Capítulo 6

La señora Smith le pidió al mayordomo que le avisara a Jane que ella y su sobrino la estaban esperando en el estudio. La noche anterior antes de retirarse a su hogar, Andrew habló con su tía y le dijo que había conversado con Jane y que ella tenía intención de ayudarlos.

Por su parte, Jane había despertado temprano pero se había quedado en su habitación leyendo la larga carta que le había mandado Elizabeth. Aunque ella sabía que su querida hermana intentaría no preocuparla, a ella le dio la impresión que Elizabeth estaba bien y que le había tomado mucho aprecio a la señorita Darcy. Tal vez ella no era orgullosa como su hermano y no tendría prejuicios en contra de Elizabeth y su familia.

Cuando una de las sirvientas le avisó que la estaban esperando en el estudio, Jane guardó la carta de Elizabeth y fue inmediatamente hacia allá. Ella estaba ansiosa por hablar con el Barón Norton y llegar a un acuerdo con él.

Cuando entró al estudio y vio a la señora Smith se sorprendió un poco, pero asumió que probablemente su sobrino le había contado lo que conversaron la noche anterior. Además a Jane le pareció bien tener alguien que intermediara y sirviera de testigos para los acuerdos que ellos tomaran.

"Pasa querida, antes de que hables con mi sobrino quiero que sepas que yo estoy para ayudarte en todo lo que necesites y que nunca olvidaré tu noble gesto de ayudarnos a resolver este doloroso problema." La señora Smith abrazó a Jane y ella sólo pudo sonreírle.

"Señorita Bennet, por favor siéntese y déjeme explicarle en la tremenda encrucijada que me encuentro." Andrew le contó a Jane todo sobre su madrastra, una mujer fría y calculadora que había sido muy cruel con él y su hermano. "Después de la muerte de mi madre, mi padre nos dejó en la finca con esa mujer y lo veíamos muy poco. Cuando mi padre murió, mi hermano asumió la cabeza de la familia y ambos trabajamos junto a tío y tía Smith para hacer próspera nuestra hacienda."

"Mis sobrinos trabajaron mucho, pese a todo lo que les tocó vivir por culpa de esa mujer y su irresponsable padre, ellos siempre fueron niños ejemplares," dijo la señora Smith con orgullo.

"Mi hermano tuvo la suerte de conocer a una buena mujer que lo amaba sinceramente. Ellos tuvieron dos hijas, Clara de seis y Matilda de cuatro. Cuando mi hermano murió, Agnes, mi madrastra se hizo cargo de las niñas y asumió su custodia. Yo intenté recuperarlas pero no fue posible. El juez dijo que un hombre soltero no podía asegurar el bienestar de dos niñas pequeñas. Señorita Bennet, yo no deseo que Agnes haga con mis pequeñas sobrinas lo mismo que hizo conmigo y mi hermano. Yo no puedo permitir eso," dijo Andrew y se le quebró la voz de la emoción.

"Entiendo, yo es su lugar, mi Lord tampoco lo permitiría," dijo Jane con voz compasiva.

La señora Smith y Andrew le contaron algunas cosas más sobre las niñas, la familia y sobre la hermosa finca de la familia Taylor. Jane los escuchó con mucha atención y no pudo evitar sentir compasión por esas pobres niñas. Ella había perdido a su padre, pero al menos aún tenía a su madre. Además, ella y sus hermanas ya eran grandes y podían cuidarse y trabajar.

"Me imagino, señorita Bennet que usted comprende que lo que yo necesito es una esposa, y que pienso que usted es la candidata ideal," dijo Andrew nervioso.

"Sí, mi Lord, pensé exactamente eso, y como le dije ayer, estoy dispuesto a ayudarlo si usted me ayuda con mi familia." Jane respiró hondo y le dijo a Andrew todo lo que necesitaba. "Mi madre y mis hermanas menores vivirán en una casa que mi tío piensa alquilar en el pueblo donde crecimos. Pero el dinero que mi padre ahorró no alcanza para pagar sus gastos y es por eso que mi hermana y yo tuvimos que buscar empleo."

"Entiendo, por eso no se preocupe. Tengo ingresos cercanos a las seis mil libras anuales, no será un problema para mí cubrir los gastos de su madre y hermanas. Incluso, si ellas lo desean, pueden pasar tiempo con nosotros en Somerset."

