RinMakoto. El partido terminó y Mami se fue, aunque no es el adiós final ya que ahora le toca a Raiden y a las demás del equipo seguir con sus vidas y así será.
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Sin más, comencemos…
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Un nuevo año inició para las clases, los pétalos de Sakura inundaron las calles y los estudiantes sabían que la hora de pasar a un nuevo curso había llegado.
Con las jugadoras, estas estaban mirando las fotos que poseían en donde salían todas ellas ya graduados, ahora irían a Preparatoria, y todas estaban en el mismo instituto, siendo la Preparatoria Kinugawa.
- Por fin llegan – Riko y Naomi llegaron a donde estaban Manaka, Kaoruko y Ayaka.
- Hoy retomamos las prácticas ¿no es así?
- Sí, volvemos a jugar.
- Por cierto, Mochizuki-kun ha entrado a la universidad, hasta grabé un vídeo de él yéndose en la moto – la peli naranja les mostró el vídeo en el que salía el peli rojizo despidiéndose mientras se ponía el casco y se iba.
- Espero que le vaya bien, nos ayudó bastante en las prácticas de béisbol.
- Gracias a él mejoramos mucho, en especial Mami.
- A Ma-chan le va a ir bien, ya lo verás Mana-chan.
- Y ya estamos en Preparatoria, ¡genial! – Riko y Manaka chocaron las manos.
- Me siento algo excluida, creo que es porque soy la única que aun va en secundaria.
- Vamos, levanta los ánimos, nueva presidenta del club.
- Lo sé, haré lo mejor para hacer que todo salga bien, aparte de que ya recluté a ocho amigas que estarán conmigo – exclamó con orgullo Ayaka – le meteré ganas al bordado y al hockey.
- Este año va a ser genial, ya lo presiento – el grupo de 5 se fue justo a su institución, mientras que, en otro lado, más específico en la universidad cercana al pueblo, Raiden recién llegaba al sitio estacionando la moto en su sitio.
- Aquí vamos, mi nueva vida como universitario inicia ahora – el chico ya llevaba sus cosas para ir a su primera clase, no obstante, cuando estaba llegando a su salón, este recibió un abrazo por el cuello de alguien – ¿Quién es?
- Mochizuki Raiden, no pensé en verte aquí, es más, creí que no nos veríamos de nuevo luego de que abandonaste el hockey.
- ¿Eh? Esa voz es de… - el peli rojizo notó a un chico el cual poseía el cabello color lila y los ojos morados de una tonalidad oscura – no me lo creo, ¿Qué haces aquí Keiji?
- Vamos amigo, ¿acaso no te sientes feliz por ver a un viejo amigo?
- No es eso, solo que como dijiste, me sorprendiste mucho, pensé que te irías al norte del país a seguir con el equipo de hockey.
- Eso pensé, pero ya no teniéndote al equipo no le miré sentido seguir jugando, eras el que movía los hilos en el equipo, luego de que te retiraste los demás perdieron las ganas de jugar y ya no se esforzaban, por eso era en seguir con un equipo que solo iba en declive o retirarme al igual que tú, tomé la segunda opción.
- Perdón por hacerte retirar del hockey, sé que a ti te gustaba mucho jugar.
- No, no hiciste nada malo Raiden, me hiciste ver que, si iba en un equipo en el que los demás no ponían empeño, de nada me serviría, además, me gusta la idea de estudiar Ciencias deportivas, con eso podría saber cómo manejar equipos o cosas relacionadas con el deporte que me gusta.
- Ya veo Keiji – ambos chicos fueron hacia el salón en el que les tocaría la primera clase y se sorprendieron de que a ambos les tocaba casi las mismas clases, por lo que esos estaban ahí mismo, el maestro pasó lista, pero llegando a los nombres de los dos chicos se sorprendió un poco.
- Mochizuki Raiden.
- Presente – el peli rojizo notó la mirada del maestro sobre él – ¿pasa algo?
- Nada, sigamos con la lista, Katsura Keiji.
- Aquí presente maestro – el peli lila también levantó la mano, de hecho, notó la misma mirada que puso en Raiden solo que puesta en él – ¿ocurre algo?
- Nada, bueno, ya hemos repasado la lista, esta es la clase de Deportes, les doy la bienvenida, mi nombre es Saginuma Kenji y seré su maestro en este semestre – el maestro resultó ser un hombre de casi 40 años el cual poseía el cabello rubio y los ojos marrones.
- Un gusto Sensei.
