Los personajes de Inuyasha pertenecen a la gran Rumiko, yo solo los tomó prestados para poder dar forma a la trama la cual si me pertenece. Todo sin lucro y solo con el afán de entretener. Cualquier parecido a la realidad es mera coincidencia o referencia.


29. Beso y ¡Corte!

Kagome esperaba que las puertas del elevador se cerraran, cuando de último momento Hojo entró, se sorprendió al verlo, ella creía que él seguía en Londres.

—Kagome, me alegra verte.

—Volviste, bienvenido.

—Solo por unos días, ¿el siguiente es tu piso?— su amiga asintió—. Yo aún tengo que subir uno más, espero podamos reunirnos para comer.

—Claro que si, nos vemos— se despidió de Hojo y apenas el elevador cerró sus puertas sintió la presencia de alguien a su espalda.

—Señorita Higurashi, muy buenos días— saludó el joven Kagewaki con mucha educación.

—Buenos días— no esperaba verlo en el museo y mucho menos tan temprano.

—¿El joven Hojo es su novio?— había notado que ambos eran cercanos.

—No, somos amigos de hace muchos años.

—Entonces es soltera.

—No, tengo novio.

—Claro, una chica tan bonita como usted es imposible que no tenga.

—Higurashi, que bueno que llegas— interrumpió Midoriko—. Estamos por comenzar a armar un esqueleto y creo que es algo que te va a gustar.

—Claro que si— dijo entusiasmada.

—Señorita Higurashi, cualquier cosa que necesites, mi oficina es esa— indicó Hitomi con mucha educación.

—Muchas gracias, ¿él trabaja aquí?— preguntó Kagome cuando se quedó sola con su jefa.

—Como empleado del museo, no, pero se encarga de sus asuntos desde aquí— respondió con seriedad—. Pero dime, ¿cómo te fue con tu novio, pudieron cenar?— agregó con una sonrisa cómplice.

—Bien él…— guardó silencio al darse cuenta de lo que acababa de decir, se suponía que iría a casa de sus padres.

—Tranquila, es el joven actor que te acompañó en la inauguración ¿cierto?

—¿Kouga?, no, él es solo un amigo.

—En verdad no hay problema, se nota que es un buen muchacho y canta bien, ¿por eso querías llegar a casa?, ¿para verlo cantar?

—Sí, quería llegar a ver el programa— no mentía en eso.

—A la próxima avísame con tiempo y te vas antes.

—Gracias— quería aclararle que Kouga no era su novio, que su novio era Inuyasha, pero si hacía eso y la información salía de ese lugar, estrían en problemas.

… …

Últimamente cada vez que estaba en la oficina de Sesshoumaru, Inuyasha sentía que estaba por recibir malas noticas, suponía que esa junta era por el pequeño alboroto que Miroku y Sango hicieron en el concierto durante la ronda de preguntas, en todo el fin de semana no quiso pensar en las consecuencias que aquello le iba a traer.

—¿De qué necesitamos hablar? Si es sobre lo que pasó en el concierto, yo no tuve nada que ver, esos fueron Miroku y Sango, su idea, no mía.

—No es sobre eso, estarás de gira internacional promocionando el programa.

—¿Es broma?— nunca habían hecho ese tipo de giras.

—No, comienza el 10 de enero y termina el 17 de febrero con la convención de Osaka.

—¿Y qué se supone haré?

—Irán a diversos programas de entrevistas, en Norte América, parte de Europa, Corea y China.

—Los demás también van— supuso al escuchar "irán".

—Algo así, Kouga, Miroku y Sango estarán en algunas entrevistas, incluso Bankotsu, pero Kikyou y tú…

—¡No!— le interrumpió—. De ninguna manera, no tengo nada en su contra, pero eso se malinterpretará.

