Nota de la traductora: primero que nada muchas gracias a todos los que han comentado, seguido, puesto en favoritos esta traducción. Les aseguro que es con mucho cariño y me asegurare de hacerle llegar a la autora sus mensajes.

Nancy: espero sigas disfrutando de esta historia.

Sara: gracias por tu constancia

Eydren: esta pareja es mi OTP y hay tantas buenas historias de ellos en inglés que quise contribuir un poco al fandom de esta manera. Espero la sigas disfrutando.

Leslie: jajajaja me da gusto que estes disfrutando el troleo intenso, créeme que con el tiempo los personajes mejoran y maduran más, pero bueno, a veces lo que necesitamos para que eso pase es que alguien nos ponga en nuestro lugar y eso es justo lo que está pasando.

Tamesis: me hiciste el día con la comparación con las anotaciones de Severus! Mil gracias. Y no te preocupes que ya estoy siguiendo tu historia en mi otra cuenta (la que uso solo para leer). La sensación de que lo que escribimos no está a la altura es normal y creo que a todos nos pasa, es parte de las razones por las que aun no he publicado nada de las ideas locas que me se me vienen a la mente. Tal vez algún día lo haga. Tú ya has dado el primer paso y todo lo demás es solo ir mejorando cada día. Espero sigas disfrutando esta historia.

H—

20 de enero de 1976

"¿Por qué no simplemente lanzan un Patronus?" Adrian Brown le preguntó al profesor Moody mientras discutían sobre Azkaban en su clase de DCAO. La clase se volvió hacia él, y se puso rojo mientras se hundía en su asiento.

"¿Acabas de hacerme una pregunta estúpida, Brown?" preguntó Moody, y Hermione sintió vergüenza ajena con tanta fuerza como si fuera propia. Hermione escuchó a Severus reírse a su lado y resistió el impulso de lanzarle una mueca.

"Bueno", dijo el joven encogiéndose de hombros.

"Porque si crees que alguien en Azkaban tiene una varita además de los guardias, te falta algo de cerebro. Un encantamiento Patronus es una magia muy avanzada. Ni siquiera se enseña aquí, es algo que aprendes por tu cuenta o como parte de una maestría. Y si estás en Azkaban, no eres lo suficientemente puro para lanzarlo", explicó, golpeando contra su pecho de una manera que probablemente dolía. "¿Alguien sabe qué le sucede a un mago o bruja que intenta lanzar un Patronus cuando no es lo suficientemente puro?"

La habitación estaba en silencio y nadie se movía. Justo antes de que Hermione levantara la mano para responder, una vocecita tímida dijo: "Gusanos".

"Habla, Pettigrew", escupió Moody bruscamente.

Peter se aclaró la garganta. "Se los comen los gusanos. Mi madre solía contarme la historia de un pequeño ratón Patronus que asustó a la horda de dementores de un mago oscuro. Y cuando el mago estaba enojado, trató de ahuyentarlo con su propio Patronus. Solo que, bueno, no es así como funcionan."

Moody asintió una vez, satisfecho con la respuesta.

"Tienes que usar tus recuerdos más felices y puros para un Patronus. Si eres un mago oscuro, tu recuerdo más feliz probablemente no sea puro."

—H—

"¿Qué tan difícil crees que es realmente?" preguntó Remus antes de meterse una patata frita en la boca. Estaba sentado de lado en una silla con la espalda apoyada contra un escritorio.

Severus tenía tres pociones reposando en su laboratorio improvisado y no quería arriesgarse a que nada las alterara. Y dado que Lily estaba pegada a ellos, y Remus era un elemento frecuente, Hermione y Severus con gusto encontraron otro salón de clases abandonado para pasar el tiempo cuando los otros dos insistieron en que lo pasaran todos juntos.

"¿Magia avanzada? ¿Nivel de maestría?" Hermione resopló desde donde estaba sentada contra la pared en un escritorio al lado de Severus. "Yo digo que es bastante difícil".

"¿Y qué constituye un recuerdo feliz puro?" preguntó Lily. "¿Qué se considera puro?" Ante esto, lanzó una mirada de soslayo a Hermione.

Una molestia fría sin filtrar con solo un toque de ira se disparó a través de Hermione, y rechinó los dientes para evitar comentar.

Lily había tratado de difundir un rumor sobre lo que encontró haciendo a Hermione y Severus en su cumpleaños. Realmente no le había molestado que Lily los encontrara. En todo caso, Hermione estaba un poco molesta porque Severus no se había detenido a tiempo, considerando que él fue quien instaló el sistema de alarma. Sin embargo, lo dejó pasar, preguntándose si él habría dejado que sucediera a propósito para enviarle un mensaje a Lily. Innecesario, había pensado, hasta la mañana siguiente cuando Marlene la acorraló.

"Entonces, Lily dijo que finalmente tuviste algo de acción", dijo, bloqueando la salida de Hermione de su dormitorio.

"No creo que besarse sea lo que la mayoría llama acción, y no es asunto de nadie más que nuestro". Hizo ademán de pasar a lado de ella, pero Marlene se movió.

Con los ojos entrecerrados, estudió a Hermione críticamente.

"Lil dijo que los atrapó haciendo mucho más que besuquearse."

Hermione se sonrojó. "Fue un poco horizontal, pero eso fue todo. Nada ni remotamente interesante." Bloqueó los recuerdos de la presión de Severus contra ella en los lugares correctos, y lo muy, muy cerca que había estado de algo que ciertamente no estaba lista para explorar.

Marlene se burló, sacudiendo la cabeza. "Esa maldita perra", murmuró y se alejó.

A medida que avanzaba el día, Hermione entendió a qué se refería Marlene. Dudaba que llegara más allá de la Torre Gryffindor, pero las miradas de disgusto e intriga la quemaron al comienzo del día. En un momento, Remus trató de preguntar algo, pero se sonrojó y tartamudeó tanto que no pudo hablar.

Fue justo antes del almuerzo que Marlene gritó: "¡Oh, podrías parar! Tú eres mucho más facilota de lo que ella es, e incluso si ella hizo lo que les dices a todos que hizo, al menos lo hizo con su novio." Lily se puso muy, muy roja, mirando alrededor de la habitación hasta que sus ojos se posaron en Hermione. Hermione solo levantó las cejas, pero fue suficiente para enviar a Lily corriendo al dormitorio.

Su corazón latía con fuerza en su pecho, la sangre rugía en sus oídos, y era una mezcla de rabia y vergüenza, pero Hermione logró decir con frialdad: "Bueno, al menos, supongo que debería estar feliz de que la mayoría de ustedes no me creyeran una mojigata por unas horas." Se ganó algunas risas y se quedó el tiempo suficiente para que no pareciera que estaba huyendo antes de encontrar a Severus en su laboratorio y sollozar contra su espalda.

Si Lily supiera las cosas que Severus la había llamado mientras sostenía a Hermione una vez que pudo, dudaba que Lily quisiera estar cerca de él, y mucho menos competir por su atención.

Le permitieron pasar tiempo con ellos para mantener la paz y darle un refugio seguro, ya que Marlene, Alice y el resto de su camarilla le estaban dando la espalda a Lily. Marlene le había confiado a Hermione que Lily estaba aterrorizada por lo que le sucedería a su reputación si se supiera lo que había sucedido con el chico de Ravenclaw. Y si tenía tan poca consideración por la reputación de otra chica cuando temía por la suya propia, ¿en qué clase de persona la convertía eso?

