Anhelo escondido:

Takaita Hiwatari

Capítulo 3: "Nada"

Cuatro días después, entrada la tarde, Sasuke caminaba al apartamento de Naruto portando una bolsa con algunos comestibles. En esos días no se había sentido tranquilo en absoluto, le preocupaba que Naruto pudiera cometer alguna de esas temeridades que tan bien se le daban hacer.

Siempre era tan inconsciente…

Pero mientras, en la soledad del apartamento había tenido tiempo y silencio de sobra para meditar su actual situación. Debía enfrentar su realidad, el bebé era un hecho y de nada servía lamentarse con desear poder retroceder el tiempo para evitarlo.

Naruto y él necesitaban hablar, limar las asperezas entre ellos y planear juntos cómo iban a torturar a cualquiera que hiciera sentir mal a su hijo desde el segundo uno de su existencia.

─¡Oe! ¡Sasuke!

El llamado acelerado de Kiba le hizo detenerse y voltear con cierta intriga.

La bolsa de la compra se le cayó de las manos al descubrir al castaño llevando a Naruto sobre su espalda, al parecer inconsciente. Con un mal presentimiento, en un parpadeo estuvo frente a Kiba que llegaba acompañado de una preocupada Hinata que portaba su propia mochila y la de Kiba.

─¿Qué ha pasado? ─exigió saber de inmediato.

─Nos atacaron cuando estábamos por completar la misión. Naruto se puso a sí mismo como carnada haciendo un henge para transformarse en el hijo del señor feudal al que escoltábamos y que los enemigos le persiguieran a él.

Con una mano Sasuke tomó ligeramente el rostro del rubio que reposaba sobre uno de los hombros de Kiba. No lucía magulladuras excepto una mejilla algo sonrojada señal de un golpe. Lo único preocupante que pudo apreciar fue que el pantalón estaba roto a la altura de la rodilla en la pierna derecha, revelando que la pierna del chico estaba algo hinchada y sutilmente amoratada con un ligero corte y rastros de sangre seca, además, un trozo de tela a modo de torniquete estaba atado por encima de la rodilla.

─¿Y eso?

─Al parecer alcanzaron a hacerle un corte con un kunai envenenado. Me molesté cuando supe que Naruto había sido herido de una forma tan tonta, pero él me contó que un repentino mareo le hizo despistarse por un instante, aunque yo no me creo esa burda excusa. Simplemente Naruto es un patoso ─renegó─. Después empezó a sentirse mal y hablar incoherencias…

─¿Incoherencias? ─repitió con interés.

─Sí, empezó a decir cosas como "No quiero perderle" o "Es mi culpa" mientras se abrazaba el estómago. Se estaba alterando demasiado y eso sólo ayudaba a que el veneno se extendiera más rápido, así que tuve que anularle con un buen puñetazo. ─Se explicó casual─. Tengo que entregar el reporte de la misión. ¿Podrías llevar a Naruto con Tsunade para que le revise? Entre Hinata y yo le tratamos y estoy seguro de que está fuera de peligro, pero por si acaso…

No había terminado de hablar cuando Sasuke prácticamente le había arrebatado a Naruto con urgencia disfrazada de un rostro impasible, cargándolo a su espalda.

─S-Sasuke-kun… ─balbuceó Hinata con preocupación─. Cuida de Naruto-kun, por favor.

Sasuke sólo la miró un instante antes de abrir un portal y desaparecer por él. Apenas puso un pie dentro de la consulta de Tsunade cuando escuchó a ésta exclamar sorprendida.

─¡Santo cielo, Sasuke! ¿Qué formas son esas de entrar? Estoy atendiendo a una paciente… ─Dejó de hablar al ver a quién cargaba en su espalda─. ¿Qué le ocurre a Naruto? ─Se puso de pie al instante, llena de preocupación.

La paciente en cuestión, una mujer de unos cuarenta y tantos, también se puso de pie con inquietud al ver al héroe de la aldea inconsciente y pálido. De inmediato miró con desprecio al último Uchiha.

─¿Qué le has hecho a Naruto? ─demandó saber, sorprendiendo a los otros dos─. Todos lo sabíamos, que no es bueno que Naruto tenga un amigo como tú, que tarde o temprano ibas a lastimarle…

─Silencio ─interrumpió Sasuke sin importarle ser grosero. Tenía prisa─. Si hubiera herido a Naruto no le traería aquí, deje de hablar incoherencias.

La mujer arrugó el entrecejo, ofendida y enojada a partes iguales por la insolencia del último Uchiha. Pero no tuvo tiempo de replicar nada cuando escuchó que Tsunade la llamaba.

─Ya puedes retirarte, tu consulta ha terminado. Tómate esas píldoras de la forma que te indiqué y a las horas acordadas, con eso tu dolor mejorará. Y ahora déjanos solos, tengo que atender a Naruto.

En cuanto ella salió dando casi un portazo, Tsunade le indicó a Sasuke que recostara a Naruto en la camilla al fondo de la habitación. Le retiraron el protector de la frente, lo guardaron en la mochila que el rubio portaba y dejaron ésta en el suelo.

