Ambos eran mejores amigos.
Se conocían desde hace tiempo, pero al final bien dicen que el tiempo cambia las cosas y eso fue lo que pasó con ellos dos.
Primero estaba la gata mágica de origen colombiano la cual respondía al nombre de Yuzu Alejandra Araki, además contando con su nombre de bruja, Blair.
Su mejor amigo, de origen hondureño, respondía al nombre de Ramón Maldonado, o Ninja para los amigos, además de poseer su nombre de demonio, Amazon.
La reina de los demonios, Ángel Tachibana, era la única que conocía el secreto de ambos y es que tanto ella como los dos mencionados poseían una relación de triángulo amoroso.
Y ese día, sería diferente para la nueva pareja.
- Nos vemos después entonces – en la residencia Maldonado Otori, las mujeres del hondureño se irían a ver a sus familias por dos días, incluso los hijos de estos irían con ellas. En el caso de Asuka, ella iría a un fin de semana con sus amigas.
- ¿Estarás bien solo Ramón-kun?
- No es como que me vaya a morir – el chico decía.
- Bueno, cualquier cosa, solo avisas – este asintió, ya con eso, cada chica, con ayuda de la Otra Dimensión de Ninja, estas fueron a ver a sus familias.
Ya con eso, el chico se quedó en la sala viendo una serie de anime la cual pasaban con su respectivo doblaje. El hondureño tendría la casa para sí mismo, aunque recibiría una visita inesperada.
- Me pregunto quién podrá ser – el peli morado fue hacia la puerta y se encontró con su amiga colombiana – Alejandra.
- Hola Ramón, ¿estás solo?
- Sí, pero pasa – la gata mágica entró a la casa y cuando llegó a la sala, esta esperó a que el hondureño se sentara para posteriormente hacerlo en las piernas del chico.
- ¿Seguro que estás solo?
- Sí, todos se fueron, mis chicas y mis hijos fueron a ver a sus familias, los hijos que tengo con Asuka fueron con Ángel para pasar tiempo con ella – el chico dijo abrazando por la espalda a la gata mágica.
- Entiendo, creo que entonces nadie nos verá – susurró Yuzu quien se dio vuelta y sin más, besó al chico que correspondió al gesto.
La peli lavanda se colocó mejor y esta se puso a horcajadas para poder besarlo mejor. La temperatura se estaba poniendo más y más caliente, eso se fue mostrando apenas las manos de Ninja fueron hacia el trasero de la colombiana.
Ambas lenguas batallaban en una pelea y la saliva se intercambiaban, los dos se separaron un momento para retomar algo de aire, notando como un hilo de saliva los unía, en sus ojos se notaba la lujuria.
- Parece que alguien está caliente – susurró el chico.
- Eso debería decir de ti, no sueltas mi trasero – Yuzu decía notando como las manos del hondureño se encontraban en su retaguardia.
- ¿Y te molesta?
- Claro que no… pero vamos a otro lado, no creo que quieras hacerlo aquí ¿no?
- No me importa, solo quiero hacerte mía Alejandra – los dos reanudaron de vuelta su acto de besarse apasionadamente.
Las manos de Ninja fueron hacia la chaqueta de cuero de la colombiana quitándosela, lo mismo que su sombrero de bruja. Las manos de Yuzu fueron hacia los abdominales del hondureño y sin más, esta le quitó la camiseta que poseía dejando su pecho expuesto.
Ninja no se quedó quieto y sin más subió sus manos hacia el sostén negro de la gata mágica la cual lo quitó de un tirón dejando sus pechos al descubierto. El tamaño de los pechos de Yuzu eran grandes, algo que lo excitó bastante.
- Ahora entiendo porque tus chicas y tu esposo te quieren bastante – Yuzu solo río un poco.
- Puede ser, pero no estamos hablando de ellos ni tú tampoco hablarás de tus chicas por hoy, somos solo tú y yo – la acción se reanudó con el peli morado yendo hacia el pecho derecho de la chica, succionando su pezón.
