Ya han pasado varios meses desde nuestra magnífica boda, y la verdad todo nos va muy bien, Michiru es la mar de felicidad y no la culpo, yo estoy en las mismas; nuestro sueño se hizo realidad y vivir dentro de éste es mucho más que maravilloso. Nuestras carreras profesionales también están en lo más alto del momento, y sabíamos sacarle provecho a esto también, a cada segundo de nuestras vidas, sabíamos que la fama quizás no nos iba a durar para la eternidad, así que cada contrato multimillonario que nos ofrecían lo aprovechábamos; Yo tenía planeado retirarme de las carreras de autos en unos años más adelante para poder disfrutar del resto de mi vida tranquilamente junto a mi amada viajando por el mundo entero, mi ninfa también tenía planeado lo mismo, así que yo era feliz haciendo lo que más amaba en el mundo y Michiru también, y en ese aspecto cualquier persona podía darse cuenta al escucharla tocar el violín, o mirando una de sus pinturas, el momento brillante de mi amada esposa era impecable y yo no cabía de la dicha por ello. Hoy es un día importante para mi adorada ninfa ya que dará un importante concierto de beneficencia para recolectar fondos para el hospital local de niños con cáncer, ella estaba muy nerviosa por dar bien su concierto no se porqué si ella siempre lo hace de las mil maravillas.
-Vamos preciosa que harás tu magia como siempre y el público enloquecerá contigo. Sonreí.
-No lo sé Haruka, últimamente algo no me deja concentrar. Mi bella esposa bajó la mirada lentamente hacia el piso.
-¿Te sucede algo amor? Pregunté un poco preocupada.
-No lo sé, cosas sin importancia supongo, deben ser los nervios y la ansiedad. Sonrió tímidamente.
-Pues bien, deja ya de lado esas cosas cosas tontas y prepárate a salir, es tu turno .Le susurré.
-¿Y se supone que debo salir sola? Me miró fijamente extendiendo su mano.
-Hahaha ups, lo siento. Vamos preciosa tenemos un concierto que presentar. Reí tontamente. El concierto a dar era acompañado por mis torpes notas en el piano, creo q mi ninfa estaba preocupada por mi torpeza al piano, eso creía, pero muy en el fondo había un no sequé que me decía que estuviera alerta, algo se traía Michiru con ella, y esa preocupación la estaba matando.
El concierto fue expléndido, pero algo en el trasfondo de las melodías tenían un deje de melancolía y tristeza, no podía descifrar el qué de su angustia y eso me estaba volviendo loca, al terminar nuestra presentación le invité a cenar, ella aceptó gustosa y eso me alivió el corazón, le hice una espera en el salón principal mientras ella se terminaba de cambiar, compré unas preciosas flores a una señora que pasaba por el frente del teatro y seguí esperándola con ansias, quería compartir esa noche con ella, sentía que debía hacerlo, necesitaba preguntarle muchas cosas, cosas que me intrigaban y cosas que tenía que hacerle confesar para que tanto como ella y yo descansaramos.
-¡Vaya! Me estaba quedando dormida. Bromeé.
-No fue para tanto, una chica tiene que hacer lo que tiene que hacer. Hizo un ademán vanidoso, a lo que yo le respondí con una tierna sonrisa.
-Bueno, si es sólo para que esa chica se vea expléndida como lo es la que está en frente de mis ojos…. Hice una pausa. –Yo no tengo problemas. Susurré mientras besaba su cuello.
-Haruka… no seas así y menos cuando estamos fuera de casa. Sonrió mientras me daba su mano para salir al restaurante.
-¿Sabes amor? Estuviste perfecta, pero creo que algo te tiene tensa, preocupada, tengo una idea de lo que es. Pero no quiero apresurarme a los hechos. Baje del auto para darle la mano y entregarle las llaves al valet.
-No… no… es nada. Creéme, son cosas tontas de chica, nada mas amor.
-Nada de eso preciosa, nada en ti es tonto y quiero resolverlo junto a ti.
-Haruka… suspiró pesadamente. –Es algo que no tiene solución, es una ilusión nada más. Déjalo asi amor.
-Michiru… amor… creéme te va a gustar lo que te voy a decir. Sonreí mientras seguíamos al maître, esperé a que mi diosa marina tomara su asiento, tomé el mió y pedimos una botella de vino blanco y la cena.
-¿Ah si? Pues dimelo todo amor.
-Lo he estado pensando y yo sé que es lo que te tiene tan melancólica y un poco desanimada. Michiru abrió de par en par sus ojos sorprendida de que la hubiese descubierto.
-Haruka… Yo… yo… Sus ojos se llenaron de lágrimas.
