Buenas horas, Medio Mundo. No tengo mucho que decir así que vamos al punto.
¡A darle!
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Capítulo 2: "La luna ilumina mi noche"
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Miércoles 4 de Septiembre
Por mucho que lo intentase no podía seguir durmiendo, aún cuando el sueño luchaba por arrastrarla a los brazos de Morfeo. Pero ese maldito despertador no ayudaba a lograr dicho objetivo… algo bueno porque tenía clases hoy.
Con dificultad trató de alcanzar el celular sin embargo sintió un espacio vacío a su lado, como si estuviese varios centímetros sobre el nivel del suelo. Este pensamiento se volvió realidad cuando se sintió caer y golpear el suelo, acabando por despertarla.
—Agh— se quejó mientras trataba de quitarse las sábanas de encima. En medio de dicha tarea se percató de un detallito: ¿Por qué se cayó tan fácil de la cama? El mueble era lo bastante ancho como para evitar dichas caídas y ella no era de las que se movían mucho, era imposible que estuviese al borde de la cama. Confundida se quitó las sábanas y sus ojos vislumbraron un escenario nuevo para ella: su habitación era muy diferente, casi parecía futurista. Era un cuarto considerablemente pequeño a lo que acostumbraba, la cama era más estrecha, el escritorio contaba con una computadora y había libros de todo tipo ordenados de una forma algo vaga.
— ¿Dónde…?— en el momento en que habló se sorprendió por su propia voz, pues sonaba algo aguda, ligeramente rasposa… bastante masculina.
Mientras tanteaba su cuello por mero reflejo, llegó a sentir una textura suave y peluda en la zona del pecho. Tanteó allí antes de dirigir la mirada al lugar: su pecho estaba cubierto de una capa de pelo blanco. Sin embargo eso no llamó toda su atención sino otro detalle… su entrepierna. Llevaba un pijama sencillo compuesto por un pantalón corto de color aguamarina, no traía puesto ninguna camiseta. Todos estos detalles la empezaban a asustar por lo que quiso llegar al fondo de esto… y tocó.
— ¡AAAH! — se levantó casi de inmediato y buscó el baño, no le tomó mucho por el tamaño de la habitación.
Luego de lavarse las manos y la cara, se observó en el espejo: toda ella había cambiado, ya no era una gata de color lavanda sino un erizo blanco, con un tono casi plateado. Pudo notar que en su rostro había un pequeño pedazo de algodón, le dolía al tocarlo por lo que asumió que había sufrido un golpe.
— ¿Silver, despertaste?
Una voz femenina la asustó ligeramente. Cautelosa caminó en dirección a su origen y allí vio a una eriza igualmente albina pero con las púas bastante más cortas comparadas a las suyas. La mujer no se veía tan mayor, parecía tener cerca de veinticuatro años por lo que asumió que era su "hermana", no su "madre".
—…
—Te tocaba hacer el desayuno, ¿no?
—Lo siento. — respondió aún cautelosa, no quería arriesgarse a nada hasta entender lo que ocurría.
La eriza reaccionó ligeramente extrañada ante la respuesta de Silver (Blaze) pero le restó importancia antes de tomar sus cosas.
—Voy a salir. Desayuna, ¿sí?
—E-está bien.
—No importa si llegas tarde, pero no faltes a la escuela. Nos vemos mas tarde.
—Que tengas un buen día.
Y con eso, la eriza se fue.
Ahora que estaba sola, Blaze comenzó a observar su entorno, un lugar muy diferente a su casa pues se veía mucho más avanzado tecnológicamente: la cocina, el refrigerador, el lavarropas… incluso había una extraña máquina clavada en la pared por la que salía un aire fresco muy agradable. Pese a esto, no parecía una casa convencional, el espacio era muy pequeño y el estado de algunos muebles demostraba que estos hermanos más que vivir bien, aguantaban con lo que tenían.
—Este sueño es muy raro. — era la única explicación que tenía, todo esto no podía ser más que un sueño.
Un sonido de notificación la alertó. Se dio cuenta que era de su celular, alguien le había mandado un mensaje.
—Métele prisa. La clase empezó.
