Anhelo escondido:
Takaita Hiwatari
Capítulo 2: "Distancia"
Los siguientes días transcurrieron tortuosamente lentos. El tiempo parecía no avanzar en el pequeño apartamento de Naruto.
La noche que recibió aquella noticia tan irreal no pudo dormir, y estaba convencido de que Sasuke tampoco. Al día siguiente las conocidas náuseas le hicieron correr al baño, sintiendo cierto pánico mientras se preguntaba si aquello de que estaba embarazado realmente era cierto.
¡¿Cómo se supone que había ocurrido eso?! ¡No era una mujer!
Las dos siguientes noches tampoco pudo dormir, y durante el día apenas le entraba bocado. Se había negado a visitar a Tsunade, aterrorizado de que tras realizar más pruebas ella realmente confirmara su diagnóstico. Por suerte, Sasuke ni siquiera parecía estar de humor para llevarle a rastras al consultorio de Tsunade.
Por otro lado, Sakura estaba al tanto de que durante unos días no pasaría por su apartamento alegando que se sentía un poco mal. Obviamente no le contó la verdad. Su amiga de la infancia lo comprendió y le pidió que se cuidara.
Salió del baño después de tomar un intento de baño relajante. Vestía sólo sus típicos pantalones naranjas y en una mano sostenía una toalla con la que se secaba el cabello. Hubo un tiempo después de la guerra en el que lució el cabello realmente corto, sin embargo ahora había crecido sin llegar a ser tan largo como antaño. Al entrar en su habitación y pasar frente al espejo de cuerpo completo, retrocedió un par de pasos para poder estudiar su reflejo mientras se colocaba de perfil.
Incrédulo y con movimientos lentos, bajó un poco su pantalón para dejar más a la vista el vientre y posó una mano sobre él. Estaba ligeramente abultado. Igual que el de Sakura-chan no hace mucho tiempo atrás.
─¿Realmente…? ─balbuceó para sí, estupefacto.
¿Realmente había un pequeño ser ahí, creciendo en su interior?
¡Ni siquiera sabía cómo debía sentirse al respecto!
Y ver a Sasuke sintiéndose evidentemente desdichado desde entonces no ayudaba en absoluto.
Giró al escuchar unos pasos acercándose, topándose de lleno precisamente con Sasuke que entraba en la habitación. El pelinegro se detuvo en seco al encontrar la escena de Naruto con el vientre expuesto y una mano sobre éste, de perfil frente al espejo al parecer estudiándose.
La incomodidad tensó sus hombros cuando pudo ver con claridad el pequeño vientre abultado, y eso Naruto lo notó, por eso raudo caminó al armario y tomó la primera camiseta que encontró para ponérsela y cubrirse del escrutinio de los ojos contrarios. Una blanca de manga corta.
─Pensaba que habías salido'ttebayo ─atinó a decir para romper el incómodo silencio.
Sasuke asintió con un movimiento de cabeza.
─Salí a comprar unas cosas que necesitábamos ─trató de responder con normalidad─. También compré el helado que me pediste anoche.
Naruto recordó fugazmente que la noche anterior, a pesar de hacer frío, comentó que se le antojaba enormemente comer helado de chocolate con menta. Incluso estuvo a punto de ir a una de esas tiendas 24 horas para obtenerlo en ese momento.
─Oh… ─musitó─. Gracias.
Después apartó la mirada, inquieto. Desde que supo la noticia, vivir con Sasuke se sentía realmente incómodo. Ni siquiera parecían novios, ni siquiera mejores amigos… nada más parecían dos tipos compartiendo apartamento porque querían ahorrar en el pago del alquiler.
Tras unos largos segundos de pesado silencio, Sasuke caminó a la cocina con la intención de perderse de vista un momento. Apenas avanzó unos pasos cuando fue detenido.
─¡Espera! Sasuke, ¿podemos hablar?
No estaba seguro de querer hablar con Sasuke porque presentía que iba a escuchar cosas que no le iban a gustar, pero necesitaba despejar, o al menos aligerar, ese ambiente cargado entre ellos.
El pelinegro no respondió nada, pero puso toda su atención sobre él, esperando escuchar qué tenía que decirle.
─Desde que supimos la noticia no hemos vuelto a tocar el tema, y… ─Se detuvo un instante, meditando cómo continuar mientras se rascaba una mejilla con un dedo─. Bueno'ttebayo, me gustaría saber cómo te sientes al respecto.
Sin querer responder aquello, Sasuke devolvió la pregunta.
─¿Cómo te sientes tú?
Naruto quiso componer una sonrisa que no le salió bien. Había notado que Sasuke esquivó responder, no era idiota.
─No lo sé. Se supone que las parejas se sienten felices cuando reciben este tipo de noticia, sin ir más lejos acuérdate de Sakura-chan y Lee ─comenzó a parlotear un poco nervioso─. En cambio tú pareces tan… incómodo con la noticia. Más que eso, te ves infeliz ─dijo finalmente, acercándose un par de pasos─. Sasuke, ¿en serio es tan mala esta noticia? Porque yo ni siquiera sé cómo debería sentirme ahora, y verte a ti en este estado lamentable no me ayuda.
