Capítulo 2

Un tenso ambiente se había instalado en la barra, algo que comenzaba a incomodar a los clientes que se encontraban alrededor.

En silencio, Ord solo miró seriamente a Syr, quien tenía una cálida sonrisa, la cual contrastaba totalmente con la oscura aura que la rodeaba.

Suspirando con fastidio, el pelinegro se volteó en dirección de la peligris, la cual lo miraba fijamente, sabiendo perfectamente que la que estaba frente a él no era Freya, cambió su mirada por una afilada, causando que la sonrisa de la chica temblara.

Ord: ¿Qué tal Syr, como has estado…? (Preguntó en un tono que no demostraba hostilidad, contrastando totalmente con la afilada mirada que le estaba dirigiendo)

Ryu a su lado rápidamente noto el cambio en la actitud del pelinegro, sabiendo lo que significaba, solo frunció el ceño, mientras se cruzaba de brazos y miraba a la peligris.

Syr: He estado muy bien, gracias por preguntar Ord… (Habló con la mandíbula apretada, para seguidamente mirar de forma neutra a Ryu) Ryu, no deberías tomarte un descanso, necesitamos toda la ayuda posible para atender a los clientes… (Habló tensa, dándole una mirada filosa a la elfa, la cual solo levanto una ceja)

Ryu: Mama Mia me dio el resto del día libre, además, "Syr" por lo que puedo ver, con solo dos de nosotras es suficiente para todos los clientes que hay… (Habló en un tono serio, dándole igualmente una mirada afilada a la peligris, la cual se tensó)

Perdiendo la compostura, Horn estaba por gritarle a la elfa, pero fue interrumpida por Ord, el cual ignoraba su berrinche.

Ord: ¿Te parece si damos una vuelta por la ciudad? Me gustaría hablarte sobre algo… (Habló en un tono calmado, viendo a la elfa a los ojos, la cual, rápidamente le regaló una cálida sonrisa, para ira de Horn) Gracias por todo Mia, tal vez en la próxima me quedé a charlar, puedes quedarte con el cambio... (Habló mientras se levantaba de su asiento, mientras dejaba una pequeña bolsa con valis sobre la barra, la cual fue rápidamente recogida por la enana, quien tenía una gran sonrisa)

Mama Mia: Te cobrare la palabra muchacho y será mejor que la traigas de vuelta temprano... (Habló con una sonrisa burlona, cosa que no inmuto al pelinegro, mientras que a la elfa la sonrojo, para ira de Horn, la cual apenas podía mantener una expresión alegre con su disfraz de Sir)

Una vez ambos salieron del local, Ord comenzó a caminar hacia la iglesia abandonada, para confusión de Ryu, quien seguidamente lo siguió, aunque decidió no arruinar el cómodo silencio en el que ambos estaban.

Durante un par de minutos ambos caminaron lado a lado, aunque Ryu lentamente se acercaba un poco más al pelinegro, el cual noto esto, igual que noto la mirada celosa/resignada que provenía de Babel.

Al llegar a la iglesia abandonada, Ryu miró con clara nostalgia el lugar, para seguidamente mirar a Ord, el cual solo dio un par de pasos en dirección de la entrada destruida de la iglesia.

Ord: Estuve hablando unas cosas con la diosa Hefesto... Planeo comprar este lugar... (Habló mientras miraba el frontis destruido de la antigua iglesia, sin dirigirle la mirada a la sorprendida elfa) Como sabrás, los demás miembros de la familia Freya no son muy amigables y ya me cansé de estar constantemente rompiéndoles la mandíbula para que me dejen tranquilo... Espero que con esto finalmente me dejen en paz...

