Capítulo 51: Un importante logro.

Habían pasado algunas semanas y estaban cerca de mediados de diciembre, la Navidad se acercaba y Severus y Elvira tras dar con el ingrediente que necesitaban para la poción para los padres de Neville, tenían bastante avanzada su investigación, compartieron su descubrimiento con el Dr. Tolliver y Severus extrajo la esencia de rosas y preparó la poción. Le llevó más de una semana preparar una poción estable, además tenía que encontrar la manera de incluir en la receta la planta que usó para mejorar su poción calmante y también encontrar la forma de sustituir las hojas pulverizadas por la esencia, pero era uno de los maestros de pociones más habilidosos de Europa, de no ser así hubiera tardado meses o incluso años, pero él era Severus Snape, profesor de pociones de Hogwarts, además Elvira le ayudó con la teoría y los cálculos de cantidades de cada ingrediente, así que sólo necesitó unos días. Embotelló la poción en cuanto la terminó y la llevó a San Mungo al día siguiente, el Dr. Tolliver lo esperaba impaciente, primero probarían la poción en unos ratones a los que provocaron unas lesiones cerebrales similares a las que tenían los padres de Neville y el resto de pacientes en su estado. Las probaron durante tres semanas y el Dr. Tolliver y su equipo no lo podían creer, esos ratones parecía que nunca habían tenido ningún tipo de lesión y no mostraron ningún tipo de retroceso, es más, algunos de ellos mejoraron tanto que eran capaces de recorrer laberintos cuando no eran capaces de hacerlo antes del experimento.

Severus y Elvira estaban muy contentos, ella porque era muy esperanzador para un montón de gente…y Severus porque sería su manera de limpiar su conciencia, aún se sentía culpable, ahora podría ayudar a gente a la que en su día no pudo salvar de la locura de Bellatrix Lestrange. Severus terminó la noche anterior un nuevo lote de poción, esa mañana era sábado e iría a San Mungo, Elvira iba a ir a Hogsmeade con Morgana y Charlotte, las chicas querían comprar algo bonito para el baile de Navidad, Elvira se ofreció a ir con ellas y las niñas estaban encantadas, Elvira era la profesora favorita de muchos de los alumnos. Antes de irse fue a su visita semanal con Poppy, la sanadora de Hogwarts le hizo su revisión habitual, el pequeño Duncan y ella estaban estupendamente, Elvira ya estaba de alrededor de dos meses y su vientre mostraba una ligerísima curva que sólo notaba Severus, lo que si se le notaba a simple vista era que sus pechos estaban más hinchados…si es que era posible, ella iba a comprar unos cuantos sujetadores por el cambio de talla, Severus según le dijo, estaba encantado con el cambio de talla y estaba deseando verle puestas sus nuevas adquisiciones y luego quitárselas. Severus se despidió de su mujer y su hija tras el desayuno, tras ir a San Mungo iría a su tienda, quería ver cómo iban las ventas y si se necesitaba algo nuevo de cara a la Navidad o alguna mejora para algún producto, Angelina y George sabían de su embarazo, pero no dijeron nada a nadie, sabían cómo es la prensa mágica y entendían perfectamente que Severus y Elvira no quisieran que se repitiera lo que pasó con el embarazo de Ginny… aunque después del nacimiento de James Sirius aún la molestaban. A Morgana le dijeron sólo que iba a la tienda, no quería que hablara con nadie del proyecto de San Mungo, había ayudado a Severus en el laboratorio pero sólo le dijo que era un encargo de Draco para una amiga suya y de Paolo que necesitaba la poción para su hermana, no es que no confiaran en su hija, pero por el momento cuanta menos gente sepa del proyecto, mejor.

Cuando llegó al hospital, Severus fue directamente al despacho del Dr. Tolliver que lo esperaba ansioso. Cuando llegó le contó que consultó con un colega suyo americano y que tenía un paciente con una lesión similar a la de los Longbottom, también estaba muy interesado en su investigación. El Dr. Tolliver le contó que conocía la poción, pero no sabía cómo resolver el problema del ingrediente que faltaba y que no sabía bien cómo prolongar sus efectos más de un mes, preferiblemente de manera permanente. El doctor le contó que se dio cuenta de los ratones sólo necesitaron dos dosis administradas en dos días y que se quedaban como si estuvieran en coma, tras un día en ese estado, sus cerebros se regeneraron casi milagrosamente, sin ningún retroceso y con importantes avances, además llevaban muchos días observándolos, estaban completamente curados, como si nunca hubieran tenido ningún tipo de lesión cerebral. Por ese motivo, decidió que era el momento de probarlo en humanos. Severus se sorprendió de que quisiera hacer las pruebas tan pronto.

-Es una poción, no es lo mismo que un tratamiento muggle, que muchas veces experimentan con animales durante meses…además, tengo un candidato perfecto para la primera prueba.

-¿Quién?

-Es una mujer, 36 años, durante la primera guerra contra Quien-No-Debe-Ser-Nombrado quedó en ese estado, como los padres de tu amigo Neville, era sólo una niña y sus padres murieron, no tiene familia, no tenemos que pedirle autorización a nadie para darle la poción, yo mismo ostento su tutela desde que está aquí. - Severus lo miró extrañado. - Stella es mi ahijada y de mi mujer, por eso Poppy insistió en que me contactaras a mí para esto, quiero recuperarla como le prometí a sus padres el día que los enterramos. - Severus dijo:

-Si estás seguro. - El doctor asintió:

-Estoy completamente seguro, he probado todo con ella y es la primera vez que de verdad veo que podríamos conseguir un resultado positivo y eficaz. - Severus dijo:

-Está bien, ¿Cuándo vas a hacerlo? - El Dr. Tolliver sonrió:

-Ahora mismo, por eso esperaba impaciente tu llegada, quería que estuvieras presente.

