Importante: Todos mis trabajos tienen todos los derechos reservados en Safe Creative. Mi fanfic está protegido por las leyes de copyright y tratados internacionales. Por lo tanto, no está permitida ninguna reproducción total o parcial de esta historia.

Disclaimer: Naruto y cía. pertenecen a Masashi Kishimoto.

Advertencias: Shonen ai (relaciones sentimentales entre hombres), Naruto power bottom (no confundir con NS), Hurt/comfort, What if…? (canonverse)

Anhelo escondido:

Takaita Hiwatari

Capítulo 1: "La noticia"

Dos cuerpos se movían al compás en la danza más antigua del mundo. Sus pieles desnudas se acariciaban y friccionaban como si buscaran iniciar un incendio. Algunas marcas rojizas resaltaban en sus cuerpos, unas más sutiles que otras, y sus gemidos expresaban el deseo que les consumía en una vorágine. La sangre fluía como lava por sus venas.

Naruto estaba convencido de que las manos de Sasuke en sus caderas dejarían marcas por la firmeza con la que le sostenía, pero no podía importarle menos en ese momento. Se sentía condenadamente bien. Con las caderas en alto, su mano casi agarrotada se aferraba a la almohada mientras con la otra se masturbaba al compás de las embestidas que recibía desde atrás. Eran tan impetuosas que la pelvis de Sasuke golpeaba con frecuencia sus enrojecidos glúteos adornados con algunas marcas de mordidas previas.

El orgasmo les sacudió como un latigazo, estremeciendo sus cuerpos primero y luego haciéndoles caer lánguidos sobre la cama de sábanas revueltas con sus cuerpos perlados de sudor.

Por unos instantes, lo único que llenó el silencio de la habitación fueron las respiraciones agitadas de sus ocupantes.

Un murmullo quedo escapó de la boca entreabierta de Naruto cuando los calientes labios de Sasuke se posaron en su nuca, lamiendo, succionando suavemente después, y finalmente brindando una firme mordida al tiempo que abandonaba cuidadosamente su interior.

─Teme… ─pronunció en un débil suspiro─. ¿No te parece que hoy estabas demasiado efusivo?

En silencio, Sasuke rodó a un lado para acomodarse bocarriba en la maltrecha cama.

─Más bien diría que es todo lo contrario. ─Le miró de soslayo, disimulando la preocupación─. ¿Está todo bien?

Normalmente Naruto era un huracán en la cama. No podía quejarse, era bastante participativo y muchas veces tomaba la iniciativa, pero aquella noche su ánimo habitual parecía estar templado. Más bien demasiado templado; casi frío.

─Sólo estoy cansado'ttebayo. Es todo.

Jamás imaginó escuchar la palabra "cansado" abandonando los labios de Naruto, razón por la que aquella respuesta le sorprendió.

La respiración gradualmente más lenta del rubio y ver cómo poco a poco sus ojos se cerraban cuando adoptó una postura más cómoda, le confirmaban que efectivamente estaba cansado.

─Si no tenías ganas, podías haberlo dicho, dobe ─reprendió serio.

No quería pensar que le había presionado de alguna forma.

Los ojos de Naruto volvieron a abrirse, percibiéndose el brillo de agotamiento en ellos.

─Sasuke teme, a veces puedes ser una caja de sorpresas. ─El mencionado escuchó atento al no entender su comentario─. Vas por la vida con esa cara de estreñido y nadie imaginaría lo fogoso que puedes ser en realidad.

Una mano de Sasuke se ciñó rauda en unos rubios mechones, sacándole unos lamentos al dueño de estos.

─¿Quieres morir, usuratonkachi?

─¡Ouch! Bastardo maltratador… ─Renegó, estrellando la palma de su mano en el rostro contrario, logrando que el otro le liberara─. Realmente estoy cansado, déjame dormir'ttebayo.

Desconcertado, Sasuke liberó completamente a Naruto, viendo cómo éste le abrazaba por el torso y acomodaba la cabeza en uno de sus hombros como si fuera la mejor almohada, dispuesto a dormir.

─¿No deberíamos bañarnos primero? ─sugirió.

Posó una mano sobre los rubios mechones que hace un instante maltrataba. Ahora eran un poco más cortos que hace dos años, cuando tenían diecisiete.

─No. Me duele la cabeza, quiero dormir ─balbuceó casi más dormido que despierto.

