Buenas horas medio mundo.

¡A darle!

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Capítulo 5: "Volviendo a… ¿cuándo?"

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Dibujar lo ayudaba a ordenar sus pensamientos. Ver como el lápiz marcaba trazados y líneas en el papel, como éstas se unían formando imágenes en el lienzo… era relajante. Por desgracia para él, esta vez no estaba logrando su objetivo.

Las líneas que dibujaba poco a poco tomaban la forma de un pueblo portuario que conservaba en su cabeza. Nunca se tomó las molestias de recordar el nombre, ahora se arrepentía. Veía la imagen que gradualmente se convertía en dicho pueblo, el sentimiento de añoranza y leve tristeza no se iba. Extrañaba volver a ese pueblo, extrañaba interactuar con las personas del lugar… extrañaba a Blaze.

Le tomó varios días y cinco bocetos diferentes decidirse en ir hacia allá. Tal vez para conseguir respuestas, tal vez para quitarse ese sentimiento, no lo sabía; lo que sí sabía era que quería ver a Blaze en persona.

Empacó algunas cosas, se vistió y salió en dirección a la estación de tranzonas.

Tomaría primero el tranzona 4 que lo llevaría a la Zona Sol; de ahí buscaría una forma de llegar a algún pueblo que pudiera encajar con lo que había dibujado.

No contaba con tener compañía.

— ¿Qué… qué hacen ustedes aquí? — preguntó viendo a Shadow y Whisper esperándolo en la estación.

Shadow me contó.

Como siempre, la respuesta de la loba fue corta y discreta. Silver le dirigió una mirada de ligera molestia al erizo negro quien ni se inmuto mientras entraban al transporte.

—Te pedí dos cosas: que me cubrieras y que me apoyaras si mi hermana te preguntaba.

—Lo tengo cubierto. El faker se encargará de tu trabajo.

—Yo me encargo. Pero me debes un chilidog. — era lo que decía en la grabación del celular de Shadow. Se lo veía tan animado como siempre.

Silver no se veía muy complacido, él quería hacer esto solo y ahora resulta que lo trataban como a un niño.

—Todos se pusieron de acuerdo.

—Teníamos que hacer algo. No puedes estar completamente seguro de que esto no sea un engaño.

— ¿Una estafa? — preguntó extrañado. Era cierto que no les había dado detalles pues no le creerían, pero ahora sonaba como algo diferente desde el punto de vista de sus amigos.

Conociste a esta persona en línea, ¿verdad?

—No, no exactamente…— en definitiva, era difícil poner una buena excusa —Es complicado.

—Fue en un sitio de citas. — dijo Shadow ganándose otra mirada molesta de Silver, mirada que nuevamente ignoró.

— ¡CLARO QUE NO!

—Estuviste muy sospechoso últimamente. Por eso nos haremos cargo de ti.

— ¡No necesito niñera!, ¿okey?

—Más te vale que sea cierto. Tengo cosas más importantes de que preocuparme que cuidar de ti.

Y así dio inicio esta pequeña aventurita.

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S: Los intercambios pararon, las llamadas nunca entraron y los mensajes nunca se enviaron. Por eso decidí ir a ver a Blaze en persona. Quería verla pero…

¿El paisaje del pueblo es tu única pista?

Silver se sentía avergonzado por ese detalle.

—Sí.

S: Como ya lo sabrán, nunca me tomé la molestia en recordar el nombre del pueblo. Eso no ayudó cuando quise buscarlo por internet.

¿No puedes contactarla?

—Eres un pésimo guía, Silver.

—No vinimos de turismo.

Para colmo la actitud de Shadow no ayudaba.

Aun cuando le prometieron que lo ayudarían a buscarla, tanto Shadow como Whisper no hacían más que hacer turismo por los alrededores, algo que le sorprendió de ambos pues la loba era bastante introvertida y el erizo tenía tintes de ser reservado, pero ahí estaban tomando fotos de los lugares y comprando algún que otro suvenir. Eso lo enojaba.

