu —dijo Phoebe separando el rostro de Marceline de su cuello— ¿Qué sucede? —pregunto con una sonrisa en su rostro.
— El trabajo —logré decir entre balbuceos, buscando una razón para no salir corriendo de allí. No quería que me vieran débil. No quería darle el gusto a Phoebe; sin embargo cuando encontré la vacía mirada de Marceline penetrando la mía, fue como si un baldado de agua helada me hiciese despertar de ese transe. Podía sentir las lagrimas aproximarse a mis ojos. ¿Por qué demonios quiero llorar?
— Claro —dijo sonriente apartando a Marceline hacia un lado, para empezar a buscar una carpeta entre su escritorio, a continuación extendió su mano con la intención de que le pasara el trabajo y a pesar de que conociese su intención, no quería reaccionar, me quede inmóvil, no quería dar un paso más, no quería acercarme a Marceline—. Bien, voy a revisarlo esta noche y mañana te digo como te fue ¿de acuerdo? —preguntó amigable después de que lograra acercarme.
— S-si, me parece bien —respondí con media sonrisa antes de dar unos pasos atrás esquivando la mirada de Marceline—. Yo ya me voy a casa, gracias Phoebe —¡¿Pero que estoy diciendo?!, ¿qué le estoy agradeciendo precisamente?, ¿qué haya arruinado mi semana?, ¿qué se este besando con Marceline? por favor Bonnibel, piensa antes de hablar—. Adiós —dije dándome la vuelta y despidiéndome con la mano. Perfecto, no se darán cuenta de que no estoy actuando normal.
— Espera Bonnie —dijo Marceline a lo que yo me detuve. No, no, no, no, no—. También es hora de que me vaya yo.
— ¿Eh, por qué? —pregunto Phoebe parándose de su silla.
— No quiero que se vaya sola a casa —Glob, ¿por qué hace esto?, ¿por qué me detengo?, ¿por qué aguardo por ella?
— Pero ya esta grande para eso, ademas no sería la primera vez que se fuera sola —refuto Phoebe, hablando como si no estuviera allí, de hecho no debería estar allí; sin pensarlo dos veces salí calmadamente, con la intención de encontrar rápidamente a Fionna.
Escuche mi nombre solo una vez, o tal vez solo fue mi imaginación, no lo se, no quería pensar en ello.
— ¿Por qué te demoraste tanto? —pregunto Fionna una vez la encontrara en la entrada principal, reclinada en la pared, sosteniendo nuestros helados, o lo que quedaban de ellos.
— No encontraba a Phoebe —respondí nerviosa, a lo que Fionna me dirigió una dudosa mirada, por lo que cambie rápidamente el tema—. ¿Qué le paso a los helados? —pregunte entre risas, tomando el mío.
— ¡¿Qué esperabas que pasara después de todo lo que te demoraste allí dentro?! —grito mientras empezábamos a caminar—. Se empezaron a derretir, y no vi otra solución que comer un poco.
— Un poco… claro.
— ¡Hola Marceline! —saludó eufóricamente Fionna ante la presencia de una exhausta Marceline quien sonrió y sacudió el cabello de la rubia—. ¿Qué haces aquí?
— Nada importante, hablaba con Phoebe —hablar… si eso fuera cierto, ella y yo hablaríamos todos los días… ¿qué estoy diciendo?
— ¿Se conocen? —preguntó una impresionada Fionna comiendo su helado.
— Un poco —lo suficiente como para poder besarse y todo eso.
— Vamos Fionna —dije caminando hacia la dirección contraría de donde estaba Marceline.
— ¿Van a casa? —preguntó Marceline caminando con nosotras, a lo que me detuve.
— ¿A donde más podríamos ir? —respondí con una sonrisa recargandome sobre los hombros de Fionna—. Y no, antes de que lo preguntes no nos puedes acompañar, es una salida entre nosotras.
— Una salida del colegio hasta la estación del metro, vaya, ustedes si que viven al limite —bromeó Marceline.
— La verdad yo no tengo problema en que nos acompañes, igual ustedes viven en la misma casa —¿por qué Fionna tenía que ser tan buena persona?—. Vamos juntas.
— Agradezco su invitación, pero Phoebe se ofreció a llevarme —dijo señalando a Phoebe quien estaba sacando su elegante Mercedes negro del estacionamiento. Era de verse venir—. De hecho podríamos irnos todas juntas en su auto —sugirió con una sonrisa. Claro que si, ¿Porque no vamos de una vez a un Motel y las esperamos?.
— Me parece bie-
— Estamos bien así, gracias —interrumpí a Fionna sin quitarle la mirada a Marceline ni un segundo, ella se limitó a levantar una ceja y suspirar.
— Entonces nos veremos en casa —finalizó dando un paso al frente.
— Bien —respondí apartando a Fionna y dando un paso al frente al igual que ella.
— ¡Bien! —afirmo con fuerza y con el ceño fruido. Me limite a alejarme, tomar el brazo de Fionna y caminar a la dirección contraria a Marceline.
— ¡BIEN! —grite finalmente caminando a zancadas mientras halaba a Fionna.
Una vez estábamos lo suficientemente lejos del Marceline, empece a aligerar el paso; volteé a mirar a Fionna quien me dirigió una confundida mirada, ¡¿Y cómo no hacerlo con esa escena tan ridícula que acababa de hacer?! Vamos, no es para tanto, tengo que actuar normal, di algo normal, piensa antes de hablar.
— Uff, es Marceline si que es una loquilla —''loquilla''… ¿es lo mejor que se te podía venir a la mente?, seguro que así no va a sospechar nada, estúpida.
— Si, la ''loquilla'' parecía ser otra —empezó a decir—. ¿Qué problema había con que nos fuéramos en el carro de Phoebe junto a Marceline? —preguntó haciendo que paráramos el paso.
¿Qué problema había?… tal vez el hecho de que podrían besarse de nuevo; pero claro, Fionna no sabía que nada de eso, además dudo que lo hubieran hecho por respeto a nosotras, entonces ¿cuál es el problema?
— ¿Y bien?
Piensa antes de hablar.
— Estoy enojada con Marceline —bien, suena creíble, de hecho es la realidad.
— ¿Por qué? —… ¡Demonios!
Tengo muchas razones para estarlo, pero Fionna no conoce la mayoría de ellas.
— Por lo de mi computador —perfecto, por fin lo estoy resolviendo—. ¿Por qué más lo estaría?