"Puro, es lo que no es provocado por la sed de sangre. Si tu recuerdo más feliz es causando dolor a alguien, no es puro, ¿verdad?" Severus dijo tranquilamente, pero Hermione lo sintió tensarse a su lado.

"¿Cuál es tu recuerdo más feliz, Severus?" preguntó Remus.

"Te diré el mío, si tú me dices el tuyo".

Remus vaciló, luego bajó la cabeza.

"Hogwarts, creo. Venir a Hogwarts por primera vez. No estaba seguro de poder hacerlo". Dijo la última parte en voz baja.

Severus permaneció en silencio, mirando sus pies.

"El mío es Severus diciéndome que soy una bruja", dijo Lily. "Teníamos, ¿cuántos, ocho? ¿Nueve? Me había visto haciendo magia. Mi hermana siempre me llamó fenómeno, pero él me mostró que era simplemente otro tipo de normalidad". Ella le dedicó una cálida y tierna sonrisa que él no vio. "¿Qué hay de ti, Hermione?"

"Sí, Gatita", la voz de Sirius llegó desde la puerta, y Severus saltó del escritorio y se interpuso entre ella y los Merodeadores antes de que pudiera parpadear. "¿Cuál es tu recuerdo más feliz? Conocerme, ¿verdad?"

Hermione dio un fuerte "¡Ja!" mientras recordaba vívidamente cuando conoció a Sirius Black.

James entró en el salón de clases y se apoyó malhumorado contra la pared, y fue entonces cuando Hermione se dio cuenta de que ni él, ni Sirius, ni Peter tenían su varita en la mano. Parecía que Severus también notó esto, mientras su postura se relajaba.

"El mío es cuando los cuatro fuimos a la Copa Mundial de Quidditch hace un par de años. ¿Recuerdas cómo éramos solo nosotros cuatro?" Esto, Sirius se lo dirigió a Remus, quien se giró y no dijo nada.

"El mío también, creo" —dijo James con tristeza. "Sé cuál sería el mejor recuerdo para mí, pero aún no ha sucedido". Luego dirigió su atención a Severus, quien se tensó de nuevo. "Habría dicho que sabía cuál era el tuyo, pero me dijeron que era mentira. Lo cual tiene sentido, ya que dudo que incluso Granger te dejaría tocarla el tiempo suficiente como para que pudieras meter mano bajo su camisa, y mucho menos bajo su falda."

"Cuida tu lengua, Potter," dijo Severus con los dientes apretados.

"No dejes que el fanfarrón te afecte, Severus" —dijo Remus bruscamente—. "Mira, solo está molesto porque has encontrado una forma de felicidad que él no tiene. Y está siendo vigilado tan de cerca que no puede entretenerse como antes".

Las fosas nasales de James se ensancharon cuando ocultó la cara de todos, con las manos cerradas en puños.

"No es como si fuera capaz de conjurar un Patronus, de todos modos", escupió. "Después de todo, escuchaste lo que dijo Colagusano. Sería comida de gusanos, incluso Moody lo dijo." Entonces miró a Severus, frío, calculador y retador.

Severus se puso de pie, con los hombros rectos. Observó cómo extendía el brazo tomando su varita, los tres Merodeadores moviéndose para agarrar la suya mientras la mano de Severus se movía.

"¡Expecto Patronum!" dijo con una voz retumbante tan similar al profundo barítono que ella conocía antes del accidente que las dos versiones de él se superpusieron por un momento. Con él de espaldas a ella, podía imaginarse la versión anterior, aunque un poco menos preocupada.

Volutas plateadas salieron de su varita, y ella supo que no era la única persona en la habitación mirando con los ojos muy abiertos. Las piernas se formaron, y aunque no estaba enteramente definido, fue fácil determinar que si su Patronus fuera completamente corpóreo, sería un gran felino. Una pantera o….

"No hay forma de que tu Patronus sea una leona", dijo Sirius en estado de shock, y Hermione creyó escuchar un poco de pánico en su voz.

"Por supuesto que lo es", dijo Lily mientras arrojaba su cabello sobre su hombro. "Se supone que son guardianes, ¿no? ¿Y quién lo cuida mejor que los leones?"

"Es cierto", dijo Severus en un tono aburrido mientras la leona no del todo corpórea lo rodeaba, frotándose contra sus piernas como un gato. "En el último año, tres fuertes mujeres de Gryffindor me acogieron".

"Y también has tenido una desde el primer año, ¿verdad?" dijo Lily.

Él le dirigió una mirada. "Tal vez."

"Entonces, ¿cuál es tu recuerdo más feliz?" preguntó Peter.

"Creo que es algo personal, y difícilmente algo que compartiría con aquellos que me han dado nada más que lo peor", dijo mientras envainaba su varita en la manga. Saltó sobre la mesa al lado de Hermione, y ella se estremeció cuando su brazo la rodeó solo porque la tomó por sorpresa. Él había sido mucho más cuidadoso cuando la tocaba desde su cumpleaños, y ella no esperaba el afecto abierto o la posesividad. Ella se inclinó hacia él, haciéndole saber que era bienvenido sin ser demasiado obvio.

"Entonces, Gatita", dijo Sirius. "¿Vas a compartir tu recuerdo con nosotros?"

"Tengo demasiados recuerdos felices para elegir solo uno", dijo suavemente.

"¿Están ustedes tres aquí por alguna razón, o solo querían molestarnos?" preguntó Remus.

"No a ti, Lunático" —dijo James.

Sirius miró sus pies, luego respiró hondo y se dirigió hacia Remus. "Bueno, podemos cambiar el tema de conversación, ¿no? Qué tal si-"

"Ustedes pueden. Tengo algo que necesita atención," dijo Severus mientras se bajaba de la mesa.

"¿Es Hermione?" preguntó Peter con una risa ahogada.

Severus lo fulminó con la mirada. "No", dijo simplemente, dirigiéndose a la puerta después de solo un momento de vacilación.

"¿Discutieron ustedes dos, Gatita?" preguntó Sirius, frunciendo el ceño mientras miraba hacia dónde había desaparecido Severus. Lily se animó y se volvió hacia Hermione.

"No. Todavía está irritado porque alguien en quien confiaba mintió sobre él y nuestra relación". Lily bajó la cabeza, para placer de Hermione. "Si me disculpan, caballeros, tengo una tarea para el profesor Moody que necesito terminar".

"¿Qué es lo que ustedes dos hacen con ese tipo?" preguntó James, inquieto. "Me pone los pelos de punta; odiaría pasar más tiempo con él del necesario."

"Tiene que ver con cómo perdí a mis padres", dijo Hermione mientras se dirigía a la puerta. "Severus está ayudando." No dijo más, salió de la habitación y se dirigió al séptimo piso.

El profesor Moody había gruñido "Ustedes dos, a las siete, como siempre" al salir de clase esa mañana. Entendió la vacilación de Severus, ya que iban al mismo lugar, pero con los Merodeadores alrededor, podía entender que no quería que lo siguieran. Había tan pocos lugares que no estaban en el mapa, y ella quería que siguiera así.

No llegó muy lejos antes de que una mano la tirara hacia un hueco y luego le cubriera la boca. Cuando estaba a punto de gritar, vio quién la había agarrado y frunció el ceño.

"¿No que no éramos de los que se esconden en los rincones?" preguntó cuando Severus retiró su mano.