—No hay nada que puedas hacer, te vas el ocho de enero a Alemania, te estoy mandando el itinerario con las fechas y…

—¿Desde cuándo lo sabes?, porque sospecho que Kikyou ya lo sabía— en ese momento recordaba el comentario de ella en el concierto.

"Por esas fechas yo tengo algunas presentaciones, así que ya el tiempo dirá".

—No es relevante, te lo estoy diciendo ahora.

—No voy a volver hasta luego de…— no pasaría San Valentín con Kagome—. ¿Me dejarán presentarla?— si iba irse a esa gira, era lo mínimo que le podían permitir.

—No, ¡Inuyasha!— le llamó al verlo levantarse con prisa para irse—. No vayas a hacer una idiotez.

—Descuida hermano, me portaré bien— contestó con molestia—. Pero espero encuentres la manera de librarme de esa tonta cláusula.

… …

Mientras esperaba que su cabello se secara, Kagome estaba en la cama tumbada boca abajo, jugando "smash bros" en su switch, últimamente no había tenido tiempo para distraerse de esa manera.

—¿Estás muy ocupada?— preguntó Inuyasha al acostarse junto a su novia.

—No realmente— dejó el juego a un lado y volteó a verlo.

—¿Me ayudas?, no logro aprendérmelos— le mostró el libreto.

—¿Qué sucede?— le acarició el rostro, podía notar que algo le inquietaba.

—Mañana vamos a grabar el episodio final.

—¡Oh!, ese episodio, ya te dije que está bien, no me voy a enojar, hay algo más ¿qué es?— lo conocía bien como para saber que había otra cosa que le quería decir.

Dile que te vas de gira y no se verán por más de un mes, se decía Inuyasha a él mismo.

—Es probable que vuelvan a insistir en que estoy en una relación con Kikyou y si comienzan a salir artículos emparejándonos, no los creas.

—Tranquilo, lo sé— le dio un beso en la mejilla—. Estaba pensando en que podríamos irnos de fin de semana a la cabaña, aprovechando que iniciando el año no vas a tener grabaciones— había meditado mucho en eso, aquella salida sería muy buena para los dos.

Ya dile que no podrán porque te irás.

—Le preguntaré a mi padre si su cabaña estará libre— ¡cobarde!, gritó su conciencia.

—Lo de repasar tus líneas, ¿era verdad?

—Sí, ¿me ayudas?

—¿Quién seré?— se sentó en la cama, tomó el libreto y lo abrió en la página marcada.

—Sango.

Inuyasha observó a Kagome leer lo que tenía que decir, por ahora no la preocuparía con la gira, no había porque arruinar las fiestas de fin de año.


¡CORTE!

—Inuyasha, con más emoción, con más sentimiento— le regañó Maeda, director principal de ese episodio—. Tienes a una hermosa muchacha en tus brazos y estás muy tieso, disfruta el momento.

—Lo lamento— esa era la séptima toma que arruinaba.

—Tomemos un descanso— indicó el director Waruhi, que en ese momento se encontraba como ayudante.

Inuyasha se apartó del escenario, estaba molesto con el mismo ¡¿Por qué no podía hacerlo bien?!, ya quería terminar con eso rápido lo más rápido posible.

—Inuyasha— le llamó Kikyou, le había seguido—. ¿Hay algo que esté haciendo mal?

—No, es solo que…

—Es porque no soy ella, ¿cierto?

—Lo siento, ya lo haré bien— no quería que Kikyou se sintiera mal.

—Podrías imaginar que ella soy yo, ¿qué perfume usa?— preguntó al acercase más al chico—. Podría usarlo y tal vez eso te ayudaría.

—¡No!— respondió tajante, no era solo el perfume, era la calidez de su cuerpo y el sabor—. Con permiso— dijo al percatarse que muchos pares de ojos los veían.

Inuyasha se apresuró a ir al techo, sentía que si se quedaba en el set se quedaría sin aire. Se acercó a la malla de protección y observó la ciudad, buscó un edificio en particular, ya que justo en esa dirección se encontraba el museo donde Kagome ahora trabajaba.

