―Trae la comida…

La voz de Nobunaga sonó cansada, seguía acostada en la cama en la que estaban. A diferencia del resto del país, ella había decido dormir hace mucho tiempo en esas camas del estilo "europeo" que le resultaron bastante cómodas.

―Habías dicho que no tenía que trabajar… ―Nobunaga bufó cuando la réplica de Yasuke llegó a sus oídos. La mujer abrió un ojo que apenas pudo despegar y vio al hombre a su lado. La estaba abrazando y ella durmiendo en el pecho de este.

Era algo usual entre ambos ya pasado un tiempo. La única razón por la cual jamás se puso formalizar una relación entre ambos era por su estatus. Una cosa era ser "el consentido" del maestro y otra era formalizar la relación.

Nobunaga esperaba que una vez que su hermano tomara el poder todo eso podría desaparecer. No es que le importara realmente lo que dijeran los demás, pero quería mantener el orden los territorios al menos hasta el momento en que tenga que abdicar y entregar el poder total a su hermano.

Después de eso no tendría razón si quiera para estar en aquel país. Ella deseaba ver el mundo, le interesó mucho más lo que había en el exterior a lo que podría encontrar en la isla.

¿Quizá de esa forma podría encontrar a quienes podrían escucharla? No había muchos a los cuales podía escuchar, más allá de Yasuke y el propio Hideyoshi.

Viajar por el mundo y conocer nuevos lugares fue siempre algo que deseó hacer, pero salir del territorio sería lo mismo que dejar todo lo que había conseguido hasta ahora.

―Yasuke esclavo inútil, muévete ―la mano de Nobunaga subió para empujar levemente el rostro de Emiya quien gruñó.

Había pensado por un momento que las vacaciones serían algo para disfrutar.

Levantó una mano y tomó la de Nobunaga para traerla hacia él. La mujer forcejeó sin esfuerzo alguno, solo para liberar el brazo pero al final sin siquiera intentarlo tres veces solo se rindió.

―Hoy era mi día libre.

Nobunaga quiso decir algo pero ella misma estaba cansada, todo lo que tenía que hacer los siguientes meses la dejaron sin fuerzas y a veces, como en aquel día, solo deseaba descansar.

―Bien, vamos a dormir otra vez…

―Se ha vuelto casi rojo en su totalidad ―Emiya no supo la razón real tras el coloramiento del pelo de Nobunaga. Con el paso de los años, simplemente había sido gradual el cambio de los colores del cabello de Nobunaga, junto con el afinamiento de la apariencia de la mujer.

―Eh, no le prestó atención ―Nobunaga no dio mayor comentario a ese detalle.

Actualmente tanto Nobunaga como Emiya estaban en aguas termales. No fue algo que pasara con regularidad, el dejar la capital del territorio en los últimos tiempos había sido complicado, pero en las últimas semanas fue una cambio debido a que Nobunaga tenía que ir personalmente a cuidar de los asuntos de cada territorio.

La iglesia fue un medio por el cual consolidó su poder, haciendo actos de caridad o apariciones para dar discursos, así reafirmando que ella era la que estaba en el poder del lugar.

El manejo del territorio había llevado a que tuviera que buscar una forma de calmarse de vez en cuando. Ahora Nobunaga estaba acostada con la espalda en el pecho de Emiya quien le estaba ordenando el cabello ahora que estaban dentro del agua.

Emiya estaba abrazando a la mujer por la espalda mientras que colocaba el cabello largo de color rojo en una cola de caballo para que no se pegara en el rostro de la mujer en el agua.

―Yasuke.

― ¿Qué pasa?

― ¿Alguna vez has pensando en un nombre propio?

La pregunta repentina de Nobunaga hizo que Emiya parpadeara un par de veces.

― ¿A qué viene esa pregunta?

―Cuándo viajemos no será lo adecuado que tengas el nombre que recibiste como esclavo.

Emiya quiso burlarse de ello. Incluso si su nombre fuese alguna "Shirou Emiya" o "Emiya" seguía siendo un nombre que se le fue dado bajo el peso de eso.

Era el nombre de un esclavo que debía dedicarse a cumplir un solo objetivo, el cual fue obrar un milagro.

Un nombre que perdió significado al igual que su propio ser.

―No tengo en mente algo como eso.

Emiya lo supo, jamás podría descartar lo que era o lo que fue, incluso ahora jamás se refirió a sí mismo como Yasuke a pesar del tiempo, si bien jamás habló de su nombre "Emiya" no es que no fuese por no recordarlo.

―Es raro, escuché historias de esclavos que al liberarse deciden vivir su vida con otros nombres.

―No soy como el resto.

La respuesta de Nobunaga hizo que girara la cabeza para atrás y viera al hombre que la tenía en brazos.

―Lo sé, Yasuke es Yasuke.

―El moño de tu cabello se cayó ―Emiya no había terminado de ajustar el cabello de la mujer que estaba sobre él, haciendo que ante el movimiento repentino el cabello rojizo cayera libremente una vez más.

―No importa, además, ¿por qué siempre alzas tú cabello? Te ves mejor con el cabello hacia abajo ―Nobunaga giró y se quedó frente a frente con el hombre quien la abrazó con cuidado―, sabes, si no te conociera pensaría que fuiste alguna especie de noble en vez de un esclavo.

―Me das demasiado crédito.

― ¿Ayudar a regir un territorio tan extenso como el nuestro es demasiado crédito?

―Podrías haberlo logrado sola.

―Pero no con el mismo tiempo libre que dispongo.

―Si dejaras de beber o intentar jugar quizá no tendrías problemas de tiempo ―la respuesta de Emiya causó una leve risa de Nobunaga.

―Para eso tengo a Yasuke, gracias a él puedo hacer todo lo que quiera ―la sonrisa de Nobunaga hizo que Emiya abriera levemente la boca, acción que la mujer usó para besar al hombre.

No se imaginó en un principio que las cosas irían de esa forma. Nobunaga había comenzado todo aquello por curiosidad. Más el paso de los años y la forma en la que se relacionó con aquella persona que había comprado por curiosidad le mostraron lo diferente que podría ser todo.

No esperó si quiera poder llegar a experimentar algo significativo o semejante al "amor" que todo mundo parecía profesar, no al menos hasta que encontró a Yasuke.

Fue diferente de los demás, no solo fue hubo algo que hizo que escuchara su voz tan claramente. También había algo que hizo que pudiera verlo con una luz diferente al resto.

―Falta poco para la unificación del país.

―Lo sé ―Nobunaga suspiró.

―No deberías traer la política incluso en momentos cómo estos.

―Ah, últimamente todo ha sido ordenar el territorio, mientras más conquistas más necesitas administrar.

―…

―Es raro que te quedes callado ―Nobunaga vio a los ojos a Emiya.

―Es solo… no hay nadie en quien puedas confiar ―Emiya suspiró al momento de decir aquello.

―No hay muchos a los que pueda escuchar sería mejor dicho ―Nobunaga dejó que su mejilla reposa en el pecho del hombre antes de soltar otro suspiro―. Ah… no entiendo como tanto músculo puede ser tan cómodo.

―Debe serlo para que siempre te acuestes ahí.

Nobunaga rio por lo bajo antes de cerrar los ojos.

―Oye, Yasuke.

― ¿Sí?

―Yasuke debe ser Yasuke hasta el final, ¿entiendes? ―el comentario al azar de Nobunaga hizo que Emiya no comprendiera lo que quería decir.

