Hyle disparó una ráfaga hacia la enorme efigie de Veiss, pero las balas de su rifle simplemente explotaron contra el extraño metal oscuro en donde el rostro de la misteriosa mujer había aparecido de repente.
—Es inutil. —dijo Ximena bajando su arma comprendiendo que no tenía ninguna chance. —Ninguna de nuestras armas puede dañarla a ella o a esa cosa. —se lamentó mientras señalaba el EVIL que palpitaba debajo de Veiss.
—Sois patéticos. —dijo con voz metálica la figura desde lo alto. —Pero a pesar de todo siento algo de gratitud hacia ustedes, especialmente hacia la Capitán Hyle por haber ayudado a lograr el éxito de mi plan. —agregó con una sonrisa.
Lynn pensó que la meltrán estallara en un ataque de furia, pero para su sorpresa Hyle solo atinó a bajar el arma y mirarla con frialdad. —No se que hizo con mi cuerpo allí dentro de esa vaina. —dijo con calma. —Pero no volverá a engañarme tan fácilmente. —aseguró.
—Eso no será necesario, se lo aseguro, Capitán. —dijo Veiss. —Su Spiritia fué todo lo que necesitaba para activar los organoides dimensionales de R-11.
—¿R-11? —preguntó Fritz. —¿Ese es el nombre del EVIL? —preguntó.
—R-11 fué el prototipo original completamente funcional de la Serie EVIL. —respondió la mujer. —Afortunadamente nunca fué activado y los Protodeviln jamás lograron poner sus sucias garras encima de tan hermosa creación. —dijo mientras que con una de sus manos acariciaba el caparazón oscuro del cuerpo abultado desde donde sobresale el torso con su efigie.
—Usted… usted no es una simple Cantante Estelar. —afirmó Ximena.
—Es cierto. —reconoció la mujer. —A pesar de poseer la habilidad del Canto Estelar, mi propósito en la República Estelar nunca fué el de comandar a los Zentradi. —dijo mirando a la guerrera. —Soy una de los muchos científicos de la República Estelar encargados del desarrollo de la serie de Bio-Armas EVIL, o al menos la única que sobrevivió a la destrucción de toda nuestra base de investigación.
—Nuestra civilización también fué devastada por los Zentradi. —dijo Camila. —Solo unos pocos miles sobrevivieron y con mucho esfuerzo y pesar logramos reconstruir nuestro planeta y prosperar en la galaxia... pero comprendimos que la violencia no es la solución y que de continuar el mismo ciclo de guerra y destrucción eventualmente llevaría a la extinción de la vida en toda la galaxia.
Hyle la miró confundida. —¿Qué quieres decir? —preguntó.
—Ella habla de Paz. —respondió Veiss desde lo alto. —La ausencia de guerra; no se moleste en intentar comprender eso, Capitán. —aclaró con desprecio. —Ninguno de ustedes vivirá lo suficiente para ver algo como eso en esta galaxia.
—La Paz es posible. —exclamó Lynn dando un paso al frente. —La gente solo necesita una oportunidad; ¡Nadie quiere ver morir a la gente que ama!
—¿Y crees que nadie lo ha intentado antes? —respondió encolerizada la enorme efigie oscura. —¿Crees que eres la primera raza consciente que se ha creído la salvadora de la galaxia? ¡Idiota! ¡Miles de civilizaciones han aparecido y extinguido desde que este remolino de polvo y gas cósmico se formó en este rincón del universo! ¡Y todas ellas han sucumbido a los fuegos de destrucción del conflicto! ¿Crees que eres especial? ¿Diferente? ¡No lo eres, estúpida criatura!
Aquellas palabras estaban cargadas de un odio y resentimiento tan fuertes que Lynn se ocultó tras Hyle con un rápido movimiento.
—¿Y tú quieres simplemente acabar con toda la vida en la galaxia? ¿Ese es tu magnífico plan? —preguntó Lina.
Veiss le dirigió una mirada de desprecio. —Por supuesto que no, idiota. —respondió. —La vida surge en el universo como un proceso natural de complejidad emergente de la cual la inteligencia es la última fase; no tiene caso evitar que surja la inteligencia en la galaxia, pero solo hay una forma de evitar que se vuelva destructiva y es controlando su surgimiento desde la fuente.
Una pantalla más pequeña apareció junto a la mujer y mostró un extraño dispositivo de forma vagamente similar a la de un cigarro que giraba lentamente. Solo Fritz identificó rápidamente de lo que se trataba.
—Eso es una sonda de intervención de la Protocultura. —dijo Von Neumann asombrado.
Veiss sonrió. —Veo que han aprendido bastante. —dijo. —La República Estelar ha estado sembrando estos dispositivos por toda la galaxia por miles de años, especialmente en las regiones estelares donde existen los elementos necesarios para la formación de moléculas complejas que resulten en planetas compatibles con la vida. —explicó.
