Casi todos los personajes son obra de Kishimoto.
Quien tenia una gran obra, con grandes personajes, pero los dejo de lado.
Especial de San Valentin.
Un rostro en las flores.
.
.
.
.
.
—¡Madara!
Una tranquila y melodiosa voz llego a sus oídos, causando una imperceptible sonrisa en su rostro, cuando Madara volteo en dirección a la voz se encontró con una bella jovencita de ojos blancos.
Vestía su ropa ninja, un pantalón entallado negro completo, y su vestido blanco de cuello tortuga, de ambos lados rotos hata llegar a su su cintura dando mas énfasis en su figura acompañada de un lindo Obi de color lila, sus mangas tipo campana largas que hacían un efecto más delicado como el agua cuando atacaba con sus manos, pero mostrando sus hombros con un corte redondo alrededor de ellos. Era una belleza elegante.
Y lo que la hizo resaltar más, es que entre sus manos tuviera tres flores de un color penetrante, al chico que la observaba con tanta intensidad quedo encantado por un segundo en cómo el color rojo de las flores quedaba tan bien en ella.
—¿oh, y Hashirama?
Los ojos de la femenina buscaron a su alrededor, sin éxito alguno.
—Fue al inicio de la cascada, dijo que trataría bajar de ella como lo haces tú.
—Podría haber esperado y les enseño cómo.
Si bien los ojos de Hatsumi estaban puestos al inicio de la cascada, los ojos de Madara no pudieron dejar de mirarla ni un segundo. Sentía que parpadear lo alejaría de ese momento.
—Es un mono sin modales, dijo que quería sorprenderte.
—¡Madara! No digas eso, agradezco que quiera sorprenderme.
Madara pudo voltear su vista con eso, realmente no era de sus cosas favoritas que Hatsumi mostrara favoritismo por alguna acción…pero no podía evitar quedar encantado con cada acción de ella.
—¿Si te sorprende, le regalaras esas flores?
Sus ojos se buscaron automáticamente. Hatsumi subió las flores a la altura de su nariz, dio un largo respiro a los hermoso olores de las flores en primavera.
—No, son mias
Se le formo una linda sonrisa mientras estiraba las flores afrente
—¿No son bonitas?
—No
Como podía siquiera pensar que eran bonitas cuando ella estaba atrás de ellas.
Hatsumi bajo su vista para ver las flores que segundos antes le tendía.
—Yo creo que son bonitas.
Ojos desanimados,
Cuando Madara estaba a punto de decir algo, cuando abrió sus ojos por el reflejo del sol en su rostro.
Había sido un sueño.
Se paso su mano por todo su rostro tratando de despertar por completo. Tenia cerca de tres meses que había podido dormir mejor que otras noches.
Tres meses…
Habían pasado seis meses desde que estaban llevando a acabo las construcciones en la aldea, y tres desde que Hatsumi y su clan habían llegado.
Los ahora Hyūga ayudaban más que nadie a las construcciones, sus conocimientos en la arquitectura, la naturaleza y de los clanes con los cuales habían convivido les ayudo a establecer cada edifico y cada clan de la forma más conveniente para todos en la ahora aldea.
Saber que sus clanes eran vecinos, le generaba cierta satisfacción. No era perfecto, pues ambos tenían sus mañanas ocupadas, pero en las tardes se veían con Hashirama para discutir cosas más políticas, claro también para acompañarse, y en las noches él la acompañaba, nunca entro en su territorio, pero cuando llegaba a su casa Hatsumi dejaba que su chakra fuera perceptible, y Madara con ese simple acto podía descansar.
Ciertamente tres meses de sueños sin pesadillas eran gratificantes.
Su día acababa de empezar y ya había pensado en ella y en lo mucho que le ayudaba su presencia.
.
.
.
.
.
El día con los de su clan había sido relativamente tranquilo, entre nuevas casas por construir, necesidades que cubrir, y dudas por resolver; fue un día tranquilo.
Encontrar a Hashirama nunca fue difícil, siempre tan gozoso de todo a su alrededor. Curioso como siempre, llamaba la atención, con é había una joven de la floreria que gustosa por su presencia le dio una flor blanca de regalo, Hashirama le acaricio la cabeza en símbolo de gratitud, podría dejarlo ahí pero si ya lo había encontrado era una perdida ir por separado al risco.
Madara paso a caminar a su lado, y Hashirama sin mucho rodeo empezó a caminar con el. Eran dos amigos lo suficientemente cercanos para empezar a caminar a dar sus vueltas y lo bastante perezosos como para dar saludos formales entre ellos.
Aunque Hatsumi decía que eso era más un acto que les deba vergüenza que otra cosa.