― ¿He hecho algo?

―No sé qué intentas hacer de vez en cuando, pero esas habilidades no son del Yasuke que conozco.

Emiya parpadeó un par de veces y abrió los ojos en sorpresa al final.

―…

―Es imposible no ver las líneas que recorren tú cuerpo, no suele ser algo que pase mucho, creo que la última vez fue cuando el enemigo fue mucho más fuerte de lo usual, de un momento a otro estabas moviéndote distinto, dejaste las Katana que te entregué…

―Nobunaga-

―Ese no es el Yasuke que conozco, siempre quise que quien estuviera a mí lado fuese fuerte, pero cuando te vi actuar distinto e incluso remplazarme fue.

―No lo haré otra vez ―Emiya lo dijo de forma sincera. Incluso si sabía que no cumpliría esas palabras.

―Yasuke debe ser Yasuke hasta el final.

La risa de Emiya llegó ante aquella declaración tan infantil que siempre salió de la boca de Nobunaga. No importó si los años pasaran o no, la mujer podría madurar para otros pero para él al menos a sus ojos.

Seguía siendo la misma persona que lo compró por capricho.

El momento en que llegaron a la siguiente localidad fue el punto en el cual Nobunaga ya estaba cansada de ir por todas partes del país, los únicos momentos que ella consideró interesantes fue cuando había alguna revuelta interna.

Emiya solo se paró tras ella con los ojos cerrados mientras que escuchaba como se descargaba infantilmente caminando de izquierda a derecha de manera continua.

―A este ritmo lo único que lograras romper no serán tus enemigos, pero sí el suelo en el cual caminas de ambos lados ―Nobunaga se giró con los ojos fijamente hacia Emiya.

―Yasuke esclavo inútil ¡¿Cómo es eso que los rebeldes se fueron hacia el otro extremo otra vez?!

―Dijiste expresamente que fuéramos a una ubicación que hayas fallado-

La mano de Nobunaga fue y le tapó la boca a Emiya.

―Mejor no opines, estoy cansada.

― ¿Quieres ir a cazar a los rebeldes en el bosque?

Aquella propuesta de Emiya hizo que todo ánimo de Nobunaga se levantara, sonriendo ampliamente y mostrando el lado que usualmente todo el mundo veía de ella.

La comandante con ansias de matar a quien se metiera en su camino.

―Yasuke sabe cómo animarme como siempre, esclavo bueno ―Emiya rodó los ojos ante la última declaración. En este punto había llegado a ser una broma lo de ser llamado.

Además Nobunaga no estaba feliz cuando alguien más lo llamaba esclavo, si era ella podía insultarlo lo que quisiera, Emiya lo supo, pero cuando se trataba de ciudadano común entonces no lo pensó antes de disparar contra ellos.

Las declaraciones dadas fueron "Que estaban insultando su decisión de quien le servía".

Emiya hacía tiempo que dejó de intentar comprender la lógica de la mujer. No cuando usualmente mostraba el lado de "no me des trabajo" o "dame atención" hacia él, pero usualmente la cara que daba a todos, incluso a sus generales fue la de "voy a matarte y lo gozaré".

―Yasuke ―Emiya bajó los ojos y vio a Nobunaga quien estaba con los brazos cruzados viéndolo con molestia―, estás pensando en algo insultante otra vez ¿no?

Emiya no cambió la expresión pero miró fijamente a Nobunaga quien parecía atenta a toda las acciones que mostrara.

―No-

Un golpe a su estómago fue dado. Emiya no sintió un dolor real por el golpe a modo de broma, pero pudo decir que Nobunaga no estaba conforme. Emiya quiso expresar que "era complicada" pero sabía que alguna palabra más solo sería algo en contra.

―Yasuke.

― ¿Sí? ―Emiya respondió ante el llamado repentino de Nobunaga.

―Cállate.

―Está bien.

La risa de Nobunaga mientras que apuntaba con su rifle a quienes se metían en el camino hizo que la no solo el miedo se fomentara en el enemigo.

Incluso las ganas de luchar habían ido al ver a la mujer sonriente quien disfrutaba de lo que hacía. Tampoco es que se pudiera uno acercar a la mujer, incluso si uno llegara donde estaba, las posibilidades de ganar no eran altas, si bien Nobunaga usaba armas de fuego, no significaba que estaba indefensa a corto alcance.

Y había el mayor problema por sobre todos. Incluso si uno lograra acercarse estaba aquel hombre que seguía a Nobunaga a todos lados. Cualquier podría decirlo, era mucho más alto que el poblador promedio y el músculo que era algo más allá de lo común también.

Hubo un ligero miedo que se esparció en la población al saber que había un continente completo de personas de ese porte. Existían excepciones en el país, los guerreros más reconocidos eran igual de altos o más que aquel hombre al lado de Nobunaga.

Pero una cosa era uno y otra el saber que había un lugar donde había una gran cantidad de estos en el exterior, si uno era lo suficientemente peligroso entonces el miedo al exterior era algo que no debía descartarse. Así fue el pensamiento de la oposición contra Nobunaga.

― ¡Yasuke! ―Nobunaga gritó al hombre que estaba unos cuantos metros a su lado cortando a quienes se acercaban demasiado.

― ¿Sí? ―Emiya se giró cuando vio como Nobunaga saltó y se puso sobre sus hombros. Una muestra de emoción que hizo a Emiya parpadear varias veces.

Había sido mucho tiempo desde que mostró ese tipo de acción "infantil" frente a la multitud.

― ¡Hacía adelante! ―Emiya se quedó quieto sin moverse, tenía una Katana en mano cuando alzó la cabeza y vio a Nobunaga quien estaba esperando que se moviera.

― ¿Es en serio?

― ¡Corres rápido no ves los bastardos están huyendo! ―la emoción y los ojos brillantes de la mujer hacia el enemigo hicieron que Emiya suspirara pero se limitó a soltar una leve risa antes de comenzar a ir hacia el frente.

La estruendosa risa de Nobunaga hacia la masacre enemiga infundió miedo absoluto en las filas, pero para Emiya quien escuchaba a la mujer reír fue completamente lo opuesto.

Le encantó que ella estuviera tan feliz.

Los siguientes días de confrontamiento siguieron en cada lugar en los que la compañía de Nobunaga viaja. No fueron principalmente levantamientos obvios, más la gran extensión que estaba fuera del rango próximo para controlar estuvo llena de opositores los cuales no dudaban en mostrar su hostilidad o molestia.

Fue un mes de viaje continuo en los que Nobunaga había gozado en buena medida por ir al frente de batalla, pero una parte de ella sabía que algo trivial como eso no significaba nada bueno.

Esto solo atrasaba su deseo de la unificación total del país. Nobunaga estaba cada vez más en molestia o duda sobre el deseo personal o el resultado final.

La mujer había preguntado en variedad de ocasiones sobre aquello a Yasuke quien parecía incluso mejor gobernante que ella, alguien que había tenido una formación clara y una disposición precisa para su objetivo.

Nobunaga dejaba gran parte del papeleo a Yasuke no porque ella sintiera ganas de dejar el trabajo o quisiera estar sin hacer algo o "ser floja" como Yasuke lo decía. Simplemente sentía que estaba atrasando el trabajo real. No es que Nobunaga sea ineficiente ni de asomo, ella conocía su capacidad, probablemente no había otra persona aparte de Yasuke que tenía una disposición administrativa igual.

