Muchas gracias por sus reviews, y gracias por seguir y marcar como favorito, lamento la demora.

CAPITULO 3

Algunos dias despues de la celebración de su cumpleaños numero seis, los hermanos fueron sorprendidos con la sorpresa de que tendrían habitaciones nuevas, ya estarían separados, no mas dormir juntos, las dos habitaciones tenían decoraciones exquisitas y un pequeño balcon hacia el exterior, el regalo no les agrado en lo más mínimo a los pequeños que inmediatamente comenzaron a bombardear a sus padres con protestas y suplicas pero completamente inútiles a los oídos de Tendo, quien se mantuvo inflexible

–Compredan no pueden pasar todo el tiempo juntos– Les dijo severamente su padre luego de haberse cansado de tratar de hacer entender a sus hijos el cambio de habitación

–¡¿Por qué no?!– Pregunto Ranma con las mejillas sonrojadas y el ceño fruncido

–Porque es natural y sano que cada quien tenga su propio espacio, cuando crezcan lo entenderán. Tampoco se ducharan juntos mas, Kasumi los bañara por separado en sus habitaciones-

–¡Yo no necesito ningún espacio que este lejos de Lanma!– Levanto su voz la pequeña Akane, cosa que sorprendió a todos tenia la carita sonrojada pero su expresión era de tristeza, al ver esto, Ranma abrazo a su hermanita, que finalmente no pudo reprimir las lagrimas y estas comenzaron a empapar sus mejillas, al ver a Akane así, Ranma dirigió una furiosa mirada a su padre, quien no pudo evitar estremecerse, en ese momento Ranma le recordó tanto a Genma que le preocupo que pudiera haber mencionado el nombre de su amigo en voz alta, afortunadamente no lo hizo. Penso que tal vez vendria por la noche a castigarlo espantadolo siendo un fantasma por hacer a su hijo sufrir.

La sola idea lo hacia estremecer.

–No pienso discutir más el tema– Les dijo una vez que recupero su aplomo –Soy su padre y tienen que obedecerme; A partir de este día dormirán en habitaciones separadas y no quiero escuchar ni una queja más al respecto ¿Entendido?-

Los hermanos guardaron doloroso silencio, lo que Tendo tomo como una silenciosa aceptación, y en efecto así fue, pues a partir de esa noche durmieron cada uno en su propia habitación; aunque la primera noche no se podría decir que "durmieron", ya que por un lado, a la pequeña Akane le parecía que en su nueva habitación había demasiado silencio, después de 6 años de escuchar los ronquidos de su hermano a dos centímetros, la calma reinante en el lugar le parecía excesiva, la hacia sentir sola. Por más que trataba de dormir no podía lograrlo, finalmente, cansada de dar vueltas en su nueva cama, se levanto, salió de su habitación y sigilosamente se dirigió a la de su hermano que estaba justo frente a la suya.

Ella era ágil, se sabia discreta, años de calculadas travesuras le habían dado experiencia.

Y por el otro lado, a Ranma no le había ido mejor, su habitación le parecía demasiado grande y fría a pesar de la enorme TV, de los lujosos cuadros, de los automóviles a escala y sus juegutes, le faltaba algo, le faltaba sentir el aroma de su hermana; le gustaba mucho, era un aroma dulce como a vainilla pero con un toque floral; él estaba muy acostumbrado a dormir respirando ese aroma pues normalmente, cuando Akane tenia miedo se pegaba mas a su hermano ya que solo así dormía tranquila y a Ranma le gustaban esas ocasiones, no sabia explicar por que, pero despertar y ver a Akane a su lado lo hacia sentirse feliz. Pero ahora, en medio de la oscuridad, lejos de su hermanita, se sentía solo, tanto que la habitación le parecía aun más grande, sombría y fría de lo que le parecía al principio. Como si pronto fuera a tragarlo la oscuridad en soledad.

Estaba tan ocupado dando vueltas en la cama tratando inútilmente de conciliar el sueño que no escucho la puerta abrirse ni a su hermana entrando a su habitación, y es que Akane sabia moverse como un ninja natural.

