TW: Relaciones sexuales explícitas; situaciones tristes. Todos los personajes son mayores de edad.

El mensaje de texto me había tomado por sorpresa. Era la primera vez que ella tenía la iniciativa de escribirme, siendo constantemente yo la que hacía el esfuerzo por mantener comunicación con ella entre dimensiones. Por más bizarro que eso suene nos las habíamos arreglado para hacernos algo lo más cercano a amigas.

Usualmente hablábamos de su escuela, sus hermanas, los últimos libros que leyó, una nueva película que encontró… y el chico que le gustaba.

Nunca entenderé en su totalidad que le veía a un patán insufrible como lo era ese sujeto. Nunca lo conocí personalmente, pero por las descripciones que me daba era un tipo que solía confundirla con sus mensajes contradictorios. Algunas veces interesado en ella y otras ignorándola en su totalidad. Ella lloraba mucho. Y yo odiaba con toda mi alma a ese idiota.

Lo último que supe fue qué el susodicho y ella habían empezado una especie de apasionada relación sexual intermitente. El bastardo se las había arreglado para ponerle las manos encima.

Todo parecía ir relativamente normal hasta el día que recibí su mensaje:

Blossom: Hey Berserk?

Siempre era yo quien iniciaba la conversación, así que por una vez fuese ella quien me escribiera me dejó bastante sorprendida en un principio. Trate de no lucir demasiado desesperada contando unos cinco minutos antes de contestar:

¿Qué pasa?

Contemplé con impaciencia los tres botones de texto formándose y desapareciendo una y otra vez. Cómo si no estuviera segura de lo que realmente quería decir.

Blossom: Nada… uhm… Bueno ¿tú crees que hubiera una forma de que vinieras a mi casa?

Mi corazón se aceleró por un microsegundo. ¿Ella quería verme? ¿a mí? Sonreí ante el prospecto.

Aunque nuestra "amistad" fuese en su mayoría unilateral e inestable, ella siempre se las arreglaba para evitarme. Este era un cambio bienvenido.

Seguro, muñeca.

Me levanté y me puse las botas que estaban a un costado de mi cama. Estaba sola en casa por lo que quedaba del día, Brat probablemente esté tonteando con algún sujeto en algún lado y Brute se esté divirtiendo aterrorizando a la ciudad.

No había mucho que hacer en una dimensión fabricada donde los límites empezaban y terminaban en Vilestown.

Mi llamado creador tampoco estaba en casa.

Era un dolor en el culo esto del viaje interdimensional, como una mala conexión de internet, a veces funcionaba y a veces no. Dependiendo del deseo de la persona que quisiera atravesar el espacio-tiempo.

Me paré frente al espejo infantil del tocador de mi habitación mientras intentaba concentrarme en abrir la conexión.

"Vamos… vamos…"

Mordí mi labio mientras intentaba visualizar la ruta a la habitación de mi rosita. En un principio la porquería no parecía querer dar señales de funcionar, pero después de unos segundos el cristal se agitó como el agua y una imagen clara de una habitación que no era la mía comenzó a formarse.

"Eso…"

Sonreí, mientras mis ojos se fijaban en la chica en camisón que se encontraba sentada sobre su cama, esperando algo.

Una especie de entusiasmo se asomó en la boca de mi estómago, y tuve que respirar profundamente para contener la emoción que sentía.

Antes de dar el salto me acomodé la blusa que me llegaba un poco por encima del ombligo, me sacudí la falda y verifiqué que los listones de mi cabello estén bien puestos en su lugar.

Una vez satisfecha, me dispuse a atravesar la barrera que nos separaba interdimensionalmente. La textura del espejo era similar al de la gelatina una vez pasabas a través de ella, y al salir del túnel que conectaba mi mundo al suyo, sentí una calidez distinta a la de mi fría habitación. Incluso su dimensión era más placentera que la mía.

Admito que me pase un poco de presumida con la forma en que aparecí, tirando la mayoría de sus cosméticos al suelo con mis piernas, y no pude detener la sonrisa burlona que se dibujó en mi rostro al ver cómo Blossy saltaba de la sorpresa al ver cómo me materializaba frente a sus ojos.

— ¿Interrumpo? — saludé, guiñandole un ojo mientras me acomodaba para sentarme a una esquina de su cama.

— ¡Realmente viniste!

Su voz se encogió con genuina sorpresa, parecía ser que aunque me había pedido que viniera no esperaba que tuviera el suficiente tiempo libre como para llegar tan rápido. Maldije para mis adentros por no preveer esto antes de saltar a través del espejo como una chiquilla enamorada.

Pero hice mi mejor esfuerzo en sonar convincentemente casual.

— No había nada mejor que hacer… así que me dije ¿por qué carajos no venir a atormentar a mi otro yo favorito?

Agarré uno de los peluches de su cama, dispuesta a torcerle el cuello a modo de broma mientras me dejaba caer con toda la confianza del mundo sobre su colchón.

Blossom soltó una risita miserable, no parecía importarle la forma en que me apoderaba de sus cosas con total libertad.

Estaba tan bonita como siempre, con su cabello sedoso cayendo en cascada sobre sus hombros y sus largas pestañas cubriendo la hinchazón de sus párpados rojos.

Mi expresión de repente se tornó seria al notar la forma en que habían dejado a mi rosita.

— ¿Qué te pasó?

Necesité todo el esfuerzo del mundo para no ir y tomarla del rostro en un patético intento de consolarla, conformándome con aplastar el peluche que tenía entre mis manos.

Una sonrisa triste se dibujó en el bonito rostro de mi amiga.

— Oh, debo estar hecha un desastre ¿no es cierto? — Se tomó el cabello en un vano intento de verse mejor acomodandolo hacia un costado. — Es solo que soy una completa estúpida, eso es todo…

Su labio inferior le tembló mientras el intento de sonrisa se desvanecía y los ojos de algodón de azúcar se le anegaron de lágrimas que amenazaban con salir.

