Capítulo 14

Lady Lucas miraba a su alrededor con ojos codiciosos. Muy pronto, todo eso sería de su hija y ella por fin podría concretar su venganza. La señora Bennet había sido siempre la principal dama de la zona, su esposo el caballero con la finca más importante y sus hijas las más hermosas. Pero nada de eso era importante ahora porque la señora Bennet ahora no tenía nada, y ella estaba allí para recordárselo.

"El señor Bingley estuvo aquí y preguntó por usted, señora Bennet. Es una lástima que ustedes no hayan estado acá, y sobre todo, nuestra querida Jane. ¿Cómo está ella? ¿Se acostumbra a su nueva vida trabajando?" preguntó Lady Lucas con fingida preocupación.

"Mi Jane está muy bien, contenta con su nueva vida," replicó la señora Bennet. Meses atrás, ella le hubiera enrostrado a Lady Lucas que su hija era una condesa, que tenía un esposo bueno y considerado, y que además, ahora era la señora de una hermosa finca en Somerset. Pero ella no deseaba exponer la vida de su hija y generar rumores. Si Lady Lucas pensaba provocarla, estaba muy equivocada.

"Me alegro que esté tan contenta trabajando. Mi querida Charlotte también está muy feliz con su marido, y más aún ahora, que será la nueva dueña de esta finca," dijo Lady Lucas con orgullo.

"Y yo me siento muy feliz que mi sucesora sea Charlotte. Ella siempre ha sido una excelente amiga de mis hijas y una chica muy inteligente. Si ella lo desea, yo le daré todos los consejos que necesite para que se adapte lo más rápido posible en su nuevo rol."

Lady Lucas continuó tratando de provocar a la señora Bennet, pero cada comentario mal intencionado que ella hacía, su vecina lo contrarrestaba con una respuesta amable y buenos deseos.

Después de casi media hora, Lady Lucas se fue no muy contenta porque no consiguió lo que ella quería, sacar de quicio a la señora Bennet y verla nerviosa. Por su parte, la señora Bennet se sentía muy cansada, pero contenta de haber podido controlarse.

"Mamá, me gustó mucho como trataste a Lady Lucas. Ella vino a molestarte y no lo logró," dijo Mary.

"Deberías haberle dicho todo lo que se merecía, Mamá. Andrew es un Barón y no es feo y ridículo como el señor Collins," dijeron Kitty y Lydia enojadas.

"Mary tiene razón, además, no tengo ganas de tener discusiones con nadie, mis queridas hijas. Además, Charlotte siempre ha sido muy gentil conmigo pese a que yo no siempre lo fui con ella," dijo la señora Bennet afectuosamente. "Lo siento hijas, pero me siento muy cansada. Creo que me iré a recostar un rato."

"Mamá, ¿podemos ir a Meryton?," preguntó Lydia.

"Te prometo que regresaremos luego," agregó Kitty.

"Esta bien, pero no hagan nada que llame la atención de nuestros vecinos. Recuerden que aún estamos de duelo."

La señora Bennet se retiró a descansar, mientras Kitty y Lydia se preparaban para salir. Ellas pasaban mucho rato encerradas en casa y estaban muy emocionadas de contarle a sus amigas todas las cosas entretenidas que habían hecho en Londres.

Por su parte, Mary fue a su habitación para escribirle a Jane. Ella estaba preocupada por la señora Bennet porque la veía muy cansada. Ella comprendía que su madre estaba triste y que todo lo que había pasado en el último tiempo había tenido gran impacto en su salud. Por eso, Mary estimaba que era mejor que un doctor revisara a su madre para cerciorarse que todo estaba bien.

P&P

"Le agradezco mucho que haya venido, mi Lady. Georgiana está muy nerviosa y el mensaje de su tía la dejó muy preocupada," dijo Elizabeth. Ella le había mandado un mensaje a la condesa para que la ayudara a tomar una decisión.

La condesa leyó el mensaje y sonrió. "Georgiana, estoy segura que tu hermano tuvo un accidente menor y Catherine lo está usando como excusa para obligarlo a quedarse más tiempo en Rosings."

"Tía Margaret, Lady Catherine dijo que William no debía moverse y que el doctor recomendó que debía guardar reposo por un mes. Eso significa que el accidente debe haber sido grave," explicó Georgiana entre lágrimas.