—Sabes que no es de verdad, que es fingido— dijo Miroku al ofrecerle un té caliente.

—¿Cómo lo haces ahora que estás con Sango?— preguntó, aunque realmente se preguntaba ¿Cómo es que antes podía hacerlo? En las primeras temporadas su personaje tuvo varias conquistas.

—¿Años de práctica?, la verdad no lo sé— su personaje y el Sango no estaban involucrados en una relación, por lo que recientemente si habían tenido que besar a otras personas.

—Creo que es más fácil porque Miroku y yo nos conocimos haciendo esto— interrumpió Sango, los había ido a buscar y pudo escuchar su plática—. Nos hemos visto besar a otras personas y sabemos que cuando es entre nosotros es diferente.

—Entonces, sí Ka…— cayó al ver que, al otro extremo del techo, había otros empleados—. ¿Sí ella besa alguien más estaremos a mano y podré hacerlo?

—No estoy sugiriendo eso.

—Inuyasha— llamó una chica pelirroja.

—Ya voy Ayame, dame un minuto.

—No es eso, hay algo que debo decirte, dice mi abuelo que, al momento del beso des la espalda a la cámara, apartes a Kikyou lentamente por la cintura y juntes tu frente con la de ella— fue explicando mientras gesticulaba.

—Pero así no va la escena— dijo confundido, se suponía que debía acorralarla en la pared y cargarla.

—Tú solo hazlo, reanudamos en diez.

—Haz lo que te dicen— Miroku le dio una palmada en la espada a su amigo—. Eso suena más fácil.

… …

Kagome veía a Inuyasha guardar los platos limpios, le fascinaba ver cómo al estirarse a las repisas más altas, los músculos en su espalda se marcaban en la playera. Al ver que estaba por terminar aquella tarea, se acercó lentamente y en el momento en que él se giró, se paró de puntas con clara intención de besarlo, pero su novio giró la cabeza. Infló sus mejillas en señal de molestia.

—¿Qué tienes? Es la tercera vez que intento besarte hoy y te volteas— le reclamó—. Y no te atrevas a mentirme.

—Es solo que es raro, es la primera vez que beso a otra mujer estando contigo— explicó sin verla a la cara.

—¿Y?, no estoy enojada y dijiste que no significaría nada.

—Pero si significó algo— dijo al verla a los ojos—. Significó algo para mí porque creí que podía fingir que no fue real, que quien lo dio fue el personaje, pero no— explicó avergonzado, sentía que estaba exagerando de más y se repetía que tenía que olvidar ese tema—. No sé cómo lo hacen los demás, yo solo quiero besarte a ti.

—No me engañaste, no me esquives porque eso si me duele— dijo cabizbaja.

—No quiero lastimarte, me siento extraño, ¿solo así?, ¿beso a alguien más y luego a ti?

Kagome suspiró, ya no podía más, le demostraría que todo seguía igual, lo jaló de la playera y antes de que él pudiese reaccionar lo besó. Inuyasha no tardó en alzarla para dejarla sentada sobre la encimera de la cocina, si tan solo la escena de esa tarde la hubiese hecho con Kagome, habría salido a la primera, aunque tal vez, no hubiese podido parar al escuchar "corte".

—¿Qué?— preguntó confundido cuando su novia le alejó.

—No me gustó, es verdad, ya no es igual— dijo con seriedad al tocarse los labios—. Estoy bromeando— no pudo contener una carcajada al ver la cara de susto que había puesto Inuyasha—. Me sigue gustando.

—Eres perversa— en verdad que le había creído.

—Si te soy sincera, por el momento no creo que pueda ver ese episodio cuando se transmita.

—Entonces si estás un poco celosa— la tomó cintura y volvió a atraerla a él—. Créeme, ese episodio tampoco lo veré, ya suficiente tuve hoy.

