Luego de la ceremonia y nuestra recepción de bodas, que de por cierto estuvo perfecta, nos retiramos a nuestra suite matrimonial; estaba algo cansada, ¡pero no lo suficiente como para desaprovechar nuestra primera noche de bodas! Aún me dolía la cabeza, pero un par de analgésicos lo solucionarían. Bajamos del coche, le entregué las llaves al valet y salimos corriendo como un par de tontas hacia la recepción; allí la recepcionista nos estaba esperando con nuestras llaves, subimos al elevador, y allí las hormonas enloquecieron un poco… tu sabes, los elevadores tienen algo mágico, pero al llegar a la habitación y estar frente a la puerta me dio un impulso loco, miré a Michiru intensamente, la tomé entre mis brazos e hice oficialmente mi entrada a la habitación como un par de recién casados, Michiru reía a carcajadas porque casi nos vamos al suelo por culpa de su enorme y pesado vestido, se veía hermosa toda ella pero la verdad, esa cosa estoposa y blanca ¡estorbaba para todo!

Llegamos a la cama y quedamos sorprendidas; ¡Todo estaba perfectamente bien decorado! Elsa se encargó de que todo estuviera más que genial, cama blanca con pétalos de muchos colores, unas cuantas velas aromáticas encendidas, champagne helada, música de violes y piano suave que iban de la mano con el ambiente, muy sutil y justa para deleitarse los oídos. Encima de las mesas de noche habían dos cajas, una a cada lado de la cama, éstas estaban adornadas con cintas doradas y aguamarina con nuestros respectivos nombres. Eran un regalo especial de Mina y Elsa, bajé suavemente a mi ahora esposa de mis brazos y le besé tiernamente.

-¡Esto es increíble! La miré llena de felicidad.

-Es perfecto amor. Me besó de nuevo y nos abrazamos.

-Pero dime preciosa ¿Qué se siente ser la esposa de una joven mujer, además de ser tan apuesta, elegante y jodidamente atractiva como yo? Mi ninfa se echó a reir encima de mí.

-Bueno, pues debo decir que aún no lo sé a ciencia cierta. Se aproximó un poco y me cruzó sus brazos sobre mis hombros.

-¿Ah? La miré finjendo asombro.

-Te diré eso en la mañana, aún debo comprobar ciertas cosas esta noche. Me susurró coquetamente al oído.

-Eso me parece demasiado interesante. Sonreí fascinada.

-Pero… antes que nada… Hizo una pausa. -¡Me muero de curiosidad de saber que hay en esas cajas! Daba brinquitos de emoción cual niña pequeña.

-Jajajajaja… ¡Ay mi amor! ¡Está bien, tu ganas! Yo también quiero saber qué hay dentro de esas cajas; y sabiendo de quienes vienen, creo que srá algo extremadamente interesante.

-Lo sé, y es por eso que quiero saber que nos han enviado nuestras pervertidas amigas. Me sonrió con un brillo intenso en sus azules ojos.

-A ver, este dice Michiru. Dije curiosa. -¿Qué podrá ser? Sonreí y le pasé su presente.

-Gracias- Me sonrió tiernamente y se sentó a mi lado. -¿Y el tuyo? La miré divertida

-¡Ja! ¡No lo abriré hasta que tú abras el tuyo! Sonreí como chiquilla.

-¡No, no y no! Yo no abriré el mío hasta ver el tuyo. Me devolvió las mismas palabras…

-Hmmm… ¡Eso no es justo! Hice un pucherito y tomé mi cajita entre mis manos. – ¡No será así! ¡Los abriremos al tiempo!

-Dahhhh… ¡Esta bien, tú ganas! Exclamó fingiendo derrota. –Entonces será a la cuenta de 3.

-Ok, será a la cuenta de 3. Le sonreí idiotamente. -¡Aquí vamos, en 1, 2 y 3! Grité mientras abría mi caja como niño el día de navidad, sólo se oía la risa burlona de mi ninfa, pero aún no entendía el por qué.

-¡Vaaayaaa! ¡Elsa se lo tomó muy en serio Haruka! Me señaló el contenido de mi caja.

-¡Pero, Qué d…..! Las carcajadas de Michiru no se hicieron esperar. -¡Te voy a matar Elsa! Mi cara evidentemente roja, era la muestra de su travesura. -¿Y qué diablos voy a hacer con esto? Señalé el pequeño y alargado estuche.

-¡Jajajajaj! Ya amor, no te sofoques, que yo le veo bastante divertido e interesante… Me miró con cierta malicia traviesa.

-¡Michiru! …Yo… yo…. ¡Me niego! Le hacía pucheritos infantiles.

