Capítulo 13

El coliseo de la ciudad estaba completamente lleno, causando que se escucharan diferentes gritos de apoyo y en contra de los diferentes contendientes.

En una de las entradas a la arena del coliseo, Bell y Lefiya miraban con un rostro neutro como los hijos de Poseidón hacían alarde de sus habilidades, todos con sonrisas arrogantes.

Lefiya: Recuérdame golpear a Loki cuando volvamos a la mansión… (Habló en un tono plano, mientras miraba con vergüenza ajena como la capitana de la familia Poseidón hacía unas cuantas piruetas con su lanza, dejando ver intencionalmente debajo de su falda al público)

Bell: Despellejare a Hermes… (Gruño molesto, mirando a la distancia al sonriente dios, el cual sintió un gran escalofrío, para seguidamente perder todo rastro de color en su rostro al notar la mirada del peliblanco fijamente en él)

Un par de horas antes.

Un tenso silencio se había instalado entre todos, por un lado, los elfos presentes querían saltar al cuello del dios Zeus por insultar a su rey, mientras que, por el otro lado, Larfal y Bell no apartaron miradas, mientras que el rey lo miraba con frialdad y rodeado de una pesada aura mágica, Bell lo miraba de forma calmada, igualmente subiendo poco a poco su poder mágico, el cual ya había superado con creces al del rey.

Mientras esto sucedía, Lyd miraba un tanto incómodo y nervioso la pesada aura mágica que envolvía a ambos, mientras que Asterius a su lado tenía una gran sonrisa psicópata, mirando fijamente a Bell.

Todo esto se vio interrumpido cuando una patada impactó con el rostro de Zeus, lo que lo derribó de una forma un tanto cómica.

Todos los presentes vieron como la diosa Artemisa arremetía contra el anciano dios, golpeándolo en el suelo mientras lo insultaba.

Bell: Ya decía yo que se había tardado… (Habló con una mirada nerviosa, mientras que Araxes a su lado desviaba a la mirada con vergüenza ajena)

Lefiya: Será mejor que la detengas o puede que envíe a tu abuelo al cielo… (Habló un tanto nerviosa, una vez se acercó al peliblanco, el cual solo soltó un suspiro cansado)

Riveria quien estaba más cerca de ellos, solo le dio una mala mirada a Lefiya, quien, sintiendo esa mirada, solo dio una ligera sonrisa, todo esto siendo visto por Larfal, el cual rápidamente unió los puntos y miró completamente pálido a su hija.

Una vez lograron calmar a la pequeña diosa, la cual rápidamente se lanzó hacia Bell llamándolo Orion, causando una risa nerviosa en Bell y Lefiya gracias al cambio tan brusco de emociones de la diosa, todo esto bajo la mirada de Zeus, quien lloraba mientras murmuraba que su nieto seguiría el camino del Harem, lo que termino con que el dios fuera golpeado por una enojada Lefiya, aunque esta se ensaño un poco, volándole un par de dientes al dios al no controlar su fuerza.

Con las cosas ya más calmadas, Bell junto a Fels guiaron a las diosas recién llegadas y al rey Larfal hacia la sala de reuniones, donde los estaría esperando Ouranos, con un leve movimiento asentimiento, Bell le hizo saber a Araxes que él estaba a cargo por si ocurría algo, recibiendo un gruñido en afirmativa de parte del dragón, el cual miro con una sonrisa tétrica a los aventureros que los rodeaban.

Mientras se dirigían hacia la sala, Bell podía sentir claramente la mirada de muchas personas clavadas en su espalda, siendo las principales las miradas de Larfal y la del grupo de diosas que llegaron junto a él.

Igualmente sentía la mirada de Poseidón, el cual lo miraba como si fuera una hormiga, tendría que bajar los humos del dios antes de la llegada de Hades o las cosas se pondrían feas.

Una vez todos llegaron a la sala de reuniones, con Bell y Lefiya sorprendidos por la presencia de Freya e Ishtar, los demás dioses tomaron asiento en sus lugares designados, para molestia de Poseidón al estar junto a su irritante hermano menor.

Con esto la reunión dio comienzo, primeramente, Ouranos les dio la bienvenida a los dioses y al rey Larfal, el cual no estaba para nada contento al ver a su hija junto a Bell.