Los dos fueron primero a ver a los ratones y los ayudantes del doctor les confirmaron que estaban perfectamente, como si nunca hubieran tenido una lesión cerebral.

Llegaron a la habitación de Stella, la paciente 0 de su experimento. El doctor se acercó a ella que estaba sentada en una butaca junto a su ventana, era más bien bajita, delgada, pálida y de rasgos finos, tenía los ojos verdosos, tenía el pelo largo, oscuro y rizado, recogido en una larga trenza. El doctor la miró con ternura y le acarició la mejilla, luego el pelo y la besó en la frente.

-Su madre y mi mujer eran como hermanas, amigas desde antes de Hogwarts, a su madre le encantaba su pelo y mi mujer, que viene a verla casi a diario, desde que nuestros hijos ya son mayores, antes venía siempre que podía, insiste en que cuidemos su pelo y lo mantengamos largo, como le gustaba a su madre. Su padre era mi primo, era el hermano que nunca tuve, mi mujer y yo nos conocimos gracias a ellos.

Severus miró sus ojos ausentes y le dijo al doctor que cuando quisiera podría probar la poción. Llamó a una enfermera y el doctor y ella la acostaron en su cama, la muchacha se acostó dócilmente, la enfermera la miraba con lástima y ternura. La arroparon y el doctor le dijo a la enfermera que se fuera y si la necesitaba la llamaría. Cuando la joven salió de la habitación, Tolliver hizo que la chica se sentara un poco y le pidió a Severus que abriera el vial que tenía preparado, él lo hizo y se lo pasó y el doctor se lo hizo beber, Stella bebió obedientemente. Se quedó un poco letárgica. Al día siguiente le daría la segunda dosis. Severus le preguntó:

-Sé que quieres recuperarla, que no haces esto por medrar, pero ¿Estás seguro de que funcionará?

-Completamente, los resultados han sido perfectos, si te digo la verdad, es la primera vez en todos estos años en que creo que por fin volveré a escucharla llamarme "Tío Dave" - El doctor volvió a besar su frente y puso uno de sus suaves rizos que quedó suelto tras su oreja. - Mi mujer está a punto de llegar, sabe que hoy le daría la primera dosis y está tan esperanzada como yo, la queremos como si fuera nuestra hija. Poppy me contó que su esposa está embarazada, lo felicito, supongo que lo puede entender. - Severus dijo:

-Mejor de lo que cree, poca gente lo sabe fuera de Hogwarts, pero Elvira y yo adoptamos a una de nuestras alumnas, quedó huérfana por culpa del Señor Oscuro… y durante su primer año perdió a su abuela, no tenía más familia, su abuela supo que se encariñó con Elvira, y que era recíproco, y la nombró su tutora legal, así la niña no iría a un orfanato, cuando nos casamos formalizamos su adopción, le cuento todo esto para que sepa que entiendo tus sentimientos hacia Stella…te agradecería discreción.

-Por supuesto, Severus.

El doctor hizo un hechizo de diagnóstico para ver si la poción empezó a funcionar. La chica ya daba señales de un comienzo de actividad cerebral. En ese momento llegó la esposa del doctor. Se sorprendió al ver allí a Severus y lo saludó cariñosamente, eran un matrimonio de cerca de 60 años y ella le agradeció su esfuerzo esperanzada. Cuando su marido le contó el resultado del primer hechizo de diagnóstico simplemente sonrió y una lágrima rodó por su mejilla. Entonces se acercó a su ahijada y la abrazó con ternura, acarició su pelo y su mejilla, la besó en la sien y dijo:

-Mi pequeña Stella, soy la tía Betty, pronto te tendremos de vuelta, mi niña. Te cuidaré y te ayudaré a ser feliz.

Severus se disculpó y se fue, no sin antes decirle al Dr. Tolliver que lo mantuviera informado de la evolución de Stella. Los dejó allí hablándole tiernamente y esperanzados.

Cuando llegó a la tienda aún seguía conmovido, se puso en su lugar y pensó que en su lugar no sabría lo que haría si a Morgana le pasara algo así, sabía que, como el doctor, haría todo lo humanamente posible para salvarla. Estuvo hablando con Lars y Angelina, ella estaba bastante gordita, le preguntaron por Elvira, él les contó que estaba muy bien y que les mandaba sus saludos. Le contaron que todo iba muy bien, para Navidad Lars había creado unas velas perfumadas con olor a galletas de jengibre recién hechas, que estaban siendo todo un éxito. Estuvieron charlando sobre la nueva tienda en Edimburgo y le contaron que para la próxima primavera se podría inaugurar, el local era perfecto por tamaño y ubicación… pero necesitaba una reforma muy a fondo y tenían que montar otra fábrica allí y encontrar empleados y un maestro de pociones tan eficiente como Lars, lo que no resulta fácil.

