50 sombras de Mari Ohara

6

"¿Qué está pensando?"

Mari pulsa el botón para llamar al ascensor y casi de inmediato suena el pitido.

Las puertas se abren y muestran a una joven pareja abrazándose apasionadamente. Se separan de golpe, sorprendidos e incómodos, y miran con aire de culpabilidad en cualquier dirección menos la nuestra.

Mari y yo entramos en el ascensor.

Intento que no cambie mi expresión, así que miro al suelo al sentir que las mejillas me arden.

Cuando levanto la mirada hacia Mari, parece que ha esbozado una sonrisa, pero es muy difícil asegurarlo.

La joven pareja no dice nada.

Descendemos a la planta baja en un incómodo silencio. Ni siquiera suena uno de esos terribles hilos musicales para distraernos.

Las puertas se abren y , para mi sorpresa Mari me toma de la mano y me la sujeta con sus dedos largos y fríos.

Siento la corriente recorriendo mi cuerpo, y mis ya rápidos latidos se aceleran.

Mientras tira de mí para salir del ascensor, oímos a nuestras espaldas la risita tonta de la pareja.

Mari sonríe.

Mari:-¿Qué pasa con los ascensores?-. (Masculla).

Cruzamos el amplio y animado vestíbulo del hotel en dirección a la entrada, pero Mari evita la puerta giratoria.

Me pregunto si es porque tendría que soltarme la mano.

Es un bonito domingo de mayo. Brilla el sol y apenas hay tráfico.

Mari gira a la izquierda y avanza hacia la esquina, donde nos detenemos a esperar que cambie el semáforo.

"Estoy en la calle y Mari Nishikino me lleva de la mano. Nunca he paseado de la mano de nadie"

La cabeza me da vueltas y un cosquilleo me recorre todo el cuerpo. Intento reprimir la ridícula sonrisa que amenaza con dividir mi cara en dos.

"Intenta calmarte, Kanan"me implora mi subconsciente.

El semáforo verde se ilumina y seguimos nuestro camino.

Caminamos cuatro manzanas hasta llegar al café sweet cafe Tokyo, donde Mari me suelta para sujetarme la puerta.

Mari:-¿Por qué no eliges una mesa mientras voy a pedir?, ¿qué quieres tomar?-. (Me pregunta, tan educada como siempre).

Kanan:-Tomaré…Un té negro, por favor-.

Alza las cejas.

Mari:-¿No quieres un café?-.

Kanan:-No me gusta el café-.

Mari sonríe.

Mari:-Muy bien, un té. ¿Dulce?-.

Me quedo un segundo atontada, observando fijamente sus labios, me pregunto que sabor tendran si los llegaba a besar, pero por suerte mi subconsciente aparece frunciendo los labios.

"No tonta…Que si lo quieres con azúcar"

Kanan:-No, gracias-.

Me miro los dedos nudosos.

Mari:-¿Quieres comer algo?-.

Niego con la cabeza y Mari se dirige a la barra.

Levanto un poco la vista y la miro furtivamente mientras espera en la fila para que la atiendan.

Podría pasarme el día entero mirándola…Es alta y delgada, no he podido impedir mi vista hacia su trasero, que tan bien se le veía con esos vaqueros ajustados.

Madre mía.

Un par de veces se pasa los largos y bonitos dedos por el cabello, que a pesar de seguir con su peinado, se encontraba un poco alborotado.

"Ay cómo me gustaría hacérselo yo"

La idea se me pasa de pronto por la cabeza y me arde la cara. Me muerdo el labio y vuelvo a mirarme las manos.

No me gusta el rumbo que están tomando mis caprichosos pensamientos.

Mari:-Un yen por tus pensamientos-.

Mari ha vuelto y me mira fijamente.

Me pongo colorada .

Solo estaba pensando en pasarle los dedos por el pelo y preguntándome si sería suave.

Niego con la cabeza.

Mari lleva una bandeja en las manos, que deja en la pequeña mesa redonda chapada en abedul.

Me tiende una taza, un platillo, una pequeña tetera y una bolsita de té con la etiqueta kokoro life. Mi favorito. Ella se ha pedido un café con un bonito dibujo de una hoja impreso con espuma de leche.

"¿Cómo lo hacen?", me pregunto distraída.

También se ha comprado un pedazo de gelatina de café.

Coloca la bandeja a un lado, se sienta frente a mí y cruza sus largas piernas. Parece cómoda, muy a gusto con su cuerpo.

La envidio.

