Capítulo VIII: Primera parte
Aprendizaje, roces y un cambio de look
En el anterior programa, vimos los emparejamientos para la primera convivencia. En general, estaban conformes con sus parejas. Veamos como les ha ido en estas dos primeras semanas de convivencia.
Yamcha / Maron:
La modelo se despertó y fue al baño. Al entrar arrugo la nariz ante un desagradable olor. No tardo en descubrir que el gato les dejo un "regalito".
- ¡Que asco! – grito.
Se cayó de la cama con el susto que le dio.
- ¿Estás bien? – pregunto desorientado.
- Tu mascota ha hecho popo en el lavabo – explico.
- ¿Qué? – Debía de haber oído mal.
Se acerco al cuarto y efectivamente, la muchacha no mentía. El mínimo había expresado de esta forma, su descontento con la nueva invasora de su hogar.
Maron:
- Tenía entendido que los gatos son muy limpios. El suyo es un cerdo.
Yamcha:
- Es una histérica. Esa no es forma de despertar a alguien. Puar nunca había hecho algo así.
La escena me ha hecho gracia.
Gure / Tarble:
Se despertó con la sensación de estar cayendo. Como se lo temía le tiro de la cama. Afortunadamente no se hizo daño, su trasero amortiguo el golpe. Opto por irse al sofá, no iba a jugársela. Con una ostia era más que suficiente.
Cuando se estiro ocupando toda la cama, supo que estaba sola y cruzo los dedos. Esperaba que el joven fuera madrugador, en vez de haberlo despertado haciéndole besar el suelo.
Al verlo en el sofá, supo la respuesta. Era la segunda opción.
- Lo siento muchísimo – se disculpo sinceramente.
- Tranquila, estoy bien – la calmo rápidamente –. ¿Qué te apetece desayunar?
Tarble:
- Sabía que era un riesgo compartir la cama con ella.
Gure:
- Menos mal que no le he mancado.
Esto se veía venir.
Lazuli / Krilin:
El abrió los ojos primero. La observo embelesado hasta que la rubia despertó. Fingió estar dormido para no parecer un acosador. Extrañaba tener a alguien con quien compartir su vida. Bostezo unos minutos después, para que fuera creíble y cruzaron sus miradas. Se saludaron a través de los cojines.
- ¿Qué tal dormiste? – pregunto el policía.
- Bien, ¿y tú? – respondió.
- Igual – aseguro –. ¿Preparamos el desayuno?
- ¿Pretendes convertirme en chef? – bromeo.
- No, pero al final de la convivencia serás una buena ama de casa – sonrió.
La heredera resoplo.
- Buena suerte – le deseo la mujer.
Krilin:
- Me gusta que hagamos cosas juntos.
Lazuli:
- No voy a mentir. He extrañado mi cama y mis sabanas de satén egipcio.
Podrías haber traído las últimas contigo.
Ten / Lunch:
Espero a que se despertase, para darle unas palmadas en la cabeza como a un perro.
- Buen chico – dijo alegremente.
No había hecho nada indebido durante la noche.
- Veo que te levantas de buen humor por las mañanas – se tomo bien la broma de la ex ladrona.
- Por regla general, sí – confirmo.
- Es bueno saberlo – otro dato nuevo.
- ¿En serio?, tan temprano y ya estas al acecho – hizo un gesto de cansancio.
- ¿Qué puedo decir?, soy cabezota – reconoció.
- Eso ya lo sabía – aclaro –. El problema es que yo también lo soy.
- Ya me di cuenta – informo.
Le miro con detenimiento.
- Entonces los dos hemos llegado a la misma conclusión – reflexiono.
- La convivencia va a ser dura – dijeron al unísono.
Al menos estáis de acuerdo.
Bulma / Vegeta:
La mujer paso frío de noche y se metió por él en busca de calor. Amaneció pegada a "Gruñón" como una lapa.
- Lo siento – se disculpo avergonzada –. Ha sido inconscientemente.
- No tengo ropa de cama más abrigada – se limito a señalar –. Tendrás que conseguir algo, no voy a ser tu estufa por dos semanas.
Había pasado calor al tenerla tan cerca.
- Descuida ya lo tenía pensado – contesto irritada.
Todo parecía molestarle.
Bulma:
- ¡Que antipático!, traeré un edredón más gordo y mantas de mi casa. El debe llevar bien las bajas temperaturas. Solo verlo con nada más que ese short, me da un frío tremendo.
Vegeta:
- No estoy seguro de si es friolera, o si eso fue un penoso intento de seducción.
Apuesto por la primera opción.
Maron / Yamcha
Lo primero que hizo fue irse de compras. No soportaba aquel lugar tan apagado. Reservo lo que considero necesario. En cuando la dejase sola cambiaría todo a mejor. La vivienda necesitaba un toque femenino y alegre.
