Hetalia: Axis Powers (y sus derivados) son propiedad intelectual de Hidekaz Himaruya. Yo no tengo propiedad de los personajes y el propósito de este fanfiction es solo de entretenimiento. No está permitida su comercialización.
Capítulo 11
Cross versión
El monumento a los conquistadores del espacio
Cede del programa espacial soviético, Moscú
Era el año 1957, mientras el mundo se recupera de una segunda y terrible guerra mundial, padecía por la angustiosa guerra fría entre la unión soviética y los Estados Unidos de América.* Por lo que los seres humanos vivían bajo la amenaza constante de un ataque nuclear inminente, en lo que los lideres de ambas naciones solo buscaban la manera de superarse los unos a los otros.
Pero también fue un año único para el señor Rusia.
–El próximo 7 de noviembre es la fecha perfecta –afirmó Nikita Jrushchov* firmemente en aquella sala de juntas.
–Solo son par de meses para prepararlo –se quejó Oleg Gazenko* ante la terrible realidad de lo que le solicitaban.
Hacía poco, el satélite Sputnik* se había convertido en un éxito para el gobierno soviético en contra de los americanos en su carrera espacial y se volvió un estandarte de la superioridad comunista. Por lo que pronto se planificaron otros dos viejes en el futuro.
Pero esos planes cambiaron drásticamente.
–Camarada –lo llamó el hombre con tono condescendiente, pero con una mirada fuerte y domínate. Jrushchov era el tipo de general con un alto rango en el gobierno al cual no se le podía decir fácilmente "no" –, el cuadragésimo aniversario de la revolución bolchevique es en el horizonte, y el pueblo quiere… ¡No! REQUIERE que se le demuestre que estamos por encima de los americanos.
–Yo no sabía eso –comentó sutilmente Rusia cortando la tensión en la habitación. Las miradas cayeron sobre él en lo que una suave sonrisa se marcaba en sus labios.
Jrushchov, como hombre de poca paciencia, ignoró el comentario como si no hubiera habido interrupción alguna y solo le dirigió una mirada desaprobatoria a la nación, antes de agregar:
–Son órdenes directas de arriba –podía ser verdad o podía ser mentira –. Pero no es algo que usted tenga decisión, camarada –dijo tajantemente a Gazenko.
El científico y biólogo frunció la seño en lo que sin duda meditaba en sus opciones. Por un lado, con ayuda de las alas protectoras de la unión soviética había adquirido un futuro próspero, mientras que la opción de desobedecer era una simple ilusión. Por lo que Gazenko aceptó las órdenes con un leve sentir de su cabeza. Al final de cuentas así era como había terminado en primer lugar en el programa espacial.
–Y lleva contigo el señor Rusia.
El desobedecer era una ilusión por igual para el señor Rusia.
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Los primeros días de la nación como integrante del programa espacial soviético fueron sencillos, entre introducciones y presentaciones los días pasaron sin mucha novedad. El verdadero trabajo empezó la semana siguiente, donde el equipo de Ganzeko y su compañero Vladimir Yazdovsky* se percataron de la titánica tarea que tenían en sus manos.
No solo debían poner un satélite en el espacio, sino que también debía ser tripulado.
El estrés estaba a flor de piel, por lo que la torpeza y falta de delicadeza de Rusia pronto se convirtieron en un problema. Generalmente, las capacidades sobre humanas de las naciones eran admiradas e incluso admiradas, pero la poca experiencia técnica que tenía Rusia no servía en ninguna forma al proyecto, sin olvidar su fuerza desmedida.
–Porque no va asistir a Yazdovsky con los perros –le pidió Ganzeko frustrado una vez que Rusia había destruido el condensador por séptima vez.
La nación entendía bien las preocupaciones de sus camaradas en el proyecto, por lo que no tomó a mal el rechazo de Ganzeko; pero él por igual tenía la presión sobre sí de hacer un buen trabajo en aquel lanzamiento. Tenía que demostrar a sus superiores que podía competir con América.
Y al no le gustaba decepcionar a su jefe.
Por ello, la nación guardó su tristeza y decepción, y tomó la resolución de no arruinar la oportunidad trabajar con los animales de proyecto. Los cuales, eran adorables para su bien… y su desgracia.
Yazdovsky había entrenado a tres perros para el proyecto: Albina, Mishka y Laika; y la más apta sería la elegida para ser la tripulante del Sputnik 2 y hacer historia en ámbito espacial. Le pidieron a Rusia elegir a una de las cachorras para entrenar para el viaje, y este escogió a Laika, una perra de cruza que adquirieron de las calles de Moscú, la cual le pareció tranquila y encantadora.