Ryu: ¿Por qué me dices esto...? (Preguntó un tanto confundida y a la vez alegre al ver que el pelinegro finalmente se habría un poco a ella)

Ord: Puedo ser bueno haciendo planes y peleando, pero la decoración no es una de mis cualidades... Necesitare ayuda para decorar la mansión cuando esté terminada... (Habló mientras miraba de reojo a la elfa, la cual lo miraba sorprendida, para seguidamente darle una sonrisa alegre) No te hagas ideas raras, eres la única que conozco que me puede ayudar con esto... (Habló un tanto molesto al ver la gran sonrisa de la rubia, la cual solo agrando su sonrisa)

Ryu: Lo que tú digas... (Habló mientras miraba al pelinegro con una gran alegría, causando que este desviara la mirada, mientras chasqueaba la lengua)

Al día siguiente, en una de las salas privadas del gremio.

Un tenso ambiente se había instalado en la sala de reuniones privada del gremio, por un lado, Ord acompañado de Rose se encontraban en un extremo de la mesa, mientras que en el otro extremo se encontraban Hefesto y una molesta Hestia, la cual no le estaba dando una buena mirada al pelinegro.

La mañana de ese día había comenzado como cualquier otra para Ord y como primera actividad del día tuvo que romperle un par de huesos a alguno de sus simpáticos compañeros, los cuales no cesaban sus intentos de intentar vencerlo para "ganarse el favor de su diosa".

Después de esto se dirigió al comedor, donde desayuno junto a Freya y Ottar, un desayuno agradable si no hubiera sido por la intervención de Horn.

Poco después y antes de que Ottar intentara dejarle su parte del papeleo a él, se retiró de la mansión, dirigiéndose hacia Babel donde esperaba que se encontrara la diosa Hefesto.

Al llegar a su oficina la encontró a ella junto a Hestia, quien no parecía para nada feliz, algo que suponía que empeoraría más adelante.

Como si sus pensamientos fueran algún tipo de catalizador, ni bien tomó asiento frente al escritorio de la diosa, Hestia comenzó con un berrinche exageradamente infantil, reclamando que Freya no tenía derecho a reclamar unos terrenos que no le pertenecían.

En silencio, Ord solo miró con una ceja alzada a la diosa Hefesto, la cual se tomaba el puente de la nariz con irritación.

El berrinche de Hestia duró un par de minutos, en los cuales el pelinegro solo guardó silencio, sabiendo perfectamente que solo empeoraría si la interrumpía.

Cuando finalmente terminó, Ord se dirigió directamente hacia Hefesto, ignorando a la enojada diosa de coletas.

Contrario a lo que Hestia creía, fue Hefesto la que descalificó y derribó todos sus argumentos, algo que no se esperaba.

Hefesto: No entiendo por qué esto te molesta, tú y tu familia ya tienen una mansión… además de que dices que ese lugar fue donde viviste con tu primer hijo, pero en todos estos años no te has acercado al lugar… (Habló en un tono serio, sabía que su amiga terminaría siendo un dolor en el trasero después de esto, pero ya tenía que dejar de permitir sus berrinches) Además, como te había dicho antes de que Ord llegara, no te llame a esta reunión para preguntarte, solo fue para que estuvieras enterada… (Habló cambiando su tono a uno firme, viendo como la diosa de coletas se había quedado congelada en su lugar)

Antes de que Hestia explotara, Ord y Hefesto acordaron ir rápidamente al gremio para acordar la compra del terreno, el cual no era para nada pequeño, cuando finalmente Hestia volvió en sí, los siguió, sumamente enojada.

Actualidad.

Si bien no podía hacer nada para que Hefesto no vendiera esos terrenos, pensaba que dirigiéndole una mirada de odio puro al capitán de Freya lo haría renunciar.

Rose: Necesito que firme estos documentos Hefesto-sama y después estos otros deberán ser firmados por ambos, supongo que ya pactaron el valor… (Hablo mientras le indicaba a la diosa donde firmar, para seguidamente alternar su mirada hacia ambos, los cuales dieron un asentimiento)

Mientras ambos firmaban, Hestia por mera curiosidad leyó a escondidas el documento donde pactaron el precio, causando que sus ojos casi se salieran de sus cuencas al ver el precio, el cual hacía ver al cuchillo Hestia como un mero Jagamarukun.

Momentos después, las diosas y el pelinegro se encontraban en la entrada del gremio, con Hefesto estrechando la mano de Ord, mientras Hestia a un lado de su amiga parecía un muerto viviente.

