Capítulo un poco largo, tómense su tiempo

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Ice Stars

Capítulo 17

Bajo la lluvia.

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En una de las habitaciones principales de la residencia Yamanaka sólo era audibles los llantos de Ino, quien recién despertando después de haber quedado inconsciente por unos largos minutos, rememoró nuevamente lo último que había visto en la televisión.

Una escena del crimen en donde abundaba la sangre, una desaparición, un posible homicidio, la víctima: aquella chica de cabello rosa a la que consideraba su rival.

Se le hacía imposible creerlo todavía, no concebía que días atrás la había visto en la competencia sana y a salvo, era simplemente increíble creer que eso le hubiera ocurrido a su rival y estando en su propia casa.

Entonces recordó sus propias experiencias, el acoso telefónico y también el de ese paparazzi y se imaginó a Sakura en una situación similar, la diferencia, es que nadie había estado con ella, Sakura había estado sola. Pensar en eso le causó una tremenda tristeza, en especial cuando ella ya había pactado con Hinata que la ayudarían.

—Tranquila Ino, tranquila. —consoló Sai, quien la tenía abrazada por los hombros. —Guarda las esperanzas de que ella se encuentra bien.

—No puedo. —chilló ella, volviendo a derrumbarse. —¿cómo sería posible después de lo que vimos?

El pintor con tal argumento no encontró más palabras de consuelo, puesto que sabía que era difícil pensar en otra cosa cuando las imágenes hablaban por si mismas, así que ya no dijo más y sólo abrazó a su novia y le permitió desahogarse todo lo que quisiera, viendo al mismo tiempo que, pese a las rivalidades, su Ino realmente estimaba (muy a su manera) a su rival.

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Mientras tanto, en otra habitación designada generalmente para invitados, estaba una recién levantada Hinata, quien llorando en silencio estaba igual que Ino. No podía creer que esa chica de bonita sonrisa y que le había dado ánimos en el pasado, que la ayudó cuando la atacaron se hubiera ido y de esa forma.

Pero… ¿se había ido realmente?

Se negaba a pensar en eso, pero también en su cabeza se reproducían las imágenes de las noticias y era inevitable pensar en sólo cosas negativas y en lo horrible que debió ser para Sakura.

En la misma habitación, a unos pasos de la cama donde ella reposaba estaba Naruto que dando vueltas por todo alrededor había estado intentando contactar con alguien pero al parecer sólo era enviado al buzón de voz.

Intentaré hablar con el entrenador Kakashi ahora. —Lo escuchó decir.

Hinata, viéndolo de reojo y casi sin prestarle demasiada atención vio que después de unos intentos logró contactar con su entrenador. No escuchó del todo la conversación, más notó como Naruto sólo se entristeció más de lo que ya estaba.

Sí… adiós…

La llamada se terminó, la patinadora observó como su querido Naruto se quedó quieto por unos segundos, dándole la espalda, luego vio como este se limpiaba la cara con la manga de su chaqueta y enseguida se volvió hacia ella con una mueca de tristeza.

—El entrenador no sabe nada tampoco, está igual de impresionado que nosotros.

Hinata no mencionó nada, sólo se mordió los labios para no estallar en llanto.

—Me dijo que acababa de dejar a Sasuke en su casa.

Al escuchar del chico Uchiha, apretó la sábanas, rememorando como Sasuke había demandado que ayudaran a su "amiga" el día anterior. Eso la quebró y la hizo soltar un gimoteo lleno de dolor al considerar que no habían podido hacerlo.

—Hinata…

Fue inevitable para Naruto no llorar al ver a su amiga hacerlo, él también estimaba mucho a Sakura, ella había sido su amor platónico por mucho tiempo, incluso antes de conocerla así que sentía profundamente lo que había ocurrido, y se negaba a creer que ella ya no estuviera, simplemente se negaba a creer que fuera real todo aquello.

—Hinata, hija…

Irrumpió Hiashi en la habitación, acompañado del padre de Ino, ambos mostrando una mueca de tristeza, más que nada por la pena por la que estaban atravesando sus hijas.

—Es hora de irnos… no tenemos nada más que hacer aquí.

— "Nada más que hacer." — repitió la afligida Hinata en su cabeza, levantándose de la cama con lentitud, sintiendo que, en efecto, ya no había nada por hacer.

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—Bien, llegamos… ve a tu departamento, cámbiate de ropa y trata de descansar un poco.

Aconsejó Kakashi a un silencioso y enseriado Sasuke que después de escuchar el sermón se salió del auto sin decir ni una palabra y se adentró al lobby de su edificio.

El entrenador lo observó desde la ventana del auto, y aunque llovía intensamente logró alcanzar a ver cuándo su alumno tomó el ascensor.

Sólo espero que no haga ninguna tontería. —pensó para sí mismo, reanudando la marcha hacia su casa cuando en eso su teléfono sonó y lo hizo detenerse de nuevo. —Es Naruto. —suspiró viendo el nombre en la pantalla e imaginándose de que trataría el asunto, tomó la llamada.

Lamentablemente tuvo que decirle a su otro alumno que estaba igual que él de sorprendido y que no tenía ni la menor idea de lo que había pasado con esa chica.

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Mientras tanto, Sasuke, llegando apenas a su departamento arrojó su bolsa de entrenamiento y comenzó a sacarse toda la ropa que tenía empapada, la cual había terminado así ya que al salir de la pista había tenido una pequeña pelea con Kakashi porque este no lo dejó andar sólo en su auto.

—Maldita sea, maldita sea... —vociferó molesto una y otra vez mientras se cambiaba con prendas secas. —Esto no es real…

Se seguía diciendo así mismo, mientras se restregaba los dientes unos contra otros.

—Sakura… tú tienes que estar bien. —musitó furioso, como si así se lo ordenara a la chica que estaba en ese momento desaparecida. —Tienes que estarlo…

Su voz se fue apaciguando, mientras se sentía derrumbarse al recordar aquellos fastidiosos momentos que pasó con ella.

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Semanas atrás.

Otra vez esos jodidos reporteros no nos dejaron entrar. — se quejó un fastidiado Sasuke, mientras andaba por el área de mantenimiento junto con la chica con la que compartía la pista. —Y ahora para joderme a mí.

Es porque se acerca el partido de exhibición ¿no es así? —preguntó una nerviosa Sakura.

Ah… faltan unas semanas, pero se dio el anuncio ayer y por eso vinieron a joder, pero… ¿tú qué tienes? —cuestionó al verla tensa.

Sakura rio nerviosa.

Es que… es que…

¡¿Qué?! ¡Ya habla!

Es que me pareció ver unas cucarachas… —respondió ella aún más nerviosa.

Sasuke rodó los ojos, suspirando con fastidio e ignorando completamente el temor de su compañera siguió caminando como si nada.

Sakura de inmediato se apresuró a alcanzarlo y por supuesto a salir de ese sitio oscuro, que la puso tensa de sólo ver a las siluetas de esos desagradables bichos, cuando de repente, sintió que pisó algo que crujió espantosamente.

¡AHHHHHHHHHHHH! ¡CREO QUE PISÉ UNA! —Gritó escandalosamente, colgándose al cuello de su acompañante.

¡Oye! ¡¿qué estás loca?! ¡Me ahorcas! —se quejó Sasuke, sintiendo el repentino peso sobre su cuello y las piernas que se aferraron a su cintura.

¡Ah! ¡lo siento Sasuke-kun! —exclamó esta cerca de su oído.

Maldita sea y también me vas a dejar sordo.

Lo siento, lo siento…

Sakura se zafó y separó apenada de él, pero al hacerlo, sintió que tenía algo embarrado en el calzado, eso la hizo soltar otro grito de espanto que la hizo correr velozmente fuera del área de mantenimiento.