"No lo somos. Quería ver si…" —Hizo una pausa y Hermione vio pasar cinco sombras, dos separándose en una dirección. Un momento después, vieron a los tres Merodeadores dirigiéndose hacia la Torre Gryffindor. "Como pensé, te fuiste, Lily Lupin te seguirían. Quería asegurarme de que asumieran que Lupin y Lily harían rondas y no tratarían de encontrarnos." Él la condujo fuera de la alcoba, en dirección al séptimo piso.

Estaban solos en el pasillo, sin un alma a la vista, y le dio a Hermione el coraje de preguntar en voz baja: "¿Cuál es tu recuerdo más feliz?"

El agarre de Severus se apretó por un momento, y la miró brevemente. "El día de Navidad, cuando dijiste que estabas dispuesta a que te cortejara. Antes de eso, habría dicho el Baile de Navidad, y antes de eso, cuando me abrazaste en tu cumpleaños".

Hermione sonrió.

"Ese también es el mío. Estaba tan terriblemente preocupada de que solo era alguien segura con quien… pasar el rato".

"Lo eres, pero no es por eso que yo… te elegí. No es por lo que decidí cortejarte," respondió Severus antes de fruncir el ceño. "¿Tus recuerdos más felices no son con tu familia?"

Hermione negó con la cabeza.

"Nunca podré recuperar mi antigua vida, y eso sin duda empaña la alegría. Aquí, estoy feliz con los McGonagalls. Pero la parte más sorprendente y perfecta ha venido al conocerte", confesó, con el corazón acelerado de satisfacción y advertencia, haciendo que su adrenalina se disparara. Aún así, ella insistió: "No esperaba que me gustaras, y mucho menos que te volvieras tan importante para mí". Lo dejó así, su corazón latía con fuerza porque estaba a punto de decir demasiado.

"Me alegro", dijo Severus con sinceridad. "Durante un tiempo, como te he confesado antes, tenía pocas intenciones de que me gustaras. Nunca dejaré ir esto".

Hermione le sonrió brillantemente, pero perdió algo de su brillo cuando se perdió en sus pensamientos.

Era completamente tonto pensar en lo que podría ser cuando aún era joven y aún quedaba mucho por venir. Tantas cosas podrían pasar, pero aún consideraba la posibilidad de nunca romper con Severus. Muchos jóvenes tenían tales delirios; era natural sentir que tu primer amor era tu único amor.

Solo que, en realidad, no fue su primer amor, ¿verdad? El enamoramiento era tan similar al amor que pensó que un primer amor era exactamente eso. El suyo era Ron, lo sabía. Siempre sería Ron, a pesar de lo mucho que le disgustaba y lo idiota que era. Y no era como si Severus fuera un ángel, ahora o entonces. La consolaba saber que a él le había gustado Lily antes y que había estado tan enamorado de ella como ella lo había estado de Ron.

Entonces, preguntarse en momentos de ocio si ella era la futura Sra. Snape, madre de la brillante y hermosa niña que apenas llegó a conocer, no era del todo ridículo. Draco se había referido a su tía como H., ¿no? No había considerado que podría ser ella. Pero saber que Severus era tan serio respecto a ellos, aunque había dejado en claro que no esperaba que esto terminara en matrimonio, hacía que una ola de vértigo la recorriera ante la posibilidad.

Pero eso aún dejaba la pregunta de por qué Severus siempre había sido tan insensible y cruel como profesor, aunque ciertamente no tan cruel como lo era con los demás. Y siempre había habido un toque de arrepentimiento en sus ojos después de decirle cosas horribles.

"¿Sigues conmigo o te has perdido?" preguntó Severus, y ella se dio cuenta de que habían llegado al séptimo piso. "Te estás volviendo más Hufflepuff últimamente. Será mejor que tengas cuidado."

"Es tu culpa, ya sabes", dijo cuando la puerta apareció a la vista.

"Oh, no, no me culparas de esto", respondió mientras se adelantaba para abrir la puerta. Ella se rió cuando él le indicó que pasara, viendo que se estaba divirtiendo a pesar de su apariencia estoica.

Moody los estudió y Hermione sintió un cosquilleo en su mente cuando él trató de entrar. Sabía lo que estaba buscando y proyectó algunos recuerdos recientes al frente, asegurándose de ocultar todos los momentos a solas que había compartido con Severus. Moody dio la más mínima sonrisa de aprobación antes de volverse hacia Severus. En cuestión de segundos, soltó un resoplido.

"Notaste eso, ¿verdad?" preguntó Moody.

"Ha estado tratando de hurgar en mi mente desde las vacaciones", dijo Severus, sonando aburrido. "Nunca había visto al director tan a menudo en todos mis años en Hogwarts".

"¿Él está usando Legeremancia contigo?" preguntó Hermione con incredulidad.

"Tratando de hacerlo", respondió Severus, inexpresivo. "Me imagino que quiere saber qué ha estado pasando con Potter, Black y Pettigrew. Lupin los entregó y fueron acusados con una lista de pruebas que podrían haberlos suspendido o expulsado si fueran Slytherins."

"Sin embargo, lo estás manteniendo fuera. Ambos podrían, creo, en este momento. Pero tienes que seguir así. Nunca se sabe cuándo alguien intentará colarse allí. Estar en alerta permanente es la clave".

"Sí, señor", dijo Hermione mientras Severus asentía.

"Ahora, tú, chico. Tú eres un natural en Oclumancia, ¿quieres probar que tal eres en Legeremancia?" preguntó Moody, levantándose de su silla.

"Dudo que tenga algún sentido. Difícilmente creo que pueda entrar en tu mente o incluso querer ver lo que hay allí", dijo, y Hermione se quedó boquiabierta ante su rudeza.

Moody soltó una carcajada. "No te dejaría entrar. Estaba pensando en Granger". Él sonrió desagradablemente. "Todos los magos desearían poder leer la mente de una bruja, especialmente su bruja. Si Granger no quiere que veas algo, tendrá que guardárselo para sí misma, ¿no?"

Había entusiasmo y temor en los ojos de Severus, y Hermione no estaba segura de cuál estaba ganando. Ella confiaba en él, por supuesto, pero había cosas que aún no le había dicho. Había planes que no había discutido con él y quería desesperadamente hacerlo cuando fuera el momento adecuado. Pero si ella era realmente hábil en Oclumancia, él no vería nada de eso, ¿verdad?

Tomando aire, se giró completamente hacia Severus, encontrando sus ojos con una inclinación de su barbilla y sus hombros rectos.

Se quedó desconcertado, las cejas disparadas hacia la línea del cabello. Desenvainó su varita con un movimiento rápido, tocando su varita y haciéndola rodar de un lado a otro entre sus dedos. Todavía tendría esa varita dentro de dieciocho años, pero trató de no pensar en eso.

"Legilimens", dijo, y ella lo sintió entrar en su mente.

Era diferente a Moody, muy diferente. Más fuerte, más agradable. Podía sentir sus reacciones, aunque solo de forma distante, y trató de ignorar lo embriagador que se sentía tenerlo en su mente. Ella no necesitaba que su ego creciera.

Lo sintió tirar de hilos de recuerdos, cosas que le había dejado ver a Moody. Momentos aburridos en clase, pasando tiempo con Remus y Lily, ellos en el salón de clases abandonado. Se movió rápidamente a su recuerdo más feliz y lo observó por un momento desde su perspectiva. De repente, estaba de vuelta en la habitación que acababan de dejar, observando mientras lanzaba su Patronus.

Fue entonces cuando comenzó a ir terrible, horriblemente mal.