— No lo se, dimelo tu, últimamente has estado muy extraña, entiendo que el hecho de que vivas con Marceline ha significado un cambio en tu estilo de vida, pero gritar en medio de la calle, o lo que hiciste ayer cuando Marceline ayudo a Finn con los libros que estaba cargando —le dirigí una confundida mirada—. Finn me contó —¿y quién más si no es el?—. Siempre has sido un poco casca rabias, pero no puedo creer que Marceline te saque tanto de las casillas como para tomar comportamientos muy poco propios de alguien como tu —detuvimos el paso gracias a que ella se paro justo al frente de mi—. ¿O acaso me estoy perdiendo de algo, Bonnibel? —pregunto finalmente sosteniendo mi mirada.
— No entiendo de que estas habla-
— Soy tu mejor amiga, ¿esperas que me crea eso de que ''no esta pasando nada''?
— Glob Fionna, es imposible ocultarte algo —dije apartando a Fionna de mi camino para seguir caminando.
— ¿Y qué es lo que tendrías que ocultarme?
— No es para tanto, no armes un escandalo sobre esto —pedí mientras retomaba el camino.
— ¡Eres tu la que esta exagerando las cosas! —gritó siguiendo mis pasos.
— ¡Marceline y Phoebe se besaron! —dije finalmente deteniendome para mirarla a los ojos.
— … ¿Y cuál es el problema? ¿qué tiene eso que ver con que te comportaras de esa manera?
— Hubiera sido incomodo el… ya sabes… que se estuvieran besando y todo eso —respondí a secas. Grandiosa respuesta.
— Si, al igual que resulta incomodo que Lady y Jake se la pasen besandose, pero seguimos saliendo con ellos, comemos con ellos, ¡Nos montamos en autos con ellos!, ¿Cuál es el problema?, ¿te molesta que sean mujeres o algo parecido? —pregunto mientras retomábamos el paso.
— N-no, por supuesto que no —lo ultimo que faltaba era que mi amiga me tachara de homofóbica o algo parecido.
— ¿Entonces? —pregunto ahora un poco más calmada—. No es como si fueran a tener relaciones mientras nosotras estamos presentes, ademas fue solo un beso ¿no? —asentí—. No significa que ahora fueran novias o estén casadas ni mucho menos.
— ¿Qué quieres decir con eso?
— Creo que estas haciendo una tormenta en un vaso de agua, solo fue un beso. Yo supongo que tienes miedo de que Phoebe te quite a tu amiga de la infancia, o algo parecido, pero tienes que calmarte, solo fue un beso, ¿o acaso hay algo más? —pregunto buscando mi mirada, yo la aparte de inmediato—. ¿Bonnibel? —empece a caminar más rápido—. ¡Hay algo más! —afirmo mientras me tomaba del brazo sin dejar de caminar—. Dime, dime, dime, dime, di-
— Calmate —dije entre susurros para no llamar la atención de las personas que pasaban por allí—. M-marceline también… Marcelinetambiénmebesóami. —dije a lo bajo pisoteando las palabras unas tras otras.
— Ya, ¿eso es todo?
— S-si, ¿qué más esperabas?
— No lo se, que no te gustan las relaciones lesbicas, que en realidad te gusta Phoebe y no soportarías la idea de que Marceline se quedara con ella, no lo se, cualquier cosa que justificara todo este embrollo, ¿o es qué te molesta que Marceline bese a alguien que no seas tu?
¿Me molesta que Marceline bese a alguien que no sea yo?
— P-para nada.
— ¿Entonces? —preguntó buscando mi mirada—. Solo son besos Bonnibel, no es la vida entera.
— Esa clase de cosas son importantes.
— ¿Los besos? —asentí—. Nunca he dicho que no sean importantes, es solo que tu les das DEMASIADA importancia, ¿acaso esos besos significaron algo para ti?
— Claro que no —obviamente no—. Es solo que…
— Son solo besos —afirmó cortante abalanzándose sobre mi para tomar mi rostro entre sus manos y oprimir sus labios contra los míos—. ¿Ves? solo besos, no es una propuesta de matrimonio ni mucho menos — dijo finalmente separándose de mi—. ¿Bonnibel? —me llamó en vista de que no respondía a sus palabras—. ¿Bonnib-
— Nos vemos mañana —respondí rápidamente para retomar mi camino sin mirar atrás, a pesar de los constantes gritos de Fionna.
¡¿Pero que demonios fue eso?!
…
La estación del metro estaba lo suficientemente vacía como para que encontrara rápidamente una silla en el vagón que me llevaría a casa, a pesar de que tuviera que esperar al rededor de 15 minutos para que llegara este vagón. Había perdido el que tomaba normalmente por quedarme hablando con Fionna. A mi lado había una señora que amenazaba en caer dormida sobre mi hombro, pero eso no significaba un problema, estaba lo suficientemente ensimismada pensando en lo que había pasado hace unos minutos atrás que no me importaba el hecho de que esta señora había empezado a roncar.
''Fionna me besó'', era lo único que pasaba por mi cabeza. Fue un beso rápido, seco, sencillo; diferente a los de Marceline. Realmente no sentí nada al respecto, no es que Fionna besara mal (¡¿Qué estoy diciendo?!), es solo que me pareció muy normal; supongo que la razón por la que salí corriendo fue la idea de que mi mejor amiga me hubiera besado, lo cual me cogió de improvisto, pero fue simplemente normal.
Tal vez era eso lo que me quería demostrar Fionna, solo son besos, no es como si ahora fuéramos novias o algo parecido… Esto también podría aplicar con Marceline.
A lo mejor he hecho un escandalo sobre todo esto. Esos besos de Marceline no significaban nada para ambas, es decir: pareciera que ninguna de las dos los disfrutara, a mi me molestan, y al parecer a ella también, o si no habría besado a Phoebe ¿no?
Esta ultima semana he manejado mucho estrés por culpa de esas estupideces, creo que debo tomarme esto con mayor tranquilidad.
En lugar de un ceño fruncido, podría sonreír
Antes de que me diera cuenta, la robotica voz que avisaba las paradas del metro, anunciaba que ya había llegado a mi estación; me costo reaccionar, motivo por el cual salí disparada hacia la puerta que se cerro justo tras de mi, volteé un momento para encontrar a la señora que se había recostado en mi hombro sobandose la cabeza mientras se re incorporaba en su asiento, creo que se habrá asustado con la inesperada partida de su almohada.