El entrecejo de Sasuke se frunció de forma sutil en señal de verdadera preocupación. Era consciente de que desde hacía un corto periodo de tiempo Naruto no se había estado sintiendo bien, sufría náuseas y repentinos mareos. En un principio, dado que el propio Naruto le restaba importancia, él también lo hizo; después de todo Naruto tenía cierta costumbre de alimentarse mal así que podría ser un simple trastorno digestivo. Pero aquello ya se estaba prolongando y como que se llamaba Uchiha Sasuke que mañana Naruto estaría en el hospital para una revisión exhaustiva.

Como pudo se movió un poco en un intento de tomar con su mano libre un extremo de la sábana para arroparles a ambos, y entonces lo vio: el vientre de Naruto estaba extrañamente inflamado. Lo miró fijamente por un momento antes de finalmente arroparles.

Sin duda el idiota debía de estar sufriendo un trastorno digestivo.

A la mañana siguiente, Naruto abandonaba el baño mientras trataba de eliminar el exceso de humedad de sus cabellos con una toalla que colgaba de sus hombros. Se topó de frente con Sasuke, quien parecía estar esperándole.

─¿Um? ¿Sucede algo'tteba?

─Sí, necesito que me acompañes a un lugar. ─Se suponía que era una petición pero casi había sonado como una orden.

Naruto arqueó una ceja y frunció la otra, desconcertado.

─No puedo, tengo que ir con Sakura-chan.

Sasuke suspiró hondo al recordar a su antigua compañera de equipo. Por un segundo lo había olvidado. Actualmente Sakura estaba embarazada de tres meses y por órdenes del Hokage, Kakashi, Naruto estaba cuidando de ella en lo que su pareja, Lee, regresaba de una larga misión.

No es que Sakura fuera débil, pero cuando su embarazo apenas iniciaba y ella todavía no estaba consciente de ello, tuvo una caída que convirtió su incipiente embarazo en uno de riesgo. El primer trimestre del embarazo era el más incierto, por lo que Kakashi, cuando envió a Lee en una larga misión cuando Sakura había confirmado su embarazo recientemente, le pidió a Naruto que cuidara de ella tanto como pudiera.

Y Naruto, como siempre, se tomó a pecho su misión.

¡Incluso en los tres meses que llevaba cuidando de Sakura había aprendido a cocinar! Parecía inaudito el hecho de Naruto cocinando algo que no fuera ramen instantáneo y que Sakura no hubiera muerto.

Por lo que Naruto le había explicado a lo largo de esos meses, ella había tenido que guardar mucho reposo por el riesgo de aborto, así que él se encargaba de sacar adelante la casa de Sakura haciendo la colada, la comida, la compra… Todo. Incluso la había acompañado a sus revisiones médicas.

A veces se sentía fastidiado al pensar en el hecho de que Naruto parecía ser más el padre del bebé que el propio Lee. Aunque no podía culpar al tipo de las cejas gordas porque estaba en una misión, sí podía culpar al idiota de Kakashi. Podría haber enviado a otro a esa dichosa misión y así Naruto no tendría que estar casi las 24 horas conviviendo con Sakura.

¿Celoso?

En absoluto. Por supuesto que no.

─Sakura ya está de casi cuatro meses, ¿no es así?

El rubio asintió con un suave movimiento de cabeza antes de pasarle de largo para dirigirse al armario del dormitorio y tomar la única prenda que le faltaba por vestir para estar listo: su amada chaqueta de chándal, ahora negra, a juego con su pantalón naranja.

─¿Qué con eso? ─Le miró─. ¿Vendrás hoy conmigo para visitar a Sakura-chan? Hace mucho desde que la viste por última vez'ttebayo. ─De pronto su tono se convirtió en uno más entusiasmado─. ¡Deberías ver su vientre, ya empieza a notarse de verdad su embarazo!

Ante aquello, los ojos de Sasuke se desviaron sutiles al vientre del propio Naruto, recordando lo que apreció anoche. Ahora que se había puesto la chaqueta no podía decir si su vientre seguía tan inflamado como la noche anterior.

─No sé. Tal vez ─respondió esquivo, dirigiéndose al tema que le interesaba─. Pienso que no deberías ir hoy con Sakura ─soltó de golpe.

─¿Eeh? ¿Por qué?

─Sakura ya está de casi cuatro meses, ya está dejando atrás el primer trimestre que era el más delicado. No necesitas estar las veinticuatro horas pegado a ella. Además, tú no te has estado sintiendo bien últimamente, deberías ir con Tsunade para que te revise.

El simple hecho de visualizarse haciendo una visita al hospital, le arrancó un escalofrío a Naruto que trató de disimular con una sonrisa tensa.