Sentí como el pánico se apoderaba de mi pecho y no sé cuándo ni cómo, pero ya estaba sentada frente a ella cuando la tomé de la mejilla.

— No digas eso... — La intensidad con la forma en que las palabras que salieron de mi boca me sorprendieron incluso a mí, pero no dudé en continuar. — No eres ninguna imbécil, bebé. Eres increíble…

Un par de lágrimas se escaparon de sus ojos, pero aún así ella siguió haciendo el esfuerzo para sonreirme.

— Gracias. Pero sí que lo soy. — Apartó la mirada hacia el suelo con tristeza mientras recordaba. — Creí que era lo suficientemente lista como para mantener una relación como esa y salir ilesa del asunto…

Oh, así que se refería a su intento de amistad con beneficios con ese idiota… No pude evitar la mueca de disgusto que se formó en mi cara, mientras sentía el dolor de mis propias uñas clavándose contra las palmas de mis manos.

Sabía que nada bueno podía salir de algo tan casual como eso con un imbécil jugando con el frágil corazón de una chica tan inocente como Blossom.

Personalmente le arrancaría los ojos de sus cuencas si es que se había atrevido a lastimar a mi rosita…

— ¿Qué te hizo? — pregunté, haciendo todo el esfuerzo de no sonar tan enfadada mientras la sangre me hervía en las venas.

Pareció funcionar ya que Blossom no notó la profunda rabia que yacía en mi interior, confundiéndola con la indignación de una amiga.

— Nada. No realmente… es solo… — Se pasó una mano por el rostro como intentando disimular su vergüenza. — No podía continuar con algo así. Sentía que empezaba a depender cada vez más de él mientras que Brick simplemente…

No pudo continuar con lo que quería decir, quedándose con la boca abierta mientras miraba hacia el vacío. Una nueva ola de lágrimas se asomó a través de sus ojos y sentí como mi corazón se encogía ante tan lamentable visión.

— Me siento como una estúpida… — Se tomó los ojos con las manos intentando ocultar su llanto en mi presencia. — Cuando menos lo supe ya estaba enamorada… Traté de terminar las cosas en un intento de probar lo que realmente sentía por mí y… jamás me buscó…

Una risa, o más bien un sollozo escapó de sus labios mientras intentaba atrapar algo de aire. No pude reaccionar de ninguna otra forma más que contemplarla quebrándose frente a mis ojos.

— De eso ha pasado una semana y no he recibido ninguna señal de él. Es más, hoy me lo encontré en persona y ni siquiera hizo el intento de pretender que le importaba. Fue como si nunca nada hubiese pasado. — Una situación de más de tres meses cayéndose como un castillo de naipes a la brisa más ligera. — Nunca le importó, Berserk. Ni siquiera un poco, y heme aquí llorándole como una idiota. Realmente soy estúpida…

Rompió a llorar sobre mi hombro y sentí el calor de sus lágrimas mojando la tela de mi blusa con cada gota que derramaba. Normalmente apartaría a cualquier gusano miserable que se atreviera a berrear encima mío, incluso si se tratara de alguien como mi hermana Brat. Pero Blossom era un caso especial, y tenía una debilidad predilecta por ella.

Me dispuse a sostenerla entre mis brazos rodeándola incluso con los listones de mi cabeza, intentando reconfortar a la niña llorona que hacía que se me acelerara el corazón incluso con un contacto tan inocente como ese.

Una ola de decepción me invadió a pesar de todo.

— Así que fue eso por lo que me llamaste…

Acaricié su cabello mientras mi nariz rozaba el interior de su melena. El olor de su perfume me golpeó las fosas nasales logrando que me estremeciera mientras mis dedos se enredaban en las hebras de su pelo. Era lo más cerca que habíamos estado nunca y aunque esto me emocionará de cierta forma, era lamentable el motivo de las circunstancias.

Se apartó de mí para poder mirarme con ojos tristes y llenos de culpa.

— Lo sé, lo siento. Es solo qué… realmente necesitaba sentir el apoyo de una amiga…

"Amiga…"

Ya conocía la respuesta, pero de todas formas me embargó una agonía desconocida. Aún así, me había buscado a mí por encima de sus hermanas o cualquiera de sus amigas humanas de esa dimensión.

A mí.

La siempre ignorada, mentalmente inestable y peligrosa Berserk.

¿Eso debía significar que yo era alguien importante para ella cierto? Incluso con todos mis actos de villanía y rivalidad precediéndome. ELLA me necesitaba a mí.

Mi pecho se agitó con una renovada sensación de esperanza. Olí una oportunidad.

Me aparté del abrazo para poder contemplarla directamente a los ojos, con el corazón latiéndome a mil por hora. La sostuve de los hombros para que pudiésemos mirarnos.

Blossom me observó con ligera sorpresa. Sus ojos color malteada de fresa se encontraron con el magenta de los míos. Se veía igual de hermosa que siempre aún con los ojos rojos y las mejillas mojadas de tanto llorar. No pude evitar mirar detenidamente la hinchazón de sus labios carmesí, incitándome a golpearlos con los míos.

Que idiota dejaría ir a alguien tan preciosa como ella.

— Creo que tengo una idea de como hacerte sentir mejor Blossom…

Mis ojos volvieron a encontrarse con los suyos mientras esperaba que ella captará la idea de lo que quería decir. Sentí el calor apoderándose de mis mejillas cuando aún la tenía atrapada entre mis brazos.

Parecía perdida mientras sus ojos recorrían mi rostro con la boca ligeramente abierta, buscando… algo. Por la esquina de mis ojos ví como unos dedos temblorosos se aproximaban para rozar los piercings de las comisuras de mis labios, como si los encontrará fascinantes.

Una suave sensación de placer me embargó ante tan microscópico contacto.

— ¿Comó qué? — preguntó inocentemente, mientras dejaba que la depositara adecuadamente sobre su cama y yo me colocara encima suyo sin prisa, apoyándome sobre mis manos.