Después trajo su gimnasio personal: cinta de correr, pesas, bicicleta estática…
Todo lo que cocinaba era de dieta. Si es que se le puede llamar cocinar, a pasar por la plancha los alimentos. Hacia zumos con la licuadora. Los batidos de frutas tenían un pase, pero cuando el jugador vio los de verdura, casi vomita.
La mezcla de limón, pepino y atún de lata, se llevaba el oro. Aunque Puar estaba contento de rebañar las últimas. Eso sí, cada vez que veía a la mujer bufaba. Al parecer el odio era mutuo. La modelo castigo al gato a pasar la noche fuera de casa por el episodio del baño.
Maron:
- Para ser deportista come fatal. Menos mal que estoy yo aquí para cambiar eso.
Sí, que alegría tan grande.
Yamcha:
- Me siento como un asno – se quejo –. Es ver el color verde y ponerme a rebuznar.
¡Hiaaa!
Gure / Tarble
La jornada educativa del joven tenía lugar durante la mañana. Este año por lo menos. Al tener que madrugar desayunaba solo, su compañera no llevaba bien el levantarse temprano. A veces tenía que hacer trabajos de grupo en la biblioteca por las tardes.
Quitando algunas ocasiones comían y cenaban juntos. Se iban turnando para cocinar, igual que con el resto de tareas.
Gure pasaba la mayor parte de su tiempo libre en el apartamento componiendo. Si la musa de la inspiración desaparecía, se iba al parque para descansar un rato. Pasear era relajante y le ayudaba a sacar su lado más creativo.
Le encantaba su trabajo porque tenía mucha libertad.
Tocaba en todos los locales que podía compaginar. Los fines de semana, para sacarse un dinero extra, aceptaba ayudar con declaraciones y demás asuntos.
Gure:
- Estoy escribiendo un nuevo álbum.
Que bien.
Tarble:
- La universidad me tiene muy ocupado, así que todo debería de ir bien entre nosotros.
Efectivamente debería, pero…de ahí a que ocurra, es otra historia.
Krilin / Lazuli
Confecciono una lista de fácil a difícil sobre las tareas del hogar. Según su percepción claro.
Decidió que lo mejor era predicar con el ejemplo. Además de una explicación teórica sobre la actividad, le mostraba como hacerlo. De esta manera aprendería más rápido.
Se lo comento a la joven y estuvo de acuerdo con sus ideas.
Barrer le pareció lo más simple. Por lo que empezaron por ahí.
Hizo una habitación y dejo que la rubia practicara con otra.
Al verla mover la escoba de un lado a otro, como si tuviera vida propia y fuera una bailarina, dispersando la porquería por todos lados, llego a la conclusión de que se había equivocado con su elección.
El arte que derrochaba con el recogedor, era para llorar o reír dependiendo de la persona.
Esto iba a ser un reto mayor de lo que él había supuesto.
Krilin:
- Ha sido como ver a una actriz fingiendo limpiar.
Lazuli:
- Siempre se me escapan migas.
Prueba con el aspirador.
Ten / Lunch
Se prepararon para ir a sus respectivos empleos. Por separado obviamente.
El se visto de forma informal. Era una de las ventajas de no tener un jefe. Cuando vio a la mujer en un impecable traje, sintió curiosidad por saber donde trabajaba. Ella no se lo iba a decir aunque le preguntase. Solo había una forma de averiguarlo.
Tenía que seguirla discretamente y eso fue precisamente lo que hizo.
Algo que se suponía que sería fácil, ella lo convirtió en un constante miedo a ser descubierto. Cada poco se paraba y miraba hacia atrás. Como si tuviera la sensación de estar siendo vigilada, lo cual era cierto.
También utilizo tácticas de evasión, que le obligaron a prácticamente pisarle los talones. Exponiéndolo aun más a que le pillase.
Ten:
- Es astuta y escurridiza. Casi la pierdo en un par de ocasiones.
Que suerte has tenido. Podría haberte sorprendido.
Lunch:
- A lo mejor son paranoias mías, pero hoy me he sentido observada.
Tranquila, estas perfectamente.
Vegeta / Bulma
Todas las mañanas, preparaba su bento para almorzar en el trabajo. Puesto que de todas formas tenía que cocinar para ella, bien podía hacer más cantidad para ambos. Cuando se lo propuso, el moreno acepto.
Ya había probado su comida y aunque no era mejor que la de su madre, ninguna mujer guisaría jamás mejor que su progenitora, se podía comer.
Así pues preparo el almuerzo. Se decidió por: salteado de verdura, tamago, arroz, fruta y salchichas con forma de pulpo. A Vegeta le pareció ridículo. Esos cortes se hacían para los niños y ellos eran adultos.
Aunque debía reconocer, que era agradable tener comida casera de nuevo en su vida, sin tener que ir a su antiguo hogar.
