TODOS LOS CRÉDITOS Y PERSONAJES DEL MUNDO DE CANDY CANDY LE PERTENECEN A SUS AUTORAS Y ESCRITORAS MISUKI E IGARASHI.

¿A QUIÉN AMAR?

Capítulo 2.

SEGURIDAD.

Se sentía bien estar en medio de la bruma en la que aun permanecía, no sentía dolor ni angustia, solo había una paz que la cubría a toda ella, constantemente sentía la calidez y el amor de sus padres, quienes reiteradamente le pedían que volviera, escuchaba la voz profunda de su padre leyéndole sus libros favoritos o simplemente platicando sobre ella y su hijo, así como de los planes futuros, ya había pasado un mes cuando Candy entró al hospital, y en todo ese tiempo no escuchó la voz que tanto había anhelado, deseaba escucharlo a él, aun en su inconciencia recordaba y añoraba al hombre que conquistó su corazón, al hombre que fue capaz de dejarla sin la menor intensión de conocer a otra persona que no fuera él.

Buenos días – saludó el Dr. Robson.

Buenos días – contestaron los Padres de Candy.

Trasladaremos a su hija a otra área de recuperación sin asistencia… ya es momento de sacarla de la inducción, hemos descartado cualquier infección respiratoria que pudiera perjudicar la cirugía que se le realizó… ya está lista para que su cuerpo deje de utilizar la ventilación mecánica y comience a respirar por si sola.

Gracias Dr… ¿Cuándo cree usted que puede abandonar el hospital? – preguntó George.

Bueno… supongo que lo más importante es que ella esté en excelentes condiciones de salud, dado al motivo al que fue ingresada supongo que eso lo tendrían que platicar con el Sr. Andley…

El Sr. Andley ya no tiene injerencia en lo que respecta a mi hija… lo perdió desde el momento que él decidió arrojarla por las escaleras.

Sr. Johnson… si ese es el caso le sugiero que traiga una orden firmada por un juez – George Johnson iba más que preparado, le extendió una orden de restricción en donde William Albert Andley no podría tener poder de decisión en la vida y en la recuperación de su hija Candice Johnson White.

Bien… en ese caso le voy a pedir que pase a servicio social y hagan el trámite correspondiente – una vez más George lo sorprendió entregándole lo que pedía, quedaba muy claro que los padres de Candy estarían más que dispuestos para que nadie la volviera a lastimar – será trasladada a un área privada, aun hay mucho que hacer por ella.

En ese caso, todos los gastos que generen la recuperación de nuestra hija lo absorberé yo…

¿seguro?

Por supuesto…

¿existen restricciones para los demás miembros de la familia Andley?

No… solo para él…

Muy bien… como mera información quiero que sepan que la recuperación de la Sra. Andley será progresiva, al inducirla al coma nuestro propósito fue protegerla de cualquier daño que se pudiera suceder ya sea por infección adquirida aquí mismo o por algún padecimiento que tuviera la paciente, descartado cualquiera de las dos, hemos decidido que se le trasladará al área de recuperación donde tendrá todo el apoyo de rehabilitación fisioterapeuta y psicológico que ella pudiera requerir… ¿alguna duda hasta aquí?

¿cree usted que hubiera algo que la llegue a perjudicar?

No tendría que decirle esto, pero puesto que es usted quien me está pidiendo opinión, debo decirle que lo más sensato es que la Sra. Candy sea quien tome las decisiones con respecto a su aún esposo, esto dependiendo por supuesto de como se encuentre ella después del golpe que sufrió en la cabeza… es solo una opinión Sr. Johnson puesto que ustedes tienen la ultima palabra…

Le agradezco Dr… sé que estoy siendo muy impertinente, incluso talvez muy sobreprotector…

Lo entiendo perfectamente… y siendo sinceros está muy lejos de serlo, está haciendo lo que haría cualquier padre cuando ve vulnerados a sus hijos, haremos las cosas primero a su manera, y conforme vaya la evolución de su hija tomaremos decisiones en conjunto.