-¡Anda amor! Al menos ponte el babydoll, mira que es hermoso y tus bellas curvas resaltarán en él. Hizo una pausa. Ya lo otro… Hmmm…. Ya veremos si hay necesidad o no de usar a nuestro nuevo vibrante amigo… ¡Jajajajaj! No podía contener sus carcajadas.

Nunca en mi vida me había imaginado que uo iba a tener cerca o algo por el estilo un consolador vibrante, ¡¿pero que demonios tenía Elsa en su cabeza?!

-Jajajajajaj (Carcajadas burlonas)

-¿De qué te ríes Elsa? Pregunta inocentemente la rubia.

-De nada preciosa, sólo que recordé algo que se que a Haruka la volverá loca. Jajajajaaaj.

-¿Huh?

-Ya… Ya olvídalo. ¿En qué íbamos? Oh sí… Tu sostén sobra aquí.

-¡Elsa!

Luego de pasar un rato de vergüenzas por culpa de la grandiosa Elsa y la incontrolable risa de Michiru, decidí que lo mejor era ir a tomar una deliciosa ducha, o bueno, mejor un baño de burbujas; ¡Tú sabes! De a dos es más placentero y se le ahorra agua al planeta… jajja.

-Michiru preciosa, iré a tomar una ducha, ¿vienes?

-Ve adelante, tengo algo que hacer primero; Ahora te alcanzo.

-Ok, cómo digas Sra. Tenou. Le besé coquetamente por detrás del cuello.

-¡Amor!… ¡No seas tan…! Se estremece un poco. –No seas así… ¡Mira cómo me pones!

-Eso preciosa es exactamente lo que deseo hacer. Dí un último beso a su cuello y salí al cuarto de baño; el agua estaba realmente deliciosa y el detalle de las sales y esencias aromáticas me transportaban a un lugar de maravillas, estaba demasiado concentrada en mi baño de burbujas como para percatarme de que mi bella ninfa se había colado entre el agua.

-¿Sabes? A veces me sorprendes con tu poder de concentración. Sonríe dulcemente.

-¿Huh? Michiru, tú… ¿Cómo? Le miré desubicada. –Lo siento mucho, he estado un poco agotada, ha sido un día de locos y éste baño está de maravillas.

-Lo se amor, pero, está mucho mejor contigo dentro. Se giró lentamente y me besó.

-si preciosa, ahora está mucho mejor. La besé con un toque de pasión mientras mis manos se cruzaban por su cuello, realmente sus labios me fascinaban, y nuestras bocas siempre se buscaban por más y más.

-Haruka… Me miró a los ojos.

-Dime. Mi respiración era agitada y mis ojos la miraban deseosos.

-Te amo, te amo desde lo más profundo de mí ser, y estoy tan feliz de ser ahora tu esposa. Sonreí tiernamente.

-Y yo amor, yo también estoy aún más feliz, porque tengo a mi lado a una mujer increíble, de la cual me siento orgullosa y a la vez no merecedora de su amor, Te amo.

-No seas tonta Haruka, desde el primer momento en el que tú y yo nos encontramos, desde el primer momento en el que me diste ese hermoso día de picnic con sándwiches y helados de chocolate, desde esa noche en la que creí que iba a morir y nadie iba a notarlo y tú llegaste en mi rescate, desde esos días Haruka… Tú te hiciste merecedora de todo mi amor. Me miró fiajmente mientras se aceraba más a mi rostro. –Te hiciste merecedora de mi alma. Besó mi frente y luego mi naríz. –Te hiciste merecedora de mi cuerpo entero… Haruka… mr miró por unos segundos seriamente y con un poco de llanto en sus preciosos ojos marinos se acercó a mis labios.

-Michiru yo…

-Shh…. No he terminado de hablar…

-¿Huh? Sus dedos callaron mis labios.

-Haruka… Yo te amo y te seguiré amando por el resto de mis días, no importa nada más, éste amor por ti solamente puede ser apagado por la mismísima muerte.

Sus palabras me estremecieron, realmente ella me amaba, pero yo la amaba aún más y créanme que por ella hasta el mismísimo infierno iría por ella, así como el cruzado Dante hizo por su amada Beatríz; yo lucharía contra mil demonios en el fin de los tiempos sólo por estar con ella.

-Ni la misma muerte podrá separarnos Michiru, inclusive después de la mierta yo te buscará para que te quedes a mi lado. Mis palabras tenían un tono casi desesperado, algo dentro de mi me hizo tener una sensación de angustia, una sensación de que si ella se va de mi lado o yo del suyo, nuestras vidas serían como si estuviésemos dentro del purgatorio.

-Te amo… Te amo… Te amo… entre cada te amo nuestros besos angustiados se iban llenando de pasión, nuestras lágrimas se secaban con el roce de nuestros rostros, y el furor de los cuerpos al desnudo comenzaba a encenderse en aquella tina bañándonos a luz de la luna.