─Yo… tampoco sé bien cómo debería sentirme, Naruto.
─¿Pero no se supone que deberíamos estar felices? ─Se alteró por un instante─. Especialmente tú, eres el último de tu clan. ─Ante el silencio que siguió a eso, Naruto enserió un poco su expresión─. Sasuke, sé sincero conmigo. No quieres al bebé, ¿cierto?
Sasuke respondió, pero tardó tantos segundos en hacerlo que era evidente que estaba pensando una excusa para decir.
─Sólo estoy tratando de asimilar todo.
─Asimilar… Claro.
Sasuke le miró atento.
─¿Qué insinúas?
─Te haría feliz que perdiera al bebé. Que desapareciera de nuestras vidas.
Los ojos negro y violeta se abrieron en señal de sorpresa por la acusación, pero no fue capaz de negarlo al instante.
─No es así…
─¡Me largo! ─sentenció dando media vuelta, abandonando el pequeño apartamento con un sonoro portazo.
En ningún momento Sasuke trató de detenerle o de excusarse, y eso hizo sentir peor a Naruto que se alejaba a paso rápido de allí.
─No es como si yo hubiera querido esto. ¡Maldición! ─masculló.
Sentía ganas de llorar, pero como que se llamaba Uzumaki Naruto no iba a dejar escapar ni una sola lágrima por culpa del idiota de Sasuke. Bastante lloró por él en el pasado.
…
En su despacho, Kakashi firmaba y sellaba unos papeles cuando la puerta se abrió con un estruendo, como si alguien la hubiera pateado.
─¿Pero qué…? ¡Naruto! ¿Qué forma es esa de entrar? ─reprendió ligeramente antes de volver la mirada a los papeles en sus manos.
─Necesito salir de Konoha ─dictaminó, acercándose a paso firme al escritorio─. ¡Ahora! ─Para dar más énfasis, azotó las manos contra la madera de la mesa.
El Hokage parpadeó sorprendido ante el explosivo mal humor que el rubio cargaba en ese momento y alzó la cabeza para observarle.
─¿A qué se debe esa urgencia? ─preguntó con interés.
Entonces el ceño fruncido de Naruto se suavizó por un instante, pensando una excusa que sonara creíble. No pensaba contar la verdad. Bastante cruel era recibir el rechazo de Sasuke por su condición.
─Hace meses que cuido de Sakura-chan y no he salido de Konoha. ¡Necesito cambiar de aires o me volveré loco!
El hombre le miró con aire comprensivo. Ciertamente Naruto había aguantado estoicamente la tarea nada sencilla de cuidar de Sakura, así que entendía que necesitara salir.
─Debes tener alguna misión sin asignar aún ─insistió el rubio, ignorando los pensamientos del otro.
─Justamente esta mañana hemos recibido un encargo…
─¡Sí! ─celebró al instante, interrumpiéndole.
─Iba a enviar al antiguo equipo 8, pero puedo cambiarte por alguno de ellos… Tal vez… ─comentó pensativo.
─Shino me da escalofríos cada vez que me mira dattebayo ─confesó─. Podemos ir Kiba, Hinata y yo ─propuso.
Kakashi suspiró hondo y finalmente cedió a los deseos de Naruto al notar su desesperación por salir de Konoha. Era una misión bastante corta, no tomaría ni una semana y era sencilla de realizar, aun así Naruto no se quejó lo más mínimo y se mostró bastante satisfecho, especialmente cuando supo que tendría que marcharse de Konoha a la mañana siguiente.
Realmente necesitaba perder a Sasuke de vista unos días. No soportaba el tenso ambiente entre ellos, y por otro lado, necesitaba pensar acerca de la criatura que según Tsunade crecía dentro de él, cómo se sentía al respecto.
En un movimiento inconsciente, se llevó una mano al vientre, captando la mirada de Kakashi que le daba breves indicaciones sobre la misión.
─Y eso sería todo, Naruto. Ya puedes irte a Ichiraku a comer ramen. ─Sonrió bajo la máscara.
─¿Eh? ─musitó sin comprender.
─Tienes hambre, ¿no?
Entonces el rubio fue consciente de la mano en su vientre y la apartó como si quemara mientras componía una sonrisilla nerviosa.
─S-sí, lo cierto es que estoy hambriento dattebayo ─mintió. Su estómago se revolvió por un segundo fugaz al imaginarse comiendo ramen, así que rápido descartó la idea.
─Recuerda: mañana a primera hora en el portón de la aldea. Sé puntual.
─Es irónico que precisamente tú hables de puntualidad, ¿no te parece? ─Sonrió burlón antes de dar media vuelta y caminar hacia la puerta, sintiéndose más tranquilo─. ¡Gracias, Kakashi sensei!
El hombre suspiró de nuevo y después sonrió bajo la máscara al escuchar la forma en que el rubio le llamó, trayéndole buenos recuerdos del joven equipo 7 con el que hacía misiones.
Sin duda, aquellos fueron buenos tiempos.