No puedo creer que comparta la pista con esa chica. —resopló Sasuke exhausto, siguiendo su camino con tranquilidad.

Al salir de aquella área, vio como Sakura andaba dando vueltas totalmente asqueada, ya que en efecto había pisado a uno de esos bichos rastreros, y todavía quedaban pequeños residuos de ese ser en su calzado.

Ay, ya… fue sólo un bicho.

Me dan mucho asco… no puedo. —brincoteó Sakura, aun horrorizada. —Mira… mira como se me puso la piel chinita.

Se levantó la manga de su chaqueta, mostrándole lo erizada que tenía la piel.

Sasuke se apenó ligeramente con ese movimiento, no supo por qué, pero lo hizo, aunque rápidamente se recuperó y vio a detalle lo que ella le mostraba.

Hmph… que curioso. — se burló.

¿Eh? ¿Qué?

Nada… me voy a cambiar…

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El melancólico Sasuke soltó una risita al recordar aquello, y lo que se omitió en su momento, lo que realmente había querido decirle es que le resultaba curioso que, una chica tan fuerte como ella, le tuviera miedo a esos insectos rastreros, pero como solía ser, no se lo dijo.

—Ella es fuerte… ella no es una mujer débil. — se dijo, tratando de convencerse de que su amiga estaba bien.

Sin embargo, el rememorar las imágenes de la escena del crimen lo hicieron pensar de inmediato lo contrario, y un sentimiento de culpa se apropió de él.

—¿Por qué no estuve ahí? Si tan sólo te hubiera apoyado… si tan sólo… si tan sólo te hubiera besado esa noche… tal vez… nada de esto hubiera pasado.

La tristeza lo embargó, y más cuando admitió finalmente que esa chica, a la que consideraba un verdadero fastidio le gustaba y mucho, pero… ya era demasiado tarde para eso.

—¡NO!

Se levantó de la cama, tratando de quitar esa idea de su cabeza, y decidido a todo, se preparó para salir de nuevo.

La iría a buscar en donde fuera, aunque tuviera que buscar hasta por debajo de las piedras.

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Mientras tanto por otra zona, donde la lluvia seguía cayendo incesantemente formando grandes encharcamientos que hacían imposible ver de todo el suelo, una chica de cabello rosa corría debajo de esta, completamente empapada.

Entre gimoteos llenos de dolor y cansancio siguió andando, por las solitarias zonas de aquella área que conocía muy bien y que llevaba mucho tiempo sin visitar, y así anduvo en busca de un complejo departamental a la vez que se cuidaba la espalda, pues no se sentía del todo segura, no después de lo que le había ocurrido.

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Horas atrás.

Al notar la silueta de aquel sujeto vestido completamente de negro en su armario, Sakura se paralizó por completo, incluso perdió momentáneamente el aliento; sin embargo, cuando reparó en el peligro en el que se encontraba, una parte de ella reaccionó, haciéndola desviar su mirada del espejo para fingir que no había visto nada.

Es lo que pensó que tenía que hacer, y comenzó a idear un plan.

Pretendiendo acomodar unas cosas en el tocador, vio rápida y disimuladamente hacia el armario, viendo que el sujeto tampoco se había movido de posición.

Pensando que tenía una oportunidad de salir y escapar, fijó su mirada hacia la puerta y calculó mentalmente tanto la distancia como el tiempo que le tomaría llegar a esta.

Era un movimiento arriesgado, puesto que el sujeto desde su posición podría alcanzarla, pero no tenía de otra, así que siguiendo con la farsa, fingió tomar otras prendas de la cama y cuando vio su oportunidad las dejó caer y corrió hacia la puerta lo más rápido que pudo; sin embargo…

¡Hey, Hey! ¡¿A dónde bonita?! ¿crees que no me di cuenta de tus intenciones?

La persona que la había estado observando finalmente salió de su escondite y como estaba más cerca de la salida rápidamente la atrapó, agarrándola del cabello.

¡Ahhh! ¡Suéltame! —peleó Sakura, aguantándose el agarre de ese sujeto, el cual le apretó tanto el cabello que sintió como su cuello cabelludo se restiraba.

No, no, no… aquí mando yo, cariño… y ¿adivina qué…? Hoy te vas a morir… así me lo pidieron…

Los ojos de la patinadora se agrandaron al escuchar aquello.

Pero antes… vamos a divertirnos un poco.

Dicho aquello, la arrojó contra la repisa donde tenía sus peluches, tomándola posteriormente del brazo para alzarla de nuevo y arrojarla ahora contra el tocador.

Sakura cayó pegándose al costado de su cabeza con el borde del mueble, lo que ocasionó que se aturdiera, cosa que su atacante aprovechó para alzarla de nuevo y soltarle ahora una bofetada en la mejilla que la volvió a tumbar al suelo.

Levántate…—ordenó el sujeto, tomándola de nuevo por el cabello.

El dolor hizo reaccionar de nuevo a Sakura que nuevamente intentó quitárselo de encima, sin embargo otro puñetazo en su mejilla la hizo caer sobre la cama y también sangrar tanto de la boca como de la nariz, así como de la herida que le hizo el nudillo de ese hombre.

Quedando boca abajo sobre la cama, sintió como aquel hombre, empujó parte de las cosas que tenía encima de esta para despejarla y posteriormente se le subió encima y comenzó a restregar su asqueroso cuerpo en su parte baja.

Ahhh… ¡maldito, asqueroso! ¡NO ME TOQUES! —gritó, sintiendo un inmenso asco.

Te va a gustar, así que ¡cállate! Y más vale que te quedes quieta. —amenazó este, comenzando a remover su propia chaqueta y camisa ante el calor que empezó a sentir por la excitación.

Sakura se vio imposibilidad en hacer algo, en especial cuando aquel sujeto, semidesnudo, se le echó completamente encima y comenzó a manosearla con perversión.

Lloró con impotencia, no creyendo que eso le estuviera pasando a ella, y su cuerpo se tensó más al momento que sintió que ese sujeto le tocó el trasero con ambas manos para posteriormente comenzar a pelear con su pantalón para tratar de bajárselo a la vez que la llenaba de saliva por todo el cuello.

¡DÉJAME, NO ME TOQUES! ¡NOOOOO! —gritó y lloró con dolor, cuando sintió que la mordió en el cuello. —¡DÉJAMEEEEEE!

Haces mucho escándalo, linda… pero grita todo lo que quieras… dudo que con esta lluvia alguien te escuche. —dijo el animado hombre, levantándose un poco sobre ella, para comenzar a desabrochar su propio pantalón.

La patinadora, aun perturbada, no vio la manera de como zafarse de esa cuando de repente, el destello de una luz sobre la cama llamó su atención, era uno de sus patines, uno de ellos había permanecido en la cama; y llenada inesperadamente de una dosis de adrenalina, se movió rápidamente a como pudo y lo tomó, girándose posteriormente para encajar la parte trasera de la cuchilla justo en el pecho desnudo de aquel hombre.

¡AH! ¡Perra!

Pero antes de que pudiera golpearla de nuevo, Sakura, llena de furia, le presionó la herida que recién le había hecho y la profundizó más haciéndole una abertura más grande en todo el pecho.

Aunque la navaja del patín no era letal, la manera en que la movió y la fuerza que aplicó en la cuchilla, fue suficiente para que la sangre del sujeto comenzara a brotar escandalosamente, embarrando más la cama.

Fue en ese momento que Sakura, aprovechó el aturdimiento de su atacante para darle una patada y quitárselo de encima de ella y huir de ahí.

