Prólogo: La raíz de todo

División, ambición, discriminación, desconfianza, un monarca absoluto abandonando a su pueblo a su suerte. Son ideas que parecían ser bastante recientes, pero como todo mal solo se ve la superficie sin oportunidad de contemplar la raíz de todo.

Muchos conocen esta historia por lo inestable del poder que siempre a estado sobre los menos indicados, los fundadores no fueron los primeros en poner sus pies en la tierra, pero eso es por que mientras más avanzó la civilización, la historia también se fue moldeando.

Después de todo los ganadores siempre son los que cuentan la historia. Y como era de esperarse los antagonistas siempre fueron otros.

Invasores que nunca fueron consientes de su propia oscuridad y en consecuencia su capacidad para combatir las tinieblas de los primeros fue nula.

Los invasores al vivir siempre separados no conocían otra cosa más allá de su realidad y sus allegados les veían como figuras de divinidad únicas en su perfección, cuyo único error era querer expandir y compartir su perfección. Sin darse cuenta que su nueva tierra ya estaba ocupada y los invasores eran los únicos indispuestos a compartirla.

El único error de sus nativos fue confiar en los invasores, sin posiciones, sin moneda y sin dinero, nadie puede profetizar a un nuevo mesías.

Sin embargo había un problema, los recolectores.

Ellos traían lo indispensable a su pequeña civilización y al ser los que salían eran quienes más sabía, por lo tanto al ver a nuevos habitantes en sus tierras, los veían como lo que eran, viles intrusos. Aun que no pudieran convencer a los demás de su palabra, se tenían a ellos para saber que los invasores no eran dioses. Y esa era su mayor ventaja contra seres de una civilización que era más desarrollada pero tan errada.

De cualquier forma en la primera era.. la era antes de todo.. la era 0, las tierras pese a tener un lado próspero también eran tan caóticos. Sus volcanes activos, los terremotos que les acompañaban, las fuertes lluvias, el clima impredecible y así como bastó con la unión de tres lideres para abandonar sus primeras tierras, era necesario uno más para unificar a ambos lados.

Los primeros en sus templos veneraban a las entidades, entidades que en sus palabras les ofrecían un bajo control de los 4 elementos primarios.

-Tierra

-fuego

-agua

-aire

Y los invasores sabían dominar la magia de luz a un bajo nivel.

En vista de la necesidad invasores y primeros aceptaron la presencia del otro en la misma tierra. Los 4 líderes transformaron las tierras nómadas en tierras unificadas, donde sus 4 especies podían convivir entre ellos, cambiando, trabajando su tierra juntos en paz y armonía.

Esa prosperidad no era más que un engaño ante la evidente muerte de sus líderes, y así como el ciclo de las estaciones continuaba.. el ciclo de disputas silenciosas por el poder solo acababa de comenzar.

Aun si ocurría desde dentro, estás nunca llegaron a voces del pueblo, no hasta miles de siglos después donde como era la tradición, se debía decidir quién sería el siguiente en tomar el control una decisión que dividiría al pueblo ahora y siempre..