─¡Ya me siento perfectamente dattebayo! Estás exagerando.

─No te creo ─sentenció.

─Probablemente sólo sea estrés… ¡Sí, eso! Estrés.

─Entonces con más razón deberías dejar de estar todo el día al lado de Sakura.

Según le contaba Naruto, había días en que Sakura estaba tan irascible que incluso para él era complicado soportarla. Pero el cabeza hueca entendía que aquello era causado por el embarazo y se obligaba a reunir paciencia, aunque eso no eliminaba el hecho de que aquellas situaciones tensas le estresaran.

Qué ironía. Si él hubiera estado en el lugar de Naruto habría desistido hace mucho. Después de todo Kakashi sabía quién era el más indicado para cuidar de Sakura.

─Sasuke, no puedo dejar a Sakura-chan así sin más.

Trató de caminar a la puerta, pero el pelinegro se atravesó en su camino, bloqueándole la salida con su cuerpo.

─Creo que no me he explicado bien ─habló sumamente serio─. No vas a ir con Sakura hasta que te vea Tsunade.

El rubio resopló con fastidio y rodó la mirada, dándose por vencido. Cuanto antes fueran al dichoso hospital, antes podría ir con Sakura.

─Está bien, vamos con la vieja Tsunade. Pero ya estoy bien, sólo la haremos perder el tiempo.

─Deja que sea ella quien valore eso.

Ahora que Tsunade no era la Hokage, trabajaba en el hospital junto a Sakura y su inseparable Shizune. Aunque desde que Sakura supo de su condición no había vuelto a trabajar, necesitaba reposo estricto.

Cuando Tsunade le hizo llamar, Naruto entró en la habitación gracias a los constantes empujones de Sasuke que le obligaban a caminar y le hacía mascullar insultos hacia el pelinegro.

─¿Y bien, Naruto? ¿Qué te trae por aquí? ─preguntó la rubia sentada tras el escritorio, adoptando aquella pose de antaño con los dedos entrelazados y la barbilla sobre sus manos─. ¿Qué te ocurre?

─Es una tontería dattebayo, sólo estoy aquí porque el teme insistió.

Sasuke le envió una mirada casi matadora al rubio, pero éste se hizo el desentendido.

Entonces Tsunade se sintió realmente intrigada. Si Sasuke, que en apariencia se desinteresaba del resto del mundo, le había insistido a Naruto que fuera allí, es porque sin duda algo ocurría.

─Yo decidiré si es una tontería, Naruto ─respondió, recordándole a éste las palabras empleadas por Sasuke momentos antes.

Sin saber por dónde empezar, Naruto se pasó una mano por la nuca, pensativo.

─Bueno… últimamente he tenido el cuerpo un poco revuelto… ─atinó a balbucear.

─¿Cómo de revuelto? Sé más explícito.

─Náuseas, mareos, vómitos, extraños antojos, cansancio, irritabilidad, calambres en las piernas, dolor de cabeza… ─Comenzó a enumerar con rapidez.

La típica mirada imperturbable de Sasuke cambió a una de total sorpresa al escuchar toda aquella lista de síntomas. Él sólo era consciente de las náuseas, los mareos, y desde la noche anterior, del cansancio y el dolor de cabeza.

Frunció el ceño, volviendo a mirar a Naruto como si quisiera matarlo.

El idiota se había estado sintiendo así de mal y no le había dicho nada. Lo peor es que él tampoco lo había notado. Aunque, ¿cómo notarlo si Naruto pasaba casi las veinticuatro horas con Sakura?

Una extraña risita brotando de los labios de Tsunade hizo a Sasuke abandonar sus pensamientos y llamó tanto su atención como la del rubio.

─¿Qué es tan gracioso, Tsunade no baa-chan? ─preguntó intrigado y casi ofendido. ¿Le resultaba gracioso que estuviera así de enfermo?

─Nada, nada… ─Sacudió una mano, volviendo a serenarse─. Es sólo que… cuando soltaste toda esa lista de síntomas me recordaste a… Bueno, son los mismos síntomas que una mujer embarazada puede presentar ─explicó finalmente.

Pero ninguno de los chicos encontró el chiste en aquello como para reírse, especialmente Sasuke que enserió sumamente su expresión, recordando por un instante fugaz el vientre inflamado de Naruto. Cerró los ojos y sacudió la cabeza, tratando de sacarse pensamientos idiotas.

─No soy una mujer para estar en esa situación, vieja ─replicó ofendido.