Leyó también el remitente.
— ¿Sonic?, ¿Quién es ese? — sabiendo que el mensaje le pedía ir a la escuela, buscó algo que ponerse. Un conjunto llamó su atención pues estaba perfectamente colgado y ordenado, llevaba un escudo en el pecho — (El uniforme escolar, supongo) — en Alba no acostumbraban llevar uniforme reglamentario. Sin embargo surgió una urgencia repentina que no le agradó en lo absoluto… debía usar el baño.
Por fin fuera de la "casa", Blaze soltó un suspiro buscando calmarse. Esa experiencia no había sido nada cómoda.
—Demasiado real.
Y entonces sus ojos vieron al frente… y se maravilló:
Un paisaje repleto de edificios y árboles, un cielo partido por una grieta rojiza que marcaba el cruce entre zonas, vehículos navegando los cielos y otros recorriendo el pavimento, la inmensa multitud en las calles. Todos estos sentimientos iluminaron su rostro con una sonrisa.
—Estoy en la Encrucijada.
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Tras varios desvíos y caminos errados, Blaze por fin llegó a su destino: el Bachillerato de Empire City. Un edificio bastante imponente comparado a su propia escuela que desbordaba elegancia, más no era tan avanzada en cuanto a clases; aquí por otro lado parecían haber montones de estudiantes y materias para estudiar, un sueño para ella.
Una vez dentro se guió en base a su propio uniforme: Silver the Hedgehog, Curso 11-C, solo debía buscar el salón correspondiente. Cuando lo encontró no entró de inmediato, se mantuvo cautelosa pues había llegado tarde y no quería arriesgarse a una reprimenda, aunque había llegado en horario de descanso.
En eso estaba cuando sintió un agarre sobre su hombro. Por el susto volteó a ver a su izquierda y allí vio a un erizo azul sonriéndole con complicidad.
— ¡Silver! ¿Llegando a medio día? Ven, vamos a almorzar. — dijo mientras la guiaba a quien sabe dónde —Te dije que metieras prisa.
Entonces se dio cuenta, este erizo azul era el que le envió el mensaje.
—Señor Sonic.
— ¿Señor? Tampoco exageres.
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— ¿Te perdiste? — preguntó el azul con un tono de extrañeza.
—Sí.
—¿Cómo te perdiste de camino a la escuela? — intervino un tercer erizo presente con ellos, este era negro con franjas rojas. Se veía y oía bastante amenazante, por lo que no podía evitar sentirse intimidada.
—Bueno…— no era buena mintiendo, en lo absoluto. Tenía que pensar en una respuesta que sirviera como excusa pero que no fuese una mentira, algo que no diera detalles —… anoche no dormí bien, me pasé un poco de la estación y me perdí. — por suerte no era tan falso, se había distraído con el lugar y por eso se pasó de largo en la parada de autobús.
—Supongo que eso explica que te escuches tan raro…
Eso la tomó por sorpresa. Inconscientemente estaba hablando con un tono que emulara su voz real, pero para alguien con una voz como la que tenía ahora sería algo raro.
—… y que te olvides de tu comida.
Eso también la tomó desprevenida.
—Es oficial, hoy no eres el de siempre. Ten, te comparto este. — dijo Sonic sacando una salchicha entre dos panes, se veía interesante.
El erizo azul estuvo por ponerle una salsa para condimentar pero Shadow, el erizo negro, lo detuvo.
— ¿Olvidas que no soporta tanto picante? Ponle esto en su lugar.
Luego de prepararle el chilidog, como lo llamaba Sonic, Blaze les dirigió una mirada agradecida.
—Gracias.
En respuesta, Sonic levantó el pulgar mientras le sonreía, Shadow simplemente continuó comiendo luego de asentir con la cabeza.
El pequeño grupo comió tranquilamente hasta que el azul decidió hablar.
— ¿Vamos al café, después?
Shadow dejó de comer para dirigirle una mirada curiosa.
— ¿Otra vez?
—Vamos, ¿o es que tienes algo mejor que hacer?
—Mira "Faker", no tengo problemas con ir pero…
—Estupendo. — lo interrumpió para luego dirigirse al erizo plateado (Blaze)— ¿Vienes, Silver?