¡Perra maldita! ¡Me las vas a pagar!

El enfurecido hombre la siguió, dejando marcas de sangre por todos lados a su paso, pero no dispuesto a dejarse vencer por una "niña" la siguió, y la alcanzó al borde de las escaleras.

Ahí, una vez más forcejearon a tal grado que ambos terminaron cayendo por las escaleras, pero quien más recibió daño fue el individuo que cayendo de cabeza se vio imposibilitado a levantarse rápido.

La asustada Sakura, que cayó boca abajo, se levantó tan rápido como pudo, y aunque sintió una ligera tensión en su pie, eso no le impidió correr hacia la entrada en donde tomó sus tenis antes de salir.

Por miedo a que ese tipo le persiguiera y en parte desorientada por la experiencia, corrió lo más rápido que sus pies le permitieron sin tener idea de a donde dirigirse, así anduvo hasta que llegó a un pequeño parque donde lo más llamativo era un solitario quiosco en donde pretendió refugiarse momentáneamente en lo que procesaba todo lo que había ocurrido.

Sin embargo, antes de que pudiera llegar a este, algo la hizo detenerse, o más bien alguien que estaba ahí, aparentemente esperando.

Atónita, vio que era el entrenador Danzou, quien con toda la tranquilidad del mundo se fumaba un cigarrillo, cuando se suponía debía estar haciendo las compras.

Algo en esa imagen perturbó a Sakura, e intuyendo que algo andaba mal ni siquiera se acercó y comenzó a caminar de reversa lentamente y luego más rápido cuando notó que Danzou se dio cuenta de su presencia y se mostró impactado al verla.

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—No quiero volver con él, no quiero volver. —repetía una y otra vez, llorando bajo la lluvia que en parte ya había removido la sangre de ese sujeto con la que había quedado embarrada y la suya.

Para su suerte, después de tanto correr vio una luz de esperanza al final del camino así como el final de sus penas. Había llegado al complejo departamental donde vivían sus padres, los cuales de seguro no le permitirían volver con Danzou después de lo ocurrido.

Se apresuró al ir al departamento correspondiente, y cuando finalmente llegó a este tocó insistentemente la puerta una y otra vez, completamente desesperada y temerosa de que alguien llegara y se la llevara antes de que pudieran abrir la puerta.

Pero eso no sucedió, la puerta se abrió y ella de inmediato se lanzó a abrazar a quien había atendido su llamado: su madre.

—Mamá… mamá… mamá... mami… —chilló desconsolada, dándose cuenta también de lo mucho que había extrañado a su progenitora, pues desde que Danzou había tomado su custodia se habían visto no más que una ocasiones desde hacía casi 5 años.

Sin embargo, de repente sintió como la persona a la que había abrazado la tomó por los brazos y la apartó lejos de ella.

—Disculpa… ¿quién eres tú?

Sakura confundida, parpadeó un par de veces y la figura que creía era de su madre se convirtió de repente en la de una señora que se mostraba igualmente confundida.

¿Qué está pasando? ¿Me equivoqué? —pensó desorientada, viendo al número de departamento que había tocado.

Era el 710, se suponía que ese era el departamento donde sus padres vivían, no comprendía que pasaba.

—Niña… ¿te encuentras bien? —preguntó la mujer al ver las heridas en su cara.

Sakura se sacudió, aun sin comprender nada.

—Te me haces familiar… —señaló la desconocida intrigada. —Eres la hija de Mebuki ¿verdad? ¿La pequeña Sakura? Hace años que no te veía, has crecido mucho

—¡Eh! ¡Sí! —reaccionó la patinadora. —¿Y mis padres? ¿Dónde están ellos? ¿Están adentro?

—¿Adentro? Pequeña… tus padres ya no viven aquí desde hace meses… se fueron a la nueva casa, y me dieron en renta este departamento.

—¿La… qué…? ¿Cuál… casa…?

—¡La que compraron! Me dijo tu madre que tú ayudaste mucho a que adquirieran una mejor propiedad en un mejor lugar que este, creo que por el distrito ese de medios riquillos que se llama Hinosekai…

La patinadora ahogó un grito al escuchar aquello, sabía que ese distrito aunque no era de los más ricos, si resultaba costoso en cuanto a propiedades y su madre siempre había añorado vivir en un sitio como ese.

—… que porque patinas en sabe dónde o algo así…—siguió hablando la mujer. — la verdad es que no sé nada de eso, no me gustan los deportes, pero creo que llegué a ver uno de tus comerciales en la televisión. Cuando le renté el departamento a tu madre ella me dijo que había adquirido esa casa gracias a lo que tu ganas… ¿Qué no lo sabías?

Sin embargo, Sakura no respondió, seguía sin poder procesar del todo la información que esa mujer le había dado.

—Oye… eso en tu cara ¿es un golpe? ¿Te caíste o algo? Si quieres pasar, le llamaré a tu mamá para que venga por ti… ella viene cada mes a cobrarme la renta.

Sakura rápidamente negó con la cabeza, terminando de procesar todo.

—No… no es necesario… la… la verdad es que nunca les pregunté si ya se habían mudado, fue… fue mi error, creo que los buscaré directamente en la nueva casa, por favor no les diga nada, no quiero que se preocupen por mí, yo enseguida iré con ellos. Muchas gracias.

Dicho aquello hizo una rápida reverencia y se alejó, dejando a la mujer confundida la cual sólo optó por hacer lo que le pidió la patinadora para no meterse en cosas que no le importaba.

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Nuevamente bajo la lluvia, la llorosa Sakura se dirigió a pie hacia el otro distrito anexo, el afamado distrito Hinosekai, ¿para qué? Ni ella misma sabía, sólo quería ver las propiedades que estaban por ahí, específicamente una zona donde su madre alguna vez (cuando niña) le señaló le gustaría vivir, para darse una idea de lo que sus padres habían adquirido sin avisarle y probablemente usando los recursos que ella pensó tenía guardados para su futuro.

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Ya era demasiado tarde y el cansado Sasuke había recorrido una gran parte de la zona donde vivía Danzou Shimura con Sakura.

Al principio quiso acercarse a la casa la cual seguía acordonada y vigilada por policías, pero pensó que hacer eso sólo alimentaría el morbo de los medios y levantaría la sospechas de las autoridades, además de que su hermano, el cual ya se encontraba seguramente trabajando en el caso, se enteraría que estuvo de entrometido.

Pensando en los posibles escenarios, donde Sakura había logrado zafarse de su atacante trató de pensar en los lugares a donde ella iría en caso de estar escapando, aunque concluyó al final que ella realmente no contaba con alguien cercano a excepción de sus padres que por lo que había escuchado en las noticias, también estaban angustiados por su hija.

Así que sin ninguna pista con cual guiarse, sólo rondó por todo el área, deseando que ella se le apareciera por ahí de la nada, pero conforme pasó el tiempo y la lluvia se intensificaba tornando todo el ambiente más frío, fue que poco a poco perdió la esperanza, e inconscientemente se vio caminando decepcionado de regreso a su departamento.

—Perdóname Sakura…

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El distrito Hinosekai era un lugar realmente hermoso, un bonito lugar para vivir, pensaba una agotada Sakura, caminando lentamente por la zona donde se imaginaba vivían sus padres muy felices, mientras que ella, se podría decir que no tenía ni donde caerse muerta.

Con tal pensamiento, llegó un punto en donde ya no le importó nada y sólo caminó sin tener un destino fijo, sólo quería sentarse, estaba muy cansada para continuar; así que cuando llegó a una zona departamental vio que a unos metros de este había un parque donde de seguro había un lugar donde sentarse.

