Final imaginario del siglo XIX

En estos tiempos, las personas que poseen extraños poderes provenientes de su cuerpo o incluso de misteriosas y poderosas armas, son conocidas como ladrones, escoria de la humanidad que roba hermosas y valiosas obras de arte, estatuas o joyas de diversos museos de todo el mundo, con la esperanza de reunir los 108 trozos de inocencia perdidos.

OOOOO

SSSSS

-¿Ese es tu deseo, Megumi? ¿Proteger a los humanos y a sus almas?

Al escuchar la voz de Neah, la aludida volteó a su derecha. Parado a unos metros de distancia, vestido con su traje blanco, le sonreía con calidez, caminando tranquilamente hasta acortar la distancia entre ambos.

-Si es así, la voluntad de la espada que vas a forjar, será similar a la de la espada de Inu no Taisho.

-¿A colmillo sangriento? - cuestionó atónita.

El hombre negó.

-Colmillo de acero. - explicó. - Cada espada de Inu no Taisho representa a un mundo diferente. Colmillo sagrado representa el cielo, por ser una espada que restablece vidas. Colmillo de acero representa la tierra. Con ella se protegen a los humanos. Y colmillo sangriento representa el amor. El filo usa la sangre de sus enemigos para proteger los sentimientos, las emociones, los lazos. Cosas que son invisibles ante nuestros ojos, pero sabemos que están aqui.

-Así que ese es el verdadero motivo por el que pude usarla. - recordó la espada de filo negro. - La verdad es que siempre creí que se debía a mi cargo como guardiana dimensional.

-Cualquiera que sienta o reciba amor, podrá desenfundar y usar a colmillo sangriento. - dio otro paso y la rodeó con sus brazos. - Honra tu nueva espada y úsala con sabiduría. Te estaré observando.

Megumi cerró los ojos y correspondió el abrazo de Neah.

-Gracias, papá.

SSSSS

-¡Punto crítico...! - pensó Megumi, tomando su muñeca derecha con su mano izquierda y transformando su garra plateada en una inmensa espada negra, con una cruz plateada dibujada en la gran hoja. - ¡Superado!

Con la luz de la inocencia rodeando su cuerpo y su nueva arma, utilizó la capa de black crown clown para impulsarse y abalanzarse al techo de la habitación, creando grietas blancas con cada golpe que realizaba con su espada.

Si conseguía destruir el cuarto en el que Road Kamelot los había encerrado, quizás podrían volver al pueblo blanco y buscar a los demás. Pensando en ello, movió con más fuerza el filo de la espada y utilizó más de la energía de la inocencia en su corazón.

PPPPP

Allen escupió sangre de nuevo, cayendo de rodillas y apoyándose en el asidero dorado de su espada. Unos segundos después, Kanda apareció entre las columnas, viendo asombrado las condiciones en las que se encontraba Tyki Mikk.

Acostado en el suelo, con la mirada hacia arriba, su piel morena había sido cambiada por piel blanca. Tan pálida como la de un muerto. Sin dejar de lado su sorpresa, se aproximó al Noé, con la intención de comprobar si seguía vivo o si su compañero lo había asesinado.

En eso, su corazón latió estremecido. El pecho de Allen también se inquietó. Alrededor de Tyki, apareció una cortina de poder maligno, devolviéndole la fuerza suficiente a su cuerpo como para levantarse. Kanda activó de nuevo su segunda ilusión, temiendo lo peor.

Allen, por su parte, anhelaba levantarse, pero no lo conseguía. Haber estado tanto tiempo en aquel espacio vacío le había afectado demasiado. Su cuerpo estaba entumecido y las piernas no le respondían. Su corazón volvió a latir con temor.

Encontrándose inconsciente, Tyki pasaba por una metamorfosis, quedando envuelto en enredaderas con espinas que no dejaban de girar por encima de su pecho, brazos y piernas.
Gritaba sin control, aferrando sus manos a su cabeza, hasta que su transformación se completó.

Su piel se había vuelto más oscura que antes. La parte superior de su rostro era protegida por una máscara plateado oscuro, con un pico puntiagudo en la frente.