Sonreí, sabiendo que ella entendía perfectamente lo que quería hacer y no me rechazaba por ello. Cerré los ojos en lo que me aproximaba y depositaba mis labios sobre los suyos.

Un suave e inocente beso que se sintió como si millones de fuegos artificiales que guardaba en el estómago se liberaran al mismo tiempo, estallando sobre mi vientre.

El contacto directo la pareció tomar por sorpresa, pero después de unos segundos de que yo no intentase forzar nada, correspondió moviendo ligeramente sus labios contra los míos.

No tomó mucho tiempo para que el beso se intensificará de cierta manera. Blossom abrió ligeramente la boca y yo aproveche la oportunidad para acariciar con suavidad su lengua con la mía. Aún restringiendo la desesperación que realmente me embargaba.

Pero cuando su lengua tímida comenzó a jugar a la par de la mía sentí como todo mi autocontrol se iba al diablo y no dudé en intensificar la presión del beso.

La besé con furia y necesidad de demostrarle cuánto realmente significaba para mí. Al carajo con los estúpidos que la hubieran lastimado alguna vez en su vida. Yo la amaba ahora.

El gemido que se escapó de sus labios cuando mordí su labio inferior despertó una llama en mis ojos que sólo significaban que no había una vuelta atrás después de esto.

Me aparté de ella lo suficiente como para hablarle, entre las respiraciones agitadas de ambas.

— ¿Hay alguien más aquí?

Sus ojos brillaban con un resplandor distinto al de las lágrimas de hacía un rato mientras su pecho subía y bajaba. Sus labios también resplandecían bajo la luz de la lámpara de mesa, a causa del intercambio de saliva y mi constante mordisqueo.

— Solo somos nosotras dos… — susurró una vez recuperó el aliento. Sus manos acariciaron mis antebrazos con anticipación y no pude evitar sonreír ante la oportunidad que se me avecinaba.

— Bien. — Y regresé a la labor de reconfortarla de la mejor manera que se me hubiese ocurrido.

A pesar de lo mucho que lo odiaba, no podía evitar agradecerle al tarado de Brick el haberme aligerado la carga de una Blossom sin nada de experiencia en la materia. El hecho de que ya no fuese virgen hacía más fácil el acceso a su cuerpo sin la impaciencia que hubiese sentido en caso contrario.

Gimió suavecito cuando mis labios besaron su cuello y yo sentía que comenzaba a perder la cabeza mientras saboreaba con la lengua rincones de su cuerpo que jamás me hubiera imaginado probar.

No pude detener a mis manos inquietas acariciándola por debajo de su camisón. Sus pezones se endurecieron ante el contacto con mis dedos y pude observar con una sonrisa como mi rosita se mordía el dedo índice intentando no gemir demasiado fuerte.

Aproveché para depositar una de mis rodillas en su entrepierna mientras mi boca hacía el recorrido desde su cuello hasta los pequeños montes que formaban su pecho; besando, lamiendo y mordiendo sus botones mientras se le escapaban gemidos de placer cada vez más intensos.

Mientras me deleitaba con sus reacciones de princesita consentida, una de mis manos se deslizó por debajo de su ropa interior expuesta, observando cuidadosamente cualquier reacción de su parte que pudiese obligarme a que me detuviera.

Como si leyera mi mente, Blossom se tensó y detuvo mi avance con una de sus manos mientras me miraba a los ojos con intensidad.

— No es justo…— musitó entre dientes, con el rostro ruborizado a causa de la excitación. — Apenas llevó nada y tú… estás toda vestida…

Sonreí ante su petición. Por supuesto, no era un intercambio equivalente y necesitaba que yo estuviese en iguales condiciones para sentirse completamente cómoda.

Me apresuré en desabotonarme la blusa y deshacerme de cualquier otra prenda estorbosa que pudiera entrometerse en mi camino. Incluso aproveché para deshacerme de su molestó camisón en el proceso. Ahora ambas estábamos en bragas para poder seguir acariciándonos tranquilamente…

— Listo. — anuncié, mientras me aproximaba contenta para poder seguir besándola a gusto, pero ella me detuvo nuevamente.

— Espera… — su mano viajó hasta la coronilla de mi cabeza mientras yo la miraba con impaciencia. Con sorprendente falta de esfuerzo, deshizo el nudo de mis listones y dejó que mi alborotado cabello cayera libremente sobre mis hombros.

Me sentí extraña al estar expuesta sin mi mayor mecanismo de defensa, pero ella tampoco llevaba puesto su icónico moño en ese momento, no me quedaba de otra que resignarme.

Fruncí el ceño con inquietud, y esto pareció divertirle ya que me miró con una sonrisita nostálgica dibujada en sus labios.

— ¿Satisfecha? — pregunté, mientras levantaba una ceja con ironía. Ella se rió mientras asentía con la cabeza y se dispusó a apagar la luz de su mesita de noche.

Nos vimos envueltas en la oscuridad con la única fuente de luz viniendo de las ventanas circulares de su cuarto.

Regresé a la ardua labor de satisfacerla y mis dedos por fin alcanzaron el tan deseado tesoro de una powerpuff girl. Dulce néctar brotaba de su entrepierna y mis dedos se perdieron buscando la mejor forma de prolongar su experiencia placentera.

Acaricié con la yema de los dedos el pequeño montículo que logró sacarle un respingo violento a mi rosita. Gimió contra mi oído mientras acariciaba el resto de sus labios y mis dedos probaron tentativamente la entrada a su interior.

Besé su mejilla mientras hundía dos dedos dentro suyo y ella se deshacía en gemidos entre mis brazos. Ya sabía que hacer automáticamente para complacerla así que no fue demasiado esfuerzo para mí.

Mi boca viajó de vuelta a sus pechos mientras estimulaba con los dedos las entrañas de Blossom, en un ligero vaivén de ven aquí, para poder ver como se retorcía ante un placer desconocido para ella; habiéndo estado tan solo con un hombre seguramente torpe.

