Los personajes de Inuyasha pertenecen a la gran Rumiko, yo solo los tomó prestados para poder dar forma a la trama la cual si me pertenece. Todo sin lucro y solo con el afán de entretener. Cualquier parecido a la realidad es mera coincidencia o referencia.


Lamento la demora, ya volví a clases y fuera de que es complicado tenerlas online por la mala conexión del internet, la mala organización de la administración me ha estresado. Luego para programación, un código me tenía consumiendo mucho tiempo, un error que da cuál era y termino siendo una cosa bien siempre.


21. Arrepentimiento.

Inuyasha escuchó que Tessaiga rasgaba la puerta, se levantó a toda prisa, tal vez aún podía arreglar las cosas, debía alcanzar a Kagome, tomó las llaves de su moto que hace mucho no usaba y salió corriendo, no sin antes decirle a sus perros "la traeré de vuelta". Esperaba que Kagome hubiese ido al templo, porque no sabía de otro lugar en dónde buscarla.

En el camino esperó ver el coche de Kagome, él creyó que por ir en moto le daría alcance rápido, pero no, entró al túnel y aceleró al ver que había muy pocos coches, ya faltaba poco para llegar al templo.

Dobló en una esquina y un camión bloqueaba la subida a la entrada trasera del templo. Dio vuelta y dejó su moto al inicio de las escaleras, subió corriendo la larga escalinata, las luces de la casa estaban encendidas, pero la luz del dormitorio de Kagome no. Se dirigía a la casa cuando la vio, sentaba bajo el Goshimboku, Kagome estaba llorando escondida en la oscuridad. Se quitó el casco y se acercó a ella, despacio.

—Kagome— ella le volteó a ver sorprendida.

—¿Ahora qué quieres?, lárgate— volvió a esconder su rostro entre sus piernas.

Al llegar a su casa no tuvo el coraje de entrar, primero debía calmarse o todos le comenzarían a llenar de preguntas que en ese momento no quería responder.

—Perdóname, yo no quise…— se hincó frente a ella.

—Es verdad, es mi culpa.

—No, lo que dije fue porque estaba molesto, estaba celoso y…

—Vete, no te quiero ver nunca más— esta vez lo dijo viéndolo a los ojos.

Al escuchar aquello, Inuyasha se sintió vacío y al mismo tiempo sentía como si alguien le estuviese estrujando por dentro.

¿No verse nunca más?, ¡Eso no!, él no iba a poder soportarlo, la necesitaba más de lo que ella lo necesitaba a él, podían quitarle su fama y mandarlo al olvido, pero no a ella. Podía estar rodeado de cientos de personas, tener millones de fans viéndolo, pero al final del día, solo le importaba que una persona lo viese, solo le importaba que los hermosos ojos de Kagome lo viesen a él.

—No puedo hacer eso— con facilidad la cargó y hecho sobre su hombro.

—¿Qué haces? ¡Suéltame!— pataleó para ser bajada, vio cómo se dirigían a las escaleras.

—Voy a llevarte hasta allá— refiriéndose al parque de enfrente—. Y te besare frente a todos.

—Estás loco— le golpeó en la espalda, pero él tenía más fuerza.

—Me van a reconocer, tomarán fotos y en menos de media hora todo el mundo lo sabrá.

—Terminamos, no puedes hacerlo, ¡bájame!— ya comenzaban a bajar las escaleras—. Si lo haces, abra consecuencias graves para ti.

—¡Entiéndelo!— la bajó cuando ya había bajado la cuarta parte de la escalinata y la miró directo a los ojos—. Te amo— sintió miedo, ella no decía nada, comenzaba a sentir pánico de que en verdad todo hubiese terminado entre él y Kagome—. En verdad yo nunca quise...

—Está bien— le interrumpió poniendo un dedo sobre sus labios y volteó a ver a toda la gente del parque, luego lo observó, él tenía miedo y sus ojos estaban apagados, no tenían ese brillo característico de cuando la veía—. No necesitas hacerlo ahora, no porque no quiera, en cuanto todo se solucione no te lo voy a impedir.

—¿Segura?— preguntó aún con desconfianza.

—Volvamos a casa— le sonrió y tomó de la mano, de inmediato Inuyasha la abrazó para luego besarla, ella sonrió más, los ojos de él ya volvía a tener esa chispa de vida.