Y aquí estoy yo, sin gracia y torpe, casi incapaz de ir d sin caerme de manos.

Mari:-¿Qué está pensando?-. (Insiste).

Kanan:-Qué esta es mi marca de té favorito-.

Hablo en voz baja y entrecortada.

Sencillamente, no puedo creer que esté con Mari Nishikino en una cafetería deTokio.

Frunce el ceño.

Sabe que estoy escondiéndole algo.

Introduzco la bolsita de té en la tetera y al instante la retiro con la cucharilla.

Mari ladea la cabeza y me mira con curiosidad mientras bebo mi té.

Kanan:-No me gusta el té negro muy cargado -. (Murmuro a modo de explicación).

Mari:-Ya veo. ¿Es su novia?-.

"Pero ¿qué dice?"

Kanan:-¿Quién?-.

Mari:-La fotógrafa. Sarah Kazuno-.

Me río nerviosa, aunque con curiosidad.

"¿Por qué le ha dado esa impresión?"

Kanan:-No. Sarah es solamente mi mejor amiga. Eso es todo.¿Porqué ha pensado que es mi novia?-.

Mari:-Por cómo se sonríen-.

Me sostiene la mirada.

Es desconcertante. Quiero mirar a otra parte, pero estoy atrapada, embelesada.

Kanan:-Es como de la familia-. (Susurro).

Mari asiente, al parecer satisfecha con mi respuesta, y dirige la mirada a su gelatina de café.

Sus largos dedos toman la cuchara y yo la contemplo fascinada.

Mari:-¿Quieres un poco?-. (Me pregunta y recupera esa sonrisa divertida que esconde un secreto).

Kanan:-No, gracias-.

Frunzo el ceño y vuelvo a contemplarme las manos.

Mari:-Y la chica que me presentó en la ferreteria ayer…¿No es su novia?-.

Kanan:-No. Oyuki es solo una amiga. Se lo dije ayer justamente-.

"¿Qué tonterías son estas?"

Kanan:-¿Por qué me lo pregunta?-. (Le digo).

Mari:-Pareces nerviosa cuando estas cerca de chicas lindas-.

"Maldita sea, es algo personal. Solo me pongo nerviosa cuando estoy contigo, Mari"

Kanan:-Usted me resulta intimidante-.

Me pongo colorada , pero mentalmente me doy palmaditas en la espalda por mi sinceridad y vuelvo a contemplarme las manos.

La oigo respirar profundamente.

Mari:-De modo que le resulto intimidante-. (Me contesta asintiendo).-Es usted muy sincera. No baje la cabeza, por favor. Me gusta verle la cara-.

La miro y me dedica una sonrisa alentadora, aunque irónica.

Mari:-Eso me da alguna pista de lo que puede estar pensando-. (Me dice).-Es usted un misterio, señorita Matsuura-.

"¿Un misterio? ¿yo?"

Kanan:-No tengo nada de misteriosa-.

Mari:-Creo que es usted muy reservada-. (Murmura).

"¿De verdad? Uau…¿Cómo lo consigo? Es increíble"

"¿Yo, reservada? Imposible"

Mari:-Menos cuando se ruboriza, claro, cosa que hace seguido. Me gustaría saber porqué se ha ruborizado-.

Se mete un trozo de gelatina en la boca y empieza a masticarlo despacio, sin apartar los ojos de mí. Y, como no podía ser de otra manera, me ruborizo.

"¡Mierda!"

Kanan:-¿Siempre hace comentarios tan personales?-.

Mari:-No me había dado cuenta de que fuera personal. ¿La he ofendido?-. (Me pregunta).

Kanan:-No-.

Mari:-Bien-.

Kanan:-Pero es usted un poco arrogante-.

Alza una ceja y, si no me equivoco, también ella se ruboriza ligeramente.

Mari:-Suelo hacer las cosas a mi manera Kanan-. (Murmura).-En todo-.

Kanan:-No lo dudo. ¿Por qué no me ha pedido que la tutee?-.

Me sorprende mi osadía.

¿Por qué la conversación se pone tan seria? Las cosas no están yendo como pensaba. No puedo creerme que esté mostrándome tan hostil hacia ella. Como si ella intentara advertirme de algo.

Mari:-Solo me tutea mi familia y unos pocos amigos íntimos. Lo prefiero así-.

Todavía no me ha dicho: "llámame Mari".