- Comenzaremos con teoría ya que iniciaremos con entrenamiento básico para todos, mañana vamos a la pista de patinaje a practicar un poco el deporte sobre hielo.
- Sensei, ¿Por qué vamos a la pista de patinaje? Es más, no sabía que la universidad tenía una.
- La universidad posee una ya que tiene un equipo de hockey y equipo de patinaje artístico, la zona es famosa porque el deporte que más se practica es justamente el hockey, por eso iremos a practicar un poco, pero por el momento, vamos a copiar algo de teoría, comencemos – la clase continuó con normalidad, cuando terminaron, ambos chicos poseían una hora libre antes de la siguiente clase.
- Notaste como es que Saginuma-Sensei nos miraba extrañado.
- Sí, lo noté Keiji, pero por alguna razón no entiendo de donde lo he visto antes, pero por el apellido se me hace familiar.
- ¿Por qué lo dices?
- No, no es nada, solo que conozco a alguien que se parece a él y que lleva el mismo apellido, pero supongo que solo es una coincidencia.
- Tal vez, aunque este mundo es pequeño amigo – el peli lila río un poco – imagínate que vamos a volver a tocar las pistas de hielo.
- No hace mucho volví a hacerlo, pero si será extraño repetirlo nuevamente, pero como es para ganar puntos, pues que se le va a hacer, esforcémonos entonces Keiji.
- Lo haremos – ambos chicos se fueron del lugar a descansar antes de las siguientes clases que tendrían en el día, de hecho, las horas se fueron volando antes de que se dieran cuenta, cada quien volvió a su hogar, Keiji tomaba el autobús a su casa mientras que Raiden iba en su motocicleta a la posada de la familia Mizusawa.
Al llegar este solo entró y fue directo a su cuarto para hacer las tareas correspondientes, sin embargo, escuchó como llegaban Manaka y su hermana.
- Joder, mis piernas están que me arden.
- Hermana, baja un poco el tono de tus palabras.
- Lo siento Ayaka, pero es que me duelen, no pensé que Yoko-san se pondría de ese modo a entrenarnos.
- Es más que obvio, aunque físicamente tengo que admitir que estoy mal.
- ¿Se encuentran bien chicas?
- Buenas noches Mochizuki-kun, la verdad es que venimos matadas de tanto entrenamiento que tuvimos.
- Pues así es el hockey, no es tan fácil como se ve, pero aun así les deseo suerte.
- ¿Cómo te fue en tu primer día en la universidad Mochizuki-kun?
- Pues normal, la universidad en sí es extraña de ver, pero con el tiempo creo que me acostumbraré a esto, pero creo que deberían descansar, quien sabe, un buen baño es bueno para relajar el cuerpo luego de un día de entrenamiento.
- ¿En serio? – el chico asintió – creo que haré eso, gracias Mochizuki-san.
- No hay de que – las cosas se mantuvieron normales por un breve periodo de tiempo, Manaka se metió a bañar junto con Ayaka, mientras lo hacían, alguien llegó a la posada de la familia Mizusawa, de suerte, ambas hermanas ya habían salido al momento de la visita.
- Buenas noches, vengo a… oh, chicas, ¿Cómo están?
- Yoko-san, ¿qué haces? – ambas hermanas preguntaron al mismo tiempo.
- Ya recolecté mucha información y finalmente decidí aterrizar de forma sorpresa, quiero ver si puedo hablar con Mochizuki Raiden.
- ¿Con Mochizuki-kun?
- Así es, quiero hablar con él, ya lo tengo en la mira y no aprovechar que él está aquí sería un desperdicio – ambas hermanas quedaron confundidas por eso, pero su entrenadora podría tener alguna razón para hablar con el peli rojizo. Manaka fue en su busca mientras que su abuela arreglaba algunas cosas para la estadía corta de Yoko en el lugar. Unos minutos más tarde, Raiden llegó al lugar.
- Oh, usted es la que entrena a Manaka-san y sus amigas ¿no es así?
- Así es, Matsunaga Yoko para servirte, pero antes de eso, quiero hablar seriamente contigo Mochizuki Raiden – la mujer hizo que el chico se sentara en el lugar para hablar un poco, la abuela Mizusawa les sirvió algo de té y unas donas para que comieran.
- A ver, dime que es lo que quieres saber.
- Mira, averigüé algunas cosas sobre ti ya que me llamó la atención que alguien de tu calibre como jugador de hockey decidiera retirarse de una vez de la nada – decía la entrenadora de las chicas mientras seguía mirando al joven al mismo tiempo que probaba el té.