Así que se dirigió hacia este, completamente cabizbaja y ya sin prestarle atención a nada de lo que había alrededor de su entorno.

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Después de una larga caminata y finalmente tomar un taxi, el melancólico Sasuke se vio nuevamente frente al edificio departamental donde vivía, viendo con decepción como la lluvia seguía cayendo, pensando que mientras él se estaba resguardando bajo un techo, probablemente Sakura andaba por ahí en peligro.

Nuevamente se autocastigó, no se veía entrando a su departamento tan ligeramente cuando su amiga no estaba a salvo, así que su cuerpo no se movió, pese a que el frío y el viento que traía consigo la lluvia así como los relámpagos y truenos le dijeran lo contrario, como si lo estuvieran forzando a entrar a su hogar.

—No, no, no… no puedo. —negó con la cabeza una y otra vez. —Saldré de nuevo a buscarla.

Decidido a seguir, pese a no tener idea de donde buscar, se ajustó la capucha de su impermeable y se expuso de nuevo ante la tormenta como si la retara, cuando en eso un relámpago iluminó todo el exterior y le mostró a alguien que caminaba cabizbaja bajo la lluvia: una chica de cabello rosa.

—Es… es…

Cerró los ojos, tratando de enfocarse y ver si su mente no le estaba jugando una mala pasada, pero cuando abrió los ojos, vio que esa chica que se apartaba poco a poco era real.

—¿Será… será ella?...

Entonces corrió hacia donde la vio irse, guardando la poca esperanza que le quedaba.

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—Por fin un lugar donde sentarse. —musitó la agotada Sakura, después de que encontró una banca.

Ahí, sintiendo como el cuerpo se le iba aligerando, en especial las piernas, se permitió procesar de nuevo todo lo que había ocurrido en tan sólo un día, y con pesar comenzó a llorar al concluir que finalmente se había quedado sin nada y estaba completamente sola.

—¿Sakura?

Entonces escuchó que alguien llamó y por un momento se paralizó con temor, pero cuando recapacitó en el tono de aquella voz fue que se atrevió a levantar la mirada para ver si no estaba alucinando.

—¿Sasuke-kun? Eres tú… —musitó, viendo con cansancio al chico que se mostraba espantado con su aspecto y que le generó un tremendo sentimiento de tristeza.

De nuevo se echó a llorar.

—Sakura…

—¡Nadie me quiere! —exclamó con dolor. —Estoy sola… no tengo a donde ir… todos me odian: mis padres, el entrenador, Ino, Hinata, ¡todos! ¡hasta tú, Sasuke-kun! Me odias por ser una fastidiosa…

—Eso no es cierto… ¡¿Quién te hizo eso?! —exigió este furioso al ver como eran visibles los golpes en su rostro. —Sakura… ¡¿Quién fue?!

La patinadora sólo negó con la cabeza, sintiéndose abrumada por los gritos

—Maldita sea… Sakura, ven aquí…— la jaló Sasuke de la muñeca.

—¡¿Qué haces?! ¡No me toques! —se resistió esta a ser llevada por él. —¡No pienso volver!

—¡Cálmate, trata de tranquilizarte!

Pero Sakura lloró aun más y se dejó caer de rodillas para evitar que él se la llevara a saber dónde.

—Por favor, TE LO RUEGO…no me devuelvas con Danzou, por favor, por favor… NO QUIERO VOLVER CON ÉL, POR FAVOR… SASUKE-KUN… ¡NO QUIERO VOLVER!

—¡¿Qué cosas dices?! ¡Claro que no haré eso! —le aclaró él, soltándola sutilmente para luego quitarse el impermeable y cubrirla con esta. —Te llevaré conmigo…

—¿Eh? ¿contigo?

—Si ese infeliz hijo de puta de Danzou y tus padres nunca te trataron bien yo haré lo contrario, te voy a enseñar a cómo deben de tratarte.

Y sin decir nada más, Sasuke la tomó con suavidad de la mano, la ayudó a levantarse y se la llevó con él.

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Minutos más tarde, una Sakura más calmada veía a su alrededor la tranquilidad y la calidez que emanaba el departamento de Sasuke, lo suave que era la cama individual en donde estaba sentada y lo angosta y caliente que eran las prendas prestadas que ahora vestía.

Increíblemente su ex compañero de pista se estaba comportando intachablemente con ella desde que habían llegado al departamento, tanto, que hasta su ropa le estaba lavando incluido sus interiores, pero no sólo eso, Sasuke la había escuchado, con todo lo que le había ocurrido con ese tipo que se apareció de la nada en su habitación y lo que intentó hacerle, y lo que recién había descubierto de sus padres, así como sus sospechas de robo y de Danzou, y el jugador de hockey le creyó en todo.

Por un momento pensó que después de todo lo que le había contado, Sasuke llamaría a la policía y a todo el mundo para dar aviso de que se encontraba bien, pues él le contó sobre lo que estaban diciendo en las noticias, sin embargo pese a todo eso, no lo hizo, no informó a nadie de que ella se encontraba con él.

Su argumento: no quería que se angustiara más, al menos por esa noche, las explicaciones se darían después y por supuesto él la apoyaría.

Esas palabras calentaron de nuevo el corazón de Sakura, y después de tantos problemas, tantas quejas y rumores se sintió comprendida finalmente por alguien, y no cualquier persona, sino ese muchacho del que se encontraba perdidamente enamorada y de quien se seguía enamorando cada vez más con cada uno de sus inusuales detalles.

—Encontré estos ungüentos en mi botiquín, pero no se cual pueda servir más para los moretones. —interrumpió Sasuke sus pensamientos, sentándose a un lado de ella en la cama, mostrándole lo que había encontrado.

—Este…

Indicó Sakura, señalando el ungüento correcto el cual pretendió tomar para ponérselo, hasta que Sasuke evitó que lo hiciera, pues él pretendía hacerlo.

—¿sólo te lo pongo encima? ¿Cómo en cualquier lesión? —preguntó antes de embarrarle aquel producto, puesto que el moretón lo tenía cerca del contorno de su ojo izquierdo.

Sakura rio ligeramente.

—Usa tu dedo anular, es el dedo con menor fuerza y da pequeños toquecitos para distribuir.

Sasuke así lo hizo, se puso una pequeña cantidad de ungüento en el dedo indicado y dando pequeños toquecitos le hizo el respectivo tratamiento a la apenada Sakura.

—Mmm… sabes mucho de estas cosas… —comentó él, para tratar de hacer conversación ante tan penosa situación. —¿Es porque te estás preparando para ser doctora?

La patinadora volvió a sonreír sintiendo cierta ternura, más al ver que él recordaba aquella conversación que habían tenido en la pista de patinaje.

—Algo… he aprendido algunas cosas, pero esto…—señaló a lo que estaba haciendo. —Es porque… digamos es una regla al maquillarte.

Sasuke gruñó al escuchar tan tonta explicación, provocando más risitas en su compañera.

—Listo… —avisó cuando terminó de ponerle ungüento en el moretón y colocarle una pequeña bandita cuadrada cerca de la sien donde también tenía una herida, todo haciéndolo con una delicadeza que ni él mismo se conocía.

—Gra- gracias…Sasuke-kun —musitó ella, sintiendo como la voz se le entrecortó, al tener cierto sentimientos encontrados que la hicieron llorar de nuevo.

—¿Qué pasa?

Sakura se encogió de hombros.

—Me siento… no sé… es que… después de lo que pasó… llegué a creer que… —suspiró con dolor, no queriendo imaginarse lo que hubiera pasado si ese sujeto hubiera logrado su objetivo. —Luego… al enterarme de lo que mis padres hicieron… pensé… que me quedaría bajo la lluvia toda la noche…

—Pero no pasó, estás aquí… conmigo. —consoló Sasuke, viéndola fijamente.