Gracias Dr… – vió como se retiró el médico y ambos fueron una vez más a la pequeña sala que les habían asignado.

HACE UN MES DESPUÉS DE LA CAÍDA DE CANDY.

Pocas veces fueron las ocasiones en las que William pudo estar unos minutos a solas con Candy, y en esos escasos tres días después de estar apostado día y noche tomando su mano, William regresó a la residencia que compartía con ella y nada más entrar, la sensación de abandono le hizo participe una vez más del peor de sus errores, cruzó el área del recibidor y al subir las escaleras para dirigirse a la recámara, vió con pesar que aún estaba la marca de sangre reseca que Candy dejó sobre la alfombra, se hincó y en un silencioso sollozo descargó su dolor, había una caja salpicada de sangre, la tomó y al abrirla se encontró con un regalo dirigido a él… PARA Albert… la apretó en su mano arrojándola con fuerza a la pared, viendo como se hacía añicos, había una tarjeta que tomó y en silencio la leyó "mi amor… seremos padres de nuevo" una pequeña sonaja de plata sacó y la sostuvo entre sus manos, y su llanto se hizo más lastimero, lamentó con todo su corazón que ese día haya pasado, lloró lo que en toda una vida no había echo, por primera vez después de haberse casado con Candy pudo haber tenido algo que realmente le pertenecía y ahora… ahora sentía que se le filtraba como agua entre sus dedos, un tanto renuente de si mismo se levantó y subió para dirigirse al baño, se miró al espejo y un hombre totalmente diferente al que estaba acostumbrado a ver le devolvió la mirada.

¿Por qué? Perdóname Candy… – era la constante pregunta y lamento que se hacía una y otra vez… ahora los hubieras ya no eran parte de tratar de remediar algo… su temperamento le hizo perder lo único real y tangible que lo pudo haber cambiado todo, y una vez más su coraje, frustración y tristeza lo descargó con la luna del espejo, constantemente la veía con esa sonrisa llena de alegría, de amor y devoción a la vida, a su hijo… a él…sacudió su cabeza y con la mano ensangrentada se metió a la regadera para tratar de despejar un poco su mente…cuando terminó, se vendó la mano y aun con la toalla envuelta en su cintura se recostó en la cama, no supo cuantas horas durmió, pero lo que si supo es que ya era entrada la tarde cuando despertó, se arregló rápidamente y una vez más fue a personarse al único lugar que no hubiera querido estar, cuando llegó habían dos personas de seguridad apostadas a cada lado de la puerta de la habitación, cuando quiso entrar le prohibieron el acceso.

¿Qué diablos les pasa? ¡Mi esposa se encuentra ahí! – vió que su madre asomó la cabeza y salió tomándolo del brazo.

¿Qué te pasa William?

Eso es lo que quiero saber ¿Qué pasa?

No necesitas ser un genio para darte cuenta… los padres de Candy han hecho éstos cambios…

¡no tienen ningún derecho! – la tomó fuertemente del brazo.

¿y que derechos crees que tienes tú?... los perdiste desde el momento que la arrojaste por las escaleras…

¡no quería hacerlo! ¡fue un accidente!...

¿accidente? Éstos tres años han sido un infierno para Candy… no vengas a querer justificar tus comportamiento con estupideces…

¡quiero estar con mi esposa!

Lo siento William… los padres de Candy han pedido una orden de restricción en tu contra…

¿Cómo? ¿¡pero que se…?!