"Pero eso no es todo, mi Lord. Yo deseo que mi hermana Elizabeth viva conmigo hasta que ella se case, y si no desea casarse, quiero que esté para siempre a mi lado."

"Por supuesto," dijo Andrew. Él estaba muy sorprendido porque Jane no le había pedido nada para ella, todo era para su familia. "Además, quiero que sepa que acordaré con su tío un buen contrato matrimonial para que usted quede protegida en caso de que algo me pase a mí."

"Es muy considerado de su parte, mi Lord."

"Hay una cosa más que debo informarle antes de que usted tome una decisión. Señorita Bennet, yo necesito un heredero… Yo… No quiero que usted piense que yo pretendo… Quiero que usted comprenda que le daré tiempo para que me conozca, para que se acostumbre a mi presencia. Pero eventualmente, yo espero formar una familia con usted," explicó Andrew muy incómodo. Él notó como Jane se ruborizó y eso lo hizo sentir como un canalla.

"No se preocupe, mi Lord, yo comprendo como son estas cosas. Y le agradezco su consideración, pero sé que si me caso con usted es para apoyarlo en todo e iniciar una familia con usted."

"Gracias por comprender. Para mí es muy importante que ambos tengamos claros lo que significará este matrimonio y cómo cambiará nuestras vidas. Finalmente, sólo me queda pedirle absoluta discreción. Nos casaremos en dos semanas más, pero no podremos anunciarlo en la prensa ni hacer una gran fiesta. Agnes tiene muchos amigos que la mantienen informada de mis pasos. Si ella sabe que pienso casarme para quitarle el control de las niñas, es capaz de llevárselas lejos donde yo jamás las pueda encontrar."

"Si mi madre y mis hermanas no pueden estar presentes en mi boda, creo que les contaré una vez que me haya casado," dijo Jane con tristeza.

"Querida Jane, sé que es muy triste que no puedas tener a tu familia a tu lado, pero Madeline y tu tío podrán acompañarte," dijo la señora Smith para que Jane se animara un poco.

"Una vez que nos hayamos casado viajaremos inmediatamente con mi tía a Parkland a recuperar a mis sobrinas. Después, regresaremos a Londres y organizaremos una gran fiesta para nuestras familias y me encargaré personalmente de que tu hermana Elizabeth venga a vivir con nosotros."

"Muchas gracias, mi Lord."

"Bueno, eso es todo lo que tenía que decirle señorita Bennet. Por supuesto no debe darme una respuesta inmediatamente, puedo esperar hasta mañana para que me comunique su decisión."

"No es necesario, mi Lord. Acepto todo lo que me ha propuesto y le doy mi palabra que haré todo lo que está de mi parte para ser una buena tía para sus sobrinas y una buena esposa para usted. Mi madre y mis hermanas son lo más importante para mí y sé que usted me ayudará a que nunca les falte nada."

Andrew y Jane se dieron la mano como dos comerciantes que acababan de cerrar un trato.

"Me alegro que puedan haber aclarado todo. Mañana tendremos que ponernos en marcha con nuestro plan. Ahora debemos ir a desayunar, podemos continuar conversando mientras comemos," dijo la señora Smith.

Andrew estaba satisfecho con su decisión. Él había pensado que sería más difícil tener que hablar de todo aquello con una dama a la que conocía muy poco. Pero había algo en la señorita Bennet que le inspiraba confianza y tenía el presentimiento que su vida futura sería mucho más satisfactoria de lo que jamás había esperado.

P&P

"Por fin mi querida Georgiana me escribió. Le he mandado unas cinco cartas en el último mes y no había respondido a ninguna de ellas," dijo Caroline mientras se sentaba a desayunar con su familia.

"Caroline, es imposible que Georgiana responda a todas tus cartas, considerando que le escribes todos los días. Además, ahora está en Pemberley y las cartas se demoran unos días en ir de aquí para allá," dijo el señor Bingley mientras untaba mantequilla en un trozo de pan.

"Charles deberías haberle dicho al señor Darcy y Georgiana que nosotros podíamos viajar con ellos y pasar parte del invierno en Pemberley," dijo Caroline.