Es sin duda una obsesa del control, no hay otra explicacion, y parte de mi está pensando que quizá habría sido mejor que la entrevista con Hanamaru. Dos obsesas del control juntas. Además, ella tiende a vestirse formalmente, bueno a veces, como todas las mujeres de su empresa.

"Y es guapa", me recuerda mí subconsciente.

No me gusta imaginar a Mari y a Hanamaru juntas.

Doy un sorbo a mi té, y Mari se pone otro trozo de gelatina en su boca.

Mari:-¿Es usted hija única?-. (Me pregunta).

"Vaya…Ahora cambia de tema"

Kanan:-Si-.

Mari:-Háblame de tus padres-.

"¿Por qué quiere saber cosas de mis padres?, es muy aburrido"

Kanan:-Mi madre vive en Okayama con su nuevo esposo. Mi padrastro vive en Sapporo-.

Mari:-¿Y su padre biológico?-.

Kanan:-Mi padre murió cuando yo era una niña-.

Mari:-Lo siento-. (Musita).

Por un segundo la expresión de su cara se altera.

Kanan:-No me acuerdo de él-.

Mari:-¿Y su madre volvió a casarse?-.

Resoplo.

Kanan:-Ni que lo jure-.

Frunce el ceño.

Mari:-No cuenta demasiado de su vida ¿verdad?-. (Me dice en tono seco frotándose la barbilla como pensativa).

Kanan:-Usted tampoco-.

Mari:-Usted ya me ha entrevistado, y recuerdo algunas preguntas bastantes personales-. (Me dice sonriendo).

"¡Vaya!, está recordándome la pregunta de que si era lesbiana"

Vuelvo a morirme de vergüenza.

Se que en los proximos años voy a necesitar terapia intensiva para no sentirme tan mal cada vez que recuerde ese momento. Suelto lo primero que se me ocurre sobre mi madre, cualquier cosa para apartar ese recuerdo.

Kanan:-Mi madre es genial. Es una romántica empedernida. Ya se ha casado cuatro veces-.

Mari alza las cejas sorprendida.

Kanan:-La echo de menos-. (Sigo diciéndole).-Ahora está con Katashi. Espero que la controle un poco y recoja los trozos cuando sus descabellados planes no vayan como ella esperaba.

Sonrío con cariño. Hace mucho que no veo a mi madre.

Mari me observa atentamente, dando un sorbos a su café de vez en cuando.

La verdad es que no debería mirarle la boca. Me perturba.

Mari:-¿Se lleva bien con su padrastro?-.

Kanan:-Claro. Crecí con ella. Para mí es mi padre-.

Mari:-¿Y cómo es?-.

Kanan:-¿Nao? es…Taciturno-.

Mari:-¿Eso es todo?-. (Me pregunta Mari sorprendida).

Me encojo de hombros.

"¿Qué espera esta mujer? ¿La historia de mi vida?"

Mari:-Taciturno como su hijastra-. (Me suelta Mari).

Me contengo para no soltar un bufido.

Kanan:-Le gusta el fútbol, sobre todo el europeo, y los bolos, ajedrez, pescar y hacer muebles. Es carpintero. Estuvo en el ejército-.

Suspiro.

Mari:-¿Vivió con él?-.

Kanan:-Sí. Mi madre conoció a su esposo número 3 cuando yo tenía 15 años. Yo me quede con Nao-.

Frunce el ceño, como si no lo entendiera.

Mari:-¿No quería vivir con su madre?-. (Me pregunta).

"Francamente, a ella qué le importa"

Kanan:-El esposo número tres vivía en otro lugar. Yo tenía mi vida en Sapporo. Y…Bueno mi madre, acababa de casarse-.

Me callo. Mi madre nunca habla de su esposo número tres.

"¿Qué pretende Nishikino?, no es asunto suyo"

Yo también puedo jugar su juego.

Kanan:-Cuéntame cosas sobre tus madres-. (Le pido).

Se encoge de hombros.

Mari:-Una de ellas es abogada, mientras que mi otra madre es doctora. Viven en Hokkaidō-.

"Vaya…Ha crecido en una familia acomodada"

Pienso en una exitosa pareja que adopta a tres pequeñas, y una de ellas llega a ser una mujer guapa que se mete en el mundo de los negocios y lo conquista sin ayuda de nadie.

"¿Qué la llevó por ese camino?"

"Sus madres deben estar orgullosas"

Kanan:-¿A qué se dedican sus hermanas?-.

Mari:-Dia es constructora, y mi hermana menor Chika está estudiando en París cocina con un famoso chef francés-.