Camila apretó los puños. —La Protocultura usó esas cosas para intervenir las especies nativas de cada planeta y modificarlas para sus planes de expansión — dijo.
—Falso. —respondió Veiss. —¿En serio crees que necesitamos de razas primitivas y patéticas como vosotros para prosperar en la galaxia? —preguntó. —Las sondas tenían un motivo mucho más útil que eso.
—¿Cuál? —preguntó Ximena poniéndose tensa.
—Detectar el surgimiento de civilizaciones con tendencias bélicas… y destruirlas.
Fritz sacudió la cabeza. —Eso… eso es ridículo. —dijo. —¿Por qué tomarse el trabajo de intervenir y modificar las formas de vida locales si finalmente serían destruidas? —preguntó.
—Las sondas solo aceleran el desarrollo cognitivo de las formas de vida con potencial de desarrollar habilidades racionales. —explicó Veiss. —El conflicto y el deseo de violencia de una civilización escalan con su capacidad cerebral; una criatura primitiva con un palo y una piedra solo puede aspirar a matar a unos pocos de su propia especie; pero cuando esa misma criatura crea armas que pueden exterminar a toda su especie de golpe, entonces es cuando se convierten en una amenaza para la galaxia.
—Y las Sondas están programadas para exterminar esas civilizaciones en cuanto detectan que su capacidad destructiva sobrepasa cierto límite. —comprendió Camila. —¿Pero es la única forma? ¿No pueden simplemente advertir sobre ese peligro? ¿Es necesario destruir a una civilización entera? —preguntó.
—¿Advertencia? No seas ridícula. —respondió la mujer. —¿Crees que eso funcionaría a largo plazo? Lo único que supera al impulso de violencia es el de la codicia y esos dos van siempre de la mano. —señaló. —No, la única forma de mantener la paz en la galaxia es evitando el surgimiento de civilizaciones con capacidad destructiva, tal y como nuestra raza lo hizo durante miles de ciclos.
Lina se cruzó de brazos. —¿O sea que ustedes se creyeron con el derecho de ser la única civilización que usara la fuerza en toda la galaxia?
—Ese derecho lo ganamos a fuerza de nuestro propio progreso. —respondió Veiss. —Gracias a nosotros la galaxia disfrutó de paz durante miles de ciclos.
—Oh vamos. —protestó Ximena. —¿Paz en la Galaxia? ¿Y para eso necesitaban a los Zentradi? ¿O a los DEVIL?
Los ojos de Veiss brillaron con furia. —Cuida tu lengua, criatura ignorante. ¿Crees que tu patética civilización puede juzgar a la Protocultura? ¿Apenas han levantado un poco la cabeza fuera del charco de lodo de su planeta y ya pretenden darme lecciones? ¿A nosotros, que hemos moldeado la vida misma a lo largo y ancho de la galaxia?
—Evidentemente no eran tan buenos… o no se hubieran extinguido. —dijo Lynn detrás de Hyle tras lo cual sacó la lengua en dirección a la enorme alienígena que se inclinaba sobre ellos.
El comentario pareció causar gracia en Veiss, quien esbozó una extraña sonrisa. —Ya veo. —dijo al cabo de unos segundos. —He revisado mi base de datos y en base a la firma genética que obtuve antes he descubierto exactamente de donde provienen ustedes.
Para alarma de todos, una imagen de la galaxia apareció en la pantalla tras Veiss y las coordenadas del Sistema Solar aparecieron resaltadas en un recuadro amarillo.
—Vienen de una región interesante de la galaxia. —dijo con malicia. —Creo que será allí donde inicié mi tarea de purificación galáctica. —dijo.
—Si piensas que nos dejaremos aplastar por alguien como tú, sigue soñando. —exclamó Camila agitando el puño hacia la amenazante figura.
Veiss soltó una carcajada y todos sintieron un escalofrío recorrer sus cuerpos.
—Qué curioso. —dijo sin dejar de mirar a sus indefensos captivos. —Los registros indican que la sonda encargada de vigilar su planeta entró en modo de "Limpieza" al detectar que sus conflictos superaban el límite de seguridad establecido… sin embargo no parece que ustedes hayan logrado destruirla… de hecho, los últimos registros de la sonda antes que entrara en modo de hibernación indican que abandonó la zona de vigilancia…. ¿Qué misterio se esconde en ello? —se preguntó.
—El Tori no Hito. —dijo Fritz tragando saliva. —La sonda que las Fuerzas Anti-Unificación intentaron rescatar durante los últimos días de la guerra de Unificación previos al despegue de la Macross…
Camila se volvió hacia su compañero. —Yo.. yo ví esa película. —dijo. —¿Era verdad entonces? ¿Esa cosa hizo un FOLD con dos humanos a bordo?