Mientras los dioses hablaban, Bell miraba atento a los acompañantes de los dioses presentes, la presencia de la rana de Ishtar le daba muy mala espina, lo cual sólo aumentó al sentir la presencia de Filvis y Ein.

Lefiya: Supongo que también lo sientes… (Habló en un tono bajo, mirando fijamente a la rana de Ishtar, la cual tenía una sonrisa asquerosa)

Bell: No creo que sean tan estúpidos como para atacar ahora… (Habló igualmente en un tono bajo, asegurándose que solo ellos dos escucharan, aunque la pequeña carcajada que soltó la elfa si fue escuchada por los más cercanos)

Lefiya: Recuerda que Ishtar desafío a Freya aun sabiendo que la podían aplastar como a una mosca… (Habló con una media sonrisa, recordando cuando el peliblanco le contó cómo tuvo que huir por todo el distrito rojo)

Bell solo guardó silencio ante esto, notando rápidamente la presencia de los hijos de Freya en la sala, aunque había algo raro, la típica hostilidad que siempre desprendían ahora no estaba presente, solo estaban, tensos.

La reunión siguió lentamente hasta tocar el tema de Bell y Lefiya, lo que causó burlas en Poseidón, el cual, dando gala de su arrogancia tan grande como sus dominios, solo desestimó al par de aventureros, los cuales a palabras de él eran inferiores a su subcapitán, el cual tenía la gran hazaña de eliminar a la gran serpiente, Medusa.

Todos a su alrededor miraban con vergüenza ajena al dios, sabiendo que esa medusa no era más fuerte que un Goliath, solo destacaba por tener la rara capacidad de petrificar a los que la vieran directamente a los ojos.

Cansado de las risas del dios, Bell lentamente subió su poder, causando que la mayoría se atragantase gracias a la abrumadora presión, mientras que los dioses y elfos recién llegados miraban pálidos el poder que desprendía el peliblanco, el cual era sumamente similar al arcano de dioses menores.

Esto terminó tajantemente con las risas de Poseidón, el cual, aun en shock solo volvió a sentarse en su lugar, para burlas de Zeus.

Ouranos: Bien, si nadie más va a interrumpir, me gustaría seguir con él tema de más importancia para todos… (Habló mientras miraba a Fels, el cual le dio un asentimiento)

Después de esto el espectro del gremio proyectó una imagen de una espina común, junto al de una reina joven y un general, atrayendo la mirada preocupada de los dioses.

Tomando las palabras de Bell y su descripción de primera mano de las criaturas, Ouranos explicó a los demás dioses y al rey Larfal sobre estas, causando diferentes reacciones.

Mientras la reunión continuaba, Bell sintió una pesada mirada sobre él, volteando ligeramente la mirada, se encontró con Ishtar, quien lo miraba con claro deseo, notando en el brillo de sus ojos que intentaba usar su encanto en él.

Frunciendo levemente el ceño, solo le dio una mala mirada a la diosa, la cual cambió su mirada seductora por una de sorpresa, notando como su encanto no parecía hacer efecto en el peliblanco.

Phryne a su lado solo le dio una sonrisa de burla a su diosa, para seguidamente darle una mirada hambrienta al peliblanco, el cual le dio una mirada de asco, cosa que enojó a la amazona.

Notando esto, Lefiya y Riveria rápidamente dieron un paso al frente, apretando fuertemente sus báculos y dándole una mirada asesina a la amazona, la cual solo frunció aún más el ceño.

Antes que las cosas escalaran más, un grito que inmediatamente todos reconocieron los interrumpió y causó que tanto Bell como Lefiya miraran fijamente a Loki.

Loki: ¡QUITA ESA ASQUEROSA SONRISA ALIENTO DE PERCEBE, BELL Y LEFIYA SON LO SUFICIENTEMENTE FUERTES PARA PONER A TU ESTUPIDA FAMILIA DE RODILLAS…! (Grito en cólera, apuntando directamente al sonriente dios, el cual solo frunció levemente el ceño)

Mientras Bell y Lefiya estaban distraídos con Ishtar y su rana, Poseidón había lanzado un comentario hacia Ouranos, desestimando todo lo que había dicho sobre la peligrosidad de las espinas y sobre el nivel de poder del peliblanco y la elfa, diciendo arrogantemente que sus hijos podían doblegar al Dungeon ellos solos.

