N/A: Hola!
Por lo que vimos en el capítulo pasado, Ed está decidido a hablar con toda sinceridad con Rose, pero cómo se lo tomará ella? Y cómo manejará la conversación Ed considerando que emocionalmente no la ha estado pasando muy bien en los últimos días? Qué pasará con Eddie? Pues bien es hora de descubrirlo… Oh y cómo adelanto (o ligero spoiler?) en el próximo capítulo tendremos nuevamente a Ed y Winry frente a frente.
Midori: Hola! Espero que estés súper bien :D Creéme, a pesar de tener la idea desde hace algún tiempo escribirlo no fue fácil yo también sufrí y lloré con ellos xD Por cómo terminaron dándose las cosas entre ellos las cosas iban a explotar en algún momento y al final el impacto fue aún más grande por haber sucedido lo de Russell. Ed ya no tiene esperanzas como tal de estar con Winry pero serán ambos capaces de dejar atrás sus sentimientos? Y será que Winry realmente está enamorada de Russell? El final de esta historia ha estado decidido prácticamente desde que decidí escribir esta idea y aunque me gustaría decirles cuál será el endgame confieso que también me gusta leer acerca de qué tanto pueden predecir cómo terminará esta historia así que de momento lo único que puedo decirte es que el final ya está relativamente cerca… Oh, por cierto, no he visto los puentes de Madison pero lo anotaré a mi lista por ver. Que tengas una excelente semana y muchas gracias por pasarte por aquí. Un abrazo!
Gracias a todos por leer!
Golden
Probablemente ese viaje en tren desde Ciudad del Este a Central había sido el peor que Ed había tenido en su vida. A diferencia de sus quejas de su yo más joven, las razones para su malestar eran completamente diferentes. Ahora no había ninguna molestia física sino que en esta ocasión se trataba pura y simplemente de su corazón y las emociones que lo persiguieron durante todo el trayecto.
Por más que cerrara los ojos, sacudiera su cabeza o intentara leer un libro del que nunca pasó de la primera página, la imagen de Winry no se borraba de su mente. Cómo deseaba no haber tenido que separarse de ella. Sin embargo en medio de todo su dolor su mente le seguía recordando que esa había sido la mejor decisión para dejar que Winry fuera feliz como tanto se merecía. Quizás inicialmente ella no había estado muy de acuerdo con su decisión pero al final debió haberla aceptado porque ella no salió tras él, como él egoístamente llegó a pensar en un momento que lo haría.
Así pasó gran parte del trayecto pero conforme la distancia hacia Central se iba recortando su mente comenzó a hacerle cada vez más y más espacio a Rose formando un nudo en su estómago. Nunca había sido bueno con las palabras y ahora tenía que ir y terminar con ella y no sólo eso, tenía que decirle que la razón de esa ruptura era porque le había sido infiel. Así que dentro de su torbellino de emociones también tuvo su espacio la culpabilidad porque por más que no se arrepintiera de haber hecho lo que hizo con Winry no era como si no sintiera culpa por haber terminado jugando con los sentimientos de Rose como tanto se lo había advertido Al.
Su ansiedad y culpa llegó a su máximo nivel cuando el tren se detuvo en la estación de Central. Los pasajeros comenzaron a salir y Ed se quedó ahí un par de minutos perdido en sus pensamientos y tratando de ganar un poco de tiempo extra pero, cuando se dio cuenta que el bullicio de la gente descendiendo había disminuido casi por completo, suspiró pesadamente, tomó su maleta y salió del tren dispuesto a enfrentar su destino.
La caminata hacia la casa de Rose pasó prácticamente sin registrarse en el cerebro de Ed haciendo que cuando finalmente fuera completamente consciente del mundo a su alrededor ya estuviera frente a la puerta de Rose, percatándose hasta ese momento que ya había anochecido.
Ed dejó descansar la maleta a sus pies e inhaló profundamente antes de darle un par de golpes a la puerta. Obviamente tenía llave de la casa pero no quería usarla dado que no se sentía merecedor de ninguna clase de privilegio de parte de Rose.
No tardó mucho para que Rose abriera la puerta. El trapo que llevaba en sus manos cayó al suelo tan pronto como se percató de quien estaba al otro lado de la puerta, dado que no tardó en abalanzarse hacia Ed.
