La luz se encendió y tanto el Director Curtiss como el Segundo Oficial Jarvis se volvieron hacia las pilotos que esperaban en silencio en el medio del salón. —¿Tienen algo más que agregar a la declaración? —preguntó el Director de Vuelo mostrando el Pad en donde se encontraban los reportes de ambas mujeres. —¿O puedo cerrar el reporte?

—Na-nada más que agregar, Señor. —respondió con un hilo de voz la Oficial Camila Hughs.

—Yo tampoco tengo nada más que agregar, Señor. —afirmó a su vez Ximena, mucho más calmada que su compañera.

Los dos oficiales se miraron entre sí y asintieron sin intercambiar palabras. —Oficial Hughs. —Comenzó a hablar Jarvis tomando el Pad de las manos de Curtiss a la vez que se dirigía a la joven. —Su caso será investigado por las autoridades correspondientes, pero dado que estamos en medio de una operación de crítica importancia, por el momento aplicaremos medidas disciplinarias acordes a la situación: Queda usted inhabilitada para volar hasta tanto un comité de investigación revise su caso. ¿Entendido?

—Sí Señor. —respondió la joven.

—Lo que usted hizo allá afuera fué un acto de irresponsabilidad y puso en riesgo no solo la vida del VIP que debía transportar, sinó que sus acciones casi provocan una tragedia contra uno de sus colegas. ¿Comprende a lo que me refiero?

—Si… si Señor. —volvió a repetir la joven apretando los puños. —Asumo… asumo la responsabilidad de mis acciones y estoy lista para recibir el castigo correspondiente.

Jarvis entregó el Pad a su colega y sacudió la cabeza. —El Doctor Von Neumann es el Director General de la Misión, pero no tiene la capacidad de ordenar al personal militar en lo que respecta a las operaciones y procedimientos de los escuadrones. —explicó. —Era usted quien estaba a cargo de la seguridad del Profesor y la que, por ende, puso en riesgo su integridad física al llevarlo a una zona de riesgo en contra de los protocolos de seguridad indicados para el transporte de personal no combatiente.

—Comprendo. —respondió la joven.

—Por suerte la cosa no pasó a mayores. —dijo Curtiss mirando fijamente a la acongojada piloto. —Fuimos afortunados.

El Segundo al mando suspiró y saludó a los demás. —Regresaré al CIC a informar del resultado del interrogatorio. —dijo. —Partiremos hacia nuestro destino en tres horas, ya nos hemos demorado bastante. ¿Están listos Bravo y Charly?

—Si. —respondió Curtiss. —Ya han sido transferidos a la Planck hace treinta minutos junto con dos de mis oficiales y el resto de las divisiones de mantenimiento y provisiones, comenzarán las patrullas en cuanto abandonemos la zona. ¿Realmente vamos a ir a la zona de operaciones sólo con Alfa y Delta? —preguntó mirando de reojo a ambas pilotos.

—Si, el plan no ha cambiado a pesar del… hmmm… "incidente". —respondió el enorme oficial acariciándose la barbilla. —Alfa patrullará los alrededores de EFF-04776 y Delta estará de apoyo a las operaciones de salvamento en el objetivo.

El Director hizo un saludo. —Entendido. Tendré todo listo de inmediato. Ustedes dos. —dijo volviéndose hacia las jóvenes. —Pueden regresar a sus puestos.

—Sí Señor. —respondieron las dos al unísono tras lo cual saludaron a sus superiores y abandonaron juntas el salón de conferencias.

Ninguna de las dos habló hasta que llegaron a las barracas que, debido a que dos de los escuadrones de pilotos habían sido transferidos a la Planck, estaba casi desierto de personal. Los pocos pilotos que estaban allí las miraron en silencio y continuaron con sus cosas; al parecer la noticia del incidente ya había corrido entre la tripulación.

Ximena y Camila se sentaron en una mesa alejada y por primera vez se miraron a los ojos. —La cagué. ¿Verdad? —preguntó la Oficial Hughs

—En grande. —respondió su compañera sin mostrar ningún tipo de emoción.

—Yo… lo siento. —dijo la joven bajando la vista a la superficie de metal de la mesa.

La Teniente Hernandez se cruzó de brazos y sacudió la cabeza. —Lo importante es que hayas aprendido una lección de todo esto. —dijo ante la mirada de asombro de su compañera.

—Pero… ¿No estás molesta? —preguntó confundida ante la aparente calma de su camarada —Podría haberte matado…

Ximena se inclinó un poco hacia delante mientras la miraba a los ojos. —Si, pero no lo hiciste. Cuando llegué al final del túnel y vi que estaba obstruido me acerqué para poder ver con una de las cámaras por entre la chatarra… ahí fué cuando te vi en posición de disparo apuntandome directamente con el GunPod.

Camila sintió que un escalofrío le recorría la espalda.

—Por suerte fué solo una ráfaga y la barrera del brazo alcanzó a detener los proyectiles. —continuó explicando la joven.