Inmediatamente después de la declaración de la diosa, inició una pelea entre Loki y Poseidón, con ambos subiendo peligrosamente su arcano, mientras que los demás preferían guardar silencio.

Lentamente la discusión comenzó a escalar en agresividad, llegando al punto que ambos estaban por liberar su forma divina, pero ambos fueron interrumpidos por unas palabras de Hermes, el cual atrajo todas las miradas de los presentes.

Hermes: Si tanto dices que tus hijos son poderosos, porque no tienen un pequeño juego de guerra en el coliseo de la ciudad en contra de Bell y Lefiya, así podrán demostrar su poder frente a todos… (Habló con una sonrisa, aunque seguidamente se atraganto con su propia saliva al recibir la mirada de todos, especialmente una mirada fría de parte de Bell)

Antes de que Ouranos lograra calmar los ánimos, la diosa Quetzalcóatl rápidamente apoyó la idea de Hermes, con ella sumándose otros dioses como Artemisa, Ishtar, Apollo y Freya.

Viendo que ya no lograría parar a los obstinados dioses, Ouranos solo dio la orden de que se les notificará a los civiles y al resto de las familias de los dioses presentes, causando que rápidamente todos salieran disparados hacia la salida.

Loki viendo lo que habían causado sus palabras solo miro lentamente hacia su espalda, encontrándose con una Lefiya cubierta por un aura oscura, causando que saliera disparada hacia la entrada, sabiendo que no saldría viva si se quedaba.

Finn: Al parecer las cosas no salieron de la mejor manera… (Habló en un tono un tanto nervioso, mientras se acercaba a un irritado Bell, el cual se sujetaba el puente de la nariz)

Bell: Tienes razón, aunque por una parte fue bueno, así podré bajarle los humos a Poseidón y a su familia… por otra parte… (Habló en un tono irritado, el cual rápidamente paso a uno molesto, mientras miraba en dirección de Hermes, el cual sintiendo la mirada se apresuró a huir entre los demás dioses)

Después de esto, la noticia se extendió como pólvora por toda la ciudad, causando que un gran grupo de personas se agruparan en la entrada del coliseo, para molestia de algunos de la familia Ganesha, los cuales fueron llamados gracias a la gran cantidad de personas.

Mientras que con Bell y Lefiya, estos solo se dirigieron a la arena del coliseo, ambos con un rostro neutro, esperando a sus contrincantes, los cuales no tardaron en llegar, especialmente los altos mandos de Poseidón, los cuales comenzaron un espectáculo, mostrando sus habilidades.

Alejadas de ellos se encontraban las tres hijas de Artemisa, las cuales miraban con un aire asesino a cualquiera que se les acercara, especialmente hombres o hijos de Poseidón.

A un lado de estas se encontraban Phryne, Aisha y una encapuchada que ambos reconocieron inmediatamente, causando que Bell apretara fuertemente sus puños al ver como la rana sujetaba fuertemente la cabeza de esta mientras le daba una orden.

Alejados de ambos grupos se encontraban los hijos de Apollo y Freya, mientras que, con los hijos del dios del sol, estos se encontraban hablando entre ellos, planeando una estrategia según había logrado escuchar Bell, mientras que los hijos de Freya se encontraban en silencio, mirándose con hostilidad entre ellos, exceptuando a Ottar y Hedin, quienes miraban fijamente a Bell, analizándolo silenciosamente.