Tras explicarle brevemente a la mujer lo que Kiba le contó, permaneció tenso y mudo en su lugar, sintiéndose engullido por una creciente preocupación no sólo por Naruto, sino también por el bebé. Se sorprendió al verse asaltado por el temor de perder al bebé, ese bebé que en ningún momento había deseado.

Ese tonto de Naruto… Pensó con frustración. ¿Por qué siempre era tan imprudente?

─Naruto tiene un poco de fiebre y la tensión arterial algo baja, seguramente por eso se mareó. ─Escuchó decir a Tsunade después de lo que le pareció una eternidad en la que estuvo sumido en sus pensamientos. Mientras tanto ella había retirado el torniquete y limpiado la herida─. Pero esto servirá. Por suerte Hinata y Kiba han tratado con rapidez a Naruto y todo parece indicar que los niveles de veneno son mínimos. Aun así le he extraído algo de sangre para asegurarme. ─Sasuke se movió a un lado, apreciando una vía en uno de los brazos del rubio que suministraba un líquido transparente desde una bolsita─. Además, el chakra del kyuubi ayudará a Naruto a recuperarse antes. ─Giró para encarar al otro─. Dame un minuto, iré a traer unas hierbas medicinales.

En cuanto la rubia abandonó la habitación, Sasuke se acercó presuroso y tomó asiento en el borde de la camilla, tratando de incomodar lo menos posible al otro.

─Nunca vas a dejar de ser un usuratonkachi ─reprendió en un murmullo, estudiando el rostro contrario con detenimiento.

Su mirada viajó despacio por el torso de Naruto hasta detenerse en el vientre, pero no podía apreciar gran cosa gracias a la típica chaqueta holgada. Tomó la cremallera y la bajó, abriendo la prenda. Después, con movimientos más inseguros, tomó los bordes de la camiseta que vestía debajo y la levantó lentamente, mostrando el vientre que durante un tiempo se había rehusado a mirar.

Dubitativo, y casi podría jurar que hasta con miedo, finalmente posó las puntas de sus dedos en la suave y bronceada piel del vientre. Segundos después, se atrevió a posar la palma de la mano.

Sólo estando junto a Naruto podían ocurrirle cosas tan increíbles como aquella, meditó curvando una de sus comisuras en una suave sonrisa. Un hijo de ambos. Sí, sin duda Naruto seguía siendo el ninja número uno en sorprender a la gente.

Retiró la mano como si la zona quemara cuando escuchó la puerta abrirse estrepitosamente, viendo a Tsunade entrar con el remedio medicinal entre las manos.

─Esto eliminará cualquier posible resto de veneno que pueda quedar en su organismo… ─Se detuvo al percatarse de que la ropa del rubio no estaba como ella la dejó y miró al pelinegro con intriga, esperando una respuesta─. Eem…

─Sólo me estaba preguntando si el bebé está bien ─se limitó a decir.

La rubia asintió al entenderlo y terminó de acercarse a ellos para dejar el remedio en una mesilla, pidiéndole a Sasuke que se hiciera a un lado para no estorbarle en su tarea.

─De eso me iba a encargar ahora.

Reunió chakra en sus manos y las acercó al descubierto vientre del rubio pasándolas lentamente arriba y abajo para escanear la zona. Sasuke, que se mantenía a los pies de la camilla para poder apreciar todo desde allí, no se le escapó el hecho de que conforme los segundos pasaban, el rostro de Tsunade se iba a transformando a uno de confusión y más tarde, a uno sumamente serio.

─Tsunade, ¿qué ocurre?

─No me molestes mientras trabajo, mocoso ─regañó con aquella seriedad que de pronto se había adueñado de ella.

─Y tú no me cambies de tema. ─El tono empleado, a pesar de parecer tranquilo dejaba ver su molestia─. ¿Qué ocurre? Habla.

La rubia apartó la mirada y chasqueó la lengua con cierta frustración y disgusto. A veces Sasuke podía ser hasta más maleducado que el propio Naruto.

Finalmente suspiró y apartó las manos, enfocando los serios ojos bicolor.

─No puedo sentir al bebé ─confesó.

─¿Qué…? ─musitó perplejo, clavando la mirada por un segundo en el vientre de Naruto y después de regreso a la mujer─. ¿Cómo que no puedes sentirle?

¿Tal vez el veneno había afectado al bebé? ¿Era demasiado tarde para él? ¿Estaba… muerto?

─Sasuke, escucha…

─Mn…

El suave quejido de Naruto hizo que los otros dos tensaran sus hombros y miraran al rubio que perezoso se llevaba una mano a la frente para masajearla mientras sus ojos se esforzaban por enfocar el lugar en el que se encontraba.

De pronto, como un flash, todo el recuerdo de lo ocurrido le asaltó. Cuando huía de esos tipos haciéndose pasar por el hijo del señor feudal, recordaba que le invadió uno de sus molestos y repentinos mareos en los que todo daba vueltas a una realidad vertiginosa y sentía las piernas débiles. Fueron unos escasos segundos lo que duró, pero fue suficiente para hacerle tambalearse en su huida y que un kunai le hiciera un corte en la pierna derecha. Luego de aquello, más repuesto del mareo, pudo deshacerse de ellos con ayuda de algunos clones, y fue después de la pelea cuando comenzó a sentirse sospechosamente mal y apreció un tono púrpura alrededor del corte.