—Algo sucedió con ese dispositivo, no estaba funcionando como debía hacerlo. —explicó Von Neumann. —Hasta donde sabemos las sondas tienen cierta autonomía en cuanto a la misión de observación que cumplen, pero aparentemente una sacerdotisa local logró de alguna manera controlarla para que no llevara a cabo su misión original.
—Suficiente. —exclamó Veiss perdiendo la paciencia. —Luego de aniquilar su planeta de origen tal vez investigue el destino de esa sonda. Es hora de confinarlos en un sitio donde no causen más molestias. —dijo mientras una docena de tentáculos comenzaban a surgir del tronco principal de la estructura, no obstante aquellas cosas se detuvieron en el aire en cuanto una figura espectral comenzó a materializarse frente a la enorme efigie de Veiss y un sonido profundo, como un temblor lejano comenzó a sentirse alrededor.
—¿Qué es eso? —preguntó la gigante dudando un instante.
Todos miraron hacia arriba, donde el holograma de Lucy había aparecido frente a Veiss, flotando a la altura de sus ojos.
—¿Quién eres tú? —preguntó la mujer.
—Lucy. —respondió el holograma extendiendo el brazo hacia el rostro de la gigante mientras mostraba la palma de la mano extendida. —Es un placer conocerla.
Hubo un trueno y una sacudida violentísima, entonces todo el techo pareció desaparecer en cuanto algo gigantesco se estrelló de lleno en la enorme estructura que contenía los restos de la Bio-Computadora. Veiss apenas logró abrir la boca en cuanto una parte de la proa de la Dumpster Fire se incrustó de lleno en el enorme pilar, aplastando con una fuerza titánica al EVIL y la efigie de Veiss que había crecido en la parte superior del mismo.
Todos se cubrieron las cabezas mientras enormes pedazos de rocas y escombras comenzaban a caer de las alturas. Ximena fue la primera en reaccionar, dándose cuenta que aquella era la única oportunidad de escapar de allí. —¡Todos, rápido, tenemos que llegar hasta el muelle de atraque!
Rápidamente abandonaron el recinto mientras las paredes y columnas colapsaban a su alrededor. Todo a su alrededor temblaba y se resquebrajaba a medida que el enorme destructor que había impactado la estructura central comenzaba lentamente a retroceder usando sus motores auxiliares.
—¡Lucy, eres una maldita genia! —gritó Camila mientras corrían. El holograma apareció de inmediato flotando junto a ella. —gracias. —dijo de forma tan casual que casi la hizo reír. —No obstante aún detecto actividad de procesamiento de la fortaleza. —dijo.
—Ese golpe la debe haberla puesto fuera de combate momentáneamente. —dijo Ximena. —Tendremos que darle con algo más fuerte si queremos destruirla de una vez.
Tras descender por la rampa en espiral llegaron al muelle de atraque en donde se encontraba la nave de Veiss que los había llevado hasta allí junto a la vaina que contenía el EVIL. Todo el lugar estaba lleno de escombros y restos producto de la brutal colisión de la nave de Hyle, que podían ver claramente a varios centenares de metros por encima de sus cabezas mientras lentamente retrocedia tras su brutal colisión.
Hyle miró la proa de su nave, ahora completamente aplastada y sacudió la cabeza. —Eso no se ve bien…puede ser que el cañón principal haya quedado inutilizado con ese golpe. —dijo.
—Ya nos ocuparemos de eso más tarde, ¡Todos arriba! —gritó Ximena.
Hyle llevaba a Tali en andas con facilidad y fué la primera en entrar al transporte por la rampa abierta seguida de Lynn. Tras ella entraron Fritz, Lina, Camila y finalmente Ximena junto con Lucy.
Tras depositar a la desvanecida Meltran en la parte trasera tanto Ximena como Camila entraron en la cabina mientras el resto del equipo se preparaba para despegar, ajustandose los arneses de seguridad por si las cosas se ponían feas durante el vuelo. La nave no parecía haber sido deshabilitada para volar por Veiss y en cuanto la Teniente Hernandez puso sus manos en los controles toda la interfaz de vuelo se encendió de repente.
—¡Despegamos! —gritó accionando los controles.
Con un rugido abandonaron la plataforma mientras más rocas caían a su alrededor producto de la enorme destrucción que la nave de Hyle había provocado en la torre. Ximena condujo la nave hacia la parte posterior del destructor en donde el hangar principal de la nave había comenzado a abrirse en respuesta a las órdenes de Lucy.
—Prepárense para el impacto. —advirtió la piloto maniobrando de forma temeraria mientras alineaba la proa con las enormes compuertas ahora iluminadas por las luces del hangar. —No tenemos tiempo para procedimientos de aproximación.