Bell: ¿Qué opinas…? (Preguntó mientras miraba de reojo a una seria Lefiya, la cual solo le dio una sonrisa astuta)

Lefiya: Ambos tenemos la fuerza física suficiente para acabar con todos, en especial tú, señor puedo derribar una montaña de un puñetazo… (Habló con una gran sonrisa burlona, contagiando a Bell, el cual solo sonrió, mientras negaba con la cabeza)

Bell: Mira quien habla, señorita puedo desaparecer todo Orario y sus alrededores si dejo libre toda mi magia… (Habló igualmente en un tono burlón, sacándole una pequeña carcajada a Lefiya, aunque seguidamente miró sorprendida hacia el frente)

Lefiya: Bueno, ya se había tardado… (Habló mientras veía como lentamente Ais llegaba a la arena, mirando fijamente a ambos)

Bell: Creo que viene por ti… (Habló con una sonrisa burlona, viendo como la peli dorada pasaba de mirarlos a ambos a solo mirar a Lefiya, quien no se inmuto)

Lefiya: Lo supuse… (Habló mientras soltaba un suspiro irritado, si bien no tenía problemas en pelear con la peli dorada, su escudo de aire era un tanto molesto)

Después de esto ambos guardaron silencio, esperando que los civiles terminaran de llenar las gradas y que sus contrincantes se prepararan.

Sobre las gradas, los altos mandos de diferentes familias de mayor prestigio junto a los dioses miraban en silencio hacia la arena, aunque para los oídos más agudos, se lograban escuchar los murmullos que algunos dioses compartían, todos en contra de Bell y Lefiya, para los altos mandos de Loki esto no fue sorpresa, todos sabían que muchos dioses eran envidiosos incluso con los mortales.

Mientras que sus hijos presentes tenían el ceño fruncido, Loki ignoraba totalmente los murmullos de los estúpidos dioses menores, los cuales se creían importantes cuando apenas y podían mantener una pequeña familia de bajo nivel.

La diosa de cabellos bermellón miraba con un aire serio a sus dos hijos, sabía que no era la única en notarlo, como estos a pesar de tener una conversación e ignorar a sus contrincantes, jamás bajaron la guardia, cuidando la espalda del otro.

Tuvo que dejar de lado sus pensamientos cuando Hestia irrumpió en el lugar, exigiendo tener un lugar para ver directamente la pelea de su capitán.

Soltando un gruñido molesto, Loki se acercó a ella y la arrastró hacia su lugar, tapando su boca con un trapo en el proceso, callando su voz chillona.

Volviendo con Bell y Lefiya, estos estaban en total silencio, mirando con atención a los hijos de Freya, los cuales ahora parecían estar armando una especie de plan, aunque había algo extraño, ninguno de los dos lograba escuchar que hablaban, ni la exageradamente aguda audición de Bell ni los oídos mejorados con magia de Lefiya.

Antes de que lograran descifrar que ocurría, Ganesha dio uno de sus gritos característicos, dando por iniciado el combate.

En un parpadeo Ais había salido disparada hacia el par, con viento negro cubriendo su cuerpo y espada, llegando frente a estos en un segundo, aunque antes que lograra asestar un golpe en alguno, una fuerte patada en su torso la lanzo hacia uno de los muros, dejándola incrustada.

Bell: Sabes que eso no la detendrá… (Habló mirando de reojo a Lefiya, la cual solo tomó su báculo con una mano)

Lefiya: Pero la dejará unos momentos fuera de combate, mientras nos encargamos de los demás… (Habló en un tono serio, para seguidamente esquivar la lanza de Vana Freya) ¿Acaso no te enseñaron que es descortés interrumpir una conversación…? (Preguntó mientras miraba de reojo al Catman, el cual solo frunció el ceño)

Inmediatamente después y sobrepasando rápidamente la velocidad de reacción del Catman, Lefiya encestó una fuerte patada en su costado, lanzándolo como un muñeco de trapo hacia los demás.

Mientras esto sucedía, Bell peleaba con Ottar, el cual, siendo apoyado por Hedin, intentaba inútilmente encestar un corte en el peliblanco.

Aprovechando la "distracción" creada por el Boaz, Phryne se lanzó hacia Bell intentando encestar un golpe, solo para que su espada fuera destruida por una patada y ella terminara incrustada en uno de los muros.

Esto era visto por la mirada crítica de los dioses, mientras que algunos miraban sorprendidos como poco a poco los diferentes combatientes caían, siendo los primeros en caer los de la familia Apollo, al igual que algunos de la familia Poseidón y Freya.

Otros dioses miraban seriamente la pelea, fijándose en un pequeño detalle que algunos estaban dejando pasar, ninguno había usado su poder mágico, a diferencia de sus rivales que usaban todo lo que podían para ganar.