—Dejé mi casco en el árbol.

—Vamos por él.

Faltaban pocos escalones para terminar de subir cuando se toparon cara a cara con Souta, los tres se quedaron sorprendidos, el adolescente solo alcanzo a decir un "hermana" antes de escuchar que alguien lo llamaba, dos amigos que habían ido a hacer un proyecto al templo y ahora se iban, fue entonces que reaccionaron.

—Escóndanse—dijo Souta, Inuyasha y Kagome se metieron entre los arbustos.

—¿Con quién hablabas?— preguntó un muchacho un par de centímetros más alto que Souta, Kagome no lo reconoció, pero si al otro muchacho, era Satoru, amigo de su hermano desde la escuela elemental.

—Con nadie.

—Te escuchamos hablando.

—Debieron imaginarlo o por las personas del parque se equivocaron.

—Ryota, no hay nadie, vámonos— dijo Satoru.

—Souta, no vayas a olvidar la maqueta.

—No la olvido.

—Miren allá— Satoru señaló al final de las escaleras—. Hay una hermosa moto estacionada abajo.

—¿De quién podrá ser?, es extraño que la dejasen allí, ¿Será de alguien que vino al templo?— Ryota miró a todos lados intentando encontrar al dueño.

—O seguramente su dueño está en el parque— dijo Souta en un intento de encontrar alguna excusa, porque sabía que la moto era de Inuyasha.

—Debe ser eso, hasta mañana.

Souta esperó que sus amigos estuviesen los bastante lejos antes de girarse a los arbustos y dar luz verde a su hermana e Inuyasha.

—¿Qué hacían? Creí que hoy te quedarías allá— le extendió su mano a Kagome para ayudarla a levantarse.

—Inuyasha vino a felicitarte por tu cumpleaños y a dejarte tu regalo, pero lo olvidó— mintió la chica.

—La moto es de Inuyasha, ¿Verdad?— preguntó una vez terminaron de subir las escaleras.

—Si— contestó el chico que se terminaba de sacudir las hojas.

—Hay algo que no entiendo, hermana, me acabo de dar cuenta que tu coche está aquí, entonces ¿Se vinieron por separado?

—Es una larga historia.

—Está bien— sabía que ella ocultaba algo, pero lo pasaría por alto esta vez—. Mamá va estar feliz de verlos.

—Tal vez eso deberíamos dejarlo para otro día.

—¿Inuyasha?— la voz de la señora Higurashi llamó su atención.

—Muchacho, que gustó verte— saludó el señor Higurashi, habían ido a buscar a Souta al ver que platicaba con alguien en la oscuridad—. Hace mucho que no te veíamos.

—Lo siento— hizo una reverencia en señal de disculpas.

—Deja eso, Asako y yo lo entendemos, es complicado.

—Hice Gyuudon— ofreció Asako y Kagome suspiró, ya no había manera de librarse, a Inuyasha le brillaron los ojos con la sola mención de la comida—. Vengan a cenar.

—Sí, pero antes necesito mover mi moto.

—¡Yo lo hago!— se ofreció con entusiasmo Souta.

—De ninguna manera jovencito.

—Makoto, no seas tan duro, ¿Ya olvidaste que a su edad conducías una?— le recordó Asako a su esposo.

—Inuyasha no se opone ¿verdad?— Souta miró esperanzado a su cuñado.

—Lo que diga tu padre.

—Bien, ¿Y es casco?

—Yo, lo deje en el árbol— señaló el Goshinboku.

—¿Por qué esta allí?— preguntaron padre e hijo.

—¿La vas a mover o no Souta?— intervino Kagome, comenzaban a hacer muchas preguntas y eso sería un problema.

—Claro que sí, ya voy por el casco.

—Ya que se arregló ese asunto, entremos— ofreció Asako, Kagome e Inuyasha la siguieron adentro de la casa—. Tu abuelo se pondrá feliz de ver a Inuyasha.

Ya de regreso en casa de Inuyasha, Kagome fue recibida con mucha emoción por Tessa y Ryuu, parecía que no la hubiesen visto por varios días y mientras la chica jugaba con los perros, Inuyasha guardó en el refrigerador la comida que le dio la señora Higurashi, aquello no dejaba de causarle gracia, desde que se conocieron, la madre de Kagome siempre le daba comida para llevar.