"¡Ed! Qué bueno que ya estás aquí. Te extrañamos mucho. ¿Cómo estuvo tu mantenimiento? ¿Al ya salió a Xing? ¿Cómo está Winry?" Dijo Rose rápidamente con evidente emoción para después comenzar a depositar un par de besos en las mejillas de Ed, sin que el joven pudiera evitarlo.
Justo cuando estaba por depositar un beso en sus labios, Ed la apartó colocando sus manos en los hombros de ella. El joven exhaló pesadamente y le dijo. "Rose, tenemos que hablar."
Rose soltó un jadeo de sorpresa y se quedó callada por unos segundos. Dentro de su emoción de darse cuenta que era Ed el que llamaba a la puerta no había visto su rostro detenidamente y ahora podía hacerlo. El joven se veía un tanto pálido, marcadas bolsas descansaban bajo sus ojos y sus ojos… sus generalmente brillantes orbes dorados ahora carecían de cualquier atisbo de brillo y se notaban atormentados.
Cuando la seriedad del rostro de Ed se registró en la mente de Rose, ella intentó llevar una mano a la mejilla de él, preguntándole. "¿Qué pasó, Ed?"
Sin embargo, Ed evitó el contacto de su mano al haberla detenido tomándola de la muñeca. Sin cambiar de expresión, él dijo. "En serio, Rose, necesito hablar contigo. Ahora."
Rose se mordió el labio inferior antes de responder. "Ok."
Rose se dio la media vuelta y avanzó un par de pasos mientras que Ed recogía su maleta y entraba en la casa pero tan pronto como lo hizo un nuevo conjunto de pasos rápidos se hicieron escuchar y un momento después Eddie apareció desde la parte alta de las escaleras para poco después llegar y abrazarse a la cintura de Ed.
"¡Ed! ¡Hola!" Exclamó el niño alegremente.
Ed tragó para apartar el nudo de su garganta y se esforzó por esbozar una ligera sonrisa. "Hey, campeón."
Eddie se apartó ligeramente para poder ver a Ed a la cara. Una expresión de ligero desconcierto pasó por su rostro al percatarse de que algo no estaba del todo bien con la expresión de Ed pero rápidamente adoptó un tono alegre al no poder evitar la alegría que le causaba el regreso de Ed. "¡Que bueno que ya estás aquí! Creí que ya te habías olvidado de nosotros. Te tardaste mucho." Dijo con cara de puchero. "Ayer fue el evento deportivo de mi escuela y quería que fueras." Añadió con cierta tristeza.
Ed revolvió el cabello del niño. "Lo siento, Eddie. No era mi intención perdérmelo."
Eddie sonrió. "Bueno, al menos ahora estás aquí." Lo soltó y dio un brinco de emoción. "Ahora podemos seguir con las clases de alquimia ¿no?"
Ed le sonrió tristemente. "Lo siento, Eddie, pero eso no va a ser posible."
"Pero-"
"Eddie, Ed y yo tenemos que hablar." Intervino Rose con una expresión confundida y preocupada en su rostro. "Ve a tu cuarto, por favor."
"Pero, mamá…" Se quejó Eddie mientras abrazaba una vez más a Ed.
"Eddie, por favor." Viendo que el niño se aferraba aún más al joven, Rose añadió. "Si no lo haces no habrá postre para tí, señorito."
Eddie terminó cediendo por lo que renuentemente se separó de Ed retrocediendo un par de pasos. "Bueno, entonces ¿después de la cena?" Preguntó Eddie con esperanza.
Ed se mordió el labio inferior antes de responder. "Ve a tu cuarto, Eddie, por favor."
La evasiva de Ed sorprendió a Rose y Eddie pero antes de que el niño pudiera seguir insistiendo, Rose lo tomó de la mano y a regañadientes lo encaminó a su habitación.
"Ahora vuelvo, mientras ponte cómodo, Ed." Dijo Rose con una sonrisa tratando de ocultar su creciente preocupación.
Ed asintió y fue a la sala, sentándose en un sillón individual.
Poco después Rose se asomó a la sala. "¿Prefieres té o café?" Preguntó amablemente.
Ed negó con la cabeza. "No quiero nada, Rose. Por favor, ven." Dijo señalando con la cabeza el sillón que se encontraba a su lado.
Sintiendo que su corazón se aceleraba, Rose se acercó con una mano sobre su pecho. Al sentarse colocó sus manos en sus rodillas y, tras unos instantes de silencio, comenzó a juguetear con el borde inferior de su falda. Después, lo miró a los ojos y le preguntó. "¿Estás enojado conmigo, Ed? ¿Hice algo mal?"