Todos los dioses fueron sacados de sus pensamientos cuando un gran rayo cayó del cielo, dejando fuera de combate a Aisha, Ottar, Hedin y Phryne, los cuales cayeron frente a un serio Bell, el cual rápidamente esquivó un ataque de la capitana de la familia Poseidón.

Al mismo tiempo, Lefiya peleaba contra las hijas de Artemisa, las cuales estaban siendo un reto para la elfa, la cual mantenía un aire serio a su alrededor.

Con Bell, este miraba con el ceño fruncido a la capitana de Poseidón, la autoproclamada "semidiosa" Caenis, una mujer de tez morena, alta, casi llegando al 1,90, una gran maestra de la lanza, aunque su gran arrogancia opacaba todas sus habilidades, Bell ya había tratado con ella anteriormente y juro que jamás intentaría entablar amistad con esa mujer.

Caenis: ¿Qué ocurre…? Tienes miedo niño… (Habló en un tono incluso más arrogante que su dios, causando que Bell tuviera que morderse la lengua para no decir nada)

Ambos nuevamente guardaron silencio, Bell sabía que ella solo lo estaba distrayendo, por lo que solo basto ver como la mujer movía levemente sus ojos hacia un lado para saber que ya había esperado demasiado.

En un rápido movimiento, Bell se volteó, tomando del rostro al subcapitán de Poseidón, el cual soltó un fuerte chillido, para seguidamente ser estampado en el suelo, quedando inmediatamente inconsciente.

Bell: Creo que tu cobarde plan no resultó… (Habló en un tono burlón, causando que Caenis gruñera cual bestia, para seguidamente lanzarse imprudentemente hacia Bell)

En un rápido movimiento la morena intentó clavar su lanza en el torso de Bell, pero este de un solo movimiento desvío la lanza y tomó del cuello a la mujer, la cual sintió como si chocara con una pared de metal.

Bell: La arrogancia nunca es buena… (Habló en un tono calmado, apretando ligeramente el cuello de la mujer, la cual solo gruño)

Seguidamente Bell lanzó a Caenis hacia uno de los muros, llevándose con ella a Allen, quien apenas estaba volviendo a la pelea.

Bell: ¿Necesitas ayuda…? (Preguntó mientras se cruzaba de brazos, volteandose para ver la pelea de Lefiya, la cual tenía una flecha incrustada en el hombro, mientras peleaba mano a mano con la capitana de Artemisa, siendo la última que quedaba de sus hermanas)

La elfa solo chasqueó la lengua, para seguidamente ver una apertura en la guardia de la mujer, logrando encestar un fuerte puñetazo en la mandíbula de su rival, derribándola de golpe.

Bell: Creo que ya terminamos… (Habló mientras se acercaba a Lefiya, la cual solo lo miro de reojo, a la vez que se arrancaba la flecha de su hombro)

Lefiya: Aún falta alguien… (Habló mientras se giraba en dirección de la entrada, donde una figura lentamente se levantaba)

Bell: La había olvidado… (Habló mientras se giraba, solo para seguidamente cubrirse de una fuerte ráfaga de viento, la cual lo arrastró un par de metros)

Frente a ellos una enojada Ais había aparecido, causando que ambos rápidamente notaran que su avenger había tomado el control de la iracunda pelidorada.

Lefiya: Bien, creo que tendremos que calmar a la piedrita… (Habló con una media sonrisa, mientras lentamente se acercaba a la chica, la cual desapareció en un parpadeo) Aunque creo que tú tienes tus propios problemas… (Habló sin mirar a Bell, siguiendo con su mirada a Ais, la cual la rodeaba intentando despistar)

En un rápido movimiento la peli dorada lanzó una estocada hacia Lefiya, la cual detuvo la espada con solo dos dedos, causando que una fuerte ráfaga de viento saliera disparada en todas direcciones.

Mientras con Bell, este solo giró levemente su cabeza, solo para recibir un fuerte puñetazo de Phryne, la cual estaba cubierta por la magia de Haruhime.