Kagome se dejó caer sentada en el sofá luego de que Inuyasha llevase a los perros al patio, se estiró, se sentía tan cansada, vio la hora y eran pasadas las once.

—Perdona por no decirte antes sobre Kouga— comenzó diciendo Kagome cuando Inuyasha se sentó junto a ella—. Tenías tantas cosas en que pensar que creí eso te pondría más intranquilo, jamás imaginé que vieses esos mensajes que daban entender otra cosa. Hay otros mensajes que son más claros— tomó su celular y abrió la conversación de Kouga—. Kouga me había dicho que estabas distraído en las grabaciones y tontamente lo ligué a que era por los productores, cuando todo ese tiempo estabas así por mi causa— dijo con culpa.

—Ya todo está bien— se giró para verla mejor, dejando uno de brazos descansando en el respaldo del sofá.

—Cuando te pedí tiempo para asimilar la forma en que mi vida cambiaría, nunca creí que a futuro se creasen problemas.

—Se lo que te dije y me arrepiento, tú no tienes la culpa— le tomó la cara con ambas manos—. Yo también quería mantenerte fuera de la prensa, no los quería detrás de nosotros en todo momento, solo quería que cuando estuviese contigo me pudiese sentir normal.

—No más secretos.

—Claro que no— se inclinó a besarla—. Entonces ese lobo lo sabe— Kagome asintió en confirmación.

—Sé que no dirá nada, guardará el secreto.

—¿Cómo se dio cuenta?

—Lo sabe desde hace tiempo— le explicó a brevedad lo que Kouga le había contado.

—Espero no mienta, pero Miroku debió decirme algo.

—Hay más, el boleto de regreso, él me lo pagó, por eso no podía aceptar tu dinero— le reveló finalmente.

—¿Dejaste que él te lo pagase pero no me dejas a mi darte cosas?— eso si le indignaba.

—Antes que comiences con tu drama, deja te termino de explicar— se hincó en el sofá—. Luego del recorrido por Nueva York, quedamos para cenar en unos camiones de comida, notó que no estaba muy feliz, le dije la verdad, quería volver ya, compró el boleto no me dijo hasta que ya estaba hecho.

—Aun así, ahora vas a aceptar lo que yo te dé sin quejarte— se inclinó más sobre su novia, dejándola acostada en el sofá, junto al respaldo con él en la orilla, Kagome ya no dijo nada, no discutiría más—. ¿Ahora son amigos?

—Sí, él me decía que debía decirte, mira— le mostró los mensajes, aunque no era necesario verlos porque le creía, Inuyasha tomó el celular—. Esto que pasó fue mi culpa, lo siento, en verdad no quería preocuparte, siempre llegas tan estresado y…— bostezó.

—Ya te dije que todo está bien— le dio un beso en la frente—. ¿Por qué lo guardaste con ese nombre?

—Seudónimo, él lo puso— sus párpados comenzaban a sentirse muy pesados, le costaba mantenerlos abiertos.

Inuyasha siguió viendo los mensajes, había fotos de las grabaciones, donde él aparecía o cuando estaba en su silla leyendo su guion. Bajo su mirada para ver a Kagome, ya se había dormido. Fue al contacto de Kouga desde el celular de ella y le llamó.

—¿Te dijo o revisaste su celular?— fue lo primero que dijo Kouga al ver a su compañero.

—Ella me dijo.

—Y aprovechas que duerme para llamarme.

—Te lo advierto, Kagome es mi novia y más te vale no le digas de esto a nadie.

—Le prometí a Kagome guardar el secreto y voy a seguir siendo su amigo.

—Lo sé— no podía prohibirle amistades a su novia—. Aun así, debía dejártelo en claro, ella es mi novia.

—Por ella les ayudaré en lo que pueda, porque te seré sincero— hizo una pausa—. Si la hubiese conocido antes que tú, la hubiese cortejado hasta que aceptara salir conmigo.

—Te quedarás con las ganas.

—Es mejor que la cuides, porque si vuelve a estar disponible, no dejaré ir la oportunidad e intentaré conquistarla.

—Ni que tuvieras tanta suerte— resopló.

—Nos vemos mañana.

