Hola a todos! He aquí el siguiente capítulo de esta historia. Nuevos personajes irán apareciendo, nuevos peligros y situaciones bastante incómodas jejeje, ayy amo mi trabajo. Y sin más qué decir… COMENZAMOS!
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Capítulo 6.
Testigo silencioso.
…
El bardo se había quedado sin palabras ante el príncipe que había roto las cuerdas de su laúd. Su amenaza le hizo mirarle anonadado y el filo del cuchillo brillaba con la luz de la luna que estaba sobre sus cabezas. Tras unos instantes, logró hablar.
—Príncipe. ¿Esa amenaza que acaba de proferir es auténtica? —a su lado, Sass voló junto a él y en la oscuridad sus ojos brillaron amenazantes.
—¿Acaso mi palabra vale menos que la tierra que pisas? No importa si es mi propio padre quien te ha enviado, no pienso irme de aquí y eso es definitivo.
Sass abrió su boca mostrando sus colmillos pero Luka le detuvo. Había algo en los ojos del bardo que hacía que Félix se mantuviese alerta, en sí, admitía que como el hada a su lado era igual a ver una serpiente a los ojos y su padre le enseñó de niño que no debía de molestar a las serpientes jamás.
Luka sonrió y levantó sus manos en rendición.
—Vale. Será como usted desee su alteza —el bardo hizo una reverencia y luego sonrió ampliamente—. Después de todo, la persona que me envía no es digna de su presencia.
Félix iba a preguntar quién lo envió cuando sintió todos sus sentidos ponerse en alerta y no era para menos. Una mano se posó sobre el hombro del trovador que al alzar la mirada de su reverencia se topó con los ojos enfurecidos de la dragona cuyos cuernos habían crecido hasta el cielo y exhalaba humo de su boca. Y a pesar de la terrorífica visión, no pudo evitar quedar fascinado ante semejante belleza y entonces…
El laúd se rompió en su cabeza y quedó tendido en el suelo.
—¡LUKA! —gritó Sass y Bridgette sacó un pequeña llama de su boca.
—¡Estas no son horas de tocar música! ¡Hay quienes quieren dormir!
—Espera, ¿estás enojada por eso? ¿No porque casi me secuestran? —le reclamó Félix y Bridgette tardó un poco en entender la situación.
—Secues…¿Eh? ¡¿EEEEEEH?!
…
En los oscuros pasillos del enorme palacio, los guardias hacían sus rondas como era su costumbre. Algunos se tomaban su trabajo en serio, otros aprovechaban para ponerse al día con sus compañeros y uno que otro aprovechaba la soledad de los pasillos para ciertos encuentros que no serían bien vistos. Pero ante todo eso, nadie notó a una figura que se movió veloz sobre la estructura hasta llegar a un balcón donde la princesa Marinette miraba la luna llena en su máximo esplendor. La figura bajó silenciosa a espaldas de la princesa y cuando alzó su daga sobre de ella, la princesa se giró y bloqueó la daga con otra más que tenía escondida.
—Bien, siempre alerta —felicitó la persona que se alejó de ella y se quitó la máscara revelando a una joven de rasgos orientales y cabello corto con el mismo tono medianoche.
—Aprendí de la mejor. ¿Cómo van las cosas con mamá y papá, Kagami?
—No tan bien como quisiéramos. El templo está comenzando a poner presión a tus padres y la santa no deja de meter sus narices en los temas del reino. Si las cosas siguen así el templo tendrá más influencia en el reino y el poder de los miraculous estará bajo su merced.
—No podemos dejar que eso pase. Mucho menos cuando la "santa" no tiene nada de santa —suspiró de repente cansada—. ¿Qué voy a hacer? Necesito el apoyo del reino de Adrien pero la condición es casarme y el rey todavía no decide nada con respecto a la boda.
—Lo bueno es que tú si deseas casarte, lo malo es que es con el príncipe incorrecto.