Pero ahora los miembros de aquel equipo eran casi unos adultos, a punto de cumplir los 20, y tenían sus vidas hechas. Por un lado, inesperadamente Sakura había encontrado el amor en Lee y en unos meses tendrían su primer hijo. Por otro lado, cuando supo que Sasuke y Naruto tenían "algo" no pudo sorprenderse más de dos segundos. Después de todo no le resultó tan inesperado. Esos dos siempre habían tenido un lazo único y especial. Además, en el fondo siempre pensó que la forma intensa y determinada con la que Naruto se empecinaba en sacar a Sasuke de la oscuridad y traerlo de regreso a su hogar no lo haría cualquiera.
Él conocía la historia de Jiraiya y Orochimaru, quienes atravesaron por lo mismo. Como era obvio, en algún punto Jiraiya comprendió que jamás podría sacar a su viejo amigo Orochimaru de la oscuridad que le consumía y desistió en sus intentos por salvarlo. Por muy amigos que fueran, todos tenían un límite.
Pero Naruto no.
Él jamás se había dado por vencido con Sasuke, así que a veces le era inevitable preguntarse si lo de Naruto hacia quien fue su amigo se estaba tornando en una obsesión, o tal vez los sentimientos habían transcendido a algo más.
Aunque aquellos sentimientos parecían haber florecido de forma tan paulatina y natural que el propio Naruto no parecía ser consciente de ellos y siempre ponía sus sentimientos de amistad como excusa. Eso y el hecho de que, según él, jamás podría ser Hokage si no lograba rescatar a su amigo.
Ignoraba quién de los dos dio el primer paso para que aquella relación que mantenían actualmente naciera, ¿fue Sasuke?, ¿tal vez Naruto?
Sólo sabía que después de la cuarta guerra shinobi, Sasuke cumplió un castigo en Konoha mientras Naruto se centraba en sus estudios para poder ser Hokage en un futuro. Después de aquello, Sasuke emprendió un viaje de redención para descubrir con otros ojos el mundo que le rodea. Unos ojos que ya no estaban cegados por el odio. Tiempo después, Tsunade logró que Naruto recuperara su brazo derecho usando células de Hashirama y las del propio Naruto.
Todo estaba en calma en Konoha y en general en el mundo shinobi.
Meses después de cumplirse un año de la partida de Sasuke, Naruto salió en una misión y para sorpresa de todos, regresó junto a Sasuke con una gran sonrisa. Como un niño que ha recibido el mejor regalo de cumpleaños.
Según Naruto, se habían encontrado por casualidad cerca de los límites del país de las Olas, donde Naruto tenía que realizar su misión asignada.
Desde ese momento había notado el cambio entre ellos, esos dos pasaban bastante tiempo juntos, prácticamente a todas horas. No sabía los detalles pero, quizá cuando se encontraron en los límites del país de las Olas, hablaron y aclararon sus verdaderos sentimientos.
Tras el cumpleaños número diecinueve de Sasuke, Tsunade le propuso a éste recuperar su brazo izquierdo de la misma forma que hizo con Naruto, sin embargo, en un principio el chico se negó en redondo, probablemente porque pensaba que como castigo por todo lo que hizo en el pasado no merecía aquello. Aunque como no podía ser de otra forma, Naruto le hizo cambiar de idea semanas después. ¿Cómo? Quién sabe. El poder de persuasión de Naruto a veces podía ser increíble.
Pero sus antiguos alumnos eran muy comedidos. No es que pudieras verlos por la calle abrazados o tomados de la mano como en alguna ocasión pudo descubrir a Lee y Sakura. No, a ojos de cualquiera ellos se trataban como lo harían unos simples amigos; pero quienes les conocían en profundidad y sabían la verdad, como él, podían apreciar pequeños matices que le daban a entender que a pesar de la fachada, la relación no era lo que aparentaba.
Fuera como fuera, se sentía muy feliz por su antiguo equipo 7. Tanto Sakura, como Sasuke y Naruto, habían encontrado sus caminos hacia la felicidad.
…
La noche había llegado y todavía no había rastro de Naruto. Sasuke estaba preocupado, pero a la vez no había tenido el valor para salir a su encuentro, no quería iniciar una nueva pelea. Suficiente habían peleado en el pasado.
Tomó asiento en la cama que compartían, y hurgando entre sus ropas, sacó su viejo protector de Konoha. En medio del silencio lo observó fijamente. Ese simple objeto tenía un gran valor sentimental tanto para Naruto como para él. Por su parte, le hacía recordar todo lo bueno y malo vivido, los errores que jamás volvería a cometer… Naruto y él habían pasado por mucho para llegar al momento actual. No recordaba cuándo fue la última vez que se había sentido tan pleno en todos los sentidos como lo era actualmente.
Pero…
"Enhorabuena por tu futura paternidad… supongo."
El recuerdo de la voz de Tsunade le aturdió lo suficiente como para apretar con fuerza desmedida el protector en su mano, hasta que sus nudillos se volvieron blancos.
"Mi nombre es Uchiha Sasuke. Me disgustan muchas cosas y no me gusta nada en particular. No me gusta resumirlo como un sueño, pero tengo una ambición: la ambición de restaurar mi clan y… matar a cierto hombre."