Luego de colgar, Inuyasha tomó el control de las luces y las apagó, igual ya tenía sueño y no quería moverse de ese lugar.


Kagome disfrutaba de su wafle y café, aquella recomendación que le dieron fue cierta, cuando vio que el local se comenzaba a llenar, se alegró de haber llegado a una buena hora cuando todavía no estaba lleno el lugar y encontró una mesa para dos vacía.

¿Está ocupado?— preguntó un chico que vestía con una chamarra de piel café y gorra de un equipo de beisbol.

No, puedes sentarte.

Gracias.

Kagome vio mejor al chico, su voz le parecía extrañamente familiar, en cuanto sus ojos se cruzaron lo reconoció, era el compañero de Inuyasha, aquel que conoció el día que llevo almuerzo al set.

Tú eres…

No lo digas— le guiñó un ojo— Si alguien me reconoce creará alboroto y no quiero eso ahora.

Está bien— se preguntó qué tan popular era la serie en el extranjero.

¿Hace cuánto conoces al perro?

Tres años— contestó luego de darle una mirada de desaprobación, no le gustó aquel apodo.

No lo tomes a mal, lo dije sin mala intención— le sonrió—. ¿Llevas trabajando con él tres años?

Si.

¿Y cómo conseguiste el puesto?

Mi padre es Chef, tiene amigos que conocen gente y me recomendaron con el velador y así fue.

Entonces trabajas para él como cocinera, pero vienes a Nueva York a una capacitación en un museo— le sonrió burlón, algo que la chica no notó.

No, yo viene a…— miró al chico sorprendida, estaba procesando aquella actitud, ¿Acaso él conocía la verdad?

Tu marca en tu nuca es realmente linda y única.

Ya lo sabes— en un reflejo se llevó una mano a su nuca—. ¿Quién te dijo?

Realmente no fue difícil, comencé a sospechar cuando un suéter de él tenía tu perfume, soy bueno con los aromas— se tocó la nariz—. Lo recordé de cuando nos conocimos, entonces a Miroku no le quedó de otra que decirme y terminé de creerlo ahora, gracias a que llevas el cabello recogido, pude ver la estrella— Kagome tenía una clara cara de preocupación—. No te preocupes, no le he dicho a nadie, ni el perro sabe que lo sé.

Gracias.

¿Cómo supiste lo de la capacitación?

El gafete que cuelga de tu bolsa y nos hospedamos en el mismo hotel, ayer cuando llegué te vi llegar con el grupo, solo pregunté en la recepción si eran de alguna convención o tour turístico y me dijeron dieron la información.

Y hoy me seguiste.

No, ya te lo dije, te vi por casualidad, lo juro. Pero me gustaría saber más, no termino de comprender algunas cosas, por ejemplo, ¿Por qué no habían dicho nada?, ¿Cómo se conocieron en realidad?, ¿A qué te dedicas realmente?

Perdona, pero debo irme— le quedan veinte minutos para entrar al curso.

Veámonos luego, préstame tu celular para ponerte mi número— estiró la mano—. Te prometo que no soy un acosador— luego de pensarlo un momento, Kagome decidió darle el celular.

Listo— dijo Kouga una vez agregó su número y se marcó para tener registrado el número de la chica.

¿Calupoh?— le sorprendió el nombre, ella recordaba se llamaba Kouga.

Un seudónimo, no creó que tengas a tus contactos por su nombre real, imagino que por seguridad.

Si, no lo hago, ¿Qué significa?

Es una raza de perro, cruza de perro y lobo gris, originaria de México, esta raza era considerada un animal sagrado.

¿Cómo sabes eso?

Me gustan los lobos, lo considero mi tótem— le mostró el collar que llevaba, un lobo tallado en madera roja—. Nos vemos luego— le sonrió.


El video comenzó con una intro muy colorida, un collage de fotos de la serie, la mayoría eran fotos de Inuyasha y de fondo el tema de la serie de "Tokio ACC". Apareció una chica disfrazada de gato blanco, había que admitir que la personificación estaba muy bien hecha, se notaba que le había invertido tiempo y dinero.