Una vez saliera de la estación de metro, empece a caminar hacia casa; miré mi reloj para darme cuenta de que eran las 16:00, un poco tarde para mi horario normal, pero no me alteré. Ahora que Gumball no es tan sobre protector, no tengo que preocuparme por llegar a casa puntualmente, pues ya no me llama todos los días para asegurarse que he llegado a casa después de clase; una de las pocas razones por las que agradezco que Marceline este aquí, por no decir que la única.
Cuando estaba cerca de casa, pude divisar a Marceline hablando por teléfono caminando con una bolsa desde la otra esquina de la calle, ella también se dio cuenta de mi presencia, motivo por el cual corto rápidamente su llamada. Cada vez estábamos más cerca la una de la otra, y cuando los metros eran ya escasos, empece a sonreír. En lugar de un ceño fruncido, podría sonreír. Una vez frente a la entrada del conjunto de apartamentos, inicié la conversación.
— ¿Acabas de llegar? —pregunte caminando hacia nuestro apartamento.
— Si, creó que es evidente.
— Puede que hallas llegado hace rato, y hubieras salido a comprar algo —dije haciendo referencia a aquella bolsa que llevaba— Ademas, el viaje del instituto hasta la casa es bastante cerca en carro.
— Fui a comprar algo —dijo esto levantando la bolsa.
— Ya veo, ¿Phoebe te acompaño? —ella asintió—. Vaya Marceline, tu no desaprovechas ninguna oportunidad para estar cerca de ella ¿no? JA-JA-JA —bromeé entre risas mientras codeaba el brazo de Marceline, ella me miro extrañada. Creo que lo estoy haciendo bastante bien.
— Te iba a pedir que me acompañaras, pero te negaste a subir al auto de ella —dijo con un tono serio mientras yo abría la puerta de la casa.
¡¿De verdad esperaba que me subiera al automóvil con ellas dos?!, calmate, no es para tanto.
— Bueno, es que no quería incomodarlas, ya sabes a que me refiero —respondí picando exageradamente el ojo. Solo limitate a sonreír.
— No, en realidad no entiendo a que te refieres —aseguró cerrando la puerta tras de ella.
— ¿Qué quieres comer? —pregunte cambiando el tema con rapidez mientras caminaba hacia la cocina, ya me empezaba a sentir alterada.
— Ya comí, Phoebe me invitó a comer pizza, de hecho… —empezó a decir mientras esculcaba en aquella bolsa—. Te traje un poco —dijo extendiendo su brazo para darme una pequeña bolsa de aluminio que claramente contenía una pizza.
— Gracias —respondí tomando la pizza entre mis manos, aunque en realidad prefiriera azotar esta pizza contra su cara—. Ahora me la como.
— Como gustes —dijo recostandose sobre el mesón de madera que sobresalía de la cocina.
— ¿Y qué fue lo que compraste? —pregunté sirviéndome un vaso de jugo.
— Algunas cosas sin importancia —dijo separándose del mesón—. Por cierto, tengo algo para ti, ven —dijo caminando a su habitación, dude un poco en seguirla o no, pero ¿qué es lo peor que puede pasar?—. Hoy lleve tu ordenador a que lo arreglaran —declaró entrando a su habitación—. Me dijeron que a lo mejor se demoraban una o dos semanas, pero como se que eso es demasiado tiempo para ti, te presto esto —dijo tomando un portátil de su mochila, aun no la había desocupado—. Es mío, pero creo que lo necesitas más que yo.
— No sabía que tenías ordenador —comenté tomando el portátil en mis manos, era un poco más grande y pesado que el mío, pero eran de la misma marca—. Yo pude haber llevado mi ordenador a que lo arreglaran.
— ¿Si?, ¿cuando hubiera sido eso?
— Cuando tuviera el dinero suficiente para ello.
— ¿Y cuando hubiera sido eso? —iba a contestarle, pero creo que ni siquiera yo tengo la respuesta de eso—. Da igual, empezando porque fui yo la que lo rompió —dijo entre risas.
— Bueno, allí te doy la razón.
El silencio volvió a hacer de las suyas, así que decidí salir de allí, pero después de dar algunos pasos hacia la salida, Marceline inició la conversación nuevamente.
— Creo que al menos merezco un ''gracias''
Si ella no me hubiera engañado con el primer ensayo de la Revolución Francesa, no hubiera tenido que presentar otro ensayo el día siguiente, no hubiera utilizado mi ordenador el miércoles por la noche, no hubiéramos peleado, no se hubiera dañado mi portátil, ella no lo hubiera mandado a arreglar, no me habría prestado su portátil, y finalmente no tendría nada que agradecer; pero por decencia debería hacerlo.
— Gracias —dije a cortas sin ninguna clase de sentimiento, pero en vista de que Marceline se había dado cuenta de ese ''gracias'' tan cutre, me limite a sonreír. En lugar de un ceño fruncido, puedo sonreír.
— Muy bien —dijo caminando hacia la puerta para poder cerrarla, enseguida se giro y me miro directamente a los ojos sin retirarse de la puerta—. Me vas a decir aquí y ahora cual es tu problema.
— No tengo ningún problema.
— No me mientas, desde esta tarde has estado actuando raro.
— ¿Cómo raro?
— No lo se, más feliz, por decirlo de alguna manera.
— ¿Acaso eso es raro?
— Pues en alguien tan amargada como tu… —no logró terminar sin que su celular empezara a sonar, busco en se bolsillo, y después de ver la pantalla, me dirigió una mirada, luego volvió a mirar su celular y nuevamente me miró a mi—. No creas que esto termina aquí —dijo abriéndome el paso hacia la puerta y contestando a aquella llamada—. Salut
Fue lo ultimo que escuche de ella antes de salir hacia mi habitación para dejar allí el portátil de Marceline. ¿Quién demonios se cree como para poder llamarme amargada?, yo no soy amargada.
Estaba dispuesta a prepararme algo de comer, pero recordé que Marceline me había traído un trozo de pizza, así que la tome, y la puse en el horno microondas, una vez lista la llevé hasta mi habitación junto con el vaso de jugo que me había servido hace poco. Mientras caminaba por el pasillo pude escuchar como Marceline seguía hablando por teléfono, aunque realmente no entendía nada de aquella conversación ya que seguía hablando en francés.