Cuando salió de la tienda decidió ir a buscar algunos regalos de Navidad pendientes, a sus compañeros de trabajo les regalarían cestas de la tienda para todos… con el embarazo de Elvira, las clases y la poción aún experimental para San Mungo, no tenían mucho tiempo para compras de Navidad. Además ella no quería ir mucho más lejos de Hogsmeade, incluso Albus le pidió como un favor especial a Madame Rosmerta que lo avisara si aparecían periodistas por allí, los periodistas no eran muy discretos, por lo menos los más sensacionalistas… le contó que habían molestado a Severus, no era ningún secreto que, aunque nunca fue especialmente amable con ella, Rosmerta sentía debilidad por Severus desde que se supo la historia de su amor por Lily Potter, no tuvo que decir más, ella mantendría alejados a los molestos periodistas de Hogsmeade, ella sabía cómo hacerlo. Estuvo buscando unos regalos para sus suegros por encargo de Elvira, y también fue a su cámara del banco, quería sacar algo de allí que compró hace un tiempo y que quería que fuera una sorpresa para Elvira y Morgana, así que los guardó allí para evitar que los vieran antes de tiempo.

Una vez terminó, fue al Caldero Chorreante, entró al baño, tenía los bolsillos de su amplia túnica de invierno expandidos, sacó de allí una mochila con su ropa muggle habitual, sus vaqueros oscuros y su abrigo tres cuartos de invierno, se dejó la camisa que llevaba debajo y se puso una bufanda que le tejió Morgana. Guardó todo en la mochila y se la echó al hombro, cuando salió con ese aspecto, muchos lo miraron extrañados, él cogió el floo desde allí a la librería de Sean, se saludaron con amabilidad, Severus recogió los encargos que le había hecho hacia como un mes, eran unos libros sobre el embarazo y la educación de los niños en los primeros años, Sean aprovechó la ocasión para felicitarlo en persona y preguntar por Elvira y el bebé, Minerva le había contado que Elvira está embarazada y él prometió no contar nada, Severus le agradeció su discreción, después de lo que pasó con la antigua señorita Weasley, Severus le dijo que ni él ni Elvira querían ese tipo de atención, parecía que si un "héroe de guerra" se reproducía se convertía en el tema del momento hasta que nacía el bebé, ocurrió lo mismo con Ronald Weasley y su esposa, pero a diferencia de Potter y su esposa, el matrimonio Weasley-Brown disfrutaba siendo el centro de atención de los medios de comunicación. Por eso decidieron comprar esos libros en la librería de Sean, además de porque era un buen amigo, porque no habría un empleado o cliente indiscreto que buscando destacar le cuente a alguien que los Snape compran libros sobre esos temas…y especularan sobre su significado. Charlaron un rato, Severus le contó que sus suegros venían la próxima semana para pasar con ellos la Navidad, y le preguntó si podrían usar su floo como en primavera, él dijo que sin ningún problema, incluso le dijo que podía ir él mismo a buscarlos al aeropuerto, él y Minerva conectaron muy bien con ellos durante la boda y el tiempo que pasaron allí y no sería ninguna molestia. Severus se lo agradeció y le dijo que le haría un gran favor, porque tenía unos días bastante ocupados, y justo ese día la sanadora de San Mungo iba a ver a Elvira y a él le gustaría estar con ella en esas revisiones, le dijo que era un favor especial que consiguió Poppy y que no podían cambiarlo porque lo hacían de manera excepcional y porque podrían usar las instalaciones médicas del castillo, Sean lo entendió perfectamente, si los veían en la zona de maternidad no los dejarían en paz y no podrían tener un embarazo tranquilo. Severus se despidió, después de un rato volvería para ir a Hogwarts desde allí. Guardó los libros en la mochila, Sean le dijo que podía dejarlos allí y recogerlos al volver, dijo que no era necesario, la mochila no estaba muy cargada y tenía un hechizo para que no pesara demasiado, Sean le ofreció el baño de la trastienda para que se cambiara antes de volver y eso sí que lo aceptó, no le apetecía pasearse así por Hogwarts con un montón de alumnos mirándolo como a un extraterrestre… y tampoco le apetecía cambiarse en el despacho de Albus con todos esos retratos cotillas…o peor, en su cuarto de baño, las habitaciones privadas de Dumbledore eran más horteras que sus túnicas, Severus decía que dolían los ojos con sólo mirarlas, que fuera un mago poderoso no quería decir que tuviera buen gusto. Se despidió de Sean y fue a buscar el regalo para sus suegros.

Hizo un recorrido rápido a la agencia de viajes, allí adquirió billetes para sus suegros de Nueva York a Londres de ida y vuelta, sin fecha de ida o vuelta, para que los visitaran cuando quisieran, compró tres billetes a nombre de cada uno, para que puedan usarlos en cualquier momento. Salió de allí y fue de nuevo a la librería de Sean, fue al baño de la trastienda y se cambió rápidamente, guardó el regalo de Elvira y Morgana en uno de sus bolsillos, aunque antes le pidió a Sean papel de regalo y unas tarjetas para envolverlos antes, después guardó los billetes con el regalo de su mujer y su hija. Tras esto guardó su ropa muggle y su mochila en el otro bolsillo. Le agradeció a Sean su amabilidad y le dijo que si necesitaba alguna poción no dudara en encargársela, que sería un regalo para agradecerle su amabilidad. Sean le dijo que lo tendría en cuenta, Severus no pudo evitar bromear y decirle que por favor, no le pidiera una poción de lujuria para complacer a Minerva, ambos se echaron a reír histéricamente, en ese momento salió Minerva del floo, había quedado con Sean para almorzar, cuando los vio dijo:

-Hola, ¿de qué os reís vosotros dos? - Entonces se rieron aún más. Ella puso los ojos en blanco y dijo:

-Prefiero no saberlo. - Sean se calmó antes y dijo que no era nada malo que ya se lo contaría, Severus se despidió de ellos y se fue a Hogwarts.

