Los personajes de Inuyasha pertenecen a la gran Rumiko, yo solo los tomó prestados para poder dar forma a la trama la cual si me pertenece. Todo sin lucro y solo con el afán de entretener. Cualquier parecido a la realidad es mera coincidencia o referencia.
14. Visita al Museo y ¿Primer beso?
El sonido de algo estrellarse contra la pared alertó a la dueña de la casa, fue a la sala y vio a su sobrina tirada en suelo, era un mar de lágrimas y el enfado se podía sentir a kilómetros.
—¿Por qué salió volando tu teléfono?— lo recogió, estaba inservible.
—¡Esa maldita!
—Tranquilízate y cuéntame todo— el humor de su sobrina debía ser por esa tal "Star".
—Ve los videos por ti misma, son tendencia en internet.
La mujer mayor buscó los dichosos videos, quedó sorprendida, la heroína de su sobrina negaba una relación romántica con Inuyasha y luego, estaba el video que mostraba a un dormido Inuyasha, con la voz de una mujer que afirmaba ser ella la novia del chico.
—Es tan sospechoso.
—¡¿Verdad que sí?! Yo creo que esa zorra amenazó a Kikyou, no dudo que también a mi Inuyasha.
—Lo veo muy dormido, tal vez lo drogó y se metió en su casa.
—¡Tienes razón! Fue contra su voluntad. ¡Ay no! ¿Y si lo violó?— ya se había preocupado más.
—¡Ni lo pienses!
—¿Qué puedo hacer?
—Darle apoyo, sigue con nuestro plan— le animó.
—¡Es verdad!— se levantó con gran decisión—. No voy a rendirme, nuestro amor es verdadero y va triunfar al final— hizo una pose de victoria.
—Esa es mi chica.
En la oficina de Sesshoumaru, Inuyasha sentía la mirada severa de su hermano, no hacía falta que le dijese la razón de la reunión, era obvio, el asunto era Kagome. Muy temprano los productores llamaron a Sesshoumaru para hablar sobre el video que subió la novia de Inuyasha. Por suerte, él estaba enterado del video de Kikyou, por eso, pudo salvarle el cuello a su hermanito.
—Tienes suerte, Kikyou subió su video antes que tu novia.
—El universo esta de nuestro lado— dijo divertido Inuyasha.
—¿Lo tenías planeado?
—No, solo se dieron así las cosas, yo también me sorprendí en la mañana— sonrió como tonto enamorado.
—¿Cuándo vas a presentarla?
—Regresando de vacaciones, antes quiero tener un tiempo de paz— sabía que al hacer todo formal, los reporteros no les dejarían.
—En ese tiempo, no des problemas, también necesito un descanso lejos de ti.
—Te aseguro que...
—Sessho— la puerta se abrió, era Rin—. ¿Puedo acostarme en...? Hola Inu— olvidó que se reunirían.
—Tú... ¿Estás bien?— la chica tenía unos ojos de sueño, parecía que no durmió en toda la noche.
—Sí, ¿Por qué?
—No es normal que tengas cara de sueño— siempre lucía muy despierta.
—Descubrí una nueva serie y he dormido tarde.
—No deberías dejarla hacer eso— le reclamó a su hermano.
—¿No tienes trabajo?— Sesshoumaru no le vio, ya estaba revisando unos documentos.
—Descansa— Inuyasha se despidió de Rin, sabía que ella iba a estar bien, su hermano no la descuidaría.
La pausa de mitad de temporada había llegado, Inuyasha no podía estar más que feliz. ¡Todo un mes libre! Un mes que tendría para Kagome. Pero como en otras ocasiones, sus vacaciones no coincidían. ¡Le tenía tan frustrado! Se acostó en la cama y vio a su novia doblar su ropa.
—Kagome...
—Ya te dije que no tengo vacaciones.
—Tu madre me dijo que te deben horas extras, podrías cambiarlas por un día.
—No creo que me lo den— cerró el cajón de su ropa y se giró a ver al chico.
—Inténtalo, por favor.
—Inuyasha, no creo me lo den— se hincó en la cama—. Hay una nueva exposición y...— no podía contra esos ojitos suplicantes de él—. Está bien, preguntaré, pero no te ilusiones mucho, ¿Dónde planeas ir?
—Mi padre remodeló una cabaña y los dueños decidieron venderla, entonces la compró.
—¿Tu padre la compró? ¿Seguro no fuiste tú?— le vio fijamente, ellos tenían un acuerdo, que esperaba Inuyasha cumpliese.