"Si algo realmente grave hubiera ocurrido, Georgiana, Richard nos lo hubiera comunicado. Estoy segura que todo esto es obra de Catherine, por favor no te aflijas más."

"Tía, quiero viajar a Kent para asegurarme que todo está bien. ¿Lizzy, puedes acompañarme, por favor?" preguntó Georgiana.

"Por supuesto, Georgiana, pero quiero que Lady Margaret me autorice. No quiero tener problemas con el señor Darcy," dijo Elizabeth.

"Está bien, si vas a estar aquí toda nerviosa, es mejor que vayas y te cerciores que tu hermano esté bien. No te preocupes, Elizabeth, que yo escribiré una carta para Darcy y otra para Catherine. Georgiana, es mejor que le digas a tu tía que Elizabeth es una amiga, de otra forma no la dejará en paz y le dará una habitación lo más lejos posible de ti."

"Le agradezco su ayuda, Lady Margaret. Mi amiga Charlotte, es la esposa del párroco de Hunsford. Yo prefiero alojarme con ellos para no incomodar."

"Me parece excelente, Elizabeth. Entre más lejos estés de mi cuñada, mejor."

Elizabeth le envió un mensaje a Jane para decirle lo que había pasado y que debía viajar urgentemente a Kent. Aquella tarde, la Condesa habló con el cochero y su asistente para pedirles que tuvieran todo listo porque al día siguiente debía llevar a Georgiana y Elizabeth a Rosings.

Georgiana casi no durmió aquella noche preocupada por la salud de su hermano. Él era muy importante en su vida y por nada del mundo deseaba verlo sufrir. A la mañana siguiente, Elizabeth y Georgiana partieron rumbo a Kent.

P&P

"Anne, no es necesario que estés aquí todo el tiempo. Como puedes ver estoy bien," dijo el señor Darcy a su prima. A él no le gustaba que su prima estuviera todo el tiempo alrededor de él.

"No te emociones, Darcy, yo no soy una de tus admiradoras. Estoy aquí porque si no mi madre no me dejará ni un minuto de paz. Anne tienes que estar donde está tu prometido ahora que él te necesita," dijo Anne imitando a su madre.

"Anne, si no te estuviera mirando pensaría que era Lady Catherine la que hablaba," dijo Richard riéndose a carcajadas.

"Fitzwilliam, no te rías como un campesino. Aunque seas sólo un segundo hijo, aún eres el hijo de un Conde," dijo Anne provocando aún más risas de su primo.

"Me alegro que se estén divirtiendo tanto, pero si no se han dado cuenta, estoy tratando de trabajar en estos libros de contabilidad," dijo el señor Darcy un poco molesto.

El señor Darcy estaba molesto porque aún tenía un poco de dolor de espalda y el tobillo un poco hinchado. Él se culpaba por aquel tonto accidente porque iba distraído pensando tonterías. Además, para su mala fortuna, uno de los empleados de Rosings lo vio, y le informó a Lady Catherine. Y como era de esperar, ella había armado un gran escándalo de una simple caída y le había dicho que debía descansar y extender su estadía por dos semanas más. Pero él sólo quería regresar a Londres, y pese a que le dolía la espalda y el pie, prefería no descansar para terminar el trabajo lo antes posible e irse de allí.

"¿Quieres algo de beber, Darcy? ¿Necesitas alguna manta o un cojín para tu espalda? Por favor, dime lo que necesitas," dijo Anne.

"¿Por qué haces esto, Anne? Por favor, déjame de trabajar," replicó el señor Darcy enojado.

"Ya te dije, porque mi madre me dijo que te acompañara y me encargara de que no te falte nada. Es lo que una buena prometida debe hacer."

"Sabes muy bien que eso de nuestro compromiso es real sólo en la cabeza de tu madre. Espero que lo tengas claro y no te hagas ilusiones con algo que jamás pasará," dijo el señor Darcy tajantemente.

"Me acabas de romper el corazón, Darcy. Pero no te preocupes, creo que sobreviviré al dolor de pensar que nunca seré tu esposa. Ahora, qué te parece si lo que me acabas de decir, se lo dices a mi madre. Así sólo tengo que soportar el inmenso dolor que me ha provocado tu rechazo y descanso de sus constantes quejas," dijo Anne con tono sarcástico.