En ese momento, Albus no estaba en su despacho y pudo irse a su habitación sin entretenerse. Cuando llegó, Elvira acababa de llegar y estaba allí guardando sus compras, le contó que lo pasó bien con las niñas, que Hermione fue con ellas y se divirtieron mucho, también fueron a Las Tres Escobas y estuvieron charlando con Rosmerta, allí se encontraron con Anthony y sus amigos y las niñas se unieron a ellos para tomar una cerveza de mantequilla, después volvieron todos al castillo, el tiempo estaba empeorando y decidieron volver antes de que empezara a nevar más fuerte. Elvira le preguntó qué tal fueron las gestiones de esa mañana, él le dio los billetes de avión para sus padres y mientras ella los guardaba con los otros regalos para ellos, él aprovechó para guardar los regalos que había recogido para Navidad, cuando volvió él le contó el ofrecimiento de Sean de ir a buscar a Caliope y Thomas al aeropuerto y que él aceptó para poder estar con ella en la cita con la sanadora, ella le dijo que había sido muy amable al ofrecerse, él le dijo que le regalarían una botella de champagne bueno para él y Minerva, además de la cesta de cosméticos que regalarían a sus compañeros de trabajo ese año.

Después, le contó las novedades de la tienda, todo iba bien y le mandaban saludos, Lars y Angelina prometieron ir al baile de Navidad y estaban deseando verla. Pero lo principal que quería contarle era su visita a San Mungo, se lo contó todo y Elvira se quedó impresionada, le pareció pronto para las pruebas en humanos, pero el especialista era el Dr. Tolliver, además, si no estuviera seguro no la hubiera probado con alguien tan importante para él. Cuando estaban hablando de ello, a través del floo llegó una carta, era del Dr. Tolliver, Stella estaba empezando a tener más actividad cerebral y su mirada no se veía tan perdida… al día siguiente le volvería a escribir, tras la segunda dosis. Elvira y Severus decidieron que hablarían con Neville sobre su investigación en dos días, cuando supieran como seguía evolucionando Stella.

Fueron a almorzar y luego pasaron la tarde terminando de corregir los últimos exámenes y poniendo las notas de fin de trimestre. Se quedaron a cenar en su habitación, Elvira estaba cansada y no le apetecía ponerse las botas de nuevo, eran cómodas, pero le apetecía más cenar tumbada en su sofá comiendo un sándwich de ensalada de pollo con un vaso de zumo de calabaza mientras veía una película con su marido. Él accedió y llamaron a Polly, la elfa llegó a enfadarse un día cuando Severus llamó a Tucky para atender una petición de Elvira, Polly era una criatura muy territorial y no permitía que ningún otro elfo atendiera a su adorada señora, no la necesitaban demasiado a menudo, pero cuando la llamaban para pedirle algo de comer traía siempre demasiada comida, según ella, porque el joven señor Snape tenía que alimentarse bien. Cenaron unos enormes sandwiches y algo de fruta y yogur que trajo Polly sin pedirlo. Cuando terminaron de cenar, Polly llegó a recoger la bandeja, cuando se fue, Elvira se tumbó en el sofá con Poe sobre ella, para seguir viendo la película, Severus se sentó con los pies de Elvira en su regazo y empezó a masajear sus pies. Elvira empezó a ronronear, casi igual que Poe.

-Severus, sigue así y me correré en pocos minutos… o me quedaré dormida, pero algo pasará. … - Los dos empezaron a reírse. En cuanto terminó la película se fueron a la cama, estaban agotados.

Pasaron dos días, el Dr. Tolliver seguía manteniéndolos al tanto del estado de Stella, esa noche le enviaron una carta muy larga y detallada, después de tomar la segunda dosis se quedó en un estado cercano al coma, al día siguiente despertó. Ni el Dr. Tolliver ni su esposa se separaron de su lado desde que tomó la segunda dosis. Cuando despertó miró asombrada todo lo que le rodeaba, entonces miró a sus padrinos, que la saludaron y cuando reconoció sus voces se echó a llorar, la señora Tolliver la abrazó y la besó y ella le devolvió el abrazo, pasado el primer impacto cuando su madrina la soltó, dijo:

-Tío Dave, estás calvo.

Según le dijeron en su carta, el matrimonio Tolliver se echó a reír y ella sonrió levemente, fue muy difícil contarle lo que pasó con sus padres, la chica recordaba vagamente que fueron atacados, ella sintió un gran dolor, un cruciatus, fue suficiente uno sólo para dejarla en ese estado, lo último que recordaba era que su madre la abrazó, en los últimos dos días había empezado a tener sueños y así sus recuerdos empezaron a volver, cuando le terminaron de contar lo que pasó, se echó a llorar en brazos de sus padrinos, preguntando qué sería de ella, no podría trabajar, ni siquiera fue a Hogwarts y no tenía estudios, ni siquiera tuvo tiempo de comprar una varita. El doctor y su esposa le prometieron que la ayudarían, ella decía que su padre siempre decía que era muy importante estudiar en Hogwarts y ella no pudo entrar y ahora era demasiado mayor, sus padrinos la tranquilizaron prometiéndole llevarla con ellos a casa, sus hijos y ella crecieron juntos y también querían verla, el Dr. Tolliver le prometió que le ayudaría a terminar sus estudios y comprarían una varita para ella en cuanto se aseguraran de que estaba perfectamente y la llevaran a casa. En el momento de escribir la carta, la señora Tolliver estaba con ella, poniéndola al día, enseñándole fotos de sus hijos y nietos, se puso realmente feliz cuando supo que no tendría que volver a preocuparse por Voldemort o sus seguidores y cuando supo que la mujer loca que la atacó murió, respiró aliviada.