Sus pectorales y sus brazos se hallaban pintados de negro. Alrededor de su cadera, colgaba una tela, similar a una falda, resguardando los pantalones oscuros que envolvían sus piernas. Sus zapatos eran negros y dos brazaletes plateados envolvían sus brazos, desde sus muñecas hasta sus codos.

Cuatro enredaderas con espinas surgían de su espalda. Su cabello rizado también había cambiado, volviéndose tan largo como para llegarle a la altura de la cintura.

Un solo movimiento a gran velocidad, hirió de gravedad el hombro izquierdo de Allen.

Kanda iba a ser el siguiente. Sin embargo, al activar la tercera ilusión de mugen; dibujando unas líneas negras alrededor de sus ojos, consiguió ver el siguiente movimiento de Tyki, defendiéndose a tiempo con sus espadas.

Respirando agitado por su nueva herida y con su sangre cayendo al piso, el peliblanco se esforzó por ponerse de pie, aferrándose con fuerza a su arma.

-No debiste hacer eso, Allen. - dijo una voz detrás de él.

Al girarse, vio atónito a una niña de piel oscura, ojos color ámbar y puntiagudo cabello morado, usando un elegante vestido blanco sin mangas... y la gabardina que perdió cuando estuvo secuestrado en casa del Conde del milenio. Gracias a las explicaciones anteriores que Umiko y Lavi le habían dado sobre su misión en Alemania, supo que se trataba de Road Kamelot.

-La transformación de Tyki en ese caballero demoniaco, fue porque tú no aceptaste unirte a nosotros. - explicó, antes de sonreír siniestramente de oreja a oreja y desaparecer. - Qué lástima, hermanito. Ahora morirás como escoria, al lado de esos humanos insignificantes a los que quieres tanto.

-¡E-Espera! - pidió, extendiendo su brazo derecho hacia ella.

En eso, un grito por parte de Kanda lo estremeció. Recibiendo varios puñetazos envueltos en materia oscura, el muchacho terminó cayendo hacia el pueblo, rodando por los ladrillos de una calle y levantando en su camino una gran cortina de polvo.

Allen lo llamó, recibiendo un ataque parecido de parte de Tyki y terminando en la pared de una casa. Al verlo acercarse hacia él, levantó su espada para protegerse. Pero antes de ser atacado con más materia oscura, Kanda le hizo frente una vez más, activando de nuevo la tercera ilusión de mugen.

Sus espadas; una en cada mano, y su cuerpo, resplandecían por la luz de la inocencia en su corazón. Tyki sonrió, abalanzándose hacía él con más materia oscura, siendo expulsada por sus puños.

El espadachín la resistió, juntando los filos de sus armas en forma de "X" para protegerse. Cuando su ataque se desvaneció, atacó y golpeó con la luz de la inocencia. Tyki aguantaba bien los ataques, sonriendo al comprobar que ni siquiera la inocencia podía herirlo.

En ese instante, Allen lo sometió con su gran capa blanca, extendiéndola en forma de varios listones alrededor de su torso. Kanda aprovechó aquello para saltar y clavar las hojas de sus espadas en el cuerpo de Tyki.

Con seguridad, el peliblanco retiró su capa. No obstante, otra sonrisa siniestra de Tyki hizo que sus corazones se estremecieran, volviendo a ser atacados por materia oscura. Esta vez, siendo expulsada por la boca de la criatura.

Los ladrones gritaron, volando por los aires a diferentes puntos del pueblo blanco. De repente, el suelo comenzó a partirse, expulsando a un monstruo más grande e intimidante. Una gran polilla de cabello azul y dos gigantescas alas con venas purpuras.

-¡Moyashi! - bramó Kanda, tomándolo del cuello y retirándolo del camino de Tyki, para recibir sus brazos con el filo de una sola mugen.

Mientras su batalla continuaba, la gran polilla expulsó de su boca un rayo de energía maligna, destruyendo una parte del pueblo blanco y asombrando a Allen con su poder.