"Lo siento, cuñada, pero yo prefiero pasar el invierno en Londres. Aquí hay muchas actividades para divertirse. Ya perdimos varios meses en Hertfordshire para perder otros más en Derbyshire," dijo el señor Hurst mientras se servía papas y jamón.

"Por favor, Arthur, no vas a comparar Derbyshire con aquel lugar lleno de salvajes. Sin lugar a duda, Pemberley debe ser la finca más hermosa de todo Inglaterra," replicó Caroline indignada.

"Hurst tiene razón, Caroline. A ti no te gusta la vida en el campo y por eso es mejor que te quedes aquí en la ciudad. Además, cuando Darcy está en Pemberley siempre tiene muchas cosas que hacer y nosotros sólo iríamos a interrumpir. Finalmente, déjame recordarte que hace unas semanas atrás me decías con mucho énfasis lo divertida que era Londres durante la temporada de invierno," dijo el señor Bingley riendo.

"Caroline, me había olvidado contarte que la señorita Spencer nos invitó a tomar el té a su casa mañana en la tarde. Ella me contó que su tía, Lady Beatrice, había conocido al nuevo Barón Norton y que era un hombre joven y bastante guapo," dijo Louisa para distraer a su hermana y evitar que siguiera discutiendo con su hermano y el señor Hurst.

Caroline y Louisa comenzaron inmediatamente a especular sobre con quien se casaría el nuevo Lord Norton y el señor Bingley y cuñado planean que hacer aquella tarde. El señor Bingley deseaba mantenerse ocupado todo el tiempo para no pensar en su ángel. Él estaba seguro que nunca antes se había enamorado tanto de una señorita y estimaba que le tomaría mucho tiempo olvidarse de ella.

Cuando Louisa le hizo una pregunta a su esposo, Caroline abrió la carta que le había mandado Georgiana y comenzó a leerla sin mucho interés. Ella deseaba saber qué estaba haciendo el señor Darcy y no le interesaba saber cuál era la última pieza de música que Georgiana había aprendido o si había bordado un pañuelo o un mantel. Pero cuando leyó el último párrafo no pudo contener su sorpresa e indignación. "¿ELIZA BENNET?"

"¿Qué pasó con la señorita Elizabeth?" preguntó el señor Bingley preocupado.

Caroline se dio cuenta de que había hablado demasiado fuerte y aunque intentó desviar la atención de su hermano, no pudo. Por lo tanto no le quedó más que explicar por qué estaba tan atónita.

"¿Me vas a explicar por qué has mencionado a la señorita Elizabeth?" preguntó el señor Bingley enojado.

Caroline miró a Louisa y con resignación respondió a la pregunta de su hermano. "Charles, Eliza Bennet está trabajando como dama de compañía de nuestra querida Georgiana. Creo que debes escribirle al señor Darcy y decirle que debe contratar a alguien más apropiado. ¿Qué puede enseñarle esa mujer a una señorita refinada y elegante como Georgiana?"

"A caminar por campos cubiertos de lodo," dijo Louisa riendo.

"O a como ser impertinente," agregó Caroline también riendo.

El señor Bingley estaba procesando la información y no lograba comprender por qué la señorita Elizabeth estaba trabajando con los Darcy en Pemberley, pero sobre todo porque su amigo no le había dicho nada. Mientras tanto, Louisa y Caroline intentaban bromear con la situación para evitar que Charles les hiciera más preguntas, pero no tuvieron éxito.

"Caroline, ¿me puedes decir por qué la señorita Elizabeth está en Pemberley?"

"Charles, ya te dije, está trabajando como dama de compañía de Georgiana."

"¿Y por qué está trabajando?"

"Porque aunque es la hija de un caballero es pobre, supongo."

"Si no me da una respuesta directa, creo que mañana mismo viajaré a Hertfordshire para saber qué está pasando."

"No tengo los detalles porque Georgiana no me contó mucho, pero el señor Bennet falleció y sus hijas ahora deben trabajar para poder comer."

"¿QUÉ? Exclamó el señor Bingley horrorizado. "Hace cuanto que sabes esto y por qué no me contaste."

"Charles, por favor, esa no es forma de hablarle a Caroline. Es evidente que se acaba de enterar," dijo Louisa para socorrer a Caroline que no sabía qué decir.