El golpe creó un fuerte estruendo, aunque no movió ni un centímetro a Bell, el cual, superando rápidamente la fuerza de la amazona, giró su rostro, haciendo retroceder el puño de la mujer.

Phryne: ¿Que…? (Intentó preguntar, solo para seguidamente ver como el peliblanco desaparecía en un parpadeo)

Enojada, la amazona miró en todas direcciones, buscando al peli blanco, no logrando verlo, aunque seguidamente sintió un fuerte golpe en la espalda, lo que la lanzó unos cuantos metros.

Cayendo de rodillas, no alcanzó a reaccionar cuando una fuerte patada la golpeó en la nariz, destrozándola y lanzándola nuevamente por los aires.

Bajo la atenta mirada de todos, la amazona fue golpeada por toda la arena, no dejándola reaccionar ni defenderse, con un último golpe en su destrozada nariz, Phryne terminó cayendo en medio de la arena, totalmente cubierta de heridas y sangre.

Frente a ella apareció un serio Bell, quien solo la miro de reojo, para seguidamente voltearse, viendo como Ottar y Hedin se preparaban para atacar, aunque este logro notar un ligero detalle en ellos, ambos estaban nerviosos.

Conociendo muy bien a ambos, Bell supo que el primero en atacar sería Ottar para distraerlo y que Hedin lo incapacitaria con su magia de rayo.

Sabiendo esto, decidió dejar de jugar y ponerse serio, solo quedaban ellos y Ais, por lo que podría pasarse un poco.

Con eso en mente, dejó fluir su magia, causando que un gran torbellino de fuego y rayos lo envolviera, lanzando una fuerte ventisca.

Una vez el torbellino desapareció, se podía ver a Bell cubierto por una armadura de fuego y rayos, la cual desprendía un pesado poder mágico.

Viendo esto con nerviosismo, Ottar y Hedin apretaron sus respectivas armas, ambos con diferentes pensamientos y planeando una estrategia para por lo menos sobrevivir a lo que vendría.

Tal como pensaban, Bell desapareció en un parpadeo, desapareciendo incluso su pesada presencia mágica del coliseo.

Ottar: ¡ESPALDAS…! (Ordenó mientras de un salto se acercaba al elfo, el cual rápidamente chocó su espalda con la de él) Es demasiado rápido…

Hedin: No digas lo obvio… (Gruño molesto, aunque el agarre en su arma flaqueo levemente, no lograba sentir la presencia mágica del peliblanco)

Todo el coliseo de la nada quedó en total silencio, solo logrando escucharse como Ais caía derrotada en la entrada de la arena, su armadura totalmente rota.

Ambos hombres vieron como Lefiya solo caminaba hacia uno de los muros de la arena, donde se apoyó mientras se cruzaba de brazos, dándoles una sonrisa de lástima a ambos, cosa que los puso aún más nerviosos.

De la nada un destello pasó a un lado de ellos, levantando una cortina de humo, causando que Hedin en un acto de reflejo lanzará un ataque mágico, solo golpeando la arena.

Mientras esto sucedía, a un lado de la sala de los dioses, Larfal miraba esto con atención, recordando su niñez, como algunos espadachines mágicos de su padre hacían algo parecido en los torneos que se celebraban en su cumpleaños, aunque eran exageradamente más lentos que el peli blanco.

Legolas: ¿Está todo bien mi señor…? (Preguntó viendo la mirada sorprendida de su rey, causando que este lo mirara de reojo)

Larfal: No es nada, solo recordé algo… (Habló en un tono serio, volviendo a su típica expresión neutra)

Volviendo a la arena, Ottar había salido volando por los aires al recibir un golpe en el costado, causando que fuera levemente electrocutado.

Esto dejó a Hedin solo, el cual, al sentir rápidamente la presencia de Bell, lanzó un ataque mágico a su alrededor, causando una fuerte explosión.

De entre el fuego y arena, Bell se lanzó sobre el elfo, el cual, reaccionando más por instinto, detuvo la estocada del peliblanco, causando que todo su cuerpo temblara por el golpe.

Bell: Veamos si tus historias son ciertas, maestro… (Habló con una sonrisa, para seguidamente comenzar a dar una gran cantidad de estocadas hacia el elfo)

Reaccionando rápidamente, Hedin comenzó a detener y esquivar las diferentes estocadas del peliblanco, igualmente dando sus propios ataques, los cuales eran detenidos por un sonriente peliblanco.