—Y te lo agradezco… no sabes cuanto… — lo miró ella con ternura.

El jugador por un momento quedó prendado a esos ojos verdes, esos que lo miraban con añoranza tal como aquella noche en la pista de patinaje, aunque de repente estos se apartaron de él, un movimiento que le dio a entender que Sakura no quería dejarse llevar como aquella noche, al parecer no quería volver a cometer un equivocación, pero ¿y él?

Desvió su mirada también, sintiendo una repentina ansiedad y también deseo de algo más, cosa que se reflejó en sus inquietas manos que jugaban con el tubo del ungüento.

Estúpido… casi la pierdes el día de hoy. —pensó, irritándose al ver que desperdiciaba demasiado tiempo con sus indiferencias.

—¿Sasuke-kun? —llamó Sakura al verlo enseriado y cabizbajo.

Lentamente se agachó para ver si todo estaba bien, pero en eso Sasuke se reincorporó rápidamente haciendo que ella se echara hacia atrás, en especial por la extraña mirada que él le lanzó.

No la dejaba de ver y parecía molesto, pero… también comenzó a acercarse lentamente hacia ella, mucho, demasiado que pronto ella comenzó a agitarse por los nervios que le provocaban su cercanía y notar lo que iba a hacer: la iba a besar, cerró los ojos, sin saber qué hacer, estaba demasiado agitada para pensar hasta que sintió que él se detuvo a milímetros de poder tocarla.

—No te asustes… no te voy a hacer daño.

Lo escuchó susurrar, y enseguida sintió unos suaves labios que se oprimieron contra los suyos por unos segundos y luego se apartaron con sutileza.

Sakura sintió que de nuevo su cuerpo se relajaba, sintiendo ahora algo extraño en su interior. Abrió los ojos, viendo que el aparentemente indiferente Sasuke no había sentido nada, pero al verlo directamente a los ojos notó algo diferente, una especie de deseo que se hizo realidad al momento que se acercó nuevamente a ella para juntar sus labios de una manera más prolongada y dinámica, donde ambos comenzaron a explorar más allá de sus labios, comenzaron a explorar la totalidad de sus bocas.

Sasuke consciente de lo que estaba haciendo se debatía mentalmente si estaba haciendo lo correcto después de lo que Sakura había experimentado, pero conforme más interactuaba con la boca de su amiga más iba ignorando aquel suceso y se limitó sólo a seguir con lo que su corazón y cuerpo le pedían, quería estar con esa chica de todas las formas posibles, y así, lentamente comenzó a recostarla en la cama y con sus labios y manos comenzó a recorrer más allá de su rostro y fue más profundo cuando la misma Sakura le permitió hacerlo.

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Habiendo pasado unos minutos después de lo más "difícil", Sakura y Sasuke se encontraban unidos bajo las sábanas de la cama; el jugador se movía sutilmente dentro de ella, besando su lastimado rostro y cuello, tocando a cómo podía todo su desnudo cuerpo, todo de la manera más tierna y excitante, o al menos así creyó él que lo hacía, puesto que al reincorporarse un poco de encima de ella, la notó haciendo una mueca extraña.

—¿Qué pasa? ¿Te estoy lastimando? —Era como la décima vez que le preguntaba desde que había empezado.

La sonrojada Sakura, debajo de él, sólo negó con la cabeza con labios apretados.

—¿Entonces por qué esa cara? ya te dije que me detuvieras si algo te incomodaba…

—No es eso… — abrió ella los ojos, sin dejar de mostrarse sonrojada. —Es que...

—¿qué? Dime…

—No quiero hacer ruidos raros… —confesó ella sonrojándose aun más.

Sasuke gruñó sintiéndose raramente más excitado por todas las tonterías que ella decía.

—Es normal… eso creo… —opinó, volviendo a recostarse encima de ella para seguir con sus movimientos.

Sakura soltó un suspiro placentero al sentir todo aquello.

—Me… da pena… —susurró cerca de su oído.

—No esperaba menos de ti. —se burló Sasuke, dándole otro beso para intentar relajarla.

—Y también…—apretó Sakura los labios.

Sasuke de nuevo se detuvo al notar esa expresión por segunda vez.

—¿Qué?

—Es que siento que yo no estoy haciendo nada.

—¿mh?... ¿Quieres ir arriba?

La pregunta de Sasuke le salió con tanta naturalidad, que Sakura se sintió hervir como una olla con agua a punto de ebullición.

—¡No!... digo… no sé nada de esto… ¿qué debo hacer? Siento que tú haces todo… sólo dime qué debo hacer ahora…

—¿Mmm?... puedes tocarme si quieres… —respondió él al creer que a eso se refería, pues desde que había empezado ella se la había pasado engarruñada.

—¿Puedo?

Sasuke sonrió para sus adentros al ver que había acertado y nuevamente le pareció algo extrañamente tierno y estúpidamente excitante esa fastidiosa manera de ser de ella.

—por supuesto, tócame todo lo que quieras… —jugó él, recostándose nuevamente en ella para darle la oportunidad de hacerlo.

Sakura, soltando pequeños suspiros conforme lo sentía moverse otra vez dentro de ella, trató de ser equitativa y con cuidado comenzó a pasear sus manos por la espalda de su acompañante, deleitándose al sentir lo fuerte que era ese ardiente cuerpo.

Sasuke se mordió los labios al sentirla, y vio que al igual que ella, le daba pena exhibir cuan demasiado le gustaban esos sutiles toques.

—¿Lo estoy haciendo bien? ¿no te da cosquillas? —cuestionó Sakura al ver su expresión.

Sasuke rodó los ojos, mostrándose fastidiado al ver lo que pretendía.

—Ay… ¿te enojaste?

—¿Por qué no sólo…

—¡¿Y si te tocó aquí…?

Y de repente un apretón por sus costillas le sacó una extraña risa que lo debilitó y lo hizo caer de golpe encima de Sakura, la cual se quejó un poco por el movimiento que también se generó por debajo de las sábanas…

—Sasuke-kun… ¿te reíste? —le preguntó ella comenzando a reír, por lo extraño que había sido aquello.

El jugador de hockey se reincorporó, completamente sonrojado, mostrándose ahora sí alterado.

—¡No hagas eso!

—¿qué? ¿esto?

Y juguetonamente Sakura volvió a tocar cerca de sus costillas, haciendo que Sasuke volviera a sentir aquel desfallecimiento que iba acompañado de una risita y que extrañamente hacía que se excitara más.

—¡Ya basta!

Pero ya no había marcha atrás, la patinadora había encontrado su punto débil y se aprovechó de este tocándolo todo lo que pudo y sacándole más risas en todo lo que llevaba de vida, pronto Sasuke se acostumbró al juego y tan pronto se le dio la oportunidad la atacó de la misma manera, haciendo que Sakura se retorciera a más no poder bajo su cuerpo, mientras que sus intimidades ardían más y más, con cada movimiento, con cada empujón hasta que finalmente ambos ya no pudieron más y llegaron al culmino de la consumación.

.

Con su rostro ocultó en el cuello de su amiga, Sasuke trató de recuperar el aliento, bajando así el nivel de entusiasmo y éxtasis que había sentido, cayendo de pronto en cuenta de lo que había hecho.

¿Había sido lo correcto?

Se cuestionó, reincorporándose un poco de encima de su compañera la cual lucía exhausta, incluso más que él, pero eso sí, tenía una gran sonrisa plasmada en el rostro, nada que ver con la chica que había encontrado bajo la lluvia.