Veneno, pensó alarmado.

─¡El bebé…! ─exclamó sentándose de forma precipitada que logró que la habitación diera un vuelco por un segundo, descubriendo a Sasuke a los pies de la camilla y a Tsunade a su lado.

Ambos estaban sumamente serios, pero no pudo reparar más en ello al percibir molestia en un brazo. Al mirar hacia allí descubrió una vía, así que estiró el brazo para reducir la incomodidad que la aguja le causaba.

Preocupado, se dirigió a la mujer.

─Tsunade no baa-chan, ¿el bebé está bien?

─Tranquilo, acabas de despertar. Toma, bébete esto. ─Tomó el remedio medicinal de la mesilla y se lo extendió─. Tiene un sabor algo amargo, pero eliminará cualquier posible resto de veneno de tu organismo.

─¿Está bien si lo bebo? ─cuestionó todavía un poco inquieto, llevándose una mano al vientre.

La preocupación de Naruto por el bebé era casi palpable y eso hizo a Sasuke sentirse bastante miserable. A diferencia de él, que estaba empezando a tolerar la idea de un hijo, Naruto parecía haberse encariñado y aceptado aquel hecho más de lo que había aparentado hasta el momento.

¿Qué se supone que le iban a decir ahora?

La voz de Tsunade le sacó de sus pensamientos.

─Claro que sí, tonto. ¿Por quién me tomas? He tenido en cuenta tu estado a la hora de preparar este remedio, así que bebe, ¡bebe! ─apremió.

Asintiendo, Naruto se bebió el remedio a grandes tragos, momento que los otros dos aprovecharon para dedicarse una efímera mirada de preocupación e inquietud.

Sasuke no sabía qué hacer, ni siquiera sabía si debía decir algo. Por otro lado tampoco podían dejarle eternamente en la ignorancia, aunque primero necesitaba hablar con la rubia en privado.

─Tsunade, deberíamos llevar a Naruto a una habitación para qué esté más cómodo y dejarle descansar.

─Tienes razón ─concedió asintiendo.

─Un momento ─interrumpió Naruto antes de que la conversación continuara─. Ya me siento bien, y si dices que el bebé también lo está puedo irme a casa ahora mismo'ttebayo. ─De nuevo Sasuke y Tsunade se dedicaron una fugaz mirada de la que esta vez sí se percató─. ¿Qué? ─Les miró intrigado por aquellas miradas cómplices y serias.

La mujer se acercó y posó una mano en el hombro del rubio para llamar su atención.

─¿Sabes, Naruto? La ciencia estos últimos años ha avanzado de forma sorprendente.

El chico arqueó una ceja y frunció la otra, sin entender a qué venía aquello.

─¿Ah?

─Hace casi un mes que recibimos en el hospital una máquina llamada ecógrafo. Con ese artefacto se pueden ver los bebés dentro del vientre materno… o paterno en este caso… ─balbuceó lo último─. Me han estado enseñando a usar esa máquina en clases intensivas, así que yo misma podría realizarla.

─¿¡En serio!? ─Su grito impresionado resonó en toda la habitación.

Naruto sólo podía imaginarse algo así como una cámara de fotos y el resultado sería una fotografía como la que tenía del equipo 7 sobre su mesa de noche. Una imagen a todo color y buena definición. La enmarcaría y la pondría junto a la del equipo 7.

Al instante se aferró a una manga de la mujer, tironeando de ella mientras la miraba con ojos brillantes de emoción.

─¡Quiero verle! ¿Puedes hacerle una fotografía ahora?

Sasuke miraba turbado a Tsunade por aquella propuesta. ¿Qué pretendía? Acababa de decirle que no podía sentir al bebé.

La mujer asintió y salió para ir a por una silla de ruedas para trasladar a Naruto. Apenas avanzó unos pasos por el pasillo cuando un agarre firme en su brazo la detuvo. Sin necesidad de girar ya sabía que se trataba de Sasuke.

─¿Qué pretendes, Tsunade? ¿No acabas de decir que no sentiste al bebé?

La mujer giró despacio, soltándose del agarre.

─Y es cierto, no lo sentí en absoluto. Pero esa máquina es mucho más precisa, incluso podremos escuchar su corazón. Me quedaré más tranquila si le realizo esa prueba a Naruto.

Complacido y ya sin la vía en su brazo, a pesar de sentirse bien Naruto dejó que le llevaran en silla de ruedas a la habitación donde le harían aquella especie de "fotografía" a su bebé. Aunque después una duda le asaltó, inquietándole.

─Tsunade no baa-chan, ¿lo que me vas a hacer duele?

─En absoluto ─respondió con una sonrisa amable que tranquilizó al rubio.

Cuando estaban por entrar en la habitación, Tsunade se detuvo al surgirle una duda. Giró, enfocando a Sasuke que cargaba la mochila de Naruto a su espalda.