Había ocasiones en las que pensaba que Yasuke era un anciano por la forma en la que hablaba o las cosas que sabía, incluso las costumbres parecían sacadas de un tiempo remoto.

No es que le hubiera dado importancia a ese hecho en un principio, pero cuando eventualmente pasó a ser algo demasiado notorio la curiosidad le ganaba con fuerzas.

Sabía que la pregunta que hiciera o lo que pidiera Yasuke le daría una respuesta. Probablemente el único hombre que la trataba como una mujer más fue él después de todo.

¿Quién más podría verla como algo así? Más allá de la idea errónea de tenerla como "esposa" haría a aquel el regente del país no había nadie que le diera una doble mirada. Nobunaga estaba bien con eso.

No podía escuchar a esas personas o le interesó después de todo.

Yasuke fue la mayor excepción a todo lo que había visto hasta ahora. Lo conoció por un capricho pero con los años aquel hombre se había arraigado tan profundamente en su vida que ya no supo que hacer o como seguir sin pensar en "Yasuke estará para eso" no fue algo parecido a la dependencia ni mucho menos, Nobunaga sabía de su autonomía y lo que era ser su propia persona.

No dependía de nadie y aun así con Yasuke quería creer que de verdad no tenía más opción que depender de este.

"¿Era esta la llamada confianza o fe ciega?" Nobunaga pensó brevemente. Para ella, si era así lo que uno podría llegar a experimentar y sentir entonces le gustó de cierta forma.

¿Era liberador?

No tener el peso de todo tras espaldas y poder dar algunos pasos con flaqueza se sintió bien por primera vez. Cómo si caer no fuese el final y que solo fuese un bache en el camino.

No supo que necesitaba algo como eso, la posibilidad de poder cometer un error incluso si ella sabía que aquella acción escapaba de su voluntad. Nunca hubo algo así como una segunda oportunidad, pero ahora era diferente.

Con Yasuke era diferente.

Un ligero golpe vino a la cabeza de Nobunaga quien se giró y vio al hombre que estaba tras ella, tenía la pipa que siempre usaba para fumar en mano extendiéndola.

―Creí que no te interesaba que siguiera fumando.

―Si de verdad me escucharas no estaríamos hablando todo el tiempo de que es sano y que no.

La risa de Nobunaga salió cuando tomó la pipa y dio una calada sonriente.

―Si de verdad quisieras imponer algo debería saber que es inútil, tú eres el siervo y yo el señor ―Nobunaga golpeó el lugar a su lado para que Emiya se sentara y viera como la mujer saltó prácticamente para derribarlo y acostarse sobre este.

―Habrá gente que nos vea…

―Un mes, un último mes y podré abdicar, entonces mi hermano se hará cargo de todo y podremos ir por donde queramos.

Una sonrisa se formó en el rostro de Emiya de manera casi espontánea cuando aquellas palabras fueron dadas por la mujer quien ahora no sabía que había pasado para dar tal despliegue de parte del hombre.

―Entonces tomaré la oferta de irme otro lugar, escuché que los españoles tenían buenas regulaciones con los esclavos, así que-

Emiya recibió lo que esperó. Nobunaga tomando ambos lados del cuello de su yukata el cual no dudó en mover de arriba y abajo sacudiéndolo para que no pensara.

―Yasuke no me hagas tomar las cadenas, tú te quedarás a mí lado hasta el final de los tiempo.

Emiya sonrió a la mujer quien estaba sobre él intentando sentarse correctamente para no pudiera tener una salida.

Físicamente Emiya reconoció que había alcanzado el límite que su cuerpo le permitía, dado eso ya no hubo necesidad de pensar en el refuerzo y algo más aparte de utilizar su magecraft.

A Nobunaga parecía no gustarle en lo absoluto que lo hiciera, diciendo que "ese no es Yasuke" alegando que si en algún momento seguía demasiado con esa idea entonces no tendría más opción que darle una lección para que comprendiera que "Yasuke debía ser Yasuke" hasta el final.

No entendía correctamente lo que quería evitar Nobunaga. Emiya tampoco les dio demasiadas vueltas a las palabras de la mujer, solo le pedía que no usara magecraft, el refuerzo quizá podía pasarse de largo, pero Nobunaga conocía su habilidad para proyectar.

Y para sorpresa de Emiya en vez de estar feliz, creyó que mostrarle una habilidad o fuerza superior haría que Nobunaga estuviera complacida.

Pero aquella vez, que lo miró a los ojos mostró algo que nunca había visto en todo el tiempo que había pasado con Nobunaga.

Preocupación genuina.

―Por supuesto, el lugar de un sirviente está al lado de su maestro ―Emiya dejó de pensar en eventos pasados para sonreír a Nobunaga quien parecía contenta con la respuesta que se le había entregado.

―Bien, Yasuke solo me necesita a mí después de todo ―cruzándose de brazos y sonriendo con confianza Nobunaga se quedó sentada.

― ¿No te vas a levantar?

―Eh ¿Yasuke piensa que soy pesada? ―la pregunta a modo de broma de Nobunaga fue dada mientras que seguía sobre Emiya. Nobunaga se había relajado, sí, pero no se movió de su posición anterior.

―Puede ser ―las manos de Emiya subieron a la cintura de la mujer.

―Yasuke esta siendo atrevido una vez más, me preocupa que muerdas a tu maestro algún día ―el tono de broma estuvo presente y más cuando Emiya se levantó y se quedó sentado con Nobunaga ahora sobre él, las manos del hombre pasaron a la cintura de la mujer de pelo rojo quien sonrió gratamente.

―Supongo que te interesa ver si este perro puede morder o no su maestro.

La risa de Nobunaga fue algo más desenfrenada de la usual que le dedicaba a Emiya, aún mantuvo ese toque "rejalado" que solo él escuchaba, pero era obvio que la situación había estado divirtiendo tanto a Nobunaga que no se pudo contener.

― ¿Entonces el perro desea morder a su maestro?

No hubo una respuesta directa, pero sí el hombre acercando el rostro al cuello de la mujer.

― ¿De verdad estás en contra que muerda el cuello de mí maestro? ―Nobunaga no dijo nada. Rió por lo bajo mientras que sintió su piel erizarse ante el aliento de aquel hombre que estaba sobre su cuello.

―Incluso si intento domesticar algo salvaje supongo que este aún tiene en mente donde vive.

La forma en la que recibió el permiso para seguir adelante no fue la convencional. No hubo una demostración clara de amor entre ambos, Emiya y Nobunaga lo sabían, pero al final jamás importó.

No cuando ambos ya conocían la respuesta de cada uno.

El tiempo que siguió en las visitas terminó y la expansión del territorio se retomó. Se había logrado la expansión correctamente alrededor de las áreas circundantes de la capital que había elegido Nobunaga como su territorio.

Los levantamientos habían sido bastantes en los últimos meses, pero no fue algo que se escapó de las manos. Emiya sabía que pasaría en cualquier momento la traición de Akechi, Nobunaga no lo escuchó por primera vez en algo que dijo.

La fe en su general parecía más de lo que creyó. Tampoco es que pudiera tener una noción correcta de cuando pasaría la traición. La fecha en la que se había presentado el levantamiento ya había pasado y si bien no hubo alguna noticia real de Akechi. Sintió que algo iba mal.

