Habían pasado varios meses desde que Kagami se fue a Estados Unidos para mejorar su nivel de basquetbol. Durante el torneo de la inter high se notó la ausencia del jugador, sin embargo, los juegos continuaban siendo intensos y bastante cardiacos. Al terminar, se coronó Rakuzan como el campeón de la competencia. Afortunadamente todos los equipos se llevaban bastante bien por lo cual festejaron la victoria de ellos en un restaurante.

Duró un rato más hasta que cayó la noche y se despidieron prometiendo volverse a encontrar en la cancha. Mientras todos se iban a sus casas, Kuroko suspiró pesadamente yendo directamente al hospital ya que había recibido un mensaje para ver los resultados de sus pruebas de casta.

Ingresó al hospital y preguntó a la recepcionista la cual brincó en su lugar ante la repentina aparición del chico quien preguntó dónde debía recoger sus resultados.

-Cla...claro, ve por este pasillo y luego das vuelta a la derecha

-Gracias-hizo una corta reverencia y caminó por el pasillo


Al llegar al lugar señalado, tocó la puerta y recibiendo un "pase" entró.

-Oh, Kuroko. Bienvenido-sonrió el doctor al chico-Aquí tienes los resultados de tu examen

El chico revisó los documentos los cuales señalaban que era un omega.

-Para activar tu casta, deberás de tomar esto cuando llegues a casa. No te asustes por los cambios, son normales-le entregó un medicamento especial el cual vio guardar al chico junto con supresores-estos son para cuando tengas tu primer celo. Recuerda siempre traerlos contigo

-Agradezco su atención doctor-sonríe levemente dando reverencia para luego retirarse

Salió del hospital y caminó de regreso a casa donde al llegar, se tomó la pastilla y fue a dormirse.


A la mañana siguiente despertó tranquilamente. Se estiró un poco y retiró las sábanas para levantarse. Entró al baño para hacer sus necesidades y observó con sorpresa su cuerpo.

Su piel era suave y delicada junto con sus facciones, sus caderas eran un poco más anchas y sus glúteos eran firmes y esponjosos lo cual le hizo sonrojarse. No era por presumir, pero se había puesto bastante bonito.

Sonrió ampliamente al notar que su olor era igual al de su bebida favorita: batido de vainilla.

Satisfecho con su apariencia, se metió a bañar para iniciar su día.

Estando limpio y seco, se cambió rápidamente para ir al último día de clases e iniciar las vacaciones.


Las clases pasaron con tranquilidad hasta llegar a la hora del entrenamiento, donde al llegar, saludó a todos.

Iba a cambiarse pero la entrenadora lo detuvo.

-A pesar de que ya te has cambiado frente a ellos muchas veces, recuerda que eres ahora un omega, por ende tendrás que entrar antes o después que ellos

-¿Fuiste de fisgona a preguntar sobre mi casta al hospital?-preguntó directamente de forma seca provocando que la castaña le viera con una gran vena en la cabeza

-Mi trabajo como entrenadora es saber sobre las condiciones de salud de cada integrante del equipo-se defendió mirándole con furia en los ojos

-Eso es ser fisgona

-¡Eres un...!-varios de los jugadores la detuvieron antes de que le moliera la cabeza a golpes

-Basta, luego matas a Kuroko. Necesitamos ver la nueva estrategia de juego para la Winter Cup-intercedió por él el padre de la entrenadora quien había llegado

-Bien, tiene razón-su actitud cambió radicalmente sacando un tablero-Espero presten atención


Al otro lado del mundo, Kagami observaba sus resultados de las pruebas de casta con detenimiento. Entró a la casa para terminar de ver que el veredicto era ser un alfa.

Tomó los medicamentos correspondientes, preparó su cena, se baño y fue a dormir dejando que las pastillas hicieran su efecto.

Un nuevo día apareció. Despertó estirando sus músculos y se metió a bañar no sin antes notar que su apariencia había cambiado en cuanto a mayor masa muscular, altura y fuerza. Su olor era bastante varonil e intenso a roble.