De un segundo a otro, y sin saber el porqué, su compañero de cabello azul aprovechó que aún lo seguía sosteniendo del cuello de sus ropas, para arrojarlo por los aires, terminando en el techo de una casa... y golpeando sin querer a InuYasha, rodando hasta la orilla.

-¡InuYasha! - Kagome también estaba presente, levantándose preocupada hacia ellos.

-¡Moyashi! - lo saludó el Hanyou, frunciendo el ceño.

-¡SOY ALLEN, INUBAKA! - le reclamó Allen, con una vena punzante en su cabeza.

Detrás de la silueta de Kagome, ambos vieron como la pelea entre Tyki y Kanda continuaba, ya con la tercera ilusión de mugen activada.

-¿Q-Qué es eso? - cuestionó la joven, asustándose por la abrumadora presencia del caballero demoniaco.

-¡Estúpidos aprendices! - gritó de pronto la voz de un hombre, sorprendiendo a InuYasha y haciendo saltar a Allen.

Sus ojos gris plateado se abrieron como platos al toparse con la espalda y el largo cabello rojizo de su maestro.

-Ustedes encárguense de la polilla gigante.

Ambos lo vieron como si hubiera hablado en otro idioma.

-María, quédate con ellos. - le ordenó a la mujer del gran vestido negro que lo acompañaba, para luego correr hacia el techo de otra casa y disparar contra Tyki Mikk.

Desde el cielo ficticio, Road miraba seriamente la situación. De pronto, su corazón se aceleró, teniendo un mal presentimiento.

La habitación que había creado con ayuda de Tyki había sido destruida.

Desapareciendo del cielo, apareció en una de las calles escondidas del pueblo blanco, quedando atónita con el agujero y las grietas que sobresalían de los ladrillos en el piso.

Otro latido fuerte molestó su corazón, antes de que su torso fuera atravesado por una gran espada. Impactada, giró su cabeza hacia atrás, viendo por encima de su hombro izquierdo una mirada desafiante de Megumi.

Más allá de su figura; envuelta con la capa negra de black crown clown, distinguió a los demás prisioneros. Bookman junior. La niña que habían convertido en demonio de Shizen. Y el hermanastro de InuYasha.

De un segundo a otro, su mueca de asombro se convirtió en una escalofriante sonrisa que dejó salir una carcajada demencial.

-Un pierrot es un buen chiste. - admitió. - ¿Pero dos?

Sintiendo una presencia siniestra a sus espaldas, Megumi sacó su gran espada del cuerpo de Road y giró para dar un salto. Los ojos de Lavi estaban envueltos en una máscara morada con forma de mariposa.

-Son una pésima comedia. - agregó la menor, riendo mientras flotaba y se desvanecía.

-¡Road!

Megumi quiso abalanzarse hacia ella, pero Lavi se interpuso en su camino, bloqueándola con su martillo de tamaño variable y arrojándola de regreso a la calle. Al volver al suelo, invocó uno de los sellos de su arma, pisando un símbolo rojo que le dio paso a una gigantesca serpiente de fuego.
En eso, alguien tomó a la joven en sus brazos, deshaciendo la técnica con una potente ráfaga de su espada.

-¡S-Sesshomaru! - exclamó atónita mientras bajaban.

Lavi invocó un sello diferente en su martillo. Un sello de agua. Megumi ya estaba lista para crear un campo de fuerza con su gran arma. No obstante, la repentina llegada de Umiko, sumada a un fuerte golpe que dio en el piso; con su brazo izquierdo transformado en el de un gorila purpura, cambió la dirección del agua con el bloqueo hecho por los ladrillos, empapando a Lavi hasta la cintura.

-¡Yo me encargaré de él! - exclamó, mirándolos preocupada por encima de su hombro derecho. - ¡Por favor, ayuden a InuYasha-senpai!

Megumi frunció el ceño, debatiéndose si escuchar a su compañera o quedarse. Entonces, los brazos de Sesshomaru volvieron a tomarla, retirándose con un salto del sitio para ir hacia Menomaru, lidiando con los ataques de Allen y las flechas de Kagome.

Fin del capítulo.