Capítulo 30

Pradera

A la mañana siguiente recogió sus cosas del centro pokémon, compró varias cosas para el viaje, sobre todo comida, y se puso en camino.

Atravesó las siguientes rutas y localizaciones lo más rápido posible, como si quisiera huir de algo o de alguien, pero en realidad no era nada de eso, o al menos eso quería pensar. Los últimos días habían sido un no parar, y su cabeza aún seguía procesando algunos de los más recientes acontecimientos. Por mucho que trataba de olvidar lo ocurrido en pueblo Arenisca no podía, y el reciente encuentro la otra noche no ayudaba mucho. No le llegó a decir nada en su momento porque no supo muy bien cómo expresar sus más inmediatos pensamientos en palabras, cosa que le pasaba desde siempre, pero mucho más pronunciado que de costumbre. Incluso ahora seguía sin saber muy bien qué decir, optando por quedarse callado y comiéndose la rabia que aún ardía en su interior cual llama incandescente.

Tampoco ayudaba el hecho de que el equipo Plasma negro aparentemente estuviera vigilándolo de cerca teniendo en cuenta las palabras de Menek. Aunque se hizo el tonto en su momento el chico comprendió enseguida lo que le decía, optando por permanecer en silencio. Desde el mismo principio había tratado de mantener las distancias con todo el asunto del equipo Plasma negro, siendo una cosa más de Matís que suya, pero al final siempre se había visto arrastrado en todo momento, la mayoría de las veces en contra de su voluntad, por lo que ahora pagaba las consecuencias, cosa que no le gustaba ni un pelo. No se consideraba alguien paranoico ni mucho menos, pero desde entonces se encontró mirando a su alrededor e incluso tras suyo más veces que de costumbre, cosa que en parte le molestaba.

-Maldita sea ¿por qué siempre acabo envuelto en toda esta mierda? ¿acaso no puedo tener un viaje tranquilo?-pensó el chico en ese momento, tras mirar atrás por tercera vez.

El último encuentro con cobalion también se repetía en su memoria de vez en cuando, haciéndole fruncir el ceño. Se sentía desproporcionado, tanto su reacción para con keldeo como su proceder. Si bien en su primer encuentro sintió cierta hostilidad en él, sobre todo hacia su persona, pudo notar que de cierta manera guardaba cierto respeto por el que fue su discípulo, especialmente tras su reacción ante el supuesto castigo que le quería aplicar. Además, él mismo había podido ir viendo personalmente cómo keldeo había ido mejorando con el paso del tiempo, siendo además un sustento importante tanto para él mismo como para el resto del equipo. Si no fuera por él los entrenamientos serían una simple anécdota, y si bien antes no lo hubiera admitido así sin más, ahora debía hacerlo, ya que la mejoría era más que evidente. Miró por un momento al interfecto, el cual caminaba junto a él un poco más adelante, mucho más animado que el otro día. Su trote era ligero y miraba a su alrededor con una sonrisa reflejada en un sereno rostro, cosa que le hizo esbozar una ligera e inconsciente sonrisa a él también.

Entre el paso ligero que llevaba y su tren de pensamientos que no parecía aminorar en ningún momento, apenas se percató de que atravesó toda la ruta 12 y el puente Villa, deteniéndose por un instante frente a un parking de caravanas lleno de hippies y dándose cuenta del hambre que tenía, inquiriendo en ese momento .

-Ah, espera ¿qué hora es?

Keldeo se detuvo al oírle, murmurando de seguido.

-A juzgar por la posición del sol hace rato que pasó el mediodía...

Un tanto chocado al respecto miró su videoemisor para consultar la hora, mascullando de seguido.

-¿¡Las tres ya?! ¿¡No salimos a las diez de pueblo Ladrillo?!

-Eh... supongo, no entiendo mucho la forma que tenéis los humanos de medir el tiempo...-murmuró el pokémon singular, inseguro.

Aún algo incrédulo por el hecho de que seis horas habían pasado sin ni siquiera ser consciente de ello, decidió hacer un alto en el camino para descansar y comer algo. Keldeo se vio atraído por el bullicio que había en el parking de caravanas, pero Rizzo se negó a entrar al ver la fauna que pululaba por allí, optando por hacerlo un poco más adelante cerca de un puente de piedra al lado de una vistosa cascada.

