ENTRE PROMESAS ROTAS

¡Hola! Volví.

- Annie Perez: ¡Hola! ¡Vaya caos de emociones, en efecto! El embarazo de Kikyo y todas las dudas alrededor, más la noticia de que Naraku sigue suelto, ¡la trama está más intensa que nunca! La paternidad de Inuyasha también agrega un elemento intrigante ¿Cómo lo tomará Kag? :O ¡Gracias por compartir tus emociones! ¡Saludos y nos vemos en el próximo capítulo para más revelaciones!

- Lin Lu Lo Li: ¡Hola! ¡Uff, el susto es parte de! ¡Qué alivio que Inuyasha haya actuado con frialdad y claridad en ese momento tan crucial! Y sí, parece que ambos están decididos a mejorar su relación, especialmente por el bien de Moroha. ¡Brindemos por Sango y su apoyo constante a Kagome! :D Y sobre el misterioso "dolor de cabeza" de Sango, ¿quién sabe qué sorpresas nos deparará la historia? ¡El enigma del regalo sin nombre añade más intriga! Pero calma, si es de Inu (creo que todas vivimos con la duda constante y en alerta jeje) Gracias por compartir tus reflexiones. ¡Saludos y nos leemos en el próximo capítulo para más revelaciones y emociones!

- Karii Taisho: ¡Hola, hola! ¡Qué alegría saber que el capítulo te ha dejado con tantas emociones y preguntas! ¡Vamos a desentrañar este misterio juntas! :3 La situación con Kikyo sí que ha dado un giro, ¿verdad? Las dudas sobre la veracidad de su embarazo es todo un caso. La pregunta de quién le hizo el favor es clave, y como bien dices, ¿fue Naraku u alguien más? El giro de Inuyasha enfrentando la situación de frente y siendo honesto con Kagome fue un paso valiente (un punto por eso) ¡Esa cajita con el vestido ha dejado a todas pensando! ¿de quién será? ¿será de Inuyasha o de alguien más? Jeje pues... Sí, es de Inu (enserio creo que me pasé al dejarlas tan inseguras, pido perdón por eso) :) ¿Qué emociones despertará en Kagome conocer las consecuencias de las acciones de Inuyasha? Y esa pregunta sobre el futuro del embarazo añade un toque de suspenso. Por otro lado, qué hermoso recuerdo el de sentir el hipo de tu bebé sin duda ¡La conexión entre madre e hijo es realmente mágica! Gracias a ti por sumergirte en la historia y compartir tus pensamientos. ¡Saludos y nos vemos en el próximo capítulo para más revelaciones y momentos emotivos!

- Carli89: ¡Hola! :3 ¡Vaya montaña rusa de emociones que experimentaste con el capítulo! Entiendo perfectamente esa sensación de tener el Jesús en la boca. ¡Pero qué bueno que Inuyasha está mostrando señales de despertar y no creer ciegamente en las artimañas de Kikyo! La prueba de embarazo dio un giro inesperado, pero parece que las cosas se van aclarando. Y ese momento tierno cuando Inuyasha le pidió perdón al bebé, ¡fue realmente conmovedor y era justo que estaba buscando! :D Estoy emocionada de que estés ansiosa por descubrir qué más depara la historia. ¡Gracias por compartir tus emociones y seguir la trama con tanto entusiasmo! ¡Saludos y nos vemos en el próximo capítulo para más sorpresas!

- Kayla Lynnet: ¡Hola! ¡Qué alivio saber que el capítulo anterior trajo un poco de paz a tu corazón en medio de toda la locura! La confirmación sobre el tiempo de gestación del bebé y el hecho de que Inuyasha no haya caído en las artimañas de Kikyo son buenas noticias (podemos respirar un poco) La alerta por Naraku y la conexión que tiene con Kikyo añaden más intriga a la historia. Y sí, el momento tierno entre Inuyasha y Kagome cuando sintió las pataditas del bebé fue realmente conmovedor y más aún, en medio de tanto caos e incertidumbre. :3 La aparición del amo bonito y esos cabos sueltos prometen más sorpresas en el futuro te lo aseguro. ¡Gracias por seguir la historia con tanto entusiasmo y estar pendiente de las actualizaciones! ¡Saludos y nos leemos en el próximo capítulo para más emociones!