—¡Hola de nuevo!, me alegra tanto ver que les gustó mi video anterior y ya tengo quinientos seguidores— sonaron aplausos—. El día de hoy les mostraré algo que descubrí con el capítulo de estreno, cuando lo vi no me podía creer, primero pensé que era una coincidencia pero era imposible porque las cosas que vi, eran únicas, les explico mejor, hace tiempo, hice estos obsequios para mi lindo Inu— mostró las fotos del cojín con motas de colores, del aro con listones y de la esfera de hilos—. Y ayer, mis obsequios han aparecido en el capítulo, les muestro, en la pared del del pasillo del edificio donde vive mi sexy agente, está el aro; la casa donde llegan hay un sillón con peluches, entre ellos está el cojín y mi precioso lo toma, finalmente la esfera está colgada en el restaurante donde el equipo fue a comer. ¡Es increíble!, mi amado Inuyasha debió pedir personalmente que fuesen usados en el programa. Ahora quiero hacer más adornos, tal vez algo que pudiese poner en su apartamento. Y ya que estamos en lo del capítulo, les diré mis impresiones…

Inuyasha no podía creer lo que Miroku le había mostrado, él se deshizo de esas cosas ¿Quién había osado usarlas como utileria?

—¿Cómo viste esto?— preguntó Inuyasha a su amigo.

—Kohaku se lo mandó a Sango, fue un video que le apareció como sugerencia.

—¿Ya se hizo popular?

—No que yo sepa, por ahora solo sé que Sango, Shippou y yo lo hemos visto.

—¿Se lo mostraste a Shippou? Ahora todo el personal lo va a saber— dijo con fastidio.

—Le dije para que averiguara quién rescató esas cosas, me prometió que sería discreto.

—Ya averigüé lo qué ocurrió— el joven pelirrojo entró corriendo al remolque de Miroku.

—Hombre, cuéntanos, que para luego es tarde.

—No mencioné el video, solo pregunté por las cosas, Umi los vio en el contenedor y le parecieron lindos, los guardó y decidió usarlos.

—Estaban en la basura ¿Por qué los sacó?— Inuyasha estaba indignado.

—Los vio en buen estado.

—Entonces se los hubiese llevado a su casa.

—Calma, ya pasó— intervino Miroku antes de que Inuyasha matase al mensajero, en este caso, a Shippou.

—Ahora cree que yo puse sus cosas en el programa.

—Muchachos, es hora de sus escenas— les interrumpió una chica del staff.

—Gracias, ya vamos— Miroku le despidió y vio de nuevo a Inuyasha—. Respira y relájate, todo irá bien.


Rin veía una película, mientras comía un tazón de frutas con chantilly, jarabe de chocolate, maple, pasas, granola y gomitas de osito, en lo que Sesshoumaru terminaba de mandar algunos documentos por correo electrónico. Estaba a mitad de la película cuando su prima le mandó un mensaje, era el enlace a un video y le ponía, "tienes que verlo". La curiosidad le ganó, abrió el enlace y era el segmento de un programa de chismes de la farándula, lo conocía, pero jamás lo había visto, aunque era muy popular.

El presentador principal siempre vestía extravagantemente, colores muy saturados, estampados diferentes, le recordaba a los personajes de los juegos del hambre; las otras dos presentadoras también tenían su propio estilo, una de ella usaba pelucas de colores y la otra se caracterizaba por el uso de sombreros raros. Los tres solían tener invitador, ya fueran a otros presentadores o artistas, en esta ocasión solo había dos, un hombre diseñador de imagen y una drag queen que salió en la serie.

—Hace días llegó el rumor de que la pareja formada por Taisho Sesshoumaru y Araki Rin esperaba su primer hijo— dijo el presentador principal—. Algo sospechoso dado que se casaron hace tres meses y gracias a nuestro excelente equipo de investigación, lo confirmamos, se encuentra en su quinto mes— mostró los cinco dedos de su mano izquierda.

—¿Eso quiere decir que el matrimonio fue solo para que Sesshoumaru reconociera al bebé?— preguntó con cizaña la mujer de la peluca.

—Embarazarse es la forma más común y baja para retener o atrapar un hombre— dijo la presentadora que llevaba el sombrero de plumas.

—Claramente esa relación es un solo sentido y está con ella por el bebé, solo hay que analizar las fotos— intervino el diseñador—. Solo ella está feliz por el embarazo, solo ella pone fotos en su cuenta, el manager Taisho no ha dicho nada al respecto.

