Los personajes de Inuyasha pertenecen a la gran Rumiko, yo solo los tomó prestados para poder dar forma a la trama la cual si me pertenece. Todo sin lucro y solo con el afán de entretener.
1. Cartas.
Otro día más de grabación, estaba cansado por todas las escenas de acción, ya quería llegar a su casa para dejarse caer en su cama y dormir por varias horas. Salió de su camerino y al pasar por la sala común, vio a Miroku, su mejor amigo, ensayar algunos diálogos con Kouga, un actor que se unió a la serie no hacía mucho. Decidió que los ignoraría pero ellos no lo ignoraron a él.
—Galán, te llegaron más regalos— Miroku señaló una caja.
—Es de la misma chica, que suertudo eres— se burló Kouga.
Desde hace meses, cada cierto tiempo, recibía una caja con regalos de parte de una fan anónima. Al principio no les tomó importancia, pero ya era cansado y se estaba fastidiando. Tal vez lo peor que le mandaba, eran sus cartas, al comienzo pensó que alguien le jugaba una broma, pero luego se dio cuenta que en verdad eran de una chica loca.
—Ya me voy, regalen eso.
—Mandó chocolates finos— dijo Miroku quien ya había abierto la caja.
—¿Y tú cómo sabes?
—No me resistí y abrí el paquete ¿Querías hacerlo tú?— preguntó con burla.
—No, te los regalo, provechito.
—¿Y si tienen algún embrujo de amor? No queremos ser nosotros quienes los coman— dijo Kouga bromeando, pero algo había de cierto, él no comería de eso.
—Entonces tírenlos, me voy.
—¿No vas a leer sus cartas?— Miroku detuvo a Inuyasha del brazo—. Llévatelas, puede que te diviertas o tengas pesadillas.
¿Por qué entre millones de fans, le tenía que gustar a la loca?
...
Su residencia no era muy grande, pero si algo lujosa, estaba en una colina, cerca de un acantilado donde se podía ver el mar. Decidió comprar esa casa por la vista, le gusta hacer ejercicio antes del amanecer. Aparcó su coche en el garaje, y entró a su casa por la puerta trasera, donde sus perros no tardaron en ir a recibirlo. Un akita blanco y un golden.
—Hola Tessaiga, Ryuurin— les acarició las orejas—. Vengan a comer— les llenó los razones con alimento, pero cuando ambos perros olfatearon su chamarra y gruñeron, quiso reír—. Olieron bien, es de la loca— era increíble el como a sus perros aquel perfume también les desagradaba—. Ustedes coman, voy a deshacerme de esto.
Al entrar a su sala, no prendió la luz, se lograba ver algo gracias a la tenue luz que emanaba una lámpara decorativa—. Dejó las cartas sobre la mesa, tenía tanta pereza de encender el fuego de la chimenea. Se recargó en su sofá, tal vez se quedaría dormido allí.
—Adivina quién es— sonrió al escuchar esa voz y sentir esas suaves manos sobre sus ojos, no le respondió, jaló a la chica hacía adelante, dejándola sobre su regazo—. Debías adivinar— se quejó ella con un puchero.
—¿Por qué adivinar algo que ya sé?— le dio un pequeño beso en los labios
—Porque es divertido.
—¿Tienes mucho aquí?
—Dos horas, estaba arriba duchándome.
—Debiste decirme que ya habías llegado.
—Salí a pasear a Tessa y Ryuu, cuando volvimos, me fui a bañar.
—¿Ya les habías dado de comer?— esperaba que no, no quería acostumbrar a sus perros a comer a todas horas.
—No, ¿Y esto?— estiró su mano y tomó las cartas de la mesa.
—No las leas— pidió al querer quitárselas.
—¿De tu admiradora?— Inuyasha frunció el ceño, era un "Si"—. Solo una, tengo curiosidad— al ver que el chico no dijo nada, abrió un sobre—. Mira, tiene corazones y le puso un beso con labial rojo— se aclaró la voz y fingió voz melosa— "Mi hermoso y bello Inuyasha. He aprendido a tejer para poder regalarte ropa abrigadora en inverno, mis dedos han sido pinchados en varias ocasiones pero sé que vale la pena, tu vales la pena, eres la razón por la que despierto to…" ¡Yo leía eso!
—No es gracioso— se levantó con brusquedad, quitándole la carga y dejando a la chica en el sofá, ¿cómo es que alcanzó a leer con esa poca luz?
—Claro que lo es.
—¡Eres mi novia no debes pensar así!
—¿Entonces cómo?— le encaró.
—Debes ponerte celosa.
—No le veo razón, a menos que... Le correspondas— le reclamó y miró con sospecha.
—¡Yo no le correspondo!
—Eso ya lo sé, por eso es divertido— ese chico era tan ingenuo, le sorprendía que fuese actor, como que eso no iba mucho con él, tal vez doble de riesgo, pero actor, le era raro—. Dejemos eso de lado, traje de comer, unagi kabayaki.
—Gracias, eres la mejor.
Vio a esa chica azabache ir a la cocina, ella era lo que hacía su vida normal. Lo trataba como alguien común, no como un famoso, nunca lo hizo, y tal vez por ello es que le enamoró. Kagome era la razón por la cual se planteaba dejar su vida artística, pero por ahora no podía, estaba atado por un contrato.
Bendito el día que la conoció.
Tenía una semana libre de grabaciones y decidió que pasaría ese tiempo con sus padres, ayudaría a su papá en la constructora, haciendo papeleo y vería a su madre, ella estaría feliz de verlo, después de todo, hace seis meses que no les visitaba. Luego de desayudar con su madre, fue donde su padre, su viejo al verlo, se levantó del escritorio.