- kcar: ¡Hola! ¡Sí, es un alivio que el bebé no sea de Inuyasha! Pero entonces ¿quién será padre? :O El momento entre Inu y Kag fue realmente tierno, ¡y gritar de emoción es la mejor reacción! Sí, se avecinan tiempos difíciles (enserio que sí), pero con el apoyo mutuo, esperemos que nuestra pareja pueda afrontar las adversidades juntos. Gracias por seguir la historia. ¡Saludos y nos vemos en la próxima actualización para más sorpresas!

- joiscar: ¡Hola! ¡Qué alivio que sientas que Kikyo no pudo salirse con la suya! jeje La confianza y la comunicación son claves, ¿verdad? El desahogo de Inu y su pedido de perdón fueron momentos muy conmovedores (en el fondo él siente mucho todo lo que hizo y la culpa crece cada día un poco más). Y sobre Sesshomaru, ¡el misterio se intensifica! Siempre es bueno mantener la mente abierta en esta historia llena de giros. ¡Gracias por compartir tus emociones y seguir la historia con tanto entusiasmo! ¡Saludos y nos leemos en el próximo capítulo para más revelaciones!

- MegoKa: ¡Hola! ¡Oh no, siento haber causado tanto estrés y dilemas en tus nervios! :D La trama ha dado un giro inesperado y está claro que las emociones están puestas. Entiendo tu coraje hacia varios personajes, y creo que eres de las pocas que reconocer que Kag también hizo mal y tiene mucho de la culpa por lo que pasó (me caes bien jeje). La situación entre Inuyasha y Kagome se ha vuelto complicada, y las decisiones de cada uno han llevado a un momento crítico. La incertidumbre sobre Naraku y la posibilidad de que Kikyo esté tramando algo añaden más capas de misterio (pero siendo sincera, Kikyo no se quedará tan tranquila). Espero que ese té de tila te ayude a recuperar la calma jeje :D ¡Agradezco mucho que estés siguiendo la historia y compartiendo tus pensamientos! ¡Un fuerte abrazo y nos vemos en los próximos capítulos para más emociones!

- Shikon de Oz: ¡Jajaja! ¡Esa es una excelente idea! Un fanfic fluff puede ser la terapia perfecta para equilibrar las emociones. A veces, estos giros en las historias nos llevan a necesitar un poco de tranquilidad y alegría. ¡Adelante con ese proyecto y con el cuidado de la salud mental de los lectores! jeje :3 ¡Gracias por compartir tu creatividad y tus emociones! ¡Saludos y mucha suerte con el fanfic si te animas a hacerlo!

- Rosa. Taisho: ¡Hola bella! ¡Qué alegría leerte! :3 ¡Eres toda una exploradora al leer antes de las advertencias! Me encanta que hayas notado el tierno detalle de Inu con la ropita. ¡Tu interpretación sobre la duda de Inuyasha fue divertidísima! Jaja (amo esa imaginación, pero todavía no llegamos esos extremos :D) ¡Naraku tiene esa manera de sembrar incertidumbre! Y esa ocurrencia sobre la arañita pollito me hizo reír. ¡Qué bueno que el final superó tus expectativas! La siguiente entrega promete ser intensa con Kag contando su experiencia y una que otra cosita por ahí. ¡Gracias a ti por tu entusiasmo y nos vemos en el próximo capítulo! ¡Besos!

- Ladyahomehigurashi: ¡Hola! ¡Qué emoción leerte! Me alegra que los capítulos te hayan mantenido en vilo, ¡pero no te preocupes, todo se irá revelando poco a poco! Aunque Inuyasha a veces pueda ser terco, su vulnerabilidad ahora está a flor de piel. ¡Bienvenida de vuelta! Espero que hayas tenido días increíbles. Y sí, Inuyasha ha cometido errores, pero estamos por ver cómo evoluciona la historia. El misterio sobre el embarazo de Kikyo está creando intriga, ¡y tus teorías son geniales! ¡Las apuestas están abiertas! ¿De quién será el hijo de Kikyo? Y respecto al amo bonito, ¡las sorpresas no paran! ¿Será médico también o no? ¡Eso lo descubriremos en futuros capítulos! Y claro, el nombramiento como director añade más expectación, Inu no ha vuelto a tocar ese tema y cómo podemos verlo, él está más enfocado en el perdón de Kag. Sin embargo, ¡la trama se va enredando más! :3 Gracias a ti por seguir la historia y compartir tus impresiones. ¡Saludos y nos leemos pronto!