La admiró, tocando sutilmente su rostro, el cual ya tenía marcado un gran moretón morado por debajo de su ojo, también observó su boca la cual tenía una pequeña fisura debido a los golpes que le había dado ese individuo, y por debajo de las sábanas la tocó, captando apenas con sus manos que estaba demasiado delgada, tanto, que podría jurar que ya no era sano. Ni que decir de los demás moretones que tenía.

Volvió a enfurecerse por dentro, sintiendo que ese hijo de puta de Danzou la había estado matando lentamente, y al ver que no había podido con ella, mandó a ese sujeto para que terminara con el trabajo, o al menos esa era su teoría.

—¿qué pasa? —acarició Sakura su mejilla al verlo enseriado.

Sasuke negó con la cabeza, y se le retiró de encima.

—Tienes los pies demasiado fríos… creo que lo mejor es que te des un baño… —aconsejó, sentándose en la cama, tomando sus interiores del suelo y también se quitó discretamente el preservativo. —él baño está allá… —señaló apenado. —Toma todo lo que quieras, yo iré a ver si la ropa ya terminó de lavarse y secarse.

—Sí. —musitó Sakura apenada, viendo como Sasuke se apartaba de ella lo que le causó una sensación de frío que posteriormente la hizo estornudar. —Shannaro… no quiero enfermarme.

Levantándose a tientas, se envolvió en la sábana y corrió hasta donde Sasuke le había indicado estaba el baño, ya estando ahí, cerró la puerta y viéndose sola frente al espejo se permitió suspirar largamente al reflexionar lo que había sucedido tan sólo minutos atrás.

Había hecho el amor con Sasuke Uchiha.

No lo podía creer, todo había sucedido tan rápido que apenas podía procesarlo, pero aunque pensara que había sido demasiado rápido y ni siquiera tenía definido que tipo de relación tenía con él no podía negar el hecho de que le había gustado bastante.

—Ay, Sakura que piensas… —se regañó frente al espejo, viendo lo sonrojada que estaba. —Las piernas me siguen temblando, y… siento extraño… me duele un poquito …—admitió llevando su mano a la parte baja de su vientre. —pero… ya pasará… —se sacudió. —Supongo es normal…

Diciéndose eso así misma dejó que todo siguiera su curso sin cuestionárselo demasiado y se adentró a la regadera para darse un baño.

.

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En tanto Sasuke, mientras sacaba la ropa ya lista de la secadora, seguía reflexionando sobre lo que había hecho, una parte de él se sentía tranquilo, pero la otra seguía cuestionándose si realmente había sido lo correcto.

Prácticamente se había dejado llevar por sus emociones y había arrastrado a Sakura con él, mas no creía que eso fuera malo, aunque si demasiado rápido, pero no había marcha atrás, ahora tenía que pensar en lo que haría a partir de ahora en adelante pues era un hecho que no podía dejarla sola.

Regresando a la habitación con la ropa seca y ya doblada, vio que la cama estaba vacía y en el baño era audible el sonido de la regadera; aprovechando que Sakura se seguía bañando se acercó a la cama para tenderla, pero al hacerlo, nuevamente se cuestionó si había hecho lo correcto al notar ciertas manchitas.

—Mierda… y según ella no la lastimé… —se frustró al ver que había ido demasiado lejos, pero siguiendo con su idea de que debía sólo continuar, removió todo de la cama para cambiarla con otras sábanas y colcha limpia.

Terminando con la cama, y con el mismo pensamiento de seguir, se adentró al baño, llevando parte de la ropa limpia de Sakura.

Al abrir la puerta, vio que ella estaba debajo de la regadera, sin estar haciendo más; sin embargo, al notar su presencia se paralizó sonrojándose por completo, algo que él ignoró por supuesto, después de todo ya la había visto y tocado toda, no tenía nada de que apenarse; así que sin pensarlo demasiado comenzó a sacarse otra vez la ropa, dejándose al final solo una toalla en la parte baja para que ella no se alterara demasiado.

—Sasuke-kun…

La apenada Sakura, se cubrió a como pudo al ver como Sasuke se aproximaba a la regadera con ella, y este tan enseriado como solía ser, sólo entró, dándole otra toalla que llevaba para que se cubriera, para después dejarse mojar por el agua.

—Hmph… tardas demasiado… yo también me quiero bañar. —comentó, haciéndose el indiferente ante la situación, aunque un pequeño sonroso era visible en sus mejillas.

—Oh… bien…

Sakura tragó saliva sin saber que decir; se enrolló en la toalla, aunque pensando para sí misma creyó que era algo a lo que se debía acostumbrar, después de todo ya había estado con ese hombre en la intimidad, y no sólo eso se suponía que iba a estudiar medicina, ver hombres en ese estado de desnudez probablemente sería uno de los gajes de su oficio.

—¿Qué te falta?

—ah… el cabello… pero no alcanzaba el shampoo. —señaló el objeto que estaba hasta la ventanilla.

Sasuke, con la altura que se cargaba lo alcanzó como si nada y se echó algo del producto en la palma de la mano y luego se lo estampó directamente en la cabeza a Sakura.

—¡Ay, así no se hace!

—Hmph…así lo hago yo, quédate quieta. —ordenó Sasuke, comenzando a batirle el cabello con las manos para lavarlo.

Sakura se rindió, imaginándose lo enredado que le quedaría después de enjuagarlo, y en efecto así fue, pero en fin, le gustó mucho todos esos detalles que Sasuke estaba teniendo con ella.

—¿Puedo lavarte el tuyo? —preguntó cuando él terminó.

—Si así lo quieres… —respondió él sin cambiar de porte, pero sentándose en un banquito para que ella lo alcanzara.

—Te voy a enseñar como se debe hacer, Sasuke-kun —dijo la feliz Sakura, tomando algo de shampoo para después hacerle un masaje en todo el cuero cabelludo.

Está de más decir que Sasuke evitó a toda costa que otra cosa pasara en la regadera con lo que sintió con ese masaje, algo que tuvo que calmar echándose un balde de agua helada cuando Sakura terminó de lavarle el cabello.

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—Ponte de nuevo el ungüento, y una bandita seca, en el cajón hay una secadora de cabello, y aquí te traje un cepillo de dientes y también tu ropa seca… a excepción de la blusa que llevabas puesta, esa tenía sangre del tipo, probablemente la podamos usar como evidencia para tu caso. —dijo Sasuke una vez que terminaron de bañarse.

Sakura, envuelta en otra toalla tanto del cuerpo y cabello, sólo asintió viendo que en lugar de su anterior blusa roja, Sasuke le había dejado una playera blanca, así como una sudadera negra y un pantalón extra para que estuviera más cómoda.

—Te puedes quedar con mi ropa. Si tienes frío con esta, puedes tomar lo que quieras de mi armario.

—Gracias, Sasuke-kun…

—Iré a preparar algo para que comas… aunque sea tarde, no debes dormirte sin comer nada… ¿de acuerdo?

—Sí, te lo agradezco.

Dándole nuevamente privacidad, Sasuke, envuelto también sólo por otra toalla se retiró del baño.

La patinadora suspiró, sintiendo ahora si su cuerpo exhausto después de tantas cosas, pero además de cierta zona que la seguía sintiendo incomoda, así como los golpes en la cara, también comenzó a sentir incomodidad en el tobillo, el cual al bajar la mirada notó estaba hinchado.

—Shannaro… lo que me faltaba…un esguince— y exhausta, buscó entre las cosas de Sasuke algo que pudiera usar como vendaje.

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La cena pasó amenamente, después de días Sakura disfrutaba de una comida que, aunque había sido muy ligera y sencilla, ella lo degustó como si fuera gourmet, desde su perspectiva Sasuke cocinaba delicioso.