Se vio a sí mismo. Solo que no se veía a sí mismo tal como estaba en la habitación, con su corbata y chaqueta de Slytherin. Se vio cómo lo había visto ella, la versión mayor de él. Vio al mago orgulloso, intimidante y poderoso en el que se convertiría. Su corazón dio un vuelco, tanto por miedo a lo que él pensaría como por el Juramento. Antes de que pudiera detenerlo, un recuerdo se deslizó detrás de su pared, vinculado como estaba a su impresión de su versión mayor, y él se aferró al recuerdo. De espaldas a ellos, con los brazos extendidos, bloqueándolos de un hombre lobo completamente transformado. Estaba agradecida de que su cara no estuviera hacia ella en el recuerdo, pero la mostraba agarrada a su túnica, mirando a Harry y Ron. Ella sintió su curiosidad por el chico de ojos verdes que se parecía a James Potter, pero sintió que su respiración se detenía repentinamente, su cerebro gritaba por oxígeno.

¡Esos no eran tuyos para verlos! ella gritó en su cabeza, tratando de empujarlo con la poca fuerza que tenía. Un recuerdo más se deslizó, el siseo de un gato y dolor, pero se estaba desmayando y el recuerdo se desvaneció.

—S—

Severus se alejó de su mente tan abruptamente que sintió como si su cerebro se partiera en dos. Ignorando su propio dolor, se deslizó de la silla y gateó hacia ella a pesar de que Moody se había movido rápidamente al lado de Hermione.

Le estaba abofeteando suavemente la cara, escuchando su respiración.

"¿Qué pasó?" Moody preguntó bruscamente.

"Yo—yo no lo sé. Hice lo que leí, encontré un recuerdo y seguí una cadena, un patrón. No quería mirar nada que ella no quisiera que yo viera, pero... había algo sobre un recuerdo que ella debió considerar seguro. Yo pensé que era seguro."

Moody dio un paso atrás, la apuntó con su varita y ladró: "Rennervate".

Hermione tomó aliento, pero eso fue todo.

"Albus, no lo hiciste", se quejó Moody por lo bajo.

"Un Juramento," dijo Severus sin pensar, aterrorizado. "El año pasado, ella estaba arremetiendo contra Potter," -tragó- "y se derrumbó. Estaba en la enfermería con ella, esperando a que despertara. Escuché a Minerva mencionar algo sobre un Juramento."

"Joder", maldijo Moody, cojeando alejándose de Hermione por un momento.

"Ella necesita a Madam Pomfrey," dijo Severus inmediatamente.

Moody lo miró a él, a Hermione, maldijo de nuevo y luego asintió. Empezó a levitarla. No dijo nada mientras acompañaba a Hermione fuera de la habitación, y Severus no se atrevió a seguirlo.

Permaneció desplomado al lado de la silla en la que había estado Hermione, su cabeza latía y daba vueltas. Había conocido a un chico que se parecía a James Potter, casi idéntico a James Potter. Ella había sido amiga de él, lo que explicaría por qué lo había atacado el año pasado por el lío que fue el Día de San Valentín. Al menos, encajaba con su teoría de por qué lo había hecho, sus sospechas sobre ella y cómo llegó a quedarse sin familia.

Se vio a sí mismo, o cómo lo había visto Hermione. ¿Era realmente él? Y... no, no quería pensar en eso. Por impresionante que fuera la idea, no estaba satisfecho con lo poco que cambiaría si fuera lo que pensaba que era. Pero que si….

¡Esos no eran tuyos para verlos!

Su voz mental, fuerte a pesar de su estado de debilidad, le había gritado con tanta vehemencia y miedo que había ayudado a sacarlo de su mente incluso cuando estaba tratando de escapar. Sintió que se estaba desvaneciendo y, sin embargo, estaba tan enojada con él por su curiosidad.

¿O fue su codicia?

Tenía curiosidad por qué sus recuerdos felices no eran de su pasado. No había estado satisfecho con solo sentir el asombro y la atracción, tenía que cavar más profundo, solo tenía que seguir tirando de hilos para validar su amor por ella.

Y casi la mata en el proceso. La puso en coma, probablemente, y la enojó y rompió su confianza de una manera que no estaba seguro de poder reparar.

"¿Qué he hecho?" se dijo a sí mismo, mirando alrededor de la habitación, sintiéndola girar mientras comenzaba a hiperventilar. Un mes, apenas había durado un mes, y había tirado por la borda lo único bueno que le había pasado porque estaba tan hambriento de lo que ella tenía para ofrecer, que se había aferrado a eso en la primera oportunidad que tuvo.

Ausentemente, estaba impresionado de que la habitación le proporcionara un balde para vomitar exactamente donde giraba la cabeza. Pero a medida que la agonía de su cabeza y su corazón lo abrumaban, descubrió que prefería estar cubierto con su propio vomito solo para tener un recordatorio del fracaso total que era y cuanto merecía sufrir.

—H—

21 de enero de 1976

Hermione tardó un momento en recordar por qué estaba en la enfermería cuando se despertó. Incluso sin abrir los ojos, sabía con precisión dónde estaba debido al olor, y podía adivinar la hora del día por el sol que brillaba a través de sus párpados cerrados. Su cabeza latía con fuerza y le dolía el pecho, los síntomas eran mucho peores que cualquier otra casi ruptura del Juramento.

Excepto que no 'casi' rompiste el Juramento, él estuvo a punto de romperlo. Se vió, se vio a sí mismo. Y a Harry y Ron.

La ira se apoderó de ella por un momento, hacia él, hacia Moody, hacia ella misma. Hacia Dumbledore. Se frotó los ojos, aunque no sabía si para contener las lágrimas o el dolor.

"Es bueno ver que logró pasar la noche, señorita Granger", escuchó la voz del director y optó por mantener los ojos cerrados hasta que pudiera restaurar sus escudos mentales.

"¿Había realmente una posibilidad de que no lo hiciera?" preguntó, su voz áspera.

"Era cuestionable, según Madam Pomfrey" —respondió, y ella pudo imaginarse ese maldito brillo en sus ojos.

"Señor, si no le importa, viví. Entiendo mi Juramento, señor, y fue un accidente."

"¿Lo fue?" preguntó, y ella pudo detectar una pizca de condescendencia en su tono. "El profesor Moody dijo que les ha estado enseñando a usted y al Sr. Snape Oclumancia. Creo que en realidad es una idea brillante para ti, y desearía que me lo hubiera dicho antes". Tomó un respiro profundo. "Pero debo decir que no me emociona que haya dejado que el Sr. Snape accediera a su mente como lo hizo".

"Severus sabe todo lo demás sobre mí", gimió Hermione, frotándose la frente. "Y ahora, supongo, un poco más de lo que debería".

"Sí, bueno, es posible que necesite Obliviarlo selectivamente".

"¡No!" La sola idea hizo que Hermione se disparara hacia arriba, abriendo los ojos y mirando furiosamente al director. Sus paredes estaban levantadas, aunque no había elegancia en ellas, ni pensamientos que la distrajeran para que pareciera que no estaba escondiendo nada. Su furia alivió su agonía lo suficiente como para dirigirla hacia al sorprendido director. "¡Su mente es brillante y no la manipulará! No fue su intención hacer lo que hizo, y aunque estoy enojada con él, no lo culpo por su curiosidad. Cualquiera que sienta algo por alguien que tiene que guardar tantos secretos haría lo mismo si tuviera la oportunidad".

