—¡HARRY POR FAVOR ESCÚCHAME! —gritó fuertemente el chico de cabellos castaños.

—¡CÁLLATE! —gritó Harry con más fuerza agitándose en el proceso y conteniendo las ganas de llorar.

—Yo te amo... Y a James con todo mi corazón... —Cedric comenzó a derramar lágrimas las cuales al punto de vista de Harry eran verdaderamente falsas.

—No te atrevas a mencionar a James, él es a partir de ahora ¡MI HIJO! —de nuevo elevó la voz sin poder evitar las ganas de llorar se sentía destrozado. Las lágrimas escurrían por su rostro como si de una cascada se tratase.

Harry no lo soportó más y salió de ahí con el alma rota. Por un momento creyó que sería buena idea ir en busca de su esposo y darle una sorpresa, Cedric era con quien llevaba tan solo seis meses de casado, su boda había sido un 14 de Enero de 1999, por lo que habían concebido a James cuando unieron sus vidas. Sobre todo pensó que su relación fuera de Hogwarts sería mejor y que todos aquellos rumores de que le engañaba en el colegio eran falsos, claro que él no lo creyó porque luego de llegar mal heridos y casi inconscientes en la última prueba del torneo de los tres magos después de haberse enfrentado a Voldemort y escapar en un momento de suerte gracias a sus padres, les iba a unir de la manera en la cual comenzaron su relación aceptado sus sentimientos y al cabo de la recuperación de ambos dónde no dejaron de estar pendiente uno del otro, formalizaron su noviazgo.

Y ahora todo era claro para él, los rumores en Hogwarts, la respuesta lógica del por qué llegaba tarde a casa y en ocasiones bebido.

Iba a ser muy difícil borrar esa imagen de su mente, él realmente creía las mentiras de Cedric sobre las reuniones al final de las jornadas para pasar tiempo con amigos. La verdad era que luego de cumplir con el horario laboral, Cedric pasaba las siguientes horas en un pub mágico bebiendo Whisky de fuego con Cho en sus piernas besándole y seguramente no era la única chica con la que estaba, tuvo la sorpresa de ser ella con quien él estaba esa noche, tal vez ella no era su única amante... ya no quería saber ni pensar en más detalles.
Haber sido testigo del suceso que le destrozó el alma y corazón con aquella inesperada visita ocurrida momentos antes en las oficinas de trabajo del castaño y un compañero del chico en cuestión le dijo a Harry cuando llegó en busca de Cedric en el dichoso lugar donde estaba reunido con "amigos" que era mejor no ir, que viera por otras cosas más importantes... No lo dijo abiertamente pero él sabía de todo y ahora lo entendía, seguramente sintió pena por Harry, verlo tan entusiasmado preguntando por él que no quiso decirle la verdad. El azabache sólo pidió saber dónde estaba su esposo para darle la sorpresa cuando él verdadero sorprendido fue él mismo luego de convencerle de darle su ubicación.

Ahora, ¿Qué iba hacer? ¿Cómo iba a criar sólo a un pequeño bebé? James Diggory Potter era un hermoso bebé de cuatro meses de edad. Había llegado al mundo un 19 de Marzo de 1999. Fue concebido un mes después de la guerra y cuando se habían casado Harry ya tenía siete meses de embarazo.

Hermione y Ron le habían apoyado mucho, inclusive fueron los padrinos de la boda, por otro lado Ginny había sido la madrina del pequeño James. Y hablando de ellos.. ¿Qué les iba a decir a sus amigos? Sería el Hazme reír de todo el mundo mágico y olvidarían que les salvo la vida de un demente, porque claro todo el pub fue testigo de aquella discusión así que no se sorprendería cuando la noticia salga de primera plana en el profeta.

Ahora lo importante era ir por James a la madriguera o dejarlo ahí toda la noche al fin y al cabo estaba a salvo con sus abuelos y su madrina Ginny. Por algo se los había encargado esa noche, ahora necesitaba estar sólo pero por otros motivos.