El doctor, después de contarle cómo fue su reacción, les contó que hizo un hechizo de diagnóstico y que estaba perfectamente bien, aunque temía que su mente fuera como la de una niña, no era así, de pequeña era inteligente y dulce, cuando despertó su mente era como podía esperarse de una adulta, seguía siendo bastante inocente, pero siempre fue inteligente y estaba seguro de que en poco tiempo podría recuperar el tiempo perdido, aún era joven y los tenía a ellos para ayudarla, incluso les pidió ayuda para estudiar. Le contaron que Severus y Elvira descubrieron la forma de curarla y mostró interés en conocerlos. El doctor les dio las gracias y se despidió invitándolos a su casa cuando Stella estuviera allí. También les dijo que podían hablar con el señor Longbottom cuando quisieran. Ambos decidieron hacerlo esa noche, las clases habían terminado y en cuatro días era el baile de Navidad, le pedirían que los acompañara a su despacho tras la cena, pensaron que también sería bueno que Hermione fuera con ellos.

Cuando terminó la cena en el gran salón, se acercaron a Neville y Hermione, les pidieron que fueran con ellos a tomar algo a sus habitaciones, porque tenían algo importante de qué hablar con ellos. Les extrañó, por Severus, pero desde que estaba con Elvira había cambiado bastante. Morgana se acercó para desear buenas noches a sus padres y luego corrió a encontrarse con Charlotte y sus amigas, querían jugar al Scrabble en su sala común antes de dormir. Elvira, Severus, Neville y Hermione fueron a las habitaciones de los profesores de pociones.

Cuando llegaron, Severus les preguntó si querían algo de beber y ellos declinaron la oferta, Hermione dijo:

-No queremos entreteneros, además dentro de un rato tendremos que hacer las rondas de vigilancia.

En ese momento Poe buscó la atención de Neville, que acarició al gato que se subió en su regazo. Después el animal fue en busca de Severus. Entonces Severus empezó a contarles que en un antiguo volumen de pociones encontraron una fórmula que permitía curar el daño cerebral grave. Neville abrió mucho los ojos:

-¿Está insinuando lo que creo? - Severus asintió:

-Sí, podemos curar a tus padres.

Entonces le contaron que estuvieron durante semanas buscando un ingrediente para sustituir una planta extinta y Neville miró a Elvira:

-¿La planta de la que buscabas información en la biblioteca? ¿Por qué no me lo dijiste entonces? - Neville parecía enfadado, Elvira sintió los ojos húmedos y Severus agarró su mano y contestó:

-No queríamos darle falsas esperanzas, Longbottom, sé que ha habido muchos charlatanes intentando estafarlo a usted y a su abuela. Sólo lo sabe Poppy, porque necesitábamos su ayuda, no lo sabe nadie más.

-Pero vosotros no sois unos charlatanes.

-Lo sé, pero no queríamos decepcionarle, ni a usted ni a su abuela, sé que han tenido muchas decepciones por este asunto y no queríamos ser la causa de otra decepción, su familia ha sufrido demasiado por ello. - Elvira dijo:

-No sólo eso, Poppy nos puso en contacto con el Dr. Tolliver, creo que lo conoces, Severus elaboró la poción hace unas semanas, la han estado probando en San Mungo con ratones, con muy buenos resultados. Hace unos días, el doctor la probó con una paciente, su ahijada Stella. Ha funcionado y ayer se despertó, como si no le hubiera pasado nada, sólo que tiene que recuperar su vida desde que Bellatrix la dejó en ese estado y mató a sus padres. Por suerte sus padrinos están deseando ayudarla y darle todo su cariño. - En ese momento Hermione dijo:

-Entonces, ¿no sólo habéis conseguido la poción, hay un paciente que se ha recuperado?

Severus dijo:

-Sí, no sólo he buscado la poción por tus padres, Longbottom, Bellatrix disfrutaba torturando y no pude salvar a casi nadie de sus sádicos caprichos, a los muertos no puedo resucitarlos, pero decidí que si encontraba la forma de traer de vuelta a quienes dejó muertos en vida lo haría. - Entonces Neville y Hermione se abrazaron emocionados. Elvira y Severus se levantaron de los sillones, los dejaron sentarse en su sofá. Elvira dijo:

-¿Estás bien, Neville, querido? - Neville se limpió la cara y dijo sonriendo:

-Por supuesto, podré recuperar a mis padres. Sí ha funcionado con esa mujer lo hará con ellos, conozco su caso, ocupa la habitación contigua a mis padres, siendo pequeño me equivoqué de habitación una vez que fui a verlos y la vi allí, el Dr. Tolliver me contó su historia, la dieron por muerta, se salvó porque su madre la protegió con su cuerpo de un segundo cruciatus. Posiblemente, tendré a mis padres en mi boda.