No dejé que se corriera de todas formas, y me detuve cuando empecé a sentir como se tensaba. Necesitaba probar ese panal antes y sentir como se venía sobre mi boca.

Deposité besos sobre su vientre desnudo mientras mis labios hacían el tan esperado recorrido hacía su entrepierna, besando el interior de sus muslos en el proceso. Mi boca rozó el monte por encima de su ropa interior y yo dirigí un vistazo a su rostro para poder ver su reacción.

Parecía insegura al principio, pero algo de la forma en que me veía hizo que recuperara la confianza y me dejara hacer lo que realmente quería.

Sonreí con suficiencia mientras le quitaba la última prenda que la separaba de mí. Me hundí entre sus labios mientras un suspiro se le escapaba de su dulce boca. Me supo como a cielo.

Froté mi lengua contra su clítoris de la forma habitual que conocía y reclamaba mi premio. Blossom se retorció bajo mi boca y me tomó del cabello.

Nunca separó la vista de mí mientras continuaba con la ardua labor de complacerla, contemplándome con intensidad en lo que le comía el coño. Eso me distraía un poco, y no podía evitar mirar en su dirección de vez en cuando preguntándome si había algo extraño en mí, pero el que me viera me prendía de todas formas.

Dulces sollozos de placer escapaban de su boca mientras sentía como levantaba las caderas para poder frotarse contra mi boca.

El final estaba cerca y lo podía sentir, así que decidí torturarla un poco más volviendo a introducir mis dedos una vez más junto con mi lengua, estimulándola de adentro hacia afuera. Volvió a tensarse y pelear contra la sobreestimulación que le estaba provocando cerrando sus piernas, pero yo no se lo iba a dejar tan fácil, ejerciendo presión para mantenerlas separadas. Sí, a pesar de todo seguía siendo malvada, disfrutaría atormentándola incluso en la cama.

Su orgasmo llegó como lo predije. Se retorció contra mi boca mientras gemía como un gatito. Sentí como sus paredes se cerraban alrededor de mis dedos, aún dentro suyo.

Me separé para poder mirarla, satisfecha con mi trabajo. Ella apenas y recuperaba el aliento después del encuentro.

Me tomó de la mejilla obligándome a verla a los ojos y yo me perdí como una tonta en nubes rosas de algodón de azúcar. Mi corazón se agitó una vez más cuando entrecerró sus ojos con ternura en mi dirección, acercó mi barbilla a su rostro y me besó voluntariamente.

Disfruté el casto beso que depositó en mis labios aún estando dispuesta a prolongar el encuentro por un rato más. Me dispuse a dejar que me tocará colocando una de sus manos sobre mi pecho con expectativa… pero en su lugar ella se apartó con suavidad para volver colocarse las bragas de vuelta.

Encendió la luz de su lámpara de noche.

La decepción me embargó mientras la veía colocarse el camisón, pero sospeché que era su propia timidez lo que la había obligado a detenerse, considerando que posiblemente esta fuese la primera vez que lo hacía con otra chica.

Preferí no insistir, pensando que forzarla a hacer algo más conmigo solo significaría presionarla a costas de mi propio egoísmo.

Me conformé con limpiarme la boca con el dorso de la mano mientras la veía recuperarse agitando aire sobre su rostro con una de sus manos. Aquello me hizo sonreír, ¿se podía ser más bonita? Ni siquiera podía dejar de ser adorable mientras cogía.

— Disculpa yo solo… — Su rostro enrojeció de vergüenza, aún procesando lo que acabamos de hacer. No quiso continuar con la oración pero supuse que era por el hecho de no poder corresponderme como quisiera.

Yo solo negué con la cabeza mientras me abrochaba los botones de la blusa y me arremangaba.

— Todo está bien, nena. — Deposité otro besito casto sobre su boca. — No hay problema.

Bueno, si lo había. Ahora estaba caliente y alborotada, pero no podía echarle la culpa por mi propia frustración sexual. Si realmente me gustaba le daría el tiempo que necesitaba para procesar todo esto, respecto a su propia sexualidad y demás. Sabrá la vida cuanto me tardé en darme cuenta por mí misma.

Siguió contemplándome detrás de sus piernas con timidez en lo que yo terminaba de vestirme; solo apartando la vista de mí en cuanto me hubiese amarrado de vuelta mis listones. Esta acción pasó desapercibida por mí en un principio, pero con el pasar del tiempo no me imaginé lo relevante que sería más tarde.

— Mi familia regresará pronto… — avisó mientras miraba al suelo con pesar. — Deberías regresar a casa antes de que te vean mis hermanas.

Eso hubiese sido un problema, considerando que a ojos del resto de powerpuff girls, yo y mis hermanas éramos aún enemigas peligrosas.

— Está bien.

Se levantó junto conmigo de la cama como escoltándome hacia la mesa de su tocador.

Antes de irme intenté besarla una vez más, pero en su lugar ella apartó su rostro para poder abrazarme con fuerza. El viento abandonó mis pulmones ante la intensidad de su abrazo, pero le correspondí de igual manera.

— Voy a extrañarte… — Susurró con tristeza contra mi cabello, me sentí culpable de ser yo quién la hiciera sentir de esta forma. Acaricié su cabeza con mis manos mientras la mecía en el abrazo.

— Tranquila, guapa. Ya habrá otra ocasión para vernos… — prometí, separándome de sus brazos para poder tomarla del rostro y juntar mi frente con la suya.

Ella sonrió ligeramente, pero nuevamente esta se convirtió en una mueca de lástima. Su expresión me desconcertó, pero no dejé que esto me desanime.

— Nos vemos Blossy… — me despedí, tocando el espejo interdimensional de su tocador con los dedos.

— Berserk…

— ¿Sí?

— Lo siento…

Puse los ojos en blanco, la quería con todo mi corazón pero era cierto que a veces Blossom se esforzaba en actuar como una mártir. Crucé una pierna sobre la otra mientras me apoyaba sobre su tocador.