-Shhh… No llores preciosa. Sonreí tiernamente mientras secaba sus lágrimas con mis dedos.
-Pero yo no quiero que te sientas mal por un tonto capricho. Sollozaba mientras buscaba un pañuelo en su bolsa.
-¿Tonto capricho? Le miré seria.
-Sí es un capricho tonto Haruka, ¿Cómo vamos a hacer un bebé? Quiero un hijo que lleve tu sangre, la sangre Tenou por sus venas, y eso no es posible. ¡Miranos amor, somo mujeres! Y eso es casi imposible si lo vamos a hacer tú y yo… al menos en este planeta y dimensión. Solloza.
-Amor, mírame. Le tomé suavemente por la barbilla. Se que eso es algo imposible, Al menos de mi parte. Pero… he estado hablándolo con Jun y…. Hago una pausa. Un dolor leve y en el sin fin de mi cabeza apareció, pero no le presto atención. –El me ha propuesto algo increíble. Hago una pausa.
-¿Qué cosa? Michiru abrió sus ojos de par en par y frenó su sollozo.
-Bueno… este… es que… La mirada impaciente de mi ninfa me hace conectar de nuevo el cerebro con la lengua; cierro los ojos y respiro profundo. –Bueno, es que hace un tiempo que te llevo observando y he comprobado que cuando estamos alrededor de un niño, tus ojos se llenan de un extraño y particular brillo, es cómo de añoranza pero a la vez tiene matices de melancolía.
-Haruka… yo… yo… La callé con mi dedo índice.
-Asi que… Carraspeé y retomé mi conversación. Te analicé y comprendí que tu instinto de madre, de mujer se ha despertado, y creo que sería muy egoísta de mi parte no buscar una solución a aquello que no puedo darte yo misma, busqué un poco de ayuda para resolver esto y Mimí y mi hermano Jun me han dado una buena idea. Hice una pausa.
-¿Mimí Dominé y Jun? Preguntó perpleja.
-¡Oh sí! Creo que andan liados o algo así, se ven bien de por cierto. Sonreí y proseguí. –Mi hermano ha propuesto que yo te done mis óvulos para inseminarlos y que tú seas el vientre que los lleve. Los ojos de mi amada se abrieron aún más.
-¿Qué cosa? Haruka… tú…tú…
-¿Qué si soy capaz de darte mis óvulos? Pregunté.
-Ajá… Me asintió.
-Amor, por ti hasta mi vida entera. Le sonreí seductoramente. –Pero… Su rostro cambió. –Pero si no funciona de éste modo, tendremos que recurrir a usar un donante para ti y usar tus óvulos.
-¿Pero si el donante tuyo no puede ser el mismo mio?
-Hmmm… No. Sonreí de nuevo. –Debe llevar sangre Tenou. La miré seriamente.
-Entonces…
-Entonces mi hermano se ha ofrecido a donar un poco de su encanto Tenou. ¿Qué te parece? Los ojos de mi amada se abrieron de par en par.
-¡Haruka! Yo… yo… Sacudía la cabeza. –Yo no sé que decirte… Es maravilloso y me encantaría; pero creo que debemos pensarlo con detenimiento, es más me gustaría probar primero con tus óvulos, sería mas que genial traer al mundo a nuestro primer hijo o hija conservando algo tuyo, y si eso no llegase a funcionar, tomaremos el ofrecimiento de tu hermano.
-Me parece bien, pero ya luego cuando me ponga gorday esponjada; no querrás verme. Solté una carcajada.
-Amor, mi vida, ¡Cómo crees! Como tú en cualquier forma. La besé en sus hermosos labios y le susurré. –Luego me dices que decides, no hay presión. Mi bella diosa asintió y me devolvió el beso.
-Pero por el momento… solas, tú, yo, la cena, luego ese sofá nuevo que nos espera…
-¡Oh! ¡¿La gran Michiru Kaioh me está incitando a estrenar el sofá nuevo!?
-¡Oh sí! Pero en serio, cenemos ya, estou algo cansada y no hay nada mejor para el estrés que una dosis de Haruka Tenou. Le sonreí seductoramente y prácticamente cuando llegó la cena le engullí, tomé a mi diosa marina y llegamos a casa.
-¡Ahora sí! ¿Qué decías de tu dosis de desestrés? La besé apasionadamente mientras me deshacía de mi fastidiosa chaqueta y trataba de bajar el cierre de su vestido.
-Hmmm… Ah… Amor… ¡no tan a prisa!…. ¡Dañarás el vestido! Exclamaba entre risas y besos ahogados.