Cuando siendo sólo un mocoso dijo aquellas palabras a modo de presentación, recordaba que mencionó su intención de restaurar su clan, pero en ningún momento lo enfocó en el sentido de tener descendencia y continuar con el linaje. Él sólo quería matar a su hermano para vengar a todos los Uchiha asesinados cruelmente a manos de éste.
En aquellos días el honor del clan Uchiha pesaba sobre los hombros de Itachi, quien redujo el apellido Uchiha a la nada, y sobre los suyos, quien no podría restaurar el honor perdido de los Uchiha hasta asesinar a Itachi.
Después todo se complicó cuando descubrió la verdad sobre su hermano y todo su odio fue dirigido hacia la aldea para vengar la muerte de su hermano y cortar cualquier lazo del clan Uchiha con Konoha. Su hermano había tenido una vida tan trágica para que la aldea gozara de paz, y ese simple pensamiento le hacía arder de ira.
Arrasando esa maldita aldea que tanto hizo sufrir a su hermano y a su clan, restauraría el daño causado a los Uchiha, el honor del apellido Uchiha sería restablecido. Esa era su definición de "restaurar el clan Uchiha".
"¿Pero no se supone que deberíamos estar felices? Especialmente tú, eres el último de tu clan."
Jamás, ni siquiera remotamente, había pasado por su cabeza el pensamiento de tener un hijo. De ser así, nunca habría rechazado a tantas chicas, habría terminado emparejado con una mujer y no con Naruto. Habría pasado su adolescencia buscando una mujer potencialmente apta para darle una descendencia fuerte y no buscando poder para asesinar a Itachi. Habría vivido pensando en el futuro y no en el pasado.
Desde hace mucho tiempo había asimilado que con su muerte el clan Uchiha dejaría de existir y se convertiría en una leyenda. Todo terminaría ahí.
Pero ahora…
Abandonó sus cavilaciones y volvió a guardar el protector al escuchar la puerta y el sonido de suaves pisadas acercarse hasta que finalmente vio al rubio ingresar en la habitación mientras se retiraba la chaqueta para dejarla en el armario.
─Oh, todavía estás despierto.
─¿Dónde estabas? ─habló casi a la misma vez─. Es tarde.
Naruto se encogió de hombros con un movimiento despreocupado y caminó de nueva cuenta a la salida de la habitación para ir al baño.
─Estaba en Ichiraku'ttebayo. Se me antojó comer unos tazones de ramen con mucho menma.
─Tú odias el menma ─señaló lo obvio una vez más.
Cuando estaba por salir, el rubio se volvió para enfrentarle con cierta seriedad poco común en él.
─Así es, pero al parecer el bebé que tanto te incomoda lo ama.
Al instante Sasuke apartó el rostro y clavó una mirada de culpabilidad en el suelo. Después, escuchó la puerta del baño cerrarse.
La noche no fue menos incómoda que las anteriores. Sasuke logró quedarse dormido bien entrada la madrugada, y su instinto shinobi le hizo despertar a duras penas tras escuchar un ruido que para cualquiera podría pasar desapercibido. Miró la hora en el reloj sobre la mesa de noche y después al rubio que ingresaba en la habitación completamente aseado y vestido.
─¿Se puede saber a dónde vas tan temprano? ─preguntó sentándose en la cama, pasándose una mano por los despeinados mechones negros.
─¿Um? ─Enfocó al otro sin rastro del enojo de la noche anterior─. Voy a casa de Sakura-chan para acompañarla al hospital, van a hacerle unas pruebas… o unos análisis… algo así'tteba.
Sasuke se mostró ligeramente interesado al escuchar eso, y no precisamente porque estuviera preocupado por Sakura.
─Ahora que lo dices, deberíamos ir para que Tsunade te revise a ti también.
Ante el comentario el rubio se tensó visiblemente, pero Sasuke asumió que era porque el tonto de su novio estaba pensando en inyecciones y agujas.
Apenas estaba haciendo las sábanas a un lado dispuesto a ponerse de pie, cuando vio al rubio tomar raudo su conocida chaqueta negra y salir corriendo.
─¡Nos vemos después! ─exclamó tomando su mochila y el protector que reposaban en el rellano de la entrada ocultos de la vista de Sasuke.
El portazo que resonó le hizo entender en cuestión de segundos que se había quedado solo.
─Ese dobe…
Soltó un hondo suspiro, resignándose a que ese día Tsunade no revisaría a Naruto. Tampoco es como que él tratara de imponerse sobre el cabeza hueca de Naruto y llegar al extremo de llevarle al hospital a rastras si fuera necesario.
De nuevo enfocó su negra mirada en el suelo, sintiéndose incómodo a la par de culpable. No podía ser que un pequeño ser que apenas empezaba a existir le estuviera distanciando de esa forma de su lazo más importante.
La mañana transcurrió lenta y demasiado apacible para Sasuke. Cuando llegó la hora de la comida no le extrañó que Naruto no hubiera regresado, asumió que se había quedado a comer en casa de Sakura como siempre hacía desde que cuidaba de ella.