Rápidamente Ottar se unió a la pelea, siendo rápidamente superado por la velocidad del peliblanco, causando que recibiera una gran cantidad de cortes, los cuales eran cauterizados inmediatamente.

En un momento de distracción por una finta, Bell golpeó fuertemente la mandíbula de Ottar, noqueándolo de golpe, dejando solo a un cansado Hedin, el cual igualmente estaba cubierto de cortes.

Con un gruñido, Hedin intento alejarse, solo para sentir como Bell aparecía frente a él, para seguidamente todo se volviera negro, cayendo inconsciente al suelo.

Todos habían quedado en silencio, viendo como solo dos personas habían ganado una batalla contra los altos mandos de algunas de las familias más poderosas de la ciudad.

En total silencio, Lefiya se acercó a Bell, ambos quedando en el centro de la arena, solo para que de la nada, Bell diera un gran salto, saliendo disparado hacia el cielo, a la vez que Lefiya golpeaba su báculo contra el suelo, creando un enorme círculo mágico.

Todos y cada uno sintieron el fuerte subidón de poder mágico, causando que muchos cayeran de rodillas debido a la abrumadora presión.

Los que aún podían aguantar la presión, vieron como Bell y Lefiya parecían recitar un cántico, mientras que la elfa lentamente se levantaba y estiraba una mano al cielo, Bell levitaba sobre el coliseo, igualmente estirando una mano en dirección de la elfa.

Lentamente la presión mágica comenzó a aumentar, aterrando a algunos dioses por la similitud que las presencias mágicas de ambos tenían con la de algunos antiguos dioses/espíritus.

Cuando finalmente ambos cargaron su ataque, con una gran sonrisa, ambos dejaron libre su poder, gritando el nombre de su ataque.

Bell/Lefiya: ¡ENUMA ELISH…! (Gritaron con una gran sonrisa, lanzando su ataque)

Bajo la mirada de todos, dos rayos de poder, uno dorado y el otro rojo, colisionaron sobre ellos, durante unos segundos pelearon por dominar al otro, solo para seguidamente ambos combinarse y explotar.

La onda expansiva casi sacó volando a los civiles y aventureros de menor categoría, sólo gracias al rápido actuar de los responsables de los ataques, quienes levantaron una barrera, no terminaron atravesando la ciudad por los aires.

Todos los dioses, incluso los que conocían el poder de ambos, los miraban con sentimientos encontrados, esa liberación de poder se acercaba si es que no igualaba a algunos de sus congéneres de media y menor categoría, superando con creces a los espíritus de antaño.

Pero el dios que estaba aún más sorprendido y aterrado era Poseidón, quien no quería creer lo que sus ojos habían visto, ningún mortal podía alcanzar tal nivel de poder.

A su lado, Zeus tenía una gran sonrisa en su rostro, la cual rápidamente pasó a burla mientras miraba a Poseidón, quien se tomaba la cabeza y negaba repetidas veces.

En la arena Bell y Lefiya se limpiaban el polvo de sus ropas, ambos con una gran sonrisa en sus labios, aunque la elfa le daba una cálida mirada a Bell.

Bell: ¿Crees que nos pasamos…? (Preguntó viendo como todos habían quedado en un silencio tenso y abrumador)

Lefiya: Solo espero que no comiencen con sus idioteces, ya sabes como son los civiles y los dioses cuando ven algo que no pueden controlar… (Habló un tanto irritada por las miradas que estaba recibiendo, especialmente de dioses como Apollo e Ishtar, quienes habían salido de su estupor)

Bell: Afilare mis espadas… (Habló en un tono plano, viendo como diferentes hombres y dioses comenzaban a ver con diferentes miradas a Lefiya)

Fin de capítulo 13

Del 1 al 10 cuánto le dan al capítulo.

Deja tu estrellita si te gusto.

Espero les guste el capítulo y perdonen si en algunas partes mi forma de narrar cambia o doy muchas vueltas.

Yo soy Horst y nos vemos en el siguiente capítulo…