- Ferdi: ¡Hola! ¡Me alegra saber que disfrutaste del capítulo! La compasión de Kagome y la complejidad de la situación entre ellos añaden capas emocionales a la historia. ¡Gracias por tus amables palabras! :3 Muchas gracias por tus bonitas palabras :) ¡Besos y abrazos para ti también! ¡Nos vemos en el próximo capítulo para más emociones!

- MegoKa: ¡Hola! :3 ¡No te preocupes por lo del comentario anterior! A veces los tecnogremlins hacen de las suyas. Me alegra que disfrutaras del capítulo y de ese momento especial entre Inuyasha y Kagome con las pataditas del bebé. :) ¡Esperemos que Inuyasha siga siendo cauto! Entiendo tus sentimientos hacia Inuyasha por el término que usa, ¡cada palabra cuenta y puede afectar profundamente! Y sí, la conversación entre Inuyasha y Kagome promete ser muy interesante. Agradezco mucho tu apoyo y estaré encantada de recibir tus comentarios en futuros capítulos. ¡Un abrazo y nos vemos en la próxima actualización!

Bien, ¿qué puedo decir? A pedido de muchos he tratado de hacer este capítulo un poquito más largo de lo normal, espero haberlo conseguido :) Sin duda se vienen acontecimientos importantes y algo dramáticos en los próximos capítulos, sin embargo, solo deseo que les guste y los mantenga en vilo.

Ya saben, no pudo estar un solo momento sin añadirle algo de suspenso.

No sé si lo notaron, pero hay una pregunta en el aire y es la de Inuyasha y la presidencia. Al no estar Naraku (que recordemos que fue él el que ganó) el puesto quedo vacío, sin embargo, Inu no ha mencionado el tema, ni mucho menos ha tratado de buscar la forma de conseguir el puesto. Lo que quiero decir es que en estos momentos lo único verdaderamente importante para él, es Kag y su bebé, que, por cierto, llegará muy pronto.

Espero de todo corazón que disfruten de esta nueva actualización. Nos leemos y cuídense mucho.

¡Por cierto, feliz San Valentín! Besos y abrazos.

Atte. XideVill


Disclaimer: Los personajes de esta historia son de Rumiko Takahashi.


CAPÍTULO 23.

KAGOME

–¿Kagome?

Sus ojos no dejaban de mirarme. Inuyasha aún esperaba por lo que le diría.

–Cuando vi esas fotos, aquellas en las que apareces con… Kikyo –empecé con pesar esquivando su mirada– Sentí tanto enojo que lo primero que hice fue buscar a Naraku para aceptar su propuesta.

–¿Qué propuesta? –Sonó calmado.

–La de empezar de cero junto a él…

–Una relación –afirmó y yo asentí.

–Sí, una relación que acepté sin medir las consecuencias.

–Kag…

–Por favor escúchame –insistí volviendo a mirar sus ojos– Pensé mucho en cómo sería el futuro, pensé en mí, en ti y en el bebé, en ese entonces creí que mi bebé crecería sin padre como yo lo hice y después de verte con Kikyo yo…

–Por favor no lo digas…

–No iba a permitirlo, Naraku me ofreció una familia, una en donde tu presencia no faltara. Una en donde mi bebé crecería y llamaría a alguien papá –Inuyasha se tensó– Pero no pude, a medida que crecía tenía miedo de que se pareciera a ti, no podía engañarme Inuyasha, tú siempre serías su padre, aunque en el fondo odiara esa idea. Este bebé es tuyo, por eso sentí tanto miedo cuando Naraku lo llamó su hijo…

–¿Qué dijiste?