Hefesto: Fue un gusto hacer negocios contigo… (Habló con una gran sonrisa, mientras estrechaba alegremente la mano del pelinegro)

Ord: Lo mismo digo… (Habló con alegría fingida, maldiciendo mentalmente no haber negociado más el precio)

Después de esto podemos ver Ord frente a la sede de la familia Goibniu, la cual, además de ser una familia herrera, también era una familia de constructores.

Daba gracias a que el dios era más benevolente que Hefesto y le había dejado pagar de forma flexible, no es que no tuviera el dinero suficiente, pero había aprendido que no debía gastar todo de golpe, aunque gastar 890 millones de Valis no eran un gasto muy grande en sus ahorros.

Dejando de lado esos pensamientos, se dirigió hacia el Dungeon, necesitaba despejarse y que mejor lugar donde puedes acabar con todo lo que se mueva sin tener que preocuparte por dañar a alguien.

Con eso en mente bajo al Dungeon, no tenía sus armas con él, pero sabía que solo sus manos serían más que suficientes.

Ocho horas después, Dungeon, piso 58.

Bueno, ahora si creía que había exagerado un poco, si bien al entrar al Dungeon había ido directamente al coliseo para relajarse, la sangre derramada por los monstruos y su creciente hambre causaron que perdiera levemente el control.

Lo que terminó con él matando a un dragón Valgang y bebiendo su sangre, algo que no le importaba mucho, debido a que ya ni se consideraba humano, aunque no le gustaba para nada tener espectadores.

Mientras consumía la sangre del dragón paralizado, Ais junto a Riveria, Lefiya y Tiona habían llegado al piso, al parecer habían sido enviadas por Airmid para buscar un extraño ítem.

Las cuatro mujeres se sorprendieron al encontrar al dragón tirado en el suelo, perdiendo lentamente el color.

Al sentir su presencia, Ord rápidamente se puso su máscara, para seguidamente usar un pequeño hechizo con el que limpio la sangre de su ropa.

Ante la vista de las mujeres, el dragon exploto repentinamente en ceniza, dejando solo a un pelinegro que todas reconocieron inmediatamente, aunque solo Riveria noto algo entraño en él, sus ojos, los cuales ahora tenían una pupila rasgada rodeada por un rombo de color dorado.

Ord: Se les perdió algo, Familia Loki… (Habló en un tono amenazante, mirando fijamente al grupo, causando que las tres menores tomaran sus armas, aunque seguidamente fueron detenidas por Riveria)

Riveria: Solo estábamos de paso, no queríamos entrometernos en tus asuntos, capitán de la familia Freya… (Habló en un tono serio, aunque la leve gota de sudor a un costado de su cabeza decía que estaba nerviosa)

Ord: Aún hay más dragones en el área, no se confíen… (Habló con desdén mientras se volteaba y comenzaba a caminar hacia la superficie, aunque al sentir como la pelidorada activaba su magia solo chasqueo la lengua, para seguidamente desaparecer en un estallido de velocidad)

La onda de choque liberada envió nuevamente a Ais hacia su grupo, causando que mirara irritada en dirección de donde estaba el pelinegro, quería saber cómo ser así de fuerte y estaba dispuesta a pelear contra el pelinegro para lograrlo.

Con una pequeña reprimiendo de Riveria hacia Ais por hacer esa imprudencia, reanudaron el camino hacia la superficie.

Mientras con Ord, este ya estaba a 5 pisos de distancia, atravesando a cualquier monstruo que se le atravesara, no le tomó mucho tiempo llegar a Rivira.

Al entrar a la zona segura, soltó un suspiro, aun cuando quería dejar de lado todo su pasado, este lo seguía atormentando.

Entre todos esos pensamientos, la imagen de una elfa de cabellos dorados apareció, opacando a todos los pensamientos oscuros de su mente, lo que causó que nuevamente soltara otro suspiro.

No lo quería admitir, pero con el pasar del tiempo Ryu se había colado dentro de su marchito corazón y aunque no lo quería admitir, le gustaba.