"Creo que Anne tiene un punto, Darcy," agregó Richard.

"Te prometo que lo haré antes de que me vaya, Anne. Pero quiero que sepas que no me gustó el tono en el que me hablaste… Aunque te cueste creerlo, hay más de alguna señorita que estaría feliz de ser la futura señora Darcy."

"Si han visto Pemberley o han oído hablar de lo hermoso que es, y además sabes de tus diez mil libras al año, no tengo duda que te deben consideran un buen partido. Como yo tengo mi propia finca, puedo verte tal y como eres, y lo que veo, no me gusta," dijo Anne riendo.

"Yo también pienso que eres muy feo, Darcy," agregó Richard.

"No todas las mujeres son ambiciosas y buscan sólo un marido con dinero y estatus. No debes creer todo lo que tu madre dice, Anne," replicó el señor Darcy.

"Y tú, Darcy, ¿te casarías con una mujer sin fortuna?"

"Lo siento, pero debo seguir trabajando," replicó el señor Darcy.

"No, no lo haría," dijo Richard.

"Lo mismo creo yo, Fitzwilliam. Darcy, tú tienes una finca y fortuna, y aún así, quieres una esposa que te añada dinero y conexiones. Imagínate una mujer que no tiene seguridad económica. Afortunadamente, yo tengo la posibilidad de ser independiente, y seré libre el día que le digas a mi madre que nunca te casarás conmigo, o que encuentres una esposa," concluyó Anne. "Dame ese libro, yo te ayudaré con los gastos e ingresos. Si mi madre me lo permitiera, te aseguro que no tendrías que viajar todas las primaveras."

Anne, Richard y el señor Darcy siguieron trabajando en los libros de contabilidad y estudiando algunos mapas por una hora más.

Con sus primos, Anne podía hablar abierta y sinceramente, algo que nunca había podido hacer con su madre. Desde pequeña, ella siempre había sido una chica enfermiza y aprendió a entretenerse leyendo, escribiendo y aprendiendo nuevas cosas a través de los libros. En personalidad, Anne era muy similar a su madre, con la diferencia que ella tenía buen corazón. Además, Anne había aprendido que era mucho mejor escuchar que hablar, de esa forma ella había logrado sobrevivir al lado de Lady Catherine y ser feliz con su vida.

P&P

Beatrice White era la hija de un importante banquero y aunque su esposo era un prominente caballero, ella no había conseguido tener muchas amigas en la arrogante y exclusivista sociedad londinense. Nadie se atrevía a rechazarla porque sabían que algún día podrían necesitar el dinero de su padre. Por eso cuando fue con su marido a cenar a casa de la nueva Baronesa Norton, supo que ella podía ser una gran amiga.

Beatrice conoció a la condesa Matlock a través del señor Darcy, que era buen amigo de su esposo, entonces decidió ayudar a Jane. Por esa razón, la acompañó en una visita de cortesía.

"Muchas gracias por recibirnos, mi Lady," dijo Beatrice.

"No tienes nada que agradecer, mi querida Beatrice. Me moría de ganas de conocer a la nueva Baronesa Norton, y tú me has hecho el favor de traerla a mi casa."

"Es un placer conocerla, mi Lady," dijo Jane un poco nerviosa. En el salón había otras señoras que la miraban con mucho interés.

"El placer es todo mío, querida. Por favor llámame Margaret, recuerda que ahora tú también eres Lady. No entiendo porque Norton te tenía escondida, eres tan hermosa que no dudo vas a ser la sensación de esta temporada."

La Condesa estaba feliz con la visita de Jane. Ella se la presentó con mucho entusiasmo a todas sus amigas y estaba planeando transformarse en su patrocinadora. Esa temporada había sido especialmente aburrida y necesitaba algo o alguien para animarla. Además, a la Condesa le gustaba mucho llamar la atención y Jane era la persona perfecta para ayudarle a conseguirlo.

Jane fue cordial con todas las señoras y trató de responder sus preguntas de la mejor forma que pudo. Afortunadamente, Beatrice estaba alerta y ayudó a divertir las preguntas impertinentes e inoportunas.