Ed abrió más los ojos ante la sorpresa. "¿Eh? ¡No! Para nada."
"Entonces…" Se mordió el labio inferior. "¿Qué pasa? Te noto muy extraño."
Ed inhaló profundamente, cerró los ojos por un momento y después dijo. "Rose, me voy de la casa." Quizás no fuera la mejor manera de empezar la conversación pero Ed quería amortiguar el golpe lo más posible puesto que sabía que para Rose sería doloroso enterarse de lo que había ocurrido estos últimos días.
Ahora fue el turno de Rose de abrir más sus ojos. "¿Qué? ¿Pero por qué? ¿Te reasignaron?" Preguntó con evidente tristeza en su voz.
Ed negó con la cabeza, sintiendo cómo la culpa se intensificaba al ver la expresión triste de Rose. "Tengo que irme de aquí, Rose. No puedo seguir aquí después de lo que hice, y eso también significa…" Inhaló profundamente y la vio fijamente a los ojos. "que tenemos que terminar."
Los ojos de Rose se pusieron brillantes por las lágrimas que comenzaban a amenazar con derramarse. "Pero, Ed, yo te amo y me siento muy feliz de tenerte aquí conmigo y con Eddie. No hay razón para que tengas que buscar otro lugar cuando aquí eres más que bienvenido. O dime, ¿acaso no te he demostrado lo mucho que disfruto teniéndote aquí?"
Ed tomó su mano. "No es nada que tú hayas hecho, Rose. Tú eres una buena mujer con un gran corazón." Le dio un apretón a su mano. "Tú no te mereces lo que te hice."
Rose se mordió el labio inferior. "¿A qué te refieres, Ed?"
Ed la miró fijamente a los ojos. Era lo mínimo que le debía, verla a los ojos para decirle de frente lo mucho que le había fallado como pareja. "Te fui infiel. Yo… me acosté con alguien más."
Rose palideció mientras una solitaria lágrima se le escapaba. Agachó su cabeza y tras unos segundos, sin soltar la mano de Ed, dijo. "Con Winry, ¿verdad?"
Ed se sorprendió. "¿Qué? ¿Pero cómo sabes-?" El joven se interrumpió cuando Rose volvió a levantar la mirada con una sonrisa triste en sus labios.
"Hace tiempo que lo sospechaba pero no quería aceptarlo. Después de la noche de Gala creí que ya no tendría que preocuparme por ello."
Ed suspiró y llevó su mano de automail hacia la de Rose para sostenerla con ambas. "Lo siento, Rose. De verdad lo siento. No quería lastimarte. De verdad te quiero mucho e intenté enamorarme de ti, pero simplemente no pude." Suspiró. "Amo a Winry. Lo he hecho desde hace muchos años y en un inicio venía con la intención de ganarme su amor pero al saberla comprometida tuve que resignarme a no lograrlo. Y… fue entonces que creí que podría darme una oportunidad de ser feliz contigo, de enamorarme de ti pero fue una idiotez de mi parte hacerlo como lo hice y en el momento en el que lo hice porque una parte de mí era consciente de que sería casi imposible sacar a Winry de mi corazón, y sin embargo, terminé arrastrándote a esta relación sin futuro. No sabes lo mucho que lo lamento, Rose. Fui un idiota y eres la última persona que se merecía tener que pasar por esto."
Rose se quedó callada unos instantes antes de decir. "Si sabes que Winry está comprometida ¿entonces por qué…? ¿cómo fue que ustedes…?" Rose no terminó las preguntas pero para Ed no era necesario que lo hiciera.
Ed soltó su mano para poder pasarse las manos por su rostro antes de responder. "Por idiota. No pude contenerme más. Quise alejarme de ella y no pude, terminé haciendo completamente lo opuesto." Soltó una risa amarga. "No puedo hacer ni una maldita cosa bien."
