La mañana asomó y Yahiko se levantó con un poco más de ánimo al recordar que ese día saldría con Tsubame.

Se asomó a la habitación donde estaban su chica y su jefa durmiendo, y vio que la susodicha ya no estaba en su futon. Se sonrojó un poco, pero su felicidad fue mucho más grande, se fue rápidamente a encontrarla, descubriendo el sonido de la ducha.

Se fue a la cocina a preparar algo para llevar a su cita, pero al ver que sus dotes culinarios no eran para nada amplios, optó por preparar lo único que sabía le salía bastante bien, y eso eran onigiris, los puso en una canasta junto a unas botellas la cuales llenó con agua y como postre, tomó unas masitas que vio en la alacena seguido de un par bastante de galletas.

Tan concentrado estaba ordenando esa canasta, que no notó la presencia de Tsubame hasta que lo llamó con un leve susurro para que no despierte Tae.

- "¿Yahiko-kun?"

El aludido la miró rápidamente encontrando a una Tsubame vestida con un hermoso kimono de invierno color rosado con flores violetas, su pelo estaba seco y decorado con adorno al tono violetas del kimono y sus mejillas estaban coloreadas de un rosa muy encantador. El espadachín no pudo evitar acercarse a ella con un gran asombro, esa chica iba a ser suya a como dé lugar, ¿a quién le importaba la edad? Si fuera por él ya la hubiera desposado.

- "Buenos días, ¿Qué hacías?" –dijo aun avergonzada al ver que el chico no le dijo nada- "¿Puedo ayudarte?"

El chico estaba estupefacto y eso incomodó un poco a la chica que insistía en sacarle alguna sílaba de la boca, Yahiko se percató de ello y volvió de su ensoñación.

- "N-no te preocupes, ya preparé todo, solamente era un poco de comida por si nos tardamos mucho allá"

- "Yahiko-kun, sabes que eso no es posible, porque tenemos que volver antes de las diez cuando abre el Akebeko" –dijo divertida ante el comentario-

Yahiko la miró aún más embobado por la risa de ella y simplemente se acercó aún más para robarle un pequeño beso mañanero, sorprendiendo a la chica.

- "Sería genial no tener que volver" –dijo sin pensar haciendo que la chica lo mire un tanto preocupada, no era el mismo de siempre, desde ayer, y eso lo sabía-

- "Yahiko-kun, eso no está bien tenemos un trabajo aquí" –separándose del chico-

- "Me voy a bañar, para salir, no te preocupes por la canasta ya está lista" –y salió corriendo al baño-

Después de tomar un poco de té, salieron del lugar charlando amenamente, la localización que les había dejado el luchador era un poco confusa por lo que tardaron un poco más de lo previsto, pero consiguieron llegar sin mayores problemas, abrieron la puerta, siendo recibidos por una montaña de polvo al ser "abandonado" ese lugar por su antiguo dueño y se pusieron a limpiar sin más.

Luego de una hora más o menos de limpieza, se sentaron en una mesita que estaba en ese lugar y sacaron los onigiris que el chico había preparado. Tsubame fue la primera en probar bocado.

- "Esto está exquisito ¿lo hiciste tú?" –dijo emocionada por lo que había probado-

- "Si, cuando Kenshin a veces no puede llegar a preparar algo de comida decidí aprender algunas recetas, porque si no es someterme a las comidas de Kaoru" –dijo esto último con un gesto de asco haciendo que la chica ría ante esto-

- "Es verdad que Kaoru-san no se le da la cocina".

Yahiko miró a la chica que seguía comiendo y no pudo evitar acercarse más a ella, por su parte la chica a sentir la cercanía se alejó inconscientemente, por alguna razón sabía que el chico buscaba besarla nuevamente y ella se estaba sintiendo un poco sofocada por ello, no era el momento y ella lo sabía, pero parecía que el espadachín no.