Ahora le parecían bien, todos los aparatos e ingredientes comprados por la peliazul. A fin de cuentas, se estaba beneficiando de todo ello.
Hizo una nota mental de pedirle que le enseñara a usar la cafetera. Concretamente el cremador. Nunca se lo diría, pero le dio envidia el aspecto de su café. Era exactamente como el que te sirven en una cafetería cara.
Lo había intentado por su cuenta. Solo consiguió quemarse y mojarse. Le costaba tragarse su orgullo, pero en este caso el resultado valía la pena.
Vegeta:
- Todo tiene un lado positivo.
Creía que tú lo veías todo negro.
Bulma:
- Tan seco como siempre.
Maron / Yamcha
Al marcharse un par de días por un partido, empezó la operación "cambio de look". Tiro a la basura todo lo que no le gustaba, empezando por el collage de fotos, uno de sus muchos posados quedaría mejor.
Pinto las paredes de naranja fosforito, amarillo piolín, fucsia y rojo putón para la habitación principal. El sofá lo tapizo imitando un leopardo. El edredón también fue sustituido por uno que imitaba al felino. Puso cojines de colores con lentejuelas por un lado.
Puar se quedo en un hotel para gatos durante ese tiempo.
Al moreno casi le da un infarto al ver todo aquello. La simple vista le hacía daño a los ojos. Tal vez, Bulma era muy clásica en cuanto a la decoración, pero tenía buen gusto. Maron en cambio, parecía una adolescente desesperada por llamar la atención.
El cabecero de capitoné, ahora era uno de Ikea, al menos eso sospechaba. Igual que el resto de muebles. Su cuarto ahora parecía sacado de una película porno cutre. La foto erótica de Maron fue la puntilla. Cuando vio la lámpara del salón, quiso usarla para ahorcarse. Era de todos los colores chillones habidos y por haber, con piedras que daban la apariencia de caramelos, según la modelo.
La mesa de centro en madera tallada, había sido sustituida por una de cristal común y corriente. La vajilla con ribete de oro, ahora era de Hello Kitty. Los manteles de lino cambiados por unos de plástico. Más fáciles de limpiar, alego la mujer.
- ¿Dónde están mis cosas? – pregunto con miedo.
- En el contenedor – contesto con una sonrisa de oreja a oreja.
Salió corriendo con la esperanza de recuperarlo todo, antes de que gente menos afortunada "hiciera su Agosto". Demasiado tarde, ninguna de sus pertenencias estaba allí.
Quiso llorar.
Afortunadamente, la cadena guardo sus cosas en un almacén. Sospechaban que esto pasaría.
Maron:
- Ha quedado divino.
Discrepo.
Yamcha:
- Le debo una al programa. En cuanto a mi compañera de piso, se ha pasado de la raya.
Sí, creo que deberíais de hablar.
Gure / Tarble
La cantante era la persona más desordenada que había conocido jamás. Lo dejaba todo tirado en cualquier parte y si eran objetos pares, uno en China y el otro en Alaska.
Tal era el caos en el que vivía, que ni ella misma sabia donde había dejado sus cosas. Lo único que no perdía era su guitarra y la cabeza. Claro que el tamaño de una y el tener pegada la otra, también ayudaba.
- ¿Has visto mi móvil? – pregunto por enésima vez.
Tendría que llamarla para que pudiera localizarlo, otra vez.
Un día llego antes que ella. La escena que presencio cuando Gure entro, le dejo sin habla y con los ojos como platos.
Según cerró la puerta: lanzo las llaves a la mesa de entrada, arrojo el abrigo al sofá que acabo deslizándose hasta el suelo, se sentó, se quito los zapatos y los lanzo por encima de sus hombros. Acabaron cada uno en una esquina del salón. Siguió con su ropa. El pantalón quedo en la mesita auxiliar y la camiseta colgando de una lámpara.
Tan absorto estaba con la exhibición, que no se molesto en esconderse. Cuando la muchacha se dio cuenta de su presencia, estando ella en paños menores, grito y corrió a taparse.
La bronca que le echo, más los insultos, fueron propios de una mezcla entre un camionero y un padre, estando ambos furiosos.
Tarble:
- Lo juro fue un accidente.
Te creo.
Gure:
- Es un pervertido.
Teniendo en cuenta su cara…no espera ese striptease.
Krilin / Lazuli
El joven le enseño como hacer la colada.
La heredera no salía de su asombro.
- De verdad esperas que me crea, que hay que separar la ropa por: colores y tejidos, además de tener que usar el programa correcto.
- No te olvides de darle la vuelta a la ropa y usar una redecilla, cuando sea necesario – le recordó.
- ¡Es absurdo! – proclamo –. Paso de complicarme la vida.
Parecía una niña pequeña enfurruñada, cuyo padre le denegaba un capricho. De los caros y más deseados.