— Ya déjalo rosita. — aseguré. — Siempre habrá una próxima vez…

Y hubo bastantes veces, seis para ser exactas.

Atravesé el espejo como si me dejara caer de espaldas sobre una piscina hecha de gelatina, y floté interdimensionalmente hasta llegar a la que era en realidad mi habitación.

Las tres siguientes veces que nos vimos fue más de lo mismo, nos las arreglábamos para salir juntas en su ciudad evitando que nadie nos viera. Me había pedido que dejará los listones de mi cabello cada vez que nos encontráramos, supuestamente porque sería fácilmente reconocible en esa dimensión si los llevaba puestos. Accedí sin pensar nada malo al respecto.

Era casi igual a lo que hacíamos antes, íbamos a ver películas o caminábamos para platicar en medio del bosque. Parecía estar recuperando el ánimo cada vez más conforme salíamos, y de eso ya habían pasado más de dos semanas.

Y siempre terminábamos de la misma forma. Conmigo dándole el sexo oral de su vida. Y ella interrumpiendo el acto antes de poder llegar a tocarme. Siempre disculpándose profusamente por no ser capaz de corresponderme como quería.

Al principio culpe a la inexperiencia, intentando introducirla al arte del amor lésbico de a poquitos; con besos y caricias que se intensificaran cada vez más. Me las había arreglado para lograr que me tocará los pechos de forma apropiada, y pronto había agarrado la onda atreviéndose a manosearme durante nuestras frecuentes sesiones de besuqueos. No había mucho que agarrar realmente… pero se las había arreglado para hacer que me estremeciera bajo su tacto y eso parecía ser suficiente para mí.

El problema era lograr que me tocara de la cintura para abajo, y es que por más que intentara que tuviera la iniciativa para hacerlo era como si no se acostumbrará a la idea.

Yo estaba de acuerdo al principio, siendo suficiente para mí dejarla cumplir el rol de pillow princess. Me daba lo mismo mientras pudiera lograr que soltara esos agonizantes gemidos de placer solo para mí.

Pero después del sexto encuentro comencé a sospechar que algo estaba mal.

No era solo el hecho de que no pudiese ser recíproca a la hora de hacer el amor conmigo, y pasado el furor de los primeros tres encuentros pareció… distante. Justo como lo era conmigo antes de comenzar con nuestro amorío. A veces permanecía días sin recibir mensaje alguno de su parte o se tardaba horas en responder los que yo le mandaba.

Ella culpaba a la distancia y su ajetreada agenda como superheroína, pero eso no fue suficiente para mí. No estaba acostumbrada a tener que rogar por atención, necesitaba sentir alguna clase de control sobre nuestra relación.

Fue entonces que mis sospechas comenzaron a aflorar.

¿Acaso seguía viéndose con ese chico? ¿Brick o como se llame?

El solo pensamiento me llenaba de rabia y celos, ¿tan fuerte era la influencia que podía tener sobre ella? Me sentía impotente estando de este lado del espejo, incapaz de protegerla del contacto con ese indeseable.

Una ola de pánico me abrumó, sabiendo perfectamente que estaba en clara desventaja a comparación de él si es que algún día recordaba lo especial que era Blossom en realidad.

Este ciclo de sobrepensar solo lograba ponerme de un humor de perros que ponía los pelos de punta a mis hermanas, ignorantes a la existencia de mi nueva amante. Vilestown era una ciudad de mierda sin nada que hacer además de la misma rutina de torturar a sus habitantes día tras día, pelear con Jomo Momo, darle una paliza y regresar a más de lo mismo.

Seguía gruñendo para mis adentros mientras descansaba junto a mis hermanas sobre los restos de un edificio que habíamos acabado de tumbar abajo. Brat no dejaba de ver su teléfono como la superficial idiota que era en el fondo.

— Ohhh Bubbles tiene nuevo noviecito…— comentó en voz alta intentando llamar nuestra atención. Cerré los ojos mientras la ignoraba, los asuntos de la hermana de Blossom me llamaban muy poco la atención.

— ¿Celosa? — preguntó Brute con malicia, intentando provocar una pelea con ella. Estaba casi tan aburrida como yo con la misma rutina, así que de vez en cuando demandaba algo de violencia de nuestra parte.

— Ya quisiera ella… Parece un completo bobo. — exclamó Brat con desprecio, mientras continuaba investigando los perfiles de forma obsesiva, recorriendo la galería del fracasado con el que salía su contraparte. Este recorrido pareció llamar la atención de Brute, quien se acercó para poder acompañarla en su cacería virtual.

Las oí reírse y murmurar cosas mientras observaban las fotos del susodicho, lo cual no podía importarme menos, teniendo mejores cosas en mente mientras jugaba con las puntas de mi cabello.

— Oh, él es un poco guapo. — comentó Brat en voz alta, mientras señalaba a alguien en su pantalla. No pude evitar hacer una mueca de fastidio al oír los chillidos de mi hermana, obligándome a voltear en su dirección.

— ¿Quién es ese? — preguntó Brute, de repente interesada en la persona que estaba en la pantalla.

— Butch, el hermano de Boomer.

— ¿Y quién carajo es Boomer?

— El novio de Bubbles tonta. — aclaró Brat como si fuera la cosa más obvia del mundo, siguiendo su recorrido a través de perfiles y galerías de desconocidos. — Oh por Dios…

Brat se cubrió la boca con los labios soltando un innecesario respingo dramático. Ahora yo miraba en su dirección con molestia mientras Brute entrecerraba los ojos para distinguir a la persona a la que se refería.

— ¿Y ese quién es? — preguntó grosera, peleando por coger el celular de Brat, quien se resistió al robo de su teléfono.