"¿Está segura de que fue por eso que lo hizo? ¿Curiosidad? ¿No fue, quizás, por otra razón?"

Hermione tuvo que repetirse lo que él dijo a sí misma varias veces antes de que sus palabras tuvieran sentido.

"¿Qué otra razón podría tener?"

"Es un joven problemático, señorita Granger, que se asociaba con el caballero que fue expulsado recientemente".

"Él también se asocia con una Gryffindor nacida de muggles," replicó ella. "Y cada Gryffindor actualmente en Hogwarts se ha asociado con un trío que deliberadamente se propone dañar a otros".

Dio un profundo suspiro.

"Señorita Granger. Hermione, si me permites. Tienes una ventaja única de saber lo que está por venir, al menos durante un cierto período de tiempo. Piensa en el hombre en el que se convertirá el Sr. Snape. Porque aunque no ví con claridad, es cierto que tengo la costumbre de deslizarme en las mentes de vez en cuando. Es posible que haya vislumbrado que conoces al Sr. Snape de adulto. No creo que haya tenido palabras amables o sentimientos hacia ti". Hermione empezó a protestar, pero él levantó una mano, sonriendo una vez más. "Piensa, Hermione. Sabes que hay otros jóvenes honrados que te trataron bien en el futuro. Piensa en ellos y tal vez, permítele al Sr. Snape su libertad. Y también, recuerda que tú misma tienes una mente brillante, y sería un desperdicio perderla porque alguien 'accidentalmente' husmeó cuando no debería".

Se levantó de la silla junto a su cama y se dirigió hacia la salida, saludando amablemente a Madam Pomfrey cuando pasó junto a él de camino a Hermione.

"Debes estar en agonía", dijo en voz baja. Le dió una poción para el dolor, y de repente Hermione fue golpeada por una ola de tristeza cuando se dio cuenta de que era la poción básica y no la de Severus.

"¿Él…?"

"No", dijo la matrona en voz baja, sacudiendo la cabeza. "No, no ha venido, pero es temprano todavía. Me gustaría que te quedaras aquí por el resto del día, luego puedes ir por el pasillo y ver si él está allí".

Hermione asintió y tomó un sorbo de la poción. "No fue su intención", dijo, tanto para sí misma como para la matrona.

"No, no creo que lo fuera", estuvo de acuerdo, y aunque Hermione no estaba segura de si Madam Pomfrey sabía con qué estaba concordando o no, se sentía un poco mejor de cualquier manera.

23 de enero de 1976

Severus había venido a verla el día veintiuno acompañado de los otros y no habló en todo el tiempo que estuvo en la enfermería. Ella notó que él estaba evitando el contacto visual con ella, sentado más cerca de Lily de lo que había estado en mucho tiempo, y eso la desgarró por dentro.

Madam Pomfrey anunció después de una hora que tenían que irse, y cuando Hermione iba a levantarse, negó con la cabeza.

"Creo que sería mejor si te quedas más tiempo. No estas tan fuerte como esperaba que estuvieras para este momento, y puedo decir que todavía tienes dolor de cabeza".

Tenía razón, y por mucho que Hermione odiara admitirlo, lo mejor era que se quedara en la enfermería al menos otra noche.

Al día siguiente, apenas vio a Severus y notó que ponía más distancia entre ellos y menos entre él y Lily en clase. Él la miraba, se dio cuenta, y quería creer que era por preocupación, pero él nunca preguntó por su salud. Él nunca la tocó. Apenas le habló.

Habría ido al laboratorio antes que a Astronomía, pero no estaba segura de si sería bienvenida.

Oh, todavía estaba enojada porque vio algo que no debería haber visto, pero había sido un accidente. Estaba igual de enfadada consigo misma por no haberlo expulsado.

Y ahora había visto...

No podía imaginar lo que él pensaba de ella ahora.

Llegó el final de Defensa, la última clase del día, que marcaba el inicio del fin de semana. Severus se levantó, parecía como si estuviera a punto de decir algo, luego huyó. Lily la miró con furia, recogió sus libros y lo siguió.

Suspirando, Hermione apoyó la cabeza en su escritorio, segura de que Moody al menos encontraría suficiente humanidad para dejarla en paz.

"Hermione"- dijo Remus gentilmente, una mano en su hombro. "¿Estás bien?"

"Tanto como puedo estar".

"¿Tú y Snape terminaron?" preguntó Sirius, sorprendiéndola lo suficiente como para levantar la cabeza y ver que estaba del otro lado. Miró a su alrededor y se dio cuenta de que eran los únicos que quedaban en la habitación.

"No oficialmente", dijo, tocándose el dedo índice con el pulgar. "Aunque supongo que es cuestión de tiempo."

"¿Qué pasó?" preguntó Remus. "Pensé que ustedes dos se estaban bien. Especialmente con lo que dijo Lily."

"Lo estábamos, pero… descubrió algo sobre mi pasado que no creo que le haya gustado. No fue mucho. De hecho, era casi nada en absoluto. Pero parece que fue suficiente para que ya se esté arrepintiendo de haber salido conmigo. No hemos hablado desde entonces."

"Gatita, ¿puedo hacer una observación? Creo que está asustado." Miró con incredulidad a Sirius, y él se encogió de hombros. "¿No me crees?"

"No había nada... bueno, supongo que había algo aterrador en ello, pero nada que le impidiera hablar conmigo".

Se volvió hacia Remus y lo sorprendió mirando a Sirius con incertidumbre.

"Podrías intentar hablar con él" —ofreció, con la voz cargada de dudas. "Pero sé… solo sé que estoy aquí. Ambos lo estamos. Si necesita a alguien con quien hablar, háznoslo saber".

Se sentó durante un largo rato en su escritorio después de que se fueron, queriendo levantarse y enfrentar la situación, pero también queriendo permanecer en la burbuja donde ella y Severus todavía estaban juntos y completamente enamorados. La burbuja de Schrödinger, por así decirlo.

Severus habría entendido la referencia.

No estaba segura de cuánto tiempo estuvo sentada en el salón de clases antes de levantarse y dirigirse a las cocinas. Mordisqueó una pera y pidió amablemente una comida a los elfos domésticos, quienes felizmente la complacieron. Comió en la pequeña mesa en tranquila contemplación.

No hagas esto. No te conformes con no obtener respuestas. Tienes que saber. Ve a hablar con él. Tú no eres Ronald Weasley, y él tampoco. No permitirás que te aplique la ley del hielo. Si quiere terminar, que lo haga cara a cara. Y eres una Gryffindor, se supone que debes ser valiente, osada. Puedes enfrentar el final; puedes darle el final que quiere. Si él lo quiere.

Dejó las cocinas y se dirigió al aula del tercer piso con determinación.

Dobló la esquina y casi choca contra Lily. Una Lily despeinada y complacida con una sonrisa de suficiencia.

"Estaba regresando a la Torre Gryffindor", dijo, echándose el cabello sobre el hombro.

"Correcto", dijo Hermione. "¿Él está allí entonces?"

"Debería estar exactamente donde lo dejé", respondió Lily asintiendo. "Aunque estoy bastante segura de que no te está esperando."

—S—

Debería aguantarse, encontrarla y terminar de una vez. Sus palabras habían estado dando vueltas en su cabeza en un ciclo sin fin durante los últimos tres días, sirviendo solo para alimentar su creencia de que no la merecía. Si su flagrante invasión de su privacidad no fuera suficiente, casi la mata.