El transporte entró a toda velocidad y Ximena giró ciento ochenta grados al momento de cruzar la compuerta de entrada, que de inmediato comenzó a cerrarse tras ellas. Usando los propulsores desaceleró de golpe mientras la nave caía pesadamente sobre el piso del hangar por efecto de la gravedad local de la misma y comenzaba a patinar lanzando miles de chispas hasta que impactó con la pila de chatarra chamuscada que había quedado al fondo del hangar tras el incendio.
—¿Están todos bien? —preguntó Camila asomando la cabeza por la entrada de la bodega.
—Todos de una pieza. —respondió Lina removiendo el arnés de seguridad que había puesto alrededor de Tali.
—Todos afuera. ¡Rápido!
Mientras tanto Lucy había comenzado a realizar un giro de ciento ochenta grados una vez que la proa de la "Dumpster Fire" hubiese despejado la ruina del enorme pilar central de la Superfortaleza. Enormes arcos de energía habían comenzado a aparecer alrededor de las enormes estructuras que formaban aquel titánico espacio vacío.
Todos desembarcaron del transporte en forma apresurada. Hyle volvió a cargar a Tali en su espalda y bajo la supervisión de Lina la condujo por la rampa hasta salir de la nave, donde la depositaron con cuidado en el suelo.
—Lleven a Tali a la enfermería. —dijo Ximena una vez hubo descendido del transporte. —Camila y yo iremos al puente de mando para-
—¡Alto! —exclamó Hyle descolgandose el rifle de la espalda.
Hubo un momento de pánico entre los compañeros al ver el movimiento repentino de la guerrera, pero Hyle lanzó el arma en dirección a Lynn, quien la atrapó en el aire con sorpresa.
—Yo volaré la nave. —dijo en forma firme mientras enfrentaba a las demás.
—¿Eh? —exclamó Ximena. —Por supuesto que no…¿Quien rayos la puso al mando?
—Yo soy la Capitán de esta nave. —respondió la meltran clavando la mirada en la Teniente Hernandez. —Soy quien mejor sabe pilotarla y ustedes van a obedecer mis órdenes ¿Entendido?
Tanto Camila como Ximena se prepararon a responder pero Lynn se adelantó de inmediato haciendo el saludo meltran. —¡A la orden, Capitán! —dijo casi gritando ante la sorpresa de los demás.
Hyle no esperó respuesta y se puso manos a la obra volviéndose hacia las pilotos del Escuadrón Delta. —¿Ustedes son pilotos de combate? —preguntó a las sorprendidas mujeres —Las quiero de inmediato en esos Queadluun-Rau fuera de la nave; si vamos a escapar necesitamos que nos cubran.
Ximena abrió la boca para protestar pero Camila cruzó su brazo por delante de su pecho. —Tiene razón. —dijo. —Con Tali fuera de combate ella es la única que puede volar esta nave, nosotras tenemos que protegerla.
—Afirmativo. —respondió visiblemente molesta la Teniente Hernandez, dándose por vencida finalmente. —Estamos… en sus manos, Capitán Hyle.
La meltran asintió en silencio y se volvió hacia Fritz. —Usted venga conmigo al puente; necesito de su conocimiento y el de su "archivista" holográfica.
—Entendido. —respondió Fritz lanzando una mirada a Lucy. El holograma devolvió un gesto de haber entendido la orden.
—Lynn, usted y Lina lleven a Tali a la enfermería y estén listas para recibir mis órdenes.
—Entendido, Capitán. —respondió la chica-gato colgándose el rifle en la espalda.
De inmediato el grupo se separó y cada uno corrió a cumplir con su tarea; Ximena y Camila saltaron a sus armaduras y comenzaron a prepararse para el combate mientras Lynn y Lina corrían hacia la enfermería llevando a Tali en una de las camillas con las que estaba equipada el hangar de la nave. Los Queadluun-Rau estaban listos para ser desplegados y su armamento había sido revisado y calibrado minuciosamente por la propia Tali. Pronto los reactores de ambas armaduras cobraron vida y las compuertas se cerraron sobre las pilotos, quienes se prepararon mentalmente para el combate.
Hyle y Fritz corrieron por los pasillos de la enorme nave y llegaron al puente principal a los pocos minutos. Lucy estaba allí, flotando junto al radar dimensional mientras una enorme pantalla ubicada frente al puesto del Capitán mostraba la gigantesca estructura de la torre, ahora casi en ruinas tras la brutal colisión.
—Reporte. —dijo Hyle dirigiéndose al holograma.
—Detecto una enorme actividad en los alrededores, la fortaleza parece estar reconfigurandese internamente. Los niveles de energía están subiendo por toda la estructura interna. No detecto cambios en el exterior de la misma.
—Muestrame.
Lucy mostró la enorme plataforma central y pudieron ver como enormes bloques de material habían comenzado a moverse, alterando la forma de aquel pilar central.