—Debí… debí haber supuesto que mandarian a alguien a ver el por que habíamos dejado de transmitir nuestra ubicación.

Uno de los ayudantes de la cocina se acercó a las jóvenes con una bandeja en la mano y ambas interrumpieron momentáneamente su conversación. —¿Quieren beber un café? —preguntó parándose al lado de la mesa.

—Para las dos, gracias. —respondió Ximena.

El cadete asintió con un gesto de la cabeza y se alejó en dirección a la cocina dejando a las dos chicas solas.

—Tienes un enorme potencial. —reconoció la Teniente tras un largo e incómodo silencio cruzando las manos sobre la mesa. —Y no me gustaria que un incidente tan tonto como este deje una marca en tu legajo que pueda dificultar tu carrera en la fuerza.

—No fue un incidente "tonto". —respondió la chica con seriedad.

—Lo sé, pero me refiero a que las causas se debieron a falta de comunicación y desconocimiento del escalafón de las órdenes; creo que a la hora de analizar tus acciones luego del error inicial de acatar las órdenes del Doctor, tus decisiones fueron correctas.

Camila la miró asombrada. —Tu… ¿Tu quieres culpar de lo sucedido a Fritz? —preguntó.

—No me cabe la menor duda. —respondió Ximena. —Tú misma leiste el informe… él mismo se atribuyó la culpa de lo sucedido.

Ninguna de las dos mujeres había vuelto a ver al joven investigador luego del retorno a la Bramante, sin embargo una copia de su declaración (realizada ante el propio Capitán Owen) había sido adjuntada al reporte del incidente y todo el escuadrón Delta podía tener acceso a él para estudiar el caso.

Camila pareció molestarse visiblemente ante la mención de aquel reporte. —Eso no es cierto. —dijo. —La culpa fué pura y exclusivamente mía; era yo quien estaba al mando de la aeronave y quien tomó la decisión final.

Ximena la miró inquisitivamente. —Eso es lo que mencionaste en tu reporte pero…¿Vale la pena? —preguntó.

—¿Eh?

—Tu postura de defender a Von Neumann… ¿Realmente vale la pena?—volvió a preguntar. —Si insistes en contradecir la declaración de Fritz solo lograrás que el comité de investigación a cargo de examinar tu caso tenga más razones aún para dudar de tu profesionalidad. Esos tipos son capaces de buscarle la quinta pata al Voldoriano con tal de escribir un informe "interesante" para sus jefes.

Camila la miró asombrada. —No… no entiendo. ¿Mi profesionalidad? ¿Qué tiene que ver…?

—Desde que conociste a Fritz tú y él… bueno. —dijo Ximena sin saber cómo elegir las palabras adecuadas. —Ustedes dos parecieron llevarse muy bien… si algo como eso puede tomarse como un argumento para dudar de tus capacidades como miembro de la fuerza…da por seguro que los burócratas de Asuntos Internos van a hacer un grán drama por ello.

El rostro de Camila se puso rojo de inmediato. —Que… ¿Qué estás insinuando? —preguntó alzando la voz. —¿Crees que Fritz y yo…? ¿Crees que estabamos teniendo UNA CITA en aquellas ruinas?

Un par de cabezas se giraron en dirección a ellas en cuanto la voz Camila se elevó por sobre el murmullo del Salón.

—Calmate. —intentó tranquilizarla su compañera sintiendo que la situación comenzaba a salirse de control. —No te acusé de nada, no tienes que…

Pero ya era tarde. Camila se puso de pié y sin decir una palabra se alejó en dirección a la salida tan repentinamente que casi se lleva por delante al joven ayudante de cocina que, con una asombrosa habilidad pudo mantener el equilibrio y evitar que la bandeja con las tazas de café cayeran al piso.

—¿Pero qué…? —comenzó a decir pero se interrumpió al notar que la Teniente Hernandez había tomado las tazas de café por su cuenta. —Lo siento… mi compañera está algo cansada. —se disculpó.

El joven suspiró y tras hacer una pequeña reverencia se alejó con la bandeja bajo el brazo.

Ximena bebió ambas tazas de café en silencio mientras consultaba su Pad, aunque en verdad su cabeza estaba completamente desconectada de lo que leía en la pantalla. Sus intenciones habían sido buenas, realmente quería evitar que la carrera profesional de su compañera se viera afectada por una tontería como aquella… porque era una tontería. ¿Verdad? No había forma que...

La joven dejó la taza sobre el plato. ¿Y si era así realmente? ¿Y si hubiera sucedido eso justamente? ¿Y si no era un malentendido como había pensado al principio?

Ximena apartó aquella idea de su cabeza. Era ridículo; Camila era una profesional como ella, era impensable que pusiera en riesgo su vida y la de su pasajero por algo tan tonto como… como.