Sin embargo, cuando el sol se puso y las farolas iluminaban las calles, decidió dejar a medias la cena que degustaba y salió del apartamento para buscarle. Había dedicado todo el día en la soledad de su hogar a meditar sobre su situación con Naruto, y había decidido que le convencería para ir con Tsunade al día siguiente; después, dependiendo de los resultados, tendrían que decidir qué hacer.
No podía vivir eternamente actuando como si ese pequeño ser no existiera. Era absurdo. Y sabía que a la larga eso sólo volvería más dolorosa aquella situación que al final ni Naruto ni él habían deseado.
Pero así eran las cosas ahora, y debía enfrentarlo de una vez.
La sonrisa de Sakura fue lo primero que vio en cuanto la chica le abrió la puerta de su apartamento.
─¡Sasuke-kun! ¡Hola! ─Sus ojos brillaron de alegría por la inesperada visita─. Pasa, pasa, llegas justo para cenar.
Con la confianza de los años que habían pasado juntos, tomó al chico de la muñeca y le guió al interior de su hogar. El pelinegro se incomodó ligeramente al darse cuenta de que ella pensaba que estaba allí para visitarla, y su intención real estaba muy lejos de eso.
─En realidad no tengo hambre ─respondió, mirando a su alrededor una vez que llegaron a la cocina─. ¿Estás sola?
─Nada de eso, estoy muy bien acompañada ─respondió con una sonrisa, soltando al otro para acariciarse el vientre con ambas manos.
Pero ignorando aquella respuesta que no le ofrecía la información que deseaba, estudió su alrededor una vez más. No percibía el chakra de Naruto ni remotamente.
─¿Dónde está Naruto? Pensé que estaba aquí.
─¿Ah? ─Parpadeó confundida por la pregunta─. No sé dónde está Naruto, no le he visto por un tiempo. ─Apenas dijo aquello cuando percibió un mínimo cambio en el rictus de su amigo que se enserió un poco más─. ¿Ocurre algo, Sasuke-kun? ─se preocupó.
Todavía con aquella fachada de seriedad que trataba de ocultar una creciente preocupación, los ojos negro y violeta enfrentaron los verdes.
─Pero Naruto estuvo contigo esta mañana, ¿no es así? Para acompañarte a tu visita a Tsunade.
─No entiendo lo que estás diciendo, Sasuke-kun. ─Negó con la cabeza ligeramente─. Hace días me comentó que se sentía mal y que necesitaba tomarse un descanso, desde entonces no le he visto. Por cierto, ¿está mejor?
Las alarmas de Sasuke empezaron a activarse y ni siquiera escuchó lo último. Algo no estaba bien.
─¿Entonces esta mañana no tenías una revisión en el hospital con Tsunade por lo de tu embarazo? ─Quiso asegurarse.
─No, todavía falta un tiempo para mi próxima revisión. He estado todo el día en casa, no he salido de aquí… ─Se interrumpió al ver al otro dar media vuelta y caminar raudo hacia la salida─. ¿Sasuke-kun?
─Nos vemos ─se despidió en un murmullo acelerado, abandonando el hogar de la chica.
No lo entendía. ¿Por qué Naruto le había mentido?
Subido en uno de los tejados más altos y próximos que pudo encontrar, Sasuke estudiaba las calles de la aldea, tratando de percibir la llamativa cabellera rubia entre la poca cantidad de gente que a esas horas transitaba.
─¿Dónde demonios te has metido, usuratonkachi? ─se preguntó en un susurro, sin dejar de examinar su alrededor─. Tal vez…
Saltando por los tejados un tramo, finalmente aterrizó frente a Ichiraku ramen. Si Naruto no estaba allí, sentía que debía empezar a preocuparse de verdad.
Escuchaba a Teuchi hablar con alguien conforme se acercaba, y esperaba que ese alguien fuera Naruto.
Al mover la pequeña cortinilla a un lado, comprobó que efectivamente Teuchi hablaba con un cliente, pero no era Naruto.
Tampoco estaba allí.
─Sasuke, hola ─saludó el siempre amable Teuchi─. ¿Te apetece algo de…? ─No pudo terminar la pregunta cuando vio al chico darse la vuelta en un arrebato y marcharse corriendo─. ¿Qué mosca le ha picado? ─susurró para sí mismo, desconcertado.
Sasuke no sabía dónde buscar después, se le ocurrían bastantes lugares donde hacerlo. Tal vez estaba con Shikamaru, Kiba… alguno de ellos. Quizá estaba en el monumento de los Hokages tallado en la roca. Descartaba que hubiera ido con Tsunade, ya que Naruto le tenía pánico a las agujas. Al alzar la mirada llamó su atención la torre Hokage, viendo las luces del despacho de Kakashi todavía encendidas.
Acelerando el paso se dirigió hacia allí. No quería ser paranoico pero un ligero mal presentimiento empezaba a instalarse en su pecho.
Kakashi se sobresaltó ligeramente cuando alguien entró en su despacho con premura, sin tocar la puerta.
─¿Sasuke? ─pronunció con sorpresa ante el extraño actuar maleducado del muchacho, aunque por otro lado enseguida percibió su expresión sumamente seria, más de lo habitual─. ¿Ocurre algo?