— ¿Eh? — ¿escuchó bien? — ¿EH? — segura que escuchó bien— ¿Un café?
Sip, Silver estaba raro.
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Cada vez estaba más maravillada por esta experiencia. No solo se encontraba en la Encrucijada sino que había ido al Bachillerato más prestigioso del lugar, y para rematar ahora estaba en un café, uno muy bueno por lo que podía ver.
—La estructura de madera es genial.
—La estructura de madera está arriba, Casanova. — dijo Shadow sabiendo el motivo por el que Sonic quería venir al local el día de hoy, y es que el erizo no estaba viendo el techo sino a una camarera en particular, una eriza rosa de su misma edad que según tenía entendido, vivía con la dueña del local.
Volteó a ver a Silver, pero este estaba distraído con otras estupideces; hoy no podía contar con su ayuda… algo raro en él, es como si fuese su primera vez en un café.
Hoy no estaba de humor para lidiar con un cobarde y un niño por lo que se enfocó en ordenar.
— ¿Qué vas a ordenar, Silver?
Al escuchar "su nombre", Blaze reaccionó y vio el menú. Los precios la sorprendieron.
—Podría vivir un mes con lo que cuestan estos postres.
Ese comentario descolocó a sus compañeros.
—Tal vez hace nueve años. — dijo Sonic quien dejó de distraerse y empezó a buscar algo que ordenar.
Luego de pensarlo un poco, se decidió.
—Supongo que aprovecharé bien este sueño. — dijo sin importarle mucho si la escuchaban o no.
Luego de recibir su orden: unos wafles con miel y cerezas, le tomó una foto con su celular antes de empezar a comer, quería disfrutar de la experiencia tanto como pudiese.
Sin embargo, Sonic y Shadow veían a Silver (Blaze) bastante extrañados, no era nada normal su comportamiento.
Luego de un rato, una notificación llamó la atención del erizo plateado (gata lavanda). Lo que leyó la preocupó bastante.
—Ay no, se me hace tarde para el trabajo.
— Espera ¿trabajas hoy? —preguntó Sonic bastante sorprendido.
Shadow por su parte no parecía interesado, simplemente se limitó a contestar un tanto cortante.
—Entonces vete.
—Claro… es solo que…— ambos erizos la miraron esperando a que terminara de hablar — ¿Dónde trabajo exactamente?
La sorpresa estaba aún más marcada en ambos erizos, ¿era siquiera posible que Silver se comportase así? Sabían que podía llegar a ser algo ingenuo pero esto era otra cosa.
Shadow se puso de pie mientras dejaba dinero en la mesa, asumió que era la propina.
—Fingiré que la culpa la tiene tu falta de sueño… — sacó unas llaves de su bolsillo para luego dirigirle una mirada a Silver (Blaze) —… pero solo por esta vez.
Blaze supo que metió la pata pero afortunadamente corría con suerte, la iban a ayudar.
—Alto ahí, ¿me van a dejar solo?
—O pagas y te largas a tu casa o nos haces un favor y la invitas a salir, me tienes harto con tus excusas.
Sonic se sonrojó.
— ¿Qué… de qué hablas?, ¿Excusas?, ¿Quién está corriendo? Yo no. — decía mientras dejaba el dinero en la mesa y se dirigía a la puerta con intenciones de salir.
Shadow soltó un suspiro de exasperación que extrañó a Blaze, ¿debía saber lo que ocurría?, tal vez era mejor mantener la boca cerrada.
Se tensó cuando el erizo negro volteó a verla.
—Ven, te llevo a tu trabajo. No quiero lidiar también con tus problemas, sean cuales sean.
Ambos caminaron hasta una motocicleta negra con detalles rojos. La misma la había visto cuando habían ido al café, solo que Shadow no la montó. Esta sería su primera vez en un vehículo de este tipo.
Ambos subieron y el erizo negro arrancó.
0-0
El trabajo de restaurante siempre le pareció sencillo: te piden un platillo, el cocinero lo prepara, lo entregas y vuelta a empezar… no era nada sencillo.