─¿Quieres entrar?

Repentinamente un poco más serio, Naruto también miró a Sasuke que permanecía a su lado. A pesar de recordar lo incómodo que hacía sentir a su novio todo lo relacionado con ese bebé al que no deseaba, trató de curvar las comisuras en una pequeña sonrisa comprensiva.

─No es necesario, Tsunade no baa-chan ─respondió él─. Sasuke puede esperar aquí afuera.

─No ─rebatió Sasuke, sorprendiendo a Naruto─. Quiero entrar.

Quería y necesitaba entrar. Si Tsunade iba a darle una mala noticia a Naruto, debía estar ahí para ser su apoyo. No pensaba dejarle solo.

Por otro lado, ¿para qué negarlo? Él también quería ver esa especie de "fotografía" del bebé.

Entraron en la habitación. Naruto se quitó las sandalias y se acomodó en una camilla nuevamente, descubriéndose el vientre por indicación de Tsunade mientras miraba intrigado la máquina a su lado. Tenía una especie de pantalla como la de la televisión y algunos botones.

Después de que la rubia le aplicara un frío gel en el vientre, comenzó a deslizar un aparato bastante extraño con movimientos continuos por la zona abultada de su vientre, ascendiendo hasta más arriba del ombligo para después guiarse un poco hacia ambos costados, extendiendo así el gel antes de proceder.

Y de nuevo no se escapó a la analítica mirada de Sasuke el hecho de que la expresión de Tsunade una vez más se tornó seria y preocupada, para segundos después, mudar a una bastante sorprendida. Naruto no reparó en aquel hecho por estar más pendiente observando con ilusión las imágenes en negro y diferentes tonalidades de grises como si entendiera lo que aparecía ahí.

─Tsunade… ─murmuró Sasuke ligeramente tenso por la creciente preocupación.

Entonces Naruto por fin apartó sus ojos azules de la pantalla para enfocar a la rubia, notando su turbia expresión.

─¿Tsunade no baa-chan…? ─murmuró. A veces podía ser lento para darse cuenta de las cosas, pero no era idiota, toda ella gritaba que algo no iba bien─. ¿Qué ocurre? ¿Por qué tienes esa cara'ttebayo?

La rubia detuvo la prueba y suspiró profundamente, turbada.

─No sé cómo decirlo… ─balbuceó inquieta.

─¡Sólo habla! ─exclamó Naruto con la poca paciencia que poseía al límite. Hizo amago de sentarse, pero una mano sobre su hombro le detuvo y le obligó a permanecer recostado─. Sasuke… ─murmuró.

Los ojos negro y violeta enfocaron fijamente los azules por un breve instante, dándole a entender que estaba ahí para él, para ser su apoyo. Se conocían demasiado bien como para que Naruto no entendiera el mensaje de aquella mirada. Buscando su apoyo, tomó la mano que descansaba sobre su hombro y se aferró a ella como si fuera su salvavidas en medio de un mar embravecido.

─Veréis, chicos… ─comenzó a decir la mujer, preparándose para soltar la complicada noticia─. Según el ecógrafo, no hay ningún bebé dentro de Naruto.

─¿¡Qué!? ─gritó incrédulo el rubio.

Y a pesar de que Sasuke permanecía mudo, su expresión de sorpresa competía con la de su novio.

─Pero Tsunade no baa-chan, tú le dijiste a Sasuke que yo…

Ella chasqueó la lengua con frustración.

─Por eso pedí que vinieras para verificar tu estado. ¿Pero me hiciste caso? ¡No! ─reprendió masajeándose una sien.

Ahora sí que Naruto no pudo contener el impulso de sentarse, sin soltar la mano de Sasuke en ningún momento.

─¿Pero qué pasa con todos esos síntomas que he estado sufriendo? ¡Son los mismos que ha tenido Sakura-chan todo este tiempo! ─Turbado miró a los otros dos─. Seguro estáis pensando que me lo inventé todo, ¡pero no es así! Realmente me he estado sintiendo enfermo todo este tiempo. Yo…

Apenas giró para mirar a Sasuke, tratando de leer en su mirada si creía en sus palabras, cuando se encontró reflejado en el rojo intenso del sharingan de su ojo derecho. Después, no supo de sí, como si se hubiera desconectado de la realidad y estuviera en una especie de trance. Ni siquiera fue consciente del momento en que Sasuke le rodeó con un brazo para evitar que cayera sobre la camilla.

─¡Mocoso! ─Se alarmó Tsunade al verlo─. ¿Qué crees que estás haciendo?

─Voy a hablar con el zorro ─fue todo lo que dijo, sin esperar a escuchar si a ella le parecía bien o no.

Se vio frente al imponente zorro de nueve colas, pero en esta ocasión no estaban aquellos barrotes que una vez vio. Se acercó unos pasos, resonando el chapoteo del agua en cada pisada, encontrando al zorro con la cabeza recostada sobre sus patas delanteras en una postura que podría parecer plácida, pero en sus ojos rojos y la forma en que mostraba sus colmillos se notaba que no estaba de muy buen humor.