Rose se quedó callada unos momentos antes de hablar tras suspirar. "Supongo que tú y Winry son más parecidos de lo que crees." Ed la miró con una expresión intrigada en su rostro. "Estoy segura de que ella también ha estado enamorada de ti todo este tiempo. Obviamente no se lo pregunté directamente porque… bueno sabes que estoy enamorada de ti y creo que no me hubiera sentado muy bien escucharla decirlo. Así podía engañarme a mí misma de que quizás, cuando volvieras, tendría una oportunidad contigo." Esbozó una sonrisa triste. "Pero aún así no era difícil darse cuenta de que ella estaba enamorada de ti. Cuando empezó a salir con Russell creí que se le habría pasado…" Apretó sus manos que mantenía sobre sus rodillas en puños." …pero ahora me doy cuenta de que no fue así y que yo misma fui la que se esforzó por ignorar y no darle importancia a las miradas que ella te dirigía cuando estuvo trabajando en tu automail." Lo miró a ojos. "Al fin y al cabo sus miradas eran muy parecidas a las que tú le dirigías…"
Ed sintió una nueva oleada de culpa ante las palabras de Rose, sabiendo que ni siquiera había sido capaz de ocultar sus verdaderos sentimientos de ella. "Eres una mujer maravillosa, Rose. En serio. Sin embargo no debí haber iniciado una relación contigo sabiendo que mi corazón ya tenía dueña."
Rose se quedó callada unos momentos antes de volver a hablar. "Y Winry… con esto ¿sigue comprometida?"
"Sí."
Rose no pudo ocultar su expresión de sorpresa. "¿Pero y Russell? ¿No se ha enterado de lo que hicieron?"
Ed exhaló pesadamente. "Es una larga historia."
Tras un breve recuento del accidente de Russell, Rose volvió a hablar. "Oh, Dios mío. Gracias al cielo que Russell está bien."
"Sí." Hubo una breve pausa entre ambos antes de que Ed encontrara qué palabras decir. "No hay forma en que pueda terminar de disculparme contigo por lo que hice pero por el momento lo mejor que puedo hacer es irme de tu vida." Dicho esto intentó ponerse de pie pero Rose lo detuvo sujetando su muñeca con sus manos.
"Espera, Ed." Rose sostuvo su muñeca y se quedó con la cabeza gacha antes de preguntar. "¿Vas a… vas a ir con Winry?"
Ed no pudo evitar su tono triste. "No. Yo no tengo cabida en su vida."
Rose levantó su cabeza. Lo miró por unos segundos antes de decir. "Entonces no te vayas. Quédate conmigo."
Ed se sorprendió. "¿Pero qué dices, Rose? ¿Cómo puedes quererme cerca después de lo que te hice?"
"Porque te amo." Respondió Rose inmediatamente y con un ligero sonrojo en sus mejillas.
Ed apartó las manos de Rose de su muñeca para poder sostenerlas con sus propias manos. "Rose, ya te lo dije. Eres una amiga muy preciada para mí pero no estoy enamorado de ti."
De los ojos de Rose comenzaron a derramarse las lágrimas que había estado conteniendo todo este tiempo. "Lo sé, Ed, pero yo no pierdo la esperanza de que un día te enamores de mí. Simplemente hay que darnos una oportunidad ¿sí?"
Ed negó con la cabeza. "Lo siento, Rose, no puedo hacerte eso. Mereces a un hombre que te ame profundamente y no uno que probablemente nunca llegue a hacerlo y que sólo termine lastimándote más de lo que ya lo ha hecho."
"No me importa, Ed. De verdad que no me importa. Estoy dispuesta a tomar el riesgo. He disfrutado mucho de tu compañía en este tiempo y si de algo estoy segura es que no quiero tener que separarme de ti. No puedo decirte que no me duele escucharte decir que no me amas pero no pienso rendirme. Con algo de tiempo puedo hacer que te enamores de mí. No me importa el tiempo que tenga que pasar. Simplemente quiero que te quedes a mi lado. Por favor." Rose le suplicó.
"No puedo hacerte eso, Rose. Me dolería mucho saberme la causa de tun infelicidad. Ya me siento lo bastante culpable por lo que te hice como para arriesgarme a seguir haciéndote daño. Tú te mereces algo mucho mejor, Rose. Entiéndelo, por favor." Con una última mirada de disculpa, Ed se levantó y se dirigió a la habitación principal sintiendo una pesadez en su corazón que se incrementaba con los sollozos de Rose que pudo escuchar durante casi todo el camino.
Sin importarle ser cuidadoso con sus pertenencias, Ed metió como pudo todas sus cosas en la maleta que había llevado consigo a Ciudad del Este, tratando de hacerlo lo más rápido posible. Una vez que lo consiguió, salió de la habitación pero antes de bajar las escaleras, la tentación lo venció por lo que decidió acercarse silenciosamente a la habitación de Eddie que se encontraba más allá del inicio de las escaleras.