Era deber de Rusia preparar a Laika para acostumbrarse a los ruidos mecánicos del cohete, los estruendos del despegue, el usar un traje espacial y alimentarse de la pasta nutritiva con la que sería alimentada en el cohete.
Laika le hizo muy sencillo el trabajo para Rusia demostrando su gran sociabilidad e inteligencia para acatar sus órdenes. Pronto Rusia se daría cuenta que Laika aprendería sus costumbres, manías y temperamento, adaptándose a él a la perfección. Y curiosamente, Laika no te temía por su tamaño o sus arrebatos a diferencia de sus compañeros naciones u otra persona, que siempre tenían deseos de alejarse de él. La perra nunca lo abandonó por razón alguna, y siempre agitaba la cola en su presencia o gemía en su ausencia.
Eso confundía a Rusia desmedidamente. Cuando todo mundo hacía lo posible para tomar su distancia, este animal se acercaba cada vez más.
–¿Quieres que me quede contigo? –comentó Rusia a la perra en su jaula a verla ansiosa ante su partida. Había sido un día largo, tanto para Laika como para la nación. Su jefe estaba ansioso por saber de sus avances en el proyecto y lo reportado no había sido de su agrado.
Con dificultad, Rusia se metió en la estrecha jaula de Laika y se sentó en el suelo a un lado de la perra. Su cuello quedo torcido sobre su pecho y quedo con muy poco espacio para mover sus brazos. A pesar de su incomodidad, la cachorra se veía muy satisfecha con su presencia en la jaula con ella; pronto se acostó a su lado, recargando su cabeza en el regazo de la nación.
Rusia contempló a la perra con cuidado en lo que respiraba sutilmente en sus sueños, algo dentro de él lo impulsó a posar su enorme mano sobre la cabeza de Laika y acariciar su suave pelaje por primera vez. La acción lo llenó de un extrañó sentimiento que no estaba seguro de haber sentido en su existencia. Pero fue algo reconfortante y continuó haciéndolo a pesar de su incómoda posición.
Los días pasarían y con ellos Rusia iría descubriendo que disfrutaba la compañía de Laika por igual, que sus acciones lo divertían y su afecto era correspondido. Esos cortos meses, se convertirían en los más gloriosos para la nación cuando finalmente descubrió que tenía a alguien que de verdad lo amaba incondicionalmente.
–Señor Rusia ¿Por qué no se lleva a Laika a casa esta noche? – le comentó Ganzeko nervioso en lo que se rascaba la nuca.
–¡¿En serio?! –no pudo evitar exclamar la nación ilusionado en lo que sus ojos brillaron con la noticia.
–Las cachorras tienen mañana un día importante, porque no le permite a Laika disfrutar esa noche.
Rusia no requirió que se lo repitieran dos veces.
Nunca había tenido una mascota, la vida en las frías tierras del norte no lo hacía fácil; además, muchos de sus jefes se opusieron en varias ocasiones. Era la primera vez que llevó uno a su hogar, al que le prepararía su alimento y jugarían juntos hasta la hora de dormir.
Fue un día glorioso.
Una vez en la cama, con Laika acurrucada a los pies de la cama, Rusia decidió quedarse con la cachorra. Aún había otras dos perras en el proyecto, por lo que era muy probable que no eligieran a Laika para el viaje. Así que, una vez terminado el proyecto, era casi seguro que las perras rechazadas serían abandonadas; Rusia estaba seguro que si se lo pedía al doctor Ganzeko, él dejaría a Laika a su cargo.
Rusia soñó aquella noche con los días venideros, donde cada uno de ellos serían iluminados por la presencia de Laika en su vida. Descansó plácidamente como nunca aquella noche, mientras sentía cerca el calor que venía de la cachorra a sus pies.
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–Tres… dos… uno… ¡Despegue!
El gigantesco cohete explotó con intensidad en lo que salía disparado a la estratosfera. Todo en la sala de controles del cosmódromo veían expectantes por la pantalla como el Sputnik 2 se elevaba por el cielo, llevando consigo a la perrita cosmonauta Laika.
Rusia apretaba con fuerza sus nudillos mientras contenía el aliento. Todo tenía que salir bien, Laika lo lograría. Ganzeko se lo aseguró, ella regresaría a él y finalmente podían estar juntos para siempre.
Nunca espero que Ganzeko realmente eligiera a Laika entre las tres perras, pero al parecer la estupenda conexión entre el señor Rusia y la perra llevó a que ésta tuviera los mejores resultados del entrenamiento. Así que su querida Laika, fue preparada, vestida y puesta en el cohete con la intención de conocer el vasto universo.
Vería lo que ningún otro ser terrestre había visto antes y sería toda una celebridad. Pero Rusia solo quería que regresara con bien, no había dejado de pedirlo en oraciones desde que beso su nariz en despedida.*
En algo sus ruegos resultaron efectivos, el satélite tripulado consiguió salir del planeta con éxito … pero no para Laika.