–E... Etooo... Lanma..– Sobresaltado, Ranma se levanto de golpe asustadisimo y abrió los ojos tratando de enfocar en la oscuridad, cuando lo hizo pudo ver a Akane parada a un lado de su cama jugando con sus dedos nerviosamente y con un ligero rubor en las mejillas

–¡Kane! ¿Pasa algo?

–Es que... Yo...– No podía evitar sentirse un poco avergonzada –No... No puedo dormir...papa dijo que…pero…-

–Si, yo tampoco... Es que la habitación es muy grande... Y... Bueno... Se siente diferente... Y pues... Pues...– Permaneció sentado sobre su cama mientras sentía como sus mejillas comenzaba a colorearse también, se que papa nos dice que …-

–Etooo... Yo... Yo...– Akane sin dejar de jugar con sus dedos, bajo un poco la cabeza de manera que su flequillo tapara sus ojos –Po... ¿Podría dormir contigo? So... Solo por esta noche Lanma..– Dijo por fin, levantando de nuevo la cabeza –E... es que... No me siento cómoda... Yo...

–A mi me pasa lo mismo...– La interrumpió –La verdad yo... Yo estaba pensando ir a ver si me dejabas dormir contigo– Su sonrojo se acentuó, no dejaría a su hermana sentirse culpable cuando el tenia la misma idea.

–¿De verdad?– Ranma asintió con la cabeza –E... Entonces si... ¿Si puedo quedarme contigo?– Por toda respuesta Ranma se hizo a un lado para dejarle lugar en la cama al mismo tiempo que le sonreía con ternura a su hermana –¡Gracias Lanma!– Le dijo devolviéndole la sonrisa mientras se acomodaba a su lado

–No es nada Kane, será nuestro secreto, como cuando tiramos al drenaje esa horrible colonia de papa.-

Akane sonrio.

Y así fue como pasaron su primera noche, y la siguiente y la siguiente, de hecho, la primera semana siempre durmieron en la misma cama, ya sea que Akane iba a buscar a Ranma o viceversa, finalmente, sabiendo que si los descubrían les iría mal, tuvieron que aprender a dormir en habitaciones separadas, aunque, ocasionalmente, casi siempre en las noches de tormenta las cuales le causaban algo de temor a Akane, ella iba a pedirle a su hermano que la dejara dormir con él, o que fuera a dormir con ella.

Asi trancurrieron los dias y pronto llegaron los cumpleaños de los gemelos.

La fiesta de los gemelos, fue en la casa Tatewaki, El espectacular dojo Tatewaki, al norte, en el barrio de Denenchofu, que es un exclusivo barrio de estilo europeo con hermosos jardines y calles elegantes, muy parecido a Londres. El vecindario no solo es residencial, sino que es el hogar de algunas de las corporaciones increíblemente grandes de Japón. Era enorme lleno de fuentes y jardines.

En la lujosa casa, se celebra la fiesta infantil llena de emoción y alegría. La temática de la fiesta era de superhéroes, con colores vibrantes y decoraciones que llenaban el lugar de magia y diversión. Los festejados eran Kuno y Kodachi, quienes estaban vestidos con trajes a juego inspirados en sus superhéroes favoritos.

La tarde transcurria entre risas, juegos y momentos mágicos que quedaron grabados en la memoria de todos los presentes. Tendo llego con Miyo y sus hijos, quienes iban con ropitas a juego, como si fueran tambien gemelos, el vestido blanco de Akane tenia un cinto escarlata con dragones impresos y de esa misma tela era la camisita de Ranma, sus pantalones eran de lino blanco. Los dos como siempre, iban tomados de la mano. Esas escenas hacian a Miyo sonreir, adoraba como se querian.

Al ingresar al jardín trasero, los invitados eran recibidos por un arco de globos de colores brillantes que conducía a un escenario decorado con estrellas y relámpagos, recordando el mundo de los superhéroes. La música animada llenaba el aire mientras los niños corrían y saltaban con entusiasmo.

Los pequeños invitados se divertían participando en juegos temáticos como "Rescate al superhéroe", "Carrera de súper velocidad" y "Saltar edificios altos", mientras los padres disfrutaban de deliciosos bocadillos y conversaciones animadas. Como casi todos los niños tenian entrenamiento de sus padres los juegos eran pan comido. Kodachi estaba pegada a Ranma todo el rato, diciendole lo mono que era, Akane estaba cabreada pero no tenia mucho tiempo de protestar porque Kuno la llevaba a todas partes mostrandole las atracciones de su fiesta personalizada.