Procurando moverse lentamente para no ser detectado, Ed abrió la puerta lo suficiente para poder ver al niño. Habían sido tan solo unos meses pero Ed le había tomado mucho cariño a Eddie. Era un niño muy alegre y curioso que le había alegrado los pesados días de recuperación y que incluso le había hecho volver a disfrutar de la alquimia en lugar de verla como la causante de muchos de sus problemas. En un inicio no lo creyó posible pero un día se dio cuenta de que estaba esperando ansiosamente la siguiente lección que le daría al niño ya que la emoción con la que Eddie le mostraba sus avances o su insistencia para que le respondiera sus preguntas le recordaban incluso a los tiempos en los que Al y él estaban aprendiendo alquimia con los libros de su padre y, tiempo después, con su sensei.
Pero fuera de la alquimia, el niño también tenía un alma muy bondadosa que le recordaba a Al. Durante su recuperación Eddie siempre buscaba la manera de hacerlo reír y de hacerle su tiempo de reposo ameno, contándole mil y un historias de sus aventuras en la escuela y mirándolo con admiración y curiosidad cuando Ed le compartía algún recuerdo de su niñez, de sus viajes como alquimista estatal o incluso, procurando dejar las partes malas fueras, llegando a contarle de cosas que había visto en el otro mundo, claro que diciéndole que eran cosas de otro país para no tener que contarle acerca de todo el embrollo que conllevaba el Portal de la Verdad.
Eddie siempre era el primero que lo recibía cuando regresaba del trabajo con una enorme sonrisa y un abrazo haciendo que Ed se olvidara del estrés que el trabajo podría llegar a causarle al verse envuelto en el innegable cariño que Eddie, quien siempre le demostraba su afecto en todas las maneras posibles.
Por el pequeño hueco de la puerta, Ed observó a Eddie. El niño se encontraba recostado en el suelo de su habitación dándole la espalda a la puerta, un par de libros lo rodeaban mientras que su cabeza se encontraba recostada en uno de ellos, siendo la imagen coronada por diversas hojas regadas alrededor suyas las cuales estaban garabateadas con algunas operaciones matemáticas de la escuela y, como no podía faltar, algunos símbolos alquímicos.
Silenciosamente, Ed se adentró a la habitación y se puso de cuclillas al lado del niño. Una sonrisa triste se dibujó en sus labios mientras una lágrima recorría su mejilla. Cómo le hubiera gustado no haber cometido el error de haber iniciado su relación con Rose como lo había hecho. De no haberlo hecho quizás podría haberse mantenido como un amigo de la familia para así poder continuar disfrutando ocasionalmente de la agradable compañía de Eddie pero ahora era demasiado tarde. No había forma de remediar sus errores.
Permitiéndose unos instantes para regular su respiración, Ed pasó suavemente su mano por la cabeza del niño. Al notar que Eddie parecía haber caído rendido ante su día escolar, Ed decidió cargarlo para posteriormente depositarlo en su cama. Aunque le partiera el alma, quería despedirse de Eddie y disculparse con él pero no quería despertarlo, sobre todo cuando una ligera sonrisa parecía haberse formado en sus labios cuando Ed pasó su mano por su cabeza una vez más al acomodarlo en su cama. Además, esperar a que se despertara, no era una opción. No podía quedarse más tiempo en esa casa.
Tras un par de minutos de indecisión, Ed se inclinó sobre el niño y besó su frente para después murmurarle. "Lo siento, campeón."
No quería despedirse de esa manera de Eddie, pero no quería arruinar su descanso cuando despertarlo significaría traerle tristeza y, si era sincero consigo mismo, Ed estaba emocionalmente agotado. Eso no significaba que desaparecería de la vida del niño así sin más, pero su despedida provisional y explicación tendría que esperar un poco. Si Rose se lo permitía, iría a recoger a Eddie de la escuela y hablaría con él o, en su defecto, le llamaría o le escribiría una carta. No quería alejarse de él ni de Rose pero ella tendría que decidir qué tanto le permitiría interactuar con ellos en el futuro puesto que con todo el daño que había causado, Ed realmente no tenía derecho a pedir nada más de ellos.