Naruto también estaba allí, recostado cerca de ambos y aun inconsciente.

─Uchiha, bienvenido ─masculló sarcástico. Ese mocoso se aparecía por ahí cuando le daba la gana─. Siéntete como en tu casa.

Pero Sasuke ni se inmutó.

─Estoy seguro de que sabes la razón de mi presencia aquí. Necesito que me aclares qué le ocurre a Naruto ─solicitó sin rodeos.

El zorro cerró los ojos por un momento.

─¿Crees que Naruto te ha mentido sobre su estado?

─Jamás dudaría de él. ─Entonces Kurama curvó una de sus comisuras en una tenue sonrisa, satisfecho con la respuesta escuchada. La tensión en el peludo cuerpo se suavizó─. Pero necesito saber qué le ocurre para poder ayudarle.

─Quieres que te confirme si está esperando un bebé ─afirmó.

─Vives dentro de él, debes tener una mejor respuesta que Tsunade.

─No sé si "mejor" significa lo que tú deseas escuchar… Algo como que no hay ningún bebé. ─Al ver que los ojos del pelinegro se abrieron ligeramente en señal de sorpresa, agregó─. Escuché tus conversaciones anteriores con Naruto. Él se ha estado sintiendo triste por tus desplantes. ─Le observó de soslayo, con reproche.

Sasuke apartó la mirada, sintiéndose culpable.

─Me he comportado como un idiota, tenía miedo. Pero ahora he meditado mejor las cosas. ─Encaró al zorro─. Dime la verdad, ¿hay un bebé o no?

El zorro ondeó algunas de sus colas, cavilando por dónde empezar.

─Recuerdo cuando estuve dentro de Mito Uzumaki y Kushina Uzumaki, mis anteriores jinchuurikis. Cuando ellas quedaron en estado, sentía algo semejante a lo que siento con Naruto ahora ─comenzó a explicar.

─¿Entonces eso significa…? ─intentó preguntar, pero fue interrumpido.

─Sin embargo, con el pasar de las semanas tanto dentro de Mito como dentro de Kushina empecé a notar una presencia muy sutil que cada vez se hacía más y más fuerte. ─Hizo una muy ligera pausa─. Con Naruto no he percibido nada de eso a pesar de que lleva varias semanas sintiéndose mal, así que estoy algo desconcertado.

─¿Y al estar dentro de ellas no podías hacer algo como acceder al bebé? No sé… ¿verle?

El otro soltó una risotada socarrona.

─Por suerte, no podía. ─Al notar la mirada interrogante del otro, aclaró─. Aunque ahora esté libre dentro de Naruto, te recuerdo que antes estaba encerrado en una celda con un sello en las puertas. Era una masa de odio. Si hubiera podido acceder al bebé, probablemente habría matado al bebé de Mito en el instante en que fue concebido, y Naruto no habría tenido un destino muy diferente, tampoco habría nacido porque le habría destruido.

Sasuke tragó grueso, agradeciendo que Naruto y Kurama ahora fueran camaradas y ya no hubiera rastro de ese odio característico del nueve colas.

─Así que, la respuesta que puedo darte ahora es… no, no percibo ningún bebé. Sin embargo, el malestar de Naruto es real ─aclaró─. Realmente se ha estado sintiendo enfermo. La vieja Tsunade debería investigar más. Desde aquí no hay mucho que yo pueda hacer, no puedo salir de estos pasadizos y recorrer el interior de Naruto a voluntad. En este lugar fui sellado, y aquí debo permanecer.

Con total desconcierto, Sasuke desvió la mirada al suelo, observando pensativo a Naruto. ¿Cómo era posible que Kurama percibiera algo semejante a lo que sintió con sus anteriores jinchuurikis pero a la vez que Naruto no estuviera esperando un bebé? ¡No tenía sentido!

─Uchiha… ─El serio llamado del zorro le hizo alzar el rostro─. Naruto es un fuerte shinobi y no necesita ser protegido como un niño pequeño, sin embargo, él ahora no está bien física ni emocionalmente… más te vale no lastimarle con nuevos desplantes, o prometo que mientras estéis dormidos tomaré el control de Naruto y te arrancaré la cabeza de un mordisco.

A pesar de que Sasuke no respondió nada, a juzgar por la intensa mirada que el sharingan le dedicaba, Kurama supo que el mocoso Uchiha lo había entendido perfectamente.

Cuando estuvo sólo, volvió a acomodarse para tratar de dormir un rato.

Jamás lo diría abiertamente pero Naruto se había convertido en alguien realmente valioso para él, y no iba a tolerar que nadie le lastimara, ni siquiera si era la persona amada del mismo Naruto.

─Sasuke, ¿qué te ha dicho el zorro de nueve colas? ─preguntó con impaciencia Tsunade en cuanto notó que él había desactivado el sharingan.

El breve momento que había durado la conversación con el zorro, Tsunade había limpiado minuciosamente el vientre de Naruto de cualquier resto de gel y le había acomodado la ropa.