—¡Ya lo sé! —exclamó apoyándose en el barandal—. Pero el rey no quiere cambiar de opinión, al menos no por ahora. Y no quiero recurrir a los miraculous como una ventaja.
—Es verdad, no sabemos lo que él podría hacer si supiera el poder de estos. Debo irme o alguien podría verme.
—Cuídate mucho, Kagami. Ten tu mirada en la santa y… cuida a papá y a mamá, por favor —Kagami asintió y se cubrió por completo.
—Marinette, ya necesitas… ¡AH! —Alya gritó al ver la figura sombría irse y desaparecer entre las sombras—. Al menos podrías decirme que Kagami estaba aquí. Tremendo susto que me da siempre que anda como samurrai.
—Se dice samurái y esta vez estaba como ninja —Alya resopló rodando los ojos.
—Es lo mismo.
Desde que tenía uso de razón ambas habían tenido sus roces pero si bien ahora no eran las mejores de las amigas, se respetaban una a la otra. Sonrió y entró a su habitación donde Alya le esperaba con una taza de té.
—¿Y qué te dijo?
—El templo sigue presionando a mis padres a que entreguen los miraculous. Y la santa… ¡ugh! —le fue imposible controlarse y casi azotó la taza en el platillo.
—Ya me lo imagino. Debo decirlo, esa sí que sabe meterse en la piel de uno.
—¿Tus contactos no te han dicho nada de ella?
—Están tan desconcertados como tú. Le he pedido a mis chicos que la investiguen pero el pueblo de donde viene fue arrasado por una inundación cuando la presa se rompió. No tiene padres y su madre adoptiva es una mujer sordomuda que vive en el templo con ella y que hace donaciones. Se están quedando sin cuerda por dónde buscar, es como si hubiese salido de la nada.
—Todos tienen un origen, el punto aquí es encontrar este. De todas las historias que ha contado una debe dar al punto de inicio.
—Pediré que investiguen todas y cada una de estas. Tú en tanto debes hablar con Adrien, si tienes el apoyo de su reino el templo no te podrá tocar ni un pelo.
—Pero no quiero que él se sienta usado.
—Chica, más bien será al contrario. Créeme, estará encantado de darte todo su apoyo. Confía en él —la princesa soltó un suspiro.
—Como me gustaría que las cosas fuesen diferentes —se levantó y observó a la luna, el único testigo silencioso de todo lo que acontecía en esos momentos y mudo confidente—. No dejaré que el templo se inmiscuya en las decisiones de mi reino. No, mientras pueda evitarlo.
…
Si el descaro tuviese nombre y forma sería igual al bardo que sonreía ante las curaciones que le hacía Bridgette como si estas no le dolieran de nada. Por alguna razón no podía evitar rechinar los dientes.
—Bridgette, no entiendo por qué rayos lo estás curando.
—Pero si se disculpó apenas despertando. Y no podía dejarlo así, pobrecito.
—¡Exijo que los saques a patada! —reclamó Plagg tras pasársele el efecto del veneno paralizante de Sass—. ¡Esa serpiente siempre me la hace buena!
—Plagg, pero si Sass ya te pidió perdón también. Mira nada más que carita de arrepentido tiene —en tanto, Sass que estaba comiendo algo de fruta puso su mejor carita de arrepentimiento haciendo tan grandes sus ojos como dos brillantes perlas—. Míralo, se ve adorable.
—Esto es más de lo que merezco —Luka sujetó la mano de Bridgette y besó su dorso mientras la miraba con adoración—. Ser atendido por una criatura tan hermosa como usted es un honor.
—Awww~
Felix chasqueó los dientes sintiendo una vena hincharse en su cabeza y al ver a Plagg por primera vez desde que se conocían pensaban lo mismo. No iban a dejar que ese par hicieran lo que quisieran y ponían a la luna de testigo.
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Y… espero que les haya gustado! Gracias a todos por leer! Dejen review, nada de tomatazos, acepto bebidas de temporada y dulces. Y sin más qué decir… UN ABRAZO! UN GUSTAZO! Y HASTA LA SIGUIENTE!