Sacó a los demás para que comieran también y él se calentó algo rápido para no tener que usar demasiados utensilios. Unas alubias enlatadas y algo de melocotón en almíbar le dejaron satisfecho, aunque enseguida notó a keldeo un tanto distraído, ya que apenas había comido.

-¿Qué pasa keldeo? Apenas has tocado la comida…

-Noto… noto algo… una presencia que me es familiar. Cerca de aquí-murmuró, mirando a todos los lados.

Al lado de ellos, a mano derecha y no muy lejos de la cascada había un pequeño promontorio coronado por una arboleda; varios matorrales altos se movieron repentinamente y, al segundo siguiente, un pokémon desconocido hizo acto de presencia sorprendiendo a todos por igual, aunque nada más verlo keldeo esbozó un gesto atónito. Por su parte Rizzo hizo mano de su pokédex.

-Virizion, el pokémon prado; sus cuernos son como hojas afiladas. Multitud de leyendas hablan sobre éste pokémon, desafió a los humanos para proteger a sus semejantes y confunde a sus rivales con rápidos movimientos.

-Maestra…-masculló keldeo en ese momento.

-Así que ese es virizion…-murmuró el chico, observándolo.

-¡Maestra! ¡Maestra, es usted de verdad! ¡La he echado tanto de menos!-exclamó keldeo, acercándose al pokémon legendario.

Sin embargo virizion apenas le miró, como si tuviera reparo de hacerlo o le avergonzara; keldeo notó esto y se detuvo, inseguro de si continuar o no dadas las circunstancias. Parecía esperarse otro tipo de acercamiento para con él por su parte, sin embargo ésta permanecía alejada sin ni siquiera mirarle. Aun así quiso intentarlo, murmurando de seguido.

-Maestra...

Por un instante no hubo nada, tan solo un denso y cada vez más incómodo silencio en el cual virizion seguía sin prestarle atención. El pokémon singular abrió la boca para decir algo, pero en ese momento se oyó una voz femenina dulce pero dura musitar.

-Silencio.

Al oír eso keldeo bajó la cabeza, visiblemente dolido; Rizzo quiso decir algo, pero virizion se adelantó rápidamente sin querer o poder mirarle directamente a la cara.

-¿Qué te enseñé acerca de la obediencia? Nos has defraudado, no sólo por desobedecernos, sino por haber sido derrotado de esa manera. Ya no puedo llamarte alumno, ni siquiera hijo…

Esas palabras se clavaron como dagas en el corazón de keldeo, dibujando un gesto lleno de angustia en su rostro y con los ojos vidriosos, incapaz de decir ni hacer nada más. Por su parte, y tras unos breves segundos inmóvil como si dudara, virizion sacó su espada envuelta en un filo verdoso intenso y le asestó un seco golpe en la mejilla con él. Keldeo se quedó en el sitio completamente estático, como si no se esperara ese movimiento por su parte ni en todos los días de su vida, al tiempo que las lágrimas comenzaban a resbalar.

Al ver esto, Rizzo no pudo más y masculló.

-¡Ya basta!

Al oír eso virizion reaccionó y clavó una fiera e intimidante mirada en Rizzo el cual, lejos de achantarse, la espetó.

-¿¡Por qué hacéis esto?! ¡¿Acaso no os alegráis de volverle a ver?! ¿¡O es que preferíais que estuviera muerto?!

Los ojos del pokémon legendario se encendieron de pura rabia, dirigiéndose entonces a él espetándole de seguido.

-¡No hables de lo que no sabes, humano!

-¿¡Ah, no?! ¡Igual sé más de lo que tú te piensas!

-¡Humano insolente, no te atrevas a replicarme así!

-¡Huy! ¿¡Acaso he tocado la fibra sensible?! ¡Vaya, vaya! ¿¡Quieres hablarlo?! ¿¡O acaso te crees moralmente superior a mí?!

Eso fue la gota que colmó el vaso y, de un sólo movimiento de su cuerno, una ristra de hojas brillantes se abalanzaron sobre él tan rápido que el chico no tuvo tiempo de esquivarlas, viéndolas venir directamente hacia él. Pero en ese momento lucario se puso delante de él y le protegió haciendo trizas las hojas con garra metal.

-¡Braviary, golpe aéreo!-exclamó Rizzo, apartándose rápidamente.