Hermione sonrió aún llorando abrazada a Neville, estaba muy feliz por él. Severus le dijo que al día siguiente podrían ir los cuatro a San Mungo para que hablaran directamente con el Dr. Tolliver, Elvira quería ir, ya que no irían a la zona de maternidad. Ellos dijeron que sí, estaban deseando ir allí, Neville decidió escribirle esa misma noche a su abuela. Le preguntaron a Severus los pormenores de cómo consiguió elaborar la poción y después Severus le dejó leer las cartas del doctor sobre la evolución de Stella, él estaba alucinando, si al día siguiente iba al hospital y le convencía lo que viera allí, podría no sólo tener a sus padres en su boda, podría celebrar la Navidad con ellos por primera vez en su vida.

Pasada casi una hora desde que llegaron cuando se despidieron, abrazaron a Elvira con cariño y en un gesto que siempre creyó que sería imposible, Neville abrazó a Severus repitiendo gracias una y otra vez. El hombre sorprendido, le devolvió brevemente el abrazo y se separó de él lo más rápido posible y le dijo:

-Como me entere de que le has dicho a alguien que me he dejado abrazar, te juro que te hechizaré las pelotas y no volverás a tener una erección en 15 años como mínimo. - El pobre Neville palideció. Elvira se reía.

-Tranquilo, cariño, si hiciera algo así, yo lo castigaría sin sexo durante el mismo tiempo, aún así, mejor mantener esta charla y ese abrazo entre nosotros.

Le guiñó un ojo a Neville, Elvira y Hermione se rieron a carcajadas y Severus y Neville sonrieron levemente. Cuando la joven pareja se fue a hacer sus rondas estaban felices y entusiasmados, Elvira y Severus se fueron a dormir. Elvira tenía uno de esos días en que se dormiría de pie, el día siguiente sería intenso.

A la mañana siguiente se levantaron muy temprano, Severus mandó una nota por floo al Dr. Tolliver anunciando su visita y preguntando por la evolución de Stella. En seguida llegó una respuesta, en su nota le dijo que los esperaba cuando quisieran, también le dijo que Stella estaba bien, se pasó toda la noche hablando con su mujer, estaba muy inquieta porque se veía adulta en un mundo completamente diferente, por suerte su esposa la consiguió tranquilizar, en esos momentos ambas mujeres estaban plácidamente dormidas y abrazadas en la cama de la habitación de Stella, habían pasado una noche muy emocional y estaban agotadas, el doctor en cambio, no podía dormir, estaba eufórico.

Fueron a desayunar, esa mañana no había clases, los chicos aprovechaban esa mañana para hacer las maletas para coger el tren el día antes de Nochebuena, envolver regalos de Navidad para la familia o terminar de decidir lo que usarían en el baile de Navidad. Cuando terminaron de desayunar Neville se acercó a ellos sonriente, había recibido carta de su abuela esa mañana, los esperaba en San Mungo, quería ir allí a primera hora, sabiendo que Severus hizo la poción confiaba completamente en su eficacia, así que Severus, Elvira, Hermione y Neville fueron sin perder tiempo al despacho de Dumbledore, le dijeron antes a Morgana que tenían recados que hacer, que la verían tras el almuerzo, que no se metiera en líos. Fueron un momento a sus habitaciones para buscar sus abrigos y bolsos. Fueron al despacho del director, le contaron brevemente que iban a San Mungo a ver a los padres de Neville y usaron el floo, Dumbledore vio que tenían prisa y no quiso entretenerlos, pero les hizo prometer que le contarían todo a la vuelta.

Cuando llegaron al despacho del Dr. Tolliver los recibió cariñosamente, conocía a Neville desde pequeño, trataba a sus padres desde hace años, ya estaba allí Augusta Longbottom, el doctor la había invitado a tomar un té en el despacho mientras los esperaban, Neville abrazó afectuosamente a su abuela y ella se emocionó, también abrazó con fuerza a su futura nieta, adoraba a Hermione, la chica también la abrazó con cariño. La mujer mayor también saludó cariñosamente a Elvira y Severus, a éste último lo abrazó con fuerza y lo besó en la mejilla, le dio las gracias con sinceridad, su nieto y su prometida miraban la escena aguantando la risa de ver a su antiguo profesor de pociones sonrojado e incómodo pero sin atreverse a desairar a la emocionada anciana. Elvira empezó a reírse, Augusta la miró con curiosidad y entonces Elvira dijo sonriendo:

-Disculpe señora Longbottom, es que es raro que mi marido reciba esas muestras de cariño de alguien que no soy yo o nuestra hija y no suelte una grosería. - La anciana dijo:

-Pues que se acostumbre, porque si mi hijo y mi nuera se curan pienso hacerlo siempre que lo vea.