–Como lo oyes, él estaba tan obsesionado con esa idea que cuando le grité que este bebé era tuyo él...

Mi voz tembló recordando aquel momento, mi cuerpo también lo hizo e Inuyasha lo notó de inmediato y el sentido de alarma se activó en él. Buscó mis manos y las envolvió.

–Dímelo Kag, ¿qué pasó después?

–Él... él me dio una bofetada.

Inuyasha se incorporó de inmediato. Desde su altura sus ojos no se despegaron de mí.

–¡Ese maldito! –gritó girando como si buscara algo para contener su rabia– Le advertí, le dije que si te ponía una mano encima…

–Me sentí tan patética en ese momento y en lo único que pensé fue en proteger a nuestro bebé.

–No Kag, por favor no llores.

Extendió una mano para secar mi mejilla mientras me atraía hacia su cuerpo.

–Todo esto es mi culpa –susurró sobre mi cabello.

Solté un sollozo antes de tomar valor para seguir.

–Intenté salir de esa casa, pero cuando lo hice, aquel día él intentó… –Sus brazos me rodearon con más ímpetu– Intentó abusar de mí.

Cerré los ojos cuando al fin dije aquellas palabras.

–Inuyasha… –sollocé– Perdón…

–No Kagome, no me pidas perdón, no tienes por qué hacerlo –Sujetó mi rostro y secó un par de lágrimas al paso– Debió ser horrible para ti, debiste haber sufrido mucho.

Asentí y nuevas lágrimas mojaban mis mejillas. Él pegó su frente con la mía y desde esa posición me permitió escuchar su respiración entremezclada con la mía.

–Oh cariño, me culpo por eso. Debí de estar ahí, debía de impedirlo.

–No había forma de que lo supieras…

–¡La había! –exclamó con la voz ronca– Ese maldito desgraciado me dijo en varias ocasiones que algún día serias suya. Debí romperle la cara en ese instante. No, debí de matarlo –corrigió.

–No lo harías…

–Pero Kag…

Se alejó un poco para mirarme.

–No lo harías Inuyasha –Le dije peinando un mechón rebelde que cubría su rostro–, tú no eres así. Te conozco muy bien, tú no eres un maldito psicópata como él.

–Tal vez no sea un maldito psicópata Kagome, pero quiero que sepas que haría lo que sea por ustedes dos.

–¿Lo que sea? –cuestioné.

–Sí, no quiero que lo dudes jamás –aseguró– Sé que no me porté muy bien, sé que te dije muchas cosas hirientes y…

–Ya no sigas.

–No, te dije que no me alcanzaría la vida para pedirte perdón. Kagome —Llevó una de sus manos a mi espalda y la otra reposó sobre mi vientre– Kikyo me dijo que está embarazada.

Aquello lo soltó como si nada, entonces mi cuerpo actuó por sí solo y cuando menos me di cuenta mi mano se estampó contra sus mejillas en una sonora bofetada que hizo eco en el lugar.

Inuyasha se quedó muy quieto y aquello solo me desesperó. Quise apartarme, pero me lo impidió.

–Suelt…

–Tranquilízate –pidió– Por favor tienes que escucharme.

–¡Acabas de decir que Kikyo está embarazada y quieres que me calme!

–Kag, lo sé, sé que no suena bien.

–¡Inuyasha!

Me empezaba a cansar su tranquilidad. ¿Acababa de decir que tendría un hijo con otra mujer y quería que me guardara la compostura? ¡Pero cómo se atrevía!

–Kag, no es mío.

–¿Qué?

–Kikyo tienes tres semanas de embarazo y yo sólo la toqué una vez. Kagome –me miró a los ojos– Te juro que eso fue hace más de dos meses.

–Pero… ¿entonces ella?

–Sí, mintió. Como lo ha estado haciendo todo este tiempo –Aseguró– Mintió tanto para separarnos que pensé en algo.

–¿Qué pensaste?

–Aquella noche cuando fui por ti con Kaede, la única persona que nos vio fue Kikyo.

–No comprendo.

–Kag, cuando Myoga me dijo que Naraku había escapado, también me dijo que todo indicaba que alguien lo había puesto en alerta. No había forma de que eso fuera posible porque nadie podría saberlo.

