Los personajes de Inuyasha pertenecen a la gran Rumiko, yo solo los tomó prestados para poder dar forma a la trama la cual si me pertenece. Todo sin lucro y solo con el afán de entretener. Cualquier parecido a la realidad es mera coincidencia o referencia.


24. Nuevo Seguidor.

Inuyasha llevaba ya dos horas en la sala, jugaba un videojuego sobre vikingos y aunque Kagome también disfrutaba jugar con él, en ese momento estaba tumbada en la cama, la noche anterior no le había podido decir a su novio sobre su posible nueva asignación en el trabajo. Se habían entretenido eligiendo una canción para él.

Inu, ¿qué canción vas a cantar?— preguntó con curiosidad desde la cama, su novio se terminaba de poner la pijama.

¿Cuál quieres?— le sonrió, hace tiempo no le pedía que cantara.

Me refiero a la canción para el CD navideño.

¡Mierda!— vio la fecha en su teléfono—. Es para mañana.

¿Lo olvidaste?— no podía creerlo.

¿Tú cómo sabías?— comenzó a buscar en uno de sus cajones la hoja con la lista de canciones.

Kouga me dijo, ¿qué buscas?

La lista, creo la dejé en mi remolque.

Yo tengo una imagen— le mostró la pantalla del celular.

Hay dos marcadas, ¿sabes cuál tomó Kouga?

Está, pero primero quiso esta pero ya la tenía Bankotsu.

Solo tengo que elegir tres en orden de prioridad— aún quedaban cinco opciones.

¿Cuáles?

¿Cuál quieres que cante?— si iba a tener que cantar, sería una que su novia quisiera.

Está— desde que la vio pensó en él, esperaba que Inuyasha la recordara.

Eso fue rápido— buscó la canción en internet y en cuanto comenzó a sonar, supo el porqué Kagome le eligió.

Inhaló y exhaló una vez más, era hora. Se levantó y fue directo a la sala, se sentó junto a su novio y él la vio con el rabillo del ojo, pausó su juego al verla seria y nerviosa.

—Tenemos que hablar.

—¿Sobre qué?— esas palabras casi nunca iban acompañadas de buenas noticias.

—Podrían mandarme a Londres.

—¿Por cuánto tiempo?— en cuanto preguntó, ya temía la respuesta.

—Seis o doce meses.

—¿Qué?, ¿Por qué?— era demasiado tiempo, ni cuando no vivían juntos pasaron tanto tiempo sin verse.

Kagome le explicó detalladamente todos los hechos y las posibles opciones a las que se enfrentaba. Inuyasha le escuchó atento, no le interrumpió, cuando ella terminó de hablar siguió en silencio, hecho que ponía inquieta a Kagome.

—¿Tú quieres ir?, dime la verdad.

—Sí y no, ayudar a preparar una exposición temporal en conjunto con otro museo, es una experiencia única, pero no quiero dejarte— no se atrevía a verlo, sentía sus manos temblar por los nervios, hasta que fueron tomadas por las de Inuyasha, quien la jaló a su cuerpo y la abrazó.

—Yo voy a seguir aquí, y puedo ir allá en un tiempo libre.

—Inu…— se dejó acomodar en el pecho de su novio, ambos quedaron recostados en el sillón.

—No hay que adelantarnos, aún no sabes si te mandarán a ti, dices que eres nueva en el área y…— a quien engañaba, Kagome era más que capaz, solo un idiota no la escogería.

Por varios minutos no dijeron nada, solo querían que ese momento durase para siempre, pero el celular de Kagome anunció un mensaje.

—Es de Hojo, el jefe quiere hablar conmigo mañana y pone una carita feliz— lloró al sentir como Inuyasha la estrechaba más, la habían elegido.

—Tienes que aceptar— dijo con dificultad.

—Pero…

—No te voy a mentir, deseo que te quedes, no te quiero tener tan lejos, pero es tu carrera y ya te lo dije, iré a verte, con suerte nadie me reconocerá allá y será más fácil para nosotros— en verdad le estaba queriendo ver el lado positivo al asunto.


La campana de una toma interrumpida sonó por séptima vez en aquella escena. El director en turno ya estaba fastidiado, se estaban atrasando con las grabaciones y todo por culpa de una sola persona.