—¿Quieres te ayude a olvidarlo?

—Nada me haría más feliz, pero primero hay que alimentar a los perros— ya podía escucharlos chillar.

—Te espero en la cama— le dio un besó en la mejilla y de un salto, bajó de la encimera—. No tardes— agregó antes de salir de la cocina, haciendo que Inuyasha sonriera y se apresurara a salir al patio.


Se estiró en su asiento y se talló los ojos, observó los huesos que estaban sobre la mesa iluminada y sonrió al ver que ya había terminado de armar la mano derecha. Se volvió a estirar, sentía que llevaba una eternidad armando aquella mano, el sonido de alguien tocando a la puerta llamó su atención.

—Joven Kagewaki.

—Señorita Higurashi, ¿trabajando hasta tarde?

—No es tan tarde, ¿o si?— según ella, sus compañeros se habían ido hace poco, buscó su celular en los bolsillos de su pantalón y no lo llevaba con ella, así que fue hasta el perchero, seguramente lo dejó en su abrigo.

—Son pasadas las once de la noche, ¿se suele quedar más tarde?

¿Qué hora dijo que era?, la chica se apresuró a sacar su teléfono y vio que tenía seis llamadas perdidas de Inuyasha y dos del templo, se apresuró a abrir sus mensajes, tenía uno de su madre y siete de su novio.

7:58 pm. Llegué a la casa, yo preparo la cena.

9:11 pm. Kag, ¿aún no sales?

9:24 pm. ¿Sigues en el museo?

9:53 pm. No recuerdo que tuvieras junta, ¿Estás bien?

10:16 pm. Sabes que no suelo ser así de insistente, solo quiero saber dónde estás, es noche. Si saliste con compañeros del trabajo esta bien, solo quiero saber que estás bien.

10:34 pm. Kagome, contesta las llamadas, me estas preocupando.

10:47 pm. Llamé a casa de tus padres y no estás allá. Sí no sé nada de ti antes de las once iré al museo a buscarte, sabes que no miento.

Eran las 11:17 pm, se apresuró a contestar los mensajes, en verdad que no se dio cuenta de la hora, ni escuchó las llamadas y mensajes. Esperaba que Inuyasha viera el mensaje pronto, no podía llamarle porque Kagewaki está muy cerca.

—¿Todo bien?, luce preocupada.

—Mi mamá me estuvo llamando— ahora era momento de responder al mensaje de su madre.

—Admiro mucho su dedicación, pero no debe quedarse tan noche.

—Perdí la noción del tiempo— se apresuró a cubrir los huesos, tomó su abrigo y su bolso.

—Yo también ya me iba, la acompaño a su coche.

En el elevador Kagome esperaba ver algún mensaje de su novio, llegando a su coche le llamaría, esperaba que no dejase el celular en casa, porque si lo creía capaz de ir con la seguridad del museo.

—Me alegra haberme quedado a terminar un asunto, así pude alertarla de la hora.

—Sí, muchas gracias, desde ahora seré más precavida.

—El museo es seguro, pero nunca se sabe.

Kagome se sobresaltó a sentir que su teléfono vibraba en su mano, vio la pantalla, era Inuyasha.

—Hola.

No vuelvas a hacer eso, si no estabas en el museo no sabía en qué otro lugar comenzar a buscarte.

—Lo siento, me entretuve en algo— bostezó, comenzaba a sentirse cansada.

¿Ya tienes sueño?, estoy por llegar.

—Estoy bien, puedo manejar…— no pudo evitar bostezar de nuevo.

Te escuché bostezar otra vez, no vas a manejar cansada— sentenció.

—No es necesario, pronto ya estaré en la casa.

¡Claro que no!, te veo afuera del museo, estoy a una cuadra.