No habían avanzado mucho cuando en la entrada de la nueva academia ninja que se construyo, una niña callo de cara completita al suelo. Madara fue el primero en reaccionar corriendo rápidamente a ayudarla a levantarse.
Pero el rostro de Madara siempre fue serio, el lo sabia, ver a la niña asustarse de su rostro no lo hizo sentir bien, había escuchado de varias Uchihas que su cara era bastante agradable, pero los niños al parecer pensaban diferente.
De reojo pudo ver cómo se iba acercando una flor blanca para la niña, Hashirama estaba aligerando su miedo, y la pequeña segada por su brillo la acepto y se supo en tranquilidad para sonreír y dar las gracias a ambos hombres para salir corriendo después.
Los hombres solo voltearon a verse entre ellos para subir sus hombros sin darle importancia.
Todo esto fue visto por la niña del puesto de flores, ella entendía a la perfección el miedo que causaba el rostro serio del líder del clan Uchiha. No podía sentirse mal por el hombre cuando le causaba tanto miedo, ¿Alguna vez dejaría de tener ese rostro tan estoico?
Cuando estaba por dar un suspiro vio la respuesta a su pregunta.
Los hombres voltearon su vista en una dirección contraria a donde se dirigían, a la distancia se acercaba con un paso bello, elegante y tranquilo la líder del clan Hyūga; era hermosa, cada paso que daba en su lindo kimono gritaba que era una princesa. Para ella que no estaba acostumbrada a bellezas así era difícil no quedar absorta en su caminar.
Seguro para los dos grandes ninjas que estaban esperando por ella era una imagen común, ellos tan acostumbrados a las ninjas bellas no se quedarían embobados por ella tan fácilmente… o eso imaginaba.
Pero cuando la jovencita volteo a verlos, no pudo evitar abrir sus ojos ante la sorpresa. El ninja que siempre portaba un rostro estoico le sonreía con los ojos a la joven, y no solo eso, todo su entorno y aura había cambiado en tan solo segundos, ya no se sentía pesado ni tenebroso el aire que lo rodeaba, ya no era un ser que diera miedo, es más parecía alguien accesible, alguien que disfrutara la compañía que lo rodeaba.
Incluso la mitad de su rostro que acostumbraba a ocultar estaba totalmente visible, ambos ojos mirando encantado cada paso que daba. Ese hombre era diferente al que segundos antes había pasado por su tienda.
No había tenido novio, pero era un adicta a los cuentos que su madre le contaba, si se imaginaba a un príncipe mirando a su princesa, era la mima mirada que el líder del clan Uchiha la dirigía a la líder del clan Hyūga.
Encantada con su descubrimiento se armo de todo el valor en su cuerpo, agarro una flor, no pensó mucho pero supo que debía tener un bonito significado y un color vistoso, se acerco rápidamente a donde los dos hombres estaban.
—¡Disculpe!
Solo volteo Hashirama, Madara estaba acostumbrado que las voces juveniles y menores siempre le hablaran a su amigo, eso, y que no quería dejar de ver a Hatsumi mientras más cerca estaba.
—¿Qué pasa? -La sonrisa radiante del hombre moreno casi - casi le hizo olvidar su auto-misión.
—Disculpe Uchiha-sama.
Madara al escuchar que lo llamaba a él no pudo evitar poner ojos de duda e incredulidad, subió una ceja mientras la miraba y le indicaba que tenia su atención.
—Pu-pu -Trago fuerte, mientras le extendía la misma flor que había visto en sus sueños— Puede tener esta flor, o pu-puede regalarla a quien desee.
Madara se quedo un segundo pensado en lo que la pequeña le estaba diciendo, y en lo que sus manos le daban… esa flor, la vio en su sueño de esa mañana, sorprendido pero agredido del primer regalo que recibió de alguien fuera de su clan acepto la flor.
La joven después de darle la flor regreso corriendo a su puesto, esperaba de corazón que aunque una flor no iniciara una confesión, al menos podría empezar a trazar los pasaos de una historia de amor.
.
.
.
.
.
Por su parte los dos hombre miraban atentos la flor en las manos de Madara, estaban tan desconcertados, hasta que la voz de Hatsumi los trajo de regreso.
—Oh, ¿Qué pasó?
Para Hatsumi era una vista bastante nueva, no recordaba a Madara tener entre sus manos algo que no fuera úsable como un arma, papeles políticos, o alimentos.
—Madara recibió un regalo.
—Vi que le regalaron la flor, ¿Me perdí de algo?
Madara veía entre la flor y Hatsumi, había soñado con ambas, y ahora estaban ahí, tan reales, ya no era un sueño, y la voz de Hashirama sé lo hacia saber.
—¿Será que todos se empiezan a dar cuenta de lo amable que es Madara? JAJAJA, era momento que notaran esto!