—¡Taisho!, tienes que decir tu línea y caminar al panel de evidencias.

—Lo siento, lo olvidé— estaba frustrado, ese día no quería estar en el set.

—¿Saben qué?, tomen un descanso, media hora. Cuando volvamos, espero ya estés enfocado— le advirtió a Inuyasha.

—¿Qué te pasa hoy?— Miroku se acercó a su amigo, desde que llegó esa mañana no tenía buena cara.

—Voy a repasar mis líneas— no estaba de humor para ser interrogado, así que fue directo a encerrarse en su remolque, a esa hora, Kagome ya debía estar en la oficina de su jefe, aceptando pasar varios meses en Londres.

Cuando Inuyasha llegó a su casa, Kagome preparaba la cena, por el olor, dedujo que era algo frito. Se recargó en la barra de la cocina, cuando ella se fuera volvería a comer en el comedor del set o pediría a domicilio, aunque sus habilidades culinarias habían mejorado bastante, sentía que no tendría sentido cocinar solo para él. Escuchó a sus perros jugar en el patio, ellos también la iban a extrañar. Cuando estaba soltero nunca le importó tener esa casa solo para él, pero Kagome llegó a su vida y primero llevó a vivir con él un perro, luego el segundo y por último se les unió la chica. La casa se sentiría tan vacía sin ella.

—Te ves molido— le sorprendió verlo ahí sin moverse, cuando lo escuchó entrar creyó había ido directo a ducharse.

—Sí, hubo varias escenas complicadas— realmente no lo eran, él las complicó.

—La bañera está lista, ve y relájate un rato, ya casi termino de cocinar.

Inuyasha aceptó la sugerencia, fue directo a la bañera, el agua caliente comenzó a relajar sus músculos, puso una toalla bajo su nuca y cerró los ojos.

—Inu— la voz de Kagome se escuchaba muy lejana—. Despierta.

—Lo siento, me dormir— la enfocó hincada a un lado de la bañera.

—Nunca habías llegado tan cansado— lo había ido a buscar luego de media hora.

—Entra conmigo, hay espacio.

—¿No tienes hambre?

—Entra— pidió de nuevo al jugar con un mechón del cabello de ella, sonrió cuando Kagome se levantó y comenzó a quitarse la ropa, le ofreció su mano para ayudarla a entrar y se acomodase entre sus piernas—. ¿Hace cuánto no hacíamos esto?— le besó la cíen al tiempo que la abrazaba.

—Desde que volvimos de casa de tus padres.

Antes, al menos dos veces al mes compraban frutas con chocolate y un vino, se metían a la tina y disfrutaban de su día juntos. Conforme sus obligaciones aumentaron, solo tenían tiempo para ducharse juntos.

—Inu… lo rechacé.

—¿Qué recha…?— la giró para verla a la cara, ¿se refería a lo que él creía?, Kagome le sonrió con ternura—. ¡¿Por qué?!

—No podía irme tanto tiempo.

—Pero es lo que… es tu carrera— no sabía que decir.

—No podía dejarte.

—Te dije que…

—Lo sé, no solo es por ti, es por mí, no quería estar en un país extraño sin ti, recordé lo que sentí cuando estuve en New York… me sentí sola, pero al llegar a casa de tus padres y verte…— su voz comenzó a quebrarse—. Quiero estar donde tú estés.

—Kagome, te amo tanto— se inclinó a besarla—. ¿Aún tienes tu empleo?

—Me regresaron a dar recorridos y debo ser la asistente del jefe de esa área.

—No estás feliz por eso último— su tono de voz sonó decaído.

—Implica que me mandará por su lavandería, su café, estar al pendiente de que tenga a tiempo su comida, capacitar a los becarios, se supone que solo debería asistirlo en papeleo o con los becarios, pero no, el señor se aprovecha de su puesto— vaya manera sucia de querer que recapacite para la plaza de Londres—. Estaré bien, es temporal.

—No te vas a arrepentir de haberte quedado— encontraría la manera de ayudarla, de algún modo debía recompensarla.

El brillo de una luz hizo que se despertara, primero abrió un ojo y pudo distinguir que Inuyasha estaba viendo su celular, se movió un poco y sintió como él la tenía rodeada por la cintura.