Aunque eran varios camareros, lo clientes eran más del triple, los pedidos eran muchos y había que poner a lavar los cubiertos que ya no se usasen.
—Faltan las mesas 6, 7 y 10.
—Necesitamos más platos.
—Mesa 12… ¡Silver!
Para colmo le pedían que usara su "psychokinesis", ¿cuál psychokinesis?
Cada tanto entregaba una orden pero se equivocaba de mesa, se le caía algún tenedor o tropezaba con otro camarero. ¿Podías culparla? Nunca tuvo necesidad de hacer nada de esto a ningún nivel, y ahora tenía que tener en cuenta varias mesas, muchos pedidos y aún más clientes, era demasiado para ella.
Por culpa de su inocente incompetencia la regañaban a cada rato, siempre usando el nombre de Silver, nombre que cada vez se grababa más en su cabeza.
— (Me resultará difícil olvidar ese nombre) — pensaba sin mucha gracia.
Ya quería que este sueño (ahora pesadilla) terminase cuanto antes.
—Oye, mesero.
Escuchó la voz de un cliente que la llamaba. Atendió casi de inmediato (o tan de inmediato como pudo).
— ¿Si?
—Dime, ¿qué está mal aquí? Tiene un palillo— dijo señalando al trozo de pizza que estaba en el plato. Blaze observó el plato y efectivamente había un pequeño palillo de madera sobresaliendo del borde. ¿Cómo había llegado eso ahí? — ¿Y si me lo hubiese tragado? Tuve suerte de verlo a tiempo. Haz algo.
Blaze no sabía que responder al respecto. No era experta en cocina pero era consciente de que algo como un palillo no podía terminar en un trozo de pizza de esa manera, además el pequeño pedazo de madera se veía bastante limpio. Este sujeto seguro estaba tratando de armar un escándalo para salir beneficiado, pero ella no sabía cómo proceder.
—Bueno… creo que aquí no hay palillos así…
— ¿¡Qué!? — respondió molesto el cliente.
El erizo (gata) se asustó por el repentino golpe que el sujeto dio a la mesa, ahora sabía menos que hacer.
—Disculpe. ¿Ocurre algo?
Una loba de color beige con blanco se interpuso en la situación.
—Bien, como le decía al mesero…
—Yo me encargo. — le dijo en un susurro perfectamente entendible. Blaze entonces se retiró, entendiendo la situación.
— ¿Qué te sucede hoy? — le preguntó un compañero cuando se alejó de la escena. Blaze no supo que responder.
0-0
El horario de trabajo había terminado, ahora estaban limpiando el lugar.
Blaze estaba pasando la aspiradora por el suelo. En medio de esto pudo ver a la loba que la había ayudado con el lío del cliente anterior, sintiéndose en deuda quiso hablarle.
—Señorita Whisper… — por suerte para ella, todos llevaban una placa con el nombre —… sobre lo de…
—Solo fue mala suerte. Quisieron engañarnos. — habló ella sin dejarla terminar.
Algo que le resultaba raro era su forma de hablar. Salvo cuando atendía a los clientes, siempre susurraba y soltaba frases relativamente cortas.
—…
—Hice lo que pude. Con eso basta.
—Ah, Whisper, tu falda. — habló otra mesera señalando la prenda de la loba. La tela estaba cortada y no parecía un corte casual, sino deliberado.
Al ver que el corte era bastante más grande de lo esperable, Whisper se cubrió la prenda como pudo, su rostro denotaba un enojo muy notorio hacia el responsable.
Blaze entonces vio la oportunidad de devolver el favor.
—Venga conmigo. — dijo mientras la tomaba de la mano y la guiaba hacia el lavabo.
— ¿Eh?
—Ahora quítese la falda.
— ¿Qué? —reaccionó con una voz más audible, claramente por la sorpresa.
Blaze se percató de la situación e intentó corregirse.
—Tranquila, me voltearé.
Ya con la prenda en sus manos, tomó aguja e hilo y procedió a coser el corte.
—No tardaré mucho.
Dicho y hecho, solo pasaron dos minutos cuando acabó el trabajo. El resultado era un ligero bordado que cubría la zona del corte, dándole un toque elegante y renacentista a la falda.