Tenía control de la zona, pero Nobunaga a veces le imponía algunas barreras que no podía pasar, y el ver todo lo que se relacionaba a sus generales era una, por lo que tuvo que buscar medios externos o ir personalmente, algo que normalmente no salía bien porque Nobunaga notaba su ausencia casi de inmediato.

¿Era esto lo que causaba el aprecio hacia alguien? Emiya sabía que no había porque interferir en su totalidad con la historia, ya estaba cumpliendo el papel arrebatado, siendo Yasuke que fue el siervo de Nobunaga.

Pero aún así no quiso que aquella mujer terminara en la miseria. Quería experimentar el final que todos clamaban, no había abusado de magecraft por lo que consideró que su cuerpo no se degradaría más rápido esta vez. Así que era probable que tuviera una vida plena adelante.

La paranoia consumía cada vez más a Emiya por el hecho de que estaba demasiado limitado por lo que exigía Nobunaga y lo que podía hacer. Su movimiento usual sería desobedecer lo que pedía Nobunaga y hacer todo para su bien, pero incluso si quería hacerlo.

Se sintió mal por tener que ir contra lo que pedía Nobunaga. Era quizá de las primeras veces que no quería romper la confianza de alguien, no cuando lo había hecho tantas veces en el pasado.

Adoraba verla reír o sonreír a su lado. Como a pesar de todo lo que significó, a su lado no fue el rey demonio que el mundo clamó alguna vez.

Para Emiya, Nobunaga terminó siendo solo una mujer que gustaba de reír como los demás, sonreír y disfrutar de los momentos de la vida, pero condenaba debido a su incapacidad de entender a los demás.

Quería quedarse con ella incluso hasta el último momento de su vida, incluso si Nobunaga no lo sabía, le había mostrado algo que no comprendía.

El aprender como amar.

―Yasuke.

― ¿Sí?

― ¿Cuánto tiempo debemos seguir?

―Ha pasado tres días.

―Podríamos llegar si vamos solo en un par de horas.

―Si lo haces dejarás a tu compañía atrás.

―Molesto…

Emiya suspiró ante la actitud de Nobunaga.

―Sabes tan bien al igual que yo que algo como eso causará problemas entre tus seguidores.

―Lo sé ¿por qué piensas que sigo aquí?

―Si estás aburrida podrías ir en el carruaje.

― ¿Yasuke puede subirse?

―No.

―Entonces no hace falta.

Emiya suspiró pero no pudo ocultar la sonrisa que tenía. Estaba al lado de Nobunaga, ambos yendo a caballo.

―Tú estatus es más importante de mantener para los demás.

―No queda mucho tiempo.

―Lo sé, pero sabes tan bien como yo que no podemos hacer nada hasta ese momento.

Nobunaga soltó un suspiro y miró hacia arriba viendo hacia el frente.

―Quisiera ir a una de esas playas que tanto mencionaste.

―Estás en una isla, conoces de playas.

Nobunaga negó con la cabeza.

―No eso idiota, mencionaste que la vida comercial ahí es muy distinta que en otros lugares ―Nobunaga miró de reojo a Emiya.

―Es porque las ciudades necesitan se desarrollan mejor así ―Emiya asintió con la cabeza.

―Quisiera ver lo que hay para visitar.

―Lo harás, así que deja de fantasear como una niña.

―Hablas de que mantenga mi estatus pero insultas a tu señor como si nada ―un suspiro ligero salió de Nobunaga, lo que pasaba era más a modo de broma que una situación que la enojara.

―Quizá algún día termines de madurar.

―Eh, quien sabe…

El silencio siguió por un tiempo más mientras que seguían el camino a caballo. No hubo una interferencia de nadie, los seguidores mantenían sus distancias y ahora los generales de Nobunaga no se encontraban con ella.

Todo estaba dispuesto para terminar el conflicto de una vez por todas.

―Yasuke.

―Lo sé.

― ¿No pueden dejar de venir a morir? ―el último comentario de Nobunaga fue desganado, pero rápidamente viendo a Yasuke a su lado sonrió.

Emiya levantó una ceja sin comprender lo que pasaba inicialmente pero luego frunció el ceño.

―No.

― ¡Vamos!

―No lo haré.

― ¡Siempre lo hacemos! ―la emoción de la mujer se dio sin reprimirse. Para todos fue una sonrisa que mostró nada más que amor hacia la guerra, pero para Emiya era la de niña que acababa de encontrar un nuevo juguete―, ¿por favor…?

Emiya se rindió ante ese último reclamo. Sabía que no importaba que hiciera, Nobunaga no se detendría hasta que obtuviera lo que quería.

Había sido su culpa por mimarla demasiado. La relación de "maestro y sirviente" jamás fue real en ese sentido entre ambos.

Cuando los pies de Emiya tocaron el suelo Nobunaga saltó del caballo riendo para sentarse en sus hombros.

―No soy un caballo…

― ¡Adelante Yasuke!

Era una mala broma como siempre. Emiya no pudo evitar suspirar antes de pisar con fuerza y correr hacia adelante. Nobunaga dijo que le encantaba que la llevara a todos lados. Desde la perspectiva de la mujer no lo estaba usando como un medio de transporte y ya, desde el punto de vista de Nobunaga.

Era una forma de estar al mismo ritmo que él.

Para las fuerzas enemigas habían sido segundos antes que las distancias se habían cerrado y la masacre comenzó. Nobunaga gustaba de disparar, alegando que le causaba una gran emoción cada estallido de pólvora. Emiya solo se encargó de quienes corrían, no había tirador en el lugar que pudiera ganar a Nobunaga de todos modos.

La mujer estaba más que feliz disparando de forma letal.

Emiya se dio cuenta que el número era diferente del habitual, podía verlo a lo lejos, una maniobra de pinza donde estaban, podría llegar a ser problemático debido a la cantidad de arqueros y tiradores.

No era un problema real pero algo no iba bien.

Emiya supo dónde estaba y en que lugar había sido enviado Akechi, si bien su memoria no estaba perfecta de todos los eventos, podía tener una noción de como actuaba.

El problema comenzaba que el día de la traición ya había pasado y ahora estaba a ciegas sin las posibilidades que deseó tener.

Le molestó que Nobunaga hubiera detenido aquella vez que intentó decapitar a Akechi por aquel error al hablarle. Pensó que sería una buena excusa y conociendo la personalidad de Nobunaga que las cosas pasarían más.

Pero la confianza que la mujer tenía en sus generales como siempre eclipsaba el juicio sin sustento que tenía.

Un golpe en su pecho hizo que viera como el talón de Nobunaga había dado un ligero golpe a ese lugar. Alzó la cabeza y vio la mirada enojada de Nobunaga.

―Yasuke debe ser Yasuke.

Emiya suspiró y tomó la katana en su cintura. El hombre había olvidado lo cerrada que podía ser Nobunaga en ciertos ámbitos.

Incluso si la mujer no empleaba como un medio real el mana aún existía el entendimiento de Nobunaga en el área arcana y por sobre todo su rechazo a que él la usara.

―Bien, lo siento.

Le hizo caso una vez más cortando a quién venía cerca. Nobunaga retomó su sesión de tiro pero parecía que la alegría de antes se había ido.

¿Pero por qué estaba tan en contra de que utilizara magecraft que no fuese refuerzo? Sus circuitos brillaron en aquel instante, iba a tomar represalias de otra forma debido a la cantidad de tropas que estaba muriendo.