Ella solo lo miró en el ala del hospital mientras hablaba con esos idiotas.

Lo volvió loco ver la chispa de esperanza en los ojos de Lupin, aunque seguía siendo amable y educado con Severus. Lo irritaba, sabiendo que Lupin vio una oportunidad. Y si Severus era honesto consigo mismo, Lupin tenía más que ofrecerle a Hermione que él. Tenía mejor aspecto, adecuadamente cuidado y provisto, y tenía la suficiente inteligencia para satisfacer su lado intelectual. Lupin podía tener algunas cicatrices antiestéticas, pero todavía era mucho más guapo de lo que Severus jamás llegaría a ser. Entonces, ¿que si siempre se veía un poco enfermizo? Severus era flaco, feo y, a menudo, malhumorado. Además, Lupin no había casi matado a Hermione. Un punto para Lunático.

Suspiró profundamente, mirando la Poción de Sueño sin Sueños en el caldero, perfectamente elaborada en una media hora menos del tiempo normal, y supo que lo bebería de nuevo esta noche para evitar las pesadillas.

"¿Por qué la cara larga?" preguntó Lily, aunque realmente no podía ver qué expresión tenía. Si lo hubiera hecho, lo habría visto poner los ojos en blanco.

Ella insistió en estar pegada a su lado desde el momento en que se enteró del tiempo que pasó Hermione en el ala del hospital. Descubrió que no podía admitir que él era el motivo, solo dijo que ella terminó allí después de un ataque como el del año anterior.

Cuando quedó claro que Hermione no le estaba hablando, ni se acercaba, ni se tomaba la molestia con él en absoluto, Lily lo empezó a vigilar. O, como estaba empezando a considerar, empezó a cernirse sobre él como un depredador sobre una presa herida.

"Simplemente cansado", dijo. "Los vapores de este brebaje en particular hacen eso".

"¿De verdad?" preguntó, y él miró al cielo y esperó que esta fase de estupidez adolescente dejara pronto a su amiga.

"Oh, sí", dijo, girándose para mirarla donde estaba tirada en el sofá. "Los vapores de cualquier poción pueden afectar tu cerebro. No importa cuánto tiempo ha transcurrido desde que fueron elaboradas."

"¿De verdad?" preguntó, frunciendo el ceño mientras se sentaba por un momento.

"No", suspiró.

Ella se rió entre dientes y se dejó caer de nuevo con su texto de Transformaciones. Observó cómo su falda se deslizaba peligrosamente cerca de su cintura, pero ella no hizo ningún movimiento para arreglarla. Su corbata estaba en su bolso, y su camisa estaba un poco más abierta de lo necesario.

"¿Has estado saliendo con alguien?"

Ella le sonrió con malicia, complacida con su pregunta.

"No. He estado interesada en alguien, pero tenía novia."

"¿La tenía?" Severus frunció el ceño.

"Mmmmmm. No creo que ese sea el caso ya. Solo estoy esperando que sea oficial antes de hacer mi movimiento. No quiero que parezca que él la dejó por mí" —dijo, moviéndose en el cojín.

Se movió incómodo, no le gustaba a donde iba esta conversación.

"Mierda", dijo Lily, el libro se desplomó sobre su estómago cuando se volvió hacia él de nuevo. "Debería ir a buscar mi texto de Adivinación. Necesito leer un par de capítulos antes del lunes, y esto puede esperar otro día".

"¿No puedes simplemente adivinar lo que dirá el texto? ¿No es ese el punto?" bromeó.

Ella se rió más de lo debido, saltando del sofá y dando saltitos hacia él. Ella tocó su brazo.

"Volveré", dijo ella.

"Esperaré con la respiración contenida", dijo inexpresivo, pero ella todavía sonrió como si él le hubiera recitado un poema, y salió corriendo de la habitación.

La realidad de su vida irritaba a Severus, y se pasó las manos por la cara mientras se movía para sentarse en el sofá en ausencia de Lily. No creía ni por un momento que Lily hubiera estado suspirando por él todo este tiempo, o que incluso tuviera interés en él. No quería entender por qué estaba actuando de esa manera, pero si este era el final de su relación con Hermione, quería asegurarse de que Lily entendiera que eso no significaba que iba a ir tras ella.

Sus protecciones le advirtieron que alguien venía, y en su miseria, le tomó una fracción de segundo a su cerebro procesar que era Hermione y no Lily. Se quitó las manos de la cara y se sentó en el borde del sofá, mirando la puerta con anticipación. Él esperaba y temía lo que ella diría.

La puerta se abrió y ella entró. Pareció sorprendida y luego resignada al ver donde estaba, asintiendo una vez antes de moverse hacia él, deteniéndose junto a las mesas.

"Me crucé con Lily en mi camino", dijo con voz temblorosa. "Solo vine a decir…"

Tragó el nudo que se le formaba en la garganta.

"Vamos, dilo. Sé lo que sea, me lo merezco".

"Espero que puedas perdonarme algún día", dijo en voz baja, con lágrimas en los ojos.

"¿Perdonarte?" preguntó en un suspiro. "¿Por qué?"

Ella sollozó. "Por siquiera dejar que esto pasara", dijo, limpiándose la cara. "Ojalá pudiera explicar; desearía poder explicar lo que viste en mi mente, pero no... no puedo, y…"

"Casi te mato. Puedo entender completamente por qué no querrías tener nada que ver conmigo debido a eso. Pero, ¿por qué, en nombre de Merlín, necesitarías mi perdón?" preguntó, acercándose poco a poco a ella. Casi la tenía a su alcance cuando ella dio un paso atrás.

"No puedo explicarlo". Respiró hondo, cuadró los hombros y levantó la barbilla. "Te dejaré en paz. Lily no tardará mucho y…"

"¿Qué importa ella?"

"Ella no te ha ocultado cosas y te ha brindado consuelo", dijo Hermione, mirándolo a los ojos por primera vez desde que entró en la habitación. "He salido de esta habitación con un aspecto similarmente despeinado antes, y recuerdo muy claramente como lo obtuve".

"Si crees... si crees que yo..." dijo, las fosas nasales dilatadas mientras sus manos se apretaban en puños a su lado. "¿De verdad crees que encontraría algún tipo de consuelo, físico o de otro tipo, de alguien más que de ti? ¿Después de lo que hice? Casi te mato. Yo…" resopló, sus brazos cayendo como un títere con los hilos cortados. "Me merezco… nada. Merezco cada cosa odiosa y vil que se te ocurra. Sabía, de alguna manera, lo que estaba haciendo, y lo hice de todos modos. Pero te juro que no tenía ni idea…".

Dio un paso más cerca, y él cerró los ojos, esperando una bofetada. Cuando la mano de ella le tocó la mejilla, se le escapó un sollozo ahogado. En lugar del duro escozor de su piel sobre la de él, su toque fue tierno, y su pulgar acarició su mejilla y limpió una lágrima perdida.

A pesar de la abrumadora vergüenza por su debilidad, Severus se acercó y cubrió su mano con la suya, presionando lo suficiente para rogarle en silencio que la mantuviera allí. Su otra mano se enroscó en su cabello, y la vergüenza aumentó cuando se dio cuenta de lo poco que se había preocupado por sí mismo en los últimos días; era más lacio y grasiento de lo que debería ser.

"Severus", dijo en voz baja, y él sintió que se agachaba para estar a su altura. "¿Por favor mírame?"

Se obligó a abrir los ojos y se sorprendió por el dolor y el miedo que había en los cálidos de ella.