Incluso había enfrentado a Freya cuanto esta había amenazado a la elfa en un ataque de celos y locura.

Suprimiendo esos pensamientos se dirigió hacia el lugar de descanso de las compañeras de la elfa, donde dio sus respetos, para seguidamente emprender nuevamente el camino hacia la superficie.

Mientras corría hacia la superficie nuevamente los pensamientos sobre Ryu volvieron, aún si él intentó dejarlo de lado.

Sabiendo que sus pensamientos no lo dejarían tranquilo hasta que hiciera algo, cosa que odiaba de sí mismo, decidió simplemente, tomar el toro por los cuernos.

Una hora después, en la muralla de la ciudad.

Una vez llegó a la mansión, rápidamente se dio un baño, no quería encontrarse con la elfa oliendo a sudor y sangre.

Mientras lo hacía, pensó en lo que le diría, no podía simplemente decir lo que sentía, solo lograría confundir aún más a la elfa con sus pensamientos.

Una vez terminó su baño, envió una paloma mensajera hacia la anfitriona de la fertilidad, teniendo que romperle la mandíbula a Allen en el proceso, el cual había decidido atacar en su propia habitación.

Después de lanzar al moribundo Catman a la enfermería, se encaminó hacia el muro de la ciudad, sintiéndose como un adolescente, algo que mentalmente se maldecía.

Gracias a esto olvido un ligero detalle, o más bien a alguien que frecuentaba dicho lugar.

Al llegar a los muros se apoyó en el borde, mirando con nostalgia el exterior de la ciudad y la paz que le transmitía el atardecer.

Ryu: Lamento la demora… (Habló mientras aparecía de un salto, aún llevando su ropa de camarera) ¿Cuál es la emergencia…? (Preguntó un tanto preocupada, algo que le saco una sonrisa a Ord, aunque esta no se vio por su máscara)

Ord: ¿Qué piensas del pasado… Ryu…? (Pregunto sin voltear, mirando fijamente al atardecer, aunque antes que la elfa respondiera, este la interrumpió) Hace poco, mi mayor deseo era eliminar mi pasado… borrar todo rastro de lo que alguna vez fui y de los que me conocieron… (Habló lentamente, sin voltear, no sabiendo que esas palabras rompían lentamente el corazón de Ryu) Por un tiempo ese fue mi mayor anhelo… aunque había algo que me negaba a olvidar, o más bien… a alguien… (Habló mientras se quitaba su máscara y se volteaba, mirando directamente a los ojos de Ryu, la cual estaba al borde de las lágrimas, aunque eso cambió al ver como el pelinegro le daba una sonrisa sincera) Me di cuenta de que si borraba mi pasado, también te estaría borrando a ti de mi presente… y… eso es algo que jamás permitiré…

Ryu: ¿B-Bell…? (Pregunto sorprendida, viendo como el pelinegro dejaba caer su máscara, para seguidamente acercarse a ella y poner una de sus manos en su rostro, limpiando las lágrimas que había logrado escapar de sus ojos)

Bell: Ya no me importan las consecuencias, ni lo que los demás piensen… solo quiero estar junto a la mujer que amo… (Habló con una sonrisa, para seguidamente besar a la rubia, la cual fue tomada por sorpresa, solo para seguidamente corresponder el beso)

Su beso duró un par de momentos, solo para seguidamente ambos lo rompieran, terminando por juntar sus frentes.

Ryu: Te tardaste mucho… (Habló con suma alegría, derramando lágrimas, aunque estas eran de pura felicidad)

Bell: Gracias por esperarme… (Habló igualmente alegre, para seguidamente volver a besar a la elfa, la cual correspondió alegremente)

Aunque todo ese mágico momento fue repentinamente cortado cuando ambos escucharon una voz a un par de metros de ellos, la cual reconocieron inmediatamente.

Ais: ¿¡B-Bell…!?

Fin de capítulo 2

Del 1 al 10 cuánto le dan al capítulo.

Deja tu estrellita si te gusto.

Espero sus comentarios.

Yo soy Horst y nos vemos en el siguiente capítulo…