Una vez en mi habitación, me senté en mi cama y prendí el portátil de Marceline para utilizarlo un poco, realmente no tenía tareas que hacer ya que las pocas tareas que tenía para mañana, las había hecho el fin de semana; debo admitir que utilizaría el portátil para hacer algo de ocio. Una vez prendido ordenador, me encontré con con dos opciones, una de ellas era el perfil de Marceline, mientras que la otra era un perfil con el nombre ''Bonnibel'', obviamente entré a este ultimo; supongo que Marceline habría creado este perfil cundo decidió que me lo daría, sin embargo no me dijo nada sobre la clave de seguridad que necesitaba para entrar en el, pensé en preguntarle, pero podía escuchar como seguía hablando desde su habitación, así que decidí poner una al azar. ''12345'' incorrecto, ''54321'' incorrecto, ''00000'' incorrecto de nuevo.
Sabía que ninguna de esas era la verdadera clave, Marceline no suene ser tan ''básica'', sin embargo esa clase de contraseñas suelen funcionar en las películas en donde los chicos buenos tienen que encontrar la clave para desactivar la bomba que la brillante mente malvada de El Profesor (típico nombre malvado en esta clase de películas) había creado para dominar, emm… ¿la luna, tal vez? o la tierra, o un pequeño pueblo a las afueras de… Bueno, eso no es lo importante, ¡Debo concentrarme!
Si fueras una pervertida, malvada, egocéntrica y misteriosa mujer, que le ha prestado su ordenador a una joven, inteligente, divertida, alegre y atractiva chica, ¿qué clave habrías puesto en ese ordenador?… ¡Creo que lo tengo!
''Marceline es la mejor'' incorrecto, ''Marceline es increíble'' incorrecto, ''Marceline es lo más asombroso que le ha pasado a este mundo'' incorrecto, espere 30 segundos para volver a intentarlo.
— ¡Demonios! —grite descargando mis puños con fuerza en la cama.
— ¿Cuál es el problema? —preguntó Marceline recostada sobre el marco de la puerta.
— ¡Ya te dije que no tengo ningún problema! —respondí sacudiendo mis brazos en el aire. Glob, esta mujer es insoportable.
— ¿Qué?, no estoy hablando de eso —dijo separándose del marco para cruzarse de brazos—. ¡Me refiero a que si tienes algún maldito problema con mi computador! —gritó mientras se sostenéis el puente de la nariz.
— Oh… —musité un poco apenada al caer en cuenta del error que había cometido—. Es solo que estoy intentando adivinar cual es la contraseña correcta para poder entrar.
— Ah —dijo sin más.
— … ¿Y bien?
— ¿Qué? —-preguntó mientras se recostaba de nuevo en el marco de la puerta.
— ¡¿Cuál es la bendita contraseña?! —¡Glob, esta mujer es insoportable!
— No lo se, tal vez si me pides el favor… —dijo mientras miraba egocéntricamente sus uñas, esta disfrutando esto.
— Calmate —susurré para mi misma, respiré profundo y pensé en aquellas palabras dichas por esa sabia mujer: En lugar de fruncir el ceño, sonríe—. Marceline, por favor dime la contraseña de mi perfil —rogué con una forzada sonrisa.
— Patata —dijo finalmente.
… Entonces la clave de El Profesor era algo tan sencillo como eso, jamás se me habría ocurrido, aunque esperaba más de Marceline, pero en fin ¡Por fin tenía la contraseña!. Tecleé la palabra lo más rápido que pude, incorrecto, tiene que ser una broma, volví a teclear pero esta vez más despacio, a lo mejor me había equivocado, incorrecto.
— Esa ni siquiera es la contraseña —aseguré mientras volteaba a ver a Marceline.
— Claro que si.
— ¿Entonces porque me aparece incorrecto? —pregunté un tanto alterada.
— Casi lo olvidaba, algunas funciones se encuentran en español, pero la mayoría de ellas están en francés, de hecho la contraseña esta en francés… ups.
¿Cómo es que puede llegar a ser tan irritante?, ¡tuvo la oportunidad de crear mi propio perfil, pero no de cambiar el idioma del ordenador!, estoy empezando a pensar que eso de ''En lugar de un ceño fruncido, puedo sonreír'' es una estupidez.
— ¿Qué hago entonces?
— Si quieres te lo puedo configurar —claramente quiero que lo configure, no es como si supiera francés.
— Si, eso sería perfecto —dije con una sonrisa, a lo que ella se quedó para sin siquiera inmutarse—. ¿Y bien? —pregunté en vista de que no se movía de allí.
— Regla número 2: Esta completamente prohibido entrar a la habitación de Bonnibel —y este es el momento preciso para seguir el tablero de reglas…
— ¡Tienes que estar bromeando! —grite poniéndome de pie—. Esas reglas nunca te detuvieron a hacer lo que querías, y ahora parece ser el momento perfecto para seguir las reglas —discutí mientras tomaba su mano y la halaba dentro de mi habitación para finalmente soltarla al lado de mi cama—. Por favor configura esto.
Ella sonrió y se sentó en la cama apoyando su espalda en la pared, se cruzó de piernas y tomó el ordenador en sus manos, yo me senté junto a ella para ver como arreglaba aquello, aunque la verdad no entendía la mayoría de las cosas que haciendo, así que decidí mirar a otro lado.
Sin siquiera quererlo enfoqué mi mirada hacia sus labios, ellos se movían al ritmo de alguna canción que tarareaba Marceline entre susurros, después de eso me dedique a apreciar cada una de las facciones de su rostro, sus grandes pestañas, sus pálidas mejillas, su tez, su perfectamente respingada nariz, los hoyuelos que se hacían presentes cuando sonreía, la manera en la que casualmente fruncía el ceño, aquellas ojeras que la acompañaban siempre.
— Me gustas.
La escuche decir mientras me reincorporaba, ¿qué demonios acabó de hacer?… ¡¿Qué demonios acaba de decir?!
— ¿Q-qué dijiste? —pregunte un poco nerviosa, a lo mejor escuche mal.
— Que me gustas más así —dijo con una sonrisa.
— Ah —respondí un poco más relajada—. ¿Qué significa ''así'' para ti?
— Como eres normalmente: gritona, sincera, peleona, sin actuar como si todo fuera perfecto, queriendo darme un golpe en toda la cara en lugar de una falsa sonrisa, siempre a la defensiva, cautelosa, testaruda, arroga-
— Ya entendí —interrumpí para después mirarla a ella y sonreír.
— ¡Listo!, ya esta todo en español —dijo sonriente mientras me pasaba el ordenador.
— Gracias —respondí con sinceridad—. Ahora puedes irte.
— ¿No crees que me merezco algo?
— Ya te di las gracias.