Terminó de bañarse y se cambió para ir directo a la escuela.


La práctica había sido demasiado agotadora por lo cual terminaron completamente exhaustos. Se cambiaron y se fueron directo a sus casas.

Kuroko estaba bastante emocionado ya que tendría una videollamada con Kagami para comunicarse. Afortunadamente el pelirrojo tenía día libre por lo cual podrían hablarse.

Entró a ducharse en pocos minutos y salió fresco usando un short bastante corto de color negro que apenas cubría sus nalgas junto con una playera de tirantes blanco.

Abrió su laptop y rápidamente le escribió a Kagami.

El mencionado contestó rápidamente y se conectaron viéndose con las cámaras.

-Kagami-kun, es un gusto saber de ti de nuevo luego de varios días sin vernos-comentó el peliazul con una sonrisa

-Lo mismo digo Kuroko- sonrió ampliamente-¿Qué tal te ha ido con la entrenadora y el equipo?

-Bastante caos y control total a la vez para alguien de su tamaño-ambos rieron por eso

-Entiendo. Oye, te noto diferente- lo analizó con los ojos entrecerrados

-Soy omega Kagami-kun-alejó un poco la computadora para que lo viera completamente-también te ves cambiado

-Soy alfa. Mira- se levantó para que lo viera también

-¿Kagami-kun?

-¿Qué pasa?

-¿Crees que pueda ir a visitarte?-preguntó mirando al mencionado por la pantalla

-Claro, no veo ningún problema- sonríe

-Te veré en unos días

-Muy bien, nos vemos

-Hasta pronto-terminaron la videollamada

Observó su teléfono pensando en si mandarle o no una foto de su cuerpo. Negó con la cabeza sacando esas ideas de su mente.


Despertó temprano y alistó sus cosas para ir a visitar a Kagami. Afortunadamente había encontrado un vuelo que salía directo hoy hacia Estados Unidos en algunas horas.

Teniendo todo listo, se despidió de sus padres y salió con rumbo al aeropuerto.

Llegó justo a tiempo para checar y subió sin problema al avión.

Revisó el número de su asiento y para su suerte no había nadie más en los demás por lo cual acomodó sus cosas sin problema y se sentó mientras miraba hacia la ventana.

-Pronto volveremos a vernos, Kagami-kun


Taiga bostezaba con cansancio luego de haber entrenado después de la escuela. Subió a su departamento y sacó las llaves para abrir la puerta.

-Es una falta de educación no saludar Kagami-kun-apareció de pronto el peliceleste provocando que tirara las llaves y respingara del susto

-¡Diablos Kuroko, ponte un cascabel!-dijo recuperándose de la impresión pero luego reaccionó-¿Cuánto tiempo tienes esperando?

-Llegué hace como 10 minutos, Alex-san se ofreció a traerme-comentó con su típica cara de poker

-Debo agradecerle entonces por traerte-abrió la puerta dejándolo pasar

-Tu departamento es muy espacioso-observó a su alrededor el hogar del pelirrojo

-Si, me gustan los espacios grandes-le ayudó a llevar su maleta al cuarto de huéspedes-Aquí estarás descansando

-Te agradezco por tu hospitalidad y asilo-el más alto le miró confundido-ah, no le dije a la entrenadora que venía. Un día antes le dije que era una perra mandona y renuncié al club de basquetbol

Vio al alfa suspirar pesadamente. Entendía su actitud ya que hace tiempo el omega y la beta tuvieron una discusión sobre él haciendo creer a Kuroko que no había hecho lo suficiente para hacerlo quedarse.

-Entiendo, lamento haberte hecho pasar estas cosas-rascó su nuca mirándole avergonzado

-No te preocupes, ya la odiaba desde que entré al club-dijo como si nada

-Bueno, te dejaré un momento para que te acomodes

-Gracias

Lo vio salir del cuarto y sonrió levemente. Le tenía una gran sorpresa al pelirrojo.