La sensación placentera de la gata mágica fue inmediata, esta recorrió su espalda sintiéndolo en todo su ser, los suspiros que daba eran señal de que lo estaba pasando bien, incluso miraba como su amante lo chupaba como si de un bebé se tratase.
La acción no pararía ahí, mientras eso pasaba, Yuzu sintió algo debajo de ella, la prominencia que se escondía en los pantalones del chico quería salir, pero este se encontraba ocupado con los pechos de la gatita.
- Miau… que bien se siente – susurraba la joven mientras su amante hondureño seguía con su labor en sus pezones. Ya pasado un minuto de eso, esta decidió bajarse de ahí para sorpresa del ninja.
- ¿Alejandra?
- Tu amiguito quiere diversión – sin perder más tiempo, la colombiana le bajó los pantalones y se los quitó de golpe, el bóxer también dejando ver su miembro – vaya, parece que este Amazon está listo para la acción.
- ¿Y por quien crees que se me pone así?
- Jeje, me halagas.
Ya sin perder más tiempo, la peli lavanda se dirigió al pene del joven y se lo metió en la boca de golpe, iniciando una felación la cual Ninja amó al instante.
- Que bien… se siente Ale… eres buena en esto – susurraba el joven con suaves jadeos, la lengua de su amante seguía rondando en su pene, aunque la cosa aumentó.
Las traviesas manos de la gata mágica fueron a los testículos de este sobándolos, pasando sus uñas por ahí haciéndolo temblar. Y así siguió hasta que el peli morado sentía que su clímax estaba por venir.
- A-Ale… m-me voy a venir.
- Hazlo amor, déjalo salir – le dijo la chica volviendo con su mamada y ahí fue donde Ninja terminó eyaculando en la boca de su chica.
- Cof… te viniste mucho – esta tragó la esencia blanca – pero estaba bueno.
- Entonces, ¿quieres el plato principal?
- Por supuesto, pero ¿vamos a tu cuarto? – este asintió y el hondureño se llevó a su amada al estilo nupcial hacia su cuarto, solo entraron sin cerrar la puerta, estaban solos por lo que no serían interrumpidos.
Solo llegaron a la cama y los besos volvieron, la ropa ya no estaba con ninguno de ellos, siendo la peli lavanda quien tomó la iniciativa y se subió encima de su chico.
Yuzu tomó el pene de Ninja y lo metió dentro de su vagina, al hacerlo, ambos soltaron un gemido por la sensación, sin más, se volvieron a besar mientras la peli lavanda iniciaba su movimiento de caderas.
Ya con eso, la colombiana daba fuertes saltos sobre su amante, los gemidos de Yuzu eran claros, Ninja solo miraba ese espectáculo tan erótico. Los pechos de su mujer rebotando con cada salto, su cara con esa expresión siendo hecha por su pene en su interior.
Ninja decidió aumentar el placer en su amada jugando con sus pechos lo que hizo gemir más a Yuzu, los saltos eran más fuertes por lo que se volvió una especie de competencia por hacer correr al otro.
- M-Me voy a venir Ale – el chico exclamó, Yuzu solo sonrió por eso.
- Adelante… ah… ah… córrete adentro… hazlo amor… hazlo – con esa petición, Ninja acabó corriéndose fuertemente en el interior de su amada. La peli lavanda gritó al sentir el semen del hondureño bañando su útero.
La colombiana cayó sobre el pecho de su amado tratando, al igual que él, recuperar el aire perdido por los movimientos durante el acto sexual. Estuvieron un momento así hasta que el pene de Ninja se ablandó y salió de poco a poco de la vagina de Yuzu, dejando escapar algunas gotas de semen de su interior.
- Que rico estuvo eso.
- Y que lo digas – el chico acarició el cabello de su gatita, así lo hizo con sus orejas felinas.
- ¿Lo haremos de nuevo?