En un intento por pillarle desprevenido, el pokémon volador rasgó el aire envuelto en fuego en dirección hacia virizion, pero ésta dio un lustroso salto, evadiéndolo fácilmente. El pokémon legendario volvió a posar su furiosa mirada sobre el chico, pero éste ordenó de seguido.

-¡Magnezone, bomba imán!

Desde donde estaba, el pokémon acero eléctrico se adelantó y soltó los proyectiles metálicos en dirección al pokémon legendario, pero éste lanzó una fuerte energibola que disolvió la bomba imán. Una rápida descarga paralizante rasgó el aire en dirección hacia virizion, pero esta era tan rápida que fue imposible atinar bien, por lo que Rizzo optó por volver a la ofensiva antes de que volviera a centrar su atención en él.

-¡Canto helado, glaceon!

Ésta vez el pokémon hielo se adelantó lanzando los cantos rodados helados, pero virizion, con gran agilidad, paró todos y cada uno de ellos con doble patada, reduciéndolos a pequeños guijarros helados, para luego contraatacar con otra ristra de hojas brillantes que obligaron a glaceon a apartarse, pero éstas fueron a por él igualmente, sacudiéndole con fuerza. Tras eso se lanzó contra Rizzo blandiendo otra espada santa, a lo que él indicó rápidamente.

-¡Samurott, cuchillada!

Antes de que el pokémon legendario le alcanzara, samurott blandió sus garras y le detuvo en seco, blandiendo sus vieiras acto seguido para bloquearla en condiciones. Ambos pokémon estuvieron haciendo fuerza el uno contra el otro hasta que finalmente virizion se cansó; las dos extremidades de su cabeza brillaron en un aura verdosa intensa, girándolas de improviso y asestándole un golpe a samurott tan fuerte que logró romperle la guardia. Éste trató de contraatacar con desquite, pero virizion le vio venir y, antes de que llegara a tocarla, le golpeó repetidamente con todas sus extremidades a una velocidad mareante, dejándole en el suelo muy magullado. Pasó por encima de él de un salto, sin apartar la mirada de Rizzo en ningún momento. Los demás trataron de impedir que se acercara a él, pero ella respondió rápidamente con otro vapuleo incesante y tremendamente veloz que les dejó un tanto tocados. Braviary trató de contraatacar desde arriba, pero virizion se anticipó y, con la punta de su espada, le detuvo en seco para luego asestarle un rápido tajo que le tiró al suelo muy adolorido aun a pesar de su resistencia por tipo, cayendo cerca de un keldeo aún herido emocionalmente e incapaz de moverse.

Rizzo no pudo evitar sentir un escalofrío recorriendo por su espalda, era absurdamente fuerte y ahora se dirigía hacia él con una mirada casi asesina reflejada en su rostro, al tiempo que musitaba.

-¿¡Quieres seguir replicándome ahora, necio?!

-Madre mía ¿quién te hizo tanto daño?-soltó Rizzo, sin poder evitar soltar una risita nerviosa.

Ese intento de chiste tan solo empeoró las cosas, al tiempo que ella le gritaba.

-¡Vosotros! ¡Vosotros nos hicisteis daño, no solo a mí, sino a todos, no sois más que escoria que hace daño a otros seres con total impunidad! ¡Merecéis ser castigados!

Tratando de esconder su incipiente miedo, el chico no dudó en defenderse exclamando.

-¡A ver, a ver, eso no es cierto, las cosas han cambiado mucho, ya no estamos en el periodo de los Reinos Combatientes, hace más de mil años de eso, supéralo de una vez!

-¡¿Que lo supere?! ¡¿Me dices eso así sin más?!

-¡Sí, además, te falta calle, ya deberíais saber que la gente trata bien a los pokémon!

-¡Palabras vacías viniendo de un humano como tú que no respeta a sus semejantes!

Eso pilló por sorpresa al chico, que no se esperaba que le dijera algo así; quiso contestar, pero enseguida se dio cuenta de que no podía por mucho que quisiera, a lo que virizion esbozó una burlona sonrisa, espetándole de seguido.

-¿¡Lo ves?! ¡No eres más que un humano cruel y egoísta, como todos los demás! ¡Yo reboso amor por mis criaturas por los cuatro costados, no como tú! ¡Ya es hora de que los humanos sean castigados! ¡Y tú serás el primero!