–Kikyo… –musité.

–Exacto. Aunque tenía mis dudas, decidí darle el beneficio de la duda. A pesar de la coincidencia de verla llamando a alguien por teléfono justo cuando encendí el auto, quise creer que no había nada sospechoso, pero en el fondo, mis dudas crecieron. Hasta ahora, que dijo que ese hijo que esperaba era mío y no lo es. Kag –Envolvió mis manos con las suyas– Yo solo tengo uno, mi primer hijo. ¿Has considerado lo inquietante y emocionante que suena eso? Nuestro primer hijo.

Quise contener una sonrisa, pero me fue imposible y solo pude asentir con la cabeza mientras lo veía a los ojos.

–Quiero que, si es niña, se parezca mucho a ti –comentó– Quiero que tenga tu fuerza y la voluntad que tienes de no matarme hasta ahora.

Esta vez solté una risa bajita.

–Puede que mi voluntad se haya roto en algún momento cuando quise arrancarte los ojos con mis propias manos.

–Y con justa razón. No fui él mejor hombre, no me porté a la altura de las circunstancias y sé que por eso viviste momentos tan desagradables con ese hombre. Debí escucharte cuando me dijiste que este bebé era mío, debí dejarlo todo y pedirte que nos fuéramos a Yufuin para cuidar de ustedes. Pude haber hecho tantas cosas y ahorrarte tanto dolor, sin embargo, solo te lastimé –soltó un suspiro con pesar– Sé que no puedo cambiar nada de lo hice y dije, pero sí puedo prometerte que no volveré a cometer los mismos errores otra vez.


(Tres años atrás)

–Bien, Inuyasha. Es hora de que recites tus votos.

Inuyasha me sonrió envuelto de nervios mientras sacaba el papel blanco en el que había escrito sus votos a puño y letra.

–Bien… –Se aclaró la garganta antes de acomodarse la corbata con las manos temblorosas.

Podía escuchar las murmuraciones de algunos asistentes a nuestra boda y aquello solo lo puso más nervioso.

–Amor, tranquilo… –le susurré.

Inuyasha me miró y con esa sonrisa tan bonita que tenía, peinó mi cabello.

En este día tan especial, ante nuestros seres queridos, te prometo amarte con todo mi ser. Prometo estar a tu lado en los buenos y malos momentos, celebrando tus alegrías y apoyándote en las adversidades.

De pronto dejó de leer el papel y continuó por sí solo.

Prometo ser tu compañero constante, escuchándote con atención y compartiendo mis pensamientos contigo. Prometo construir juntos un hogar lleno de risas, paciencia y comprensión. Prometo ser tu refugio en las tormentas y tu compañero de aventuras en los días soleados. Prometo esforzarme cada día para ser el mejor amigo, amante y confidente que mereces. Prometo respetarte en todos los aspectos y honrarte como mi pareja en esta vida que compartiremos. Prometo aprender y crecer contigo, enfrentando los desafíos juntos y celebrando los triunfos en equipo.

Sonreí mientras los ojos se me llenaban de lágrimas.

En este viaje que emprendemos juntos, prometo ser leal, fiel y comprometerme a amarte cada día más que el anterior. Y hoy, frente a todos, hago estas promesas con todo mi corazón, y espero cumplirlas a lo largo de nuestra vida juntos…


–Eres el amor más bonito que he tenido Kagome y te agradezco por haberme salvado de aquella oscuridad en la que me había sumergido desde que perdí a mis padres.

–No me agradezcas por algo que pasó hace mucho tiempo.

Me sonrió. Inuyasha solía olvidar que ya no éramos los mismos niños inmaduros de hace doce años atrás.

–Kagome, te ruego una nueva oportunidad para enmendar mis errores y demostrar que puedo hacer las cosas de la manera correcta.

–Inuyasha…

–Quiero ser el padre que siempre imaginaste para nuestros hijos y el compañero de vida que mereces tener a tu lado.

Sus hermanos ojos brillaron con aquella petición mientras me permitía escuchar su respiración. Llevó una de sus manos a mi cadera y me atrajo hacia él. Mi vientre recibió con gusto la calidez de su cuerpo y mis mejillas ardieron al verme descubierta viendo la forma de sus labios.