- ¿Quieres hacerlo? – Yuzu sonrió mirándolo a los ojos, Ninja observó cómo los pechos de esta estaban contra sus pectorales – supongo que no se puede hacer nada.
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Ahora ambos amantes se encontraban en otra posición, la gata mágica estaba en 4 mientras que el demonio se encontraba penetrándola fuertemente.
- ¡M-Más fuerte amor! Ah… así… que rico… ah…
- ¿Te gusta mi amor? ¿Te gusta?
- S-Sí… fóllame así – el chico tenía una gran vista del cuerpo de Yuzu, notando su trasero bien formado chocando contra su cadera mientras este mantenían firme a su amada con sus manos en esa zona.
El movimiento siguió hasta que el peli morado sintió que su clímax se estaba aproximándose, por lo que abrazó por la espalda a su amada al mismo tiempo que jugaba con sus pechos.
- M-Me corro… ¡me corro! – de nuevo, Ninja expulsó su esencia, inundado de nuevo su útero.
- Que rico… se sintió – susurró la peli lavanda aun manteniéndose en esa posición, pero unos momentos se separó – pero dime, ¿aun tienes energía?
- Claro, aunque si me gustaría algo.
- ¿Y qué es? – el hondureño sonrió de lado.
- ¿Podemos ir a hacerlo a tu habitación en Edo? – a Yuzu le tomó unos momentos captar eso, pero al final asintió.
Abriendo un agujero con su Otra Dimensión, la pareja se transportó directo a la habitación de la peli lavanda en la mansión del clan Tamaki-no-kami.
- ¿No hay nadie?
- De seguro que no, pero da igual, vamos a la cama amor – sin perder más tiempo, la colombiana se acostó mientras que el chico se posicionó encima de ella metiendo su pene en su vagina y comenzaron las embestidas.
La cama del cuarto rechinaba con fuerza, los gemidos de Yuzu inundaban y rebotaban en las paredes. Las piernas de la peli lavanda rodearon la cintura de su amado evitando que este se alejara de ella, así como sentirlo más adentro de ella.
La presión de nuevo se sintió en el peli morado que aceleró sus movimientos pélvicos, así la mirada de la colombiana le indicaba que ella también estaba cerca de su clímax.
Los dos dieron un grito placentero, una vez más Ninja expulsó su esperma dentro de su gata mágica quien apretó más las piernas alrededor de su cintura para que lo hiciera más dentro de ella. Momentos después, este se bajó y se colocó a su lado mientras recuperaban el aire.
- Se siente diferente… hacerlo aquí.
- No lo había hecho desde hace tiempo en mi cuarto de la mansión – Yuzu decía – pero fue genial.
- Por cierto, hay otro sitio en el que quiero hacerlo.
- ¿A dónde? – el chico le susurró el lugar, ni que decir que la colombiana se quedó sin palabras al saber dónde querían seguir follando.
Aunque Yuzu quiso protestar un poco, el chico no cambió de opinión y al final, esta accedió a que fueran ahí, siendo este lugar el templo de Géminis.
Antes de llegar, la colombiana se fijó que no hubiera nadie ya que no quería encontrarse a su esposo o alguna de sus amantes o hijos por ahí.
- No hay nadie, vamos – los dos fueron a la recamara en donde los dos se empezaron a besarse mientras se acostaban en la cama, cerrando la puerta.
Mientras seguían con este acto cariñoso, el ninja le abrió las piernas y colocó los pies de su amada sobre sus hombros, luego entró de golpe en el interior de la gata mágica y empezó de nuevo su actividad.
Para el hondureño, se sentía muy excitante hacerlo sobre la cama de ese templo, además de que sería un sitio en donde Yuzu ya lo había hecho con su esposo, aunque ahora era su turno de hacerla suya ahí.
Momentos después, el clímax comenzó a invadirlos de nuevo por lo que el chico aceleró sus movimientos y los gemidos de la chica se hicieron más fuertes hasta que Ninja expulsó su semen de nuevo en el interior de Yuzu quien arqueó su espalda.