—¿Qué haces?, ¿qué hora es?— podía distinguir que aún era de noche.

—La una de mañana, perdón por despertarte, estoy viendo tus fotos.

—¿Por qué a esta hora?

—No podía dormir, tienes 8 mil seguidores, se podría considerar que eres famosa.

—Exagerado, tú tienes 42 millones, eso es ser famoso, por ahora solo soy algo popular y hasta a mi me sorprende— bostezó—. Solo he puesto fotos de las cosas que me gustan, de los lugares a donde voy, debe ser por Sango y Miroku, más recientemente por Kouga.

—También eres buena, podrías convertirte en una de esas chicas que viaja por el mundo tomando fotos de paisajes y comida.

—Eso no va conmigo, a menos que… alguien me acompañase— se estiró para abrazar mejor a su novio, entrelazando sus piernas.

—Te prometo que un día, eso haremos— le besó la frente—. Nos dedicaremos todo un año a viajar. Por ahora, ya tienes un seguidor más— dejó el celular a un lado.

—El más importante de todos, pero ¿estás seguro?

—Tú rechazaste Londres por mi, ahora es lo mínimo que puedo hacer.

Esa noche no se preocuparían por los nuevos chismes, esa noche no había estúpidos contratos, solo ellos dos disfrutando de la compañía mutua.

El sonido de su celular vibrando insistentemente en la madera de su buró lo despertó, no tenía que ir al set o a alguna sesión de fotos. De mala gana tomó el celular y contestó.

—Miroku, son las siete de la mañana y es sábado, deja descansar.

—Se que prefieres estar bien acurrucado en esta fría y lluviosa mañana, pero hay algo que debes saber.

—Ya dilo.

—Ayer comenzaste a seguir a YokoStar y le diste me gusta a todas sus fotos ¿Verdad?

—¿Y?— quería que fuese directo al punto.

—Gracias a ti, está por llegar a los 257 mil seguidores y sigue aumentando.

—¿Cómo dices?— con cuidado se levantó de la cama, no quería despertar a Kagome.

—No pasó desapercibida tu nueva actividad reciente.

—¿Han dicho algo?— no quería tener que pasar ese día en una junta con los directivos, productores y Sesshoumaru.

—Aún nada, nos enteramos por Kohaku, sabes que no suelta el teléfono, se dio cuenta y le dijo a Sango.

—Debo decirle a Sesshoumaru, te llamo luego, gracias— le marcó dos veces a su hermano y no contestó, así que comenzó a escribir un mensaje.

—Inu, tienes un lindo trasero— murmuró Kagome al verlo de pie, seguía adormilada, pero eso no le impedía disfrutar de la vista—. ¿Qué haces ahí parado? Vuelve a la cama, hace frío.

—Atendía un asunto— dijo al meterse de nuevo bajo la cobija—. ¿Quieres te ayude entrar en calor?— la tomó por los glúteos para acercarla a él—. Me gusta más tu trasero— Kagome soltó una risita, pero pronto se convirtió en un suspiro para dar paso a un gemido.


Miroku entró al remolque de Inuyasha, desde que comenzó a seguir la cuenta de YokoStar, los medios no paraban de hacer suposiciones, todos querían descubrir de quien era la cuenta. Nadie había tenido éxito. Incluso había personas que estaban a la caza de los lugares que YokoStar estaba visitado. Lo que no sabían, es que Kagome no ponía las fotos en tiempo real, lo hacía hasta después.

—¿Cómo te fue?

—No están felices, Sesshoumaru me sacó.

—¿Qué dijiste?

—¡Nada!, para variar me quedé callado… hasta que pidieron hablar en privado con Sesshoumaru y me negué a irme. Siento que se vengarán de alguna forma.

—¿Me vas a decir qué te animó a tomar esa decisión?— se lo había sugerido hace semanas y no aceptó.

—Kagome rechazó un… en el museo la iban a mandar a Londres por un largo periodo y declinó la oferta.

—¿Cómo le afectó?

—Volvió a los recorridos, no le dijeron por cuánto tiempo, sé cuánto desea estar restaurando piezas, esto es lo mínimo que podía hacer.