Pero una vez más Nobunaga mostró porqué llegó a ser llamado "rey demonio" en su historia. Ya había expresado su desagrado por los débiles y faltos de poder, pero esto era nuevo.

Emiya sabía que no eran tan malo como en los primeros años pero aún así no se sintió correcto que las cosas pasaran de esta forma, no cuando cualquier pequeña variable podría significar un levantamiento mayor en la fuerzas opositoras.

―Tendré mucho trabajo cuando terminemos esto ―Emiya no pudo evitar comentar pero Nobunaga sonrió ahora una vez más ante aquel comentario.

―Luego veremos cómo resolver esto.

El tiempo transcurrido no fue largo. A los dos meses del último conflicto en las visitas la situación en el país se estaba estabilizando. Ya había un claro ganador en la lucha por el control de la isla.

El clan Oda ya había reclamado la mayor parte del territorio conquistable y solo había remanente de la oposición. Emiya fue testigo de todo eso, como en un par de semanas más en las que se extendió la conquista, las cosas habían ido a favor de Nobunaga.

La suma de ejércitos con los esclavos, conquistados y propios ahora daba una cantidad más que suficiente para tomar el resto del país.

―Te dije que lograríamos terminar con esto rápido ―Emiya suspiró cuando terminó de secar el cabello largo de Nobunaga. La mujer estaba sentada frente a él dándole la espalda mientras que retiraba la toalla que había usado hasta hace unos momentos.

―Lo sé, pero-

―Te dije que podías confiar en Akechi, carece de ambición, su voz-

―No creas en todo lo que percibas tus sentidos, incluso si son tus instintos, no puedes guiarte de ello únicamente ―fue el turno de Emiya de interrumpir a Nobunaga quien se cruzó de brazos.

―Logró someter al resto de la oposición del lado este, ya no hay necesidad de ir personalmente a la conquista.

―Incluso así…

―Solo necesitamos un par de días más, las fuerzas retornan a Kioto, una vez que volvamos al campamento principal todo estará listo.

―…

― ¿Qué sucede Yasuke? ―Nobunaga se volteó para ver al hombre de frente. Ambos estaban vestidos de manera ligera, iban a dormir después de todo.

― ¿Qué pasó con toda tu ambición?

La pregunta de Emiya hizo que Nobunaga parpadee un par de veces intentando comprender a lo que quería llegar Emiya.

― ¿Mí ambición?

―Lo estás dejando todo, algo como esto hace años no podría ser posible pero ahora estás- ―la mano de Nobunaga subió y le cubrió la boca a Emiya quien abrió los ojos.

―Yasuke idiota ―la mujer se volvió a sentar viendo a Emiya a los ojos―, ¿de qué sirve que tengo todo para gobernar cuando no puedo hacerlo? Sabes de mi problema principal.

―Las voces de tus súbditos…

―Un gobernante que no puede escuchar a su pueblo no puede resolver los conflictos de este, mi gobierno esta condenado a fracasar, no soy tan infantil como crees para pensar que tendré éxito solo porque estás a mí lado.

―Lo de tú hermano.

―No es un secreto como tal pero sí algo que se ha mencionado, saben que deseo abdicar, pero no saben cuando lo haré, para ellos podría ser al instante o en diez años.

―Lo sabes e incluso así decides moverte como ahora.

Fue el turno que la sonrisa de la sonrisa de Nobunaga volviera cobrar vida.

―Eso es porque mi ambición cambió.

Emiya ladeó la cabeza. No podía concebir la idea que de verdad Nobunaga hubiera renunciado en su totalidad a gobernar.

―No lo he hecho ―Emiya sonrió de lado al entender que fue leído al instante, las palabras de Nobunaga indicaban eso―. Solo que deseo ver el mundo exterior, saber que hay más allá del mar…

―Cambiaste bastante de aquella chica que me llamaba "hombre pintado" y me pateaba para hacer sus quehaceres.

La risa de Nobunaga estalló ante aquella mención, la risa continuó por varios segundos, al parecer siendo algo más que cómico para la mujer.

―Lo sé, en aquel tiempo mi única razón para moverme era la conquista, pero ahora quiero tener una vida más.

Emiya suspiró. Incluso si la historia no se estuviera cumpliendo en forma, no significaba que no se ajustaría a lo que era, siendo quizá la abdicación de Nobunaga el resultado a la historia para que esta tomara la misma línea de siempre.

―Bien, lo haremos a tu modo, pero no soy tan bienvenido en el exterior como crees ―Emiya comentó mientras que sentía como Nobunaga se movió y ahora se recostaba en su pecho una vez más.

―Lo imagino, fuiste vendido como esclavo, tengo curiosidad si los tuyos son gigantes como tú.

―No soy tan grande.

―Eh ―la sonrisa de Nobunaga fue que hizo que Emiya sintiera que su cuerpo perdiera control, el leve sonrojo a pesar de la cara descarada hizo que su corazón latiera con fuerza―. Estoy hablando solo de la altura ahora…

El sonido del cuerpo de Nobunaga caer contra la almohada sonó cuando ella sonrió al ser derribada una vez más.

―Sabía que Yasuke era del tipo que mordía el cuello de su dueño ―los brazos de Nobunaga se alzaron, brazos abiertos que mostraban la invitación para que actuara―. Yasuke sabe que soy del tipo que prefiere dominar, pero si es Yasuke, creo que está bien que sea este caso.

Algo como amor jamás estuvo en la mente de Nobunaga, no importaba cuanto tiempo fuese el que se planteara como había llegado a la situación actual, seguía siendo casi imposible para ella identificar el resultado final.

De verdad podía expresar y dar la palabra de que "amaba a Yasuke" siendo quien era y cómo la trataba.

La forma en la que siempre se movía a su alrededor o la cuidaba, ella no era débil ni de asomo, tampoco necesitaba mostrar nada para los demás, pero con Yasuke Nobunaga se sintió liberada.

Querer pasar tiempo con alguien de manera exclusiva pasó de ser una idea tonta a algo que de verdad le gustaba. Una de las razones por las que siempre que podía le gritaba a Yasuke que la cargara era para estar a su lado en el campo de batalla como lo hacía en su tiempo privado.

Era obvio que el sentimiento era el mismo por el lado de Yasuke para Nobunaga, mostrando ojos para ella y solo para ella. No le pidió que profesara amor o algo por el estilo, tampoco quería protección, su orgullo le impedía tener algo como eso pero al mismo tiempo.

Se sintió de verdad feliz que alguien la esperase o la quisiera mantener a su lado, no había miedo o duda en absoluto en su presencia. Para Yasuke Nobunaga era solo ella y para Nobunaga Yasuke era solo él.

La expresión de su afecto si bien aún no podía darse del todo al público cada vez se escapaba más para mostrar lo genuino que eran ambos.

Se había relajado.

Emiya vio a su alrededor como las tropas lideradas por Akechi se habían puesto a su alrededor, miles de personas rodeaban tanto a él como Nobunaga.

―Supongo que debí escuchar a Yasuke después de todo…

―Podrás disculparte después.

Nobunaga se rió viendo como Emiya simplemente se cruzó de brazos.

―Parece un número mucho más grande que la fuerza opositora completa ―Nobunaga examinó los alrededores. El templo en el que había estado estaba rodeado de soldados de a pie, no solo eso, había una cantidad enorme de soldados en lo alto de las casas y torres, cada uno apuntando hacia donde estaban.

―Sí, será problemático.

La mano de Emiya subió en la espalda de Nobunaga y le dio unas ligeras palmaditas.