—Claro que no, teníamos un trato.
—Te creo.
—No me voy a separar de ti— se acostó sobre las piernas de ella.
—No quiero que lo hagas— se inclinó para besarlo, sintió que las manos de él iban a su sostén y sonrió.
Inuyasha estaba ansioso por inaugurar sus vacaciones, si pudiera, no dejaba ir a Kagome al museo, la tumbó en la cama y se puso sobre ella, su cuerpo se amoldaba tan bien al suyo, la escuchó gemir y se frotó más a ella. El sonido del celular Kagome hizo que Inuyasha gruñera con molestia, ella se estiró al buró para intentar ver quien llamaba.
—Déjalo sonar.
—Es del trabajo.
—Ellos te tienen más tiempo, después de tu hora de salida, eres mía— Kagome sonrió—. Vamos a bañarnos— su novio estuvo de acuerdo.
Luego de esa recreativa ducha, Kagome intentaba secar su cabello con la secadora, pero Inuyasha no le dejaba, se había puesto detrás de ellas y le besaba el cuello.
—Deja de hacer eso.
—No quiero.
—Tengo que secar mi cabello o mañana no podré peinarlo— era uno de sus grandes problemas, si se dormía con el cabello húmedo, al siguiente día no había manera de aplacarlo, se le esponjaba horriblemente.
—Lo secas y vienes a la cama.
—Debo vestirme.
—Más te vas a tardar en hacerlo, que yo en quitarte el pijama— Kagome suspiró, él tenía un buen punto.
—Ya casi término— dijo al verlo por el espejo del baño.
—Tu madre te ha llamado tres veces— le dio el celular a la chica y ella marcó a su casa.
—Hola mamá, me llamaron.
—Te vino a buscar Hojo, dice que no contestas el celular, le dije que no estabas y te quiere esperar.
—Dile que tardaré mucho.
—¿Por qué te fue a buscar?— gracias al sonido alto del celular, Inuyasha había logrado escuchar algo de la conversación.
—Debe ser algo del trabajo— le murmuró.
—Quiere la dirección, dice que tienes que firmar algo importante— dijo la señora Higurashi.
—¿No pude ser mañana?
—No.
—No vas a irte— sentenció Inuyasha.
—Totosai me puede llevar y regre... ¿Qué haces?— le había quitado el celular.
—Hola señora, dele la dirección y dígale que está en su otro trabajo.
—¿Estás seguro?
—No hay problema— dijo antes de colgar.
—Inuyasha no puedes hacerlo venir, no puede saber que…
—¿Eso es un problema? Creí que en el video dijiste que soy tu novio.
—¡No es por eso!— lo único que faltaba era que Inuyasha le hiciera una tonta escena de celos.
—¿Entonces?
—No puede saber que tengo "otro empleo", va contra las reglas.
—Te metí en problemas.
—Puede que Hojo no diga nada.
—Lo siento— estaba en verdad arrepentido, pero tenía celos, ¡Tenía miedo! No quería perder a Kagome.
...
Kagome miraba a Hojo con impaciencia, él ya tenía el documento firmado ¿Por qué no se iba?
—No sabía que trabajabas para Inuyasha.
—Es algo que conseguí mientras terminaba la escuela y sigo aquí por el dinero extra, por favor no le digas a los jefes.
—Todas esas veces en que hemos escuchado algo sobre él, ¿Finges no estar interesada porque trabajas para él?
—Es complicado, acuerdos de privacidad.
—Pero tu madre me mandó aquí ¿Eso está bien?
—Sí, él dio el permiso.
—¿Dónde está?— vio sobre el hombro de Kagome.
—Durmiendo, entonces ¿Guardarás el secreto?
—¿Tu sabes de su novia?
—No puedo hablar de eso— estaba segura que ya sospechaba algo, eso la ponía más nerviosa.
—¿A qué hora sales? Puedo llevarte a tu casa.
—Debo terminar los muffins que va a llevar mañana al set.
—¿Te vas a desvelar?
—Mañana entro tarde.
—¿No te explota?
—Pero que cosas dices— estaba segura que Inuyasha donde quiera se estuviera escondiendo y escuchando, quería ir a reclamarle a Hojo.
—Si estás bien con eso, no diré nada.
—Muchas gracias— cuando Hojo se fue, respiró aliviada, sabía que su amigo sospechado algo, tal vez, luego la interrogaría sobre eso.
—Creí que no se iría.
Kagome se sobresaltó, Inuyasha ya estaba detrás de ella, se había contenido mucho, estuvo por ir y él mismo decirle a ese tipo que se fuese.