Cuidadosamente Ed salió de la habitación, cerró la puerta y se dirigió a las escaleras, notando que Rose se encontraba al pie de estas. El llanto de la joven se había controlado un poco pero seguía allí.
"¿Cómo se lo tomó Eddie?" Le dijo Rose tan pronto como los dos se encontraron en el pie de la escalera. Miró hacia arriba esperando ver aparecer a su hijo antes de devolver su mirada a Ed, colocar una mano en el barandal de la escalera y dar un paso tentativo hacia el primer escalón. "Creo que debería ir a verlo."
"Espera." Ed suspiró antes de continuar. "No pude despedirme de él. Se quedó dormido y no quise despertarlo. Sé que no puedo pedirte nada pero si fuera posible me gustaría verlo un día después de la escuela para despedirme apropiadamente de él."
Rose le dirigió una sonrisa temblorosa. "No necesitas mi permiso para eso, sé lo mucho que Eddie te quiere y sé que…" Volvió a enfocar su mirada en la parte superior de la escalera y se mordió el labio inferior antes de añadir. "Sé que Eddie te va a extrañar mucho." Dijo mientras nuevas lágrimas se escapaban de sus ojos.
"Lo sé." Respondió Ed sintiendo una punzada en su corazón.
Rose se limpió las lágrimas de sus mejillas e inhaló profundamente antes de decir.. "¿Sabes? Siempre deseé que Eddie fuera tu hijo biológico, sé que habrías sido un padre maravilloso y que juntos podríamos haber sido una familia feliz." Hizo una ligera pausa para controlar su cada vez más temblorosa voz. "Pero al menos durante estos meses fui muy feliz tanto por el simple hecho de estar a tu lado como por pensar en la posibilidad de que quizás un día te convertirías en el padre adoptivo de Eddie porque ustedes dos han creado un hermoso vínculo y de verdad parecen padre e hijo."
Ed cerró sus ojos apretándolos con fuerza. Había evitado darle entrada a ese pensamiento pero ahora que Rose le había dicho eso, no podía evitar sentir que, en cierta forma, estaba haciendo lo mismo que Hohenheim había hecho con él y Al. Aunque a lo largo de su vida hubiera pasado por varios momentos mucho más dolorosos, jamás olvidaría la sensación de abandono y rencor que se generó a partir de la decisión de Hohenheim de abandonar a su familia. Eran pensamientos similares a los que había tenido cuando había abandonado a Noah por algunos días y que finalmente lo habían hecho volver a ella. Quizás Eddie no fuera su hijo pero parecía que había comenzado a verlo como tal o al menos eso le estaba pareciendo en esos momentos considerando el gran cariño que le había tomado al niño. Entonces… ¿era por eso que estaba teniendo la sensación de que estaba a punto de cometer el mismo error de abandonar a sus seres queridos?
Notando la duda y el ligero temblor de la quijada de Ed, Rose puso una mano en su hombro. "Si no es por mí, al menos inténtalo por Eddie. Quiero que seamos felices. Los tres juntos."
Ed abrió sus ojos brillosos a causa de las lágrimas contenidas. "Ya te dije que no puedo hacerte eso, Rose."
Con las lágrimas continuando recorriendo sus mejillas, Rose dijo. "Está bien, Ed. En serio. Estoy dispuesta a tomar ese riesgo. No hay nada de lo que tengas que preocuparte porque soy yo la que está decidiendo seguir este camino. Simplemente te pido que me des la oportunidad de demostrarte que realmente podemos formar una familia." Su voz se entrecortó momentáneamente. "No te vayas, por favor."
Ya había escuchado la petición de Rose anteriormente pero en esta ocasión la repetición de sus palabras lo hizo alcanzar su punto de quiebre. Los celos y desilusión que había sentido al saber que Winry estaba comprometida, el dolor e incertidumbre de pensar alejarse de ella para siempre, el intenso amor que pudo vivir desbocadamente al lado de Winry y el posterior dolor y sufrimiento causado al darse cuenta de que él y Winry nunca podrían estar juntos llegaron a él de golpe sumándose a la inmensa culpa y dolor que sentía por haber traicionado la amabilidad y amor de Rose y por intentar dejar atrás a Eddie. Por años había experimentado la soledad y la depresión al saberse en un mundo desconocido sin posibilidad aparente de regresar a casa. Había vivido tantos años sin Winry ni Al a su lado e incluso sin la compañía de Hohenheim o de Alfons que incluso había llegado a olvidar lo que era tener un hogar. Y Rose… Rose le estaba ofreciendo precisamente eso. Un hogar y una familia que lo recibiría cálida y alegremente. Que le haría olvidar la soledad y el sufrimiento de no tener un lugar al cual regresar. Jamás había pensado en que terminaría viviendo al lado de Rose pero había pasado unos meses agradables en su compañía y en la de Eddie por lo que, casi sin darse cuenta, se había acostumbrado a esa vida. Y ahora que tenía que dejar todo eso atrás… no quería hacerlo. Estaba cansado de perder todo lo que le importaba, de dejar atrás lo que quería con tal de hacer lo que aparentemente era lo correcto. Estaba simple y sencillamente agotado.