El exquisito aroma de Inuyasha me envolvió, pude sentir su aliento chocar contra mis labios y cuando creí que me perdería en el sabor de sus labios un golpe seco en la puerta terminó por romper el momento.

–¡Kagome!

Aparté a Inuyasha de inmediato mientras veía a Miroku asomarse por la puerta.

–Oh, lo siento ¿Estaban ocupados? ¿Interrumpí algo?

–Sí…

–No –dije sonriendo y soltando risitas nerviosas– Para nada, adelante pasa.

Inuyasha lo miró con disgusto mientras él se acercaba a nosotros.

–Cuando Sango me llamó, vine de inmediato, me alegra verte de nuevo Kag.

–A mí igual –Le dije respondiendo a su abrazo.

–¡Vaya! Qué grande está –soltó al ver mi vientre– ¿Puedo?

Asentí y llevó su mano a mi vientre.

–¡Wow! Que sensación tan extraña.

–Si no te gusta puedes soltarla –dijo Inuyasha muy a la defensiva y algo molesto.

–¿Y a ti qué te pasa? –cuestionó su amigo volteando a verlo– Se puede saber ¿Por qué cargas con ese humor de mierda?

–Mira…

–Miroku –Intervine antes de que Inuyasha se le fuera la boca– Mira lo que Inuyasha compró para el bebé. ¿No crees que es lindo? –dije mostrándole el pequeño vestido.

–Sí que lo es. Amigo, no creí que tuvieras tan buen gusto.

Inuyasha gruñó por lo bajo y aquello me hizo reír.

–¿Entonces es niña?

–Aún…

–Ese no es asunto tuyo Miroku y si ya terminaste de saludar a Kag entonces te puedes ir.

–Inuyasha –reñí.

Su molestia era obvia, pero no tenía por qué desquitarse con Miroku, después de todo él no había hecho nada malo. ¿O sí?


INUYASHA

Maldito Miroku de no haber sido por él, en estos momentos ya hubiera obtenido el perdón de Kag y no sólo eso, sino que también hubiera vuelto a probar los labios de Kagome.

Sí, aquéllos exquisitos y tentadores labios de mi ahora exesposa, pero que muy pronto volvería a serlo y está vez ante Dios y ante todos los que intentaron separarnos.

Kagome esquivaba mi mirada y el estar sentado frente a ella solo empeoraba las cosas.

–Inuyasha, ¿no tienes hambre? –cuestionó Sango sentada al lado de Kagome.

–No.

–Inuyasha, no seas tan amargado –comentó Miroku a mi lado y yo lo miré mal.

–No seas tan maleducado –Siguió Sango– Kaede se esforzó mucho preparando esta cena como para que no la pruebes.

–No se preocupe señor Inuyasha, si no le gusta yo…

–No es eso –solté un suspiro– Lo siento Kaede, no quise ser tan grosero. Claro que la comida se ve deliciosa, es solo que…

–Ouch…

–¡Kagome! –exclamó Sango soltando los cubiertos.

Corrí la silla para atrás mientras me acercaba a ella.

–Kag, ¿qué tienes? ¿Te duele algo?

Ella negó con la cabeza.

–Solo fue una patada, una muy fuerte por aquí.

Apuntó su vientre bajo y yo la miré con pánico.

–No cariño, no creo que haya sido una patada.

–Estoy bien, solo fue eso, enserio.

Mi instinto de padre primerizo me pedía que la tomara en brazos y la llevara al hospital más cercano, pero mi instinto racional de doctor me pedía que guardara la calma y que tomara todo con cabeza fría.

Tomé mucho aire antes de volver a mirarla a los ojos.

–Si te duele otra vez quiero que me lo digas ¿está bien?

–Claro doctor –bromeó con una sonrisa y yo la miré serio.

–Hablo enserio Kag.

–Yo también. Y ya te dije que solo fue una patada.

–Bien… –solté resignado.

La cena transcurrió con normalidad y mientras ellas veían la televisión en la sala, Miroku y yo decidimos salir afuera a tomarnos una cerveza.