La mujer suspiró hondo mientras apoyaba las manos sobre el escritorio y empujaba la silla hacia atrás para ponerse de pie.

─Dios, el mocoso Uchiha te ha contagiado su "no sentido del humor" ─renegó en un murmullo.

─¿Qué? ─cuestionó el rubio al no lograr escucharla.

─Nada. ─Se enderezó─. ¿Desde cuándo has tenido estos síntomas, Naruto?

─Umn… ─Se detuvo a pensar durante varios segundos─. No sé. ¿Semanas?

─¿Me lo estás preguntando, mocoso?

─¡No me llames mocoso dattebayo, ya tengo diecinueve! ─replicó─. Y sí, creo que llevo como un mes y poco con estos síntomas.

Tsunade realizó algunas preguntas más, descubriendo que Naruto no padecía todos los síntomas todos los días. Unos días podía tener mareos y cansancio, otros días sólo vómitos matutinos y otros podía ser asintomático.

Pero a pesar de que Sasuke esperaba que Naruto comentara algo sobre su vientre obviamente inflamado, éste no decía nada.

─Bien… ─comenzó a decir Tsunade, dándoles la espalda para buscar algo en unos estantes─. Te voy a tomar unas muestras de sangre para hacerte una analítica detallada. Tal vez se trate de un virus…

─No puede ser… ─musitó Sasuke interrumpiendo a la rubia.

En un parpadeo ambos habían dejado de sentir el chakra de Naruto junto a ellos. Es más, lo percibían alejándose rápidamente. Ambos miraron en la dirección donde Naruto debería estar, pero en su lugar encontraron la ventana abierta y ni rastro de Naruto.

─¡Será usuratonkachi! ─farfulló Sasuke.

La rubia se masajeó una sien con hastío.

─Había olvidado que Naruto le tiene miedo a las agujas, debí ser más discreta al decirlo. Pero ahora que tiene diecinueve pensaba que había dejado atrás ese miedo infantil. Hasta yo superé mi fobia a la sangre. ─Miró seriamente al otro─. ¿Podrías traerle aquí, Sasuke?

─Aunque sea lo último que haga ─respondió éste en un tono agrio que no podía ocultar lo enojado que estaba por la huida del cabeza hueca.

Toda su vida Naruto había luchado contra toda clase de enemigos, había soportado los entrenamientos más duros, ¿y el idiota sentía pánico de una simple aguja? Le daban ganas de usar el susano'o sólo para darle una enorme patada en su dobe trasero que le hiciera aterrizar en Suna.

Por suerte para Sasuke y su acabada paciencia el juego del gato y el ratón no duró ni quince minutos. Había encontrado a Naruto fácilmente, oculto en un callejón y sin oportunidad de huir porque un mareo junto a una sensación de náuseas le habían asaltado y no se veía capaz de dar un paso sin sentir que vomitaría todo el desayuno.

Una de las ventajas de tener el rinnegan, es que efectivamente Naruto no tuvo que dar un paso para encontrarse nuevamente en la consulta de Tsunade, quien ya tenía todo preparado cuando el portal que abrió en el callejón les hizo aparecer allí.

Naruto estaba tan perdido en su sensación de mareo y su esfuerzo en contener el vómito, que ni fue consciente del momento en que fue sentado en una silla y recibió el pinchazo.

─¿Ves? No era para tanto, Naruto ─Sonrió ligeramente Tsunade, escribiendo la fecha y el nombre del paciente con un rotulador en los tubos de las muestras sanguíneas tomadas─. Pronto sabremos los resultados. Mientras tanto te recomiendo que tomes una dieta blanda y reposes.

─¿Cuándo es pronto? ─Quiso saber Sasuke.

─Entre 24 y 48 horas.

Después la rubia se acercó a Naruto y acumulando un poco de chakra curativo en su mano, la acercó a la zona del estómago. Ciertamente se le hacía extraño que Naruto estuviera enfermo poseyendo al kyuubi. ¿Tal vez algo estaba mal con su chakra?

La palidez en el rostro de Naruto desapareció de forma gradual conforme empezó a sentirse mejor, y finalmente, pudo volver a su casa por su propio pie acompañado de Sasuke.

─Dobe, ¿por qué no me habías dicho que te has estado sintiendo mal desde hace tanto tiempo?

─Porque no tiene importancia, sólo son malestares pasajeros que vienen y van.

─¿Y por qué no le comentaste nada sobre tu vientre a Tsunade?

El rubio le miró curioso.

─¿Qué con eso?

─Está inflamado. Bastante.