Entonces Neville, Augusta y Hermione por fin estallaron en carcajadas y el doctor los acompañó a todos, a Severus no le hacía ninguna gracia. Augusta había estado con el doctor viendo a Stella antes de ir al despacho, ella conocía su caso, le sorprendió verla charlando y desayunado tortitas con mermelada con la esposa del doctor, la semana anterior la vio en la terraza junto a su hijo y su nuera con la mirada perdida, como una muñeca inexpresiva, ahora estaba feliz, sonriendo y comiendo por si misma. Fueron a verla sin perder tiempo, Betty Tolliver estaba con ella contestando sus preguntas, Severus estaba impresionado, entraron y el doctor le dijo que iba a hacer un hechizo de diagnóstico para comprobar que todo seguía bien, efectivamente, los resultados eran los de una persona que nunca ha tenido un daño cerebral, el doctor dijo que haría ese hechizo cada día durante el primer año, a partir de esa fecha se podía considerar que los efectos de la poción serían permanentes, aunque todo apuntaba en esa dirección, quería estar completamente seguro de que no hubiera retrocesos. Neville rodeó los hombros de su abuela con su brazo y apretó la mano de Hermione, le dijo al doctor que quería probarlo con sus padres, esa mujer llevaba allí casi el mismo tiempo que sus padres y si ella se había recuperado, podría haber esperanza para ellos también. El doctor antes de ir a ver a los Longbottom le dijo a Stella que Severus y Elvira fueron los que consiguieron la poción, la mujer se emocionó y les dio las gracias, los abrazó y Severus tuvo que ser educado de nuevo, para diversión de su mujer, de la anciana y de la joven pareja, el doctor y su esposa también lo miraban con diversión.

Cuando se despidieron de ellas, que se quedaron charlando y haciendo planes para Nochebuena y Navidad, el doctor decidió que se la llevarían a casa el día antes. Cuando llegaron a la habitación contigua el panorama era más desolador, allí estaban Frank y Alice Longbottom, sentados en unos sillones junto a la ventana mirando a la nada. Augusta insistió en que tuvieran la misma habitación, lo que no era habitual ya que los pacientes en su situación tenían habitaciones individuales, pero su caso era especial, eran un matrimonio. Neville y su abuela se acercaron a ellos, los besaron y abrazaron, sin recibir ninguna respuesta por su parte, el doctor dijo que si querían podían proceder a administrarles la primera dosis. Tanto Neville como Augusta asintiendo dieron su permiso. El doctor pidió ayuda a Neville y entre ambos acostaron a los dos en sus camas. Luego el doctor procedió a hacerles un hechizo de diagnóstico para ver su punto de partida. Se veía en ambos que apenas había actividad cerebral, le pidió a Severus que, como con Stella, destapara los viales de la poción. Les hizo tragar el líquido rosa perlado y volvió a hacerles el hechizo, dio el mismo resultado que en el caso de Stella, se empezó a activar levemente su cerebro. Neville, Hermione y Augusta se emocionaron, Elvira, que estaba bastante emocional, se abrazó a Severus llorando el doctor estaba también muy contento, le dijo a Severus que si todo iba igual de bien con ellos como con Stella, en un año podrían publicar su investigación, esa poción podría ayudar a muchas personas a lo largo del mundo mágico. Severus le aseguró que estaría encantado de colaborar en la publicación, el doctor sonrió y dijo:

-No hablo de que colabores conmigo, me gustaría que seas coautor. - Severus dijo:

-En ese caso, tendré que mencionar como colaboradora imprescindible a Elvira, ella encontró el ingrediente que faltaba y cómo elaborarlo. - Ella dijo aún un poco emocionada:

-En ese caso, también mencionaremos a Neville, él me dijo cuál era la planta que debíamos usar, es más, me regaló una maceta de esa planta por mi cumpleaños sin que ninguno supiera que podríamos usarla para esta poción y que serviría para curar a sus padres.

Neville se emocionó y abrazó a Elvira, el doctor dijo que en ese caso podría incluirse el nombre de los cuatro, no en vano, todos pusieron de su parte para conseguir esa poción.

Severus estaba bastante impresionado, hacía mucho tiempo que no veía a los Longbottom y verlos así, lo impresionó, tenían un año más que él, no estaban especialmente envejecidos, Augusta no permitía que descuidaran su aspecto, pero aún así, la última vez que los vio estaban sanos y fuertes, tenían un bebé de meses…toda una vida por delante que Bellatrix Lestrange dejó en suspenso hasta ahora. Cuando volvieran verían que su hijo ya no era un bebé, que tenía casi 25 años, que estaba comprometido y que ellos podrán estar presentes en su boda. Severus y Elvira se despidieron, Neville le dijo que quería quedarse allí hasta que despertaran, Hermione dijo que se quedaría también, Elvira le dijo que no se preocuparan, ellos irían a Hogwarts y le contarían el motivo a Albus, Minerva y Pomona. Neville volvió a darles las gracias, igual que Augusta y Hermione, se despidieron y usaron el floo para volver a Hogwarts.

Cuando llegaron, estaban allí Albus y Minerva esperándolos, el director estaba preocupado y pensaba que algo malo estaba pasando. Minerva le preguntó a Elvira directamente:

-¿Está todo bien, querida? ¿tú y el bebé estáis bien? - Elvira sonrió y dijo:

-Todo está perfecto, Poppy me revisó hace pocos días. No hemos ido a San Mungo por eso, pero será mejor que venga Pomona, así os lo contaremos todo a los tres sin repetirnos.

Severus y Elvira se sentaron en la sala de estar de Albus con sus jefes, Albus mandó un patronus a Pomona y en unos 10 minutos llegó un poco acelerada. Albus les ofreció a todos algo de beber y luego preguntó:

-Bien, Severus, ¿Qué misterioso asunto os a llevado a Neville, Hermione, Elvira y a ti a San Mungo?

Severus suspiró y les contó toda la historia, desde que surgió la idea de crear la poción hasta los resultados de la prueba con Stella, también le contaron que Neville y Hermione decidieron quedarse en el hospital con Frank y Alice hasta ver los efectos de la segunda dosis de la poción, no se separarían de su lado hasta que estuvieran despiertos y vieran su reacción. Los tres estaban sumamente sorprendidos, Pomona se emocionó, aunque no era una mujer de lágrima fácil. Severus la miró extrañado:

-¿A qué viene esa cara, murciélago? Sabes que Neville fue siempre mi alumno favorito y siempre le tuve mucho cariño, sé que ha sufrido mucho por sus padres, por tenerlos muertos en vida…así que es lógico que me emocione. - Elvira sonrió y cogió la mano de la mujer.