─Naruto ha desaparecido.
─¿Qué? ─Se sorprendió.
─Esta mañana me dijo que iba a acompañar a Sakura al hospital para una revisión por su embarazo, pero acabo de descubrir por la propia Sakura que no tenía tal revisión. Naruto me mintió. Le he estado buscando y no hay rastro de él.
El Hokage percibió que a pesar de que la explicación de Sasuke fue dicha aparentemente con calma, su cuerpo estaba algo tenso probablemente por la preocupación.
Pero después recordó algo.
─Un momento, Naruto no ha desaparecido, está en una misión.
Sasuke sintió por un segundo que se atragantaba con su propia saliva.
─¿¡Qué!?
─Sí. ─Insistió y abrió un cajón, sacando unos papeles que revisó por unos segundos─. Efectivamente, hoy salían en una misión Kiba, Hinata y Naruto. ─Alzó la mirada al escuchar a su antiguo pupilo mascullar palabras malsonantes─. Sasuke, ¿estás bien? Te ves un poco… estresado. Si es por Naruto no hay de qué preocuparse, ya sabes que está en una misión, aunque no entiendo por qué no te lo dijo…
─Maldición, Kakashi, nada está bien. ─Cerró los ojos y se masajeó ligeramente el entrecejo, tratando de reunir paciencia─. ¿Cómo se te ocurre mandar a Naruto a una misión?
Kakashi le miró entre curioso y sorprendido por la forma en que el chico le habló.
─Te recuerdo que Naruto es un shinobi y está perfectamente capacitado para realizar misiones. Además, no lo decidí yo, fue el propio Naruto.
─¿Qué?
─Ayer Naruto vino aquí, lucía tan enojado y estresado como tú lo estás ahora. Prácticamente me suplicó que le enviara a una misión. Me dijo que estaba estresado por estar tanto tiempo cuidando de Sakura y sin salir de Konoha. Y ahora, ¿podrías tranquilizarte, Sasuke? ─pidió con paciencia.
Al instante el pelinegro recordó su pelea del día anterior con Naruto. No hacía falta ser muy listo para darse cuenta de que el motivo por el que su novio le rogó a Kakashi salir de Konoha fue para no verle a él y no porque estuviera estresado por cuidar de Sakura.
Aquella situación era culpa suya.
─Kakashi, tienes que enviar un mensaje a Naruto y hacerle regresar.
El hombre alzó una ceja al comprender que Sasuke no se lo estaba pidiendo, se lo estaba ordenando.
─¿Y debería hacer eso por…? ─preguntó entrelazando sus dedos sobre la mesa.
─Kakashi, no hagas preguntas estúpidas. No fue muy sensato de tu parte enviar a Naruto a una misión sabiendo su condición…
─¿Qué condición? ─interrumpió totalmente intrigado.
Entonces el ceño fruncido de Sasuke se suavizó debido a la confusión.
─Espera, ¿no lo sabes? Pensaba que al ser el Hokage, Tsunade te lo había dicho.
─¿Decirme qué, Sasuke? ─Esta vez un tono serio impregnó su voz─. ¿Qué está pasando?
El pelinegro suspiró y con un gesto que delataba su intranquilidad, se peinó los cabellos hacia atrás con un movimiento de mano.
─Naruto… ─Hasta le costaba pronunciarlo─. Naruto está embarazado.
Una estruendosa tos inundó el despacho cuando Kakashi se atragantó sorpresivamente con su propia saliva.
─Pensaba que lo sabías ─insistió Sasuke, haciéndose oír sobre la constante tos.
Cuando la tos finalmente cesó, Kakashi se limpió una traicionera lágrima que había escapado de uno de sus ojos y después enfocó a Sasuke por unos segundos, dudando sobre preguntarle si aquello era una broma, pero la preocupación y seriedad en el rostro del contrario le indicaban que no era así.
─Sasuke, sé que estás hablando en serio. Todo tu lo dice. Pero… es simplemente increíble. ¿Cómo pasó? ─Al ver la obvia mirada que le dedicó el otro, se aclaró la garganta y rápido se corrigió un poco azorado─. ¡No me refiero a eso! Sé cómo se da un embarazo. Lo que quiero decir es, ¿cómo es posible que un hombre esté embarazado?
─Eso es lo mismo que me he estado preguntando yo estos días, Kakashi. No sé si el kyuubi tendrá algo que ver.
─¿Y por qué Tsunade no me ha informado de nada? Siendo el Hokage debería estar al tanto de un asunto tan delicado como este.
─Tal vez… ─Meditó un instante─. Tsunade quería realizarle más pruebas a Naruto para confirmar realmente el resultado anterior, pero no volvimos a ir al hospital después del primer diagnóstico.
─¿Y eso por qué? ─Se interesó.
Un nuevo suspiro brotó de los labios de Sasuke.
─Desde que supimos la noticia, Naruto y yo no hemos estado en nuestro mejor momento.
Escuchar aquello impresionó al hombre.
─Bueno… entiendo que fuera sorprendente, pero… es una bonita noticia. ─Sonrió ligeramente bajo la máscara─. Después de todo lo malo y lo que habéis sufrido, os merecéis que algo bueno como esto os ocurra. Me siento muy feliz por vosotros. Mi más sincera enhorabuena.