Naruto se llevó una mano a la zona por un instante en actitud defensiva.

─¡No está inflamado! Es sólo que… desde que estoy cuidando de Sakura-chan mi vida se ha vuelto sedentaria, no he hecho misiones, así que estoy engordando.

─¿Sólo tu vientre? ─cuestionó con cierta sorna.

El rubio le miró ceñudo al captar su tono burlón.

─¿Algún problema con que me esté poniendo gordo, idiota? ─Un tic sacudió una ceja de Sasuke al darse cuenta de la repentina irritabilidad de Naruto. Un síntoma que él mismo acababa de confesar a Tsunade que sufría. Antes de poder decir algo más, Naruto se detuvo en seco y caminó en dirección contraria─. ¿Sabes qué? Me largo con Sakura-chan. No me apetece ver tu cara de teme.

Sasuke le miró alejarse, ligeramente disgustado por aquel desplante.

─Si fuera mujer, realmente juraría que está en estado ─masculló para sí mismo cuando el otro estuvo lo suficientemente alejado.

Cuando Sakura abrió la puerta de su hogar y descubrió a Naruto, frunció ligeramente el ceño a la par que se hacía a un lado para darle paso.

─¿Se puede saber dónde te habías metido? Te he estado esperando toda la mañana.

Nada más ingresar, a la nariz de Naruto llegó un delicioso aroma a comida recién hecha y por un segundo fugaz se le hizo la boca agua. De repente se le antojaba comer algo… no sabía en concreto qué, pero sabía que su cuerpo no tardaría en reclamarle comer algo en específico.

─Tenía unos asuntos que atender, Sakura-chan ─dijo como toda respuesta, sin querer especificar. Miró el vientre de la chica, en su casi cuarto mes ya se apreciaba su barriguita algo abultada, delatando su estado aunque la ropa fuera algo holgada─. ¿Cómo te sientes hoy?

La de cabellos rosas suspiró hondo, casi con tedio.

─Esta mañana desperté muy bien, pero cuando desayuné todo se fue al traste. Empecé a sentir náuseas y terminé vomitando el desayuno. ─Se acarició el vientre con una mano─. Ahora mismo me siento algo cansada y las piernas me duelen.

En respuesta el rubio le envió una mirada de pura compasión a su amiga. Desde que estaba cuidando de ella, Sakura había pasado por días malos y otros horribles. Los primeros tres meses de embarazo Sakura los había pasado prácticamente en la cama.

De repente, él mismo empezó a sentir unas fugaces náuseas que parecían no terminar de decidirse en mostrarse en todo su esplendor.

─Estar embarazada debe de ser duro.

─No te haces una idea, Naruto. Ni aunque trataras de ponerte en mi lugar podrías comprenderlo, después de todo eres un hombre. ─Ella giró, caminando a la cocina e invitando con aquello a su amigo a que la siguiera─. Vamos, he preparado sopa de miso y empanadillas. Comamos juntos.

Mientras caminaban en silencio el corto trayecto hacia la cocina, Naruto miró la espalda de su amiga mientras trataba de ponerse en su lugar, empatizar con ella. Estar embarazada realmente debía de ser duro, y sabía que Sakura claramente extrañaba a Lee y también estaba preocupada por él. Esa constante preocupación al parecer agravaba sus molestos y recurrentes síntomas.

Justo entonces, cuando entró en la cocina y el aroma se hizo más intenso, una arcada le sacudió el cuerpo y a duras penas pudo contenerse.

─¿Naruto? ─cuestionó confundida.

Sólo pudo ver a su amigo cubrirse la boca con una mano y correr al baño, escuchándole vomitar al instante. Corrió junto a él, acariciándole la espalda.

─¿Qué ocurre? ¿Te sientes enfermo? ─Pero Naruto por obvias razones no era capaz de responderle en ese momento─. Seguro has vuelto a beber leche caducada, Naruto. Eres tan torpe… ─regañó.

Cuando las arcadas cesaron, con el cuerpo flojo Naruto se puso de pie, tiró de la cisterna y fue hacia el lavabo a lavarse las manos y enjuagarse la boca varias veces. Se sentía fatal.

─Ugh, tengo la sensación de haber vomitado lo que comí los últimos tres días'ttebayo ─farfulló algo pálido.

─Deberíamos ir con Tsunade…

─¡No! ─interrumpió alarmado. Esa vieja loca probablemente querría extraerle más sangre─. Ya me siento bien, en serio.

Sakura le palmeó suavemente la espalda y le dedicó una pequeña sonrisa.