Pero Jane estaba en esa casa por un propósito muy especial. Ella se sentía muy feliz con la vida que estaba construyendo y tenía mucha esperanza que su esposo llegara a sentir por ella, lo que ella sentía por él. Por esa razón, Jane deseaba hacer todo lo posible para que su querida hermana Elizabeth encontrara el amor y quería presentarla en sociedad.

Cuando Jane tuvo la posibilidad de hablar de manera más privada con la Condesa aprovechó de explicarle lo que deseaba. "Lady Margaret, quiero confesarle que yo le pedí a Beatrice que nos presentara. Tenía muchas ganas de conocerla porque quiero pedirle un favor sobre algo muy importante para mí."

"Por favor, Jane, dime en qué puedo ayudarte," dijo la Condesa un poco sorprendida.

"Quería hablarle de mi hermana Elizabeth."

"¿Elizabeth?"

"Elizabeth Bennet, ella estuvo trabajando como dama de compañía de la señorita Darcy."

"Lo siento, querida, no sabía que Lizzy era tu hermana. Aunque no me sorprende, ambas son tan bonitas y encantadoras. Ayer estuve con ella, me imagino que sabes que tuvo que viajar a Kent."

"Sí, nosotros le pedimos que dejara de trabajar, pero ella no quiere abandonar a la señorita hasta que no tenga otra persona. Lizzy quiere mucho a la señorita Darcy y se siente responsable por ella."

"Lo sé, y no sabes lo agradecidos que estamos con ella por todo lo que ha hecho por Georgie. Pero dime, ¿cómo puedo ayudar?"

"Mi esposo va a hablar de este tema con el señor Darcy, y bueno, espero que él acceda. Nosotros queremos decir que la señorita Darcy la invitó a Elizabeth a pasar tiempo con ella en Pemberley. Lady Margaret, mi esposo y yo preferimos que nadie se entere que mi hermana tuvo que trabajar. Eso puede disminuir sus posibilidades de ser aceptada en sociedad."

"Estoy totalmente de acuerdo, y estoy feliz de poder ayudar. De hecho, diré que fui yo quien las presentó y promovió la amistad entre ellas. Bueno, ya que hemos resuelto eso, déjame contarte las cosas que se me ocurren que podemos hacer juntas para ayudar a Lizzy," dijo la Condesa. Ella estaba muy entusiasmada con la idea de tener a su alrededor a dos jovencitas tan encantadoras y poder ayudarlas.

P&P

"William, no sabes el gusto que me da ver que estás bien," dijo Georgiana abrazando a su querido hermano.

"Georgiana, ¿qué haces aquí?" preguntó el señor Darcy preocupado.

"Te dije, Georgie, que era lo primero que te iba a preguntar tu hermano," dijo Richard ingresando al despacho donde su primo estaba trabajando.

Elizabeth y Georgiana llegaron a Kent antes de la hora de la cena. Una vez que Elizabeth se aseguró que Georgiana estaba segura en Rosings, le pidió al cochero que la llevara a casa de su amiga. Al día siguiente pensaba venir a cerciorarse que todo estaba bien.

"Lady Catherine me envió un mensaje diciendo que tuviste un accidente y que te quedarías un mes aquí. Yo pensé que era algo grave y quise venir a cuidarte," explicó Georgiana.

"¿Viajaste sola? Y la señorita Bennet, ¿dónde está?" preguntó el señor Darcy molesto.

"Lizzy está en casa de su amiga, la señora Collins. Ella viajó conmigo, y quiere aprovechar estos días para ver a su amiga. Tía Margaret te escribió esta carta para explicarte y le envió esta carta a Lady Catherine."

Georgiana notó que su hermano tenía algunos raspones en una de sus manos y que cojeaba un poco, pero estaba claro que aquella caída había sido un accidente menor.

Georgiana quería conversar con su hermano sobre Elizabeth, y todos los planes que tenía para el verano. Desafortunadamente, cuando Lady Catherine se enteró que su sobrina estaba en Rosings, irrumpió en el estudio y no permitió que nadie más pudiera decir ni una sola palabra.

Aquella velada, Lady Catherine estaba muy contenta porque tenía a sus tres sobrinos sentados a su mesa y aprovechó de darles consejos y decirles todo lo que pensaba. Por su parte, Anne sólo miraba e intentaba descifrar lo que sus primos estaban pensando.