─Gracias.
A Kakashi le llamó la atención la forma desapasionada en que el muchacho le contestó. Ahora que se fijaba bien, en absoluto lucía como un futuro padre orgulloso y feliz.
─Sasuke… ─Le miró con interés─. Sabes que siempre has sido especial para mí y un alumno muy preciado, puedes contarme lo que te está preocupando, te ayudaré en lo que pueda.
─Si pudieras hacer retroceder el tiempo, sería maravilloso.
El hombre parpadeó sorprendido al entender lo que eso implicaba.
─No estás feliz por el bebé ─comprendió─. ¿Por qué?
Al instante vio a Sasuke dar media vuelta y caminar unos pasos. Por un segundo pensó que se iba a marchar así sin más, sin responder a su pregunta. Pero no, Sasuke se detuvo e inclinó el rostro, como si estuviera meditando las palabras adecuadas para responder.
─Es suficiente con que Konoha me odie sólo a mí, y quiero que así siga siendo.
El hombre le dedicó una mirada de preocupación a pesar de que Sasuke no podía verle. Sin embargo…
─No comprendo, Sasuke.
Entonces el mencionado giró para encararle, luciendo de nuevo algo estresado.
─Abandoné Konoha, fui un renegado, en más de una ocasión traté de matar a Naruto, el héroe de la aldea, quería destruir Konoha hasta los cimientos… ¿qué futuro crees que tendría el hijo de alguien como yo?
Kakashi enmudeció por un instante al comenzar a entender lo que el otro le estaba diciendo. No era que Sasuke despreciara al bebé sin más, era simple y llanamente que estaba preocupado y asustado por su futuro a pesar de apenas haber sido concebido.
Eso decía mucho de Sasuke, de cuánto había cambiado.
─Pero tú ya no eres ese shinobi. Has cambiado. ─Le recordó─. En su momento cumpliste tu castigo y desde entonces has ayudado a la aldea en tus misiones. Konoha sólo necesita tiempo para volver a confiar en ti.
─¿Tiempo? ─Sonrió de forma sutil, irónico─. ¿Cuánto tiempo, Kakashi? Recuerda el pasado de Naruto, un niño huérfano y odiado por la aldea durante toda su infancia por algo que ni siquiera fue culpa suya. ─Apartó la mirada con molestia─. Eso me da una idea muy clara de lo que sufrirá ese bebé si nace.
Su ceño se frunció en señal de frustración. Todo sería más sencillo si ese bebé no hubiera existido jamás. ¡Maldición! No quería que tuviera una vida de rechazo al ser hijo del viejo traidor de la aldea. Juraba que si alguien dedicaba aunque sea una mala mirada a su hijo, le cercenaría el cuello con su espada.
Podía soportar ser odiado por Konoha, se lo merecía. Pero no estaba dispuesto a soportar que su hijo cargara con un odio y una culpa que no le correspondía tal y como le ocurrió a Naruto.
─Fuiste un traidor y eso no se puede cambiar. Pero enfócalo de esta manera: Naruto ahora es el héroe de Konoha, es muy probable que por respeto a él no traten mal a vuestro hijo. ─Antes de que el otro pudiera decir algo, prosiguió─. Además, la situación de Naruto era diferente. Él estaba completamente solo, pero este bebé tendrá unos padres que estoy seguro le defenderán con uñas y dientes. ─Le sonrió afable bajo la máscara.
─No lo dudes ─murmuró.
Ni siquiera habían ido con Tsunade a verificar que Naruto realmente estaba embarazado y él ya estaba pensando en diferentes formas de torturar y asesinar a quien osara perturbar la tranquilidad de su futuro hijo.
Después quedó un pequeño silencio en el despacho. Kakashi estudiaba a su antiguo alumno y éste tenía la mirada clavada en el suelo como si fuera lo más interesante del lugar.
─Hay algo más que te preocupa, ¿verdad?
Los ojos de Sasuke le enfocaron por un segundo antes de volver a contemplar el suelo. Durante algún tiempo antes de abandonar Konoha, Kakashi había sido lo más parecido a un padre que había tenido. Gracias a que también poseía el sharingan le entendía mejor que otros shinobis.
─No sé si podré ser un buen padre ─explicó casi en voz baja, sin mirarle.
A diferencia de Naruto, por unos años él había conocido lo que era una familia. Pero su relación con su padre no había sido especialmente estrecha y plena. Sólo podía recordarse a sí mismo esforzándose hasta lo inimaginable para hacerle sentir orgulloso, sin embargo éste se limitaba a suspirar y mirarle como si no fuera suficiente. Como si hiciera lo que hiciera nunca fuera suficiente.
"Sigue así y conviértete en un buen ninja como tu hermano.
Padre… yo…"
Ese trato distante le frustraba y entristecía, incluso le hacía sentirse infravalorado y no querido.
Sólo soñaba con que él le viera y dijera con orgullo 'Ese es mi hijo'. Pero la ambición de su padre era convertirle en una copia de Itachi, hacia quien por un momento llegó a sentir celos y otros sentimientos negativos.