— Es el otro hermano de Boomer. — señaló Brat aún cogiéndose la boca con las manos por la sorpresa. Brute analizó las facciones del desconocido con interés. — No es feo tampoco… pero no crees que se ve exactamente como…

— Oh hermana, es idéntico a…

Ambas me miraron como si hubieran visto un fantasma, por fin levantándome de mi estupor. La manera en que me veían me hizo sentir incómoda. Fruncí el ceño antes de atreverme a preguntar.

— ¿Qué?

Ambas se miraron como sumidas en una broma privada antes de mostrarme la pantalla del teléfono desquebrajado de Brat.

— Se ve igual a tí. — sugirió Brat, cubriéndose la boca una vez más mientras soltaba una risita burlona.

Hice una mueca de fastidio ante su idiotez, pero de todas maneras me dispuse a mirar lo que me mostraba.

Era un perfil en su mayoría vacío con pocas fotos en su galería, en su mayoría de paisajes o objetos irrelevantes para mí. Pero había una fotografía que logró llamar mi atención por encima de las otras.

Parecía que alguien se la hubiera tomado de forma inesperada en un ascensor: un chico alto y delgado con el cabello rojo desordenado cayéndole libremente sobre los hombros, de una forma similar al mío. No pude evitar notar la similitud a la que se referían mis hermanas, con unas pocas diferencias notables. Sus cejas eran más pobladas y la forma de su rostro y nariz era un poco más larga y angulosa que la mía, haciendo notable el dimorfismo sexual entre ambos. Pero la forma y el color de sus ojos…

Incluso tenía los mismos estúpidos aros adornando cada lado de sus labios.

— Casi tienen el mismo color de ojos, aunque los tuyos son un poco más rosas… Medio que parece un vampiro ¿no es cierto? — sugirió Brat en medio de risitas, mientras yo aguantaba la respiración.

— Eso es ardiente. — mencionó Brute con picardía, mientras se mordía la uña índice de una de sus manos.

— Sí, sí lo es…

No podía importarme un carajo lo que mis estúpidas hermanas considerarán ardiente o no.

Realmente no era el parecido con ese idiota lo que había logrado llamar mi atención. Era el reflejo de la persona que le tomó la foto en el ascensor lo que lo hizo, y aunque el fondo estaba algo distorsionado y no se podía ver adecuadamente de quien se tratara, podía reconocer el color de esos ojos tan peculiar y ese lazo rojo en cualquier lado.

Verifiqué la fecha de la foto con la mandíbula desencajada, pero está demostró ser de hacía más de dos meses, antes de lo que sea que tenía con Blossom se hubiera concertado. Ni siquiera había hecho el esfuerzo de borrar aquella foto irrelevante de su perfil.

— ¿Cómo dices que se llamaba? — preguntó Brute, de repente interesada en este nuevo chico.

Mis ojos se posaron en el nombre de usuario de Instagram mientras mi corazón parecía detenerse y el tiempo parecía ir cada vez más lento.

— Brick o algo parecido… — mencionó Brat al aire como si nada.

Brute dejó salir una risita nasal. — ¿Cómo…un ladrillo?

— Brute, tu nombre significa literalmente idiota. No tienes de dónde burlarte…

— ¿Cómo me llamaste, perra?

— Lo que oíste, bruta…

— Ya cierren la puta boca…

Mis hermanas se sobresaltaron al oírme hablar, estando acostumbradas al silencio de mi parte. Algo acerca de mi rostro pareció asustarlas de alguna forma, disuadiendo cualquier pelea que quisieran llevar a cabo. Me costó apaciguar mi respiración mientras me levantaba de donde estaba perdiendo el tiempo.

— ¿Berserk? — preguntó Brat con inseguridad, después de que le hubiera lanzado de vuelta su celular.

— Tengo que irme… — exclamé entre dientes mientras no me detenía para dejarlas con ningún otro tipo de explicación. No tenía tiempo para esto.

Llegué a mi habitación en pocos segundos después de irme volando con prisa. No me importaba nada, tenía que verla, necesitaba verla…

Boté todos los cosméticos míos o de mis hermanas de la mesa del tocador mientras sostenía el espejo en mis manos, con la mente fija en lo quería conseguir.

"Vamos, porquería…"

El espejo no daba señales de vida alguna, incapaz de formar el puente interdimensional que me llevaría a su habitación.

"Funciona… funciona…"

Apoyé mi frente contra el cristal, y tuve que arreglármelas para respirar hondo e intentar apaciguar el fuego interno de los celos que me desconcentraban. Pensé en Blossom, en su rostro angelical contemplándome y su cabello con olor a cerezas; y logré calmarme lo suficiente como para que el espejo agarrará señal. Mi amada parecía estar con la mirada perdida sentada sobre su cama.

Sin pensarlo dos veces me introduje dentro del reflejo una vez más, flotando en el túnel interdimensional con prisa.

Blossom se sobresaltó al verme atravesar el espejo como si mi visita fuese inesperada, pero no hizo ademán de querer echarme o irse conmigo hacia otro lado, una señal de que nuevamente se encontraba sola en casa.

— Hola rosita… — exclamé, arreglándomelas para dibujar una sonrisa convincente sobre mi rostro.

Blossom imitó mi sonrisa con una emoción que ahora reconocía como resignación sobre su rostro. Una oleada de pánico abatió mi pecho, preguntándome desde cuando me veía de esa forma.

— Hola Berserk, ¿Qué te trae por aquí? — preguntó, mirándome con la misma ternura de siempre; pero ahora la inquietud con la que se sostenía las manos delataba la incomodidad que sentía al estar a mi lado.

Debía admitir que estaba algo desesperada cuando me acerqué para tomarla entre mis brazos como siempre lo hacía.

— Quería verte preciosa… — susurré, mientras me esforzaba en no perder el tiempo. Golpeé sus labios con los míos mientras nos perdíamos en un beso apasionado, algo de esperanza tembló dentro mío al notar como correspondía mi beso sin problemas.

La debilidad de la carne me obligó a seguir depositando besos sobre su rostro y mejillas, disfrutando el feroz recorrido hasta llegar a la piel de su cuello, el cual comencé a lamer y morder con desesperación. Las lágrimas comenzaron a picarme los ojos, amenazando con derramarse.