Rizzo se echó hacia atrás en un intento por escapar, pero el miedo le atenazó y le hizo tropezar, cayendo al suelo. Por su parte virizion alzó su espada sobre él y el chico cerró los ojos, esperando el impacto. Se oyó entonces un fuerte chasquido y, al abrir los ojos, se encontró entonces con keldeo deteniendo en seco a virizion con su filo de espada santa con gran fuerza y mirándola fijamente con un gesto lleno de determinación y coraje. Al ver esto por un instante virizion vaciló, a lo que él exclamó.

-¡Eso no es cierto! ¡Los humanos no tienen por qué ser castigados, no ahora después de todo este tiempo, y menos aún él! ¡Han cambiado y él también, tal y como ha hecho conmigo! ¡Juntos somos más fuertes!

Las palabras de su antiguo alumno hicieron mella por un instante en ella, que no pudo evitar esbozar un gesto difícil de discernir; keldeo aprovechó entonces para hacer fuerza hacia delante, el filo azulado sobrepasó al verdoso y rompió su guardia, golpeando de refilón a virizion y obligándola a echarse hacia atrás. Keldeo mantuvo la guardia con su espada echada hacia delante y sin despegar su mirada de ella. Ésta vez fue turno del pokémon legendario de desviar la mirada, recogiendo entonces su espada y marchándose de allí en un visto y no visto.

Una vez solos, keldeo recogió también su espada y dejó escapar un quejumbroso suspiro, logrando mantener ésta vez la compostura aunque sin poder evitar derramar unas pocas lágrimas, susurrando de seguido.

-Lo siento, maestra...

Antes de que pudiera decir nada más, notó entonces a alguien echándose sobre él, al tiempo que murmuraba,

-Gracias, keldeo, me has salvado el culo... creía que no lo contaba...

-Es conmigo con quien están decepcionados, no contigo. Si alguien debe de pagar soy yo, no tú…-murmuró el pokémon singular, con gran serenidad.

Rizzo sonrió y le acarició su roja melena, añadiendo en ese momento.

-Si alguien aquí es más noble y valiente, ése eres tú, keldeo.

El aludido no pudo evitar enrojecer ligeramente, aunque en ese momento los demás se acercaron a ellos y les arroparon, ayudando a keldeo a sentirse un poco mejor en esos difíciles momentos.

Desde lo alto del promontorio virizion lanzó una última mirada hacia keldeo, viéndole rodeado por los demás pokémon y ese humano tan irritante. Por un instante fue capaz de sostenerle la mirada, esbozando entonces una ligera sonrisa y marchándose de allí rápidamente.


-¿Está todo preparado para la primera ofensiva?

-Así es, señor, tan sólo queda preparar el terreno, ya he enviado a alguien para que lo reconozca, en cuanto tenga su confirmación pasaremos a la acción.

-Bien, muy bien... todo tiene que salir tal y como hemos planeado.

-Así será, señor, tiene mi palabra.


¡Más Pokémon! Ésta vez le toca a virizion, hablemos un poco del capítulo.

Como ya vimos las rutas 11, 12 y el puente Villa en Sueños Rotos, he aprovechado para hacer un poco de introspección con Rizzo, mostrando cómo los más recientes acontecimientos van haciendo mella en él de cierta manera, lo que contribuirá a su posterior desarrollo de manera más marcada. Está bien hacerlo ahora que el escenario ya no es tan desconocido, dándome la oportunidad de enfocarme en otras cosas.

Por otro lado el enfrentamiento con virizion está bastante íntegro, aunque igual que con cobalion he aprovechado para ampliarlo un poco más, especialmente la parte en la que el pokémon conversa con Rizzo tan airadamente, dándome otra oportunidad de trabajar tanto con él como con el propio keldeo, el cual va lidiando poco a poco con sus sentimientos.

He añadido un pequeño interludio para ir preparando el terreno, no es estrictamente necesario, pero prefiero cubrir todos los ángulos posibles para que nada suceda por simple conveniencia.

Y eso es todo de momento, continuaré que la cosa va volada, queda relativamente poco para llegar a la parte más sabrosa de la historia y me gustaría darla un buen empujón, así que esperad el próximo capítulo más pronto que tarde. Comentad, dejad reviews y todo eso. ¡Nos leemos!