–¿Enserio crees que fue Kikyo? –cuestionó después de escuchar toda la historia.

–Ya le envié su celular a Myoga, ojalá encuentre la forma de desbloquearlo y me de alguna noticia.

–¿Qué es lo que quieres encontrar?

–A estas alturas no lo sé –solté con un suspiro– Solo quiero saber a quién llamó ese día.

–Y si tienes razón y sí fue ella ¿qué harás?

–No quiero pensar en eso, al menos no por ahora.

–Inu…

Un ruido que emergió de los arbustos que dividían nuestra casa de la de los vecinos hizo que Miroku guardara silencio.

–¿Qué fue eso? –cuestionó y yo le hice una señal para que bajara la voz.

Nos acercamos y ante la oscuridad de la noche no pudimos ver nada, hasta que de pronto por el otro lado un gato salió corriendo envuelto de miedo hasta donde estábamos.

–¡Maru! –gritó Mady, nuestra vecina– ¡No huyas!

Miroku pudo atrapar al gato y antes de ser arañado por este, se lo entregó a Mady que solo me miraba con sorpresa.

–¿Doctor Inuyasha? No sabía que era usted, pensé que ahora tenía nuevos vecinos.

Le sonreí.

–Hola Mady, también me alegra verte. ¿Es tuyo? –pregunté apuntando al gato.

–Así es, me lo encontré en la calle y lo adopté, creí que sería una buena idea, pero ahora no estoy tan segura. Siempre busca la forma de huir.

–Bueno, intenta esterilizarlo, eso siempre funciona.

Mady me miró con ojos de terror.

–Oye, no me mires así. Solo te di un consejo.

–Gracias doctor, lo pensaré.

Asentí y Mady se tuvo que despedir rápido porque el gato intentaba huir de nuevo.

–¿Hablas con Kag sobre continuar con la idea de vender la casa? –preguntó mi amigo en un susurro.

–Aún no, pero legalmente esta casa le pertenece y puede hacer con ella lo que le plazca. No pienso interferir en sus decisiones

–Sabes que la casa fue de ambos en algún momento ¿cierto? Aún recuerdo lo mucho que trabajaron para conseguirla.

Solté un suspiro.

–Lo sé, pero es Kag la que tiene la última palabra.

Cuando entramos a la casa, Sango tenía la mirada matadora puesta sobre mí.

–¿Qué ocurre? –cuestioné.

–El viejo truco de "voy a cambiar" en serio crees que nosotras, las mujeres, ¿somos así de tontas?

–¿De qué hablas?

–Kag ya me contó que le pediste una oportunidad.

–¿Y eso es tan malo? –solté yendo a las escaleras suponiendo que Kag ya estaba en la cama.

–No, pero no solo lo digas Inuyasha ¡demuéstraselo!

Claro que lo haría, pensaba demostrártelo todos los días.


Toqué la puerta, esperé a que su voz me permitiera entrar y cuando la escuché sonreí como un tonto.

–Buenos días ¿dormiste bien?

–Inuyasha ¿Qué es todo eso? –soltó al ver el desayuno que le traía a la cama.

–¿Esto? Es el mejor jugo de naranja y pan tostado de la historia.

La vi sonreír genuinamente antes de acomodar la bandeja sobre el velador.

–Asumo que tendré que ayudarte ya que no puedo dejar la bandeja sobre esta perfección.

Puse una mano sobre su vientre aún cubierto por las sábanas y Kag soltó una risa, definitivamente yo no pude estar más feliz.

–Qué adulador.

–Di lo que quieres, pero me darás la razón cuando nazca.

–Sobre eso, dame tu mano –pidió– Presiona aquí, dime ¿no la siente algo dura?

Su vientre se contrajo bajo mi toque.

–Kag, es normal, tu embarazo ya está muy avanzado y tu cuerpo solo se está preparando…

–¿Preparando? ¿Qué quieres decir? Inuyasha ¿y si nace ahora? No puede ¿o sí? aún es muy temprano…

–Tranquila, sería lo más normal del mundo si naciera ahora.

–Pero aún no llego a las 40 semanas ¿y si se complica? ¿y si…?

