SI ES QUE VALES
Unos minutos antes
A Naruto se le nubla la mirada y es como si alguien cortase las cuerdas de una marioneta: su cabeza, sus brazos, se desploman. Luego cae de rodillas, atrapado en un profundo ensueño. "A ver cómo sales de ésta", piensa Iruka, satisfecho consigo mismo. "El genjutsu siempre se te dio fatal."
Una ráfaga de viento peina la hierba desde un extremo al otro del claro. Kakashi pasa una página de su libro.
— Contaré hasta diez — dice, aunque el chico no puede oírle—, si no te liberas para entonces, suspendes.
— Se acabó — Sakura se aparta los mechones que el viento le pone en la cara, tratando de no pensar en los recuerdos desagradables que se le vienen a la mente— Naruto tiene ni idea de genjutsu. — La otra chica la escucha sin decir nada.— Esa técnica te hace ver tus peores miedos. Yo la sufrí una vez; no va a poder liberarse.
— Tus peores miedos... — Tayuya desvía la mirada hacia un lado y piensa. Luego decide no hacerlo más.— ¿Y qué fue lo que viste tú, a ti misma en un espejo? Ja. No quiero saber lo que os enseñan en esta aldeúcha si una técnica así os da problemas.
— Esta aldeúcha te recogió cuando estabas muriéndote en el bosque. ¿Dónde estaban los tuyos entonces, demasiado ocupados muriéndose?
Kakashi va contando los segundos con los dedos de su mano libre. Ya lleva seis cuando Naruto, de un momento a otro, cae hacia adelante apoyando las manos en el suelo y empieza a respirar pesadamente. Todos los ojos presentes están clavados en el chico y los que le conocen piensan lo mismo: ¿cómo lo ha hecho? Porque no utilizó ninguna técnica. No formó ningún sello. Simplemente se liberó.
El ojo visible del jonin se estrecha. Kakashi cierra su libro con un golpe seco y echa a andar hacia Naruto.
— Iruka — dice— da un paso atrás.
— ¿Eh? ¿Por qué...? — Iruka gira la cara para mirar a su colega y en ese mismo instante un puño aparece a escasos centímetros de su pómulo derecho. Él ni siquiera se ha dado cuenta de que Naruto acaba de cargar contra él. Ha sido rápido. Demasiado rápido.
La mano enguantada de Kakashi se cuela entre el puñetazo de Naruto y la mejilla de Iruka y lo atrapa con suavidad. O al menos en apariencia. Desde este punto y durante el resto del día, Kakashi no podrá sentir nada con esa mano. Pero ahora mismo, esa es la última de sus preocupaciones.
Naruto gruñe, tratando de liberar el puño del agarre de Kakashi. "Ha perdido el control", piensa el jonin, fijándose en las marcas en sus mejillas, que se han abierto, gruesas tajos de cuchillo. "Nunca había sucedido tan fácilmente. Tengo que acabar con esto rápido, antes de que su chakra..." Pero es demasiado tarde. La energía que ahora sale de Naruto es muy superior a la que tenía antes. No sólo eso, sino que es superior a la suya propia. El denso chakra del Zorro de las Nueve Colas empieza a escaparse de él como una neblina roja.
— Mantened las distancias. Y que nadie intente ayudarme. Sólo me estorbaréis. Tú también, Iruka— dice Kakashi, en el mismo momento que Naruto se libera de un tirón. "Su fuerza física sigue aumentando. Maldita sea."
Pero Iruka apenas le oye. Los recuerdos del pasado le hacen sudar en frío mientras Naruto se lanza contra Kakashi, rugiendo como un animal, porque al menos en su cabeza, eso es lo que es ahora. Los puñetazos cortan el aire y Kakashi los evita por los pelos. Si tratara de bloquearlos acabaría con algún hueso roto. A su vez contrarresta con sus propios golpes: una serie de puñetazos de recorrido muy corto, pero duros como martillazos, caen sobre Naruto como una descarga. Le alcanzan el hígado, el estómago, el mentón, otra vez el estómago; este golpe le levanta los pies del suelo pero Kakashi lo devuelve a él envolviendo sus brazos alrededor de su cuello... y hundiéndole la rodilla derecha en el torso con tanta fuerza que sus ojos se ponen blancos.
A Sakura se le escapa un respingo y se lleva las manos a la boca, horrorizada. No tanto por la brutalidad de lo que está viendo, sino por un pensamiento que le acaba de cruzar la cabeza. Esa forma de Naruto... ¿es a lo que Sasuke se tuvo que enfrentar? La imagen de su antiguo compañero, solo en el valle, enfrentándose al Zorro le revuelve el estómago por dentro. Y entonces otra idea cruza la mente de Sakura. Más bien es un recuerdo. Es ella misma, en aquel parque, pidiéndole a Naruto que lo trajera de vuelta. ¿Acaso ella...?
Hay otra corriente de aire y esta vez la causa el chakra de Naruto, que vuelve a ascender en picado de un momento a otro. Esta vez no le cuesta nada liberarse del agarre del jonin. No, no trata de liberarse. Lo que hace es copiarle: es la misma llave cogiéndole del cuello, son los mismos movimientos, es el mismo rodillazo directo al pecho. Se oye un crac. Algo rompiéndose en pedazos. ¿Son huesos?