A pesar que se molestó un momento decidió "seguirle el juego" a la chica, era verdad que ayer se había pasado un poco al besarla varias veces y más delante de todas las personas de Akebeko.

El silencio reinó un momento permitiéndole al chico mirar su pequeña y nueva morada, y recordó las palabras de Tsubame: "Me parece genial Yashiko-kun te felicito por esa casa, pero lo que sí creo es que Sanosuke-san no lo hizo porque "no sea tan idiota como dice", lo hizo porque realmente te aprecia, como un hermano mayor, o tal vez un poco más allá y podría decir un tío a su sobrino".

Ante este recuerdo su semblante cambió, recordando luego lo que ocurrió ayer con Kenshin y Kaoru. No les había hablado desde eso, aunque tampoco es que hayan pasado muchas horas, pero de alguna manera se sentía mal. Tsubame lo llamó nuevamente haciendo que salga de su ensoñación y mirando sus preocupados ojos.

- "¿Por qué siento que pasó algo que no me quieres contar?" – dijo por fin la chica cuando notó que ya le estaba prestando atención-

- "No pasó nada malo, solamente fue una pequeña discusión con Kaoru y Kenshin" –dijo mientras tomaba su mejilla-

Tsubame ante lo dicho se preocupó un poco, que se pelee con Kaoru era algo normal, ¿pero con Kenshin? Claramente algo estaba pasando, pero cuando vio que Yahiko se acercaba nuevamente intentó "escapar", pero se sorprendió al sentir el beso en su mejilla, miró al chico que se levantaba sin mirarla, aunque si notó un leve sonrojo.

- "¿Volvamos?" –dijo sin más ofreciéndole su mano para que se levante-

- "Claro" –contestó tomando su mano-

Volvieron al local de la mano, pero al abrir la puerta se dieron con que Kaoru y Kenshin los cuales hablaban bastante entretenidos con Tae. Los tres adultos lo vieron entrar y los niños se soltaron rápidamente sonrojados.

- "¿Se pueden saber dónde estaban?" –regañó Tae- "En veinte minutos abrimos, me preocuparon, al menos pudieron dejar una nota"-estaba realmente enojada-

- "Está bien Tae-dono, le dije que regresarían en cualquier momento" –intentó calmar Kenshin, Tae suspiró-

- "Solamente siéntense y luego vayan a prepararse"

- "Si" –contestaron al unísono-

- "¿Comieron algo?" –volvió a preguntar Tae-

- "Sí Tae" –dijo sin más Yahiko-

Los dos chicos se sentaron enfrentados, Yahiko al lado de Kaoru y Tsubame al lado de Kenshin. El niño no pudo evitar de reojo a una callada kendoka, se la veía un poco ojerosa, suponía que había estado preocupada, luego vio a su ídolo y también notó que le sonrió con un dejo de alivio.

Volvió a su instructora, que no le haya dicho nada era extraño ¿se había realmente enojado? ¿O estaba sumamente dolida por lo de anoche? No lo entendía, no había dicho nada malo, sí es verdad que no fue de los mejores modos, pero no era nada ofensivo. Tomó del vaso que le sirvió Tae y susurró:

- "Estoy de regreso Kaoru, Kenshin" –a pesar del volumen ambos lo escucharon-

- "Bienvenido Yahiko" –contestaron al unísono-

Yahiko no pudo evitar sonreír.

- "¿Podrías quedarte hoy también a dormir Yahiko-kun?" –preguntó Tae, repentinamente-

El chico la miró desconcertado, y luego miró a Kaoru buscando algún tipo de aprobación. La kendoka se percató de esto unos instantes después cual notaba que su alumno no contestaba.

- "A mí no me mires, yo no tengo derecho a controlarte nada de lo que haga o no" –dijo sin más-

El chico se sorprendió, entonces sí estaba enojada, en ese momento un dejo de abandono lo llenó, miró a Kenshin para ver si él intervenía y al ver que tampoco pasó eso miró a Tae y a Tsubame de reojo, la cual estaba bastante preocupada. Se tomó un momento y contestó.