–Kag, oye mírame –La tomé de las manos– Si eso pasa yo estaré contigo, recuerda, también soy doctor ¿lo olvidaste?

–Sí, pero doctor Taisho, quiero verlo así de tranquilo cuando llegue ese día.

Sonreí.

–¿Es una amenaza?

–Ya dame ese jugo de naranja –exigió algo molesta y mi sonrisa se intensificó.


Los días que pasaban solo hacían crecer más mi ansiedad al no tener noticias de Myoga. ¿Por qué no respondía a mis mensajes?

–¡Inuyasha!

Salté de la cama y aunque todo estaba a oscuras corrí a la habitación de Kagome sin dudarlo.

–¡Kag! ¿Qué? ¿Qué pasó? ¿Qué tienes?

Encendí la luz y solo recibí otra queja de su parte.

–Apágala, por favor apágala.

–Muy bien, muy bien –solté mientras lo hacía y me acercaba a la cama– ¿Qué pasa Kag? ¿Te duele algo?

–Sí…

–¿Qué es?

–¡La cabeza! Inuyasha, siento que me va a explotar, me duele la espalda ya no la soporto y me muero de calor.

Puse un cojín entre sus piernas, encendí el aire acondicionado y me puse tras ella para masajear su espalda. Kag soltaba quejidos bajitos, se notaba que no la estaba pasando nada bien y aquello me estrujó el corazón. Su malestar era palpable y me sentí tan inútil por no ser capaz de hacer algo para calmar su dolor.

–Inu, gracias… –musitó bajito antes de quedarse dormida.

Mantuve silencio, evitando interrumpirla, pero el hecho de escucharla llamarme de esa manera de nuevo hizo que mi corazón se llenara de calidez.


–¿Myoga? ¿Eres tú?

–Sí señor Inuyasha.

Me escondí en la cocina para evitar que alguien me oyera.

–Por dios Myoga ¿dónde te habías metido?

–Lo siento señor, pero tuve que abandonar la ciudad.

–¿Qué dices? –solté sorprendido– ¿Por qué?

–Recibí varias amenazas durante todo el tiempo que estuve ausente, en ellas me decían que si le revelaba lo que había en el celular de la señorita Kikyo entonces amanecería muerto.

Tuve que guardar la compostura ante aquella confesión. Entonces se trataba de algo serio, algo mucho más allá de una simple disputa de amantes.

–¿Ahora te encuentras seguro?

–Sí señor, pero me temo no ser de ayuda con mi presencia.

–No te preocupes por eso, ya buscaré la forma de atrapar a ese sujeto por mi propia cuenta, pero dímelo ya, ¿qué encontraste?

–Sus sospechas eran ciertas señor, la señorita llamó a Naraku Kumo esa misma noche, exactamente a la hora que usted me indicó que fue por la señora Kagome.

–Entonces fue ella. Lo sabía. Esa maldita…

–Señor, hay algo más –advirtió– Hay una tercera persona involucrada, su nombre es Kagura y al parecer compartieron varias llamadas antes de que llegara la policía al lugar.

¿Kagura? De dónde me sonaba ese nombre. Kagura… Kagura…

–¡Señor! ¡Oh, señor, venga rápido por favor!

Escuché los gritos desesperados de Kaede y de inmediato me tensé.

–Te llamo luego Myoga.

No esperé su propuesta y subí corriendo las escaleras. Mientras lo hacía escuché un grito de dolor de Kagome.

Abrí la puerta de un solo golpe y la vi a ella de pie y con el camisón mojado en la entrepierna. Kaede la sujetaba de un lado mientras que Kag miraba aterrada el piso mojado bajo sus pies. Me miró y pude ver el miedo invadir sus ojos, pero también vi fascinación.

–Llegó el momento… –soltó con pesar.

Mis ojos solo podían verla con gran sorpresa, me había quedado perplejo, sin saber qué hacer. De qué me habían servido tantos años de estudios, si en este momento crucial, me encontré completamente paralizado, como un completo inexperto.

Era el momento, por fin íbamos a conocer a nuestro primer hijo o hija y aquello simplemente me sobrepasó.

Continuará...