-Eso no importa, luego te compro otro. La tomé de las caderas y la subí sobre las islita del minibar. – ¡Me vuelves loca Michiru! La besaba con más intensidad al igual que ella, yo peleaba fuertemente contra sus pantimedias mientras ella muy habilidosamente ya me tenía sin camisa y sin pantalón.
-¡Oh! ¡Qué cosas Sra. Tenou! Veo que has perdido tus pantalones. Sonrió con un destello malicioso en sus ojos.
-¿Y tú que me dices? Creo que sólo te queda por perder tu sostén. Sonreí victoriosa mientras nuevamente la tomaba de las caderas y la cargaba de piernas cruzadas en mi cintura hacia aquel nuevo sofá de cuero que había recién llegado en la mañana.
-Vamos a darte tu dosis de relajamiento. Sonreí lascivamente.
-Lo estoy esperando amor. Susurró en mi oído mientras su mano se escurría peligrosamente entre mis boxers.
-¡Ey! ¡No seas golosa! La tomé de las muñecas y la até improvisadamente con la cinta de su vestido. –Ahora quédate muy quieta. Le advertía, mientras su sostén desaparecía por los aires.
-Ok… sonrió.
-A ver… Veamos ¿Qué puedo hacer por aquí? Lamí suavemente su cuello mientras mis manos acariciaban un costado de sus muslos; un sonoro suspiro no se hizo esperar y me confirmó que mi diosa marina estaba lista para más. Bajé lentamente mi lengua hasta llegar a sus voluminosos pechos y allí me quedé unos instantes provocando sus pezones y aún más si excitación, mi cuerpo se calentaba porque sentía como mi diosa marina se retorcía de placer en el sofá.
-Haruka… Jadeaba llamándome.
-Shh… aquí estoy preciosa. La besé intensamente mientras mi mano acariciaba sus pechos y luego bajaba traviesamente hasta su ya muy humedecida intimidad. –Veo que ya estás muy impaciente amor. Sonreí.
-Haruka… No… no… ¡ah!... no hagas eso. Gemía mientras se retorcía en el sofá en un intento desesperado por liberarse de sus ataduras. -¡Ah! ¡Ah!... ¡No!... ¡Ah! Haruka… hmmmm…
-¿No era eso lo que deseabas amor? Le sonreí aún más lascivamente. Le robé un beso y bajé hasta su intimidad dejando un caminillo de besos en su abdomen; disfrutaba de cada segundo y aún más de cada gemido que trataba de ahogar. –No te contengas amor. Le susurré, y acto seguido lamí su intimidad una y otra vez, haciendo que mi diosa enloqueciera y gimiera desesperadamente, introduje un dedo dentro suyo y seguidamente ella me pidió más, yo solo podía complacerla como ella deseaba.
-¡ah!... ¡amor!... ¡amor!... Dame más. ¡Ah! ¡Ah sí! ¡Sí! ¡Así! ¡Amor! ¡Más fuerte! ¡Haru…ka…! Me detuve un momento y le besé intensamente dándole libertad a sus bellas manos.
-Ahora eres libre preciosa. No pudo articular palabra alguna, sus jadeos eran muy fuertes y su respiración agitada.
-Estoy lista amor. Me miró suplicante mientras recuperaba el aliento.
-Ok preciosa. Le besé mientras me subía sobre ella y apartaba sus piernas para poder cruzar nuestras intimidades; una enorme descarga eléctrica recorrió todo mi ser, a la par que sentía que todo su cuerpo temblaba, los movimientos expontáneos no se hicieron esperar; y a la par nuestros cuerpos danzaban una deliciosa danza de placer, nuestras intimidades palpitantes concentraban una enorme carga de energía, su cuerpo a punto de soltarse entre convulsos moviemientos me pedían con más fuerza que la embistiera, así seguimos unos minutos más hasta que no pudimos más y un gemido al unisono deplacer recorrió la sala.
-Haruka…. Te… te amo… Mi cuerpo temblaba moentras esperaba a recuperar el aliento de nuevo y tomar un lugar en aquel sillón.
-Yo también amor. La besé y caí pesadamente… -Veo que ya ha quedado oficialmente inugurado nuestro dofá. Reí.
-Hahahaha lo sé… Haruka… ¿Sabes una cosa?
-Dime.
-Si lo haremos… Me dijo mientras caía en brazos de Morfeo, mis ojos se abrieron de par en par y le sonreí mientras le besaba la frente.
-Te verás preciosa como una albóndiga. Susurré a la par que caía yo también en brazos de Morfeo a su lado.
¿Sabes una cosa amor? Esta nueva etapa de nuestras vidas será muy emocionante. ¿No lo crees?