Con todo ese cúmulo de emociones que venía arrastrando desde que tuvo que separarse de Winry, algunas lágrimas se le escaparon a Ed. "No puedo hacerte eso, Rose. No puedo… no, más bien no debo."
"¿Por qué no deberías, Ed? No me estás obligando a nada, soy yo la que no quiere renunciar a ti."
"Porque-"
"¿Mamá? ¿Ed? ¿Qué está pasando?"
La inocente pero preocupada voz de Eddie interrumpió la conversación entre los jóvenes adultos haciendo que ambos voltearan a ver al niño que se encontraba al comienzo de las escaleras.
"No es nada, Eddie. Regresa a-"
Ed colocó su mano libre en el hombro de Rose. Cuando la joven se interrumpió y volteó a verlo, él negó con la cabeza, se limpió las lágrimas y regresó su mirada al niño. "Eddie, lo siento mucho. No quería que fuera así pero hay algo muy importante que tengo que decirte."
Eddie se quedó callado algunos segundos observando a ambos. Cuando su mirada bajó ligeramente para enfocarse en la maleta que Ed sostenía, agarró el borde inferior de su playera y dijo. "No te vas ¿cierto?"
La evidente tristeza en su tono de voz le provocó un nudo en la garganta a Ed, quien no pudo recuperar el habla antes de que Eddie volviera a hablar.
"No es cierto… no puede ser." Lágrimas comenzaron a rodar por las mejillas del niño. "¿Por qué? ¡No es justo!" Dicho esto Eddie bajó corriendo las escaleras, ignorando las exclamaciones de sorpresa y preocupación de su madre, hasta llegar a Ed para abrazarlo con fuerza, haciendo que el joven dejara caer ruidosamente su maleta. "No te vayas, Ed. Me portaré bien y ya no te quitaré tiempo con cosas de alquimia pero no te vayas."
Rápidamente Ed se agachó para poder abrazar bien a Eddie a la vez que pasaba una mano por sus cabellos. "¿Qué dices, Eddie? Disfruto mucho pasar tiempo contigo. Demasiado."
Eddie enterró su rostro lloroso en el pecho del rubio. "Entonces ¿por qué te vas? No lo entiendo… Quiero que te quedes… Yo te quiero mucho… entonces… ¿por qué?... ¿No te gusta estar con nosotros?"
Cada palabra de Eddie llegaba al corazón de Ed como un cuchillo haciendo que ya no pudiera contener más las lágrimas por lo que se limitó a estrechar con todas sus fuerzas al niño esforzándose por superar el cada vez más apretado nudo de su garganta.
"Eddie…"
"Mamá es feliz contigo y me gusta verla feliz. Además yo también soy feliz teniéndolos a los dos." Su voz se quebró momentáneamente antes de continuar. "Si no te gusta enseñarme alquimia está bien, dejémosla. Yo soy muy feliz simplemente teniéndote con nosotros en la casa… así que…"
"No es eso, Eddie…" Respondió Ed con voz temblorosa.
"¿Entonces…?" Eddie no pudo continuar ya que para ese punto sus sollozos se habían hecho más fuertes y frecuentes por lo que se limitó a apartarse ligeramente de Ed para verlo a los ojos.
Ed se quedó perdido por algunas segundos observando esos inocentes y brillantes ojos llenos de cariño dirigido a él. ¿Cómo podía hacerle eso? Si el futuro de Winry ya estaba decidido y Rose aún lo quería a pesar de sus errores ¿por qué no podía permitirse por esta ocasión abrazar el hogar y calidez que Rose y Eddie le ofrecían? Estaba cansado de condenarse a una vida de soledad. Ya había tenido más que suficiente.