Siguió con la plancha y coser.
Tras pincharse varias veces con la aguja se rindió. No estaba hecha para aquello.
Alisar la ropa le pareció un infierno debido al calor. Por no hablar de que dejaba pequeñas marcas por error. También aprendió por las malas, a no dejar nunca la plancha caliente apoyada sobre la ropa. Ni siquiera para echar un trago. Su blusa de seda italiana pago el precio, una bonita quemadura en el centro de la espalda.
- ¡Te odio chatarra infernal! – miro al pobre electrodoméstico, como si quisiera desmontarlo tornillo a tornillo.
Lo malo para ella es que no sabría como hacerlo, afortunadamente para el invento.
Krilin:
- Esta muy graciosa cuando se enfada.
Como se entere de que has dicho eso…
Lazuli:
- Las tareas del hogar son un asco y los utensilios que se usan son enrevesados.
Si tuvieses que hacer las cosas como antaño, estoy seguro de que apreciarías los avances tecnológicos.
Ten / Lunch
Tuvo la mala suerte de topársela dentro del museo. Intento escabullirse, pero fracaso.
- ¿Ten? – lucia perpleja –. ¿Qué haces aquí?
- El jefe quiere verte – un muchacho lo salvo.
De momento.
- Te presento a Chaoz, mi ayudante – mantuvo las formas como buena profesional –. Lo siento tengo prisa, te veo luego.
- No hay problema – consiguió decir.
Eso le daba tiempo para inventarse una excusa. Ella ni siquiera le dejo hablar cuando volvieron a verse.
- Me has seguido, ¿verdad? – interrogo iracunda.
- ¡No! – su instinto le decía que mintiera como un bellaco.
- No te creo – gruño.
- Quede con un cliente en la cafetería de al lado – era la mentira más creíble que se le había ocurrido –. Al parecer va a retrasarse y decidí entretenerme visitando el recinto.
Le miro muy mal.
- ¿No me crees? – se hizo el dolido.
Saco su móvil y empezó a buscar entre sus contactos.
- Aquí tienes su número – le tendió el aparato –. Llámale si dudas de mi palabra.
- Te concedo el beneficio de la duda – dijo a regañadientes.
En cuanto la perdió de vista suspiro aliviado. Acababa de marcarse un farol. Por suerte le había salió bien.
Después del episodio del museo. No le hacía falta preguntarle como estaba. Parecía querer matarlo con la mirada. Se lo tomo con calma pensando que se le pasaría rápido.
Error.
Apenas le contestaba y miraba. Solo la veía de noche. Le estaba evitando descaradamente. Debía arreglar las cosas y tenía que ser pronto.
Arrasaron con la categoría de acción que ofrecía la aplicación del televisor. Era lo que tenía la falta de comunicación. De alguna manera había que llenar el silencio entre ellos.
Ten:
- Tengo que disculparme.
Lunch:
- Lo que ha hecho es propio de un acosador.
Estoy de acuerdo.
Bulma / Vegeta
Ese día fue tranquilo y gracias a eso, había salido pronto del trabajo. Decidió dar un paseo por el parque, en vez de rodearlo como solía hacer, hasta su hogar provisional. Disfruto del olor a hierba recién cortada y de la vista de los cerezos que empezaban a florecer.
Tenía antojo de ramen, por lo que paro en la tienda a comprar los ingredientes y se puso a hacerlo para cenar. Estaba revolviendo el caldo, cuando su compañero de piso llego.
Al acercarse a la puerta para meter la llave, escucho a la mujer cantar alegremente.
¿Qué habrá pasado para que este tan contenta? – se pregunto con curiosidad.
Intercambiaron saludos y unas pocas palabras de cortesía más, hasta que tuvo la fatídica idea de hacerle una pregunta.
- ¿Te gusto el almuerzo? – pregunto con interés.
- Sí, pero ahórrate cortar las salchichas con forma de pulpo – pidió ariscamente –. No soy un niño.
Le arrojo el cucharon enfurecida. Encima que cocinaba, tenía el descaro de quejarse e irle con exigencias. Desagradecido.
Lo esquivo de forma magistral y volvió a su estudio. Una vez en privado, sonrió. Hacerla de rabiar era muy divertido, al menos para él.
Bulma:
- Es un quejica.
Un poco sí.
Vegeta:
- Solo le he dado mi opinión.
El problema fue la forma de expresarte.
23/01/2023
He decidido dividir en dos partes el capítulo porque me estaba quedando muy largo.
El episodio del baño lo protagonizo mi gata, la primera vez que metí extraños en casa.
La lámpara que he descrito por desgracia existe. Mi madre me la encasqueto sin consultarme. Me parecía una abominación.
Decidí tener piedad de Yamcha y no privarlo de sus queridas posesiones.