En cada lugar al que iban, Silver preguntaba a los lugareños y les mostraba sus dibujos pidiéndoles indicaciones, por desgracia ninguno sabía con exactitud qué lugar era el que estaba buscando. Cada que llegaba a un sitio que podía ser el correcto resultaba que solo se parecía en detalles menores, nunca era el pueblo que buscaba.

Así estuvieron por buena parte del día, yendo de pueblo en pueblo, de isla en isla pero no encontraron nada… o mejor dicho, Silver no encontró nada, Shadow y Whisper por su parte…

—Esto es inútil.

¿Después de haberte ayudado durante todo el día?

Silver suspiró con fuerza antes de responder bastante molesto.

—No hicieron nada.

Y de nuevo, Shadow lo ignoró.

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El grupo decidió detenerse a comer en un pequeño restaurante local. Allí los tres pidieron una orden de sopa de fideos cada uno.

El plateado sin embargo no podía evitar sentirse como un inútil, pues decidió rendirse en su búsqueda.

— ¿Tendremos tiempo para volver a la encrucijada hoy?

—Déjame ver. — dijo Shadow mientras veía en su teléfono.

¿Estás seguro, Silver? — preguntó Whisper. No le gustaba verlo rendirse de esa manera.

El chico solo sonrió algo desganado.

—Sí, es que siento que he estado buscando en el lugar equivocado todo este tiempo. — dijo antes de sacar el dibujo que había hecho como pista.

En eso llegó la camarera, quien vio el dibujo.

—Oye, es un dibujo de "Puerto Alba", ¿verdad? Está muy bien hecho. — les sirvió agua antes de voltear a la cocina —¡Cariño, ven a ver esto!

El cocinero, un conejo marido de la mujer se unió a ellos, observó el dibujo y puso una expresión nostálgica en su rostro.

—Sí, es "Puerto Alba". Me trae recuerdos.

La mujer comentó entonces.

—Mi esposo nació y creció ahí.

Silver por su parte se quedó con el nombre rondando en su cabeza por unos segundos: "Puerto Alba", le sonaba familiar… demasiado.

Entonces lo supo.

—Claro, ¡Claro, ese es el lugar! — exclamó emocionado al finalmente tener una pista del lugar que buscaba —Está cerca… ¿verdad?

Pero las reacciones de los demás no parecían muy… alegres al respecto.

— ¿Tu no…?

—"Puerto Alba" fue…

— ¿"Puerto Alba"? — Shadow hizo memoria y entonces lo recordó —Ahí es donde…

¿No es el área donde el cometa…?

Okey, las reacciones de todos lo empezaban a asustar. ¿Por qué hablaban como si se tratara de un lugar maldito?

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Por fin había llegado al lugar, había vuelto a un pueblo que nunca en su vida había pisado hasta ahora. El mismo pueblo que hace unas semanas vio en un hermoso cuadro natural se encontraba frente a él… totalmente arrasado.

Las casas, las calles, los parques… todo lo que alguna vez tuvo personas viviendo estaba destruido.

¿Estás seguro que ella vive aquí?

Whisper sonaba precavida. No quería insinuar nada que pudiese afectar negativamente al chico… aunque no parecía estar precisamente bien.

—Lo dudo. Hay muchos otros pueblos pesqueros y todos se parecen. Seguro fue un error.

Shadow por su parte se mantenía sereno, buscando una explicación lógica… pero Silver sabía que no podía ser posible.

—No me equivoqué. Este es el lugar. — volteó a verlos con una mirada decidida —Este patio, estas montañas, ¡esta escuela! ¡Lo recuerdo todo!

—No tiene sentido. Sé que eras muy joven entonces pero ¿acaso no sabías del desastre de hace 9 años? Hubo cientos de muertos.

Silver no podía creer lo que escuchaba.

— ¿Cientos? Hace 9 años… No es cierto.

Y entonces recordó que hace 9 años, un cometa había sido visible en el cielo nocturno. Recordó que se había dividido en varios pedazos.

No… no podía ser.

—No es cierto. Es decir… aún tengo la nota que me escribió. — sacó su teléfono y buscó la aplicación del diario.