Guardó el Pad en el bolsillo de su uniforme y abandonó el Salón Comedor. Sin darse cuenta había comenzado a dirigirse hacia las barrancas, pero se detuvo al llegar al elevador y juzgó que sería mejor dejar pasar un poco de tiempo antes de volver a hablar con su compañera. Le parecía ridículo aquel comportamiento más digno de una adolescente que de un piloto de la NUNS, pero no quería echar más leña al fuego. Se alejó del elevador y en cambio se dirigió al hangar.

Había poca actividad en el hangar de la Bramante. Dos de los escuadrones habían sido transferidos a la Planck junto con el personal de mantenimiento y los pertrechos necesarios para sostener las operaciones de patrullaje mientras ambas naves se encontraran separadas. Desde la entrada vió como Delta 2 (El VF que había sufrido el "ataque" de su compañera) estaba erguido en modo Battroid junto a la estructura de soporte en la estación de mantenimiento. Una de las grúas colgadas del techo estaba en ese momento removiendo el blindaje de uno de los brazos.

Aquello no la sorprendió en absoluto. Los brazos del VF-117 se plegaban sobre el fuselaje en modo caza para formar los estabilizadores verticales de la aeronave y eran, al menos en aquella configuración, piezas esenciales para el control de vuelo… o al menos en la atmósfera de un planeta; aquellas superficies de control no servían para nada en el espacio profundo. Sea como sea, eran partes críticas que debían ser examinadas con especial atención, especialmente tras haber sufrido daños por fuego "enemigo".

Delta 1 (El VF que Camila había usado durante su misión de transporte) estaba unos metros más atrás aparcado en su estación con las cubiertas de protección colocadas en las tomas de aire. Al parecer ya habían terminado con la revisión post-vuelo y el caza estaba listo nuevamente para despliegue.

Cuando llegó caminando a su estación el Jefe Aichi ya había desmontado la pieza de la pluma de la grúa y en cuclillas junto a la misma, examinaba atentamente el metal usando un dispositivo de rayos-X portátil. No vió otros mecánicos o personal de mantenimiento en los alrededores.

—¿Cómo se ve? —preguntó cruzándose de brazos junto al mecánico.

El hombre se incorporó y se masajeó la cintura dolorida por el esfuerzo. Al parecer había estado trabajando solo en el VF de Ximena sin ayuda de nadie más —No veo microfracturas en el metal. —aseguró apagando el instrumento. —No creo que haya necesidad de reemplazarla por ahora, salvo que te molesten los bollos.

Ximena observó tres pequeñas abolladuras allí donde el núcleo de Uranio empobrecido de las municiones antiblindaje habían golpeado el metal. El escudo de energía había absorbido casi la totalidad de la energía de aquellas rondas, pero unos pequeños fragmentos de material habían logrado golpear contra el blindaje. La joven extendió la mano y movió el timón del estabilizador vertical para probar su funcionamiento. La pieza se movió fácilmente con mínimo esfuerzo.

—Volveré a montarla de inmediato. —dijo Aichi. —Todavía nos queda un rato más antes que la Bramante entre en FOLD. ¿Quieres manejar la grúa desde aquí? Yo subiré al andamio a montar la pieza. —pidió.

—Claro.

Aichi volvió a colocar el gancho en el puerto especial de la pieza y comenzó a escalar el andamio que se levantaba junto al enorme robot. Ximena tomó el control de la grúa y esperó junto a la pieza a que su Jefe de mecánicos estuviera en posición junto al brazo izquierdo del mecha. —Listo, ya puedes subirla. —exclamó el hombre.

La joven usó los controles para levantar con cuidado la pieza mientras seguía las indicaciones del mecánico para posicionarla en el lugar adecuado. Una vez que el blindaje estuvo junto al mecha el hombre se puso manos a la obra para asegurar la correcta instalación de la pieza, pero al cabo de un rato se secó el sudor de la frente con un pañuelo bastante manchado de grasa y pidió a Ximena algo de ayuda.

—Ya no soy joven. —reconoció cuando la joven subió a su lado. —Ayúdame con esto.

El esfuerzo combinado de ambos hizo que la tarea fuera mucho más sencilla. Ximena ajustó las tuercas que quedaban casi fuera del alcance del mecánico siguiendo las instrucciones sobre la cantidad exacta de torque que debía aplicar a cada una de ellas. Una vez que la pieza estuvo instalada el hombre revisó cada una de las tuercas en persona hasta que estuvo satisfecho con el resultado. Cerraron los paneles de mantenimiento y recogieron las herramientas de trabajo.

—¿Va a regañar a Camila por esto? —preguntó Ximena recogiendo las llaves, pero para su sorpresa el mecánico le respondió con gravedad. —No. —dijo serio Aichi. —No pienso hacer comentarios a la ligera sobre un incidente de Fuego Amigo. —dijo.

—Comprendo. —respondió un tanto mortificada viendo la expresión sombría del mecánico.