—Tú le hiciste venir.
—Entonces, mañana entras tarde y yo no tengo nada que hacer— la acorraló contra la puerta.
—¿Qué quieres hacer?
—"Explotarte"— sonrió de lado, como un cazador a su presa.
Era el fin de su primer semana libre, era medio día y estaba aburrido, ya había ido a correr con sus perros, nadó un rato y jugó con su consola por casi tres horas. No quería enviciarse con los videojuegos, prefería tener a Kagome, ambos podían ser muy creativos para pasar el tiempo. Se puso una chamarra negra, una gorra de baseball azul, tomó sus llaves y fue por su coche, iba hacer algo impulsivo, iría al museo donde trabajaba su novia.
Era un alivio que nadie le reconociera, había visto casi todas las salas del museo, su intención fue verla de lejos, siempre había querido hacer eso. Pero al parecer, Kagome no estaba dando recorridos, estaba por irse cuando vio un grupo de kínder y al frente, estaba su novia.
—Disculpe— se acercó—. ¿Me puedo unir al recorrido?
Kagome volteó a verlo con los ojos bien abiertos, ¿Qué estaba haciendo en el museo? Los niños, la directora y la profesora del grupo también voltearon, se emocionaron, lo habían reconocido.
—¡Es Inuyasha!— gritaron los niños a coro—. Tómese una foto con nosotros.
—Si por favor, haría muy felices a los pequeños— argumento la educadora más joven.
—Joven Taisho, si no controla a sus fan le voy a pedir que se vaya, estamos en un museo— regañó Kagome.
—No lo corra, nosotras no tenemos problemas en que se quede ¿Verdad directora?
—La señorita tiene razón, esto es un museo, pero miré a los pequeños— vio a Kagome—. Están muy felices.
—Pueden ir al jardín del museo para convivir con él, pero no hay recorrido, por más que quisiera, no puedo posponerlo— iba a torturar a Inuyasha, estaba segura que lo hizo apropósito.
—Ella tiene razón— dijo el chico—. Además, vine a aprender más, los dinosaurios son muy interesante, yo me quedó
—¿Podemos iniciar?— preguntó Kagome, pero nadie le ponía atención.
—Si se comportan, me tomo una foto con ustedes— negoció Inuyasha para que los niños se comportasen.
—Fórmense como venían— pidió Kagome, los niños buscaron a su compañero e hicieron una fila.
—No tengo pareja— el chico alzó la mano—. ¿Puedo ir al frente con usted?
—Vaya hasta atrás— respondió cortante, no le tenía muy contenta.
—Pero las reglas dicen que debemos ir con un compañero— dijo una niña.
—Ella tiene razón— le secundaron sus compañeros.
—Puedo ser su compañera— se ofreció la otra joven y Kagome quiso estrangularla.
—No se puede, usted es la profesora— dijo uno de los niños.
—Pero Inuyasha será como un alumno más, entonces está bien.
—Minako, los niños tienen razón, además, no te puedes distraer, debemos cuidarlos.
—Suficiente— interrumpió Kagome —. Usted pórtese bien— se dirigió a su novio—. Ya está causando muchos problemas, si atrasa más el recorrido, se va.
—Me portaré bien— se puso a lado de la chica, ese día estaba siendo muy divertido.
Una vez el recorrido cogió ritmo, los niños seguían a Kagome fascinados, ella sabía cómo captar su atención. Inuyasha sintió su corazón latir con fuerza, cuando su novia cargó a una de las niñas para que viese mejor los dientes de un T-Rex.
—Yo también quiero verlos de cerca— pidió otro pequeño.
—Fórmense para que los cargue— dijo Inuyasha.
El tiempo voló, salieron al patio trasero y como prometió, Inuyasha se tomó una foto grupal y con cada pequeño.
—Fue un gusto conocerles, me tengo que ir.
—¡Espere! Falta la foto de ella— unos pequeños señalaron a Kagome.
—No, yo no quiero.
—¿Por qué no?— preguntó la directora.
—No es necesario— si la foto llegaba a internet, se darían cuenta antes de tiempo—. Gracias a todos por su visita y espero regresen pronto.
Inuyasha sintió un nudo en el estómago, ¿Ella estaba tan molesta que no quería una foto con él?
—Entonces, ¿Podría tomarse una foto con todos nosotros? A los niños les gustaría tenerla en su libro de graduación.
—¡Por favor!
—Está bien— si era una foto con más personas, era menos sospechoso si se colaba en internet ¿Verdad?