No estaba preparado para lo que vería:

Las palabras, las fechas, las notas, todo estaba desapareciendo frente a sus ojos.

—Están desapareciendo.

Fue lo último que dijo antes de irse del lugar.

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Antes de ir a un hotel, el grupo decidió hacer una parada en una biblioteca, Silver necesitaba más detalles de lo que había acontecido en "Puerto Alba".

—El "Cometa Solaris", con un periodo orbital de 1200 años y visible en las tres zonas incluso antes del "Choque Zonal", hace 9 años se acercó a la tierra en Octubre, el día 14 para ser más exactos. — Shadow explicaba con calma mientras leían varios artículos relacionados con el tema —Nadie imaginó que su núcleo se rompería en su perigeo.

Entre los distintos artículos que leían se podían ver diversos títulos: "Meteorito acaba con pueblo", "Más de 500 desaparecidos", "Puerto Alba, el pueblo que desapareció".

—Un fragmento se convirtió en meteorito y cayó en la Zona Sol. Dicho fragmento fue apodado Iblis, y la tragedia se nombró como "Las Llamas del Desastre"

Fue el mismo día que el Festival de Otoño.

—El lugar de impacto fue aquí. —dijo señalando el lugar en un mapa —Y ésta es el área de la explosión. A las 20:42 PM cayó en donde las personas se reunieron para el festival. Más de 500 personas murieron, un tercio de la población del pueblo. Ahora ya nadie vive ahí.

Ahora estaban leyendo una lista de las víctimas del impacto.

Silver recorría las páginas con miedo, queriendo creer que ella no podía estar en esa lista. Iba por la página 30 cuando reconoció un nombre que lo dejó helado:

—Knuckles the Echidna. —continuó buscando y solo una página siguiente se topó con otro nombre —Rouge the Bat — pero fue el siguiente el que lo aterró por completo:

Blaze the Cat

Ella estaba entre los muertos.

Tiene que ser un error. No puede ser ella, murió hace 9 años.

Pero Silver sabía que era ella, podía sentirlo.

—Hace dos o tres semanas dijo que podría ver el cometa. — y se dio cuenta de lo que pasaba —Significa…

Su propio reflejo en la ventana se vio acompañado de una voz que conocía bastante bien.

Blaze… estás soñando, ¿verdad?

—Yo…

No sabía por qué… pero ya no recordaba que estaba haciendo en ese lugar.

— ¿Qué estaba…?

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Ya en un hotel, Whisper se encontraba tranquila observando el cielo nocturno. Esta situación era muy rara para ella y no sabía cómo reaccionar.

—Pido perdón por adelantado, solo conseguí una habitación para los tres.

No hay problema. — entonces decidió preguntar— ¿Cómo se encuentra Silver?

—Sigue leyendo artículos sobre "Puerto Alba". Parece obsesionado. — dijo mientras compraba un par de bebidas de una máquina expendedora.

Le entregó una a la loba quien la aceptó. Estaba bebiendo cuando notó la mirada del erizo sobre ella.

¿Qué ocurre?

— ¿Qué opinas de lo que dice Silver? — preguntó directamente, no era alguien que le gustara irse por las ramas.

La chica se tomó un tiempo antes de responder con algo que no parecía tener mucha relación.

A mí me gustaba Silver. Últimamente se volvió más encantador. Se esforzaba mucho. Era lindo. — tomó un sorbo antes de continuar —Pero si es cierto que lo que nos ha dicho suena muy extraño. Pero lo importante aquí es que Silver conoció a alguien y por eso él cambió.

Mientras tanto, Silver seguía leyendo sobre el desastre de hace 9 años. Cada tanto verificaba su diario con la esperanza de encontrar una de las notas que Blaze le había dejado, cualquiera… pero siempre daba "vacío".

Esto ya empezaba a frustrarlo cada vez más.