—Todo saldrá bien, no pierdas la calma y continúa con tu trabajo, no les des motivos para enojarse más.

El automóvil que la recogió luego del trabajo la llevó a una casa de fachada simétrica rectangular y gris, se notaba que era de su cuñado, está era la primera vez que estaba ahí. Ese día, Rin la había invitado a su casa, quería pasar tiempo con ella. No pudo negarse, ella sabía ser insistente y si era sincera, quería verla, no lo hacía desde la boda de ella.

—¡Llegaste!— abrazó con entusiasmo a su amiga—. Entra, hay mucho que hacer.

—¿Qué estas haciendo?— Rin tenían la cara manchada de pintura naranja y al ver la sala, vio todos los adornos otoñales.

—Adornos, planeo una fiesta de disfraces y quería me ayudaras, así pasábamos tiempo juntas y… ya creció mucho, ¿cierto?— agregó al ver que Kagome observaba curiosa su vientre.

—Lo siento, no creí que ya se notase tanto, me parece que fue hace poco que…

—Tranquila, hasta a mi me sorprende. La mamá de Sesshoumaru está arriba— explicó cuando se escucharon pasos en el segundo piso.

Rin elegía que piñas y mini calabazas poner en la corona que harían, mientras Kagome terminaba de armar una guirnalda de hojas. Platicaban del viaje de Kagome a New York, sobre anécdotas en el set que Rin sabía, de su embarazo y como lo estaba llevando.

—Rin, ¿Puedo preguntarte algo personal?

—Adelante.

—¿Por qué los programas de espectáculos se la traen contra ti?

—Es simple, porque Sessho estuvo comprometido con Kagura, Imagino que Inu te ha contado algo— Kagome asintió—. Ahora Kagura tiene una agencia de modelaje y está incursionando en la moda con diseños propios. Cuando ella y Sessho salían, Kagura era modelo y bastante conocida por ser una Kagewaki.

La familia Kagewaki era reconocida por ser visionarios en la industria del entretenimiento. Descubrían a los nuevos talentos, ya fuesen para la actuación, el modelaje, como grupos o solitas, todos sus clientes siempre triunfaban con la firma Dokumo.

—Obviamente Kagura y Sessho salieron en varios reportajes, los reporteros y paparazzis siempre buscaban una foto de ellos dos, ya fuese comiendo en algún restaurante o saliendo del corporativo Dokumo, hasta pusieron a Sessho en una lista de los hombres más hot— ahora Kagome entendía mejor porque su cuñado se hizo tan conocido—. Los medios siguen amando a Kagura y me da gusto que así sea, en verdad se lo merece, desafío a su familia quienes querían que se casara, apoyase a su marido como esposa modelo y cuando viniesen los hijos, se dedicarse al hogar. Ya que estaba llegando a la edad donde las agencias ya no la contratarían, su único deseo era ser libre, seguir haciendo lo que le apasiona— y le estaba yendo de maravilla—. Fue la primera persona en felicitarme por ganarme realmente el corazón de Sessh.

—Y el que tomasen fotos de mi hijo viéndose con su ex prometida no ayudó en nada— Kimi interrumpió la plática, había escuchado de lo que hablaban las amigas, no fue a propósito, ella solo quería ver si Rin ya comería.

—Kagura y Sesshoumaru suelen trabajar en proyectos juntos, claro que también están otros representantes, pero él no sólo gestiona la agenda de Inu, también del elenco principal, por eso es el único que va al set, algo que la mamá de Sango y abuelo de Miroku aceptan, porque así pueden seguir con sus vidas.

—Es verdad, ellos fueron representantes de sus hijos— en alguna ocasión sus amigos le dijeron en una plática para conocerse mejor.

—En fin, les tomaron un par de fotos cenando juntos, viéndose en la agencia de Kagura y así comenzó todo esto.

—No entienden que sus comparaciones son absurdas, el matrimonio de Sesshoumaru con Kagura estaba destinado al fracaso— expresó Kimi.

—Kagura es una gran persona— en ocasiones hasta creía que ella le empujó a Sesshoumaru.

—Rin, llevas todo el día en tus adornos, ¿ya comiste?

—Quería esperar a Sesshoumaru.

—Rin debes comer— reprendió Kagome.

