Esta historia ya está terminada, así que habrá actualizaciones constantes para poder tener todos los capítulos de este fic por aquí.

Gracias por leer y nos veremos después.

Estamos exactamente a sesenta capítulos de terminar este fic... me sigo preguntando como le hice para escribir 150 capítulos en la plataforma naranja y no morir en el intento.


El ambiente dentro del restaurante era agradable y cálido para la pareja que disfrutaba de su quinto aniversario.

El chico más alto veía a su pareja embobado y enamorado. Dios, era un maldito afortunado por tener a tan lindo y mono chico por novio.

El pequeño honguito era hermoso y lo mejor es que era suyo. Y eso hacía que su pecho y ego se llenaran de orgullo.

Definitivamente su novio era hermoso.

Simplemente único y irreemplazable. Su chico era una ternura y bombón andante.

¿Ya había mencionado lo tan enamorado que estaba de Sakurai Ryou?

Por que lo estaba... Y mucho...

-¿Daiki-san?- preguntó Ryou viendo a su pareja preocupado. Sus ojos caramelos le veían con atención -¿esta todo bien? No ha probado bocado desde que nos trajeron nuestra comida- acoto mientras dejaba sus cubiertos de lado al igual que su copa de vino.

-Estoy bien Ryou, no te preocupes- respondió el moreno tomando las manos del castaño -solo estaba pensando lo lindo que es mi novio-

El castaño se sonrojó y bajo la mirada avergonzado. Aomine sabía como abochórnalo y abrumarlo con palabras tan bonitas.

-Daiki-san...- reprochó abochornado el castaño viendo feo a su novio aún con sus mejillas sonrosadas, se separó del agarre de su novio y llevo sus manos a su nariz estornudando en el proceso debido al escalofrío que le produjo el lugar -joder, espero que no sea inicios de gripa- se quejo mientras limpiaba su nariz con la servilleta que tenia en sus piernas -lo siento Daiki-san, iré a lavarme las manos- luego de eso dejo al moreno en su lugar y la mesa de ambos.

Aomine Daiki estaba en shock.

Su honguito...

Su honguito tan lindo y educado...

Su lindo honguito inocente...

El...

El había dicho...

¡¿Había dicho una jodida mala palabra?!

¡¿Qué demonios?!-

-¡Joder!- grito molesto Aomine azotando sus cubiertos en la mesa llamando la atención de todos en el restaurante -¡¿Quién jodidos fue el maldito bastardo que le enseño esa jodida palabra a mi bebé honguito?! ¡Voy a asesinar al imbécil que lo hizo!- gruño entre dientes viendo fríamente a todo el mundo.

Ryou regreso luego de unos minutos a su mesa con un mejor semblante ignorando el ambiente dentro del restaurante.

Ignorando el aura oscura que envolvía a su novio en esos momentos. Le dio una suave y dulce sonrisa a su novio y regreso a su cena.

Quizá a Daiki no le había gustado su cena y por eso tenía cara de mala leche.