Aichi suspiró. —Es una experiencia dura, especialmente para un piloto joven… en mis años de carrera he visto varios casos de accidentes de esta clase… y la mayoría no terminan tan bien como el que tuvimos aquí. —dijo.

La joven asintió. —Espero que la experiencia le sirva de algo. —dijo mientras colocaba la última herramienta en la caja.

—Estoy seguro que si. —aseguró Aichi tras lo cual agregó cambiando el tono de voz: —Parece que tiene visitas allí abajo.

La Teniente Hernandez miró en la dirección que señalaba su Jefe de Mecánicos y vió al Doctor Von Neumann que los miraba desde el suelo del hangar. Su primer impulso fué ignorar al recién llegado y en cambio ayudar a su compañero a bajar las herramientas, pero Aichi le lanzó una mirada de reprimenda por lo que Ximena dejó la caja de herramientas en el sitio y bajó las escaleras ante la severa mirada de su Jefe de Mecánicos.

—¿En qué puedo ayudarlo? —preguntó con sequedad mientras se limpiaba las manos con un trapo que había tomado de una de las mesas de herramientas alrededor del andamio.

Aquella pregunta directa pareció amedrentar un poco al joven, no obstante pareció tomar coraje enseguida y haciendo una exagerada reverencia inclinó la cabeza hacia el piso. —Vine… vine a disculparme por lo sucedido en la Estación Barrow. —exclamó Fritz sin levantar la mirada del piso. —Mis acciones casi llevan a una tragedia… —dijo arrepentido.

Ximena no sabía que responder. Miró por sobre su hombro y vió como Aichi la miraba desde el andamio con seriedad.

—No es necesario que se disculpe. —dijo suspirando. —Fué un accidente debido a la falta de comunicación entre las unidades y la poca experiencia en el campo de una de nuestros pilotos. —afirmó.

Fritz levantó la cabeza y miró a la Teniente. —Me reuní directamente con el Capitán Owen para explicar la situación. —dijo. —Ya asumí toda la responsabilidad del caso y… bueno, solo faltaba disculparme ante usted y su.. su compañera. —dijo. —¿Ella se encuentra aquí..? —preguntó mirando a su alrededor.

Ximena frunció el ceño. El tono que había usado Von Neumann no le había gustado para nada. —La Oficial Hughs ha sido inhabilitada para volar hasta que un comité de investigaciones evalúe el incidente. —dijo.

El rostro de Von Neuman se volvió una máscara de mortificación. —Oh no… eso es. —dijo tomándose la cabeza con ambas manos. —¡Eso es terrible! ¡Ella no tiene la culpa de nada! —exclamó.

—Eso lo decidirá un tribunal. —respondió calmadamente Ximena. —En todo caso es solo su capacidad de piloto la que ha sido momentáneamente revocada— explicó. —Ella aún puede cumplir sus funciones primarias como mi RIO y Oficial de Comunicaciones.

Aquello pareció calmar un poco a Fritz, quien suspiró visiblemente aliviado. —Aún así. —dijo. —Aún así me gustaría hacer algo para ayudar a que su castigo no sea tan severo.

Ximena lo miró con dureza. —Si quiere ayudarla, lo mejor es que evite interferir en su trabajo. —dijo con frialdad.

Fritz quiso responder pero a último momento se contuvo y bajó la cabeza. —Si… eso será lo mejor. —reconoció visiblemente desanimado. —Por favor dígale que lo siento y que no volveré a ser una molestia para ella ni para su escuadrón.

Tras decir aquello hizo una reverencia y se alejó caminando por donde había venido.

Ximena lo observó en silencio mientras el Jefe Aichi descendía del andamio y se ponía a su lado con un gesto desaprobador . —Eso… eso estuvo mal. —dijo sacudiendo la cabeza.

Ximena se volvió confundida hacia el mecánico. —¿Mal? —preguntó.

—No había necesidad de que te comportaras de esa forma con el Doctor Von Neumann. —le recriminó. —Vino a disculparse y es evidente que ese joven está muy apesadumbrado por lo que sucedió con Camila…

—Pero…

—Los problemas personales de los miembros del escuadrón no son mi incumbencia. —aclaró. —Así que te digo esto como amigo; No hagas nada que pueda lastimar a tu compañera.

La Teniente Hernandez iba a responder pero en ese momento un anuncio en los sistemas de intercomunicación de la nave sonó en todo el hangar.

—"La Bramante entrará en FOLD en T menos 30 minutos: todo el personal debe suspender las actividades y dirigirse a sus posiciones asignadas de inmediato".

—Hablaremos de esto luego. —dijo mirando al Jefe Aichi, quien volvió a sacudir la cabeza y se puso a acomodar las últimas piezas desparramadas alrededor de la estación de mantenimiento en sus respectivos sitios.