—Pediré preparen algo y vendremos las tres al comedor— sentenció con autoridad Kimi.

—Se preocupa por ti.

—Y por el bebé, aunque no lo parezca, esta ansiosa por ser abuela, aunque no le guste esa palabra— dijo divertida.

—Ya terminé esto— le mostró la guirnalda.

—Lo acomodamos en la chimenea y vamos a lavarnos.

—Inu me dijo que Sesshoumaru y tú se conocieron en un ascensor.

—Sí, ni yo misma me lo creo, el letrero de que estaba en mantenimiento se cayó, entramos y nos quedamos atrapados, el señor Jaken intentaba controlar sus nervios, se le cayó una carpeta con papeles, una cosa llevó a otra y cuando me di cuenta, le estaba ayudando a Sessho a organizar sus pendientes en el ascensor.

—Y por eso te ofreció el empleo— Rin asintió.

—Listo, se ve muy bien— le gustaba como iba quedando adornada la casa—. ¿Vendrás a la fiesta?, será pequeña y también será la fiesta del bebé, puedes venir disfrazada.

—¿Quiénes vendrán?

—El productor Waruhi, Ayame, Sango, Miroku, Kouga, Shippou, los padres de Sessho, la madre de Inuyasha, espero que Kagura y su hermana, y… un par de personas más de la producción. Puedes invitar a tu familia. Nadie te reconocerá si llevas disfraz.

—Mamá tiene turno en el hospital, en esa fecha hay muchos accidentes muy raros. Papá y el abuelo atenderán el templo, suelen ir personas por amuletos contra los malos espíritus, puede que Souta si quiera venir, a menos que tenga ya algún plan con sus amigos.

—En verdad espero vengas.

—Haré todo lo posible.


30/07/2022

Aquí con otra actualización. Espero les haya gustado. Respondiendo mensajes.

La verdad se me pasó profundizar más en por qué Sesshoumaru es famoso. Estaba la idea, pero no la había plasmado completa. Solo había puesto que estuvo por casarse con Kagura pero igual no ahondé mucho en su historia (Capítulo 13. Yo no soy). Espero que con esto quedase más claro.

De hecho, si hay casos documentados de fans que se han obsesionado tanto con su ídolo, que hasta han llegado a vender su virginidad por un boleto, acampar afuera de los hoteles donde se hospedan, lograr entrar en sus casas y a matar por ellos. Tenemos a:

*Athena R, entró a casa de Brad Pitt y se probó toda su ropa.

*Yolanda S, mató a Selena.

*Chapman, mató a Lennon.

*Sandrock, fue detenido fuera de la casa de Taylor Swift con todo lo necesario para secuestrarla.

*Dawnette K, estaba obsesionada con Michael Douglas, amenazó a su esposa K. Zeta-Jones con matarla y alimentar a sus perros con ella.

Y solo son unos ejemplos, hay muchos más. No necesariamente son acosadores en plan "lo hago porque te amo", los hay en plan "lo hago porque te odio", los haiters.

En cuanto a las restricciones que ponen los productores y la agencia a Inuyasha, me he basado en varios hechos reales: Selena, cuando no querían se casara; los lineamientos de conducta casta y pura que actores de la fábrica del ratón deben seguir, las reglas exageradas que algunas agencias les ponen a los grupos de Kpop y Jpop.

No tatuajes.

No romances. No enamorarse. Las compañías alegan que es para que no descuiden su carrera.

No fumar, ni beber alcohol. Tienen una imagen que seguir.

No regalos de fans. Para evitar el acoso y por seguridad.

Ropa de cierta marca y estilo. Sobre todo, en grupos grandes para que cada uno tenga su "personalidad".

Deben cumplir cierta talla y peso.

De haber un romance, la o las agencias de ambos lo deben aprobar.

Todo depende en qué agencia estén. En la historia llegó a usar exageraciones para marcar un punto (o tal vez ni tan exageradas, la realidad supera la ficción), mezclo cosas de occidente y oriente. Por ejemplo, en el tema de los regalos, lo he pasado de largo, ya que en occidente hay famosos que suben fotos de los regalos que les dan sus fans.


Sin más por el momento, me despido, gracias por sus mensajes y nos seguimos leyendo.