—Veiss está protegiendo el reactor y el centro de control de la fortaleza, parece que el golpe la volvieron más precavida. —observó Fritz.
—Necesito saber el estado de la nave. —ordenó Hyle sentándose en su asiento. —¿Cómo está el cañón Principal? —preguntó.
Von Neumann ocupó el puesto del radar y rápidamente desplegó la interfaz de sus computadoras para monitorear el espacio alrededor de la nave.
—No podrá disparar el arma principal. —advirtió Lucy.
—¿Por qué no? —preguntó la meltran mirando fijamente al holograma.
—En estos momentos estoy usando toda la energía del reactor para crear un campo de disrupción alrededor de la nave.
—¿Campo de disrupción? —preguntó la Capitán mirando a Fritz.
—Es tecnología furtiva. —respondió el joven sin quitar la vista de las pantallas. —Esta nave está equipada con un generador de campo de disrupción activo, se usa para contrarrestar los radares enemigos… me temo que no podremos usar el cañón principal ni entrar en FOLD mientras se encuentre desplegado.
Hyle tomó el timón de la nave y activó los propulsores principales. Frente a ella podía ver el enorme pasaje por donde Lucy había volado antes de impactar contra la torre. —¿Es por eso que Veiss no detectó al destructor hasta que no lo tuvo frente a ella? —preguntó.
—Afirmativo. —respondió la IA. —Pero también todo alrededor de la fortaleza es un campo de escombros enorme; las capacidades de detección y radar del enemigo están momentáneamente disminuidos.
Los motores del viejo destructor rugieron y comenzaron a avanzar en dirección a la salida. —¿Tenemos comunicación con las tropas? —preguntó. —Es hora de que salgan a protegernos.
—Abriré un enlace con el Escuadrón Delta. —dijo Fritz mientras sus manos bailaban a una increíble velocidad sobre el teclado holográfico. —Listo.
Dos pantallas más pequeñas se abrieron por delante de la que mostraba el oscuro túnel por que que avanzaba la enorme nave y los rostros de Ximena y Camila aparecieron en ellas.
—Estamos listos, Capitán. —dijo la Teniente Hernandez. —Escuadrón Delta preparado para despegar.
—Despeguen. —ordenó Hyle. —Que la victoria las acompañe, guerreras. —dijo.
—Hey, que no somos meltrans. —protestó Camila activando los propulsores de su armadura.
Lucy abrió el hangar y los dos Queadluun-Rau despegaron de inmediato. Ximena fué hacia la proa y ordenó a que Camila se posicionara en la popa del mismo.
—En posición. —informó Ximena.
—Prepárense… Veiss ha reaccionado finalmente.
Veiss no iba a permitir que aquellos invasores escaparan con vida de allí. A pesar de haber perdido gran parte del control de la fortaleza el EVIL logró sobrevivir al golpe y de inmediato comenzó a reconstruir las conexiones bio-mecánicas que lo unían con la fortaleza. Cuando finalmente logró estabilizar sus sistemas y volvió su atención sobre aquellos insolentes invasores, descubrió que estaban intentando escapar.
—¡No saldrán con vida de esta fortaleza! —exclamó activando todas las defensas automáticas.
El puente de mando del Destructor se tiñó de rojo en cuanto todas las armas de defensas internas de la Superfortaleza se enfocaron sobre ellos, pero el sistema activo de disrupción hizo que ninguna de ellas pudiera mantenerse sobre el blanco.
Alrededor de ellos estalló una lluvia de disparos que pronto convirtieron al túnel en un verdadero pandemonium
—¡No dejen que nada nos detenga! —gritó Hyle. —¡Adelante!
En la proa del destructor Ximena había anclado las piernas de su Queadluun-Rau al casco de la nave y disparaba sin cesar a todo lo que aparecia por delante, pero principalmente su blanco principal eran los enormes misiles que se dirigen hacia ellos en curso directo de colisión.
El sistema de disrupción no permitía que ninguno de los cañones lograra disparar en forma certera sobre ellos, pero era tal el volumen de disparos que pronto comenzaron a recibir daño indirecto de aquellas armas debido a la enorme saturación del estrecho túnel.
—¡No puedo acertarle a todo esto! —gritó Camila por radio mientras los cañones de los brazos de su armadura brillaban al rojo vivo por el calor generado.
—¡Concéntrate solamente en los misiles! —gritó Ximena mientras sus ojos seguían a una docena de blancos simultaneamente. —¡Regula la cadencia de fuego y no desperdicies una sola bala!
El destructor estaba envuelto en una cortina de humo y su casco había sufrido daño catastrófico en varias cubiertas, pero gracias a que Ximena y Camila protegían las partes vitales de la nave, continuaron avanzando cada vez a más velocidad por el túnel bajo el timón firme de Hyle, quien con ambas manos maniobraba la nave como si fuera una extensión natural de su propio cuerpo.