—Eso es genial!?, -Una sonrisa de oreja a oreja se vislumbro en el rostro de Hatsumi — Madara, esto es increíble, aunque siempre debieron de saberlo
—Es porque siempre oculta la mitad de su rostro
—Tienes razón, en mi clan he escuchado como dicen de Madara es guapo.
—Que sea guapo no significa que sea amable.
—No, pero que sea guapo le da oportunidad de que no se asusten de verlo -Madara volteo a verla, ella ponía su dedo sobre sus labios, como si preguntara al aire —Así no salen corriendo sin darle tiempo de hablar.
—Curiosidad para que lo conozcan -Hashirama copio la acción de Hatsumi y puso su propio dedo sobre sus labios mirando al cielo —Deberíamos cortar su cabello.
—Con que tenga su rostro sin ocultar es de ayuda.
—No, un corte completo evitara que lo oculte inconscientemente.
—Tienes razón, ¿Qué tipo de corte?
Esos dos se estaban enfrascando en una platica sin sentido, no quería parecer amable.
—Vámonos -Empezó a caminar al gran risco. —No cortare mi cabello
—Bueno … así esta bien, me gusta el largo que tienes. -Hatsumi empezó a seguir su caminar, tal como lo hizo Hashirama.
—Oh, desde que nos conocemos has dicho eso.
—Me gusta el cabello largo
Madara empezó a sentir calor en su rostro. Y como buen Uchiha, prefiero cambiar el tema.
—Dejemos de hablar de eso, hay cosas mas importantes.
—Mientras hablemos tendrás la flor cargando?
—Llegando al risco la dejare por ahí.
—Mmmm
Esas eran sus tardes, hablar con Hashirama y Hatsumi de los avances de la aldea y de sus clanes, cómo se sentían con esta integración y que otras cosas podían hacer, bromear con ambos, comer entre anécdota, en confianza. Eran días preciosos, días que atesoraba, días en los que extrañaba a su hermano.
—El atardecer desde esta altura se aprecia tanto
—Nunca te cansas de la vista
—Atardecer… atardecer -Hashirama movía su cabeza constantemente tratando de recordar algo, ambos amigos estaba seguros que Hashirama saldría corriendo si llegaba recordarlo, solo si llegaba —OOOh! Tengo entrenamiento con los chicos de mi clan! Me voy, si llego mucho después que Tobirama se enojara muchísimo, los veo luego
Y así como lo dijo se fue, de él no quedo más que el polvo.
Madara se seguía preguntando cómo es que Hashirama podría cambiar entre el ninja más completo que había conocido, a el ninja más despistado en tan solo un segundo.
La suave risa de Hatsumi lo hizo voltear a verla.
—Hashirama siempre nos saca una sonrisa.
—Es un idio- sabía que a Hatsumi no le gustaba que lo llamara así —es despistado.
—Es Hashirama
Ambos se miraron, blanco y negro, Madara sabia que era momento que ambos regresaran a su clan, el camino de ambos era casi el mismo, ambos empezaron a caminar, pero la vista del masculino volvió a ver la flor, prefirió agarrarla, se sentía con ánimos, y era le primer regalo que recibía de alguien desconocido.
Los ojos de Hatsumi siguieron la acción, curiosa por ella volvió a preguntar.
—¿Sabes qué significa?
—¿Todas las flores tienen significados?
—Por supuesto, y puede cambiar su significado según el color.
—mmm
—Es una Camelia roja, simboliza la esperanza y el amor. Es bonita, ¿Verdad?
Madara miro la pequeña flor en su mano para después volver a ver a Hatsumi. La pequeña de la florería había visto como miraba a Hatsumi, como el mismo se sentía mas vulnerable cuando ella estaba cerca, esa pequeña se acerco a él y le dijo que podía regalar la flor porque se había dado cuenta, no podía seguir ocultándolo, no, no era eso, claro que podía…pero no quería, ya estaban en edad de pensar en un futuro, y él desde que la vio de niños quería verse en ese futuro.
—No, es fea.
Antes de que Hatsumi pudiera contradecirlo vio una sonrisa ¿coqueta? en el rostro de Madara, vio como acercaba su mano con la flor al rostro de ella, su cuerpo se quedo quieto, lo suficiente para permitir que Madara colocara la flor arriba de su oreja.
A Madara le gusto su reacción, estaba absorta en sus movimientos, se sentía complacido con su reacción, ella lo miraba, lo miraba solo a él.
—Siempre me parecieron feas, no hay flor que sea comparada con tu belleza.
Dio un paso, causado un respingo en el cuerpo y un bello enrojecimiento en Hatsumi, pero paso a su lado mientras soltaba los cabellos que habían quedado en sus dedos cuando puso la flor.