"Así es, me acabo de enterar y estoy tan asombrada como tú," agregó Caroline.

"Lo siento, pero tengo algo urgente que hacer," dijo el señor Bingley y se levantó de la mesa.

Caroline y Louisa quedaron bastante preocupadas pero no sabían qué hacer mientras el señor Hurst comía sin mayor preocupación.

P&P

Después de cenar y cantar, Elizabeth se fue a su cuarto para descansar. A los pocos minutos de estar allí, sintió que alguien golpeaba ligeramente la puerta y pensó era alguna de las sirvientas que deseaban saber si necesitaba algo. Todos los empleados de Pemberley eran muy amables y sentían mucho respeto y admiración por sus patrones. Elizabeth había notado que el señor Darcy trataba a sus empleados con mucha deferencia y parecía una persona distinta a la que ella había conocido en Hertfordshire. Ella estaba cada día más acostumbrada a su nueva vida y sabía que el dinero de su salario ayudaría enormemente a su madre y hermanas.

Elizabeth se cubrió con un chal y fue a abrir la puerta, y se sorprendió mucho al ver que era Georgiana. Ella la hizo pasar y conversaron por varias horas sobre muchas cosas como la familia, amigos y las cosas que más disfrutaban. De esa conversación, Elizabeth pudo concluir que Georgiana y su hermano eran personas muy solitarias y que no tenían muchos amigos.

"Lizzy, me gusta mucho tu pelo. Es una lástima que no puedas llevarlo todo el tiempo suelto, es tan bonito," dijo Georgiana mientras le hacía una trenza a su amiga.

"Es una bendición para mí poder llevar mi pelo amarrado. De otra tendría que pasar horas cepillándolo," dijo Elizabeth.

"Lizzy, esta es la primera vez que puedo compartir y hablar de tantas cosas con alguien a quien considero una amiga. Muchas gracias por aceptar ser mi dama de compañía," dijo Georgiana y abrazó a Elizabeth.

"El gusto es todo mío. Imagínate que yo estaba buscando un empleo y en cambio encontré a una amiga," dijo Elizabeth. A ella le producía mucha ternura que Georgiana fuera tan afectuosa con ella. "Creo que ya te he contado casi todo de mí, de mis traviesas hermanas y de mi madre. Ahora es tú turno de contarme un poco más de ti."

"Mi vida no es tan divertida como la tuya, Lizzy. Como sabes mi madre murió cuando yo era muy pequeña y no tengo recuerdos de ella. Pero mi padre siempre fue muy cariñoso y afectuoso conmigo. Por eso fue muy triste para mí cuando él murió."

"Te entiendo perfectamente. Yo también era muy cercana a mi padre," dijo Elizabeth y tomó la mano de Georgiana.

"Bueno, y la otra persona importante en mi vida es mi hermano. Él siempre ha estado a mi lado pese a la diferencia de edad." Georgiana pensó y agregó, "Lizzy, yo siempre he pensado que a mi hermano le afectó mucho la muerte de nuestra madre. La señora Reynolds dice que ellos eran muy cercanos. Mi padre también quería mucho a William, pero siempre fue un poco severo con él. Él siempre decía que William debía ser un hombre fuerte, honorable y estar preparado para tomar decisiones difíciles y cumplir con su deber. Mi padre decía que así lo crió su padre y que el heredero de los Darcy debía ser un hombre excepcional al que sus empleados e inquilinos debían admirar…"

Mientras Georgiana hablaba de su hermano, Elizabeth pudo entender algunas cosas sobre el carácter y la forma de actuar del señor Darcy. Ella se preguntó si tal vez no había sido muy severa al juzgarlo y debía intentar comprenderlo. Ella siempre pensó que las personas no eran demasiado duras con Kitty y Lydia porque ella siempre pensó que sus padres eran responsables por su comportamiento. A lo mejor, el señor Darcy era producto de la severa crianza de su padre.

"Veo que admiras mucho a tu hermano, Georgiana."

"Sí, es el mejor hermano que podría tener. Él me quiere incondicionalmente y siempre me ha apoyado en todo. A veces pienso que no lo merezco porque yo no siempre…" Georgiana estuvo a punto de hablar de su historia con George Wickham pero cambió de opinión. Una señorita como Elizabeth no querría ser amiga de alguien que se había comportado como ella lo hizo.