Una vez satisfecha, ahora si su cuerpo le demandaba descansar y pronto comenzó a cabecear en la mesa, Sasuke al notarlo, acudió con ella y sin reparos la cargó, después de todo se había dado cuenta y por supuesto Sakura le contó del esguince que se había hecho, y por supuesto pensó que esas hermosas piernas tenían que estar bien cuidadas para las olimpiadas.

La acostó en la cama, y enseguida que apagó todo, él se acostó junto con ella, quedando ambos frente a frente en ese mínimo espacio que conformaba la cama individual.

—Duerme… debes estar agotada

—Realmente te lo agradezco, Sasuke-kun… todo lo que has hecho por mi…

El Uchiha negó con la cabeza, dándole a entender que no tenía nada que agradecer.

—¿habías… habías… no, mejor no pregunto.

—¿Qué? —cuestionó Sasuke al verla apenarse. —¿Me ibas a preguntar si había hecho esto con alguna otra chica?

Sakura se encogió en la cama, mostrándose en evidencia.

—No tienes que decirme si no quieres… no es de mi incumbencia…

—Mmph… nunca lo había hecho, si es lo que quieres escuchar…

—¿eh?

—es decir… al menos así no…

La patinadora se confundió.

—Sólo había experimentado "eso" una vez, y fue desagradable, tenía 16, era la primera vez que me embriagaba en un evento, y una tipa, que ni si quiera sé quién era, creo que era hasta mayor que yo, me invitó a hacerlo, yo ni me acuerdo qué le respondí, pero estaba en la época en que me quería tragar al mundo de un bocado así que creo que acepté, total… lo único que recuerdo es que me llevó a una habitación se me echó encima e hizo todo el trabajo, no recuerdo siquiera si me moví.

Sakura se espantó con el relato, y más al caer en cuenta de lo que realmente había pasado.

—Sé lo que piensas. —dijo Sasuke al verla. —Y no me importa realmente…

—¿En serio?

El Uchiha sonrió levemente.

—Al menos no le doy la importancia que tú si le das…

La patinadora no le creyó del todo.

—Ya pasó Sakura, en serio… no me afecta…

—Mmm… ¿Por eso me dijiste aquello la otra vez? Que…

—¿Qué no le abrieras las piernas a cualquiera?

Sakura se incomodó por la forma en que lo había dicho.

—Sí, fue por eso… —musitó Sasuke, reparando en lo que había dicho, dándose cuenta de que ella se había entregado a él, entonces él era ese "cualquiera".

Sin embargo, de repente sintió una mano en su mejilla y al alzar el rostro, vio que Sakura le sonreía.

—Para mí, tú no eres cualquiera… Sasuke-kun, tú me gustas mucho, pero… no te sientas comprometido por lo que te digo. —rio levemente. — independientemente de lo que pase con nosotros en el futuro, quiero que sepas… que está noche, pese a todo, la recordaré con mucho cariño. No habrá nada que me haga creer lo contrario.

Sasuke se quedó taciturno, sintiendo como el corazón, el cuerpo, la mente y todo se le alborotaba con esas palabras, aunque por fuera ni siquiera se notara, o al menos eso creía, puesto que Sakura, sonriéndole de nuevo, retiró su mano de su mejilla y le dio la espalda.

—Mejor me muevo así o te incomodaré más. —le dijo burlonamente.

Sasuke sólo soltó un bufido viendo que esa mujer lo conocía muy bien, pero ¿qué tanto? Sin titubear, se abrazó fuertemente a ella, sintiendo como se tensaba con su cercanía.

—Hmph… si me caigo de la cama te vas conmigo.

—Que malo eres Sasuke-kun.

Rio Sakura apenada, y acomodándose entre sus brazos, cerró los ojos para dormir, mientras que en el exterior la lluvia seguía cayendo y así siguió hasta que amaneció.

.

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Unos sutiles golpes en la puerta principal comenzaron a resonar, primero sonando como pequeños ruidos que fácilmente podían ser ignorados, sin embargo, después de los golpes, le siguió el sonido de un timbre, algo que al principio se escuchó como un tintineo que anteriormente también había sido ignorado, pero después de volver a escucharse múltiples veces así como los toques en la puerta que se volvieron más ruidosos e insistentes, hicieron que finalmente Sasuke abriera los ojos.

—¿Quién vendrá a joder tan temprano? —se quejó, removiéndose en la cama con cuidado para no despertar a la persona con la que durmió abrazado toda la noche.

Los golpes en la puerta no cesaron, y se volvieron más escandalosos.

—Ya cállate. —vociferó en voz baja, saliendo de la habitación no sin antes echarle un último vistazo a Sakura la cual seguía profundamente dormida.

"Sasuke… ¿estás bien?"

—¿Itachi? —reconoció la voz de la persona que lo llamó, seguido de más golpes en la puerta. —Ya voy maldita sea… deja de golpear la jodida puerta.

Entonces abrió la puerta, y vio frente a él a Itachi Uchiha que como si estuviera en su casa se adentró al departamento.

—¿Por qué tardaste tanto en responder? ¿Y qué pasó con tu maldito teléfono? Te he estado llamando toda la maldita mañana y tú ni tus luces.

Sasuke soltó un bufido, quitándose lo amodorrado de los ojos.

—Estaba dormido… ¿cuál es el delito? Y el teléfono lo olvidé en la pista de patinaje.

—Hmph ya veo… ¿cómo estás? —cuestionó el Uchiha mayor, tornándose más serio.

Sasuke rodó los ojos, creyendo que su hermano pensaba que estaba afectado por lo de Sakura, cuando no tenía ni la menor idea de que ella se encontraba justo ahí.

—He estado investigando…—interrumpió Itachi sin darle la oportunidad de decirle la verdad. —A Danzou… se cree que puede estar implicado en algo turbio

—Te lo advertí Itachi desde hace tiempo…

—Sí, pero la verdad es que nunca dejé de investigarlo… sólo te dije que no había encontrado nada en el sujeto para que no te metieras en este asunto…

—¿cómo?

.

.

En la habitación, la adormilada Sakura había sentido cuando Sasuke se había levantado y por supuesto había escuchado los golpes en la puerta, pero pensando que sólo era alguien sin importancia siguió descansando, hasta que de repente escuchó otra voz dentro del departamento.

Curiosa, se levantó de la cama y a hurtadillas se acercó a la puerta, escuchando que se trataba del hermano mayor de Sasuke, el cual inesperadamente comenzó a hablar algo sobre su entrenador.

¿Cómo?

Sí, no quería que te metieras en lo que yo ya estaba investigando, pero por lo que sé… tú estuviste haciendo una investigación por tu cuenta, querías sacarle la información directamente a esa chica, a Sakura Haruno ¿no?

La patinadora ahogó un grito al escuchar aquello.

Itachi no creo que este sea el lugar adecuado para hablar…

¿Por qué no? Escucha Sasuke… la verdad lo único que me interesa es saber qué tanto le sacaste de información a esa chica, porque hasta donde yo tengo investigado, ese Danzou, incluso los padres, hasta la misma Sakura Haruno pueden estar involucrados en apuestas que van en contra del código de ética del comité de patinaje y de alguna forma se podría relacionar con lo que le pasó a ella, si sabes a lo que me refiero…

—¿Investigación? ¿Apuestas? — repitió Sakura asustada, y más al captar que también la querían culpar de eso.

Itachi en serio… no quiero hablar aquí… ¿podemos salir?

¿Por qué? ¿qué tienes?

Sólo salgamos…

Como quieras…

Sólo déjame ir un momento a la habitación me… pondré una sudadera.