─Imagina sufrir esto prácticamente cada mañana. Así es como me siento.

Naruto se quedó helado por un segundo. Él también había estado teniendo aquel padecimiento prácticamente cada mañana. Náuseas y vómitos matutinos.

─Supongo que después de todo sí puedo hacerme una idea de lo que estás pasando, Sakura-chan.

Ambos rieron ligeramente, caminando a la cocina de nuevo.

─¿Te sientes mejor? ¿Crees poder comer algo?

Con un leve asentimiento de cabeza Naruto respondió. Su cuerpo parecía haber vuelto a la calma ahora y el chakra de Kurama eliminaba en minutos el molesto ardor que quedaba en su garganta cada vez que vomitaba.

─Aunque de repente se me antoja comer un delicioso tazón de ramen con montones de menma.

Ella le miró confundida.

─Naruto, tú odias el menma ─señaló lo obvio.

─¡Lo sé!, pero por alguna razón deseo comerlo. Se me hace la boca agua con sólo imaginarlo. No sé explicarlo…

─¿Cómo si fuera un antojo típico de un embarazo? ─bromeó soltando una risotada.

Pero Naruto no le vio el chiste.

─¡Jah! Muy graciosa, Sakura-chan ─respondió tomando asiento en la cocina.

─Tonto, sólo era una broma. ─Se sentó a su lado─. Eres un hombre, es imposible que estés embarazado. Pero por un momento imagina que lo estuvieras, ¿no sería maravilloso? Poder tener una pequeñita parte de ti y de la persona que amas en este mundo.

La sonrisa de Sakura desapareció paulatinamente al ver la expresión inusualmente seria de Naruto quien se limitaba a mirar la mesa en silencio, sin darle una respuesta.

Parecía que la idea le incomodaba.

─¿Naruto?

─Será mejor que comamos, Sakura-chan ─habló finalmente, volviendo la sonrisa a su rostro─. Tú espera aquí, yo serviré la comida.

Naruto sirvió un tazón de sopa para cada uno y un plato de empanadillas para cada uno. Si bien es cierto que él durante toda su vida había odiado las verduras más que nada, justo en ese momento, viendo aquellas verduras en la sopa, se le antojaba comerlas también.

─Por cierto, he recibido una carta de Lee esta mañana. ─Cambió de tema con naturalidad mientras Naruto buscaba un par de cucharas y unos palillos en uno de los cajones─. Dice que me echa de menos, y al bebé también a pesar de obviamente no conocerle. ─Sonrió─. También me dijo que está muy agradecido contigo por todo lo que estás haciendo.

─No es nada, Sakura-chan. Sabes que haría lo que sea por ti dattebayo ─respondió con una sonrisa, volviendo a sentarse a su lado.

─En nuestras últimas cartas, Lee y yo hemos estado hablando sobre algo…

─¿Aja? ─musitó comenzando a comer, aunque su atención estaba puesta en lo que ella le contaba.

─Nos hemos planteado la posibilidad de que seas el padrino del bebé ─informó con ilusión palpable en su voz─. Después de todo, es gracias a tus cuidados que este pequeño todavía está aquí, en camino. ─Se llevó las manos al vientre, acariciándolo.

Ante la noticia, el rubio la miró perplejo. ¿Él? ¿Padrino del bebé de Lee y Sakura-chan? Le había pillado totalmente desprevenido, y aunque una parte de él se sentía tremendamente halagado, la otra parte se sentía insegura de aceptar.

─Sakura-chan, yo… ─balbuceó.

─No seas tonto, Naruto. ─Con confianza, tomó una mano de su amigo y la llevó a su pequeño y redondeado vientre para que acariciara la zona─. Cuando el bebé nazca, va a reconocer más tu voz que la de su propio padre, es obvio que eres importante para él. Además, viendo cómo has cuidado de mí todos estos meses, no tengo la menor duda de que si a Lee y a mí nos pasara algo, no habría nadie mejor para cuidar de mi bebé.

La sensación de tener su mano sobre el vientre de Sakura le tenía un poco abrumado. Tener un bebé, cuidar un bebé… era una responsabilidad enorme. Y sin lugar a dudas sabía que él no estaba capacitado para algo así.

─Sa-Sakura-chan… debería pensarlo… ─atinó a decir, retirando su mano.

La chica le miró entre confundida y sorprendida. Pensó que Naruto se alegraría y aceptaría de inmediato. Pero parecía que todo lo relacionado con los bebés le provocaba rechazo.

Sin querer atosigarle, le sonrió y regresó a su comida.