Mientras tanto, en un rincón del jardín, artistas profesionales realizaban pinturas faciales transformando a los niños en sus héroes favoritos, mientras que en otra área se encontraba la mesa de dulces repleta de golosinas coloridas y pasteles decorados con emblemas de superhéroes.

Tarde llego Hiro Hibiki con su hijo, con un par de gatos siameses en una hermosa jaula. Eran el regalo, los gemelos Tatewaki estaban euforicos, amaron a los gatos, y jugaban con ellos volviendo locos a los invitados, a Ranma lo rasguñaron mucho porque Kosachi se lo restregaba. Entre el caos, Ryoga reunio valor y camino con Akane hacia el estanque, ahi le dio a Akane un sobrecito de terciopelo, con una pequeña Kunai. -Para que siempre estes segura Kane, son las que fabrican para mi dojo, estas las manda hacer papa para mi.-

La pequeña daga ninja brillaba como si fuera de plata cabia en su pequeña mano, Akane la guardo rapidamente.

-Es hermosa, gracias Ryoga- Y noblemente le abrazo.

El pequeño Ryoga sintio que cayo en un pozo profundo de nubes y caramelos.

Fue al mismo tiempo que el punto culminante de la fiesta llegó cuando los gemelos fueron sorprendidos por la llegada de dos artistas disfrazados como sus superhéroes preferidos. Los niños se maravillaron al ver a sus ídolos en persona, quienes realizaron trucos asombrosos entre fuegos artificiales.

Ranma llego muy de repente. -Kane, vamonos mama nos busca.- Y enviando una mala mirada a Ryoga se llevo a su hermana.

Lo que los pequeños ignoraban era que estaban siendo vigilados por un par de personas, con malas intenciones.

Al finalizar la fiesta, cada niño recibió una capa y una máscara para llevar a casa como recuerdo de su día como auténticos superhéroes.

-¡Fue muy divertido!- exclamo Akane al subir al auto.

-Fue una fiesta tonta...- se quejo Ranma lleno de rasguños.

Mientras la familia conversaba...

Un hombre salio de las sombras, y observo el auto partir.

Genma Saotome era un hombre magnífico, dotado de habilidades excepcionales, pero también tenía una tendencia natural a meterse en problemas. Antes de su fallecimiento, había dejado tras de sí un rastro de deudas y enemigos resentidos. Uno de estos enemigos era Rin Taro, un hombre poderoso de la región de Izumo, que había acordado con Genma un pacto secreto: si algún día tenían hijos, éstos unirían sus vidas para desenterrar el poder del legendario dragón Orochi de ocho cabezas y ocho colas.

La promesa entre Genma y Rin Taro se basaba en una antigua profecía que afirmaba que Genma era descendiente directo del linaje del temible dragón Orochi. Todo comenzó cuando en un bar de Izumo, un anciano misterioso leyó la mano de Genma y le reveló su conexión con la poderosa criatura legendaria.

Tras la muerte de Genma, Rin Taro se obsesionó con cumplir la promesa y desenterrar el poder del Orochi para su propio beneficio. Comenzó a rastrear a los descendientes de Genma con la intención de llevar a cabo el plan que habían acordado en el pasado.

Los amigos de Genma, incluido Tendo desconocían por completo la historia y el pacto entre su el y Rin Taro, pero pronto se verían envueltos en una peligrosa trama llena de misterio, magia y traición. Era un secreto que Genma se llevo a la tumba y no compartio en la carta a Tendo cuando le dejo a Ranma, en el futuro cuando Tendo o Ranma descubran la verdad sobre su linaje y el legado del dragón Orochi, se enfrentarían a decisiones difíciles y desafíos inimaginables que pondrían a prueba su valentía y determinación.

La sombra del pasado amenazaba la armonia familiar que construyeron, una aventura llena de secretos ancestrales y destinos entrelazados. Tendo debera decidir si seguira el legado de Genma diciendo a Ranma la verdad y desenterrara el poder del dragón o si encontrara una manera de liberarse del oscuro destino que podria romper a su familia.