Blossom soltó un suspiro de placer, pero después de una mordida innecesariamente fuerte de mi parte y lo admito, soltó un quejido de descontento y ejerció fuerza sobre mis brazos para intentar separarse de mí.

— Berserk… — exclamó mi nombre con incomodidad mientras yo seguía depositando besos sobre su cuello, sabiendo que estos en particular lograban volverla loca. — Berserk… lo siento, yo…

La empujé sobre la cama como la primera vez que lo habíamos hecho, intentando transmitirle lo mucho que significaba para mí. ¿Cuándo fue que mi labio empezó a temblar? Ignoré la expresión de desconcierto sobre su rostro mientras la obligaba a volver a besarme, intentando recuperar algo, cualquier cosa de lo que habíamos tenido antes de que la realidad me hubiese golpeado.

Esta vez ella no fue tan receptiva como antes, cogiéndome de los hombros y utilizando la superfuerza para poder apartarme de ella.

— ¡Berserk, para! — me empujó para poder separarse de mí, y una vez hubiese logrado su cometido comenzó a hablar. — Yo… realmente quería verte. Mira… Lo siento mucho…

Las tan temidas palabras escaparon de su boca y las sirenas de alerta sonaron dentro de mi cabeza.

— ¿Por qué? — pregunté con una sonrisa. Quizás hacerme la tonta sería suficiente para convencerme a mí misma de que no sabía lo que estaba a punto de pasar.

Blossom suspiró mientras apartaba la vista de mi rostro, clavando los ojos en un punto lejano mientras la angustia se apoderaba de su voz.

— No puedo corresponderte de la forma que quisiera… Lo he intentado creéme pero…

La detuve antes de que pudiera continuar, con la voz completamente seria.

— ¿Es porque soy una chica?

El pánico la abrumó, y volvió a sostenerme de los hombros para continuar hablando.

— No, no es por eso. Te lo juro… — Me aseguró que no era una cuestión de su propia sexualidad o el asco que podía sentir al estar conmigo. Volvió la vista hacia el suelo mientras encontraba las palabras para seguir. — Es solo qué…

— ¿Que no me quieres una mierda? Esas son noticias viejas, amor. Siempre lo supe y estaba bien para mí.

Intenté tomarla del collarín de su blusa para acercarla a mí, pero ella me rechazó nuevamente tomándome de las manos.

— No… yo si te quiero Berserk… — Y sus palabras desbordaban honestidad. Siempre la chica solemne, no podía mentir al respecto. — Es solo que… no de la forma en que tú me quieres. Soy una persona horrible… siempre… en el fondo siempre que te gustaba y yo, me aproveché de tí.

Se cubrió los ojos con las manos, intentando ocultar la vergüenza de lo que percibía un acto tan ruin como ese. Su acción me conmovió, obligándome a dibujar una sonrisa de comprensión, acaricié el dorso de sus manos con uno de mis dedos mientras hablaba.

— Está bien, ya te lo había dicho. No me importa…

Podía contentarme con eso y vivir con ello el resto de mi vida. ¿Y qué si se aprovechó de mí? Yo nunca estuve en desacuerdo, solo que siempre guardaba la esperanza de que en algún punto pudiera desarrollar los mismos sentimientos que yo sentía por ella. Estaba acostumbrada a los juegos largos y estaba dispuesta a seguirlos si se trataba de ella.

Bese sus nudillos con adoración pero ella, una vez más, me rechazó.

— Pero no lo entiendes Berserk yo…— Podía oír con el super oído como su corazón comenzaba a agitarse una vez más. Ella no podía mirarme directamente a los ojos, teniendo la mirada perdida en la pared que se encontraba detrás mío. Se tardó unos buenos segundos en decir lo que quería y cuando lo hizo, dejó salir un sonoro suspiro de angustia antes. — Aún estoy enamorada de Brick…

Sentí como el corazón se me rompía en miles de pedazos confirmando lo que ya sospechaba. Por primera vez tener razón en algo era algo que no me produjo ninguna especie de satisfacción. Lo sabía.

Lo sabía. Lo sabía. Lo sabía. Lo sabía.

Trate de sostener el temblor de mi voz mientras unas miserables lágrimas se escapaban de mis ojos. Hacía bastante tiempo que las estaba conteniendo para salvaguardar mi propio orgullo. Pero la revelación por fin había logrado quebrarme.

— Entonces ¿Por qué…? ¿Por qué carajos dejaste que te hiciera el amor? — la indignación que sentía en el fondo, no era comparable con el dolor de mi alma resquebrajada.

Blossom había empezado a llorar también y no hice nada para consolarla, solo apreté los puños con fuerza aguantándome la rabia y el dolor que verdaderamente sentía.

— Yo solo… me deje llevar la primera vez… me sentía completamente sola y tú… llegaste en la oscuridad de la noche y yo… — se cubrió la boca con una mano mientras las lágrimas caían de sus ojos como riachuelos.

Sonreí, quizás por toda la ironía del asunto. Claro, debí sospecharlo desde un principio. Por eso no quería que llevara puesta la diadema en mi cabeza… por eso siempre quería hacer el amor en la oscuridad…

Mi cabello, mis perforaciones… incluso el brillo carmesí de mis ojos en la oscuridad. Todo este tiempo que entregaba su cuerpo voluntariamente a mí, no lo hacía realmente. Todo el puto tiempo que me hizo creer que le gustaba, me había estado viendo a mí como si se tratara de ÉL.

— Así que pensabas que yo me veía igual a él… — me mordí el labio mientras continuaba sonriendo. Las gruesas lágrimas que caían de mis ojos arruinaban el verdadero enojo que quería proyectar. — Y por eso estabas de acuerdo con que te cogiera…

Yo solo quería que deseara mi cuerpo de la misma forma en que yo la deseaba a ella… y quizás algún día, cuando se sintiera con la suficiente voluntad para aprender a amarme, formar algo con ella.