"Georgiana, no entiendo por qué has venido. Anne y yo podemos cuidar perfectamente a tu hermano, ¿ciento, Anne?" dijo Lady Catherine.

"Sí, madre," replicó Anne y siguió comiendo.

"Lady Catherine, yo no necesito que nadie me cuide. Tuve un accidente menor y ya me siento bien," dijo el señor Darcy, enojado.

"Aún cojeas, Darcy," agregó Richard y luego le guiñó a Anne.

"Si no permaneces en reposo, Darcy, jamás te recuperarás. ¿Qué pretendes? ¿Quedar cojo de por vida? Yo no permitiré que salgas de esta casa hasta que estés completamente recuperado," dijo Lady Catherine con voz de mando.

El señor Darcy miró con enojo a su primo y luego le dijo a Lady Catherine, "Lo siento, tía, pero yo vine por dos semanas y en dos semanas pretendo regresar a Londres."

"No entiendo por qué no puedes pasar un mes con nosotras, ¿qué tanto tienes que hacer en Londres? Aquí está Anne, y deberías pasar más tiempo con ella…" Lady Catherine siguió hablando sin parar por varios minutos pero nadie la escuchaba.

Anne estaba pensando en lo desagradable que sería para ella que su primo Darcy se quedara por más tiempo. Mientras tanto, Georgiana estaba arrepentida de haber venido y tener que pasar una semana con su tía.

"Fitzwilliam, dile a tu madre que no vuelva a escribirme dándome órdenes. Creo que a veces ella se olvida que yo soy la hija y hermana de un Conde," le dijo Lady Catherine a su sobrino. Ella detestaba a su cuñada porque era una presumida que se creía superior a todo el mundo.

"Lady Catherine, mi madre es hija de un Duque y esposa de un Conde," replicó Richard. Él sabía lo mucho que le dolía a su tía que le recordaran que Lady Margaret era superior a ella en la escala social.

"Georgiana, quiero que toques el piano después de la cena. Me gustaría escucharte para ver si has practicado como te lo he sugerido y darte algunos consejos para que perfecciones tu técnica."

"No… puedo… Yo estoy muy cansada…" dijo Georgiana, nerviosa.

"Lady Catherine, Georgiana está agotada después de viajar por horas. Después de la cena, es mejor que vaya a descansar," dijo el señor Darcy.

"Además, Lady Catherine, ¿qué consejos puede darle usted a Georgiana si nunca aprendió a tocar el piano?" Richard no quería que su tía siguiera perturbando a Georgiana y por eso decidió sacrificarse. Él sabía que después de decir aquello, su tía lo atacaría sin piedad.

"Cómo te atreves a hablarme de esa forma, Fitzwilliam. Eres igual de insolente que tu madre, y tú no eres hijo de un Duque…"

"Soy el hijo de un Conde…"

"El segundo hijo de un Conde, que no se te olvide. Pero déjame decirte, Fitzwilliam que aunque nunca aprendí a tocar el piano, si hubiera aprendido sería una virtuosa porque todo lo que hago, lo hago bien. Y tú, ¿qué has hecho todos estos años en el ejército? Si yo estuviera en tu lugar, yo sería General y estaría a cargo de la oficina de guerra recuperando todos los territorios que hemos perdido…"

Lady Catherine no paraba de hablar y Anne tuvo que hacer un gran esfuerzo para no reírse. Desafortunadamente, Georgiana se sentía muy incómoda escuchando como su tía le hablaba a su primo, pero cuando vio que al parecía no incomodarle, se quedó más tranquila. Por su parte, el señor Darcy se preguntaba cómo estaba Elizabeth y no estaba prestando atención a su tía.

Una vez que la cena concluyó, todos buscaron una excusa para poder retirarse a sus habitaciones y no tener que seguir soportando a Lady Catherine. Anne fue al cuarto de Georgiana y aprovechó de conversar con ellas por unos minutos antes de irse a dormir.

P&P

Después del desayuno, Georgiana, Richard y el señor Darcy salieron a caminar por el jardín para poder conversar sin la interferencia de su tía. Georgiana quería contarle a su hermano todo lo que había pasado en los últimos días.

"William, siento mucho haber venido y crearte problemas a ti y a Richard. Pero yo estaba tan preocupada. Por favor no te enojes conmigo o con Lizzy por haber venido sin avisarte."