Unos momentos después, se cambiaron de posición y ahora estaban ambos arrodillados con Ninja embistiéndola, las manos de la colombiana estaban agarrando las caderas de su amante incitándolo a seguir follando de ese modo.
El choque de cuerpos era cada vez más rápido y duro, haciéndose más sonoro así como los gemidos de Yuzu; no fue hasta que el chico volvió a correrse dentro de la gata mágica quien lanzó un gemido casi fuerte por eso.
Los dos acabaron acostados con el chico moviéndose un poco aun dentro de ella antes de salir para tomar algo de aire.
- Y ahora… ¿Dónde lo haremos?
- Vamos de nuevo a mi casa… quiero acabar ahí lo que iniciamos – la peli lavanda asintió y sin más, se fueron de nuevo a la residencia del ninja en donde nada más entraron al cuarto de este, la actividad amorosa se reanudó.
El chico se sentó en la cama mientras su amada se sentó en sus piernas y ambos estaban mirándose frente a frente. Sus sexos se unieron mientras la gata mágica se movía al son de sus caderas. Los dos se besaban bastante, pero luego la colombiana fue al cuello del chico gimiendo.
Esto siguió hasta que de nuevo sus partes se tensaron, el chico sintió como pene era apretado por las paredes vaginales de su amante por lo que este terminó eyaculando con fuerza en el interior de su vagina.
- Ramón.
- Alejandra – los dos se volvieron a besar con fuerza mientras sus cuerpos se relajaban un poco luego de su actividad.
Los dos estuvieron en silencio, pero tomados de la mano y mirando al techo de la habitación.
- ¿Hasta aquí hemos llegado? – preguntó la peli lavanda mirando al hondureño el cual se quedó en silencio mirando al techo.
- Aun tengo algo de energía, pero dime, ¿quieres hacerlo aquí o tienes otro sitio?
- Veamos, ya lo hicimos acá, en Edo, en mi casa en Grecia… solo nos queda mi apartamento.
- Entiendo – el chico se quedó pensando un poco y al final terminó aceptando eso de su amante.
Sin nada que perder, ambos se fueron al apartamento de la gata mágica el cual nada más llegar, notaron que se encontraba vacío, como si las chicas hubieran salido.
- Qué lindo es aquí – Ninja decía mirando alrededor – ¿Por qué lo posees en primer lugar?
- La vista es buena, además de que la renta tiene buen precio. Lo elegí porque así podía tener algo de privacidad – río un poco esta, pero sin más perder tiempo, eligieron la sala para su acto carnal.
El peli morado estaba sentado mientras su amada saltaba sobre su miembro, el chico solo miraba los pechos de Yuzu rebotar, pero no sería el único lugar en el que lo harían.
Al acabar la sala, Ninja llevó a Yuzu en sus brazos hacia el balcón, esto si la sorprendió ya que no se imaginó que lo harían en esa zona.
Tenían la suerte que nadie más los mirara, cada balcón estaba dividido por una pared de cemento, además de la baranda que no dejaba ver al pueblo sobre lo que hacían.
La colombiana estaba apoyada sobre la baranda con sus manos mientras su amante la embestía por detrás agarrándole con fuerza las caderas mientras se hundía en ella cada vez más rápido.
Los gemidos de Yuzu eran callados mientras se mordía el labio ya que no quería llamar la atención de los vecinos por sus ruidos. Esto siguió un momento hasta que la presión volvió a hacerse presente y con unas fuertes embestidas, el clímax llegó disparando el semen del chico en el interior de la gata mágica.
- Que rico… siento que ya estoy llena – susurró Yuzu mirando a su hombre y este asintió mientras se besaban.
- Me alegro… yo igual me siento vacío.
- ¿Vamos a descansar? – Ninja asintió y estos estaban por ir a la cama, pero al final, decidieron ir hacia a la casa del chico en Honduras.
Ya con eso, decidieron entregar sus sueños a Morfeo, ambos acostados y bien abrazados.