— No me refería a eso —dijo mientras me acorralaba contra la pared.
— E-entiendo que hace unos segundos te hice romper una regla pero fue solo porque era necesario, no quiere decir que de ahora en adelante vayamos a romper todas las reglas.
— No necesito ese tablero de reglas, o al menos no por hoy. La cláusula de ''Si cumples=Comes'' no es necesaria ahora que he ido a comer con Phoebe.
Mi ceño se frunció de inmediato, casi olvidaba una de las razones por las que estaba enojada con Marceline desde un principio. Estaba a punto de besarme, sabiendo que hoy había besado también a Phoebe, entiendo que solo son besos, pero no me agrada la idea.
— ¿Entonces por qué no vas y la besas a ella? —cuestioné mientras la apartaba con fuerza.
— Pues tal vez lo haga —respondió enojada.
— ¿Y qué estas esperando? —pregunté mientras le pegaba con la almohada para que se fuera rápidamente de mi habitación.
Una vez Marceline estaba pasando por debajo del marco de la puerta le lancé la almohada, la cual esquivó con gran agilidad haciendo que esta chocará contra la pared y cayera al suelo, inmediatamente corriendo detrás de ella para recogerla y mirar como Marceline salía de su habitación con su típica chaqueta de cuero dando zancadas hacia la puerta.
— ¡Madura de una vez! —me gritó mientras me enseñaba su dedo de en medio y cerraba fuertemente la puerta tras de ella.
— ¡Madura tu! —grité de regreso aun sabiendo que no me escucharía—. ¿Madura tu?, ¿qué clase de contraataque es ese? —me dije a mi misma mientras regresaba a mi habitación.
Una vez allí miré el portátil que reposaba sobre mi cama y lo cerré, es irónico que después de todo por lo que pasé, no lo fuera a utilizar; no tenía ánimos para eso, ni siquiera para comerme aquella pizza que aguardaba en la pequeña mesa al lado de mi cama, en realidad solo quería acostarme y dejar que Morfeo hiciese de las suyas, así que cambie mi uniforme por una cómoda pijama (que en realidad no era más que una camisa y una pantaloneta) y me recosté en la cama, puse mi alarma despertadora y me dispuse a dormir.
Sin embargo no pude dormir, estuve de un par de minutos mirando el techo de mi habitación y pensando en lo que había pasado hace unos minutos atrás y antes de que me diera cuenta había empezado a llorar. Las lagrimas se precipitaban por mis mejillas mientras que sentía como mi mandíbula empezaba a doler por tenerla presionada, no quería llorar, no debía llorar, no necesitaba llorar. Me senté en la cama para después prender la lampara que estaba junto a mi mesa, me crucé de piernas y empece a secar las lagrimas con mis manos.
— Empezando por que no tengo razones para llorar —dije para mi misma pensando en aquello ultimo. No tengo razones para llorar.
Después de un par de minutos me quede dormida, aunque igualmente pudieron haber sido horas.
…
A la mañana siguiente no encontré a Marceline, tampoco es como si la hubiera buscado, pero no estaba en los lugares que solía frecuentar ósea en la sala de estar o en su habitación. A lo mejor había pasado la noche por fuera, con Phoebe… un millón de posibilidades.
Cuando salí de la estación de metro me encontré con Fionna. En muy pocas ocasiones ella había esperado por mi en la estación. La ultima vez fue cuando me enoje con ella fue hace un par de meses por haber perdido nuestro trabajo de química el día anterior, motivo por el cual había sacado una calificación muy por debajo de las que estaba acostumbrada, pero ese mismo día arreglamos nuestro problema de camino al instituto, así que podríamos decir que ella hace esto cuando tenemos algo que arreglar y en esta ocasión le doy la razón.
— Hola —inició ella un poco nerviosa.
— Hola —respondí de nuevo empezando a caminar.
Los primeros minutos del camino fueron muy incomodos y silenciosos. Yo me martillaba la cabeza pensando en como iniciar la conversación, y supongo que ella estaba haciendo lo mismo. Finalmente me dispuse a hablar.
— Escucha… —dijimos las dos al unísono, aparentemente ella también había tomado valor para iniciar a hablar. Las dos sonreímos—. Lo siento —dijimos nuevamente las dos, en esta ovación empezamos a reír hasta que ella inició nuevamente.
— Lamento haberte besado sin tu consentimiento —dijo entre risas que cada vez se hacían más leves.
— Lamento haber hecho un escandalo ayer —dije de regreso.
— Especificate —sugirió sonriente a lo que yo la mire extrañada—. El escandalo con el helado, el escandalo con Marceline, el escandalo por no querer subir al auto de Phoebe, el escandalo cuando quise preguntar sobre la razón de los escandalos anteriores, o el escandalo por el beso —dijo enumerando con sus dedos a medida que iba hablando. Realmente me comporte muy estúpida ayer.
— Por todo, aunque en mi defensa quiero decir que mi ''escandalo por el beso'' fue solo porque mi mejor amiga me cogió de improvisto.
— Bueno, allí te doy la razón —dijo un poco apenada—. Lo siento por eso, es solo que no se me ocurrió otra manera de hacerte caer en cuenta que estabas exagerando las cosas.
— No importa —respondí con una sonrisa—. Al final tenías razón, así que ese beso no fue del todo malo, así que por mi parte estas perdonada —dije esperando a que ella dijera que también me perdonara, pero en vista de que no dijo nada le pregunte directamente—. Emm, ¿y tu me perdonas?
— Solo si me dices que beso demasiado bien —dijo con una sonrisa pervertida a lo que yo me reí.
— Pues lo haces mejor que Finn —respondí con sinceridad.
— Y eso es suficiente para mi, así que tu también estas perdonada.
— ¿Y yo que tal lo hago? —pregunté curiosa. Siempre es bueno saber esta clase de cosas.
— Si movieras los labios un poco podría haber sido más divertido para ambas —dijo como si tuviera mucha experiencia en este campo—. Me pregunto si con Marceline fue igual —no tienes idea.
— Es solo que besar chicas no esta en mi lista de ''Cosas favoritas''.
— Al menos la puedes quitar de la lista de ''Cosas que hacer antes de morir''.
— Nunca estuvo en mi lista —de hecho esa lista ni siquiera existe.
— Ni lo estará, porque ya la habrías quitado —dijo sonriente con los pulgares arriba lo cual me hizo reír—. Pero en fin, cambiando el tema un poco, dijiste que tenía la razón ¿no?