Entonces se escucharon pasos y Sakura se devolvió a la cama rápidamente, colocándose en la misma posición en la que había estado antes.

Cerró los ojos, tratando de que no se viera forzado y sólo percibió como Sasuke, al entrar a la habitación la observó, probablemente cerciorándose de que no se hubiera levantado. Una vez que vio que al parecer había logrado engañarlo, escuchó que se alejó, dirigiéndose al armario donde tomó algo, para finalmente retirarse de la habitación y del departamento.

Por unos breves minutos Sakura se quedó en la misma posición, y cuando se cercioró de que no había nadie más con ella se alistó para inmediatamente salir también, no sin antes buscar algo con que escribir una nota.

.

.

Una vez fuera del edificio departamental y con la excusa de que había dejado de llover, Sasuke e Itachi aprovecharon para caminar por el parque.

—¿Ya? ¿Te sientes mejor? —preguntó el mayor, pensando que su hermano aun seguía dolido con la desaparición de su amiga.

—Sí, claro… ahora dime… ¿cómo está eso de las apuestas y por qué crees que Sakura está involucrada?

—De acuerdo con lo que investigué, algunas fuentes mencionan que Danzou Shimura le pidió a Sakura fallar en el programa corto, como ella era la favorita para ganar el torneo, las apuestas pagaban menos, a si ganaba Hinata Hyuga, la menos favorita por la que estaban pagando más. ¿Y qué es lo que pasó? Sakura falló, se desvió del salto original de su rutina, de haberlo hecho como lo había establecido fácilmente hubiera superado a su rival.

Sasuke negó con la cabeza, no creía para nada que Sakura estuviera de acuerdo con ello, no si después tuvo esa maldita crisis por culpa de Danzou. Sin embargo, también estaba lo que Naruto le había contado sobre ese sujeto que al parecer le estaba cobrando a Danzou, pero indistintamente él seguía creyendo que Sakura sólo era la victima de ese estúpido viejo.

—Probablemente lo que le pasó a esa chica fue un ajuste de cuentas. —siguió hablando Itachi. —Algo no hizo bien, y en venganza alguien se cobró con su vida.

—Dices estupideces Itachi. —gruñó Sasuke. —Sakura sería incapaz de hacer eso.

Itachi lo vio de reojo.

—Sé que era tu amiga, y que de alguna manera la apreciabas y eso puede hacer que se te nuble la visión, en serio lamento lo que le pasó, pero podría decirse que fue una consecuencia por lo que hacía.

—¡Lo dices como si fuera un hecho!

—Es sólo la teoría, pero las pruebas hablan por sí mismas.

—Eres un imbécil Itachi, que no sabe nada de nada… dices que has investigado, pero se nota que no lo has hecho bien…

—¿Por qué estás tan seguro? ¿Qué sabes tú?

—Más de lo que tú sabes, eso es seguro. —refunfuñó este, desviando la mirada, ahora que conocía los argumentos de su hermano de ninguna manera lo dejaría acercarse a Sakura.

—¿Por qué? dime ¿Qué ocultas? —comenzó el mayor a acecharlo al notarlo extraño.

—Nada…

—No me mientas, se te nota todo en la cara… ¿Qué tienes?

—¡Nada! Ya déjame en paz… debo volver al departamento…

—¿Por qué ahora la prisa? —lo cuestionó Itachi, notando algo en particular.

—Que te importa… deja de meterte en mis asuntos.

—Tienes a alguien ahí ¿no es así?

Sasuke no pudo evitar paralizarse y mostrarse sorprendido ante la intuición de su hermano.

—¿A ella? —intuyó Itachi, leyendo por completo sus expresiones. —¿está contigo ella? ¿Sakura Haruno?

—y si así fuera ¿a ti qué? —respondió Sasuke, retándolo. —No dejaré que te le acerques para que la calumnies con tus estupideces.

—¿Te acostaste con ella? —musitó el mayor espantado, al notar algo sumamente diferente en su hermano.

—¡No te metas!

Amenazó el jugador apartándolo; sin embargo Itachi fue más rápido y lo tomó de la sudadera, estrujándolo.

—¡¿Qué estás loco?! ¡Sasuke! ¡¿Por qué mierdas no avisaste?

—¡¿Para qué?! ¡¿Para que la difamen otra vez? ¡¿para qué le echen la culpa de algo que no hizo?!

—¡esa chica debe estar traumatizada por lo que le pasó! ¡¿Y TU TE ACUESTAS CON ELLA?! ¿En qué cabeza cabe Sasuke? sin olvidar que es MENOR DE EDAD. Te pueden acusar de abusar de ella ¡estúpido!

—ni siquiera sabes de qué hablas… las cosas no son cómo tu crees Itachi, y Sakura no están débil como crees… ¡sí! ¡Tal vez no debí precipitarme y hacer lo que hice! pero en serio… ella no ha hecho nada de lo que tú crees. ¡Sakura es INOCENTE de todo!

Itachi aligeró el agarre que tenía con su hermano, viendo la seguridad que emanaba en sus ojos, desconocía el trato que tenía Sasuke con Sakura, pero por lo visto iba más allá de alguien que la había investigado y la amistad, había algo más profundo involucrado.

—Está bien…—se rindió. —Le creeré si tú le crees… pero me gustaría también que ella me lo dijera, y si es inocente como dices, entonces la apoyaremos…

Sasuke sonrió victorioso, y aunque no le agradaba aún la idea de que su hermano fuera a interrogar a su amiga sabía que podía contar con él para todo, así que sin más, se acomodó la sudadera y se encaminó junto a Itachi al departamento.

.

.

—Sakura… —llamó, tocando un par de veces la puerta para después entrar a la habitación.

Sin embargo, lo primero que vio es que ya no había nadie en la cama, y esta hasta tendida estaba.

Sasuke inmediatamente intuyó que algo raro pasaba.

—Sakura… ¿estás en el baño? —llamó, viendo que la puerta del sanitario estaba abierta, pero adentro no había nadie. —Sakura… ¿dónde…

Salió de la habitación comenzando a desesperarse, sin embargo en un departamento como el suyo no había muchos lugares en donde ocultarse.

—Sasuke…

De repente Itachi lo llamó, señalando algo que había en la mesa, una nota que tenía escrito su nombre.

El jugador la tomó rápidamente, leyendo el contenido de su interior y nuevamente se sintió tal cual el día anterior cuando vio aquella noticia.

.

.

"Perdóname, Sasuke-kun, espero que no te enojes conmigo por lo que haré, pero escuché la conversación que tenías con tu hermano y lo único que puedo decirte es que yo no tengo nada que ver con lo que sospechan de Danzou, pero la verdad… es que ya estoy cansada de que todos me echen la culpa de cosas que no he hecho.

No quiero meterte en problemas, por eso me voy, sólo espero que me sigas creyendo, yo misma arrojaré las bombas contra Danzou cuando menos se lo espere."

"Te agradezco nuevamente lo que hiciste por mi anoche, y como te lo dije antes, lo que pasó entre nosotros siempre lo recordaré con cariño"

"Atte. Sakura"

.

—Esa… esa…—gruñó al leer la nota, la cual arrugó furioso.

—¿qué dice la carta Sasuke?

—No se pudo ir tan lejos, tenía lastimado el pie.

Fue lo único que mencionó Sasuke y echo una furia salió del departamento en busca de la chica de cabello rosa.

Continuará.

Notas de autora: Feliz inicio de año! Espero se la hayan pasado bonito, y como lo prometí aquí el primer capítulo del año que según yo no estuvo del todo catastrófico ¿o sí?

En fin, nos seguimos leyendo!

01 de enero de 2024