¿Qué se creen?... son sus padres, y tú padre y yo… estamos de acuerdo… a menos que quieras que se sepa todo ¿Cómo pretendes ganarte a Candy de nuevo con esa actitud? Te aseguro hijo… que después de esto considera a Candy perdida… busca apoyo o desaparece de una vez por todas… tu padre ha dispuesto que no haya acercamiento entre tú y Anthony… por obvias razones estoy segura que no te negarás…

Mamá… él es…

No merece tener un padre como tú… – la mirada de su madre le dijo todo… ya no era esa mirada que lo cobijaba de niño cuando hacía alguna travesura, lo dejó parado ahí afuera esperando tener cualquier otra información, pero nadie salió después de varias horas, eran sus padres.

Papá… mamá – un nuevo golpe se estampó en la mandíbula sumándole uno más de los que George le propinara hacía algunos días haciéndolo caer, William se levantó inmediatamente.

¡QUÉ!

Lárgate en éste preciso momento de éste lugar… no mereces estar a lado de ella… haré lo que sea necesario por que Candy ¡JAMÁS! Vuelva a tu lado… esto debí haberlo hecho hace tres años – al ver el rostro de su padre, William supo el alcance de sus trasgresiones, por primera vez hizo algo sensato en su vida… se fue… pero muy dentro de él se dijo que volvería y sería lo que Candy merece tener… un hombre que la ame y se dedique a ella en cuerpo y alma en toda la extensión de la palabra, un hombre diferente capaz de amar no con el corazón sino con toda el alma, sería todo lo que no fue en esos tres años de matrimonio, sería todo lo que nunca a podido ser… por ella… si lo haría.

HACE CUATRO AÑOS ATRÁS

Un nuevo ramo de rosas rojas la esperaba en su casillero, su corazón saltó de alegría al saber que era de parte de él, tomó el ramo y se fue al baño y ahí en privado leyó la tarjeta adjunta al obsequio "nunca termines de hechizarme" ella abrió la boca tratando de darle un significado a lo que estaba escrito – "¡¿me ha llamado bruja?!" ¡Valiente pretendiente!... pero ahorita mismo sabrá quien soy – salió como alma que lleva el diablo, fue a la biblioteca y no lo encontró, fue a la sala de estudiantes tampoco… fue a la cafetería y ahí estaba… su porte y todo él era inconfundible, desde donde estaba él la observaba se veía tan hermosa… tan bella que al verla dirigirse a él se sintió doblemente enamorado, cuando llegó a su mesa ella simplemente lo empezó a ramear con las rosas haciendo que los pétalos de éstas se desprendieran de su tallo, Terry su fiel amigo que estaba acompañándolo no dejaba de observarla de pies a cabeza y lo mejor era no meterse, trataba de contener una carcajada al ver a ese pequeño ángel azotando literalmente a otro ángel enamorado.

¡ay…auch! ¿podrías parar con eso? ¿te haz vuelto loca? – le dijo poniéndose de pie y sacudiéndose los pétalos la cabeza.

¡A la otra… ve y dile bruja a la más vieja de tu casa! – dándole una último azote con lo que quedaba del hermoso ramo – Albert trataba de contener el horrendo ataque del que estaba siendo objeto.

¡Dios! – trataba de cubrir su cabeza con los brazos – ¿quieres parar? – la tomó de las muñecas y al verla a los ojos y tenerla tan cerca como nunca, le entraron las inmensas ganas de besar esos hermosos labios color cereza… sus mejillas sonrosadas perladas de sudor se le antojaban divinas, su cascada dorada le daba un aire angelical, ella lo miraba con enojo, sus hermosos ojos verdes lo invitaban a adentrarse a ese frondoso bosque de primavera – eres lo más bello que he visto – su voz la acarició por un momento haciendo que ella dejara de luchar, aflojó sus manos para soltarla, Candy no sabía como reaccionar y en ese momento se dio cuenta de lo que había hecho.

Yo… ¡suéltame presumido! ¿crees que con un ramito de rosas vas a lograr que me ponga a tus pies como una idiota? – tenía que decir algo… pero no iba a demostrar que la había regado, él no dejaba de mirarla – ¿Qué me miras? – se dio la vuelta muy abochornada ante la mirada de todos los que estaban en la cafetería, él la vió alejarse con una sonrisa en sus labios.