El mencionado no respondió al instante, crispando los nervios de la mujer que se limitó a observar cómo Sasuke acomodaba a un inconsciente Naruto en la camilla con sumo cuidado, como si fuera un frágil objeto que debía ser tratado con mimo.

Finalmente, Sasuke suspiró hondo antes de responder, sin apartar la mirada del rostro de su persona más importante.

─Kurama dice que no hay ningún bebé ─respondió sin un tono en específico─. Eso es todo.

Preocupada, la rubia se llevó un pulgar a los labios, mordisqueando ligeramente la uña.

─Esto no tiene sentido ─masculló.

─Nada de lo que estaba pasando lo tenía ─respondió Sasuke con neutralidad─. En primer lugar, ¿cómo pudimos creerte Naruto y yo? Un hombre no puede quedar en estado, ¡es imposible!, ¡ridículo!

Estaba enojado consigo mismo y con la situación en general. Lo usuratonkachi de Naruto se le había contagiado de lleno si en algún punto había empezado a creer e incluso desear que ese bebé realmente existiera.

─¡Pero los análisis de Naruto reflejaban que…!

─¡No me importa lo que reflejaran los dichosos análisis! ─En esta ocasión se pudo percibir la molestia en su tono de voz y un ligero ceño fruncido─. La realidad es la que es: no hay ningún bebé ─sentenció, queriendo zanjar el tema.

La mujer abrió la boca dispuesta a rebatir algo más, pero ambos escucharon a Naruto emitir una sutil queja que la hizo preferir guardar silencio.

─¿Sasuke…? ─murmuró el rubio abriendo los ojos, ligeramente aturdido los primeros segundos.

Los ojos azules volvieron a cerrarse al sentir una mano de Sasuke posarse en su frente y apartarle algunos mechones rubios. Apenas pudo disfrutar de aquel gesto cariñoso un segundo cuando de lleno le invadió el recuerdo de lo ocurrido hacía un momento.

Sus ojos se abrieron al máximo y con un rápido movimiento aparatoso se sentó en la camilla mientras se llevaba una mano al vientre, reflejándose en su expresión la angustia repentina que sentía, la impotencia, la incredulidad y el dolor.

─Nada… ─balbuceó para sí, aunque los otros dos pudieron escucharle debido a la cercanía─. ¿No hay nada?

Preocupada, la rubia posó una mano en el hombro de Naruto para transmitirle algo de consuelo.

─Naruto, lamento el malentendido. ─Atinó a decir, sintiéndose culpable por haber hecho añicos una ilusión de la que ni el propio Naruto había sido consciente hasta ahora─. Es mi culpa, debí investigar más sobre el asunto antes de dar el primer diagnóstico. Me precipité…

Se interrumpió cuando Naruto tomó su mano y con lentos movimientos la instó a que dejara de tocarle el hombro, para después, moverse a un lado para empezar a levantarse de la camilla.

─No te preocupes, Tsunade no baa-chan ─respondió con un tono automático y débil que hizo sentir más culpable a la mujer─. Todo está bien.

Ni siquiera sintió frío cuando sus pies descalzos tocaron las baldosas del suelo. Tomó sus sandalias en una mano y apenas avanzó un paso cuando sintió un agarre en su brazo. Al girar, se topó con la seria mirada preocupada de Sasuke, quien no pensaba dejarle ir en ese estado lamentable.

Trató de sonreír para relajar el tenso ambiente, pero sólo logró una mueca extraña que hizo resaltar el brillo de tristeza y decepción en sus ojos azules.

─Sasuke, tengo mucha hambre. Llévame rápido a casa'ttebayo.

El nombrado no necesitó escuchar nada más y un segundo después había abierto un portal que daba directo al pequeño rellano en la entrada del apartamento de Naruto.

Cuando la pareja desapareció por el portal, Tsunade se mordió el labio inferior con frustración por su gran metedura de pata. Naruto estaba herido, era evidente. Lo peor es que por su culpa Naruto había descubierto un anhelo del que no había sido consciente hasta ahora: formar una familia. Por un momento fugaz su sueño se había visto cumplido y ahora se lo había arrebatado de un plumazo.

Se sentía horrible.

Pero entonces recordó el hecho de que, a pesar de que no hubiera ningún bebé en camino, efectivamente Naruto se estaba sintiendo enfermo y aquello era extraño. Por no mencionar su vientre extrañamente abultado.

Decidida caminó a la salida, dispuesta a investigar sobre el asunto. Ahí ocurría algo que se le estaba escapando. Por suerte tenía una nueva muestra sanguínea de Naruto que analizaría al instante.

Desde el marco de la puerta de la cocina, Sasuke miraba fijamente y en silencio a Naruto rebuscar en el único gran cajón de la cocina. Quería y debía consolarle, pero el "gran Uchiha Sasuke" era un completo inútil cuando de esos temas se trataban, no era tan expresivo y extrovertido como Naruto.

─Creo que esta noche cenaré esta variedad de miso ramen en su punto exacto de sal ─comentó al aire, pensativo, mientras tomaba uno de los típicos vasos alargados de ramen instantáneo.