"No te preocupes, querida, entiendo que hayas estado preocupada. Pero si esto vuelve a ocurrir, recuerda que Lady Catherine siempre tiende a exagerar."

"Supongo que tienes razón, lo tendré presente. Gracias por entender, querido hermano."

"¿Y no me das las gracias a mí? Si yo no intervengo, Lady Catherine hubiera seguido insistiendo que tocaras el piano," dijo Richard sonriendo.

"Fitzwilliam, no puedes negar que disfrutaste mucho sacando de quicio a Lady Catherine. Pero te aconsejo que la próxima vez, tengas más cuidado. Cuando le dijiste que tía Margaret era hija de un Duque, pensé que le daría una apoplejía," dijo el señor Darcy a su primo.

"Nunca la había visto tan sulfurada, confieso que me asusté un poco," dijo Georgiana.

"Hoy pagué el precio porque le dijo a sus sirvientes que no me sirvieran jamón o papas porque estaba muy gordo, y dijo que eso lo había heredado de mi abuelo, que aunque era Duque, era gordo," dijo Richard riendo y haciendo reír a sus primos.

"Buenos días," dijo Elizabeth. "Vine a preguntar por Georgiana y por su salud, señor Darcy. La señora Collins me informó que se estaba recuperando pero veo que está bien," dijo Elizabeth.

"Señorita Bennet, qué gusto verla," dijo Richard. ¿Caminó hasta aquí?"

"Sí, es menos de una milla entre la casa parroquial y Rosings," replicó Elizabeth.

"Buenos días, señorita Bennet," dijo el señor Darcy nervioso. Elizabeth ya no llevaba luto y se veía muy bonita. Sus ojos y su sonrisa revelaban alegría, y aunque aún estaba un poco delgada, ella se veía mucho más saludable.

Elizabeth les contó al señor Darcy y Richard que estaba en casa de su amiga y primo y que se sentía más cómoda allá. Ellos también pensaron que era mejor que no se alojara en Rosings para evitar que Lady Catherine la fastidiara. Richard y Georgiana continuaron caminando y el señor Darcy aprovechó de conversar con Elizabeth.

"Señorita Bennet, le agradezco mucho que haya acompañado a mi hermana. La próxima semana, regresaremos todos a Londres."

"Señor Darcy, ¿ha tenido la oportunidad de conversar con Georgiana?"

"No mucho, ayer ella estaba muy cansada y se fue a acostar temprano. ¿Hay algo en especial que debo saber?"

"Bueno…" Elizabeth vio que el señor Darcy la miraba de aquella forma tan peculiar y prefirió no hablar de ese tema. Si Georgiana no le había contado, seguramente tenía una buena razón. Tal vez lo mejor era esperar hasta regresar a Londres. "Supongo que podemos hablar de eso más tarde. ¿Está bien? Estábamos muy preocupadas por su salud, es muy tranquilizador ver que el accidente no fue grave."

"¿Usted estaba preocupada por mi salud?" preguntó el señor Darcy.

"Sí, por supuesto," replicó Elizabeth sin entender muy bien por qué él le preguntaba eso.

"Me alegra saber que… Señorita Bennet, creo que le debo una disculpa. Nuestra última conversación en Londres fue… Fue bastante desagradable y creo que dije cosas que no debería haber dicho…"

"No se preocupe, señor Darcy, ya me olvidé de eso. Qué le parece si nos unimos a Georgiana y el Coronel. Me parece que esta parte del jardín es muy bonita."

"Por supuesto," dijo el señor Darcy y le ofreció su brazo a Elizabeth.

Desde la ventana de su habitación, Anne había observado atentamente a su primo conversar con una señorita muy bonita. ¿Quién será esa mujer? Tendré que averiguar, tal vez sea la mujer que me ayude a lograr mi libertad,' pensó Anne mientras observaba el rostro sonriente de su primo y como miraba a la bella señorita con ojos anhelantes.

P&P

Gracias a todos los que dejan comentarios de apoyo y siguen la historia con entusiasmo.

Otro capítulo largo, pero no sé como hacerlos más cortos 😂😂😂😂

En el próximo capítulo, los Bingley se enterarán de una gran sorpresa, mientras en Rosings el señor Darcy tendrá que tomar una decisión.

¡Nos vemos pronto!

Saludos,

Yo