—¡Quinientos metros para el final del túnel! —advirtió Fritz.
—Solo tenemos una oportunidad… ¡Preparen los generadores FOLD! —gritó Hyle.
—A la orden. —dijo una voz extraña. Hyle y Fritz miraron hacia la pantalla y vieron como el rostro de Tali aparecía sobre una nueva ventana.
—¡Tali! —exclamó sorprendido Fritz —¿Estás bien?
—Algo sacudida, pero entera. —dijo señalando la venda que Lina había colocado en su cabeza. —Estoy en Ingenieria, voy a darles toda la potencia que necesitan ¿Están listos?
—Listos. —respondió Hyle.
El destructor atravesó los últimos metros del túnel y salió al espacio exterior envuelto en una nube de humo y desechos atrapados en el leve campo gravitacional que generaba la nave. De inmediato fueron recibidos por miles de disparos de artillería de las baterías ubicadas alrededor de la proa de la titánica nave. Todo el espacio a su alrededor pareció estallar de pronto.
Hyle activó los propulsores auxiliares y comenzó una maniobra ascendente mientras todo alrededor de ellos se convertía en una tormenta de disparos y luces mortales.
—Resiste, compañera. —dijo Hyle apretando los dientes. Las enormes fuerzas de aceleración comenzaron a actuar sobre el dañado casco del viejo destructor y las alarmas en el puente comenzaron a sonar en medio de una cacofonía de sonidos ensordecedora.
—El casco no resistirá estas maniobras. —dijo Lucy flotando en calma dentro del globo del radar.
—Lo hará, estoy segura que lo hará. —exclamó Hyle.
—Claro que sí. —confirmó Tali. —Yo misma calibre a esta veterana; todavia puede dar más de lo que parece.
Los gritos de las dos chicas encargadas de la defensa se escucharon sobre las alarmas generales. —¡Estoy sin municiones! —exclamó Camila. —Mis cañones de energía se han derretido y ya no pueden disparar! —gritó con desesperación.
—!Yo te cubro! —respondió de improviso la voz de Lynn. —¡Torreta de babor activa!
—Torreta de estribor activa. —informó Lina a su vez. —¡Fuego a discreción!
Las dos torretas de artillería ubicadas a cada banda de la parte posterior del destructor giraron en posición de disparo y abrieron fuego casi al unísono, destruyendo un enjambre de misiles que se dirigían hacia ellos en medio de una bola de fuego.
—¡Tropas, retírense de inmediato!. —ordenó Hyle. —¿Estatus del reactor FOLD?
—70%. —informó Lucy. —Calculando el vector de inserción dimensional.
La Capitán Hyle giró a babor haciendo que toda la nave se sacudiera mientras evitaba una andanada de disparos concentrados que pasaron tan cerca del casco que dejaron surcos de metal al rojo vivo. —La nave… —dijo asombrada. —Jamás pensé que esta nave pudiera volar así.
—Por supuesto. —respondió Tali sin disimular su orgullo. —Deme la oportunidad, Capitán y voy a mostrarle todo el potencial de esta pila de chatarra.
—¿Pila de… chatarra? —exclamó la meltran. —Más vale que no le falte el respeto a esta nave o será juzgada en una corte marcial. —amenazó la guerrera.
—Si salimos vivos de esta, me buscaré un buen abogado. —respondió la Jefa de Ingeniería.
—¡Oh mierda!
De inmediato Hyle se volvió hacia Fritz. —¿Qué sucede?
—¡Miren la fortaleza! —gritó el joven señalando la pantalla.
Con horror vieron como varios de los enormes ojos que habían brotado sobre el casco de la Superfortaleza tras la transformación de Veiss comenzaron a abrirse. Tal y como Fritz sospechaba, aquellos eran cañones dimensionales similares al "ojo" principal de la fortaleza, aunque de tamaño algo más reducido. Tres de aquellos ojos se iluminaron a medida que la energía comenzaba a acumularse en ellos.
—¡Debura! —exclamó Hyle girando con fuerza el timón.
El mortal rayo iluminó todo el frente de la nave, afortunadamente lograron apartarse a tiempo y solo recibieron la poderosa onda de choque en vez de la descarga de energía directa.
—¡No hay más tiempo! —gritó Hyle comprendiendo que el próximo disparo sería mortal. —¡FOLD de emergencia!
—Pero los cálculos de trayectoria no están- —comenzó a informar Lucy.
—¡Dije ya!
El enorme arco de entrada se formó frente a la nave en el momento que el disruptor de campo colapsaba por completo al formarse la burbuja WARP alrededor de la nave. En ese mismo instante tanto Camila como Ximena entraban al hangar en medio de las explosiones que sacudían toda la nave completamente envuelta en llamas.
—¡Todas sujetense!