Ante su inesperado prolongado silencio, Eddie preguntó. "¿Ed?" Dijo mientras se limpiaba la nariz con una mano.
Ed miró esos brillantes ojos por un par de segundos más convenciendo de la decisión a la que estaba a punto de dar forma. "¿Quién dijo algo de irse?" Le dijo Ed con voz temblorosa pero con una ligera sonrisa sincera en sus labios. Por el rabillo del ojo pudo ver que Rose, quien se había mantenido a pocos pasos de ellos llorando silenciosamente ante la escena que estaba presenciando, se cubría la boca con una mano.
"Pero la maleta-"
Ed limpió el rostro del niño con su camisa antes de atraerlo nuevamente a sus brazos. "No podía dejar mi maleta en Ciudad del Este, ¿o sí?"
Ed sintió cómo Eddie se aferraba a él con más fuerza. "Pero estabas llorando."
Ed elevó ligeramente su mano izquierda para frotar la cabeza del niño. "Es que los extrañé mucho."
Tras unos momentos en los que Ed siguió abrazando y frotando la cabeza de Eddie para ayudarlo a controlar el llanto que le había provocado, Ed levantó su mirada hacia Rose y extendió su brazo izquierdo. "Lo siento, Rose. De verdad lo lamento."
Por toda respuesta, Rose le sonrió enormemente e hizo caso a su gesto para unirse al abrazo grupal. "No te disculpes, Ed, no es necesario." Acercó su rostro al de él para besarlo en la mejilla y para aprovechar en murmurar en su oído con la voz más baja posible para evitar que Eddie la escuchara. "Gracias por quedarte."
Las palabras de Rose y el cómo ella y Eddie se aferraban a él se sumaron al dolor que venía sintiendo desde hace unos días haciendo que silenciosas lágrimas se derramaran de sus ojos. "No los merezco."
"No digas eso, Ed. Shh tranquilo. Todo estará bien." Le murmuró Rose mientras depositaba un par de suaves besos en su mejilla al mismo tiempo que le frotaba la espalda tratando de calmarlo.
Ed no respondió optando por dejar salir por completo las lágrimas que se había esforzado por contener lo mayor posible en los últimos días aunque procurando controlar su cuerpo lo mayor posible para que Eddie no se diera cuenta de que no podía parar de llorar.
Su regreso a Amestris no había resultado como lo había esperado pero al final de cuentas estaba de vuelta. Su hermano se encontraba bien, disfrutando de la vida y explorando el mundo y, aunque atrás había quedado la etapa en la que estaban juntos en todo Ed sabía que contaba con él para todo e incluso ahora sus amigos de la milicia estaban ahí para apoyarlo y pasar un buen rato juntos.
Cosas buenas le habían terminado pasando a su regreso a Amestris pero no por ello podía olvidar de un momento a otro el gran deseo de su corazón de hacer su vida al lado de Winry pero ahora que eso no sería posible… quizás podría rehacer su vida al lado de Rose y Eddie. Esta vez dando absolutamente todo de sí para que funcionara habiendo dado lo que para él era un paso muy importante: haberle hablado con la verdad a pesar de lo dolorosa y difícil que había sido. Ciertamente una parte de su mente aún era consciente de que no era correcto seguir ese camino después de haberle sido infiel a Rose y al no estar seguro de siquiera poder llegar a amarla un día pero estaba cansado de luchar y esta vez se dejaría llevar por la corriente de la vida.
A lo largo de su tiempo juntos Winry se había enamorado de Russell así que ¿por qué no podía él intentar lo mismo con Rose? Winry seguiría con su vida y él tenía que hacer lo mismo. Esta vez no tendría que luchar lidiando con sus sentimientos por Winry porque si bien seguirían ahí ahora sabía que era un hecho que no podrían estar juntos así que eso quizás le daría la oportunidad de darle su merecido lugar a Rose dentro de su corazón. Él ya la quería mucho a ella y a Eddie así que, ahora que habían puesto las cartas sobre la mesa, no debería ser imposible llegar a ese futuro en el que terminara enamorándose de ella. Probablemente no llegaría a amarla con la misma intensidad con la que amaba a Winry pero al final de cuentas cada amor era diferente ¿no?
Ed estrechó el abrazo que mantenía con Rose y Eddie. Si este es el camino que he de seguir, que así sea.