...
Inuyasha estaba acostado en el suelo de la sala, veía una película mientras esperaba a Kagome. Hubiese querido poder volver con ella, pero por el momento no podía hacer eso. Cuando subía a su coche, los reporteros iban llegando, se habían tardado en saber la noticia. Se escuchó que abrían la puerta y Kagome no tardó en aparecer en la sala.
—¿Por qué fuiste?
—Me aburría, y siempre te he querido ver dando un recorrido— se incorporó, quedando sentado en el suelo.
—Pudieron descubrirnos— se hincó junto a él.
—No lo creo, eres buena actriz, por un momento en verdad me creí que no te agrado.
—Me pusiste nerviosa, creo que exageré un poco, no quería ser así.
—Tienes razón, por un momento creí que matarías a esa chica que se me insinuó.
—No tientes tu suerte.
—¿Ya sabes si te dieron el día libre?
—Me han dado tres días.
—¡Eso genial! ¿Cómo los conseguiste?
—Hojo descubrió que me debían días de vacaciones, al parecer la supervisora no me lo iba a decir y yo, perdí la cuenta.
—¿Por qué él se dio cuenta?
—Le pedí de favor, que viese si podía tener un día libre, le dije que tendrías una fiesta y debía preparar toda la comida.
—¿Cuándo los puedes tomar?
—Como te dije, tenemos lo de la nueva exposición y si no los tomo a partir de mañana, deberé esperar hasta...
—Arreglemos las maletas— le interrumpió—. Le llamaré a mi padre para decirle que si vamos.
...
Kagome guardaba sus cosas de aseo personal, cuando escuchó a Inuyasha maldecir, salió del baño y lo vio de pie junto al closet, estaba molesto y tenía el celular en la mano, ¿Le llamarían del programa? ¿Tendría que cancelar sus vacaciones?
—¿Pasó algo malo?
—Nada, ¿Crees que debamos llevar la tienda de acampar?
—Solo si planeas dormir afuera.
—¿Tú quieres dormir afuera?
—Son pocos días, dejemos eso para otra ocasión, ¿Qué o quién te molestó?— estaba tenso, en verdad vio algo que no le gustó.
—Nada, iré por las mochilas de...
—Quiero ver— le quitó el teléfono y corrió al otro lado de la cama.
—Kagome, dame eso.
—Dime lo que pasó.
—En una foto que puse, alguien escribió... Olvídalo, dámelo.
Inuyasha subió una foto del armario de ambos, nunca imaginó que alguien le comentase con tanto odio, no para con él, hacía Kagome, por ello quería evitar que ella leyera un comentario en específico, sabía que ese tipo de comentarios eran solo una pequeña probada de lo que se vendría cuando supieran oficialmente de Kagome.
—¡Wow!— fue lo único que salió de su boca, quien le escribió "No sé qué sucia artimaña hiciste maldita bruja, pero ese sexy hombre es de la grandiosa Kikyou y mío, cuando compruebe que le has amenazado a los dos, vas a desear no haber nacido. Eres el tipo de mujer que pone en mal a las demás", era la fan que acosaba a Inuyasha desde hace tiempo—. Más cosas así me esperan.
—No tiene que ser así, puedo contestarle y…
—No harás nada de eso, sus comentarios son tontos y solo importan si les hacemos caso— le devolvió el teléfono y le dio un beso en la mejilla—. Por cierto, es curioso.
—¿Qué cosa?
—¿Es algo de familia que les guste ir al bosque?— preguntó para cambiar de tema, siendo honesta, le dolía ese comentario, aunque nada fuese cierto.
—Supongo.
—Creí que en tus vacaciones irías a visitar a tu familia.
—Quería hacerlo, pero... Mi padre me habló de esa cabaña y creí que sería algo bueno, además... Quiero pasar tiempo a solas contigo— confesó con un sonrojo.
—Yo también.
Inuyasha esperaba que Kagome saliera para ya irse, vio algunas fotos de Miroku y Sango en "Las Bahamas", los comentarios con ellos eran buenos, ¿Por qué solo con él aparecían las locas? Una notificación decía que alguien le había mencionado, la foto era de un gato atigrado de ojos azules y ponía: "Mi amado Inu, este gatito me recuerda tanto a ti, lo he adoptado por ti". ¿Gatos? No tenía nada contra esos animales, pero él era más de perros. Ryuurin, su golden, se acercó y no pudo evitar sonreír, había recordado algo bueno. Le tomo una foto a su perro para publicarla, escribió: "Él es Ryuu fue el primer perro que adopté, y gracias a él, tuve el primer beso de mi novia".