—Todo fue un sueño. — se dijo a si mismo buscando una explicación que sonara convincente —Reconocí el paisaje porque inconscientemente recordé las noticias de hace 9 años. — pero aún habían cosas que no encajaban —Si no es eso es un… ¿fantasma? ¿O estuve fantaseando todo el tiempo? — y entonces se topó con un vacío en sus recuerdos —¿Cuál era su nombre?, no lo recuerdo.

El sonido de la puerta abriéndose llamó su atención.

Shadow se va a tomar un baño.

—Señorita Whisper.

Entonces, recordó que les debía una disculpa a ambos.

—Reconozco que estuve diciendo cosas raras últimamente. Quiero disculparme y… gracias por tomarse su tiempo por mí.

Whisper simplemente se sentó frente a él, tomó uno de los libros y empezó a leerlo. Entre los distintos artículos se encontraba una sección que hablaba sobre hilos trenzados.

Qué bonitos. Esa pulsera que tienes es de hilos ¿cierta? — dijo refiriéndose a la pulsera que Silver llevaba todo el tiempo, una pulsera roja.

El erizo guió su atención al pequeño adorno en su brazo.

—Sí, supongo. No recuerdo muy bien pero alguien me la dio hace tiempo. Desde entonces lo uso como amuleto de la suerte. — dijo mientras miraba la pulsera con detenimiento. Ese pequeño detalle que acababa de comentar lo dejó pensando nuevamente, alguien se lo había dado pero…— ¿Quién fue?

Whisper por su parte se sintió desplazada. Parecía que el chico le daba más importancia no solo al evento de hacía años sino que también a una pulsera.

Es tarde. Deberías darte un baño.

—Sí. — pero entonces recordó algo —Espera… alguien que las hace me dijo algo una vez: los hilos representan el paso del tiempo. Se enredan y se retuercen, se desenredan y conectan, y eso es el tiempo. — y como si se tratase de una epifanía (que lo era), Silver tuvo una idea —Tal vez puedo…

La chica lo vio tomar un mapa. No iba a negarlo, le dolió verlo tan metido en ese tema. Parece que ella ya no era tan importante para él. Decidió dejarlo con lo suyo e irse a dormir.

No supo cuando se quedó dormido pero si sabía que estaba muy cerca de obtener una respuesta. Podía sentirlo.

Supongo que no me conoces, ¿cierto?

Tranquilo Silver, eso no es malo. Sé que me recordarás algún día.

Pudo escuchar la voz de Blaze en su cabeza. Eso lo despertó. Nuevamente dirigió su atención a su pulsera, sabía lo que tenía que hacer. Tomó sus cosas, escribió una nota para Shadow y Whisper y se fue.

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Con la ayuda del mismo conejo que lo llevó antes, volvió al pueblo destruido. Cuando llegaron a su destino, el hombre le dio un paquete de comida.

—Ten, se nota que no comiste nada.

El chico agradeció por el detalle.

—Tu dibujo de "Puerto Alba"… es muy bueno.

Y con eso dicho se fue, dejándolo solo.

No le resultaba muy difícil seguir el mismo camino que cruzó junto a Marine y la abuela de Blaze, gracias a su psychokinesis pudo ahorrarse buena parte del trayecto, pero la lluvia igualmente lo obligó a frenar un par de veces. Incluso volando, el camino era largo.

—Se enredan y se retuercen, se desenredan, se rompen y se vuelven a conectar, eso es una unión, eso es el tiempo. — se repetía de tanto en tanto mientras volaba en dirección al altar.

Entonces, luego de media hora de viaje llegó al mismo lugar que había visitado anteriormente… y allí seguía.

—Ahí está… de verdad está ahí, no es solo un sueño.

La esperanza volvió con tal fuerza a su corazón que sintió unas lágrimas queriendo salir de sus ojos. Se enfocó en lo que había venido a hacer.

Una vez abajo, en medio del lugar observó el altar nuevamente.

—Hacia adelante está el más allá. El inframundo.

Y entró.

Salvo por un par de detalles sin importancia como moho y alguna piedra movida, el lugar se veía igual que antes. Allí vio lo que buscaba: el kuchikamisake.