— Sip, tenías razón respecto a que los besos no significaban algo realmente importante.
— Me alegra, tenía miedo de que llegaras con la intención de querer ser mi novia o algo parecido —las dos reímos ante su comentario—. Pero hablando enserio, me alegra que hayas cambiado de pensamiento, así que si Marceline nos ofrece irnos en el carro de Phoebe decimos que si.
— ¿Y que te hace pensar eso va a volver a pasar?
— No lo se, preguntemosles si nos pueden dar un aventón después de clases —dijo para empezar a gritar mientras saludaba con su mano—. ¡Oye Marceli-
Cubrí su boca con mi mano al darme cuenta que Marceline estaba caminando con Phoebe en la otra esquina de la calle, enseguida hale a Fionna hacia la esquina para poder escondernos de las dos.
— ¿Qué pasa? —preguntó Fionna después de que la soltara—. ¿Por qué nos escondemos?
— ¿Nos estamos escondiendo? —preguntó Finn detrás de nosotras logrando sacarnos un susto a las dos.
— No nos estamos escondiendo de nadie —afirme para asomar mi cabeza por el muro, para poder ver a Marceline, al parecer no se dio cuenta.
— ¿Entonces que hacemos todos aquí metidos? —dijo Jake detrás de los gemelos y yo, asustandonos nuevamente.
— Solo estamos esperando —respondí.
— ¿Aguardando por quién? —preguntó Lady uniendose a los cuatro.
— Shh, solo hagan silencio, yo les informo cuando podremos salir —dije asomando mi cabeza nuevamente por el muro para encontrarme con Lumpy mirándonos extrañada.
— ¡Chicos, allí estaban!, los estuve buscando como hace un minuto —saludó eufóricamente mientras tomaba mi brazo para halarme fuera de allí, seguida de los demás—. Necesito que alguien escuche mi tragedia y tu eres la persona perfecta —dijo mientras retomábamos el camino hacia la puerta del instituto.
Levante mi vista para encontrarme con perdida Marceline cada vez mas cerca de nosotros, Finn también se dio cuenta de aquello así que la llamo fuertemente agitando su brazo, ella sonrió y cuando finalmente nos encontramos frente a frente, Lumpy solucionó la duda que mis amigos tenían hace un momento.
— ¿Se estaban escondiendo de ella? —golpeé mi frente con la palma de mi mano para después escuchar a mis amigos.
— Ah, así que todo este tiempo nos escondíamos de Marceline —dijo Finn a lo que Fionna le dio un codazo en las costillas, lo que lo hizo retroceder.
— ¿Por qué se esconderían de mi? —preguntó Marceline mirándome con sus vacíos orbes rojos.
— No nos estábamos escondiendo de ti —empezó Fionna—. Queríamos asustar a Lumpy escondiéndonos allí, pero después ella llegó y arruinó el plan —quería besar a Fionna en este momento por salvarme de esta.
— ¿A si? —preguntó Jake.
— Si, ustedes malinterpretarón lo demás —dijo Fionna—. En fin, ¿qué haces aquí Marceline?
— Estaba buscado a Bonnibel —respondió Marceline a secas. ¿Por qué mejor no me esperaba en casa?, o simplemente me decía temprano antes de salir de casa, pero claro, ella no estaba en casa.
— Lo siento, pero Bonnibel necesita escuchar lo que me ha dicho Brad esta mañana —dijo Lumpy halando mi brazo para alejarnos de ella. A ella no la besaría, pero también estaba igual de agradecida por sacarme de allí.
Aunque ese agradecimiento se podría cambiar fácilmente por odio ya que las ultimas horas se las ha pasado llorando en mi hombro por culpa de Brad, quien realmente no tenía la culpa, el chico simplemente le respondió ''Hola'', en lugar de ''Hola princesa'', como lo solía hacer cuando el y Lumpy eran pareja, pero en fin, fue bueno de su parte sacarme de allí.
A diferencia de días pasados, hoy no me quedaría después de clases para hablar con Phoebe, ya que mi ultima clase era con ella, así que simplemente esperaría a que me diera mi ensayo corregido y me iría a casa. Y aquí estaba, preparada para que Phoebe me nombrara, pero no lo hizo en toda la clase, incluso después de que Jake sugiriera que nos dejara salir más temprano por ser la ultima clase del viernes, ella no me nombro. El salón se iba vaciando poco a poco, me despedí de Jake y de Lady para después ponerme de pie y preguntarle directamente por mi ensayo.
— Emm… Hola Phoebe.
— Bonnibel —''saludó'' sin siquiera mirame a los ojos.
— Ayer entregue mi ensayo, y me dijo que hoy me lo devolvería ya calificado.
— Es verdad.
— ¿Y cuanto me saqué?
— No lo he calificado —respondió a secas tomando su bolso y algunos papeles para después ponerse de pie.
— Entonces, ¿el lunes? —pregunté siguiendo sus pasos por el pasillo.
— O puede esperar hasta que lo califique —dijo en un tono mandón, como advirtiéndome que era mejor hacer lo que ella proponía.
— O puedo esperar hasta que usted lo califique —repetí con una sonrisa que no le hizo ninguna gracia.
— Perfecto, mientras usted me lleva esto a mi carro yo le voy calificando su ensayo —ordenó pasándome su bolso y aquellos papeles con brusquedad—. Es el Mercedes negro al lado del árbol, me gusta que quede bajo la sombra —dijo sonriente yo correspondí su sonrisa aunque realmente me importaba un bledo donde aparcaba su auto.
Bajando las escaleras me topé con Fionna, quién empezó a insultar a Phoebe por tratarme de esa manera, le reste importancia y me despedí, no sin antes advertirme que necesitaba hablar conmigo, así que lo más probable es que fuera hoy o mañana a casa, finalmente seguí mi camino hasta el estacionamiento, me fue muy fácil encontrar aquel automóvil, más que nada por que no era la primera vez que lo veía.
Al llegar al carro, caí en cuenta de que ella nunca me dio las llaves. Suspire profundo y regrese por donde había venido para encontrarme con una relajada Phoebe riéndose con un maestro al lado de la maquina de café que estaba en el Salón de Profesores. Me asomé por la puerta para que lograra verme, y a pesar de que se dio cuenta de mi presencia, no salió de aquel lugar hasta que terminó su café y se despidiera de algunos maestros.
— No tenía las llaves —dije caminando hacia la salida junto a ella.
— Ya lo se —respondió logrando que mi rabia creciera.