- "Está bien Tae, pero primero tengo mi clase luego vuelvo"

Tae sonrió aliviada, realmente lo necesitaba ese día y aparte, iba a dejar que esa pelea que tuvo con la pareja tenga un poco más de tiempo para que se soluciones. Antes de la llegada de los chicos, Kaoru y Kenshin llegaron a escondidas para ver cómo estaba el chico y le contaron lo sucedido.

En ese ínterin Yahiko tomó a Tsubame con la excusa de ya irse a preparar.

- "Sabía que algo había pasado" –dijo la chica una vez lista-

- "Ya te dijo solo fu una discusión" –dijo terminando de atar su delantal

- "Pues a mí no me lo parece"

- "¿Y qué te parece si mejor vamos trabajar?" –contestó enojado, y luego miró su gesto de susto, uno que hacía mucho no le mostraba y suavizó su tono- "Mañana salgamos de nuevo ¿te parece?"

- "Si me prometes que me contarás lo sucedido" –aclaró-

- "Está bien"

¡Genial! Ahora tenía que pensar como decirle sobre la pelea sin contarle sobre el casamiento. Estaba en un aprieto, lo bueno es que la chica le dio un día de gracia.

Regresó al Dojo para comenzó con su entrenamiento, siendo recibido por Kaoru de una manera amable, y el entrenamiento siguió su rumbo normalmente. Esto lo ayudó un poco al chico a pensar en lo que le diría a Tsubame, fue así que el entrenamiento terminó más rápido de lo que él se imaginaba.

- "Terminamos por hoy" –dijo ante la sorprendida mirada del chico- "Ya puedes irte a bañar, no vayas tan tarde"

- "Sí" –dijo y obedientemente salió, dejando a una triste Kaoru la cual comenzó a sentirse mal nuevamente: tomando su estómago con algo de fuerza-

Llegó a su habitación para buscar una toalla e irse a bañar, con el agua que Kenshin amablemente le avivó y encontró un bolsito ya preparado con su ropa limpia y unas cuantas cositas dulces que Kenshin seguramente había comprado. Todo ordenado en esa bolsa seguramente por Kaoru.

Era increíble como cada vez se sentía peor, aunque irónicamente esa sensación de abandono desapareció misteriosamente, así como había llegado.

Se bañó rápidamente, aunque le sobraba el tiempo y se alistó para salir. A diferencia del otro día fue hacia la cocina y entró anunciando su retiro, viendo que el peli-rojo estaba solo.

- "¿Y Kaoru?" –preguntó-

- "Se fue a acostar, se sentía un poco mal" –dijo amablemente Kenshin-

- "¿Está bien? ¿desde cuándo está así? ¿no quieren que me quede mejor?" –su preocupación aumentó-

- "No Yahiko, no hace falta, ya hiciste una promesa, y no debes romperla como ayer"

- "Pe-pero Kao.."

- "¿Le dijiste a Tsubae lo de la propuesta de matrimonio?"

Eso lo hizo enfurecer, no solamente porque evadía el tema de Kaoru, sino porque se volvía a meter en sus cosas.

- "NO ES DE LO QUE ESTAMOS HABLANDO, aparte…" –bajó al darse cuenta del tono- "ya les dije que eso nos les incumbe"

- "Lo sé, pero igualmente… me alegro que hayas tomado mi consejo" –sonrió como solo él hacía-

- "¿Y cómo sabes…?"

- "Porque sé cuánto la amas y que quieres hacer las cosas bien"

- "Ya cállate" –se dio vuelta mientras intentaba salir-

- "El que corre mucho puede tropezar con facilidad, recuérdalo Yahiko"

- "Claro, claro como digas, ahora me voy" –saliendo ahora sin correr como la noche anterior-

Continuará...