─Está bien, piénsalo. ─Concedió─. Después de todo, todavía quedan varios meses para que nazca el bebé.

A la tarde siguiente, Sasuke estaba en la consulta de Tsunade esperando saber el resultado. Un chuunin se había presentado en casa de Naruto diciéndole que Tsunade quería ver al rubio con prontitud, pero como era normal desde hacía ya unos meses, Naruto estaba en casa de Sakura desde por la mañana, cuidándola.

Pasó por la casa de Sakura para avisarle, y la chica nada más verle se ilusionó pensando que iba a visitarla. Un tanto incómodo fingió que había ido en una breve visita a interesarse por el estado de su antigua compañera de equipo y su bebé en camino. En un segundo de confidencialidad, mientras Sakura iba a la cocina a preparar té, Sasuke le comentó la noticia a Naruto quien se negó en redondo en volver a pisar la consulta de Tsunade. Es más, se negaba a pisar el hospital en sí.

Chasqueando la lengua por la terquedad de su pareja, Sasuke agradeció a Sakura por el té que apenas le había servido en un vaso y se marchó él solo a conocer el resultado, dejando la bebida intacta.

Una parte de él estaba convencida de que lo que Naruto padecía era un simple trastorno digestivo, la otra parte no sabía qué pensar.

Cuando al entrar en la consulta de Tsunade encontró su rostro sumamente serio, sus alertas se activaron.

Sin duda algo no iba bien con Naruto.

Ni hacía falta siquiera que ella abriera la boca para saberlo. Sólo había que fijarse en la forma en que ella miraba y remiraba los papeles esparcidos en su mesa donde estaban los resultados de Naruto.

─¿Por qué Naruto no ha venido contigo? ─preguntó ella, todavía con aquella seriedad.

─El muy idiota tiene miedo de que necesites extraerle más sangre o algo así. Me pidió que viniera en su lugar. Después de todo, el malestar de Naruto no es algo importante, ¿no? ─tanteó, tratando de disimular la impaciencia bajo un rostro inexpresivo.

La rubia suspiró hondo y se llevó las manos a las sienes, masajeándolas.

─Sasuke… al principio creí que Naruto podría estar sufriendo un trastorno digestivo, o algo similar, pero… los resultados… ─balbuceó aturdida─. Estos resultados deben de estar equivocados. No puede ser.

─Tsunade, habla de una vez ─ordenó casi interrumpiéndola.

La preocupación ya estaba siendo demasiada. ¿Qué diagnóstico habían arrojado esos análisis? ¿Acaso algo realmente malo?

─Los análisis reflejan que Naruto está sufriendo toda una revolución hormonal ahora mismo.

La preocupación que Sasuke sentía dejó paso a la total confusión.

─¿Revolución hormonal?

Ella tomó en su mano los papeles y los zarandeó con perplejidad.

─Caída de la hormona masculina, la testosterona; y un aumento de los niveles de estrógeno y prolactina. ─La cara de Sasuke en ese momento no reflejaba algo más allá de cierta curiosidad por querer saber más sobre el asunto─. Es… tal y como ocurre cuando una mujer está embarazada.

─¿Qué? ─musitó incrédulo.

─El estrógeno es una hormona que en el embarazo segrega la placenta y se encarga de que el cuerpo de la mujer se adapte al embarazo. La prolactina por su parte estimula la producción de leche en el pecho para luego alimentar al bebé…

Por un segundo toda la habitación dio vueltas ante los ojos de Sasuke, así que visiblemente aturdido, tomó asiento en la silla más cercana.

─Detente ─demandó afectado─. Esto es una broma, ¿cierto? ─afirmó más pálido de lo normal.

─Ojalá lo fuera. ¡Ni siquiera sé cómo es posible que un hombre esté embarazado! ¡Es inaudito! ─Arrojó los papeles sobre la mesa y se puso de pie.

─¿Tal vez… Kurama tiene algo que ver?

─Lo he pensado también, Sasuke. Después de todo, ser un jinchuuriki convierte al contenedor en alguien especial. Pero debería investigar más sobre el asunto. Tienes que traer a Naruto aquí cuanto antes.

El pelinegro asintió con un movimiento de cabeza mecánico, clavando la mirada en el suelo mientras trataba de asimilar la increíble noticia. Un sudor frío empezaba a bajar por su espalda.

─Enhorabuena por tu futura paternidad ─comentó Tsunade, aunque al ver el estado lamentable de Sasuke agregó algo más seria─… supongo.