─Naruto… ─Se atrevió a tomar la palabra por fin.

Pero el rubio le ignoró descaradamente y le mostró el ramen en su mano.

─¿Quieres probarlo'ttebayo? ¡Está delicioso!

─Ah… ─Sasuke balbuceó por un segundo y eso le hizo sentirse idiota, pero le había sorprendido la repentina fachada de despreocupación que Naruto se empeñaba en mostrar─. No, mejor cenaré un salteado de verduras. ¿Quieres un poco?

Con sólo visualizarse comiendo verduras, Naruto formó un mohín de desagrado y agitó la cabeza en negación.

─¡Ni hablar!

Sasuke suspiró.

─Usuratonkachi, no te vas a morir por comer algo saludable y ligero de vez en cuando.

A pesar de su segundo intento, Naruto volvió a negar y se dispuso a prepararse su cena rápida. Entonces, el silencio se apoderó de la pequeña cocina. De vez en cuando, mientras Sasuke preparaba su propia cena, desviaba la mirada hacia Naruto con preocupación disimulada, pero éste parecía lucir de lo más normal, aunque sabía que era sólo una fachada.

─Naruto… ─Apagó el fuego cuando el salteado estuvo listo y por un instante giró para mirar al otro que estaba sentado a la mesa, removiendo su ramen instantáneo con los palillos y una expresión de mirada perdida─. ¿Quieres hablar?

─¿Eh? ─Aturdido, alzó la mirada─. ¿Hablar?, ¿sobre qué?

El otro frunció ligeramente el ceño ante la obvia pregunta y volvió a darle la espalda, sirviéndose la cena en un plato. Finalmente, tomó unos palillos y tomó asiento frente al otro.

─Lo sabes perfectamente. Lo que ocurrió en el hospital. Deberíamos hablar de ello.

A la perspicaz mirada de Sasuke no se le escapó el sutil y pequeño cambio en la expresión de Naruto. Por un instante se había enseriado demasiado, para después, desviar la mirada con un mal disimulado ceño fruncido.

─No hay nada que hablar, todo está aclarado.

─Sí, está aclarado, pero es obvio que no estás bien…

─Estoy perfectamente ─interrumpió encarándole.

─¿Estás molesto porque hablé con el kyuubi sin tu permiso? ─preguntó, tratando de continuar la conversación de alguna forma.

No quería que Naruto se callara cualquier cosa que estuviera sintiendo ahora. Era demasiado obvio que había recibido un duro golpe.

El rubio apartó el rostro con un movimiento airado, cruzándose de brazos con cierto disgusto.

─No me importa lo que sea que hablaras con Kurama. Ya me lo puedo imaginar de todas formas dattebayo.

─¿Qué crees que hablé con el zorro?

─Seguro le estuviste preguntando por mi estado de salud para confirmar si todo este tiempo he estado mintiendo cuando decía sentirme enfermo.

Sasuke apretó los impolutos palillos en su mano, todavía no había probado bocado y presentía que después de aquella discusión tampoco lo probaría porque definitivamente se habría esfumado el poco apetito que le quedaba.

─Eso no es cierto, dobe ─rebatió con seriedad, ofendido─. Por supuesto te creo, sé que no me mentirías.

─¿Me crees? ─Le miró con cierta desconfianza─. Esa estúpida máquina decía que no hay un bebé, ¿aun así crees que realmente me he estado sintiendo enfermo? ─Sin esperar respuesta se puso de pie, haciendo la silla hacia atrás con un movimiento tosco─. Seguro te sentiste el hombre más feliz del mundo cuando la vieja Tsunade dijo que no hay un bebé, ¿pero sabes una cosa?, ¡no me importa lo que diga la vieja Tsunade, su estúpida máquina defectuosa, o lo que pienses tú!

Y tras soltar todo aquello salió de la cocina caminando con pasos firmes, dejando a Sasuke sorprendido en su lugar al comprender el trasfondo de las palabras de Naruto.

Si no creía lo que Tsunade había dicho…

Si tampoco creía el resultado que la máquina había reflejado…

─¿Sigue convencido de que está embarazado? ─se susurró estupefacto.

Sintiendo un naciente dolor de cabeza, Naruto salió al pequeño balcón de su apartamento, agradeciendo la fría brisa nocturna de febrero que le acariciaba los cabellos y el rostro.

Cerró los ojos y suspiró hondo, tratando de liberar la tensión y el enojo.

Después, sin poder evitarlo, se llevó una mano al vientre, acariciando la pequeña curvatura. Estar triste y enojado no era bueno para el bebé, así que debía tranquilizarse. Sin embargo, no podía evitar sentirse así. Estaba molesto con esa estúpida máquina defectuosa que ni siquiera sabía hacer bien su trabajo, estaba molesto con Tsunade por confiar en esa máquina, y por supuesto estaba molesto con Sasuke porque estaba seguro de que, a pesar de su expresión tranquila de siempre, por dentro debía estar saltando de felicidad creyendo ciegamente en la no existencia del molesto bebé.

Pero él podía sentirlo en cada fibra de su ser: había una pequeña parte de Sasuke y de él creciendo en su interior.