-Yo creo que lo entiende, Pomona, pero no sueles ser muy llorica, creo que es la primera vez que te ve llorar.

Estuvieron charlando un rato, Pomona le dijo a Elvira y Severus que quería ir a verlos al hospital, al día siguiente iba a ir a Londres a buscar unas semillas que encargó hacía un par de semanas, que les dijera en su próxima carta que iba a ir. Severus asintió y se despidieron para volver a sus habitaciones, habían tenido una mañana muy intensa y Elvira estaba deseando echarse un rato, por la noche le costó conciliar el sueño. Antes de irse les avisaron de que lo que les contaron no debía salir de allí, hasta que no pasara un año y se compruebe que los resultados positivos son definitivos el doctor no quería hacer pública la poción. Los tres lo prometieron, Minerva y Pomona se fueron con ellos y Pomona volvió a su invernadero, Minerva los acompañó hasta su habitación y les preguntó por Augusta, no eran de la misma promoción de Hogwarts, pero la conocía por haber sido muy amiga de una prima de la mujer. Elvira dijo:

-Está muy ilusionada y esperanzada, Neville y ella han sufrido mucho por ellos y se merecen tenerlos de vuelta. - Minerva dijo:

-Espero que se recuperen, eran maravillosos, se merecen disfrutar de su vida, aún son jóvenes, y merecen ver el maravilloso hombre en que se ha convertido su hijo…los vi una vez con Neville cuando el niño tenía unos 5 meses, estaban tan felices con él, lo querían tanto, se les veía tan orgullosos de su hijo… cuando sepan que se está convirtiendo en un herbólogo talentoso que dentro de poco tiempo será profesor en Hogwarts serán tan felices. - Elvira volvió a emocionarse.

-Lo siento, las hormonas… será mejor que vuelva a la habitación o si pasa algún estudiante por aquí y me ve, no quiero ni pensar las tonterías que inventarán. - Minerva sonrió.

-Está bien, querida, nos vemos en el almuerzo.

Severus y Elvira pasaron un rato en su sala de estar, se echaron abrazados en el sofá con Poe encima de ellos, Elvira se durmió, Severus se dedicó a leer un rato. Pasados unos 20 minutos Elvira se despertó, Poe dormitaba y ella empezó a acariciar su cabeza. Severus dejó de leer y la miró:

-¿Has dormido bien? - Elvira simplemente asintió y se acurrucó más contra él.

-Te quiero, Severus.

-Yo también, Elvira.

Se besaron durante unos minutos hasta que llegó la hora de ir a almorzar. Tras el almuerzo fueron a ver a Poppy y le contaron las novedades sobre la poción y le contaron que Neville y Hermione pasarían unos días en San Mungo para estar con los padres de Neville, que en tres días que era el baile de Navidad, quizás volverían a Hogwarts con Augusta, Frank y Alice, Albus se lo sugirió a Severus y Elvira y le preguntarían por la posibilidad al Dr. Tolliver, de todas formas, los padres de Elvira también pasarían allí la Navidad, podrían invocar unas habitaciones de invitados también para ellos. Poppy también se emocionó y les felicitó por el resultado de su trabajo. En cuanto se fueran escribiría al doctor para ponerse a su disposición para cuidar de Frank y Alice si podían ir a Hogwarts.

El día transcurrió sin novedades, pasaron la tarde con Morgana, a la que por fin contaron la verdad sobre la misteriosa poción que les costó tanto elaborar, ella se alegró muchísimo, Neville se había ganado el cariño y respeto de todos los alumnos de Hogwarts…y sin ser un profesor excesivamente estricto, no los castigaba a menudo, pero cuando lo hacía sus castigos consistían en hacer trabajos tan desagradables que los más rebeldes preferían comportarse bien. Le dijeron a Morgana que, por el momento, debería guardar el secreto, no se sabía con completa seguridad si iba a funcionar. Morgana prometió guardar el secreto, de todas formas, si todo salía bien y los Longbottom se recuperaban en pocos días estarían allí y todos lo sabrían.

Esa noche recibieron una carta del Dr. Tolliver, había hablado con Poppy y Albus, Frank y Alice estaban mostrando la misma evolución que Stella, si todo seguía igual de bien podrían ir a Hogwarts con ellos, también les contó que habló con Augusta, Neville y Hermione, les contó la sugerencia de Albus y estuvieron de acuerdo, además, el doctor prefería que no se supiera aún de la recuperación de Frank y Alice, eran considerados unos héroes en el mundo mágico y tras tantos años en ese estado pasarían mucho tiempo confusos y tratando de adaptarse a los importantes cambios que se encontrarían, no necesitaban convertirse en el centro de atención de la prensa mágica. Hogwarts era el lugar ideal para mantenerlos alejados, por lo menos mientras durara el curso escolar. Augusta estaba de acuerdo, en cuanto instalara a su hijo y su nuera en Hogwarts iría a buscar sus cosas a casa y se instalaría allí con ellos.

Se fueron a dormir tras leer la carta, los próximos días serían muy importantes… y agotadores, les convenía descansar.