No quería ser un padre así, pero tampoco sabía si podría ser de otra manera. Después de todo, ese era el referente que había tenido en su niñez.
─Sasuke… ─musitó Kakashi, mezcla de sorpresa y comprensión.
Jamás esperó que a estas alturas de su vida pudiera sentirse enternecido por algo, pero ver aquella genuina preocupación en su antiguo alumno, a quien conocía prácticamente como la palma de su mano y que era lo más parecido a un hijo que había tenido, lo había logrado.
─Entiendo tu preocupación ─prosiguió el Hokage─. Pero nadie nace sabiendo cómo ser un buen padre o una buena madre, no te atormentes por eso. Además, tienes a Naruto a tu lado, él te ayudará.
─Kakashi… ─le nombró en un tono obvio, clavando la mirada en él─. Los referentes paternos de Naruto son incluso peores que los míos, desde que nació estuvo solo. No tiene ningún referente al que imitar. ─Suspiró por enésima vez y poco después añadió─. Sólo puedo imaginarme a Naruto enseñándole a nuestro hijo sobre los diferentes tipos de ramen habidos y por haber.
El último comentario no pudo evitar arrancarle una sincera carcajada a Kakashi, visualizando en su mente lo que Sasuke acababa de decir.
─En mi opinión eso sería algo divertido de ver, ¿no te parece?
Por fin el rictus tenso empezó a suavizarse en Sasuke después de soltar todo lo que le pesaba por dentro. Sin pretenderlo, en su mente empezó a visualizar a Naruto con un pequeño niño o niña en sus brazos mientras le mostraba con emoción infantil los diferentes tipos de ramen instantáneo que guardaba en la cocina. Los dos serían unos obsesionados del ramen y él sería el único en ese apartamento amante de la comida sana.
Entonces un suave calorcito se instaló en su pecho y sin ser consciente sus comisuras se curvaron en una sincera sonrisa.
Al apreciar aquella sutil pero sincera sonrisa, Kakashi sonrió relajado bajo la máscara.
─¿Ya te sientes más tranquilo, Sasuke?
El chico despertó de su fantasía y volvió a encarar al hombre por un instante con su acostumbrada seriedad antes de asentir con un movimiento de cabeza.
─Supongo que sí, pero recuerda enviar ese mensaje a Naruto para que regrese ya.
─No creo que haya mucho de qué preocuparse, Sasuke. La misión es sencilla. Sólo tienen que escoltar al hijo de un señor feudal a la aldea de la Hierba. Creo que sería mejor dejarle realizar la misión y que se tranquilice un poco, como te dije antes, él también lucía estresado y no creo que eso sea bueno para el bebé.
Resignándose, el pelinegro asintió con un movimiento de cabeza. Kakashi tenía razón, a Naruto le vendría bien despejarse un poco de la preocupación haciendo aquella misión.
El problema era que conocía a Naruto lo suficiente como para saber que la prudencia no era su mejor virtud.
Sólo le quedaba confiar en que Naruto al saber su condición no haría nada arriesgado.
CONTINUARÁ.
¡Hola! Como es habitual en mí, traigo una nota de autora plagada de datos que nadie me pidió:
Acerca de Sasuke: las fans siempre han hablado mucho acerca de que la forma en que Sasuke quería restaurar su clan era teniendo descendencia. Incluso yo también lo he dicho alguna vez a modo de broma. Pero mientras buscaba información para escribir este fic me sumergí en bastantes fragmentos del manga de Naruto y viéndolo con más detalle, Kishimoto siempre nos muestra a Sasuke como un personaje que no tiene ambiciones de futuro, siempre vive mirando al pasado (su hermano, su clan exterminado y por ende, el honor perdido de su clan) En la antigua cultura japonesa tenían muy arraigado aquello del honor de pertenecer a X familia y lo defendían a capa y espada si ese orgullo era mancillado de alguna forma.
Por otro lado y aunque parezca simple, Sasuke jamás ha exteriorizado que quiera formar una familia. Y si su meta hubiera sido tener hijos no se habría pasado la vida rechazando chica tras chica. ¿Pero por qué lo hizo? Porque esa claramente no era su ambición.
Y eso es lo que he tratado de plasmar en este capítulo y el fic en general. (En ese aspecto el Sasuke de "Boruto" no me sirve porque a ese le formatearon el Windows, de repente todos parpadeamos dos veces y ya estaba viviendo con Sakura y tenían una hija)
Cuando Sasuke dice que es suficiente con que Konoha le odie sólo a él. En "Boruto" dice una frase así, y me quedé de "¡Aargh! ¡Malditos aldeanos, siempre destilando odio!" Me dio lástima Sasuke.
Por cierto, para que os hagáis una idea más clara de cómo se ven Sasuke y Naruto. Son el Sasuke situado en "Sasuke Shinden" y el Naruto situado en "The Last" pero sin el brazo vendado ni la alopecia juvenil porque en mi Facebook por votación popular se decidió que Naruto no tendría alopecia juvenil porque Sasuke no sale con pelones XDD
¡Nos vemos en el siguiente capítulo!