Tras abandonar el hangar se dirigió directamente a su barraca. En el camino cruzó unas pocas palabras con algunos miembros de Alfa pero la mayoría de ellos ya estaban en sus camarotes. Cuando la puerta del que compartía con la Oficial Hughs se abrió ante ella, la joven observó que Camila yacía acostada boca abajo en su cama y pareció no reaccionar a su llegada.

—Aichi dice que Delta 2 está en buenas condiciones. —dijo mientras comenzaba a quitarse el uniforme. —Desplegaremos al 1 y al 2 durante la misión en el sector EFF-04776. 3 y 4 permanecerán en Stand-By en la Bramante mientras escoltamos al Grupo de Operaciones al interior de esa nave. ¿Haz leído el informe sobre el objetivo? —preguntó.

—Es una Factoría Pesada, clase Three Star Factory. —pareció recitar de memoria la joven sin levantar la cabeza de la almohada. —Registro TS-0041, decomisionada en 2059.

La Teniente Hernandez dejó su ropa colgada de una de las perchas y quedó vestida solo con una fina camiseta y su ropa interior. —La nave lleva abandonada casi una década, por lo que podría haber algún peligro de tipo ambiental en su interior, de todas formas estaremos esperando en el hangar principal a que el Grupo de Operaciones complete su misión, probablemente no será necesario que bajemos de nuestras aeronaves.

—Roger.

Ximena trepó a su propia cama y se acostó boca arriba mirando el techo del camarote. Usando los controles de la pared atenuó un poco las luces hasta quedar en penumbras. Tras un rato de silencio, suspiró. —Von Neumann estuvo en el hangar antes de que empezaran los preparativos del salto. —dijo.

Camila no respondió por lo que la joven siguió hablando. —Vino a disculparse.. dijo que había asumido la responsabilidad del incidente ante el Capitán Owen. Estaba… parecía estar preocupado por tu sanción.

—No quiero hablar del tema. —respondió la joven.

Antes que Ximena pudiera responder pareció producirse un cambio visible en el ambiente. Un zumbido y una vibración comenzó a sentirse viniendo de todas direcciones a la vez.

—El FOLD ha comenzado. Llegaremos en unas horas al objetivo, será mejor descansar hasta entonces.

—A la orden.

La Teniente Hernandez cerró los ojos justo antes que comenzaran los espejismos de desdoblamiento. Sentía que no había nada más que hablar con su compañera y, en todo caso, aquello tendría que esperar a que terminara aquella extraña misión. Volvió a suspirar profundamente y se quedó dormida profundamente.

No fué un buen descanso. Soñó con cielos tormentosos, corrientes turbulentas y sombras gigantes que la acechaban desde las alturas. Cuando el aviso de fin de salto la despertó la sensación de apremio siguió con ella incluso después que se hubiera bajado de la cama.

—Vamos, es hora. —dijo sacudiendo a su compañera.

Camila se despertó y tras restregarse los ojos fué al baño a lavarse la cara. Ximena se vistió en silencio tratando de recordar aquel extraño sueño, pero ya solo quedaban unos tenues recuerdos y la sensación de un mal presagio.

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La Bramante abandonó el Subespacio FOLD en medio de una explosión de energía dimensional. De inmediato una docena de Drones de observación despegó de varias bahías desperdigadas en ambas bandas de la nave y se dirigieron en todas direcciones, pero principalmente hacia el lejano disco brillante que apenas podía verse a la distancia.

Habían hecho DEFOLD a una distancia considerable del campo de desechos formado alrededor de la Anomalía en el corazón de EFF-04776, pero había una razón muy importante para ello; el tejido dimensional se volvía extremadamente inestable cerca de aquellos fenómenos espaciales y perturbar el área cercana con una burbuja FOLD podía causar toda clase de indeseables consecuencias. La fragata activó sus propulsores principales y rápidamente se puso en camino para salvar la distancia hasta el llamado "Campo" en donde se hallaba anclado su objetivo.

Los Drones fueron los primeros en llegar a la zona de riesgo y rápidamente se desplegaron en el perímetro del mismo a medida que los sensores pasivos registraban la zona en busca de actividad inusual. Las interferencias producidas por la anomalía eran enormes, pero aquellos drones utilizaban telemetría láser para enviar información a la fragata, por lo que el contacto estaba asegurado siempre y cuando no ingresaran al campo de desechos en donde los láser podrían ser bloqueados por la enorme cantidad de chatarra circundante.

En el CIC de la Fragata se habían reunido todos los oficiales y el personal abocado a aquella misión. Además de los Oficiales, Von Neumann, Curtiss, Mac y hasta Tali se encontraban en silencio mirando las pantallas de navegación. El radar principal de la Bramante estaba activo y el holograma de situación mostraba que toda el área de operaciones estaba completamente vacía de contactos.

—EFF-04776 parece estar limpio. —Informó Gabriel tras revisar por segunda vez el informe de radar. —Podemos comenzar las operaciones de inmediato.

—¿Han localizado el objetivo? —preguntó Owen desde la silla del Capitán.