"Estoy segura que tu hermano también te quiere incondicionalmente," dijo Elizabeth para animarla. Ella no comprendía por qué a veces Georgiana se ponía tan triste. "¿Y hay alguien más en tu familia que sea cercano a ti?"

"Sí, mi primo Richard Fitzwilliam. Él es uno de mis tutores y es la persona más divertida, amable y simpática del mundo. Yo lo quiero como a un hermano. Siempre que nos visita la pasamos muy bien con él, aunque debo decir que siempre le hace bromas a mi hermano y le dice que no debe ser tan serio. Aunque mi hermano pretende que le molesta, en el fondo se ríe mucho. Richard es el mejor amigo de William, ellos son como hermanos. Yo creo que Richard tiene un temperamento muy similar al tuyo Lizzy…"

Elizabeth nunca había escuchado hablar de aquel primo. Ella aprovechó la oportunidad para indagar sobre el hombre que le había roto el corazón a su hermana. "Yo siempre pensé que el señor Bingley era el mejor amigo de tu hermano."

"Mi hermano estima mucho al señor Bingley, y creo que siente el deber de protegerlo y guiarlo. Él siempre dice que su amigo es demasiado inocente y que por eso la gente se aprovecha de él."

"Entiendo," dijo Elizabeth. Ella siempre había sospechado que el señor Darcy había intervenido en la relación de Jane con el señor Darcy, pero suponía que eso ya no era importante. "¿Eres muy amiga de la señorita Bingley y la señora Hurst?"

"No, pero ellas siempre son muy cariñosas y amables conmigo."

Elizabeth prefirió no seguir hablando de la familia Bingley porque eso no le traía buenos recuerdos. Además, ella no tenía nada bueno que decir de ellos. Para evitar continuar hablando de temas personales, Elizabeth le contó a Georgiana cuáles eran sus lugares favoritos en Londres y sus postres favoritos.

Después de casi tres horas conversando, Georgiana regresó a su habitación y durmió toda la noche feliz y en paz. Hablar con Elizabeth la había llenado de alegría y estaba llena de ideas y planes para hacer con su nueva amiga.

P&P

El señor Darcy terminó de revisar algunos documentos que le envió su procurador en Londres. Hace ya unos años, él había comenzado a invertir dinero en ciertas aventuras comerciales. Su padre había administrado la finca familiar de manera impecable, pero nunca logró entender que el trabajo de la tierra no siempre producía lo suficiente y era necesario modernizar las fuentes de producción. Todo el dinero que había logrado ganar invirtiendo en el comercio le había permitido perfeccionar la producción de lana y los sistemas de regadío y almacenamiento de agua. Además, él había podido arreglar las casas de los inquilinos y bajar el porcentaje de impuestos para los hombres que trabajaban la tierra. De esa forma, muchas familias deseaban trabajar en las tierras de Pemberley y la finca no tenía problemas de mano de obra como otras tierras.

El señor Darcy no pudo evitar en la cena de la noche anterior. Él veía a su hermana contenta, con ganas de conversar y sobre todo reírse. Georgiana siempre había sido una chica tímida y poco sociable, pero después del incidente con aquel canalla, todo había empeorado. Sin duda alguna, la presencia de Elizabeth había sido muy beneficiosa para ella.

El señor Darcy no podía negar que Elizabeth también había tenido impacto en su propia vida. La velada anterior durante la cena habían conversado sobre arte, la naturaleza que rodeaba a Pemberley y sobre los múltiples bellos lugares que ofrecía Derbyshire. Después de la cena, además, Georgiana y Elizabeth cantaron y tocaron el piano sellando una velada perfecta. Él estaba tan contento y animado, que le costó varias horas quedarse dormido pensando en cosas que sabía no debía pensar.

Una vez que terminó de escribir la carta para el señor Arnold, el señor Darcy pensó en leer un libro. El día estaba demasiado frío para salir a cabalgar o caminar. Él se sentó en frente de la chimenea y aunque intentó leer, no pudo. Él sabía que Georgiana estaba en el cuarto amarillo al lado de la galería de arte ensñándole a Elizabeth a dibujar. Él sabía que debía quedarse en el estudio, pero sus deseos de pasar tiempo con Elizabeth y Georgiana era más fuerte. Entonces, dejó el libro sobre la mesita, y salió del estudio.