― ¿Eso es el ánimo que-?

La visión de Nobunaga se puso borrosa cuando sintió algo arder detrás de su nuca. Vio de reojo las líneas verdes correr alrededor del brazo de Yasuke, indicando que había usado lo que le había dicho que no usara.

―Yas… uke… ―Nobunaga intentó aferrarse de Emiya antes de caer inconsciente. Todo ante la vista atenta de Akechi quien estaba viendo todo en silencio.

―Dudo que la entregues ―la simple mención de ese hecho hizo que Emiya viera el rostro de Nobunaga, noquear a alguien con magecraft cuando no estaba preparada era fácil. Resistencia mágica o afinidad hacia dicha magecraft había formas fáciles de encargarse de llevar a alguien a la inconsciencia.

Nobunaga era una humana y él era bueno tratando con humanos.

―Yasuke debe ser Yasuke ―Emiya repitió aquello pero no le dio mucha importancia. Podría discutir con Nobunaga después―. Ah, de verdad que esperaba que no hicieras esto, mi cuerpo no está preparado aún para el carga de la magecraft.

Akechi parpadeó varias veces.

No estaba al corriente que aquel esclavo o amante de Nobunaga tuviera acceso a algo como eso.

―No puedo culparte de no saberlo, Nobunaga se encargaba personalmente de cualquier que viera algo como eso.

―… ―Akechi se quedó viendo a ambos, Nobunaga inconsciente en brazos de su amante, haría las cosas más fáciles tratar con un monstruo que con dos―, no fue una elección inteligente.

―No sabía de lo que ella era capaz, sé cierto final que quiero prevenir ―Emiya suspiró antes de sentar a Nobunaga en la escalera del templo―. Son muchos, veo gente bastante fuerte entre los tuyos, será difícil.

― ¿Irás tan lejos por alguien cómo ella? No es fidelidad de un sirviente a su maestro ―Akechi dio aquella observación.

―No, es la de un hombre a su amada ―Emiya suspiró antes de llevar ambas manos y tirar el yukata dejando que caiga en los costados pero con el pecho expuesto―, no quiero que se queme y probablemente la temperatura estará por subir.

Akechi observó detenidamente a Yasuke. El hombre levantó una mano pero no había nada ahí.

―Trace on.

Líneas recorrieron todo el cuerpo del hombre y el vapor comenzó a salir del cuerpo de este, la temperatura era algo baja lo que ocasionó que sea incluso más notorio.

―Debiste traer bestias para cazarme y no humanos ―Emiya apuntó la mano hacia Nobunaga―. Si son humanos, sé que puedo matarlos.

Akechi estaba analizando la situación detenidamente y en vez de responder hizo un leve ademán con la mano izquierda.

Los fusiles y flechas se dispararon en sincronía hacia un solo objetivo.

―Rho Aias.

Un campo de flores, no, una flor enorme de color rosa se extendió y rodeó a Nobunaga quien yacía inconsciente.

Emiya no había noqueado a Nobunaga porque fuese un estorbo o porque fuese débil, ni mucho menos, pero había algo en la historia que había cometido la mujer que sabía que era capaz de volver a hacer.

No dejaría que ella se quite la vida por una situación como esta. Nobunaga era capaz de ello, así fue como murió en la historia original y no podía permitir que la persona a la cual había decidido dedicarse.

Simplemente fuese arrebatada sin más.

"Yasuke debe ser Yasuke"

Emiya se detuvo cuando iba a proyectar su arco, el medio más fácil para encargarse de toda la multitud, pero al mismo tiempo ¿no estaba aceptando dejar de ser Yasuke para volver a ser Archer?

Los disparos se detuvieron. Emiya vio las espadas en su cadera y sonrió.

Al menos sería "Yasuke" hasta el final. Dejar Rho Aias activo era sencillo si su mana no era consumido por otro medio.

―Al menos una vez… ―Emiya llevó amabas manos a cada espada y dio pasos fuera del Aias que se redujo hasta cubrir perfectamente a Nobunaga. Emiya lo sabía, algo como eso no sería eterno pero también sabía perfectamente.

Que la fuerza enemiga no tenía nada para romper el Aias.

―Yasuke será quien pelee al final.

Ambas espadas en mano y la mirada al frente fue lo que dio Emiya sonriendo hacia el enemigo delante. Conocía la historia, sabía que esto alteraría todo, no, de hecho ya había alterado mucho, pero no importó, incluso si era el guardián del equilibrio.

Ahora era el siervo de Nobunaga.

Emiya respiró hondo, miró el cielo brevemente antes de apretar los dientes y tensar su cuerpo al límite, las líneas brillaron más intensamente y el vapor parecía incrementarse.

Había demasiados enemigos, ganaría, lo sabía, conocía más que nadie su capacidad, Akechi ya estaba en duda por lo que vio, quizá se retiraría al no tener la fuerza consumada que tendría en un par de semanas al apoderarse de los tesoros de Nobunaga.

―Está bien… ―Emiya pisó con fuerza y en un parpadeo ya estaba en las líneas enemigas.

Cortar.

Emiya apretó los dientes y cortó lo que tenía delante, la presión salió con fuerza, la sorpresa vino plasmada en el rostro de quienes estuvieron cerca del corte. Las balas no hicieron esperar junto con las flechas.

Era un solo hombre que se plantó contra una formación completa, el asedio hacia Emiya comenzó con fuerza y cortó todo lo que vino delante, su percepción y su capacidad para ver más allá del ojo seguían presentes, podía verlo todo, y al mismo tiempo.

Sabía que su cuerpo no podía procesarlo todo.

Cortó.

Emiya no dejó de avanzar hacia adelante, las fuerzas eras diezmadas con facilidad, era la carne de cañón que se preparó después de todo, eventualmente se toparía con la elite, pero hasta entonces se encargaría de reducir hasta el último de los pequeños lacayos.

Emiya pisó con fuerza, el suelo se fragmentó cuando bajó el brazo izquierdo y lo subió con todo el peso balanceado de su cuerpo y la fuerza reunida. El corte se prologó incluso más.

"Yasuke debe ser Yasuke"

Emiya sonrió cuando la sangre cayó a su alrededor, no sonrió por el escenario, sino por las palabras de Nobunaga que por fin parecían cobrar sentido.

Ya entendió porque siempre se negó a que usara magecraft.

Su mente se volvía de acero.

Los cortes de parte de Emiya no dejaron de salir pero eventualmente incluso si pudiera cortar decenas de humanos al mismo tiempo, eventualmente las balas y flechas lo alcanzaron.

Pero el final jamás se dio para miedo de los que seguían peleando, cada bala que aquel hombre recibía parecía hacer que su fuerza y velocidad incrementase.

Akechi no podía creer que lo veía, como todo ataque era reflectado o recibido pero sin ningún daño, era como sino importase lo que hicieran, Yasuke no caería.

La elite ya se había unido a la batalla cuando los primeros cientos habían caído, los tiradores a este ritmo se quedarían sin munición y el hombre no parecían razonar en lo absoluto cuando le gritó que el hermano de Nobunaga estaba el peligro.

Hablando de la mujer aquella presión rosa brillante que se levantó alrededor de ella parecía impenetrable, ni las balas de cañón o magecraft te ataque parecían astillar o fragmentar aquel escudo.

Lo que significaba que la persona que lo invocó debía morir para que este cediera.