"Te mereces algo mejor que yo", dijo ella, y cuando él iba a discutir, rápidamente apartó la mano de su cabello para colocar un dedo en sus labios. "Viste que tengo secretos que no puedo contarte. No puedo explicar por qué los tengo. Hay casi quince años de mi vida que no puedo compartir contigo, no como alguien debería hacerlo con las personas que ama. Y tú… Solo puedo imaginar lo que debes pensar, cómo ha cambiado tu opinión sobre mí. Y no puedo explicar o justificar lo que has visto."

Su voz se quebró por el dolor y él quiso abrazarla.

"Estabas enojada conmigo", dijo mientras su dedo se deslizaba.

"Sí", dijo ella, sollozando de nuevo.

"¿Aún lo estas?"

"No", se atragantó, sacudiendo la cabeza. "¿Pero importa?"

"Por supuesto."

"No me hablabas. Me evitavas."

"Lo hice."

"¿Por qué?"

"No quería enfrentar el final", confesó, negándose ahora a ser un cobarde. "Quería poder decir, por un poco más de tiempo, que eras mía".

"Después de lo que viste, me sorprende que me quieras cerca de ti".

Él resopló. "Considerando lo que vi, estoy desconcertado de que te tomaras la molestia conmigo en primer lugar".

"Bueno, ciertamente…" se detuvo en seco, jadeando mientras sus ojos se abrían de par en par. Rápidamente sostuvo su cabeza suavemente, un aleteo de pánico y advertencia en su mente.

"No", dijo, firme pero tranquilo. "Lo que sea que creas que necesites decir, no vale la pena".

"Te mereces una explicación", dijo con voz ronca.

"No, no es así. Hermione, yo…" se detuvo, dándose cuenta de que había alguien escuchando en la puerta. ¿Lily? ¿Lupin? Como fuera, no quería arriesgar a Hermione de ninguna manera, o que los rumores de sus sospechas se extendieran por la escuela. Ya era bastante malo que la mayoría de la gente lo odiara por existir, no necesitaba agregar locura encima. "Apúntame con tu varita. Por favor" —añadió cuando ella dudó. Dejó caer la mano sobre su pecho y permitió que su varita apareciera en su mano. Ella se estremeció cuando lo levantó, apuntándolo justo cuando él se lo pidió. "Mírame a los ojos. Dilo."

"Legilimens", susurró ella, y él la sintió entrar en su mente muy tentativamente.

Le gustó bastante. Era muy diferente de Moody, gentil y cariñoso, y nada parecido a lo que había llegado a reconocer como los intentos molestos del director.

Cuando sintió su confusión y leve diversión, le mostró las consecuencias de su intento de Legeremancia. Dejó que las teorías que habían pasado por su mente cubrieran la escena, y luego la agonía de darse cuenta de que casi había roto su Juramento. Cuando sintió su sorpresa por su conocimiento, se burló y le mostró la conversación que había escuchado al director y a McGonagall el año anterior.

Ella se deslizó de su mente y cerró los ojos. Le acarició las mejillas, sobresaltándose cuando un sollozo de dolor se le escapó antes de colapsar contra él. Ella agarró su camisa, estrujandola con ambas manos mientras sollozaba en su hombro. Retiró las manos de su rostro y envolvió sus brazos alrededor de ella, abrazándola fuerte mientras su corazón latía con fuerza.

¿Qué estaba pasando? ¿Por qué estaba llorando?

Después de un momento, se sentó sobre sus talones y sonrió levemente aliviada.

"No puedo explicarlo".

"Lo sé."

"¿Y estás de acuerdo con eso? Hay tantas cosas que no viste, y…"

"No importa. Si todavía me quieres, soy tuyo."

Permaneció perfectamente inmóvil mientras ella se inclinaba, tirando de él por la camisa que todavía estaba agarrando. Severus suspiró con alivio, respirando profundamente por la nariz que siempre sería demasiado grande, mientras los suaves y cálidos labios de ella se presionaban contra los delgados y secos de él. Ella pidió más con la lengua y él le dio lo que quería.

"¿Fue esa una respuesta lo suficientemente clara?" preguntó ella contra su boca.

"No. Creo que tendrás que intentarlo de nuevo."

"Lento para entender, ¿verdad?" preguntó ella, y todavía estaba lo suficientemente cerca como para que él sintiera su ceja arqueada.

"Quiero asegurarme de tener una comprensión completa. Este no es el momento para suposiciones".

Ella hizo un sonido alegre antes de besarlo de nuevo, profundamente, haciendo un sonido complacido cuando él pasó sus dedos por su espantoso cabello y la sostuvo firmemente contra él. Al menos hasta que se hizo imposible sostenerla y siguió su ejemplo mientras ella lo animaba y guiaba al suelo.

Para cuando Severus se declaró completamente educado en el tema, sus corbatas habían desaparecido, sus camisas había sido desabrochadas, y estaba seguro de que la sensación de su torso hormigueaba constantemente contra sus dedos. Su cabello estaba domado en un moño en su cuello, y el de él estaba aplastado, pegado en ángulos extraños alrededor de su rostro.

Estaba cerca el toque de queda, y si quería acompañarla de regreso a la Torre Gryffindor, no podían quedarse mucho más.

Dejó intacta la poción en el caldero.

Y si Hermione notó que la puerta ya estaba abierta cuando se fueron, no le mencionó nada.

—A—

15 de enero de 1994

"No puedo creer que esté apoyando a Slytherin", dijo Harry mientras observaba a Cho Chang y Draco buscar la Snitch. "No puedo creer que estoy parado aquí, esperando que Malfoy gane".

"Yo tampoco puedo creer que lo hagas" —gruñó Ron desde el otro lado. "Ravenclaw aplastó a Hufflepuff, y también lo hizo Slytherin. Estamos abajo debido a... bueno, ya sabes. Y si Slytherin gana este partido, se levantarán mucho. Hace que sea realmente difícil ganar contra ellos".

"Será difícil de cualquier manera", señaló Aurora, para disgusto de Ron. "Ravenclaw es nuestro próximo partido, y si ganan este, también estarán muy arriba. De cualquier manera, las posibilidades de que ganemos son bastante escasas. Podemos luchar por el segundo lugar en general, a lo sumo".

"Cállate, Snape", gruñó Ron mientras Harry parecía cada vez más abatido. "Se supone que debes apoyarnos a nosotros, no a tu novio y las serpientes".

Ginny resopló. "Si crees que Draco es el novio de Rory, necesitas que te revisen los ojos", dijo, ganándose una risita musical de Luna.

"¿Qué significa eso?" preguntó Ron a su hermana, inclinándose sobre la barandilla para mirar más allá de Harry y Aurora hacia ella. "Él solo anda a nuestro alrededor por ella. ¿Y por qué insiste Harry en que nos quedemos con ella…?"

"Ron", advirtió Harry, y Ron detuvo su diatriba. Después de unos segundos, Harry la miró con el rostro contraído por sus pensamientos. "¿Por qué siempre anda a tu alrededor?"

"La misma razón por la que tú te acercas estos días, me imagino. Soy una de sus amigas más antiguas".

"Sin embargo, no eres su mejor amiga", intervino Ron justo antes de distraerse con un gol de Ravenclaw. Él y Luna eran los únicos emocionados al respecto.

"¡Ella te está siguiendo, Malfoy!" gritó Harry justo cuando los dos buscadores pasaban zumbando por encima, aunque no había forma de saber si Draco lo había oído.