"Te agradezco mucho, Georgiana, que comencemos con algo tan fácil como dibujar una manzana," dijo Elizabeth riendo. "Creo que no confías en mi talento."

"Lizzy, lo importante es que aprendas a observar. Para dibujar bien es esencial que puedas captar los detalles y las formas. Aunque esta manzana se ve fácil, no lo es. Si la miras bien, te darás cuenta que tiene una forma distinta a esta manzana. Eso es lo que debes captar."

"Entiendo, querida. Ahora entiendo por qué siempre ha sido tan difícil para mí dibujar. Si no te has dado cuenta todavía, Georgiana, me cuesta estar quieta por mucho tiempo y mirar a una manzana por más de diez segundos me parece una tarea casi imposible," dijo Elizabeth riendo.

"Entonces debe intentar dibujar paisajes, señorita Elizabeth. Me imagino que no tiene problemas en mirar por aquella ventana hacia el bosque que rodea la laguna," dijo el señor Darcy sonriendo.

Elizabeth y Georgiana se sorprendieron un poco cuando vieron al señor Darcy entrar al cuarto sonriendo.

"William, ¿me vas a ayudar a enseñarle a dibujar a Lizzy?" preguntó Georgiana entusiasmada.

"Puede ser, si la señorita Bennet no tiene inconveniente," dijo el señor Darcy mirando a Elizabeth.

"Por supuesto que no tengo inconveniente, señor. Aunque debo aclararle que dibujar una manzana no me parece algo complicado, pero el bosque me parece una tarea imposible, sobre todo en mi primera lección. Usted tuvo la ocasión de apreciar uno de mis mejores dibujos y tengo la impresión que no supo apreciar mi talento."

El señor Darcy no pudo evitar reír y le dijo a Georgiana, "La señorita Bennet se refiere al dibujo de los animales. Lo primero que debemos hacer es mover estas sillas y sentarnos cerca de la ventana para poder apreciar el paisaje."

"¿Aprendió a dibujar en la universidad, señor Darcy?" preguntó Elizabeth con curiosidad.

"No, mi madre me enseñó. La pintura de Pemberley que está al ingreso de la galería, la pintó mi madre."

"Y el cuadro donde William está conmigo en brazos, también lo pintó nuestra madre," agregó Georgiana.

"Entiendo. Sin duda alguna, Lady Anne era muy talentosa," dijo Elizabeth un poco incómoda. Ella no estaba acostumbrada a conversar de manera tan distendida con el señor Darcy, y por una razón que no lograba entender, le parecía fascinante pero peligroso a la vez.

Una vez que los tres se sentaron en frente del ventanal, el señor Darcy comenzó a explicarle a Elizabeth en lo que debía enfocarse. Georgiana le había pasado su cuaderno de bosquejo a su hermano y Elizabeth tenía el suyo. "William, iré a mi cuarto a buscar papel y regreso inmediatamente."

Georgiana salió del cuarto corriendo a buscar materiales para dibujar y regresar lo antes posible. Hace mucho tiempo que no pasaba tiempo con su hermano de una manera tan divertida.

El señor Darcy le explicó varias cosas a Elizabeth y le indicó cuáles eran los puntos centrales en los que debía enfocarse y las líneas que debía trazar.

"Entonces primero debo hacer una línea horizontal que divida la sección del lago y el jardín, y luego una circular que represente la laguna," dijo Elizabeth mientras trazaba ambas líneas.

"Exactamente, aunque debe tener cuidado con las proporciones. Si hace la línea horizontal muy arriba, tendrá mucho espacio aquí y poco allá. Además depende de la perspectiva y a qué usted quiera darle más énfasis en su dibujo."

"Comprendo. Si trazo la línea aquí tendré mucho bosque, pero si lo hago aquí tendré mucha laguna y unos árboles minúsculos," dijo Elizabeth riendo.

"Así es," dijo el señor Darcy. "Bueno, ahora es hora que lo haga," dijo el señor Darcy.