—Aquí hay un buen punto— volvió a hablar el presentador principal—. Siempre la vemos sola, cito una imagen donde lleva un nuevo vestido de maternidad "Debí comprar más ropa porque el bebé sigue creciendo", no puso "Mi esposo y yo fuimos a comprar más ropa", ni puso "Mi esposo me ha regalado más ropa".

—¿Y cómo no estar feliz?, se ganó la lotería, ese bebé llegó a resolverle la vida— dijo la del sombrero.

—Mi Trix Royale, ¿Qué opinas?— preguntó el presentador.

—Me van a perdonar, pero no creo lo que dicen, como bien saben, participé en la temporada pasada de Tokio ACC, conocí personalmente a la señorita Rin y no es para nada como ustedes dicen, es una jovencita tierna y alegre, desde el primer momento supe que había algo entre ella y el manager Taisho, esos dos tenían un aura, ardiente— miró a la cara y junto sus manos—. Mi niña, te mando un saludó enorme y mis mejores deseos para ti y el bebe, pronto te mandaré un obsequió.

Rin ahogo el llanto, finalmente alguien que no creía lo peor de ella, nunca fue su intensión quedar embarazada, por lo menos no en aquel momento que su relación con Sesshoumaru no estaba bien definida, vivían, dormían, comían y se la pasaban muy bien juntos; ahora todo era diferente, estaban casados y su relación ya tenía nombre. Acarició su vientre, Sesshoumaru se había comportado tan comprensivo cuando se enteró del embarazo y a su manera, le demostraba que estaba feliz por el bebé.

—Trixie, los hombres del tipo de Sesshoumaru no se casan con mujeres once años menor que ellos— dijo la mujer de la peluca—. Buscan estabilidad y madures en una relación

—Y claramente no iba a desconocer al niño— dijo la otra mujer con gran indignación—. Se iba a ser responsable, aunque eso lo podía hacer sin casarse. Hay que aceptarlo, El No La Quiere.

Rin no lo soportó más, lazó el celular, se estrelló contra algo haciendo un gran ruido, abrazó su vientre y lloró con más fuerza, intentaba controlarse, sabía que lo que decían eran puras mentirás llenas de veneno y envidia, pero no podía parar de llorar.

—Rin— en cuanto escuchó que algo se había roto, dejo su trabajo y fue a ver a su esposa—. ¿Qué pasó?— lo que se había roto fue un jarrón, el celular de ella estaba en el piso y Rin lloraba descontroladamente en el sillón.

—Rompí mi celular.

—Tranquila, todo está bien— se hincó frente e intentó que lo viese—. Ven, siéntate acá— le ayudó a levantarse y la llevó al sofá, él se sentó con ella entre sus brazos.

—Tu… ¿Lo quieres?— preguntó mientras se llevaba las manos a su vientre.

—Me ofende que lo dudes.

—Lo quieres— se acurrucó al cuerpo de su esposo y el abrazo se afianzó.

—Tanto como a ti— llevó una mano al vientre de ella y le acarició.

Minutos más tarde, Sesshoumaru había llevado cargando a una dormida Rin a la cama, luego de eso, volvió a la sala para limpiar, milagrosamente el celular no estaba estrellado, pudo ver el video que ella miraba, lo reprodujo y endureció su mirada, "estupideces", pensó.


17/10/2020

NOTA: Se me había pasado aclarar algo, cuando Sesshoumaru dice que "La loca" es una adolecente lo dice por decir, realmente solo supuso que es una adolecente, no ha visto los videos, no es algo que le interese, no lo ve relevante. "La loca", tiene unos 19-20 años, cuando comenzó a ver el programa tenía 14 años, la serie está en su sexta temporada. Esto igual se va a aclar mejor más adelante. Y algo más, sé que les extrañó ver con anterioridad a una Rin ingenua y hasta inocente (19. Vlog) respecto a lo que provocaba en Sesshoumaru al estar quitándose la ropa frente a él, bueno, es porque ella estaba más inmersa en ver sus cambios, estaba emocionada y no se puso a pensar mucho en lo que provocaría en su esposo.

Los regalos que se mencionan hicieron aparición en el "Capítulo 11. Novio".

Gyuudon: arroz hervido que se sirve en un bol con verduras, cebollín y carne de ternera cortada en pequeñas rebanadas finas sofreídas.