La sangre ya parecía ser el riego de la lluvia en el suelo del campo de batalla. No importaba que dijera Yasuke no reaccionaba a las palabras de Akechi, lo que causó la frustración del hombre.

No tuvo la oportunidad de tomar de rehén al hermano de Nobunaga porque se había quedado con Hideyoshi de entre todos los posibles enemigos.

No pudo hacerse con el poder de un rehén tan valioso, pero esa era información que Yasuke no debería conocer, Akechi sabía que el hombre y Nobunaga habían estado alejados de la capital por un tiempo lo que significaba que la comunicación que él mismo se encargó de interrumpir no podría haber sido restaurada.

¿Entonces como Yasuke estaba tan seguro de que no había un rehén para seguir adelante ignorando sus palabras? Akechi conocía a Yasuke, jamás haría algo que dañaría a Nobunaga o a su hermano.

¿Lo que significaba que hubo un traidor en sus filas? Akechi supo que el campo de batalla estaba en un desastre con aquel espadachín que iba en colera saltando por cada rincón posible cortando a quien viera en frente.

No necesitaba verlo directamente a los ojos para saber que la consciencia de Yasuke se había ido hace tiempo, las horas habían pasado con él en la retaguardia y los decenas de miles pasaron a unos cuantos miles, incluso llamó a los refuerzos pero no parecía que Yasuke cedería.

No cuando incluso las lanzas y flechas atravesaban el cuerpo de este como si fuese un alfiletero. No se detuvo o perdió fuerza o velocidad, Yasuke cortaba con la misma fuerza que con la que inició.

Akechi supo que si las cosas seguían así no habría un mañana para él.

Un berserker.

Un guerrero completamente dedicado a una causa que no le importaría morir o hacer algo más allá de pelear por su único objetivo. Akechi reconoció que había subestimado a Yasuke.

No solo fue la capacidad de ataque sino la de supervivencia la que parecía fuera del mundo de parte de Yasuke. Akechi lo vio al cabo de un par de horas más, siendo ya casi doce en total desde que el enfrentamiento comenzó.

Los brazos caídos pero aun sosteniendo las espadas que Nobunaga le había dado a aquel hombre, la sangre caer por cada parte del cuerpo de este, flechas en la espalda, lanzas en el pecho y estómago.

¿Cómo es que no caía?

La protección alrededor de Nobunaga no había desaparecido tampoco.

Akechi miró a la mujer pero se sorprendió que ya no estaba inconsciente.

Estaba quieta ahí viéndolo fijamente pero sin moverse.

Las tropas habían sufrido demasiado y un enfrentamiento contra Nobunaga no sería lo óptimo. Yasuke seguía moviéndose incluso en estos momentos, cualquiera que entrara por más cerca que estuviera en el rango de visión del hombre era asaltado para ser cortado.

―Ordena la retirada, esto fue un fiasco ―Akechi se levantó de la silla en la que estaba y comenzó a alejarse de la torre en la que estaba. De reojo captó un movimiento que hizo que abriera los ojos con sorpresa.

¿Yasuke acababa de arrancar una de las lanzas de su pecho?

No salió de la herida, a lo lejos lo vio, algo negro que se movía y retorcía que era lo que sostenía el cuerpo del hombre.

Akechi no tuvo tiempo para pensar cuando fue empujada hacia un lado y sintió un ardor en su brazo izquierdo y algo tibio a su alrededor.

Uno de sus guardias lo había empujado fuera del rango de la lanza que fue arrojada por Yasuke desde tal distancia.

Se había llevado su brazo.

Akechi apretó los dientes y aceleró la retirada con el dolor floreciente.

Incluso en este momento, el escudo que estaba alrededor de Nobunaga no había cedido ni un solo momento.

Emiya no supo hace cuanto comenzó a dejar que su cuerpo se moviera por sí solo. Su mente ya se había transformado en lo que conocía.

Acero.

Su cuerpo estaba hecho de espadas, lo que le impidió caer en combate. La sangre que hervía quemaba las plantas donde se derraba y sus manos se sentían vacías a pesar de aún tener las espadas que le había regalado Nobunaga.

El enemigo seguía deseando acercarse a ella.

No podía hacer nada más que seguir peleando. Nobunaga haría de todo para que su hermano viviera, incluso si le hubiera explicado que Nobukatsu estaba seguro ella hubiera dudado.

Era demasiado dulce a pesar que ella clamaba no tener sentimientos. El que fuese llamada rey demonio el era un título demasiado grande considerando su ideal inicial.

Debía seguir luchando, ya había roto tantos de sus principios que ya no tenía porque importarle otro más de pelear con "honor" como nunca lo había hecho.

Algo como eso era para los fuertes y los idiotas, pero al menos hasta el final.

Quería ser el Yasuke que ella tanto mencionaba con cariño.

Emiya podía evaluar su cuerpo, podía seguir moviéndose por un tiempo, quizá le quedara un día más hasta que cediera por completo.

Algo se rompió a su espalda, sintió que la conexión con Rho Aias se fracturó y se dio vuelta al instante.

No había un enemigo delante.

―Estás hecho un desastre ―Nobunaga estaba de pie con una ligera sonrisa, parecía que estaba por ser regañado, el ceño de la mujer delataba eso, Emiya lo conocía―. Yasuke es Yasuke, ¿eh?

Emiya sonrió cuando sintió que su cuerpo estaba cayendo a cada instante en que pasaba.

―Estás viva…

―Soy yo quien debería preguntar eso, estás hecho un desastre ―Nobunaga caminó y se puso frente a Emiya. La mujer alzó la mano y le dio un par de palmaditas en la cabeza a Emiya―. Hiciste un buen trabajo, Yasuke.

Emiya sintió que su cuerpo perdía estabilidad y se cayó hacia adelante, pero fue atrapado por Nobunaga quien lo abrazó con una sonrisa y alegría que Emiya no conocía.

― ¿Puedo quedarme contigo un poco más? ―la pregunta de Emiya no iba directamente a Nobunaga.

Preguntaba por permiso creyendo que alguien lo estaba escuchando.

―Yasuke puede quedarse conmigo todo el tiempo que desee ―Nobunaga no se molestó en la sangre que la cubrió o lo incómodo que era sujetar al hombre que estaba herido.

―Ah… eso es bueno, tengo sueño.

―Lo sé, Yasuke siempre duerme temprano.

―Deberías hacerlo también, debes vivir mucho tiempo ―Emiya balbuceó cuando sintió que estaba siendo recostado hacia abajo. Evaluó su cuerpo brevemente.

Había una posibilidad alta de morir pero aún podía sobrevivir.

― ¿Estás cansado Yasuke? ―Nobunaga preguntó acomodando el pelo de la frente de Emiya.

―Un poco… ¿puedo descansar?

La pregunta hizo que un tarareo saliera de Nobunaga.

―Depende ¿Yasuke despertará después de la siesta?

Emiya miró a los ojos rojos de Nobunaga y sonrió de lado.

―Por supuesto, solo dormiré un poco ―Emiya alzó una mano y tocó la mejilla de Nobunaga quien sintió como se manchó por la sangre de los enemigos y del propio Emiya.

―Entonces puedes dormir, una vez que despiertes, iremos de viaje por el mundo.

―Suena bien…

―Yasuke ―Nobunaga llamó de lanada.

― ¿Sí?

―Te amo.

―… ―Emiya abrió ambos ojos y vio directamente a los ojos de la mujer―. También te amo.