— ¿Entonces por qué-
— Eso no importa —me interrumpió para después buscar las llaves en sus bolsillos—. Ahora dame eso —ordenó tomando su bolso y aquellas hojas para dejarlas en el puesto de atrás—. Bien… —entró a su automóvil mientras que yo me quedaba allí parada buscando alguna razón para no saltar encima de ella—. ¿Quiere un aventón? —pregunto bajando la ventana del puesto del copiloto para poder verme mejor.
— Emm, yo…
— Anda, sube —dijo abriendo la puerta frente a mi, y en vista de que no recibiría un ''no'' como respuesta, me quité mi mochila y entré al auto.
— Gracias —dije mientras me ponía el cinturón.
— Ajam… —musitó dando reversa mientras miraba por el retrovisor.
Los siguientes minutos fueron silenciosos e incomodos hasta que Phoebe me pidió que buscara un disco en la guantera que estaba frente a mi. En este disco se apreciaba la imagen de una chica vestida de rosado mirando por la ventana de lo que parecía ser su habitación con un toque bastante eh… ¿gótico?. En las paredes de esta habían pósters de varías bandas de rock, abolladuras en la pared y algunas fotografías Random; resultaba curioso el contraste de la chica de rosado frente a aquella habitación.
Sin más, puse el disco en el reproductor y después de un par de segundos se escuchó como un bajo variaba entre notas hasta que la batería y la guitarra se le unían, a continuación unos gritos se hicieron presentes y finalmente una femenina pero gruesa voz empezaba a cantar. Phoebe seguía el ritmo de la música con sus dedos encima del volante, parecía que lo disfrutaba, por mi parte me arrepentía de haber subido al automóvil con ella. Esta clase de música es abrumadora, ni si quiera se entiende de que va la canción, y los ritmos de los instrumentos eran muy pesados.
— Suenan bien, ¿no? —preguntó Phoebe agitando la cabeza levemente al ritmo de la música mientras que le subía el volumen a esta.
— No me gusta —respondí bajando el volumen de la música. ¿Qué le pasaba a los oídos de esta mujer?
— ¿Cómo puedes decir eso?
— No lo se, no me gusta esa clase de música, es tan desordenada y toda va de odio hacía el mundo. Los artistas suelen componer sus canciones mientras están borrachos, o teniendo sexo, ni siquiera hay una idea de por medio.
Phoebe no pudo evitar soltar una carcajada después de que terminara de dar mi opinión sobre esa clase de música. Aparentemente a Phoebe le gustaba el tipo de música más sobrevalorada de todos los tiempos.
— Veo que no entiendes de que va la canción.
— Si por lo menos dejaran de gritar a cada momento, podría interpretar la letra.
— Son Scream queens, ni siquiera podrías ''interpretar la letra'' —dijo intentando imitar mi tono de voz—. No cantan en español.
— Tampoco es como si tuviera planes de escucharlas de nuevo —respondí mientras Phoebe se detenía en un semáforo—. ¿Y mi ensayo? —pregunté después de recordar que no me dijo nada al respecto.
— Casi lo olvido —dijo mientras revisaba entre los papeles que estaban en la parte de atrás.
— Ya esta en verde —dije haciendo referencia al semáforo que nos indicaba que ya podríamos seguir, a continuación el carro que estaba detrás de nosotros empezó a pitarnos para que siguiéramos.
— ¡Yo también tengo claxon! —gritó Phoebe reincorporandose en su asiento mientras miraba por el espejo retrovisor y enseñaba el dedo de en medio, a continuación siguió su camino—. Aquí esta —dijo pasándome mi ensayo. Todo este tiempo ella ya había tenido mi ensayo listo… Me hubiera sulfurado, de no haber visto la nota que me había sacado, un sobresaliente era todo lo que necesitaba, la verdad esperaba una nota un poco más alta, pero estamos hablando de Phoebe.
— Gracias —dije guardando el ensayo en mi maleta. Creo que merecía que lo enmarcara.
— Bien… —dijo Phoebe deteniéndose al lado de un parque. No sabía que era lo que quería, pero se me quedo mirando, a continuación vio la puerta—. ¿No te piensas bajar? —preguntó esperando mi respuesta. Mi casa no estaba lejos de aquí, pero pensé que me dejaría directamente en casa, pero bueno, el menos me ha traído hasta aquí—. ¿No vives aquí? —preguntó nuevamente señalando un conjunto de edificios.
— S-si, aqui es —dije cerrando mi mochila.
— ¿Segura? ayer traje a Marceline hasta aquí —y eso lo explica todo.
— Si, tan segura como que he vivido aquí desde los 10 años —dije sonriente, y nuevamente, este gesto no le hizo ninguna gracia, así que abrí la puerta rápidamente para salir de allí.
Estaba a punto de bajarme, pero no quería dejar pasar una oportunidad como esta. En este corto recorrido Phoebe se veía más calmada y sonriente, así que por que no arriesgarse.
— Phoebe… —empecé regresando al auto, ella se limito a mirarme—. Anoche… emm ¿Marceline se encontró contigo? —logré decir con un nudo en la garganta.
— ¿Anoche? —preguntó a lo que yo asentí—. No, ¿por qué?
— S-solo tenía la duda —respondí con un alivio en mi pecho—. Bueno, gracias por traerme —dije mientras salía finalmente del automóvil, me di la vuelta para cerrar la puerta.
— Bonnibel —me llamó Phoebe a lo que yo asomé mi cabeza antes de cerrar la puerta—. Ten cuidado con Marceline.
…
Caminé algunas calles antes de llegar a mi verdadera casa, por extraño que suene. Supongo que Marceline no quería que Phoebe supiera donde vive realmente, por lo mismo, tuve que caminar desde donde me dejo Phoebe (que por cierto estaba cerca del supermercado a donde fui con Marceline la semana pasada) hasta casa.
— Hola —saludé entrando a casa.
Las luces estaban apagadas, y Marceline no estaba en el cuarto de estar. Parecía que no hubiera nadie, lo que me hizo recordar lo vacía que solía estar la casa un par de días atrás, antes de que llegara Marceline. Descargue mi mochila en el sillón y seguí mi camino hacia el pasillo de donde la puerta de la habitación de Marceline estaba entre abierta.
— ¿Marceline? —la llamé abriendo lentamente la puerta para encontrarme a Marceline con unos auriculares sentada en el suelo tocando lo que parecía ser una guitarra, al rededor de ella habían un montón de partituras y letras tiradas en el suelo.