Sasuke lucía demasiado impactado en ese momento, y Tsunade podía comprenderlo. Si incluso a ella le costaba asimilarlo, debía ser peor para el chico. Y no quería imaginar la cara de Naruto cuando recibiera la noticia.

Al regresar a casa aquella noche después de cenar, a Naruto le extrañó encontrar su apartamento rodeado de un tenso silencio. Sabía que Sasuke estaba ahí porque podía percibir su chakra, pero no se escuchaba el más mínimo sonido, y por la hora deducía que era improbable que ya estuviera durmiendo.

─¿Sasuke? ─Confundido le buscó con la mirada.

Aunque no le tomó ni un minuto encontrarle. Los beneficios de vivir en un apartamento minúsculo.

Le halló sentado en la cama, con los codos apoyados en las rodillas y observando pensativo la foto del joven equipo 7 que descansaba en la mesa de noche. Ni siquiera tenía la luz encendida, la habitación estaba en penumbra.

Su flequillo ahora era más largo que hace dos años y solía cubrirle uno de los ojos, así que no pudo verle bien la cara.

Casi se podía respirar un ambiente lúgubre alrededor de su pareja que le preocupó.

─Hey, ¿todo bien? ─Sasuke sólo pareció reaccionar cuando puso una mano en su hombro mientras se sentaba a su lado, y no pudo evitar soltar una fugaz risita al descubrir su cara casi de susto, como si hubiera visto un fantasma─. ¿No me escuchaste entrar?

─No… ─balbuceó casi en un susurro─. Estaba distraído.

─Ya lo noté, teme. ─Se inclinó un poco para verle mejor la cara─. ¿Y bien? ¿Ha ocurrido algo?

De nuevo Sasuke se sintió sudar frío y con disimulo desvió la mirada al vientre de Naruto. Obviamente no se apreciaba nada del otro mundo porque el rubio vestía su típica chaqueta holgada de chándal, pero él sabía que ahí se ocultaba ese vientre ligeramente abultado.

¿Realmente… había un bebé formándose ahí?

Ignorando los pensamientos del otro, Naruto volvió a hablar.

─Por cierto, ¿qué ha dicho la vieja Tsunade? Si de nuevo insiste con lo de la dieta blanda, se puede ir olvidando'ttebayo ─sentenció─. Justamente de camino hacia aquí me comí tres tazones de ramen con mucho menma.

Casi alarmado, Sasuke le miró.

─Tú odias el menma.

─¡Ya lo sé! Pero he deseado con muchas ganas comerlo desde esta mañana. ─Se cruzó de brazos─. Sakura-chan se burló de mí diciendo que era como los antojos de las embarazadas, pero…

─Naruto ─interrumpió.

El tono sumamente serio captó la total atención del mencionado, quien le miró curioso en un primer momento y después se preocupó.

─¿Q-qué te ha dicho Tsunade no baa-chan? ¿Tengo algo muy malo? ─Se aferró a los hombros de Sasuke─. ¿Tengo una enfermedad incurable? ¿Me voy a morir o algo así? ─preguntó dramático, alterándose por un instante.

─Estás embarazado ─soltó a bocajarro, encarándole al fin.

Incluso pronunciarlo en voz alta no le ayudaba a asimilarlo, seguía sintiéndose igual de irreal.

─¿Qué…? ─balbuceó Naruto soltándole, totalmente perplejo.

Pero no volvió a recibir respuesta. No pudo deleitarse en el alivio que debería de sentir por no estar sufriendo algo mortal. La noticia había sido como un puñetazo en toda la cara.

Por un segundo sus comisuras se curvaron hacia arriba e hizo amago de soltar una risita burlona, pensando que se trataba de una broma. Pero la rotunda seriedad en el rostro contrario no le dejó opción a dudas.

Sasuke decía la verdad. Una verdad que parecía imposible.

Pero lo peor de todo aquello era… ¿por qué Sasuke lucía tan infeliz?

CONTINUARÁ.

¡Hola! Hace tres años que no publico nada nuevo, así que estoy un poco nerviosa porque con este fic he salido de mi zona de confort en ciertos aspectos. Pero hoy es el SasuNaru Day y no me quería quedar con las ganas de aportar mi granito de arena para festejar a esta hermosa pareja. ¡Feliz SasuNaru Day! ¡Feliz 3/7 Day!

¿Os ha gustado este primer capítulo? Agradeceré cualquier comentario o favorito, aunque presiento que Fanfiction debe de estar muerto a estas alturas.

¡Nos vemos en el siguiente capítulo!