Desde las gradas de los maestros, notó que su padre los miraba a ellos en lugar de al juego. Dudaba que la voz de Harry llegara tan lejos, así que asumió que estaba mirando por el extraño grupo que formaban y al que animaban. Ella lo saludó con la mano y sonrió.

"¿Te molesta?" preguntó Aurora.

"¿Eh? ¿Qué cosa?" preguntó Harry, apenas apartando los ojos del juego para mirarla.

"¿Draco? ¿Pasando tiempo con nosotros?"

"No. Es un poco raro, seguro. Y el hecho de que todavía se burle de mí de vez en cuando cuando está rodeado de otros Slytherin me hace dudar".

"Es porque todavía no está listo para distanciarse del todo", dijo Luna con serenidad, sonriendo suavemente. "Está empezando a ver que lo que le enseñaron es ridículo, pero tiene miedo de lo que sucedería si renuncia por completo a su Casa. Está aterrorizado de que lo rechacemos y no tenga adonde ir".

"Bien", dijo Ron sin rodeos. "El idiota escurridizo se lo merece".

"¿Él te dijo eso?" Harry le preguntó a Luna.

"No. Pero es obvio."

"Para ti, tal vez", dijo Ginny. "¿Has pensado en tomar Adivinación el próximo año?"

"No creo que la profesora Trelawney quiera que lo haga. A ella nunca le agradó mi madre. Eran primas, sabían?"

Aurora no lo sabía, y una rápida mirada a su alrededor le dijo que no era la única.

"No puedo creer que Mione se esté perdiendo esto", dijo Ron mientras Slytherin anotaba justo cuando Draco y Cho se lanzaban en busca de lo que podría ser la Snitch.

"Es más feliz en la biblioteca", dijo Ginny. "Tú lo sabes."

Eso era cierto incluso hasta el día de hoy. Justo antes de que Draco comenzara en Hogwarts, la última Copa Mundial de Quidditch había sido en Alemania. El tío Lu la había llevado a ella, a Leo y a su padre, la Tía Cissy y su madre declinaron por algo más entretenido. Estaba bastante segura de que la Tía Cissy encontró maneras menos académicas de pasar los días.

Hubo un gran alboroto en las gradas de Slytherin; Aurora vio a Draco justo a tiempo para verlo robar la Snitch.

"¡Wooohoooo!" Harry gritó y aplaudió justo cuando Draco pasó volando, captando su atención.

"Merlín, no hagas eso", dijo Aurora. "Solo le estás levantando el ego". Se volvió hacia su padre, que ahora parecía verdaderamente disgustado. Ella se rió, mirando a Draco para verlo mirar a Harry, luego a su padre, justo a tiempo para verlo negar con la cabeza. La tía Min parecía que se estaba riendo mientras le daba una palmadita en la espalda.

"Tal vez la próxima vez, muestra tu apoyo de forma un poco menos exuberante", le sugirió a Harry, su diversión a expensas de su padre aún era visible cuando se volvió hacia él. Harry se sonrojó un poco pero se rió entre dientes.

"Sí, lo que dijo Snape", dijo Ron con el ceño fruncido antes de palidecer. "Caramba, eso suena raro".

"¿Qué crees que haría el padre de Draco si se enterara de que ha estado pasando tiempo con nosotros? Odia a mi familia", preguntó Ginny pensativa, entrelazando su brazo con el de Aurora mientras todos se preparaban para irse.

"Honestamente, no tengo idea", dijo Aurora mientras la multitud comenzaba a dispersarse.

Se preguntó si había algo que realmente le pudiera hacer a su único hijo. Ciertamente no podía repudiarlo; sería el final de la línea Malfoy. Castigarlo era una posibilidad, pero tenía la sensación de que Draco ya estaba en un camino irreversible que lo alejaba del Tío Lu y ninguna cantidad de privilegios perdidos lo influiría. Y si Harry seguía mostrándole una atención positiva, era casi un hecho que nada de lo que alguien dijera sacaría a Draco de su lado, Weasleys o no Weasleys.

"Solo recuerda que él es la razón por la que Hagrid está enfrentándose al Consejo Escolar. Buckbeak podría morir. Él es la razón por la que Mione está encerrada en la biblioteca investigando asuntos legales".

"Y tú nunca has hecho nada estúpido en tu vida", se burló Ginny.

"¿Qué he hecho que sea estúpido?" preguntó Ron mientras llegaban al césped detrás de la cancha.

"Muchas cosas", dijo George, golpeándolo en la cabeza.

"Como maldecirte a ti mismo con el Encantamiento vomitababosas ", dijo Fred, contando con los dedos.

"Y traer el auto de papá aquí desde Londres", agregó George.

"Creerme que el Sombrero Seleccionador dolería."

"Creer que podrías volver amarillo a Scabbers".

Los gemelos continuaron un poco más, la cara de Ron se puso cada vez más roja antes de que finalmente estallara: "¡Sin embargo, nunca he hecho que casi me mate un hipogrifo!"

"No te atreviste a acercarte", se burló Harry.

Ron hizo una pausa. "Tú no acabas de... acabas de... Malfoy es un idiota estúpido y grita como una niña".

"Tú también lo harías si vieras a Voldemort bebiendo sangre como un vampiro", espetó Harry.

"No digas su nombre", dijo Aurora en voz baja justo cuando Ron chillaba. Harry no prestó atención a la advertencia, y ella dudaba que Ron entendiera completamente lo peligroso que podría ser. Miró por encima del hombro y vio a su padre y a la tía Min hablando lo suficientemente lejos para hacerla dudar de que el uso casual del nombre tuviera algún efecto en su marca.

"Vamos", le dijo Harry a Ron. "Mione probablemente se esté preguntando dónde estamos".

Aurora los vio alejarse con una sonrisa triste, preguntándose qué harían en junio cuando Hermione desapareciera.

Nota de la traductora: Adrian Brown suena como si pudiera se el padre de Lavender y no solo por el apellido. Y siempre me ha dado igual Marlene, pero la amé en este capítulo. Severus y su Patronus me pareció una de las mejores partes del capítulo.

Dumbledore criticando a Severus por las personas con las que se junta me parece una de las cosas mas hipócritas del mundo porque a)a los niños en Hogwarts se les dice que sus compañeros de casa son su nueva familia cuando llegan. b)él mantiene amistad con Gryffindors nacidas de muggles aunque no sea bien visto por sus compañeros de casa. c) yo se que todos tenemos exes cuestionables pero hay niveles y Dumby estaba enamorado de un Hitler mágico así que... En fin, la hipotenusa.

Hay que darle crédito a Sirius y Remus por portarse como verdaderos amigos y animarla a hablar con Severus en lugar de tratar de meter cizaña como otras personas que conocemos.

Personalmente me encantó que la autora no arrastrara el drama de forma innecesaria. Vale, que los problemas y las dificultades son parte de una buena historia pero creo que muchos autores abusan del drama innecesario y eso solo termina creando relaciones tóxicas. Amé por completo que Severus aceptara a Hermione con todo y sus secretos. Él es una persona muy desconfiada y con buenas razones y aun así está dispuesto a esperar años para saber la historia completa. Me recordó esa frase que dice: amo lo que conozco de ti y confío en lo que no conozco.

Y por último, creo que todos nos preguntamos lo mismo que Aurora, cómo van a sobrevivir los chicos sin Hermione? 😆 Bueno, eso ya lo veremos.