Pero ahora podía ver claramente como esto era completamente imposible, ya que no me veía como otra cosa que un espejismo de la otra persona a la que verdaderamente amaba. Solo un triste reemplazo para reconfortarse a sí misma, nunca completamente satisfecha conmigo.

Ni siquiera podía culparla a ella o a él en su totalidad, yo había accedido a que jugara conmigo para sanar la propia necesidad que sentía en mi corazón.

Me odiaba tanto a mí misma.

Ella se mantuvo en silencio mientras sollozaba contra sus manos y yo la contemplaba, de repente vacía de cualquier sentimiento que me atara a ella.

— Lo siento… Lo siento tanto Berserk... — gimoteó mientras se tomaba el rostro con las manos. Quería creer que tenía el corazón roto de la misma forma que yo lo tenía, pero realmente era la culpa lo que la estaba embargando. No me sentí reconfortada. — Nunca debí haber accedido a esto si sabía que te iba a hacer daño. Soy tan estúpida… ¡Lo siento!

Su llanto ahora no significaba nada para mí. Me fuí sin mirar atrás mientras la escuchaba llamarme a través del espejo. Lloré de rabia todo el camino hacia mi propia dimensión y cuando llegué a mi habitación ignoré completamente el desconcierto de mis hermanas al verme en el estado en el que estaba.

Agarré una chaqueta y salí por una de las ventanas, queriendo escapar del mundo que me rodeaba y la realidad que vivía.

Cuando terminé de llorar hasta que los ojos se me vieran como un par de pelotas rojas, tomé mi teléfono y revisé si es que había alguna señal de ella.

Ni un mensaje, una llamada o una grabación de su parte. Sonreí… satisfecha con el hecho de que por lo menos era lo suficientemente inteligente como para saber que no quería que volviera a buscarme ni una puta vez más.

La bloqueé de cada red social que se me ocurriera: Instagram, twitter, facebook, snapchat e incluso la borré los estúpidos juegos móviles donde nos juntábamos de vez en cuando. Quería olvidarla en su totalidad.

Recorrí mi galería fotográfica con los dedos, seleccionando cada foto que nos hubiésemos tomado juntas en el corto tiempo en el que salimos. Selfies y mierda sentimental que antes había visto con añoro ahora eran solo basura para mis ojos, y aún así mi mano se detuvo una vez llegó a la sección de fotos candentes que había aprovechado para tomarme cuando ella estaba dispuesta.

Selfies de mí misma besándola, jugando con sus pezones con mi lengua o incluso comiéndole el coño.

Una idea malévola se apoderó de mi mente. No era lo suficientemente desgraciada como para exponer las fotos de mi exnovia para todo el Internet, incluso yo sabía el límite de lo que significaría ser así de escoria.

En su lugar escribí el nombre de usuario que tenía grabado en mi cabeza, buscando a una persona en particular en toda la red de Instagram. Una vez comprobé que tenía permitido el recibir mensajes de desconocidos me dispuse a escribirle, sin ánimos de ocultar mi identidad de ninguna forma.

Adjunté todas las fotografías y nudes que tenía de ella y los junté todos en un solo mensaje que decía:

B3RS3RK: Hola imbécil

B3RS3RK: Ten para tu deleite

B3RS3RK: Salta de un puente.

Y una vez hubiese comprobado que lo hubiese visto no le dí tiempo, bloqueándolo antes de que pudiera responderme nada.

Por primera vez sonreí con verdadera satisfacción, le dejé saber que yo también había probado del panal que el mismo idiota se había negado a sí mismo. Por lo menos me quedaba el ligero placer de esta pequeña venganza. Y ¿quién sabe? Capaz le estaba haciendo un favor a la chica que amaba…

O quizás no le importaría una mierda y se mate a pajas con las fotos que le mande. A quien le importaba lo que ese idiota pensara de todas formas, ya había tenido suficiente con Townsville y sus habitantes pelirrojos.

Después de eso, borré también esas fotos de mi galería. Borrando así el último recuerdo que tenía de ella.

Levanté la vista hacia el cielo nocturno del bosque a los límites de Vilestown, mientras reflexionaba acerca de toda la mierda que acababa de pasar. Descansé la cabeza sobre mis brazos cruzados contemplando las estrellas nocturnas del firmamento mientras el viento soplaba y hacía mover los árboles a mi alrededor.

Cerré los ojos mientras me permitía recordar aunque sea un poquito el dulce aroma a cerezas que desprendía de su cabello.


Hola, debería estar actualizando el otro fanfic y en su lugar escribí un oneshot angsty de una pareja para nada popular en el fandom. Hahahahahaha. ¿Pueden creer que es el primer oneshot y primer smut que publicó?

A decir verdad escribir la última mitad del fic fue más doloroso de lo que esperaba y hubo momentos en los que tenía que detenerme porque podía sentir como el corazón me comenzaba a doler a mí también. Espero no herir la susceptibilidad de nadie y que mi retrato de una Berserk lesbiana sea lo suficientemente convincente. Sé que es un sadfic y la temática es un poco cliché pero es la primera vez que me arriesgo al escribir algo como este así que por favor no sean tan duros conmigo.

Entre las canciones que inspiraron este shortfic está principalmente: Hard to touch you — de Grlwood, canción cuya letra inspiró tanto el título como la trama. Demolition lovers de MCR; Love song, cover de The cure pero la versión de Jack Off Jill; y She likes a boy de Nxdia. Lo pongo por aquí por si alguien tiene curiosidad.

Blosserk debería ser el principal antagonista en los triángulos amorosos contra el Blossick. Solo es mi opinión. Un abrazo a todos y felices pascuas. Tengo otro proyecto alternativo además de este que acabo de publicar y Venus, pero no es de romance…principalmente es un crackfic para el dia de los inocentes. Solo espero poder terminarlo a tiempo por lo menos. ¡NOS LEEMOS!