Había pasado casi un mes desde que él le había dado ese hermoso ramo de flores con un grande girasol, y por una semana no había podido dejar de observarlo. Y aunque trató de hacer como que nada pasaba, terminó contándole a los chicos, ya que quería regresar ese gesto. Las flores que le había dado estaban tan frescas que habían durado en buenas condiciones por más de 5 días, antes de empezar a marchitarse; lo cual en sí era todo un logro, sabiendo que las flores tienden a ser frágiles. Nada entre ellos había cambiado, pero dentro de ella había una expectativa, de que entre misiones y entrenamientos pudiera verlo más seguido, pero la vida había continuado sin cambio alguno.
Hanabi había sido la única de la familia que le había preguntado de forma incesante acerca de las flores, y a pesar del entusiasmo que ella sentía en su interior, negó una y otra vez que estas hubiesen sido un regalo, diciendo que había sido presentado a ella como señal de respeto hacia el clan y la rama principal de la familia. Su hermanita le creyó inicialmente, pero después de haberla descubierto viendo las flores de forma repetida, las preguntas acerca de quién le había dado las flores y por qué, habían vuelto con más fuerza. Hoy, un mes después, había logrado escapar de las interminables preguntas de Hanabi para ir al mercado con la esperanza de encontrar algo que le gustara a Neji.
'¿Qué podré darle?' Neji era bastante minimalista, como la mayoría de los ninjas, limitando la cantidad de pertenencias a lo estrictamente necesario y ella no quería importunarlo con algo que pudiese ser considerado bagaje.
— Hinataaaaaaa — Escuchó el grito de Kiba a la distancia, saludándola energéticamente.
— Hola chicos — dijo asintiendo hacia Shino — ¿En qué andan?
— Queríamos comer algo — dijo con un leve sonrojo en sus mejillas — Fuimos a la parrilla, la carne estaba buena — Su sonrisa evidenciaba la satisfacción que se experimenta después de una buena comida.
Shino extendió la copa de helado para que ella probara un poco de su helado de yogur sabor vainilla con miel. Su favorito.
— ¿Qué hay de ti? — Shino preguntó.
Hinata guardó silencio por un momento. A pesar de haberles dicho acerca del ramo, no quería que ellos malinterpretaran la situación.
— Yo - Yo ando viendo si encuentro algo… para Neji-onisama — su voz sonaba aguda, mientras se veía como balanceaba sus pies de un lado a otro.
Kiba volteó los ojos, sospechando acerca de toda la situación.
— ¿Por qué le tienes que dar algo a ese idiota?
— Yo, solo quiero ser agradecida. Es todo — podía sentir la pesada mirada de ambos directamente sobre ella.
Ellos sabían que él no podía lastimarla, espacialmente fuera de un combate o batallada autorizada. Pero eso no ayudaba ni hacía más fácil hacerse a la idea de que ellos pudieran terminar interactuando en su día a día.
— Ten cuidado — Fue el comentario final de Shino.
Con la advertencia de Shino todavía resonando en su cabeza, se dirigió a los campos de entrenamiento, donde sabía que el equipo Guy solía hacer sus rondas.
— Byakugan — dijo activado discretamente su Kekkei Genkai, ya que no quería interrumpirlos, pero para su sorpresa, Neji estaba solo. 'Es ahora o nunca' se dijo a sí misma. Inhalando y exhalando, intentaba calmar los rítmicos latidos de su corazón. 'Vamos, no te pongas nerviosa' se decía una y otra vez a pesar de sentir como sus manos temblaban ligeramente. Se habría sentido Neji así de nervioso cuando le dio las flores? No podía recordar tanto esa parte de la conversación.
— Neji-onisama — trató de sonar lo más segura posible. Él se giró al escuchar su voz.
— Hinta-sama — Se sorprendió de verla en esta zona, ya que el equipo 8 solía entrenar en un área diferente. ¿Se había olvidado de alguna sesión de entrenamiento? Imposible. — ¿Está todo bien?
— ¡Si! — Su voz ssalió más aguda de lo que pretendía. Su nerviosismo haciéndose evidente ante él. "Espero no estar interrumpiendo tu entrenamiento"
— En lo absoluto… Lee y Tenten se retiraron hace rato, ya que decidimos no extendernos tanto hoy —
— Traje algo — Hinata sostenía una caja con un listón de adorno.
'¿Para mi?'
— No estaba segura de si te iba a gustar, pero espero que sea de tu agrado — No podía pensar en una razón por la cual le estaba dando esto. No era su cumpleaños. —Es pudín de chocolate esponjoso, se supone que no es tan dulce como otros.
— Muchas gracias, pero debo confesar de que no sé a que se debe la ocasión.
— Oh — sus mejillas se tornaron rosadas soltando un — esdíablanco
Al inicio no había entendido lo que había dicho. Sus cejas se fruncieron intentando desenredar las palabras. Se acercó a ella repitiendo sus palabras mentalmente, intentando hallarles sentido hasta que escucho con claridad 'Es Día Blanco'. Tomó su mano, besando sus nudillos.
— Gracias
Fin