Candy… Candy – la llamaron, ella se dio la vuelta al escuchar su nombre.

¡Eliza! ¡Dios mío! ¡acompáñame! – la tomó de la mano, y mientras la jalaba unas lágrimas se asomaban por sus ojos.

Candy… para ¿Qué te pasa? – jalándole el brazo haciendo que Candy se detuviera.

Pasa… pasa que acabo de echar a perder lo que pudo haber sido un encuentro con el amor de mi vida – Eliza la miró sorprendida.

¿Candy? me estás diciendo que estas enamorada ¡y no me contaste nada? Eso es IM-PER-DO-NA-BLE… cuenta… cuenta ¿Quién es? – Candy se rascó la cabeza con ambas manos haciendo que sus rizos se alborotaran más.

Acompáñame a casa… no pienso pasar dos semana improductivas en los dormitorios…

¿no piensas ir a las fiestas?

La verdad en estos momentos no quiero nada…

Bien… iremos a tu grandiosa casa… ¿puedo quedarme tod ese tiempo contigo?

¿Por qué crees que te lo estoy pidiendo? – Eliza la abrazó.

Bien… pero antes vayamos con el decano para informarle que no estaremos en la universidad – Candy la miró con fastidio – Candy mi vida pende gracias una beca ¿lo olvidaste?

Está bien… vayamos… mientras llamaré a papá para que envíe a alguien que pase a traernos… gracias – la tomó de las manos – no sé que haría sin ti…

Lo más seguro es que harías otro montón de tonterías… vamos… entre más rápido salgamos mejor.

Dos horas después ambas jovencitas estaban a bordo del avión particular de los Johnson, para Candy era algo tan normal tener ese estilo de vida, pero tener a sus padres ensombrecía toda la riqueza que pudieran tener, el amor de ellos le ha permitido ir por la vida con humildad, ser consiente que su posición social y que podría utilizarse para ayudar a otros, no fue mucho el tiempo que se llevaron para llegar a chicago, y nada más bajar las escalinatas George recibió a ese par de jovencitas con regalos.

¡papi! – lo abrazó y besó sus mejillas como si no se hubieran visto en tanto tiempo.

Hola mi ángel – correspondió al abrazo de su hija – Eliza… me da gusto verte… me tomé la molestia de avisarle a tu madre de que pasarás dos semanas con nosotros…

Gracias Sr. Johnson – le dijo un tanto apenada.

Anda… no pongas esa carita, queremos que te sientas como en casa – acariciando su mejilla – Eliza se sintió un tanto conmovida, después de la muerte de su padre a pocas personas ha permitido ella que le den muestras de afecto – Tenemos tiempo para llegar, tu madre nos espera para comer – George se adelantó un poco mientras Eliza y Candy lo seguían. Cuando llegaron al restaurante favorito de Candy su madre ya esperaba por ellos, María nada más ver a su niña se levantó y fue a encontrarla.

Mi precioso ángel… ¿Cómo les fue en el viaje? – ambas mujeres se abrazaron con inmensa ternura y después abrazó a Eliza – me da gusto que hayas decidido venir…

Eeeh si… yo me auto invité.

No importa… ojalá fuera más tiempo el que yo pudiera tenerlas más en casa ¿Cómo haz estado? – le preguntó a Eliza.

Bien… todo ha ido bien, quería aprovechar para agradecerles a ambos por el apoyo que me están dando con la beca…

Tu padre hubiera hecho lo mismo por nuestros hijos… y estoy segura que sabrás aprovecharla… y más que compromiso es un placer para nosotros poder apoyarte en lo que más deseas.

Gracias…

Para cuando llegaron a casa ambas jóvenes se fueron a la recámara de Candy.

¡por Dios! Siempre me ha encantado tu casa… hay tanta tranquilidad… tanta paz… tus padres siguen siendo muy cariñosos conmigo.