—Afirmativo. —respondió Gabriel. —Tengo dos drones en posición cerca de la nave.

—En pantalla.

Dos grandes pantallas se desplegaron sobre sus cabezas y cada uno mostró la transmisión en vivo de los dos drones cerca de la nave. Una enorme silueta negra ocupó el centro de ambas pantallas y el operador ajustó la corrección de imagen para aumentar el espectro de luz visible.

—He allí a "La Rainbow", nuestro objetivo. —dijo ceremoniosamente Jarvis.

Todos guardaron silencio, aunque la respiración agitada de Boris se escuchaba por sobre todas las demás.

—Una Three Star por lo que veo. —observó Curtiss. —Aunque en un estado deplorable… ¿Esos son impactos de proyectiles?

—A mi me llama más la atención la falta del reactor. —señaló Tali. —¿Ven la parte superior? Han removido todo el bloque central que contiene el reactor principal, cosa que no me sorprende si se trata de una nave decomisionada… esas cosas no pueden dejarse a la deriva sin supervisión constante.

—También parece haber perdido la cola. —dijo Jarvis.

—El disipador principal. —lo corrigió la Meltran. —Definitivamente esta nave ha visto sus mejores días.

Owen se cruzó de brazos y miró al joven científico. —Y bien Doctor, ya hemos llegado a nuestro destino. ¿Qué es lo que necesita de esa nave? —Preguntó.

—Entrar a ella. —respondió Fritz sin dejar de mirar la pantalla.

Jarvis y Owen se miraron en silencio.

—Esa cosa es gigante… ¿Sabe exactamente en qué parte de la nave está lo que busca? —preguntó Mac rompiendo el silencio. —No me gustaría tener que preparar raciones para una campaña de varias semanas dentro de ese laberinto.

—¿Laberinto? —preguntó confundido Fritz. —¿A que se refiere? ¿No hay algo así como un mapa de esa nave?

Tali sacudió la cabeza. —No hay mapas. —dijo. —Las Three Star son naves factorías modulares; cada nave es única en su tipo y cuando se construyen los módulos que se necesitan se ensamblan como un juego de ladrillos… solo unos pocos ejes de comunicación y transporte son estándar, pero el resto es único de cada nave.

—No tenemos tanto tiempo. —observó el Capitán Owen. —La Flota Principal ya debe haber hecho contacto con las fuerzas Zentradi… tenemos que actuar rápido o perderemos la iniciativa.

Fritz se acercó a Gabriel y le dió unos golpecitos en el hombro. —¿Puedo manejar la cámara del drone? —preguntó.

El Operador miró al Doctor y luego se volvió a su Capitán, quien asintió con la cabeza.

—Claro. —respondió Gabriel señalando el Joystick.

Von Neuman tomó el control de uno de los drones y acercó la cámara hacia una de las bandas de la silenciosa nave. —Allí. —dijo señalando con un puntero láser un sector de la imagen que mostraba lo que parecía ser un enorme cráter oscuro entre las protuberancias que formaban el casco externo de la Rainbow. —Debemos explorar el interior de lo que está tras ese sector.

Jarvis frunció el entrecejo. —Eso… ese daño fué producido por algún tipo de colisión. —dijo al ver la enorme depresión y restos de metales retorcidos en la pantalla. —Algo impactó contra esa nave y produjo una brecha en el casco.

—Y sea lo que sea, era algo grande. —Juzgó Tali. —Probablemente unos treinta metros de diámetro si no me equivoco. —¿Puedes acercarte más? —preguntó.

Fritz accionó el joystick y el drone avanzó hasta quedar a una docena de metros del metal retorcido.

—Las barreras de contención se activaron tras la colisión inicial. —observó Tali usando su propio puntero láser para marcar las partes de la imagen que mostraban marcas de quemaduras alrededor de la zona de impacto. —Y luego fueron soldadas en su lugar, por lo que deduzco que este incidente fué anterior a que decomisaran la nave y fué reparado en el sitio lo mejor que se pudo.

Owen se puso de pie y se volvió hacia Von Neumann. —Asumo que lo que usted busca es sea lo que sea que colisionó contra esa nave. ¿Verdad? —pregunto mirándolo fijamente.

—Correcto. —respondió Fritz devolviendo el mando del drone al operador. —Necesitamos encontrar ese artefacto a como de lugar.

Mac suspiró. —Bueno, al menos eso acota bastante nuestro rango de búsqueda… ¿Qué hay en esa zona de la nave? —preguntó mirando a la Meltran.

—Como dije, cada nave es única. —respondió Tali sin quitar los ojos de la pantalla. —Pero generalmente en esa parte de la sección media de las Three Star suelen estar los almacenes y depósitos, eso sí; sin conocer que clase de objeto fué el que colisionó ahí no sabemos a ciencia cierta qué tan profundo pudo haber entrado en el interior de la nave.