—Es precioso. Es un hermoso talento.
Blaze sonrió ante el cumplido.
—Considérelo mi agradecimiento por lo de hace rato.
Whisper guardó silencio por unos segundos antes de responder.
—Me preocupé por ti. Te metes en problemas. — dijo señalando su mejilla golpeada. Ella se dio cuenta a qué se refería —Eres delicado. Me agradas. — y le dedicó una sonrisa.
0-0
En el camino de regreso a "su casa", se tomó el tiempo de observar su reflejo en el tranzona. Aún la descolocaba el hecho de ver otro rostro en lugar del suyo.
—Este sueño se siente demasiado real. — se dijo a si misma ya en su cama.
A falta de sueño suficiente, comenzó a curiosear en el celular del tal Silver, allí encontró algo interesante.
—Parece que lleva un diario. — y procedió a leer algunos pasajes —Se ve que es organizado. Ojalá yo viviera aquí. — dijo mientras observaba las fotos en el celular.
En eso estaba hasta que llegó a una que encuadraba a la loba Whisper de espaldas. De hecho, le sorprendió al ver que eran varias fotos aparentemente tomadas sin que ella se diera cuenta.
—Un amor platónico. — algo que a ella nunca le había pasado, pero le alegraba ver que alguien lo sentía. Entonces tuvo una idea y entró en la app del diario.
Hoy caminé a la estación con la señorita Whisper gracias a mi delicadeza.
Y guardó.
¿Quién eres?
Recordó esa nota en su cuaderno el día anterior. Suponiendo que podría tratarse del supuesto Silver, decidió dejarle una respuesta. Tomó un bolígrafo y escribió su nombre en la palma de su mano.
Blaze
Casi como por arte de magia, el sueño por fin la alcanzó. Se puso cómoda y dejó que su cuerpo y su mente descansaran.
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Jueves 5 de Septiembre
— ¿Qué es esto? — se preguntó observando su mano garabateada con el nombre de Blaze. ¿De dónde había salido? Y para colmo se había dormido con el uniforme puesto.
Por desgracia para Silver, las sorpresas no se detuvieron ahí:
Mientras desayunaba leyó su diario y se percató de una entrada reciente que no recordaba haber escrito, ¿cómo que había caminado con Whisper?
— ¿Qué está pasando?
0-0
— ¿Y… vamos al café hoy? — preguntó Sonic ganándose un resoplido por parte de Shadow quien estaba hasta la coronilla con esas salidas al café.
—Gracias pero tengo que trabajar.
El erizo azul sonrió con gracia al escuchar eso.
— ¿Te acuerdas dónde es?
El plateado se extrañó al oír esa pregunta.
—Un momento, ¿fuiste tú Sonic?, ¿tú estuviste jugando con mi teléfono? — le preguntó de forma acusatoria.
— ¿Qué?
Silver soltó un suspiro. No valía la pena.
—Olvídalo. Nos vemos. — y se fue volando con su psychokinesis, algo que no había hecho el día anterior.
—Parece que se le pasó lo de ayer. — dijo Shadow con un ápice de alivio, era bueno no tener que lidiar con el mismo problema.
—Sí. Es raro pero ayer se me hacía que actuaba… ¿femenino?
Shadow lo ignoró y se fue lo antes posible. No estaba de humor para otra estupidez del faker.
0-0
Silver llegó a su trabajo y lo primero que vio fue a sus compañeros esperándolo… pero sus miradas eran casi reprobatorias.
— ¿Qué pasa? — preguntó algo ingenuo de la situación.
—No te hagas el tonto. Creí que éramos amigos.
—Sí, te fuiste a casa con ella ¿no?
Entonces supo de qué se trataba esto.
— ¿De qué están hablando?, ¿yo y la señorita Whisper? — eso aún lo desconcertaba.
— ¿Y qué hicieron? — preguntaron a la vez.
—Ahm… bueno… yo, la verdad no me acuerdo de nada.
—Deja de mentir y dinos.
Entonces se abrió la puerta de servicio. Whisper se hizo presente con su silencio habitual pero hoy se veía más… radiante de lo normal, no es como si los hombres allí presentes se quejaran.