Hyle activó los motores al máximo y la enorme nave se abalanzó sobre el brillante arco de energía en el mismo momento que Veiss disparaba sus dos cañones dimensionales simultáneamente.
El primer disparo impactó de lleno en el arco de entrada del FOLD que la Dumpster Fire había creado. El poderoso rayo de energía interactuó con la apertura dimensional creando una sobrecarga del tejido espacio-temporal alrededor del mismo, haciendo que se expandiera de forma violenta a medida que toda energía era transformada en su versión opuesta; Materia y Antimateria se aniquilaron mutuamente en cuanto el precario equilibrio que el arco dimensional creaba colapsó bajo la poderosas fuerzas involucradas y una poderosa explosión sacudió todo el espacio al frente de la enorme superfortaleza. El segundo rayo impactó a la creciente bola de fuego y multiplicó la misma por un factor de cien. El enorme cuerpo del EVIL que había surgido sobre el ojo principal de la fortaleza recibió de lleno la explosión y comenzó a desintegrarse mientras la efigie de Veiss gritaba de rabia al ver como su presa desaparecida en una explosión multicolor momentos antes que la enorme bola de fuego la alcanza de lleno.
Los temblores en la nave cesaron de inmediato y las luces se extinguieron en cuanto el Destructor comenzó a avanzar por el peligroso medio dimensional protegido por la burbuja warp.
—¿Creen que eso alcanzó para destruir esa cosa? —preguntó Fritz, aún temblando por lo que acaba de ver. —Esa explosión de aniquilación dimensional debió haber sido colosal.
La distorsión FOLD había envuelto por completo el puente de mando y Hyle se puso de pie frente a su silla Su frente estaba perlada por el sudor, pero parecía calmada, como si el haber estado al borde de la muerte no la hubiese afectado en lo más mínimo.. —No. —dijo con voz fría. —Veiss no está muerta… yo… yo puedo sentirlo. —dijo llevándose una mano al pecho.
—Capitán. —dijo Lucy materializandose frente a la meltran. —Hay varios focos de incendio declarados en la nave, estamos en peligro inmediato.
El rostro de Tali volvió a aparecer en la pantalla para confirmar las malas noticias. —Capitán, tenemos varios focos de incendio en las cubiertas de estribor desde las secciones doce a diecisiete. Necesitamos toda la ayuda posible.
—Lucy, queda usted al mando del puente. —ordenó Hyle e inmediatamente se volvió hacia Fritz. —¡A prisa! ¡Tenemos que salvar ala nave a toda costa!
No fué tarea fácil; los focos de incendios resultaron ser demasiados para los siete tripulantes del enorme destructor quienes se encontraban fatigados y desbordados por la lucha desigual contra el fuego, pero gracias a la ayuda de Lucy y Tali, quienes dirigieron con habilidad y sangre fría las operaciones de control de daños, pudieron mitigar los siniestros lo suficiente para estabilizar la nave y prevenir una explosión catastrófica.
Tras más de seis agotadoras horas de lucha, la última cubierta comprometida fué sellada y la cansada tripulación de la Dumpster Fire quedó rendida y literalmente desmayada en el suelo en el comedor principal de la nave que, milagrosamente, no había resultado dañado.
Hyle era la única que no mostraba agotamiento y se detuvo junto a los demás con aire satisfecho. —Buen trabajo. —dijo mirando los cansados rostros de su tripulación. —Han salvado nuevamente a esta nave y nuestras vidas. —dijo cruzándose de brazos.
Lynn y Camila estaban tiradas boca arriba en el piso, respirando agitadamente tras el esfuerzo. Los demás estaban sentados con sus espaldas recostadas contra una de las paredes del salón. Todos estaban cubiertos de hollín y sus trajes de lucha contra el fuego todavía humeaban en algunos sitios.
La puerta de la cubierta se abrió y Tali entró todavía envuelta en su traje antiflama. Se quitó el casco y lo colocó sobre una de las mesas mientras se apartaba el cabello mojado por el sudor a un lado. —La integridad de la nave está asegurada, Capitán. —dijo deteniéndose junto a Hyle.
La meltran asintió en silencio.
—¿Que se supone que hagamos ahora? —preguntó Lina tras cerrar el botiquín con el que había estado aplicando curaciones a las quemaduras que Ximena y Fritz habían sufrido combatiendo el incendio.
Tali suspiró y miró a Ximena, quien continuaba sentada en el suelo mientras se acariciaba el brazo con la venda recién colocada por la doctora. —Veiss sabe la localización del planeta Tierra. —dijo. —Tenemos que detenerla antes que haga un FOLD hasta el sistema Solar y destruya las pocas defensas que quedaron.
—Fritz dice que la fortaleza ha quedado seriamente dañada. —afirmó Ximena mirando al silencioso investigador, quien parecía inmerso en sus propios pensamientos. —Atacar ahora podría ser nuestra única oportunidad. —dijo en tono burlón.