—Finalmente vienes— dijo Toga a modo de saludo.
—Estaba con mi madre.
—Es casi medio día, un desayuno muy largo, ¿Así de puntual eres en tus grabaciones?
—Mamá me entretuvo, quería saber todo lo que he hecho.
—Le preocupas, pero ya que estás aquí debes ensuciarte, ve a dejar eso a la bodega— señaló los bultos de cemento que estaban en la camioneta y le dio las llaves.
—Padre, ¿Quiere que yo solo descargue 20 bultos? — ese no es el trabajo que esperaba hacer.
—Haces ejercicio ¿No? Seguro que cargas 50 kg con facilidad. Ya deja de posponerlo y entrégaselo a Higurashi.
—¿Ese quién es? — hasta donde sabía, el encargado de la bodega era otro, un hombre bajo y calvo.
—Es chica, cubre a Myoga, lo operaron y esta de incapacidad, apúrate, necesito esa camioneta para que lleves material a una casa.
...
Una vez llegó a la bodega, Inuyasha solo vio a una empleada que ya conocía de vista, esa no era Higurashi, se acercó hasta ella y de inmediato notó que se puso nerviosa; no le extrañó, la chica era joven y seguro que sabía quién era él.
—Busco a Higurashi— la muchacha no habló, solo se limitó a verlo con un sonrojo y señaló a una chica que contaba martillos en la parte trasera—. Hola, Higurashi ¿Cierto?
—Sí, en un momento voy.
—El jefe Takahashi me ha mandado a entregar unos bultos.
—Déjalos en la sección libre— indicó un área sin voltear a verlo.
—¿Hay alguien que pueda ayudar?
—No, el jefe mandó por todos.
Así que su padre le tendió esa trampa, su viejo era muy astuto, en verdad quería verlo trabajar.
—¿Y tu no puedes decirle a alguien más?
—No hay nadie más— se levantó y encaró al chico —. Solo yo y Haruka, como vez no podemos cargar tanto peso.
Cuando finalmente la chica decidió mirarlo, Inuyasha se percató de los grandes y expresivos ojos chocolate de ella. Le observaban como a alguien común, y él que esperaba una reacción de sorpresa o un sonrojo como mínimo.
—¿No sabes quién soy? — preguntó con una sonrisa de medio lado.
—El hijo del jefe— contestó con tranquilidad ¿En verdad ese chico creía que la podía seducir a ella?
—Podría llamar a algunos de los chicos que…— intervino Haruka, ganando una mirada de regaño de Kagome.
—Eso no se puede, el jefe dijo "No hay favoritismos, háganlo sufrir".
—Y tú te lo tomas al pie de letra.
—Sigo órdenes.
—Yo no le diré que las desobedeciste— la vio rolar los ojos con fastidio—. Además de eso, ¿No me reconoces por otro lado? — debía estar haciéndose la difícil.
—No.
—¿No ves televisión?
—Claro que sí.
—Entonces me debes reconocer de "Tokio: A.C.C".
—Ese el problema, soy más de chicos 2D— esa respuesta no se la esperaba Inuyasha, lo dejó congelado—. Termina tu trabajo o le llamo al jefe.
No le quedó de otra que hacerlo solo, no es que no pudiera con 20 bultos de 50kg, solo tenía flojera. Los siguientes días fueron muy similares y su vigilante era esa chica azabache, en varias ocasiones la encontró leyendo manga. Sin duda, era alguien interesante.
Amaba los días que no tenía grabaciones y no debía asistir a entrevistas o sesiones fotográficas. En ese día, lo aprovechó para bañar a sus perros y el tiempo restante lo disfrutaría con su novia. Su estómago gruñó, entró a la casa y en la sala, Kagome estaba viendo la película en anime de "La leyenda del Goshimboku".
—Creí que odiabas esa película.
—Creíste mal, Yoko tiene una voz tan sexy— dijo con un suspiro.
—¿En verdad?, ¿Mejor que la mía?— le dio una sonrisa seductora.
—Muchísimo más.
—Vamos a tener que remediar eso— se inclinó sobre ella, dejándola atrapada entre el sofá y él, pero antes de hacer algo más, se apartó y tomó un control.
—¿Qué pasa?
—Listo— dijo al cerrar las cortinas, aunque esos vidrios era polarizados y no se verían ellos desde afuera, no quería que los reporteros anduviesen metidos en su vida privada.
Odiaba tener que esconder a Kagome, odiaba que ella fuese a su casa y fingiese ser su cocinera, odiaba no poder salir con ella a una cita normal, pero había algo que más odiaría, que los reporteros acosaran a su novia. Por ahora, quería tener una relación tranquila con Kagome.
—Te voy a enseñar que yo puedo seducirte mejor.
—Quiero verlo.
Aceptando ese reto Inuyasha besó a su novia, ya se recostaban bien en el sofá cuando Kagome los separo, dejando confundido al chico.
—¿Ahora qué?
—Hueles a perro mojado— no deseaba arruinar ese momento, pero en verdad que olía mucho a perro.
—Ya está— dijo al quitarse la playera.
—Ve a bañarte y yo termino la comida.
—Bien, pero me debes recompensar luego.
Kagome sonrió, era increíble lo mucho que había cambiado desde que lo conoció, había cambiado para bien.
22/08/2017
Como leyeron, Kag no es la fan loca. Tampoco hubo mucho drama o apareció la fan como principal, pronto volverá Muajaja.
Maritza: No, yo aún no paso esa línea, espero no hacerlo nunca XP
Guest: ¿Kikyou la fan? Buena opción.
+.+.+.+
*Nota: La película es sobre la leyenda original de Inuyasha, Yoko, viene siendo el hanyou.