Es porque te estiman… por cierto he invitado a Annie para que pase estos días con nosotras…

¿de verdad? ¿Por qué no se me ocurrió antes? Tiene bastante tiempo que no la veo… ¿recuerdas cuando íbamos en el kínder? – le preguntó con añoranza.

¡como olvidarlo!

Pero antes de que ella venga… dame la primicia de tu enamorado.

Uuugh… fui terrible… pero comenzaré por el principio… lo conocí el día en que me aceptaron en la universidad – y le contó todo lo que había pasado ese día – Albert me dejó un ramo de rosas en el casillero con ésta nota… – mientras buscaba en su pequeña bandolera para entregársela a Eliza que lo leía con una sonrisa en los labios.

Aaaawn ¡que romántico! – dando un suspiro, pero cuando vió a Candy la miró con asombro – ¿Qué hiciste Candy?

No interpreté bien el mensaje de la tarjeta… fui a buscarlo y le deshice el ramo de flores en la cabeza – le dijo un tanto avergonzada.

¿¡QUÉ!? Dios Candy – comenzó a carcajearse como una hiena – el hombre se ve que se derrite por ti… ¿y tu le haces eso?... Candy… Candy – moviendo la cabeza.

¡Eliza!… ya deja de reírte que no es gracioso – aventándole un peluche en la cara.

Discúlpame… es que – y volvía a reírse viendo como Candy se ponía seria – no te engoriles… estoy segura que ese angelote no se va a quedar con los brazos cruzados… date cuenta, en un mes que haz conocido ese hombre, te ha dejado más detalles de los que yo desearía recibir en mi vida.

Eliza… estoy segura que un día de éstos alguien hará que tus días se iluminen como un sol – se quedó un poco pensativa – ¿tú crees que vuelva a buscarme?

¿y porque no? ¡mírate! Eres bella… rica y una excelente amiga – Candy le dio un manotazo al aire que al final terminó en un abrazo – Por supuesto… ese hombre está irremediablemente enamorado de ti ¿sabes si tiene hermanos? – Candy negó con la cabeza

No he platicado con él… me muero de la pena… no sé como actuar, me pongo nerviosa…

Candy… Candy… lo único que haz logrado es que ese hombre piense más en ti…

¿y como estás tan segura?

Una vez platiqué con mi abuela y me contó como se enamoró de mi abuelo… pasó algo más o menos como lo tuyo… Por cierto… tú y ese tal Albert terminarán juntos… anota la fecha mi querida amiga… porque yo seré quién te entregue a él – ambas rieron por las cosas que decían.

¿Qué no es mi padre quien tiene que entregarme?

El orden de las cosas no afecta el producto ¿o como era? Oye… ¿tendrá cuenta de face?

Algo así… No lo había pensado… chequemos – ambas tomaron sus celulares e hicieron que sus dedos volaran buscando el perfil de Albert Andley.

¡aquí está! Dios mío Candy… éste hombre no solo es bello… ¡mira! – comenzaron a hurgar en todas sus publicaciones… ¿está en el equipo de natación? ¡mira que cuerpo! Definitivamente ese hombre debe ser tuyo Candy… – momentos después unos golpes en la puerta hizo que Eliza fuera a abrir.

¡Annie! – la abrazó con fuerzas.

¡Eliza! Wuuauu – Candy se levantó de la cama y las tres jovencitas se unieron en un abrazo.

Hola chicas… una vez más GRACIAS por el apoyo y sus mensajes, los leo y espero con ansias ¿Qué les pareció el capítulo? Espero que sea del agrado de ustedes y si no háganmelo saber.

MaríaGpe22.

Carol Aragón.

Guets1.

Lili.

Reeka21.

Sincity12345.

Guets2.

ISABEL.

Saryfan.

MIL GRACIAS.

Si Dios lo permite nos leemos hasta la próxima.

Enhorabuena y bendiciones.