—Un ataque directo sería muy costoso en vidas. —opinó Camila. Si al menos tuviéramos algunos Battle Class a nuestra disposición…
—No. —dijo Hyle sacudiendo la cabeza. —Veiss vendrá tras nuestros pasos, estoy segura de eso.
Todos levantaron la vista sorprendidos y miraron a la meltran. —¿Cómo puede estar segura de eso, Capitán? —preguntó Lynn sentándose de un movimiento felino.
—Yo… simplemente lo sé. —dijo sacudiendo la cabeza. —Desde que salí de esa vaina siento que hay… tenemos… ¿Una conexión? No puedo explicarlo con palabras. —dijo con voz tensa. —Incluso "sentí" cuando Veiss recibió el golpe de la proa de mi nave. —explicó mirando a Ximena a los ojos.
La joven se puso de pié y se sacudió el hollín de su traje antiflama. —Si Veiss viene tras nuestros pasos, entonces seremos la carnada. —dijo mirando a los demás. —No podemos arriesgarnos a que se vuelva más poderosa.
—¿A qué te refieres? —preguntó Hyle.
—A que el objetivo de Veiss es destruir a los Zentradi… pero también tiene la capacidad de controlarlos y no creo que tenga motivos para negarse a utilizarlos para sus fines. —dijo mirando a la meltran a los ojos.
Hyle apretó los puños. —¿Dices que comandará a los Zentradi para que se maten entre ellos? —preguntó.
—Casi con seguridad. —dijo Fritz pasándose una mano por el alborotado cabello. —Esa fortaleza tiene un poder de fuego monumental, pero los Zentradis siguen superandola numéricamente en varias órdenes de magnitud. —afirmó.
El rostro de la guerrera se contrajo por efecto de la ira que sentía. —No dejaré que esa maldita se salga con la suya. —dijo dando un golpe tan fuerte en una de las paredes que el metal se hundió ante la terrible fuerza de la guerrera. —¡La mataré con mis propias manos!
—Fritz. —dijo Tali volviéndose hacia el joven investigador. —¿Puede Veiss rastrearnos inmediatamente? —preguntó.
—Si. —respondió Von Neumann. —No le será difícil seguir nuestra huella en el espacio dimensional, especialmente porque estamos usando la tecnología FOLD de las naves Meltrans… si fuera la Bramante podríamos despistarla fácilmente, pero no con la Dumpster Fire.
Tanto Tali como Ximena intercambiaron miradas. —Tenemos que reunirnos con la flota de inmediato. —dijo la Jefa de Ingeniería. —Atacar a Veiss ahora que está solo a los mandos de su fortaleza es prioridad absoluta; si logra contactar y esclavizar a una de las flotas Zentradi que merodea el sector jamás tendremos oportunidad de derrotarla en el campo de batalla. —dijo con voz tensa.
—Tienes razón. —confirmó la Teniente Hernandez. —Capitán. —dijo volviéndose hacia Hyle. —Necesitaremos su ayuda.
La meltran le devolvió la mirada. —No. —dijo en forma cortante. —Ustedes continúan siendo mis enemigos, no voy a cooperar con ustedes. —dijo.
—¿Incluso después de que salvamos su nave… dos veces? —preguntó escandalizada Camila. —¿Incluso después que arriesgamos nuestras propias vidas…?
Hyle se cruzó de brazos. —Desde mi punto de vista fueron ustedes los causantes de todo esto. —dijo acusadoramente. —Ustedes secuestraron mi nave y a toda mi tripulación y me usaron para sus planes…. ¿Qué les hace creer que son diferentes a Veiss? ¿Solo por que ahora tienen un enemigo más poderoso a los que enfrentarse? Eso a mi no me interesa. —dijo en forma tajante.
—Capitán… —dijo Lynn agachando las orejas.
—Sólo puedo prometerles cooperación hasta llegar a su "flota" . —dijo la guerrera señalando a Ximena. —Las llevaré hasta donde ustedes quieran, pero a cambio quiero que me devuelvan a mi tripulación. Una vez que todas estén a bordo nos iremos en busca de Veiss… y si nos volvemos a encontrar en el campo de batalla, entonces será como enemigos.
Todos intercambiaron miradas en silencio. El ambiente se había vuelto frío de pronto.
—De acuerdo. —dijo Tali con voz fría tras un momento de silencio. —Hablaré con nuestro Capitán para que le sea devuelta su tripulación. —prometió la guerrera.
—Tomaré su palabra como Meltran. —respondió Hyle haciendo el saludo correspondiente tras lo cual se dió la vuelta y se alejó por el pasillo en dirección al puente de mando, dejando a los abatidos compañeros en un silencio sepulcral, solo roto por el llanto desconsolado de Lynn.