Ella estaba demasiado concentrada como para darse cuenta de que la había llamado, y no fue hasta que entré a su habitación que se dio cuenta de mi presencia, inmediatamente dejo de tocar y se retiró los auriculares.
— Hola —saludó apartando su guitarra y recogiendo algunas de las partituras del suelo—. ¿Quieres sentarte?
— ¿Y esa guitarra? —pregunté sentandome en el lugar libre de papeles.
— La traje conmigo desde Londres, pero no la había utilizado hasta ahora.
Silencio absoluto. Me detuve a ver las partituras que estaban en el suelo, al darse cuenta de eso, Marceline tomó algunas de las hojas y las puso entre algún cuaderno para iniciar la conversación.
— Llegaste temprano.
— Phoebe me trajo —dije a lo que ella abrió sus ojos—. Bueno, me acercó hasta donde tu le aseguraste que era la casa —ella se relajó y el silencio se volvió a hacer presente—. También me entregó mi ensayo.
— ¿Y cómo te fue?
— Bien, una nota sobresaliente es suficiente para mi, de hecho no esperé que me la fuera a dar.
— Phoebe no es tan mala como piensas.
— Si… —dije apartando mi mirada del suelo—. Ya entiendo por que te gusta —confesé buscando su mirada.
Marceline levanto su mirada y se encontró con la mía. Se quedó en silencio por un rato y abrió la boca para decir algo, pero las palabras nunca salieron.
— Ella no me gusta —logró decir finalmente con un tono muy suave.
¿Cómo podía decir eso? Entiendo lo que Fionna dice sobre que los besos no significan nada realmente, pero ellas ya han tenido relaciones más allá de simples besos.
— Tu no te acuestas con alguien que no te gusta —dije enojada mientras fruncía el ceño. A la mierda lo de en lugar de fruncir el ceño, sonríe.
— ¿Tienes algún problema con eso? —me preguntó frunciendo el ceño al igual que yo.
— ¡No tengo ningún problema!, es tu vida y tu puedes hacer lo que quieras con ella —empece mientras apretaba mis puños—. Puedes besar a quien quieras, acostarte con quien quieras, amar a quien quieras —dije sintiendo como las lagrimas se precipitaban en mis ojos—. ¡Es tu vida y me da igual lo que hagas con ella! —y es verdad, es su vida y a mi no me tiene que importar lo que pasé en ella—. El problema esta cuando te desapareces por toda la noche y apareces el día siguiente con una mirada perdida, el problema esta cuando le pregunto a Phoebe si estaba contigo y ella me diga que no —aclaré mientras las lagrimas caían por mi mejillas, pero eso no me importaba ahora—. ¡El maldito problema esta cuando me besas a mi y después la besas a ella!
— ¡¿Pero quién te entiende?! —ahora era su turno—. Te enojas porque te besó a ti, te enojas porque besó a otra persona, ¡¿Entonces a quién demonios puedo besar sin que te enojes?!
No pude hacer más que quedarme en silencio y apretar mi mandíbula mientras sentía como las lagrimas cesaban. Ella estaba mirando hacia el suelo mientras apoyaba su cabeza sobre su brazo. Solo se escuchaban nuestras agitadas respiraciones. Finalmente ella se arrastró hasta mi lado, yo no me atreví a levantar la mirada solo hasta que Marceline tomo mi rostro.
— Y-yo no… —intente decir, pero Marceline me detuvo al pasar su dedo pulgar suavemente por mis labios. Yo me limite a buscar los suyos con mi mirada para que al final terminara en sus ojos, ella también estaba mirando los míos.
Podía sentir como su respiración chocaba contra mi rostro. Los nervios se apoderaban de mi, ¿acaso me iba a besar? Busqué alguna clase de señal en su rostro y ella se veía igual de nerviosa que yo, ¿podría tomar eso como un si? Me limite a cerrar los ojos y a respirar profundo, igualmente solo son besos ¿no? Ella pasó su mano por detrás de mi cabeza y empezó a acercar nuestros rostros. Podía sentir como sus labios estaban a menos de un centímetro de los míos.
Todo era perfecto hasta que ¡Boom! El timbre de la casa se hace presente. Ambas abrimos los ojos y respiramos como si acabáramos de pasar por un susto. Lentamente nos fuimos separando hasta que estábamos lo suficientemente lejos como para apreciarnos la una a la otra. Ninguna hizo algún movimiento hasta que volvieron a timbrar. Volteé a mirar a Marceline, ella frunció el ceño y aparto la mirada para ponerse en pie y tenderme la mano para que yo hiciese lo mismo. Ella salió de la habitación pasando sus manos por su cabeza y dirigiendose a la cocina. Yo respire profundo y caminé hacia la puerta, pensé que era Fionna, ya que había dicho que probablemente pasaría a mi casa, pero después de observar una figura masculina por la mirilla de la puerta, mis ojos se abrieron como platos.
— ¡Hola! —saludé abriendo la puerta—. ¿Qué haces aquí?
¿Y quién sera? ¡Chan, Chan, CHANN! Quiero ver sus teorías ;)
Hola gente (ºwº)/ ¿cómo han ido sus vidas estos 4 meses? La mía va de maravilla desde que me gradué del colegio \(ºoº)/.
Para ser sincera ya había olvidado que tenía una obligación con ustedes, pero el otro día me llego una notificación al correo que indicaba el hecho de que alguien le había dado favorito a esta historia xD pero en fin, aquí esta el capitulo más largo que he hecho en mi vida, per vale mucho la pena (º-º)b. Lamento que no hubieran besos entre Marceline y Bonnibel, pero quería hacerlo así :v
Reviews: … Muy pocas, por cierto -
NaTasha peri: Una nueva lectora :D, me alegra que pienses que la historia va en buen camino, la verdad a veces pienso que me precipito mucho en las cosas y eso va arruinando la historia. Y lamento haberte fallado con eso de no desaparecer :v regresé 4 mese después, pero en fin, espero subir el capitulo 7 pronto, ya que tengo la idea bien formada. Una pregunta ¿Quién crees que esta detrás de la puerta?. Gracias por leer ;)
bolillo kun: xD me gusta tu comparación de un grano en el culo, pero realmente si lo es. Creo que todos quedamos igual de impactados con la idea de Phoebe y Marceline ''juntas'', pero ¿por qué no? hagamos sufrir a la confundida Bonnie un poco ;) y respecto a que queden juntas… ya veremos :v ¿Quién crees que esta detrás de la puerta?. Gracias por leer :D