—Este no sé de quién será. — dijo viendo uno que también estaba la última vez que lo visitó. Volteó a ver el otro —Este es el de Blaze. — lo agarró con cuidado— Esto fue antes del cometa. Así que cuando intercambiamos lugares también fue hace 9 años. No sé cómo pero nuestro tiempo se enredó por alguna razón. —empezó a destaparlo —Es la mitad de ella. — lo sirvió en la tapa de la botella —Mosubi. Si es cierto que el tiempo se puede desenredar dame una chance… por favor.

Lo bebió.

Esperó unos segundos a que ocurriera algo… lo que sea. No pasó nada.

Decepcionado y triste, procedió a ponerse de pie. La humedad del piso lo hizo resbalar casi de la nada. La luz de su linterna iluminó el techo y durante la caída todo se tornó despacio; podía ver con claridad un dibujo de un cometa en el techo.

(¿Un cometa?)

Un cometa partido en dos.

Entonces sintió su espalda golpear el suelo, pero no le dolió. Por el contrario, sintió una agradable sensación mientras su mente empezaba a viajar y ver imágenes que al principio no entendía:

Un cometa volando y partiéndose en dos, un hilo rojo enredándose a su alrededor y el impacto del agua rodeándolo a medida que caía. El hilo rojo entonces se convirtió nuevamente en un cometa, el pedazo que se separó de él cayó a la tierra y de repente el planeta empezó a reaccionar multiplicando su propio núcleo poco a poco, como si fuese una célula. El latido de un corazón acompañaba las imágenes.

El llanto de un bebé inundó sus oídos; se trataba de una concepción. Vio a una mujer, una gata blanca acababa de dar a luz a una gatita color lavanda.

Tu nombre será… Blaze. —dijo con una suave sonrisa de inmensa felicidad.

Unas tijeras cortaron el cordón umbilical.

Entonces, imágenes de una familia de gatos se le presentaron como si de recuerdos se tratasen. Una voz masculina le habló al oído.

Ustedes son mis dos tesoros.

Las imágenes seguían moviéndose frente a él. Nuevamente una cama de hospital, pero no era otro parto. La gata blanca estaba enferma.

Lo siento mucho, hija mía.

Un funeral le siguió; podía sentir el dolor de Blaze en su propio corazón, el dolor de la pérdida. El marido se veía destrozado, totalmente deprimido por el acontecimiento.

No pude salvarla.

Tienes que reponerte. — hablaba la abuela de Blaze. Pero el hombre no la escuchaba. Se veía furioso.

¿¡Qué importa el altar!?

Pero ahora tú estás a cargo.

¡Amaba a mi esposa, no al altar!

¡Lárgate!

Una Blaze más joven lo había escuchado todo… y le dolía.

Escúchame mi niña, a partir de hoy vas a vivir con la abuela.

Entonces aparecieron recuerdos que si podía reconocer:

¿Quién soy yo?, ¿Quién eres tú?

Dices eso y aún así no tienes novia.

Será lindo. Ya deben estar juntos.

La gata lavanda se veía en el espejo mientras se vestía… estaba llorando.

¿Por qué… me duele?

Saldré a la Encrucijada.

¿Qué? Espere ¡señorita!

Las imágenes volvieron a cambiar. Blaze estaba con su abuela.

Abuela… ¿puedes hacerme un favor? — se veía triste, pero por alguna razón se notaba aliviada.

Unas tijeras cortaron su cabello.

Ah… ¡a si!, el cometa. Hoy se verá más brillante.

No podía seguir viendo esto.

—Blaze… ¡Blaze! — intentó llamarla, quería llamar su atención como fuera —No vayas. Blaze, tienes que salir del pueblo antes de que choque el cometa.

Entonces lo vio, el cometa en el cielo, partiéndose y el pedazo cayendo justo en dirección al pueblo. Tenía que salvarla.

— ¡Blaze, corre!

Muchos pedazos pequeños caían no muy lejos… pero el más grande iba directo a ellos… directo a ella.

— ¡Blaze! —por favor, muévete— ¡Blaze! — por favor, sálvate —¡BLAZE!

Por favor… no te vayas.

Oscuridad.