Elizabeth comenzó a trazar las líneas y el señor Darcy comenzó a dibujar en su cuaderno para que ella no se pusiera nerviosa pensando que él la estaba mirando. Una vez que Elizabeth terminó con el lineado, el señor Darcy le enseñó cómo agregar algunos detalles. Elizabeth estuvo concentrada por cinco minutos observando el paisaje y dibujando y cuando finalizó, quedó gratamente sorprendida con el resultado.

"¿Qué le parece, señor Darcy?" preguntó Elizabeth un poco nerviosa.

"Muy bien, señorita Bennet. Usted es una muy buena discípula. Además, yo sabía que le iba a interesar más dibujar un paisaje que una manzana."

"¿Puedo ver el dibujo que usted hizo?" preguntó Elizabeth curiosa. Ella notó que mientras ella se esforzaba en hacer el mejor dibujo posible, el señor también dibujaba en su cuaderno.

"Claro, no es muy bueno porque lo hice muy rápido," replicó el señor Darcy y le mostró el dibujo a Elizabeth.

"Señor Darcy, ¿cómo pudo hacer eso en cinco minutos?" preguntó Elizabeth, sorprendida. "Ahora entiendo por qué mi dibujo le pareció tan ridículo. Señor, usted es un artista," dijo Elizabeth riendo.

"No exagere, señorita Bennet. Mi madre me enseñó muy bien, eso es todo. Ella sí era una artista."

"¿Nunca ha pintado?" preguntó Elizabeth.

"Cuando era niño, con mi madre," replicó el señor Darcy.

"¿Y por qué no siguió pintando o dibujando?"

"Siempre dibujo, es una excelente distracción cuando no hay mucho que hacer. Pero no he vuelto a pintar desde que mi madre murió… Mi padre pensaba que era una afición de mujeres o de hombres que no tienen mucho que hacer. Señorita Bennet, yo soy la cabeza de esta familia y no puedo perder mi tiempo pintando," dijo el señor Darcy.

Elizabeth recordó lo que Georgiana le había dicho el día anterior y no pudo evitar mirar al señor Darcy con afecto. Ella siempre había pensado que él era un hombre despiadado y sin sentimientos. Sin embargo, en ese momento vio a un niño de once años que había perdido a su madre y al que su padre le prohibió hacer la actividad que más disfrutaba porque no era digna del heredero de Pemberley.

Mientras Elizabeth lo miraba, el señor Darcy no pudo evitar mirar sus ojos. En aquel instante le hubiera gustado poder dibujarlos. Eran tan hermosos y llenos de vida que él no podía dejar de apreciarlos. Cuando estaba en Netherfield, él había intentado dibujarlos pero no había podido captar la forma de sus pestañas y el contorno de sus cejas. Él recordaba que la señorita Bingley una vez había bromeado con el asunto y él le había dicho que sería muy difícil poder captar la hermosura de los ojos de Elizabeth en una pintura.

Elizabeth notó como el señor Darcy la miraba y no pudo evitar sonrojarse. Ella nunca se había dado cuenta lo guapo que era, su rostro era muy varonil y sus ojos de un color azul muy intenso.

"Lizzy, muéstrame tu dibujo," dijo Georgiana cuando entró al cuarto corriendo.

El señor Darcy se puso de pie y Elizabeth respiró hondo para ocultar su nerviosismo. "Aquí está, no es la gran cosa pero estoy recién comenzando."

"Está muy bien, ahora debemos agregar árboles y flores…"

Georgiana no paraba de hablar pero Elizabeth apenas entendía lo que acababa de pasar y por qué estaba tan nerviosa. Además, ella se dio cuenta que el señor Darcy se había acercado al ventanal y miraba al paisaje pérdido en sus propios pensamientos.

P&P

Muchas gracias a todos los que dejan comentarios de apoyo y siguen la historia con entusiasmo.

Además, quiero darles las gracias en nombre de mi hija por leer "Missing" by Miranda Flan en KU. Como les conté, ella está reuniendo fondos para sus estudios de verano. Próximamente tiene planeado publicar "I already knew you."

En el próximo capítulo, Jane dará un cambio importante a su vida y el señor Darcy recibirá una carta muy interesante de su amigo Bingley.

¡Nos vemos pronto!

Saludos,

Yo