No, es un tronco de madera. Kakashi reaparece más allá, chasqueando la lengua. Las cosas están empezando a ponerse peligrosas para ellos. Dejar que la situación continúe sería una estupidez. Sin pensárselo dos veces, se levanta la bandana, y libera su sharingan.
Una buena decisión. Porque de no haberlo hecho, quizá le habría alcanzado. Un puño envuelto en chakra pasa por donde hasta hace un instante estaba su cabeza. Esta vez Naruto no ha cargado de frente: el golpe venía desde atrás. El chico está en el aire y el golpe cae hacia abajo. Pero Kakashi lo esquiva, y no sólo eso, sino que le atrapa la cara con la mano derecha. Es un agarre firme hasta el punto de ser doloroso, pero no pasa nada, porque sólo dura un instante: al siguiente Kakashi lo estrella contra la hierba con estruendo que espanta a los pájaros de los árboles cercanos.
— Ya es suficiente, Naruto. Has suspendido. — Pero no le está hablando a un chico rubio y delgado. Sino a un tronco de madera idéntico al que utilizó antes.
Sucede rápido. Dos sandalias aparecen a ambos lados del tronco, Kakashi levanta la vista y lo que ve es a Naruto descargando un brutal puñetazo contra su nariz, todo él rodeado de un denso chakra muy capaz de matar.
Lo que Kakashi siente es una brisa en la cara, nada más. El golpe nunca llega a alcanzarle. Porque Naruto ahora cuelga del cuello de su chaqueta como en un perchero. ¿Y de qué cuelga? Pues del brazo izquierdo de Jiraiya. Lo está levantando por encima de la cabeza como si se tratara de un bebé.
— Pero qué tenemos aquí — dice, y aunque su tono es amigable, su rostro desde luego no lo es—, ¿el renacuajo está tirando una pataleta? Si te dicen que no es que no, Naruto. No hace falta que te enfades. — Su ahijado le lanza un codazo en la cara como respuesta. Él simplemente inclina la cabeza hacia atrás para evitarlo.— Muy mal. No hay que utilizar la violencia. Y mucho menos con tu maestro. ¡Oye!
Naruto se desliza fuera de su chaqueta, cae al suelo, y gira hacia Jiraiya aprovechando el impulso en un fuerte gancho que nunca llega a ninguna parte. El viejo shinobi aprieta el dedo índice contra el pulgar y lo hace restallar contra su frente. El sonido es fuerte como un disparo. Una gran marca roja aparece en la piel del chico donde el dedo le ha golpeado, y parece que ya está, que pierde la conciencia, pero sus pies encuentran firmeza en el suelo y...
— ¡Ay! — Naruto se queja, cogiéndose la cara con las manos— ¡Duele! — Tan rápido como apareció, el chakra del Nueve Colas se desvanece, y el aspecto del chico vuelve a la normalidad.— Espera, ¿qué haces tú aquí? ¿Para qué me das? ¿Quieres pelea?
— Ya has peleado lo suficiente — le responde Jiraiya, alborotándole el pelo con una mano—. Te has vuelto un chico de lo más... energético.
— Gracias, Jiraiya — Kakashi se sacude el polvo de la ropa, ya en pie desde hace un rato—, me has salvado el pellejo.
El Sannin le dedica una mirada severa.
— Eso cuéntaselo a otro. Sólo he intervenido para que no le hicieras daño. ¿Tan difícil es para un jonin hacerse cargo de un mocoso como él? Deberías haberlo neutralizado desde el principio, ¿en qué pensabas?
— Me alegra que tengas tan buena opinión sobre mis habilidades, pero me temo que quizá no sean tan buenas.
— Jiraiya — Iruka, que se ha acercado a ellos, se inclina respetuosamente—, ha sido culpa mía. Le atrapé en un genjutsu, lo que no sé es por qué...
— ¿Así que fue una ilusión? — Naruto le mira con desconfianza— ¿alguien me explica lo que ha pasado?
— Que has suspendido — le dice Kakashi—, perdiste el control.
— ¿Cómo que perdí el control?
— Se te ha ido la cabeza, idiota — Tayuya y Sakura se unen al grupo. La chica del Sonido se asegura de mirarle con la cara más burlona que puede poner. Aunque hasta hace un momento estaba tan tensa como todos— ¿Es que tienes la rabia o algo?
— Suficiente — le interrumpe Kakashi—. Naruto, cuando Iruka te atrapó en un genjutsu empezaste a atacarnos. No puedo tenerte en mi equipo si eres un peligro para nosotros.
Naruto le mira frunciendo el ceño. ¿Cómo que ha perdido el control? ¿Cuánto tiempo ha estado fuera? Y aquellas luces azules, aquella caverna... ¿Eran parte de la ilusión de Iruka o algo distinto? Por mucho que lo piense no se le ocurre una respuesta. Quizá por eso no protesta cuando Jiraiya le pone una mano en el hombro y le dice que vuelvan a casa.
— Oye, idiota— es lo que le dice Tayuya antes de que se vaya—, si esa técnica te hace ver tu mayor miedo, ¿qué es lo que viste? ¿Un libro de texto?
Para su sorpresa, no le responde. Jiraiya y Naruto se marchan caminando hacia la aldea, y hay un momento en el que ya están bastante lejos y oye primero unas voces, y segundo, el sonido de Sakura tumbando a la otra chica de un buen puñetazo.