Jarvis se volvió hacia Fritz. —¿Qué clase de operación debe realizar con ese… objeto? —preguntó. —¿Qué equipo necesita?

Fritz se rascó la barbilla pensativo. —Probablemente algunas sierras para cortar metal y herramientas. —dijo.

—Si esa cosa está incrustada bajo los escombros, necesitarán algo más que "algunas sierras". —observó Owen.

—Llevaremos dos Ex-Suits con herramientas pesadas. —dijo Mac. —Un soplete de plasma para cortar metal y unas tenazas.

—Buena idea. —observó el Capitán. —¿Cuántos hombres piensas llevar?

—Eso depende. —respondió el Sargento Mac. —Me gustaría saber que clase de ambiente hay dentro de la nave, si tras estos años de abandono todavía hay aire allí o si tenemos que llevar equipos de EVA. En todo caso, supongo que una escuadra de 10 hombres será suficiente.

Curtiss lo miró intrigado. —¿Diez hombres? ¿Tantos?

Mac levantó una mano y comenzó a contar los dedos—Dos ingenieros para operar los EX-Suits, un médico, un técnico en demoliciones, el Doctor Von Neumann, yo y cuatro guardias. —dijo levantando la otra mano para completar la cuenta.

—Algo me dice que los guardias están de más. —opinó Jarvis. —Pero si hay que mover escombros, esas manos extras serán útiles.

El Capitán Owen parecía satisfecho. —Solo queda saber algo más sobre el interior de esa nave. ¿Sabemos algo más de su estado cuando fué decomisionada en el año 2059? —preguntó.

Jarvis extrajo su Pad y consultó los datos del informe que había elaborado. —La nave estuvo tripulada hasta el momento de ser abandonada. —explicó. —En los registros figura que durante su última revisión mantenía una tripulación estable de entre 100 y 150 civiles a bordo.

—¿Civiles? —preguntó intrigada Tali. —¿Qué rayos hacían civiles a bordo de una Three Star en un lugar como este?

—La Rainbow era una Colonia de recicladores. —dijo Mac. —Trabajaban de extraer los materiales exóticos del antiguo campo de chatarra alrededor de la anomalía.

—Vaya trabajo de mierda. —suspiró Tali. —Miren los registros de emisión de neutrones de esa cosa… no me gustaría trabajar ahí dentro ni un solo minuto.

—¿Cómo es que una Three Star terminó en manos de civiles? —preguntó Curtiss.

—No eran simples civiles. —respondió Boris, hablando por primera vez desde que llegaran a la zona. Los demás se volvieron hacia él, preguntándose por el extraño tono de voz que había usado el oficial.

—Boris tiene razón. —dijo Mac. —Esto fué una operación administrada y supervisada por una PMC, no eran solo civiles.

—La Fundación Unity. —señaló Jarvis. —Ellos fueron los que auspiciaron el establecimiento de esta operación de reciclaje y suministraron la Three Star mediante sus contactos con el Gobierno de la NUNS.

El Capitán Owen se cruzó de brazos sin dejar de mirar la pantalla. —Unity ya no opera en ese sector hace años, si no me equivoco comisionaron su propia flota colonial y partieron hacia la región del Brazo de Norma.

—Supongo que ese fué el destino de los civiles que se encontraban aquí. —observó Curtiss. —¿Qué hay de los daños por disparos y ese misterioso impacto? ¿Hubo una batalla en esta zona?

Boris sufrió una sacudida y el puntero láser que tenía en la mano cayó al piso haciendo que todos miraran en su dirección. Mac también miró incómodo hacia otro lado, pero nadie salvo el Capitán y Jarvis notaron aquello.

—Eso no es importante. —dijo Owen. —Si la nave estaba operativa al momento de ser abandonada no hay motivos para pensar que haya sufrido un decaimiento catastrófico en tan pocos años.

Fritz levantó la mano como pidiendo permiso para hablar. —De hecho es muy probable que los sistemas de soporte vital aún estén en funcionamiento. —dijo.

Jarvis lo miró confundido. —¿Por qué habrían de dejar los sistemas de soporte vital activos en la nave si iban a abandonarla? —preguntó.

—Aparentemente los Colonos dejaron alguna clase de jardín… un cementerio con árboles y plantas en un ecosistema cerrado. —explicó el joven.

—¿Cómo sabe usted eso? —volvió a preguntar Jarvis. —He estado recabando información sobre esta nave y no he visto esa información en ninguna de mis fuentes.

Fritz se acomodó los anteojos. —Mis fuentes son un poco menos "ortodoxas". —aseguró. —Pero le aseguro que son bastante confiables… y ese agujero que vimos confirma que mis informes eran correctos.

—O sea que realmente no estaba 100% seguro si esa cosa que buscaba estaba realmente en esta nave. —dedujo Owen frunciendo el ceño. —Vinimos hasta aquí solo en base a una corazonada.