Kagome vio a Kagewaki, el mantenía apretado el botón de puertas abiertas, ya habían llegado al estacionamiento. ¿Ahora que excusa inventaba para no ir a su coche?, podía decirle que su novio llamó e iría por ella, ¿pero si lo quería conocer?, tampoco podía decir que era su papá, con mayor razón iba a querer conocerlo.

—Luce preocupada, ¿era su padre?, ¿su madre?

—Sí, no quiere maneje de noche.

—Yo puedo llevarla, tengo chofer.

—No es necesario, ya un taxi de aplicación está por llegar— no creía que él quisiera ir a platicar con el chofer.

—Puede cancelarlo, yo lo pago.

—Muy amable pero mi papá es estricto— tenía que librarse de él lo más pronto posible, Inuyasha no tardaría en volver a llamar.

—Entiendo, mi padre también lo es, sí en alguna otra ocasión se queda hasta tarde, con gusto la llevo o mando un chofer— le ofreció una tarjeta de presentación.

—Muy amable.

—La acompaño a la entrada.

—No es necesario, usted…

—No estaré tranquilo si no veo que subió a salvo al taxi— pulsó el botón al recibidor—. Si algo le llegase a pasar, la doctora Tama no me lo perdonaría.

Inuyasha no veía a Kagome por ningún lado, ¿estaría esperando que él le llamase para salir?, estaba por marcarle cuando finalmente la vio salir del museo, pudo notar que el guardia y otro hombre la acompañaban. Quitó los seguros y se sorprendió al ver que ella subía a la parte de atrás.

—¿Por qué subes atrás?

—Solo vámonos.

—¿Pasó algo malo?— si alguno de ellos se había atrevido a acosarla de alguna manera, le importaba muy poco el escándalo que se crease, Kagome era lo más importante para él.

—Nada malo, créeme, ya te explico, pero arranca— suspiró aliviada cuando dejaron el museo atrás.

—Dime qué fue todo eso— no iba a esperar a llegar a casa, su novia le debía muchas explicaciones, de manera rápida pero detallada, Kagome le narró lo que había pasado.

—Es todo— bostezó—. Me siguieron para asegurarse que llegase bien al taxi.

—Me alegro de que… y decías que no estabas cansada— sonrió al verla por el retrovisor, ya dormía profundamente.

… …

Inuyasha estaba demasiado agotado como para querer contestar su celular, pero llevaba rato sonando y no le dejaba seguir durmiendo, sintió a Kagome moverse, si no contestaba, ella despertaría, por ello es que se decidió a estirar su mano para poder tomar su celular.

—Padre, son las cuatro de la mañana— contestó con voz ronca—. ¡¿Cómo dices?!, sé dónde queda, gracias por avisarme.

—¿Qué pasó?— preguntó Kagome.

—Perdón por despertarte, Rin ya va a tener al bebé.

—¿No se supone que nacería en enero?— estaba preocupada, se había adelantado tres semanas.

—Al parecer quiso nacer antes de que acabe el año, mi padre dice que se encuentra bien.

—¿No piensas ir al hospital?

—Iré más tarde, además, Kimi y mi padre ya están allá.

—¿Seguro?, puedo preparar algo para que desayunes.

—Kag, durmamos otro rato, yo sigo con sueño y tú también.

—Pero…

—Si voy ahora, solo iría a estorbar, duérmete.

—Solo un rato más, porque tienes que ir— volvió a cerrar los ojos, Inuyasha le acariciaba la cabeza.


23/02/2024

Bueno, hasta aquí por hoy. Muchas gracias por sus mensajes, lo aprecio muchísimo. Procuraré estar actualizando más seguido, no tardarme más de dos semanas.

También se que piden que no les deje con las ganas con las escenas suculentas, pero no tenía una planeada para esta historia, pero llegado el momento pondré una o dos. Y ya en próximo, Sessh y Rin tendrán a su bebé. Sobre Hitomi, sí, esta ligado a Naraku, más adelante explicaré más.

Sin más por el momento, me despido y nos seguimos leyendo.