—Y para Madara Uchiha lo único que ha encontrado bello en su vida eres tu Hatsumi.
Madara paso a irse, de reojo vio como Hatsumi se queda parada mirando a donde segundo antes estaba su rostro, pero decir que él no estaba avergonzado sería una vil mentira, con paso veloz se dirigió a su clan, esperando que esa noche pudiera sonreír con ese pequeño sonrojo que vio.
Y muy a su pesar no se le cumplió, en lugar de eso solo en como lo evitaría a partir de ahora, en cómo lo rechazaría cortésmente, y en muchos casos así. Un momento de valor, eso había sido ayer, pero ahora que lo penseba detenidamente si no había dado un paso con ella era porque ambos eran lideres del clan, por su amistad que no quería perder, y porque se conocía lo suficiente para saber que una vez le confesara lo que sentía por ella no habría fuerza humana que evitara que la cortejara.
Tenía que verla, mejor verla a solas que con el molesto de Hashirama. Estaba saliendo de su casa cuando noto en el piso enfrente de su puerta un jarro con el mismo tipo flor de la tarde pasada, en ella había una nota con una letra bastante conocida, con naturalidad tomo el jarro con una mano mientras con la otra agarraba la nota.
"De todas las flores que he visto, mis ojos siempre terminan admirando las flores rojas, más que por su forma, su tamaño o su significado, es el color el que llama mi atención, es su bello color el que me hace voltear a verlas.
¿Sabes que el rojo es el color que más te favorece?, ¿Sabes lo hermoso que son tus ojos al pelear?… Ahora sabes, el porque el rojo se convirtió en mi color favorito. "
Madara metio el jarro con la flor a su casa, mientas la nota la dejaba en su habitación….
Esperanza y amor, eso significaba la flor, y Hatsumi se la había regalado, ahora lo sabia, nunca le había sido indiferente.
Sonriendo, esta vez salió completamente de su casa con paso seguro.
Quería verla, quería ver sus lindos ojos avergonzados.
Ya no negaría, ni ocultaría lo que sentía por ella.
—…—…—…
…—…
…—…
Itachi iba de regreso de una misión a la guarida de Akatsuki, estaba hastiado de su alrededor.
Mientras iba caminando noto el olor a lavandas, palpo el pequeño frasco que siempre llevaba con él, pero estaba bien, no se había abierto por accidente, así que busco con sus ojos el origen del aroma, no lo encontró hasta que se adentro en los grandes arboles que tapaban un extenso cultivo cultivo de lavandas.
No había nadie alrededor, y en la guarida no estaba nadie. Sin mas tomo 6 ramas en su mano y las oculto entre su capa para seguir su camino a Akatsuki.
Una vez adentro de su habitación, dejo las flores en su escritorio, no podía darles una gran vida, pero si las secaba mantendría su olor gran tiempo. Con tranquilidad agarro una entre sus dedos y paso a acostarse.
Giraba entre sus dedos, lila, era un color tranquilo, era un color que le recordaba a cierta niña de ojos lilas.
.
.
.
.
.
Hinata ese día había regresado de misión, era un día especial en la aldea, se celebraba el día del amor y la amistad, así que aprovecho para comprar un ramo de flores rojas, y con ellas se dirigió a su habitación.
Paso a dejarlas en un florero, en el muro a lado de se cama, al momento de acostarse las observo con añoranza, con melancolía, con amor. Su mirada nunca dejo las flores que cuando cayo un pétalo lo agarro entre sus finos dedos, recordando a cierto joven de su niñez, solo así con ese pétalo entre sus dedos paso a dormir.
.
.
.
.
Sin saberlo, ni siquiera desearlo, cada uno tocaba entre sus dedos un pétalo que les recordaba al otro, añorando los buenos recuerdos, estaban tan lejos pero su presencia se sentía tan cerca, tan cerca como si al voltear pudieran encontrarse y agarrar su mano en lugar de los pétalos.
.
.
.
.
.
.
.
Yei!
Al fin un espcial de esta historia, en relaidad queria hacer un espeical por cumplir el año… jaja pero bueno.
Tengan un bonito día de no san valentin porque lo publique antes :D
Por cierto, sipueden lean la historia del susano y de la camelia.
Agradecimeintos a
Guest: no es un capitulo como tal, pero si una actualización, espero te guste.
0White-Rose0: Romance lo veo dificil en los proximos capitulos, la verdad. Estan en guerra así que eso no pasa por su cabeza en estos momentos.
Pero aquí traje romance de Madara!
Sara: THANKS, enjoy the chapter!
TenshiMarie-chan: mmm esto cuenta como isnpiración para la historia principal?
Jeje en fin, esperen se distraigan leyendolo un rato.
Los leo!
11-febrero-2023 por Eirisviel.