Sus ojos se nublan enojados. No quiere hablar de su familia ni de ella.

Kanan:-Me han dicho que París es precioso-. (Murmuro).

"¿Por qué no quiere hablar de su familia?, ¿por qué es adoptada?"

Mari:-Es bonita. ¿Has estado por ahí?-. (Me pregunta olvidando su enojo ya que su expresión se suaviza).

Kanan:-Nunca he salido de Japón-.

"Volvemos a las trivalidades. ¿Qué esconde?"

Mari:-¿Te gustaría ir?-.

Kanan:-¿A París?-.

Me he quedado desconcertada.

"¿A quién no le gustaría ir a París?"

Kanan:-Por supuesto-. (Le contesto).-Pero a donde de verdad me gustaría ir es a Inglaterra-.

Ladea un poco la cabeza y se pasa el indice por el labio inferior…

"¡Madre mía!"

Mari:-¿Por?-.

Parpadeo.

"Concéntrate, Kanan"

Kanan:-Porque allí nacieron Shakespeare, Austen, las hermanas Brontë, Thomas Hardy…Me gustaría ver los lugares que les inspiraron para escribir libros tan maravillosos-.

Al mencionar a estos grandes literarios recuerdo que debería estar estudiando.

Miro el reloj.

Kanan:-Voy a marcharme, tengo que estudiar-.

Mari:-¿Para los exámenes?-.

Kanan:-Sí. Empiezan el martes-.

Mari:-¿Dónde está el coche de la señorita Kunikida?-.

Kanan:-En el parking del hotel-.

Mari:-La acompaño-.

Kanan:-Gracias por el té, señorita Nishikino-.

Esboza su extraña sonrisa de guardar un gran secreto.

Mari:-No hay de que Kanan. Ha sido un placer. Vamos-. (Me dice tendiéndome la mano).

La tomo, perpleja y salgo con ella de la cafetería.

Caminamos hasta el hotel, y me gustaría decir que en amigable silencio. Al menos, ella parece tranquila como siempre.

En cuanto a mí, me desespero intentando analizar como ha ido nuestro café matutino. Me siento cómo si me hubiera entrevistado para un trabajo, pero no estoy segura de porqué.

Mari:-¿Siempre usas pantalones?-. (Me pregunta sin venir a cuento).

Kanan:-Casi siempre-.

Asiente. Hemos llegado al cruce, al otro lado de la calle del hotel. Todo me da vueltas.

"Qué pregunta tan rara"

Y soy consciente de que nos queda muy poco tiempo juntas.

Esto es todo. Esto ha sido todo, y la he fastidiado, lo sé. Quizá sale con alguien.

Kanan:-¿Tiene novia?-.(Le suelto).

"Maldita sea. ¿Lo he dicho en voz alta?"

Sus labios se arrugan formando una media sonrisa y me mira fijamente.

Mari:-No, Kanan. Yo no tengo novias-. (Me contesta en voz baja).

"¿Qué quiere decir?, es lesbiana, pero no tiene novia. Seguro me mintió en la entrevista"

Por un momento creo que va a darme alguna explicación, alguna pista sobre su enigmática frase, pero no lo hace.

"Tengo que marcharme. Tengo que poner mis ideas en orden. Tengo que alejarme de ella"

Doy un paso adelante, tropiezo y salgo precipitada hacia la carretera.

Mari:-¡Mierda Kanan!-. (Grita Mari).

Tira de mi mano con tanta fuerza que acabo cayendo encima de ella justo cuando pasa a toda velocidad un ciclista contra dirección, y no me atropella de milagro.

Todo sucede muy rápido.

De pronto estoy cayéndome, y en cuestión de segundos estoy entre sus brazos y me aprieta fuerte contra su pecho, ese que he estado viendo repetidamente hace unas horas.

Respiro su perfume, es bastante agradable. Huele a rosas.

Es embriagador.

Inhalo profundamente.

Mari:-¿Estás bien?-.

Con un brazo me mantiene sujeta, pegada a ella, y con los dedos de la otra mano me recorre suavemente la cara para asegurarse de que no me he hecho daño. Su pulgar me roza el labio inferior y contiene la respiración.

Me mira fijamente a los ojos y es cuando noto un brillo inexplicable, y por un momento, o quizá durante la eternidad, le sostengo la mirada inquieta y ardiente, pero la final centro la atención en sus labios. Y por pirmera vez en veintiun años quiero que me besen.

"Quiero sentir su boca en la mia"

Continuará…