Caminó a saber cuánto tiempo por las calles frías de Londres, el suelo estaba mojado, señal de que había llovido hasta hacía muy poco. Las lágrimas no dejaban de salir y poco le importaba que le mirasen o cuchichearan a su paso, total no era la primera vez y estaba seguro tampoco sería la última.

En su mente repasaba todo lo vivido con Cedric y hasta ese momento se fue a dar cuenta que sólo le interesaba cuando se lo iba a llevar a la cama, por eso era tan cariñoso y el resto de los días no, que iluso fue.

Sentía la fría brisa sobre su piel, secando lentamente las lágrimas, sacó de su bolsillo un pañuelo que con un hechizo agrandó para poder limpiarse. Era seguro que no podía volver a casa pero también tenía miedo de que Cedric fuera en busca de James y se lo llevase para que de ese modo tuviera su atención y no se lo iba a permitir.

Así que tomando toda su valentía Gryffindor y cómo siempre antes de pesarlo, agarró la varita y se apareció afuera de la madriguera rogando que su hijo aún estuviese ahí, quizá se había tardado demasiado en llegar pero en ese momento no tenía cabeza para nada y ahora menos que nunca quería dar explicaciones.

Caminó a paso lento hacia el hogar tan bonito y cálido que era la madriguera, posó la mirada en la ventana de esta y para su alivio logró ver a Ginny con James en brazos paseando de un lado a otro, seguramente para que se durmiera. Ahora necesitaba entrar por su hijo mientras procedía a huir sin dar explicaciones. La parte dos sonaba difícil pero aun así lo intentaría.

Tocó la puerta y la pelirroja le abrió, siendo recibido con una sonrisa y un bebé muy feliz por ver a su padre.

—Hola mi amor —dijo Harry acercándose al pequeño depositando un beso en su mejilla rosada.

-Hola Harry, pensé que llegarías por la chimenea- Le abrió paso para que entrara.

—Hola Ginny —Le saludo de beso en la mejilla—. Venía de otro lado y me aparecí —dijo como explicación.

—Creí que vendrías con Cedric, mandó una lechuza hace un momento a mamá para decirle que vendrían juntos —explicó mientras avanzaban por la casa directo a la sala principal.

Harry intentó contener sus ganas de llorar fallando en el intento.

—Lo mío con él terminó –dijo ya sin poder evitar soltar lágrimas.

—¿Por qué? ¿Qué pasó?... Si apenas ayer estaban bien, los vi cuando vinieron por James- Se sentó junto al de gafas en uno de los sofás de la sala.

—Descubrí que me es infiel, seguramente todos lo sabían menos yo... ¡Fui el único estúpido que no sé daba cuenta...! —su voz al final se cortó y partió en llanto.

Ginny le miró sin saber cómo reaccionar y es que... ¿Cómo le iba a decir ahora que sí lo sabía? Qué la actitud de ese cretino era tan evidente que no sabían cómo Harry realmente no lo veía. Lo único que hizo fue dejarlo desahogarse mientras sobaba su espalda y tenía al bebé en uno de sus brazos recargado entre su hombro y su pecho.

—¡Harry! ¡Cariño! ¿Qué ocurre? —preguntó Molly qué recién había aparecido en el salón de la madriguera, se hinco frente a él mientras le hacía las preguntas.

—Mamá, no dejes entrar a Cedric Diggory por favor —dijo Ginny mientras se ponía de pie.

—Pero ya está aquí, venía a decirte que vino por James...

Harry levantó la vista tan rápido como pudo mirando a la pelirroja menor quien conocía más la situación, le miraba pidiéndole ayuda y ella asintió.

—Toma —Le pasó a su hijo quien ya estaba quedándose dormido—. Vete, nos encargaremos de él —ordenó Ginny.

—Pero hija, ¿Qué ocurre? —Molly aún les miraba confundida.

—Te explico luego mamá, es importante que se vayan antes de que lo encuentren- Rápidamente tomó la pañalera de James colocándosela a Harry quien se encaminó a la chimenea.

Justo en ese momento escucharon unos pasos yendo apresurados hacía ellos.

—¡VETE! —Ginny los metió rápido e hizo tomar polvos flú, para cuando aquella persona hizo acto de presencia Harry junto a James se habían ido.