Fritz soltó una carcajada pero al ver las caras serias de todos los oficiales que lo miraban duramente tosió y volvió a adquirir un comportamiento más humilde. —Bueno… lo importante es que esto confirma que lo que buscamos está realmente en esta nave. —dijo.

Jarvis miró a su Capitán y sacudió la cabeza. —¿Y si Unity se llevó esa cosa con ellos? —preguntó. —Es una posibilidad.

—No. —aseguró Fritz sacudiendo la cabeza. —Es imposible que hayan removido el núcleo sin que nadie se enterase… no es una pieza de equipaje que cualquiera pueda transportar de un sitio a otro.

—¿Núcleo? —preguntó Owen. —Doctor Von Neumann… creo que es tiempo que nos cuente todo lo que sabe sobre este… "artefacto" que va a intentar rescatar. ¿No le parece? —dijo mirándolo seriamente.

Fritz comprendió que había hablado de más. Se acomodó los anteojos y adoptó una posición firme, pero dada su contextura la pose que hizo era algo más de risa que amenazante. —No puedo decir nada más. —dijo cruzándose de brazos.

El Capitán Owen dió unos pasos hacia el joven científico y se paró justo frente a él. —Usted ya puso en riesgo a mis hombres una vez. —le recordó. —No toleraré que vuelva a suceder nuevamente.

El joven tragó saliva. —Eso… ya me disculpé por eso. —dijo. —No fué mi intención…

—Eso no me importa. —respondió Owen. —Lo que me importa es saber a dónde piensa llevar a mis hombres y a lo que van a enfrentarse ahí dentro. —exigió señalando la pantalla. —¿Que mierda es ese Núcleo del que habla? —preguntó.

—El Almirante Aramaki…. él me ordenó que no… que no hable de… —balbuceó el joven hecho un manojo de nervios.

—El Almirante Aramaki está a cientos de años luz de aquí y está ocupado con sus propios problemas… Aquí soy yo el que tiene que preocuparse por mis hombres y no voy a enviarlos a ciegas a manipular algo potencialmente peligroso.

Fritz retrocedió y su espalda golpeó contra la pared de metal. Todos en el CIC lo miraban de forma extraña, casi hostil.

—¿Y bien? —preguntó Owen. —Estoy esperando… y no tenemos mucho tiempo.

El joven suspiró y admitió su derrota. —Está bien. —dijo. —Le diré todo lo que sé.

—Eso me gusta más. —respondió el Capitán apartándose del joven que aún temblaba como una gelatina. —Mis hombres van a protegerlo sea como sea, por lo que es necesario que confíe en ellos en todo momento y no hay nada mejor para ganar la confianza que diciendo la verdad. ¿Entendido?

Von Neumann respiró profundo y miró a las caras confundidas que lo miraban con atención. —El Núcleo es… o mejor dicho era una Bio-Computadora Zentradi. —dijo. —Mi tarea consiste en rescatar lo que queda de ella y obtener el protocolo de comunicación para adaptarlo a nuestro lenguaje computacional.

—¿Eso es todo? —preguntó Jarvis algo desilusionado. —¿Solo una vieja pieza de hardware? ¿No es nada peligroso?

Fritz sacudió la cabeza. —No… por la información que pude recolectar solo deben quedar pedazos de ella… mi intención es recolectar los restos y tratar de recuperar algo de información que haya sobrevivido.

El capitán Owen suspiró aliviado. —Temí que podía ser algo más peligroso. —dijo. —Gracias por decirnos la verdad. —agregó inclinando la cabeza hacia el joven científico. —Mis hombres y yo lo ayudaremos a completar su tarea y…

—Capitán.

El tono de voz de la Meltran hizo que todos volvieran la cabeza hacia ella.

—¿Qué sucede Tali? —preguntó preocupado Jarvis.

—El Doctor Von Neumann dijo… Bio-Computadora.

—En efecto. —observó Owen. —¿Qué tiene eso de particular? La tecnología computacional Zentradi es bien conocida, de hecho nuestra principal ventaja a la hora de interceptar sus comunicaciones es por tener desencriptado su…

—Capitán… la Armada Zentradi no usa bio-Computadoras en sus naves de ataque. —lo interrumpió la Meltran. —Usan computadoras basadas en arquitectura de microprocesadores construidos en silicio como nosotros.

—No comprendo. —reconoció el Capitán.

—Solo existe un tipo de Bio-Computadora en la Armada Zentradi. —explicó Tali mirando de reojo al Doctor Von Neumann. Fritz apartó incómodo la mirada de la Ingeniera en jefe.

—Nunca… nunca oí hablar de eso. —afirmó confundido el Capitán Owen.

—Oh, si que ha oído hablar de esas cosas. —afirmó Tali con una sonrisa. —Generalmente tienen nombres muy curiosos e importantes…

—¿Cómo cuáles? —preguntó el hombre que no consideraba aquello algo divertido. Tali dejó de sonreír.

—¿Le suena el nombre de Gol Boddole Zer? —preguntó.