¡Sus síntomas eran tan reales como lo eran los de Sakura-chan!

La vieja Tsunade se tragaría sus palabras cuando con el paso de las semanas su vientre comenzara a verse más grande. Y desde ahora había decidido que iba a importarle un comino si Sasuke se sentía cómodo o no con la existencia del bebé. Él solo podía darle suficiente amor.

─Naruto. ─El suave llamado de Sasuke minutos después le hizo girar, encarándole─. Iré a tomar un baño, ¿quieres venir?

Con desinterés, el rubio le dio la espalda.

─Ve tú, yo tomaré un baño más tarde.

Después quedó un silencio en el lugar que le hizo pensar a Naruto que el otro se había marchado, pero supo que no fue así cuando sintió una mano posarse suavemente sobre su hombro para llamar su atención.

─Nos vendrá bien relajarnos un momento ─comenzó a decir, y al instante su mano viajó del hombro a la mano del rubio, tomándola para invitarle a caminar con él y abandonar el balcón en dirección al pequeño baño─. Hoy ha sido un día largo, ¿no te parece?

─Supongo'ttebayo… ─murmuró, dejándose finalmente guiar por el otro.

Todo había transcurrido en un pesado silencio en el que Naruto por momentos se sentía ahogado, preguntándose por qué Sasuke actuaba como si él hace momentos atrás no hubiera estado reprochándole nada en la cocina.

Sentados en pequeñas banquetas, se habían enjabonado y aclarado el uno al otro con dedicación antes de entrar en la bañera de agua caliente, juntos. La bañera era tan pequeña como todo lo era en el apartamento de Naruto, pero a ellos eso poco les importaba e incluso era la excusa perfecta para poder permanecer acurrucados allí, relajados y prodigándose mimos. Habitualmente era Sasuke quien entraba primero y recargaba la espalda en uno de los bordes, manteniendo las piernas separadas y flexionadas; después entraba Naruto, sentándose entre sus piernas y descansando la espalda contra el firme torso de su pareja y la cabeza sobre uno de sus hombros.

Aquel momento no fue la excepción.

El silencio continuó entre ellos, con los dedos de Sasuke deslizándose en perezosas caricias entre los rubios mechones. Naruto no pudo evitar preguntarse cómo a veces Sasuke podía ser tan cruel con sus acciones y tan gentil con sus manos.

─¿Te duele la pierna?

El cálido susurro contra su oído hizo a Naruto salir de su burbuja de pensamientos y recordar la herida.

─Estoy perfectamente ─respondió sosegado, sintiendo por fin la calma que había necesitado durante todo el día. La mano acariciando sus cabellos, el cálido cuerpo tras él, la agradable temperatura de la habitación y el agua… era un cóctel perfecto para hacerle sentir sopor por momentos. Aun así, levantó la pierna para sacarla del agua por unos segundos y poder enseñar que tal y como sospechaba, ya no había rastro de la herida que el kunai le había hecho aquella mañana─. El chakra de Kurama es rápido haciendo su trabajo dattebayo.

La expresión del pelinegro se enserió por un momento fugaz ante la mención del bijuu, recordando la breve conversación con éste. Pero rápido se obligó a desechar el pensamiento y dejar la mente en blanco, limitándose a disfrutar de ese momento de tranquilidad con Naruto. Se le hacía muy lejana la última vez que Naruto y él habían estado así, disfrutando de su mutua compañía, sin sentirse incómodos ni guardarse distancia como en los últimos días.

No es que su relación con Naruto fuera siempre una balsa de aceite, obviamente discutían, pero la mayoría de las veces era por cosas menores como la dieta basura de Naruto, lo desordenado que era, o por ejemplo cuando a Naruto le tocaba hacer la compra y se le olvidaba algo que le había repetido como diez veces y traía en cambio cantidades industriales de ramen instantáneo… pero ninguna de sus discusiones les había mantenido tensos, incómodos el uno con el otro e incluso distantes.

Parpadeó al sentir la cabeza de Naruto girar muy lenta y de forma sutil contra la curvatura de su cuello, y entonces lo entendió, se estaba quedando dormido.

Se sintió satisfecho de lograr su objetivo. Eso era lo que pretendía, relajarle lo suficiente como para estar seguro de que esa noche sí o sí Naruto dormiría como mínimo las horas necesarias.

─Naruto ─susurró─, vamos, es hora de dormir.

CONTINUARÁ.

¡Hola! Sé que la historia apenas va iniciando, pero me gustaría saber qué os está pareciendo por ahora :D

Hoy en la sección "Datos que nadie me pidió pero que aun así te voy a soltar":

Cuando escribía este fic busqué información sobre el apartamento de Naruto y… ya sabía que era pequeño, pero al ver imágenes tipo plano quedé muy sorprendida. ¡Mi bebé vivía en una ratonera! D:

En el fic el retrete no está en una "habitación" a parte como en el plano, sino todo junto en el baño. Error mío que cuando me di cuenta de este "detalle" ya llevaba 9 capítulos escritos.

¡Nos vemos en el siguiente capítulo!