Rusia permanecería la siguiente hora postrado en su asiento, esperando la noticia del regreso de Laika, pero el Sputnik 2 no regresaría a la tierra hasta después de 163 días después del despeje. El anuncio oficial hablaría del éxito de la misión y que desgraciadamente cobró la salud de Laika, quien tuvo que ser puesta a dormir por los efectos a la exposición al espacio…
…
El satélite terminó en añicos al entrar en la atmosfera.
Vladimir le explicó a Rusia la verdad. Nadie esperaba que Laika regresara con vida, era incluso parte del plan que muriera con comida envenenada el décimo día; pero no se requirió de ello, ya que el oxígeno falló después de tercer día.
Aun así, Vladimir le insistió que debía estar orgulloso de Laika y su trabajo, ya que fue la perra que conquisto el espació.
La verdadera verdad saldría a la luz con el tiempo, y todos sabrían que Laika falleció a las pocas horas del despegue por un problema en la regulación en la temperatura, ante las fallas no resueltas por el poco tiempo antes del despegue. Ganzeko admitiría años después que incluso el viaje de Laika fue inútil e innecesario, y que no aprendieron nada nuevo de aquel despegue.*
Laika fue homenajeada en la ciudad de Moscú en el monumento a los cosmonautas rusos que conquistaron el espacio, el cual el señor Rusia visitaría cada siete de noviembre para dejar flores a la estatua de su única y verdadera amiga.
* La Guerra Fría fue un enfrentamiento político, económico, social, ideológico, militar y propagandístico el cual comenzó al término de la Segunda Guerra Mundial entre los bloques Occidental (capitalista) y Oriental (comunista), liderados por los Estados Unidos y la Unión Soviética respectivamente en 1945.
*Nikita Serguéyevich Jrushchovfue responsable de la desestalinización parcial de la Unión Soviética, de respaldar el programa espacial soviético y de varias reformas relativamente liberales en materia de política interna.
*Oleg Georgievich Gazenko fue un científico ruso, exdirector del Instituto de Problemas Biomédicos en Moscú y asesor del director actual del Instituto. Fue uno de los principales científicos que participaron en el programa soviético de animales en el espacio.
* La nave Sputnik 1 fue el primer intento exitoso de poner en órbita un satélite artificial alrededor de la Tierra. Se lanzó desde el Cosmódromo de Baikonur en Tyuratam, 371 km al suroeste de la pequeña ciudad de Baikonur, en Kazajistán. Fue el primero de una serie de cuatro satélites que formaron parte del programa Sputnik de la antigua Unión Soviética y se planeó como una contribución al Año Geofísico Internacional (1957-1958), establecido por la Organización de las Naciones Unidas.
* "Uno de los técnicos que preparó la cápsula antes del despegue final declaró que «después de la colocación de Laika en el contenedor y antes de cerrar la escotilla, le besamos la nariz y le deseamos buen viaje, sabiendo que no iba a sobrevivir al vuelo."
* Debido al problema de la opacidad por la carrera espacial entre los Estados Unidos y la Unión Soviética, las cuestiones éticas planteadas por este experimento pasaron, en gran medida, sin abordarse durante algún tiempo. La prensa de 1957 estaba más preocupada en informar del impacto desde el punto de vista político, mientras que la salud y la recuperación de Laika se convirtió solo en un problema menor. Ni los medios de comunicación, ni los libros de los años siguientes, ni el público cuestionaron abiertamente la decisión de enviar un perro al espacio. No fue sino hasta 1998, después del colapso del régimen soviético, que Oleg Gazenko, uno de los científicos responsables del envío del animal al espacio, expresó su pesar por permitir que muriese.
Hola todos.
Espero que disfrutaran este capitulo ya que es ultimo que publicare en un tiempo de este fanfiction. En las semanas venideras tengo varios detalles importantes en mi vida que debo atender, por lo cual los fanfiction pasaran a un segundo plano. Sin mencionar que he tenido problemas en el trabajo, personales y familiares que me han afectado emocionalmente. Por lo que necesito un tiempo para ocuparme de ello y poder regresar a escribir.
Me faltan dos capítulos más, uno de Twins y otro VLD antes de que me retire a mi descanso, y estaría regresando entre finales de noviembre y principios de diciembre.
Lo único que les puedo pedir es paciencia y las gracias por seguir esta historia.
Si tienen momentos históricos que les gustaría ver, pueden compartirlo en los comentarios, ya que no dejare de estar pendiente de los comentarios.
Bueno eso sería todo por un tiempo, nos vemos en unos meses.
Saludos.