Inuyasha invitó a Kagome a una caminata por un lago cercano, se podía decir que ya eran amigos y a él, le gustaba pasar tiempo con ella, tal vez, le gusta demasiado. Tanto, que no quería volver a la ciudad. Y de momento, se encontraban descansando sobre el pasto.
—¿Te gustó ese lugar?
—Sí, siempre lo veía de lejos, pero nunca venía. ¿En Tokio con quién vives?
—Solo, en ocasiones me quedo en la casa de la producción.
—¿Por qué te convertiste en actor?
—Los estudios me tenían cansado, un día, viajé con unos amigos a Tokio, estaban haciendo audiciones y solo por diversión lo intentamos, yo me quedé.
—¿Tan malo eras en la escuela? ¿Qué edad tenías? ¿Fue para esa serie que haces?
—Tenía 17, no era malo, pero en la escuela, siempre me comparaban con Sesshoumaru, él llevaba las notas más altas. Y no, fue para un drama escolar, solo salí en dos capítulos.
—¿Cuál era el personaje?
—Era parte del equipo de kendo de la escuela rival.
—¿Cómo se llamaba la serie?
—"Kendo Ganbatte".
—Nunca la he visto— a Inuyasha ya no le sorprendía eso.
—Regresemos— se levantó y le dio la mano a ella para ayudarla—. ¿Por qué historia y restauración?— preguntó al recordar para que estudiaba ella.
—Siempre me han dicho que es bueno no olvidar tu pasado y ya que mi familia desciende de…
—¿Qué pasa?— le vio detenerse y ver a unos matorrales.
—Escuche algo, por allá.
—Debe ser un animal.
—Hay una caja de basura— dijo al acercarse y ver más de cerca.
—Seguramente una rata ¿Qué haces?— intentó detener a Kagome pero ella ya quitaba las bolsas.
—Un cachorro, esta lastimado— alguien sin corazón había dejado en la basura un perrito—. No te lastimaremos— dijo cuando intentó tocarlo y el tembló—. Tenemos que llevarlo con un médico— Inuyasha se quitó su camisa, quedando solo con su camiseta blanca.
—Tranquilo— el perrito se dejó cargar por el chico y ser envuelto en la camisa—. Conozco un veterinario, vamos a llevarlo.
En la clínica veterinaria, bañaron, curaron y vacunaron al cachorro, estaba bajo de peso y tenía una cortada no grave en su pata derecha trasera. El médico dijo que iba a estar bien, ya lo había puesto en una jaula, Inuyasha y Kagome entraron a verlo, ya se veía mejor.
—¿Ahora qué?— Kagome miraba fijamente al chico.
—¿Lo vas a dejar aquí?
—¿Te lo quieres llevar?
—Creo que le agradas— el cachorro movía la colita cuando Inuyasha se acercaba—. Pueden ser buenos amigos.
—¿Eso crees?
—Definitivamente.
—Ni siquiera puedo pensarle un nombre— no le convencía tener una mascota.
—Seguro encontrarás uno bueno.
—No lo sé, tener una mascota es de tiempo y yo no tengo mucho.
—Inténtalo, si no funciona, me lo quedo yo.
—Lo intentaré.
—Perfecto, necesitará comida y una cama.
Inuyasha seguía sin estar seguro de tener al perro, pero no podía decirle "no" a Kagome. Cuando llegaron a los cuartos donde vivía ella, Inuyasha se estacionó.
—Vas a estar bien— acarició al perrito que dormía en el asiento trasero.
—Nos vemos, descansa— se despidió, lo que no se esperaba era que ella le diese un beso en la mejilla—. ¿Y eso por qué?
—Por salvar al perrito, buenas noches.
El chico la vio entrar a su complejo, tocó su mejilla y la sentía cálida. ¿Dónde había otro perrito en peligro cuando lo necesitaba?
22/06/2018
Tengo tantas ideas que no sé cuál va XP, pero aquí seguimos!
Por lo que leí, SesshRin les han sorprendido, va ver más sorpresas. Muchas gracias por sus mensajes, siempre me da gusto saber de los lectores ;D
Tal vez, sientan que la loca se ha tardado en hacer algo, pero lo que he aprendido de los casos reales, una persona obsesionada, puede tardar en darse el valor para actuar, tal vez su mente detone en poco tiempo o años. Aquí no tardará años, pero si tendrá sus altas y bajas.
Nos seguimos leyendo se cuidan.