- Es cierto, decidí retirarme, pero no por algún motivo que es como una situación de historias en donde hubo malos entendidos y otras cosas dramáticas, no fue eso, simplemente ya no me apetecía seguir jugando.
- ¿Por qué? Debe haber alguna razón por la que no decidieras seguir jugar, después de todo, eras un líder nato del hockey, es más, el deporte perdería mucho si decides dejar todo de una vez.
- No es como que el hockey vaya a desaparecer porque me vaya, ya llegarán otros jugadores los cuales tendrán más potencial que yo, pero la verdad es que el motivo de mi retiro, como dije, fue porque me cansé de jugarlo mucho, no había hecho otra cosa que solo jugar hockey, eso sí, no descuidé mis estudios jamás, obtuve siempre buenas calificaciones, pero al final cuando estaba en mi último año de la Preparatoria, decidí dejar el hockey para concentrarme en mi vida fuera de ese mundo, es algo que al día de hoy me sigue gustando, no me gusta la atención que me dan porque sé que muchas personas me recuerdan como el jugador de hockey.
- Y con mucha razón Mochizuki-san, fuiste alguien que inició desde pequeño jugando en el equipo de infantes de los Frozen Swans, unos de los equipos en potencia que al final terminó desintegrándose, llegando hasta la segunda división siendo que era un equipo que venía desde lo más bajo del hockey, teniéndote llegaron a esa instancia, pero en la última temporada se vinieron abajo ya que no te tenían, al final, no eran ni la sombra de lo que fueron alguna vez y se terminó separando el grupo.
- Me encontré con un viejo amigo sobre eso, pero él está bien con la decisión de retirarse y ambos estábamos bastante bien con eso – decía el chico mientras tomaba un poco del té también, no obstante, Yoko le pasó un panfleto del equipo – ¿y esto?
- Sé que has dicho que no seguirás jugando ya que quieres llevar una vida tranquila alejada del hockey, pero quisiera que al menos reconsideraras entrar al equipo de los Dream Monkeys, al menos podrías entrar como preparador físico, lo digo porque miré cuando entrenaste a las chicas y gracias a eso mejoraron bastante cuando jugaron.
- Vaya, parece que realmente sabe de muchas cosas.
- Por supuesto, cuando tengo un objetivo en mente, no dudaré en ir por él, como un carnívoro yendo tras su presa.
- Ya entiendo – el peli rojizo miró un momento el panfleto – por el momento lo pensaré, aunque no espere una respuesta afirmativa mía, prefiero estar así de calmado que otra cosa.
- Muy bien, aun así, estaré esperando a eso – unos minutos después, Yoko se fue de la posada de la familia Mizusawa dejando al chico bastante pensativo sobre eso.
- Mochizuki-san – Ayaka llegó a donde estaba el chico – entonces, ¿es cierto que te vas a unir al equipo como preparador físico?
- Por el momento eso no entra en mis planes, quien sabe más adelante – susurró el chico mientras tomaba el panfleto y se iba a su habitación.
- Eso fue extraño ¿no lo crees Ayaka?
- Quien sabe hermana, pero eso es cosa de Yoko-san y de Mochizuki-san, nosotras no debemos meternos en esto – sin más, todos se fueron a descansar por ese día.
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Al día siguiente…
Yoko iba caminando hacia una casa en la que había la dirección mediante su investigación y sabía que ahora ahí vivía alguien de gran importancia. De hecho, marcó desde su celular a un número, pero este siempre colgaba o nunca contestaba, por lo que solo se puso delante de la vivienda tomó mucho aire para prepararse para gritar.
- ¡¿HAY ALGUIEN EN CASA?! – su voz fuerte dio sus frutos ya que segundos después desde la ventana del segundo piso se asomó una joven de cabello azul oscuro y ojos plateados.
- ¿Q-Que demonios? ¿Una intrusa?
- Que bloquees mi número no me detendrá.
- ¿Quién rayos eres?
- Pues soy la persona que has estado ignorando en mis llamadas.
- ¿Qué? ¡¿Fuiste la que llamó como 30 veces?! ¿Por qué me acosas? – reclamaba la peli azul.
- Por alguna razón, ¿te suena el nombre de Kawakami Atsumi? – Yoko habló – soy Matsunaga Yoko, su vieja amiga, actual entrenadora de Dream Monkeys de Nikko. Tenemos que hablar claramente tú y yo, Kiyose Yu.
- ¿Qué?
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Continuará…