—Hoy será un buen día. ¿No es así, Silver? — dijo dedicándole una sonrisa al albino.
Obviamente sus compañeros no se lo tomaron bien.
Lunes 10 de Septiembre
Blaze observaba curiosa su mano izquierda. Estaba garabateada con una pregunta:
¿Blaze?, ¿Quién eres y que eres?
—Veo que hoy no se está tocando las boobies. — dijo Marine desde la puerte—La comida está lista.
La gata se quedó congelada unos segundos antes de reaccionar cubriéndose la zona mencionada.
— ¿¡Mis boobies!?
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—Buenos días. — dijo mientras llegaba al salón. Sin embargo todas las miradas que se dirigieron a ella la pusieron inmediatamente incómoda, como si fuese la rara del salón — ¿Soy solo yo o todos me están mirando?
Rouge sonrió al recordar.
—No me sorprende, con ese espectáculo que te mandaste, princesa.
— ¿Eh?
No le gustaba adónde iba esto.
Viernes 6 de Septiembre
Durante la clase de arte, Blaze (Silver) dibujaba tranquilamente un muy detallado paisaje. Sin embargo podía poner la suficiente atención a una conversación que un par de alumnos estaban teniendo.
— ¿Viste la propaganda de las elecciones?
—No importa la carrera, nada va a cambiar… excepto a quien le toca el soborno.
—Shh, el papá de "alguien" cuenta con ello.
Y ambos empezaron a reírse.
La gata lavanda (erizo plateado) dejó de dibujar ante la atenta mirada de Rouge, quien se veía algo preocupada por como pudiera reaccionar.
—Están hablando de mi, ¿verdad?
La murciélago asintió, mas no se esperaba el resultado:
Blaze (Silver) lanzó una ligera llamarada quemando un escritorio justo enfrente de los chicos que se burlaban de ella. Le costaba controlar sus llamas pero no era muy difícil si simplemente las soltaba en cargas cortas.
Lunes 10 de Septiembre
—Yo… yo… ¿Qué hice qué? — la gata no podía creer que hubiese reaccionado de semejante manera, era impensable.
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Apenas volvió a su casa, corrió derechito a su habitación, ignorando a Marine.
Una vez allí buscó su cuaderno de notas y vio escritas varias preguntas que no recordaba haber grabado. Esto sumado a sus últimos "sueños" empezó a cobrar más sentido… y no le gustaba.
— ¿Podría… podría ser…?
—No, no, no, no, no. — Silver no podía creerlo — ¿Podría ser que… estamos…?
— ¿… en nuestros sueños, ese erizo y yo…?
— ¿… en nuestros sueños, esa gata y yo…?
¿¡INTERCAMBIAMOS LUGARES!?
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Y con esto se termina el capítulo 2.
Procederé a explicar un poco del mundo de este AU:
La Encrucijada es un lugar donde tres universos/zonas chocaron hace mucho tiempo, provocando que sus culturas terminen entremezclándose con el pasar de las décadas.
Las zonas son las siguientes:
Zona Mobius: No es la gran cosa pero se caracteriza por ser "la responsable" de todo este lío, ya que ahí se originó el Rubí Fantasma que causó el "Choque Zonal". Sonic y Shadow son de ahí.
Zona Riders: Es la más avanzada tecnológicamente. Si bien, el "Choque Zonal" obligó a las tres zonas a coordinar sus fechas, ésta zona en particular está ubicada varios siglos en el futuro, lo que explica la existencia no solo de mobians sino también de aliens y androides.
Zona Sol: Es la más antigua culturalmente hablando, pero la falta de tecnología la compensan con su conocimiento sobre la magia. Fue la última en formar parte del "Choque Zonal".
Entre los intercambios culturales se incluyeron el traspaso de tecnología y conocimientos, esto explica la existencia de celulares e internet en la Zona Sol, por ejemplo.
La existencia de la Encrucijada y toda su historia solo es un detalle de fondo que quise añadir para soltar mi imaginación. Poco influye en la historia más allá de un poco de contexto.
Con eso dicho, me despido.
Chau.