La mano de Emiya estaba siendo sujeta con cuidado por Nobunaga quien se agachó y le dio un beso en los labios al hombre.

―Buenas noches, Yasuke.

La revuelta por uno de los generales y traidores del ejercito de Nobunaga no fue más allá del intento de asesinato. Como fue previsto el dominio del resto de las zonas se dio rápidamente, al parecer cualquier oposición se detuvo antes del año previsto.

Casi diez años de conflicto se adelantaron solo unos meses cuando el resto de feudos se rindieron ante la nueva unificación del clan Oda siendo los regentes declarados por parte de todos los señores.

La era de las guerras había llegado a su fin.

Como se esperó. Un par de meses después de que el poder se consolidara, Nobukatsu asumió el poder absoluto con Hideyoshi como su segundo al mando. A pesar de la ambición del general de Nobunaga este no buscó mayor conflicto y aceptó servir al hermano de Nobunaga.

A pesar de ese hecho la voz de Hideyoshi seguía siendo audible perfectamente para Nobunaga.

La mujer de pelo rojo se había estado preparando las últimas semanas para zarpar y conocer el mundo, fue lo que había anhelado desde hace tiempo y ahora que por fin se había liberado de las cadenas que tenía se sintió bien.

― Si Yasuke estuviera aquí… ¿se enojaría por qué sigo fumando? ―Nobunaga prendió la llama de la pipa y dio una calada larga.

―No he muerto, ¿sabes? ―Emiya estaba tras Nobunaga con los brazos cruzados. El yukata abierto en el pecho mostraba una colección de heridas de cicatrices por todos lados.

―Probablemente se quejaría que abandone el país.

―Nobu.

―Ah ―Nobunaga dio otra calada viendo el cielo―. ¿Quizá aún puede hablarme? Siento como el viento choca contra haciendo-

― ¿Cuántas veces tengo que pedir perdón? ―Emiya se rindió pero al menos Nobunaga se giró y vio al hombre con un ceño fruncido y obviamente enojada.

―Perdoné a Yasuke porque era Yasuke, pero no quita el hecho que mordió a su maestro.

―Pensé-

―No estoy hablando de esa mordida Yasuke ―Emiya estaba ahora de rodillas con los ojos cerrados. Nobunaga estaba aún enojada de aquella vez.

Atrapar a Akechi fue cosa sencilla luego de que Hideyoshi se hubiera movilizado casi de inmediato a su zona.

Nobunaga no le había dado una muerte sencilla o rápida en lo absoluto.

―Bien, lo siento, pero eres más cabeza hueca de lo que imaginas.

La mirada de ira de Nobunaga fue dada a Emiya quien no abrió los ojos.

―Mis resultados no dicen lo mismo.

―No hubieras escuchado si tú hermano fuese mencionado.

― ¿Y es por eso que me noqueaste? Me ocultaste-

―Te lo dije varias veces pero me ignoraste.

―…

Emiya suspiró ante el silencio de Nobunaga.

―Solo olvídalo, ¿Cuándo zarpamos? ―Emiya se puso de pie y miró a Nobunaga a los ojos. La mujer a pesar de no ser precisamente la más afectiva se acercó y abrazó al hombre colgándose vagamente de este.

―En tres días, tiempo más que suficiente para divertirse un poco.

Emiya se rio vagamente y negó para sí viendo como ahora podía dignarse a llamar "esposa" a la persona con la que nunca pensó interactuar.

―Yasuke.

― ¿Sí? ―Emiya vio a los ojos Nobunaga.

―Gracias.

― ¿Por qué me agradeces? ―Emiya sintió el jalón hacia abajo para recibir un beso que duró unos segundos―. No hubiera dejado que te lastimaran.

―Puedo cuidarme sola.

―Lo sé.

―Pero no confiaste en mí aquella vez.

―Al igual que tampoco lo hiciste conmigo.

Nobunaga guardó silencio unos segundos antes de rendirse.

―Bien, estamos igualados.

Emiya se rió suavemente ante ese hecho.

―Yasuke ―Nobunaga llamó una vez más.

― ¿Sí?

―Te amo.

―Yo también te amo.

Emiya sabía que tanto él como Nobunaga no eran los más expresivos pero el hecho que la mujer se esforzara en dar aquella mención de vez en cuando solo hizo que aquellas palabras fueran más especiales.

―Nobu.

― ¿Sí?

―Gracias.

Fue el turno de Nobunaga de no comprender algo como eso.

― ¿Por qué me das las gracias?

Emiya llevó una mano a su cuello, donde alguna vez estuvo una cadena y sonrió a la mujer con tranquilidad.

―Por dar a un perro encadenado una nueva oportunidad.

El significado de aquellas palabras era mucho más grande de lo que Nobunaga podía realizar, ella lo supo, el misticismo tras ello pero no lo comprendió del todo más sí aceptó que fue algo genuino.

―Yasuke es Yasuke ―Nobunaga comentó sonriendo―. Es obvio que lo tomaré una y otra vez sin importar el momento.

Emiya abrazó con cuidado a la mujer quien correspondió el abrazo.

―Yasuke siempre será Yasuke.

Nobunaga comentó una última vez antes de dar un beso para prepararse para la noche.

Un amor retorcido pero genuino.

Una esperanza borrosa pero existente.

A Emiya no le importó aferrarse a aquella llama que lo quemaba completamente.

Al igual que Nobunaga lo elegiría una y otra vez. Él estaba dispuesto a servirle otra vez.

Ante la inhumanidad de ambos, su humanidad había florecido.

Junto con al amor el cual se había establecido.

¿Final feliz?

Que puedo decir. He terminado esto a las 2:32 am, probablemente lo suba a las 2:40 am, tengo clases de 7:30 am a 10:00 pm, he comenzado una nueva carrera ahora que he terminado la carrera que llevaba, no me veo estando lucido este día.

Y tal.

Nobu supremacy.

Fuera de chiste, que cosa que me gustó y espero que la representación les cuele porque sino me prendo uno. Y otro detalle sería Emiya. "¿Por qué tan emocional?" Cuerpo humano, más emocional y demás factores, cosas que tengo que hacer para resolver.

Ah, estoy cansado, aún tengo que terminar varias lecturas y un trabajo para hoy. Creo que haré puente, no me suelo quejar de mí horario pero hoy sé que la voy a pasar mal por algo que yo mismo me impuse.

¿Les gustó la historia?

Si les gustó por favor compártanla, dejen su voto, favorito, comentario, estrellita, en lo que sea que estén leyendo esto, es algo que me ayuda a que la historia sea más vistosa.

Probablemente habrá comisiones a mediados de mayo y solo serán 2 plazas para agilizar también las actualizaciones. Este mes termino con las otras dos comisiones restantes, ah, subiré un poco el precio de las comisiones porque el trabajo detrás de estas es para prenderme un tiro, espero su comprensión.

Espero que hayan disfrutado de la historia, tienen mi Pa treon en mí perfil si quieren sumarse para mecenas y decidir las próximas actualizaciones de los fics que tengo.

En todo caso, gracias como siempre por su apoyo y espero que la pasen bien y les vaya perfectamente.

Solo una cosa. Por favor, no re-suban mis historias sin permiso, por favor, en serio lo pido no hagan eso, que sinceramente el esfuerzo tras una historia es mucho para que venga alguien y las suba como suyas.

Como sea, espero que la nueva portada les guste.

Rey de picas fueras.